Competencias profesionales del docente en la sociedad del siglo xxi
1. COMPETENCIAS PROFESIONALES DEL DOCENTE EN LA
SOCIEDAD DEL SIGLO XXI
La doble faceta de docente e investigador del profesor exige una correcta
preparación tanto para la adquisición de conocimientos y actualización de los
mismos como para el desarrollo de nuevas habilidades y destrezas exigibles en
una sociedad en permanente cambio.
Los profesores deben ser capaces de acomodarse a continuos cambios –
dramáticos en algunos países– tanto en el contenido de su enseñanza como en
la forma de enseñar mejor.
No cabe duda de que las nuevas tecnologías están transformando la ecología
del aula y las funciones docentes, y estos cambios están induciendo una
mutación sistemática en las teorías y en las prácticas didácticas.
El cambio tecnológico se produce a una gran velocidad y requiere por parte de
los profesionales un esfuerzo de adaptación, actualización y perfeccionamiento
permanente.
En el momento actual no podemos seguir considerando a los docentes como
almacenes del saber y por lo tanto dispensadores omnipotentes del
conocimiento.
En la sociedad de la información el modelo de profesor cuya actividad se basa
en la clase magistral es obsoleto. Las redes telemáticas pueden llegar a
sustituir al profesor si éste se concibe como un mero transmisor de información,
ya que en las redes tienen gran capacidad para almacenar información y desde
ellas se puede adaptar dicha información a las necesidades particulares de
cada alumno.
Desde esta perspectiva se desprende un cambio importante en el papel del
docente, que pasará de ser expositor a guía del conocimiento.La relación entre
lo que se sabe y lo que se es capaz de aprender cambia día a día, y nos
acercamos al aprendizaje a lo largo de la vida. Ante estos incesantes cambios
2. debemos tomar una actitud de estar al día, prepararnos para los cambios y no
establecer puntos de llegada sino procesos de evolución.
Se necesitan nuevos profesionales del aprendizaje, con un papel y un estatus
redefinidos.
Fomentar actitudes necesarias en la sociedad de la información actitud positiva
y crítica hacia las tecnologías de la información y de la comunicación;
valoración positiva del pensamiento divergente, creativo y crítico, así como del
trabajo autónomo, ordenado y responsable; trabajo cooperativo. Adaptación al
cambio, saber desaprender.
Se precisan nuevos profesionales del aprendizaje, con un papel y un estatus
redefinidos. Los profesionales de la educación deberán reorientar sus objetivos
en función de la cultura circundante, así como sus procedimientos y técnicas.
Necesitan cambiar su manera de trabajar, tanto individual como grupalmente,
su relación con la organización del centro y la manera de acceder a la
información que se necesite.
Un profesional comprometido con la educación deberá actuar, en
consecuencia, preparando a las nuevas generaciones para convivir con los
medios desde una formación que promueva la participación y reflexión crítica
en su uso e interpretación. No podemos seguir enseñando a las generaciones
del futuro con las herramientas que formaron parte de nuestro pasado.
Mi derecho a no cambiar termina justo allí donde comienza el derecho de mis
alumnos al mejor profesor que llevo dentro.
A sí podemos dividir en tres partes, las cuales paso a desarrollar a
continuación:
En primer lugar, una introducción, donde lo más destacado es que la presencia
que tienen las nuevas tecnologías en nuestra sociedad hace necesario que en
el entorno educativo se realicen una serie de cambios para acomodarse a los
continuos cambios, demandas y desafíos.
3. Podemos distinguir una segunda parte, que ocupa la totalidad del artículo y se
centra en las competencias profesionales que los docentes deberán
desempeñar ante el reto y las demandas que el siglo XXI plantea. Ideas más
importantes:
Con la llegada de las nuevas tecnologías al aula, se produce
inevitablemente un cambio en el rol o perfil del profesor, el docente
ya no es considerado como la única fuente del saber, sino que gracias a
las tecnologías el alumno puede tener acceso a diversas fuentes de
información; un buen docente es aquel que conoce su materia, lo que le
permitirá actuar como guía u orientador de sus alumnos, dejando a un
lado su antiguo papel de mero transmisor de conocimientos, siendo
capaz de ofrecer oportunidades de aprendizaje, así como poder diseñar,
administrar y gestionar tanto sus propios recursos como los que tenga a
su alcance.
El docente tiene como tarea principal que sus alumnos aprendan por
ellos mismos, para ello deberá poner al alcance de sus alumnos las
herramientas necesarias para que ellos sean capaces de ir
construyendo su propio conocimiento.
Por otro lado, el artículo nos habla de tres papeles que definen la profesión
del educador, según Escolano Benito, estos papeles son:
El papel técnico, “que permite identificar a los docentes como expertos
habilitados para guiar el aprendizaje de los alumnos, conforme a
determinadas reglas metódicas; el profesor es considerado un ingeniero
de la instrucción”.
El segundo papel se asocia a los aspectos éticos y socializadores de la
profesión, es decir, “el docente es un agente de primer orden en el
proceso de socialización metódica de los alumnos, en definitiva, el
profesor desempeña una función fundamental de control social”.
Por último, el tercer papel del educador se vincula a la satisfacción de
las necesidades de auotrrelación de los individuos en formación y de sus
demandas de bienestar.
4. Como bien refleja el artículo: “las nuevas tecnologías son la semilla del
cambio”, y este cambio convierte las aulas en espacios dinámicos y abiertos,
que permite asegurar el derecho a una educación para todos, por otra parte, el
profesor debe estar al día de los sucesivos cambios que se van produciendo.
A partir de las competencias básicas que debe poseer todo docente, el profesor
Marqués resume una serie de funciones que el profesor debe realizar hoy
en día:
El maestro debe motivar a sus alumnos, despertarles curiosidad e
interés por lo que hacen, mediante el diseño de estrategias que incluyan
actividades significativas, motivadoras y globalizadoras
El docente de hoy en día tiene que ser capaz de diseñar y preparar los
recursos y materiales didácticos; conocer las características de cada uno
de sus alumnos, diagnosticar sus necesidades, informar a sus alumnos
sobre las fuentes que utiliza, qué metodología va a seguir y cómo les va
a evaluar (incluyendo la autoevaluación de los alumnos).
Debe ser ejemplo de actuación y portador de valores, así como cumplir
con su función de orientador y tutor, bien presencial o telemáticamente,
y fomentar actitudes necesarias en la sociedad de la información, es
decir, crear en los alumnos actitudes positivas y críticas hacia las nuevas
tecnologías de la información y de la comunicación, así como el trabajo
autónomo y cooperativo.
Como he mencionado anteriormente, ante la nueva situación tecnológica,
cultural y social el docente debe cambiar su manera de trabajar y responder a
los objetivos que son necesarios en la educación del siglo XXI; algunos
objetivos expuestos por Salinas son:
1. Debemos preparar al alumno mediante una serie de destrezas
necesarias para que sea capaz de desempeñar un trabajo y responder a
las necesidades que exige la sociedad en la que se encuentra inmerso.
2. Tenemos que educar para la vida, es decir, que los alumnos entiendan
la realidad que les ha tocado vivir; y también debe educar para que
5. comprendan el impacto que tienen en la sociedad la ciencia y la
tecnología.
3. Otro de los objetivos desarrollar en el alumno el análisis crítico, para que
opinen por sí mismos y de este modo favorecer la creatividad, las
destrezas tanto físicas como sociales.
4. Por último, el profesor tiene que educar para un buen uso del tiempo de
ocio.
Para poder lograr estos objetivos es necesario dejar al margen los prejuicios
que puedan hacernos creer que las nuevas tecnologías puedan desplazar o
sustituir la figura del docente; lo que sí que ocurre es que aquél profesor que
tenga un buen dominio de las nuevas tecnologías desplaza a aquéllos que
lo no tengan.
Esta parte finaliza con algunas competencias tecnológicas básicas en la
profesión docente que potencian el desarrollo profesional como maestros
del siglo XXI, como por ejemplo:
Tener una actitud positiva y crítica hacia las nuevas tecnologías, así
como aplicarlas al ámbito educativo integrándolas en el currículum.
Conocer las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para
mejorar la práctica docente.
Seleccionar, diseñar, utilizar y producir materiales didácticos en los que
estén presentes las TIC.
Utilizar las TIC con destreza y promover en los alumnos su utilización,
como un vehículo de expresión muy importante.
Por último, el artículo finaliza concluyendo que un profesional comprometido
con la educación debe ser aquel que prepare a sus alumnos para que
sean capaces de convivir con los medios de modo que promueva la
participación y reflexión crítica en su uso e interpretación. El educador
del siglo XXI no puede seguir enseñando con herramientas
pertenecientes al pasado.
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6. Conclusiones
Tras haberos comentado las ideas más relevantes, las conclusiones que saco
son las siguientes:
Las nuevas tecnologías son un elemento presente e imprescindible en la
educación del siglo XXI.
Es necesario llevar a cabo en el ámbito educativo transformaciones que
son necesarias para adaptarse a una sociedad en permanente cambio.
En dicha transformación también es necesaria la adaptación del
docente.
El docente debe preparar a sus alumnos para convivir con los medios
tecnológicos actuales con el fin de promover una reflexión crítica tanto
en su uso como en su participación.
Son imprescindibles una serie de competencias tecnológicas básicas,
sobre todo que el docente tenga destreza en el manejo de las nuevas
tecnologías y promover en los alumnos la participación y una actitud
crítica ante las mismas.
El profesor deberá poner al alcance de sus alumnos las herramientas
necesarias para que ellos, con la orientación de su profesor, vayan
construyendo su aprendizaje.
Para alcanzar una educación de calidad el docente debe adaptarse a los
cambios que marca la sociedad adquiriendo las competencias
profesionales necesarias.