1. 11 junio, 2015 COLUMNAS, Miguel Ramírez-Vergara 2 Comments
¿Qué demonios hace un DirCom en México?
Por Miguel Ramírez-Vergara
Twitter: @fao_68
Aunque en nuestro país la figura del director
de comunicación o DirCom, existe como
concepto desde mediados del siglo pasado con
las aportaciones de los teóricos europeos y
estadounidenses de la comunicación masiva,
de la sociología, la psicología y el diseño
gráfico, es a partir de un puñado de escuelas,
que a principio de los noventa surgió un tímido movimiento, bajo la idea y praxis
de “Comunicación Organizacional”.
Por otro lado, las auto llamadas agencias de relaciones públicas, en esa misma
época, estaban en busca de su propia identidad, desde organizadores de eventos,
conseguidores de entrevistas “con mis amigos de la prensa”, transadores de
intercambios y patrocionios, hasta hacer lobbyng, a todo eso en México, le
llamaron relaciones públicas.
Ambas tendencias se fueron en caminos diferentes y opuestos, lo que postergó
casi veinte años en nuestro país la evolución del DirCom.
Los tres mosqueteros
Hubo, en los años 90, profesionistas ejemplares que tenían el sueño de la
transformación organizacional a través de la comunicación, el más arduo y
apasionado fue un joven directivo, Emilio Rojas (q.e.p.d.), con su estrategia de
comunicación y cultura organizacional que sentó las bases de lo que hoy es y
será Softtek, la más exitosa empresa de tecnología mexicana; Carlos Bonilla,
como director de relaciones institucionales en la industria farmacéutica y su
fugaz paso como director de comunicación en Aeroméxico, donde logró crear un
plan maestro de comunicación en 360 grados, incluido el plan de comunicación
en situaciones de crisis y ahora, hace un gran trabajo desde AB Comunicación,
sin olvidar a Carlos Chávez, una mente brillante e independiente para crear
estrategias holísticas de comunicación, en Industrias Peñoles dio muestra de ello,
que hasta la fecha perdura.
Eran conocidos como “Los tres mosqueteros” en los pasillos del Centro
Avanzado de Comunicaciones (CADEC) de mediados de los 90, una época de
oro, cuando el ojo vanguardista de don Eulalio Ferrer, señalaba que “muy pronto
2. las organizaciones necesitarán el trabajo estratégico de un comunicador”, lástima
que fue uno de los proyectos educativos que dejó inconcluso.
La academia trunca
En la F.C.P. y S. (UNAM), hubo también entusiastas, pero poco efectivas
propuestas de parte de la Asociación Nacional de Estudiantes de Comunicación,
la extinta ANECO, encabezada por Gerardo Guerrero, sí, el actual director de
AMAPRO, apoyó la difusión de la Comunicación Organizacional de manera
extramuros ya que la propuesta de incidir en los planes de estudio sólo prosperó
diez años después.
Cabe resaltar aquí, la labor fundamental de Octavio Islas del ITESM-CEM, quien
no sólo formó a una decena de generaciones en la investigación de la
comunicación organizacional, sino que fundó verdaderas comunidades de
aprendizaje, como Razón y Palabra, la revista digital que hasta la fecha sigue
convocando a las principales científicos de la comunicación y, ahora también,
estudiosos de sus técnicas y sus tecnologías, en México y Latinoamérica.
Desde Barcelona, nuevamente Joan Costa, el teórico de la comunicación,
sorprendía con su propuesta de la “comunicación integral”, porque afirmaba que
“todo comunica” por lo que los seres humanos tenían que ser tratados como tales
y no como meros consumidores de productos y servicios.
Las condiciones estaban dadas para llegar temprano a la cita hispanoamericana
del DirCom, pero en México nos perdimos en el camino, la carrera quedó
trunca…
(continuará…)
http://thepointmx.com/www/2015/06/11/que-demonios-hace-un-dircom-en-
mexico/#comment-97398