1. Universidad Nacional Autónoma de
Honduras
Tema:
Matriz de investigación “Consumo de alimentos industriales con mayor aporte
de inulina”
Integrantes:
Erick Alonzo Galindo López 20172400073
Fernanda Melissa Espinal Flores 20191000878
Carlos Enrique Torres Osorto. 20141012731
Génesis Abimelec Cruz Maradiaga 20201000600
María fernanda de Lourdes Alvarado Avila 20171930096
Catedrático:
Lic. Ricardo Villalta
Lic. Bustillo
Asignatura:
Promoción de la salud
Sección:
1100
7/07/2023 Tegucigalpa, Francisco Morazán
2. Articulo sobre los adicción a la comida chatarra
Comenzaremos hablando a cerca del uso de azucares en los alimentos procesados o ultra
porcesados, asi como el uso excesivo de sal y grasas, para hablar al respecto tendremos que
remontarnos a los primeros principales eventos que hicieron posible el uso de estos en otros
alimentos, es decir, en los cereales, las donas, las papa fritas, entre otros, para hablar de la
azucar debemos saber que el cuerpo esta enganchado a la azucar, debemos olvidar lo que
aprendimos en la escuela sobre el diagrama del mapa de la lengua, en donde se diferencias
cinco partes de la lengua, que peerciben los diferentes sabores, ya que en los años ochenta
se descubriria que solo se malinterpreto la obra de un pos-graduado alemán, que solamente
quizo describir que posiblemente percibamos mucho mejor el dulce en la punta de la
lengua, porque en realidad en toda la lemgua percibimos el dulce ya que en cada una de
nuestras diez mil papilas gustativas tenemos receptores especiales para el dulce, nuestra
boca entera se vuelve loca por el dulce, actualmente cientificos estan hallando receptores
gustativos que se encienden con el azucar encluso en el esófago y tan lejos como el
estomago y el pancreas.
Los fabricantes alimentarios son conocedores de estos, ya que tienen nominas de cientificos
que les transmiten este conocimiento, aquí es donde adquieren una amplia variedad de
alimentos con exceso de estas sustancias y que se hacen adictivas al consumo, un ejemplo
de estas es la bebida carbonatada, los estudios han demostrado que en promedio
consumimos 32 kilos de edulcorantes calóricos por persona, esto equivale a 22 cucharaditas
de azucar al dia, pero la adiccion y ansiedad por la azucar no es nueva, se demostro desde
que Cristóbal Colón se llevo la caña de azucar con él en su segundo viaje de America,
donde fue plantada en Santo Doming, a está se le acabaria extrayendo el azucar granulado
por los esclavos africanos en 1,516, desde entonces se mando de vuelta para Europa para
satisfacer el creciente apetito por la azucar.
A medida pasaba el tiempo se tenian sospechas de la gran adicción de estas sustancia,
principalmente por la azucar, pero no se hacian pruebas al respecto, fue si no hasta los años
setenta en New York se hizo un estudio por un estudiante de postgrado en Psicologia
llamado Antony Sclafani, se sabe que los ratones prefieren las zonas oscuras y laterales,
estos animalitos fueron alimentados con cereales conocidos como froot loops de Kellogg,
decidio elaborar un test para conocer la velocidad por la estos animales se comia este
cereal, colocaba este cereal en el centro de la jaula y como era de esperar, los ratones
vencian sus miedos instintivos y corrian a devorar el manjar.
En 1976 el experimento de Sclafany quedo plasmado en dos articulos reveranciado por los
investigadores como una de las primeras pruebas experimentales sobre la anciedad
alimentaria.
Pero como se sabe los roedores tienen una capacidad psicologica limitada en comparación
con los humanos. Se desarrollado muchos mas experimentos a la fecha, otro de los estudios
desarrollados en Monell Chemical Senses Center que es un centro de investigación ubicado
en Filadelfia, USA, arrojo que los niños prefieren alimentos con el maximo de azucar o sal,
todavia más que los adultos.
En un interesante estudio llevado a cabo en la Universidad de Michigan, se evaluó a 120
estudiantes entre las edades de 18 y 23 años, pertenecientes a diferentes etnias y con una
3. tercera parte de mujeres. El objetivo del estudio era clasificar numerosos alimentos según
su potencial problemática o adictiva, conocida como la "YFAS" (Food Addiction Scale).
Los resultados de la investigación arrojaron datos significativos, revelando que los hombres
con un Índice de Masa Corporal (IMC) más alto tenían una mayor predisposición a
considerar alimentos altamente procesados como adictivos. Estos alimentos, caracterizados
por ser ricos en grasas, azúcares, calorías y alta palatabilidad, fueron identificados como
altamente adictivos en el estudio. Además, se presentan ciertas características de ciertos
alimentos altamente procesados que los hacen más propensos a generar adicción en ciertas
personas.
Este estudio es uno de los pocos que ha logrado identificar un perfil específico de alimentos
altamente adictivos y plantea la posibilidad de contrarrestar su consumo mediante políticas
en salud pública y alimentaria. El objetivo sería prevenir la adicción a estos alimentos y, en
última instancia, reducir los casos de obesidad y sus consecuencias para la salud.
De manera similar, en Alemania se llevó a cabo otro estudio utilizando la Escala de Yale,
cuyos resultados fueron igualmente sorprendentes. Se encontró que no solo las personas
con obesidad eran propensas a la adicción a los alimentos, sino que también aquellos con
un peso inferior al normal mostraron una mayor probabilidad de padecer esta adicción.
En un estudio similar en Ancara con 851 individuos se identificaron un 12% de individuos
como adictos a la comida, estos tenían un IMC más alto (el 40% eran obesos) y
particularmente las mujeres tenían diariamente un consumo mayor en proteínas y grasas
que las no adictas. Por el contrario, los hombres con adicción tenían más problemas con
estos
mismos alimentos que los no adictos. También fue significativo que los individuos que
tenían educación universitaria presentaban menos “adicción a la comida” sin embargo la
adicción al alcohol, tabaco, la edad, el estado civil y l actividad física no fueron
significativos
Para evaluar la adicción a la comida en el contexto de los comedores compulsivos, se
obtuvo un cuestionario llamado "La Binge Eating Scale" adaptado al español. Los
resultados indicaron que este problema afectaba a más mujeres que a hombres y se
encontraron relaciones significativas entre el IMC, el consumo de alcohol, la impulsividad
y la adicción a la comida.
Gracias, se destaca el avance farmacéutico en la lucha contra esta adicción alimentaria. En
Estados Unidos, se ha autorizado el uso de un fármaco llamado "Lorcaserin IR", que afecta
el sistema nervioso de personas obesas, manifestando una sensación de saciedad. Si bien no
es infalible, este medicamento podría ser un primer paso prometedor para reducir la
epidemia de obesidad y la adicción a los alimentos.
En conclusión, estos estudios resaltan la importancia de abordar la adicción a los alimentos,
especialmente aquellos altamente procesados y poco saludables, como un problema
significativo para la salud pública. Identificar los factores de riesgo asociados y desarrollar
medidas preventivas podría marcar una diferencia en la lucha contra la obesidad y sus
4. consecuencias en la población. Además, el avance farmacéutico ofrece nuevas esperanzas
para combatir este problema y mejorar la calidad de vida de quienes luchan contra la
adicción a los alimentos.