1. Texto sobre la división de poderes
“Al interpretar la democracia como un sistema político caracterizado por la omnipotencia de la
mayoría, se abren loas puertas de la ciudad al populismo. Las mayorías no son de por sí
mágicas, ni el pueblo puede hacer siempre lo que quiere, so pena de graves vaivenes y aun
excesos. Para que florezca la libertad, la soberanía debe estar dividida y el pueblo no ha de
ejercer de soberano, sino sólo tener un voto de censura sobre las autoridades. Sin frenos ni
contrapesos que mantengan los poderes en un cierto equilibrio y frenen las extralimitaciones
de los poderosos, la democracia puede derivar en opresión.
La separación y división de poderes son una manera de concordar poderes y de obligarles a
tener en cuenta todos los intereses y puntos de vista, reduciendo la posibilidad de que alguna
minoría sea pasada por alto y explotada. Se trata de que las decisiones públicas se tomen por
unanimidad.
El principio de la separación y división de poderes no sería sostenible si no se aceptara la idea
de que la ley está por encima de los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial.
Las leyes, que deberían ser normas generales de aplicación universal, se convierten en
medidas que privilegian a unos y desfavorecen a otros, según haya sido su capacidad de
presionar a los redactores.
En la Constitución de los Estados Unidos, se establecían tres ramas del Estado: el Congreso, el
Presidente y su gabinete, y los tribunales federales, muy especialmente el Tribunal Supremo.
En realidad esas tres ramas no estaban separadas, sino forzadas a gobernar conjuntamente
cada una en su papel y a controlarse mutuamente.
La Constitución entregó la potestad legislativa al Senado y a la Cámara de Representantes;
pero el Presidente obtuvo poder de veto sobre los proyectos de ley. Los secretarios del
Gabinete y los altos funcionarios de la rama ejecutiva no podían formar parte de las Cámaras y
los había de elegir el Presidente fuera de ellas, práctica muy contraria a la de las Asambleas
parlamentarias, de cuyas mayorías salen los ministros; pero el Senado examinaría a los
candidatos a los cargos más importantes y ambas Cámaras crean comisi8ones de investigación
del comportamiento de la burocracia. Es cierto que en Estados Unidos, como en otras
democracias, el Ejecutivo ha ido ampliando su poder y sus funciones crecientemente, pero las
barreras establecidas por la Constitución han defendido el poder del Congreso con más éxito
que en otros lugares: incluso el Presupuesto se origina en la Cámara Baja, aunque se tomen en
cuenta oficiosamente las propuesta de la rama ejecutiva.
El Tribunal Supremo y los tribunales inferiores recibieron jurisdicción sobre todo los casos
judiciales y sobre las propias leyes de los Estados Unidos. De ahí ha nacido un poder de
revisión y de interpretación que ha convertido la rama judicial y en especial el Tribunal
Supremo, más que en explicador de la Constitución, en un verdadero legislador”.
Pedro Schwartz: “En busca de Montesquieu”