En este trabajo se analiza la categoría de populismo en el ámbito teórico conceptual, se pretende analizar y contrastar las diferentes teorías interpretativas del fenómeno a partir del estudio que realizan Aníbal Viguera y Carlos M. Vilas.
El populismo como categoría de análisis histórico social
1. UNIDAD 2: El POPULISMO COMO CATEGORÍA DE ANÁLISIS HISTÓRICO
SOCIAL. SIMILITUDES Y DIVERGENCIAS EN LOS CASOS.
En este trabajo se analiza la categoría de populismo en el ámbito teórico
conceptual, se pretende analizar y contrastar las diferentes teorías interpretativas
del fenómeno a partir del estudio que realizan Aníbal Viguera y Carlos M. Vilas.
El populismo es un ¿concepto, categoría de análisis, fenómeno, adjetivo?
Aníbal Viguera y Carlos M. Vilas, coinciden al señalar que populismo ha sido un
término, concepto, categoría de análisis, fenómeno de estudio (entre otros), al
que diversos especialistas del ámbito de las ciencias sociales han estudiado y del
cual han dan dado sus propias interpretaciones, que en muchos casos resultan
diversas, difusas, laxas, complejas, que dificultan conceptualizar el término y
retomarlo para analizar la situación de América Latina.
Aníbal Viguera muestra su preocupación al respecto cuando afirma:
“la vaguedad del término se manifiesta en primer lugar en una larga lista
de casos que se incluyen bajo la misma denominación: se designan
indistintamente movimientos, gobiernos, tipos de Estado, modelo de
acumulación, estilos políticos, ideologías, etc.1
Por otra parte Vilas, coincide en la observación de Viguera al señalar que
efectivamente el término aparece rodeado de vaguedad e imprecisión “populista
puede ser una organización tanto como un dirigente político, un gobierno, una
ideología, entonces la enumeración de todo lo que ha merecido el calificativo de
populista sería larguísima. En algunos casos, el uso del término se presenta como
un simple recurso de retórica que nada agrega a los análisis respectivos, pero que
tiñe con un tono descalificador al fenómeno así caracterizado. 2 En este sentido me
viene a la mente las declaraciones que en el momento actual, en medio de una
contienda electoral, a menudo realiza la Lic. Josefina Vázquez Mota, candidata por
el Partido Acción Nacional (PAN) a la Presidencia de la República, quien de
1
Aníbal, Viguera, “Populismo y neopopulismo en América latina” en: Revista Mexicana de Sociología, Vol.
55, núm. 3 (jul-sept. 1993) México, p. 49
2
Vilas, Carlos (comp), La democratización fundamental: el populismo en América Latina, México, CNCA,
1994, p.11
2. manera constante descalifica al candidato de las “izquierdas” Andrés Manuel
López Obrador y su propuesta de gobierno, a quien considera como
populista “la cara intolerante que hoy se autodefine como amorosa, pero es,
como le diría Javier Sicilia, profundamente intolerante y rodeado de fascistas.”3
Esta percepción, más no definición del término en cuestión, se inserta en la
dimensión ideológica, reconocida por Ernesto Laclau, en la que el populismo no se
define por sus bases sociales, ni por un tipo de régimen ni como superestructura
de ningún proceso social y económico específico, sino que se fundamenta en el
discurso.4 En este sentido también podríamos enmarcar una guerra de medios de
información que se suscitó en el año 2006, en el contexto de las elecciones
presidenciales en las que contendió Felipe Calderón y Andrés Manuel López
Obrador, en donde en uno de los spots en radio y televisión el Partido Acción
Nacional afirmaba que AMLO era un peligro para México, por ser “populista” y
amigo de Hugo Chávez, Lula da Silva, Fidel Castro y Evo Morales, presidentes
populistas desde la perspectiva del PAN. Como podemos observar, en este
argumento se expresa un rechazo, al populismo el cual se presenta con una
connotación negativa, se visualiza como un simple adjetivo peyorativo, cuando no
como un vulgar exabrupto5
Dimensiones del populismo: aproximación a una categoría de análisis
Viguera y Vilas advierten la importancia de aproximarse a una categorización del
término que permita analizar de que manera el populismo ha permeado a los
países de América Latina en el siglo XX, contexto en donde existe una diversidad
de situaciones denominadas en lo general populismo, pero con sus propias
particularidades, entre las que se reconoce la inserción de partidos, regímenes,
sectores sociales, líderes carismáticos o Estados centralistas que intervienen en la
economía.
Para iniciar con el desarrollo de este tema, nos parece importante identificar el
origen del término populismo, Vilas afirma que se puede encontrar tanto en la
Rusia Zarista del siglo XIX como en Estados Unidos, en ambos contextos,
determinados actores colectivos con un enfoque reformista de sus respectivas
sociedades se asignaron a sí mismos y a las organizaciones que expresaban sus
programas el nombre de populistas.
3
Zona Franca, Portal en internet, “El corrupto y el Populista, los dos candidatos que tiene el PRI: Josefina
Vázquez Mota”, nota periodística (2 de junio de 2012), *en línea+ http://www.zonafranca.mx/el-corrupto-y-
el-populista-los-2-candidatos-que-tiene-el-pri-josefina-vazquez-mota/ consulta [17-06-2012]
4
Viguera, Op.cit., p. 53, Vilas, Op.cit., p. 112.
5
Vilas, Op.cit., p.12.
3. En América Latina este fenómeno no ocurrió, nadie se ha llamado así mismo
populista, la denominación de un régimen, organización, programa o
estrategia populista “es ante todo consecuencia de un análisis y valoración
externos a los fenómenos analizados, que usualmente es rechazada por los
grupos dirigentes y organizaciones a los que se les endilga. 6
En segundo lugar, retomamos la clasificación que realiza Aníbal Viguera, quien
ante la diversidad de categorías, explicaciones o definiciones del populismo,
agrupa en dos dimensiones de análisis las principales conceptualizaciones
teóricas que se han hecho en torno a este fenómeno:
a. Los que privilegian definir al populismo como un determinado tipo de
participación o de dominación política: El populismo como fenómeno
político-ideológico.
b. Los que subrayan las políticas sociales y económicas que determinarán la
naturaleza del populismo: El populismo definido a partir de sus políticas
sociales y económicas.
Viguera argumenta que la clasificación que propone, se basa en que la mayoría
de las definiciones de populismo se instauran en alguna de las interpretaciones
descritas en los incisos. Estos dos elementos no son excluyentes, ambos se
superponen muchas veces en las interpretaciones. 7
El populismo como fenómeno político-ideológico
Tanto Viguera como Vilas analizan la génesis y principales características del
populismo, a partir del planteamiento de dos teóricos: Gino Germani y Torcuato di
Tella, en el análisis destacan algunos elementos propuestos por los autores
mencionados y critican algunos de sus planteamientos.
Gino Germani, considera al populismo como un fenómeno característico de la
transición de una sociedad tradicional a una moderna en los países
subdesarrollados, su marco de referencia es la teoría de la modernización. 8
Germani inscribe el populismo en los regímenes nacional-populares, a los que
ubica “como una de las desembocaduras posibles del proceso de modernización y
de progresiva democratización de las sociedades latinoamericanas” 9. Germani
explica que si en los países europeos ese paso se dio a partir de la consolidación
6
Vilas, Ibid., p.12.
7
Viguera, Op, cit., p.50.
8
Ibíd., p.51.
9
Vilas,Op,cit.,p.101
4. de una democracia representativa a la que las masas se fueron incorporando
mediante sucesivas reformas y participando en partidos políticos liberales u
obreros, en América esa transición ocurrió de manera diferente, dando lugar
a formas degradadas, puesto que la intervención de las masas en la vida política
se dio tempranamente en el contexto de los grandes cambios que sobrevinieron a
partir de la crisis de 1930, encontrándose con el atraso relativo o la inadecuación
de la estructura política. En este contexto la movilización no pudo ser encauzada a
través de los canales político- institucionales vigentes “debido a que la sociedad
no dispone de instrumentos políticos adecuados para incorporar a las masas
movilizadas, estas son reclutadas y manipuladas por distintas élites,
fundamentalmente por un líder, estos regímenes se caracterizan básicamente por
la negación de los valores elementales de la democracia representativa y por la
demagogia encarnada en la figura de un líder carismático”10.
Respecto a la figura del líder carismático, descrita por Germani, Vilas analiza la
importancia que la relación dirigente/masas asume en la caracterización del
populismo y las confusiones al respecto. Acepta que el culto al líder puede ser uno
de los aspectos más visibles de los regímenes, movimientos y partidos populistas,
sin embargo “el populismo no se reduce a este tipo de conducción personal.”
Él considera más saludable no perder la perspectiva de conjunto ni sesgar el
análisis que engloba el fenómeno.11
Finalmente, Germani afirma que diferentes grupos y políticos se apoyan en esas
masas movilizadas, disponibles para lograr sus objetivos, que no necesariamente
coinciden con los de las propias capas movilizadas. El comportamiento de éstas
es interpretado entonces en términos de irracionalidad, debido a que no existe
correspondencia entre medios y fines, no se adecuan al modelo clásico racional
de participación política y de heteronomía, “son masas que al desplazarse del
campo a la ciudad han quedado en estado de anomia (sin normas), lo que las
vuelve manipulables.12
Mientras que para Torcuato di Tella, el populismo aparece como una súbita
movilización, producida en los países subdesarrollados en condiciones de
privación relativa y de una revolución de aspiraciones provocada por los países
más avanzados. El populismo es ante todo, una variedad de movimiento político
10
Viguera Op.cit.,p.51
11
Vilas Op.cit.,p.49
12
Viguera Op.cit.,p.51
5. con fuerte apoyo obrero y/o campesino, que usualmente adquiere expresión
organizativa de tipo partidario. 13
Esto genera por un lado masas disponibles, movilizadas tempranamente y sin
experiencia de organización autónoma y por el otro, grupos de sectores medios o
altos con incongruencia de estatus, dispuestos a liderar a esas masas, la ideología
populista es un instrumento empleado por estos grupos para integrar a las masas
en una coalición policlasista. Di Tella encuentra en muchos movimientos estas
características, por ello la conceptualización del populismo ofrecida por este autor
es demasiado amplia, “de su propia enumeración de ejemplos es posible inferir
que todos los fenómenos políticos caben de una u otra manera en alguna de las
categorías de su tipología”.14
Por otra parte Viguera y Vilas, identifican dentro de esta misma categorización, la
propuesta realizada por otros autores que rescatan elementos comunes sobre
la movilización de masas desde arriba.
Viguera analiza, que desde una perspectiva marxista, se ve en el populismo una
estrategia de dominación política, instrumentada por los sectores dominantes para
neutralizar la posible movilización autónoma de los sectores populares ante el
fracaso o descomposición del sistema político oligárquico. En general estas
visiones señalan la movilización desde arriba, orientada a los sectores marginales
no típicamente obreros15. En esta línea de interpretación no existe en el populismo
una clase obrera autónoma, ya que el liderazgo proviene de clases o fuerzas
políticas ajenas a ella, desde esta óptica es más importante el estilo político que
sus eventuales plataformas o programas concretos de gobierno.
Se trata de las ideas de movilización de masas desde arriba, visualizada en
términos de manipulación y demagogia, donde las masas participan políticamente
a partir de su vinculación directa con el líder. Los sectores populares que
constituyen la base de los populismos serían entonces esos migrantes internos,
atrasados o tradicionales, recientemente movilizados: subproletariado (desde la
perspectiva marxista). Se destaca la ausencia de referencias a un determinado
proyecto socioeconómico como aspecto central en la caracterización del mismo,
las políticas económicas y sociales aparecen como un rasgo secundario, vistas
13
Vilas Op.cit.,p.105
14
Ibíd.,p.106
15
Viguera Op.cit.,p.52
6. críticamente por ser distributivas en términos de demagogia, improvisación y
patronazgo estatal destinado a lograr el apoyo político16
Viguera incluye ciertas definiciones que ven en el populismo una particular forma
de apelación ideológica, retoma a Norberto Bobbio quien señala que serían
populistas aquellas fórmulas políticas por las cuales el pueblo, considerado como
conjunto social homogéneo y como depositario exclusivo de valores positivos,
específicos y permanentes, es fuente principal de inspiración y objeto de
referencia. La apelación al pueblo es el rasgo decisivo que incluso da origen a la
denominación misma, en tanto tal puede aplicarse a fenómenos muy diversos en
distintas partes del mundo. 17
El populismo definido a partir de sus políticas sociales y económicas.
Viguera identifica el origen de esta categoría a partir de dos corrientes teóricas
principales: el marxismo y la teoría de la dependencia, entre los principales
teóricos menciona a Octavio Ianni Cardoso y Faletto y Guillermo O´Donnell (entre
otros).Estas tienen en común que hacen hincapié en el proyecto
socioeconómico que caracteriza a los movimientos y gobiernos populistas
de América Latina.18 Desde esta perspectiva el Estado populista adquiere un
papel protagónico al ser el impulsor de un modelo de acumulación y como garante
de su viabilidad, al intervenir en la economía y las relaciones sociales
redistribuyendo recursos. 19
Resulta interesante que estos autores señalan su génesis en la crisis del modelo
exportador acaecida en 1929 y de su contraparte el Estado oligárquico. Los
gobiernos emergidos de esta coyuntura impulsaron la industrialización orientada al
mercado interno de sustitución de importaciones. En este modelo el populismo
sería la expresión de los intereses de una alianza de clases formada por una
burguesía industrial nacional y las clases obreras emergentes y movilizadas. El
discurso populista es nacionalista, antiimperialista, anti oligárquico y desarrollista,
en este sentido se manifiesta como la conciliación de clases o de armonía entre
capital y trabajo.
Viguera advierte que en realidad la alianza de clases es conflictiva y transitoria,
esconde tensiones latentes que simultáneamente serán responsables de la caída
16
Ibíd., p.53.
17
Ibíd.
18
Ibíd.p.54.
19
Ibíd.p.55.
7. de los regímenes populistas en los años 50 y 60, en ella la burguesía
conserva la hegemonía y los sectores populares aparecen subordinados a
sus intereses 20
Un aspecto de relevante atención en este análisis es que el populismo implica dos
movimientos contradictorios, por un lado moviliza al ala obrera en apoyo al
proyecto de desarrollo, pero a la vez controla los alcances de dicha movilización
con el objeto de mantenerlos dentro de los límites compatibles con el
funcionamiento del sistema capitalista, por tanto su crisis tendría que ver con la
ruptura de esa alianza, esta se da cuando el populismo ya no es capaz de
mantener en equilibrio esos intereses contrapuestos.
Viguera menciona que O´Donell observa de manera primordial que la
caracterización del Estado populista radica en un carácter corporativo, sobre
todo por la cooptación y estrecho control que implica sobre los sindicatos.21En
este sentido Vilas opina que el populismo, promovió la convicción de que las
demandas resueltas exitosamente, no son las que se procesan entre las
organizaciones obreras directamente con las organizaciones patronales, sino las
que son mediadas por el Estado y sus aparatos específicos.22 Ubicando el caso de
las corporaciones en México en la época de Cárdenas, Arnaldo Córdova afirma
que el partido PRM funcionó como administrador de corporaciones más que como
administrador de masas. 23
Por su parte Weffort, señala que la autonomía del Estado es un rasgo central
para definir al populismo, explica que ante la crisis de hegemonía que se produce
a partir de 1930, expresada por la imposibilidad de las distintas clases para
imponer un proyecto al conjunto de la sociedad, el populismo aparece como un
Estado de compromiso que incorpora a las masas como factor de legitimación del
sistema político a la vez que satisface en parte sus necesidades. Vilas considera
que Weffort presenta con acierto el papel decisivo del Estado en la formación y
funcionamiento de las experiencias populistas. 24
Por otra parte Carlos Vilas “introduce algunos matices importantes dentro de esta
misma línea de análisis: define al populismo como una específica estrategia de
acumulación del capital” que hace de la ampliación del consumo personal un
componente esencial. A partir de esta dimensión material del fenómeno se
20
Ibíd.
21
Ibíd.
22
Vilas Op.cit.,p.96
23
Citado en: Vilas, Ibíd., 94.
24
Vilas Op.cit.,p.112.
8. explican también sus características político-ideológicas y las relaciones
entre los sectores sociales que ello implica. Dicha ampliación del consumo
personal no coincide necesariamente con la redistribución del ingreso, resalta
el hecho de que la decisión de instrumentar esta iniciativa de crecimiento no
corresponde necesariamente a la burguesía industrial, la cual suele oponerse a
ella en principio, “en general la burguesía industrial emergente se mostró distante
y desconfiada hacia los gobiernos populistas, tomó los beneficios definidos por las
políticas económicas , pero tendió a apoyar políticamente a la oposición”25 sino al
Estado, a través de una burocracia civil y militar que ocupa el poder. Critica
entonces el término alianza de clases, el ve en el populismo un conjunto fluido de
coincidencias y acuerdos o de equilibrios inestables de compromiso impuestos
desde afuera a la clases involucradas. 26
Alan Touraine, destaca el tipo de desarrollo impulsado por el populismo, el
cual explica las características políticas y sociales del fenómeno. “Se trata en este
caso de regímenes propios de los países dependientes en tanto se define como
una reacción de tipo nacional a una modernización que está dirigida desde el
exterior, que procuraría compensar la modernización inducida mediante un
incremento del control colectivo de los cambios económicos y técnicos”27 Touraine
define ciertas características del populismo entre las que destacan la apelación al
pueblo, la centralidad del Estado, el hecho de que Estado, nación ,sistema político
y actores sociales no constituyen esferas totalmente separadas. Más que hablar
de ciertos regímenes populistas habla de la política-nacional-popular, como la
forma dominante y característica de intervención social del Estado en América
Latina. Al margen de las diferencias entre los países existiría este modelo político
central que constituye uno de los aspectos principales del modelo latinoamericano
de desarrollo, define al populismo a partir de sus políticas económicas.
Finalmente Rudiger Dornbusch y Sebastian Edwards, parten de lo que
denominan la macroeconomía del populismo, lo definen como un enfoque al
análisis económico que hace hincapié en el crecimiento y la redistribución del
ingreso, y minimiza los riesgos de la inflación y el financiamiento deficitario, las
restricciones externas y las reacciones de los agentes económicos ante las
políticas agresivas que operan fuera del mercado. 28Se trata de políticas
económicas equivocadas que a menudo conducen a efectos negativos para los
propios sectores a los que dicen favorecer y que aparecen definidas casi por
oposición a las políticas correctas o liberales. Viguera destaca que este
25
Vilas Op.cit.,pp.75-76
26
Viguera Op.cit.,p.56.
27
Ibíd.p.56.
28
Ibíd.p.57.
9. planteamiento racionaliza en el plano académico lo que estaba presente
como crítica al populismo en el discurso económico o político corriente.
Casos: Chile, Perú el Varguismo en Brasil y el Cardenismo en México.
Hacia dónde orientar la categorización del fenómeno histórico-social
populista, algunas reflexiones.
Después de presentar diversas posturas y planteamientos sobre la categorización
del populismo, Aníbal Viguera se pregunta: ¿hasta dónde es útil “homogeneizar”
hechos, fenómenos tan diversos y hasta dónde esa inclusión en una misma
categoría no impide u obstaculiza la percepción de las diferencias importantes que
hay entre ellos?29
Llega a la conclusión de que es muy importante destacar analíticamente las
diferencias. Pone como ejemplo la revolución cubana y el peronismo, ambos
procesos pueden ser categorizados dentro del ámbito populista, pero sus
diferencias son muchas por lo que al categorizarlos dentro de un mismo modelo
no se podrían ver sus particularidades y repercusiones. Advierte el peligro de la
generalización del término. A partir de la descripción de algunos casos que se
inscriben en alguna de las dos dimensiones de análisis anteriormente descritas,
señala lo que las investigaciones recientes han matizado o replanteado. Propone
construir una interpretación que combine elementos de ambas dimensiones,
hacerse con precisión y teniendo en cuenta que habrá casos en que no
necesariamente vayan juntas, habrá que deslindar claramente a qué fenómenos
específicos se pretende incluir con la definición adoptada, revisar algunos de los
elementos que están presentes en ambas líneas de interpretación a la luz de los
avances historiográficos recientes sobre los casos nacionales y hacer estudios
comparativos
Sobre la primera dimensión de análisis que afirma que los sectores populares se
comportan como una masa disponible, que sigue al líder carismático o la segunda
que señala que las masas son cooptadas y corporativizadas a través de sindicatos
según los intereses del Estado populista, el autor sugiere matizar y atender a las
particularidades de cada caso, ya que los casos latinoamericanos respondieron de
formas diferentes ante el populismo. Por ejemplo la intervención del Estado en la
economía y en las relaciones laborales, los lazos entre sindicalismo y Estado
29
Ibíd.p.58.
10. comienzan antes de 1930 y aparecen de la mano de gobiernos diversos no
necesariamente definibles como populistas. 30
Sobre la alianza de clases, cuestiona su existencia real, en términos teóricos
podría preguntarse si no hay en esas definiciones una relación demasiado
mecánica y postulada más que verificada en los hechos, entre actores sociales y
políticos, en el sentido de interpretar rápidamente un tipo de movimiento o régimen
como expresión de los intereses de tal o cual clase.
Parece imprescindible distinguir analíticamente las dos dimensiones que en el
desarrollo de este trabajo se realizó: la que subraya el tipo de participación o el
estilo político y la que se basa en políticas sociales y económicas. No significa que
el concepto se deba formular a partir sólo de alguna de una de ellas, puesto que
se pierde la utilidad explicativa y comparativa
Viguera destaca que es importante identificar qué tipo de concepto queremos
construir, si lo que se busca es un concepto que dé cuenta de elementos
generales de la realidad latinoamericana en un determinado periodo, se puede
recurrir a la formulación de tipos ideales, que permitirían medir en cada caso la
presencia o ausencia de elementos que aparecen de manera recurrente pero no
necesaria en los distintos países, de esta manera los casos de populismo serían
fenómenos históricos específicos acerca de los cuales el concepto populismo
podría proporcionar criterios de observación e investigación.31
Por su parte Carlos Vilas menciona la importancia de considerar la dialéctica de la
sociedad que ha hecho posible y a veces también necesaria la etapa populista
como régimen político, dicha dialéctica determina así mismo las condiciones de su
superación o sustitución, su vigencia, caídas y resurgimiento.32
Bibliografía
Viguera, Aníbal, “Populismo y neopopulismo en América latina” en: Revista Mexicana de Sociología, Vol. 55,
núm. 3 (jul-sept. 1993) México.
Vilas, Carlos (comp), La democratización fundamental: el populismo en América Latina, México, CNCA, 1994.
Zona Franca, Portal en internet, “El corrupto y el Populista, los dos candidatos que tiene el PRI: Josefina
Vázquez Mota”, nota periodística (2 de junio de 2012), *en línea+ http://www.zonafranca.mx/el-corrupto-y-
el-populista-los-2-candidatos-que-tiene-el-pri-josefina-vazquez-mota/ consulta [17-06-2012]
30
Ibíd.p.60.
31
Ibíd.pp.65-66.
32
Vilas Op.cit., p.142.