Quisieron enterrarnos, pero no sabían que éramos semilla.
1. Quisieron enterrarnos, pero no sabían que éramos semilla.
El 26 de septiembre del 2014 se llevaron a 43 jóvenes estudiantes de la Escuela
Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero y, desde entonces, no me los puedo sacar
de la cabeza. En el pecho se me ha hecho un hueco del tamaño de los 43 y de los
otros miles que desaparecen en esa vastedad. No los conozco, nunca nos hemos
visto, jamás hemos cruzado palabra, pero los siento muy cercanos: tanto, que su
ausencia me lastima.
Desde hace años vengo pensando que el desaparecerlos es como enterrarlos;
que el enterrarlos es desaparecerlos. Pero hace tres años empecé a ver más
claramente que quienes se los llevaron, y quienes los mandaron, no sabían que
todos y cada uno de los que se han llevado han sido semilla y que muchos los
traemos bien sembrados en el pecho.
No pretendo dar una explicación de los hechos pues, mucha gente está hablando
de ello y lo ha explicado mucho mejor de lo que yo lo haría. Mi intención
solamente es expresar cómo me siento; decir lo enojada que estoy y lo triste que
se me ha ido pintando mi país y el mundo. Pero también quiero decir que, pese a
todo, me rehuso a perder la esperanza, y que conste que no es una esperanza
ingenua: sé que lo más probable es que los compañeros hayan sido asesinados,
pero también sé que una probabilidad, por más alta que sea, no es una verdad.
Pienso que ese pequeño espacio que es la posibilidad de que estén vivos, es la
semilla que debemos seguir cultivando. Porque puede pasar mucho tiempo, pero
no debemos olvidarnos de sus rostros, ni debemos dejar de gritar sus nombres.
Tampoco debemos, bajo ninguna circunstancia, dejar de exigir que se les
presente, que nos los regresen, porque vivos se los llevaron y vivos los queremos.
Pero también, me siento llena de orgullo, ese sentimiento que se genera al ser
mexicano, pero no ese mexicano flojo, el insensible, no ese mexicano mal
entendido, no, sino de ese mexicano que da la mano ante catástrofes como los
ocurridos el 7 y 19 de septiembre, ese mexicano que no entierra sus raíces, que a
contrario sigue floreciendo, estoy orgullosa de México y de cada una de sus letras
de lo Maravilloso que puede llegar a ser no solo por sus bellezas naturales, su
gastronomía, también de sus maestros, que antes de ir a proteger a los suyos
pone en resguardo a sus otros 20, 30, 40 hijos protegiéndolos como si fueran de
ellos. Estoy enamorada de ese sentimiento de Esperanza, de la emoción que se
siente al ver como rescatan a esas personas y mascotas bajo los escombros, de
cómo la sociedad civil se conmueve y trata de curar esos dolores por esas
pérdidas causadas. Me encanta que tu X a pesar que sean las cruces que caen
sobre las tumbas, siga sonando imponente y decisiva entre tus letras. Esa I que
nos define como mexicanos, si Inquebrantables, de que día a día nos volvemos
menos Inertes ante las injusticias. Pero de todas tus letras mis favoritas es la C, de
todas esas canciones que te describen pero sobre todo esa que como en los
2. mejores momentos estemos donde estemos nunca van a enterrar ese Canta y no
llores porque también eso es semilla.
Y por último de tu O, porque, ante los momentos más tristes, los mexicanos no
nos rendimos, resistimos, nos levantamos, no nos dejamos, y ante el mundo
somos un Orgullo porque ni un país tiene ese poder de unión como nosotros,
porque ya no esperamos que las autoridades nos resuelvan las cosas, que nos
den el apoyo, al contrario nos convoca a lidiar con valor, nosotros hacemos la
fuerza, porque siempre es así, los que menos tienen son los que más dan, porque
dan su corazón.
Se nos hacía muy difícil volver hablar de ti, y volver a creer en ti; pero ahora, te
digo que no has devuelto la sonrisa, y comienzas a cerrar todas esas heridas,
porque, volvemos a demostrar que, gracias a ti maestro, a ti estudiante,
licenciado, ama de casa, bomberos, médicos, abuelos, jóvenes gracias a ti
pequeño, gracias a cada uno de nosotros MÉXICO se levanta las veces que nos
tiren.
Pero entonces surge una pregunta o talvez varias ¿Sólo seremos así cuando las
cosas están mal? ¿Por qué no nos mantenemos así de unidos siempre?
Como estudiante normalista no los convoco, les exhorto a reflexionar, a que nos
pongamos la playera de mexicanos, que se siga fortaleciendo esa unidad, que se
siga cultivando el altruismo, que no enterremos eso que como mexicano nos
caracteriza, el ser solidarios, que se siga respetando la vida, las personas, el país,
y que aquellas que son indiferentes a los dolores a las injusticias que en el país se
han sentido, no nos tumben, que sigamos siendo uno mismo así como en las
malas pero sobre todo en las buenas, que protejamos este país, y seguir
floreciendo y transmitiendo generación tras generación esas buenas acciones.
Que todo el mundo desee ser mexicano.
Y esos que dicen gobernarnos y personas con intereses personales y aquellas sin
escrúpulos que han tratado de tirar México, de enterrarlo, nunca se imaginaron
que somos semilla y que hoy lo volvemos a confirmar; llegó ese momento donde
el pueblo se ha levantado por pan, libertad y tierra y que los únicos que han
temblado son los poderosos, porque somos nietos del 68, hijos del 85 y hermanos
de los 43.
Así les digo que me siento orgullosa de ser mexicana, ¡pero sobre todo de ser
Chiapaneca y normalista!
ALONDRA MARTÍN
ESCUELA NORMAL DEL ESTADO TURNO VESPERTINO.
TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS.