1. 4. Gráficos espacio-tiempo
Para describir correctamente lo que nos rodea tenemos que situarnos en el marco de
referencia adecuado. Para decirle a un amigo qué es un círculo lo mejor es coger una hoja de
papel y dibujarlo. El círculo tiene dos dimensiones espaciales y el papel igual. El plano del
papel es el marco adecuado. Si queremos explicarle qué es una esfera, ya no nos sirve el
papel. Lo ideal es darle, por ejemplo, una bola de billar que tiene tres dimensiones espaciales
y que la toque.
¿Cuántas dimensiones tiene nuestro universo y cómo podemos imaginarlo y describirlo?,
¿cuál es el marco adecuado? Aquí entra Einstein.
Einstein sabía que la luz (y toda radiación electromagnética) se mueve como máximo con una
velocidad de 300.000 km/s y se atrevió a proponer (adivinó) que nada en el universo podía
superar esta velocidad de la luz. Ésta es la base de su teoría especial de la Relatividad. Pero
lo que nos interesa aquí es que, si su teoría es correcta, podemos describir las distancias (las
dimensiones espaciales) como tiempos. Podemos decir que un kilómetro es la distancia que
recorre la luz en 1/(300.000) segundos, un kilómetro es ese tiempo. Con Einstein nos damos
cuenta de que los conceptos de espacio y tiempo están mezclados; que para describir
nuestro universo necesitamos las tres dimensiones espaciales más la dimensión temporal,
simultáneamente. Lo llamamos el espacio-tiempo de cuatro dimensiones, y, por lo que
sabemos hasta ahora, es el marco más adecuado para entender el universo actual.
Aunque podemos entenderlo con ayuda de las matemáticas, es difícil imaginarnos realmente
el espacio-tiempo de cuatro dimensiones (los físicos que investigan en ello tampoco pueden
hacerlo mucho mejor que nosotros). Nuestros cerebros se han desarrollado por evolución
adaptándose a un entorno tridimensional, no cuatridimensional. Visualizar un espacio de
cuatro dimensiones es más difícil que explicarle a nuestro amigo la esfera de tres
dimensiones con las dos dimensiones del papel; esto último no es imposible (porque nuestro
cerebro sí imagina tres dimensiones espaciales) pero no es fácil, y probablemente acabemos
echando mano de las matemáticas. Tocando el papel no basta.
Para entender el espacio-tiempo haremos el problema más fácil, de modo que podamos
visualizarlo. Imaginemos que sólo hay una dimensión espacial y que Einstein nos pide que
inventemos el espacio-tiempo de dos dimensiones. Entonces dibujaríamos un gráfico donde
un eje (por ejemplo, el horizontal) fuera el espacio y el otro eje (el vertical) el tiempo. En el
eje del tiempo podemos poner marcas, por ejemplo, cada segundo. Si queremos podemos
poner también marcas en segundos en el eje espacial (y cada marca correspondería a una
distancia de 300.000 km. Esto puede ser una unidad inconveniente para las medidas de cada
día: ¿cuánto mides tú de alto en segundos?). Por ello pongamos marcas normales, por
ejemplo, cada metro. Ahora jugamos a poner sucesos reales en este gráfico. Por ejemplo, tú
estás quieto a 3 metros de mí. Tu "trayectoria" en el gráfico espacio-tiempo es la línea recta
vertical que se muestra en la figura:
gráfico ampliado
2. En la figura superior, vemos que aunque tú estás quieto, el reloj sigue marcando los
segundos, tic-tac, tic-tac... y por eso tu trayectoria es una recta que se alarga a medida que el
tiempo pasa.
Ahora supón que te alejas de mí con una velocidad de 1m/s. Tu trayectoria en el gráfico
espacio-tiempo es una línea recta inclinada así:
gráfico ampliado
Modifiquemos ligeramente el gráfico, y pongamos en el eje horizontal (el de las distancias) la
altura que tienes sobre el suelo (el eje vertical lo dejamos como estaba, el tiempo). Intenta
visualizar ahora que si das un salto hacia arriba tu trayectoria en el gráfico espacio-tiempo es
una curva llamada parábola (ver figura), supuesto, claro, que hay una fuerza de gravedad
que "tira" de tí hacia abajo.
gráfico ampliado
Éste es un resultado muy interesante: las trayectorias en el gráfico espacio-tiempo son
curvas cuando actúa la gravedad.
Ahora vamos a ser más valientes y vamos a representar la trayectoria en un gráfico espacio-
tiempo de tres dimensiones (ahora serán dos dimensiones espaciales, más el tiempo) de un
planeta (por ejemplo, la Tierra) en órbita circular alrededor del Sol. Ya hemos aprendido que
el eje del tiempo siempre corre igual, los segundos aumentan monótonamente como dice
nuestro reloj, tic-tac-tic-tac... así que la trayectoria de la Tierra en este gráfico es una hélice
regular y de sección circular. Para hacer este gráfico (ver figura), tenemos un problema
insalvable (describir tres dimensiones en un mundo de dos, el papel) que arreglamos mal que
bien como es habitual, con una perspectiva.
gráfico ampliado
Pero lo importante es que vemos de nuevo que donde hay gravedad (la Tierra y el Sol
atrayéndose) las trayectorias en los gráficos espacio-tiempo son curvas (no son líneas
rectas). Este resultado es la clave para entender la genial idea de Einstein sobre la gravedad:
Si en el universo siempre hay gravedad, dado que hay muchas masas y la fuerza gravitatoria
tiene un radio de acción infinito, entonces todas las trayectorias en el espacio-tiempo han de
ser líneas curvas. "¡Qué Universo tan curioso!", pensaría Einstein, "no hay trayectorias
rectas, todos los cuerpos van en trayectorias curvas viajando por el espacio y por el tiempo...
Entonces, ¿por qué empeñarse en describir el Universo usando un espacio plano de tres
dimensiones... ¿No sería mucho mejor imaginar que el espacio-tiempo no es plano, sino que
se ha "deformado" por las masas adquiriendo una geometría no-euclidiana?"
3. En el experimento 3 y el experimento 4 visualizaremos estos conceptos y aprenderemos otra
cosa igual de extraña: en las geometrías no-euclidianas, las trayectorias que siguen los
objetos sí son "rectas", pero en el sentido matemático más general de la palabra (es decir, las
líneas más cortas entre dos puntos en esa geometría).
Resumiendo: desde el punto de vista de Newton, la Tierra sigue una trayectoria en el espacio
euclidiano en forma de elipse (por cierto, es casi una circunferencia) alrededor del Sol. Desde
el punto de vista de Einstein, la Tierra sigue la trayectoria más corta posible (una geodésica o
"recta" generalizada) en un espacio-tiempo que ya no es euclidiano porque ha sido
deformado por la masa del Sol.