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Odontología
preventiva
Dra. Bertha Yoshiko Higashida Hirose
Médico Cirujano
Profesora de Educación para la Salud
UNAM
segunda edición
MÉXICO • BOGOTÁ • BUENOS AIRES • CARACAS • GUATEMALA • LISBOA
MADRID • NUEVA YORK • SAN JUAN • SANTIAGO
AUCKLAND • LONDRES • MILÁN • MONTREAL • NUEVA DELHI
SAN FRANCISCO • SINGAPUR • ST. LOUIS • SIDNEY • TORONTO
Odontología
preventiva
KWWSERRNVPHGLFRVRUJ
Director editorial: Javier de León Fraga
Editor sponsor: Gabriel Romero Hernández
Supervisora de edición: Norma Leticia García Carbajal
Supervisor de producción: José Luis González Huerta
Diseño de portada: Victor Ortiz
NOTA
La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se requerirán
cambios de la terapéutica. El (los) autor(es) y los editores se han esforzado para que los cuadros de dosificación
medicamentosa sean precisos y acordes con lo establecido en la fecha de publicación. Sin embargo, ante los
posibles errores humanos y cambios en la medicina, ni los editores ni cualquier otra persona que haya participado
en la preparación de la obra garantizan que la información contenida en ella sea precisa o completa, tampoco son
responsables de errores u omisiones, ni de los resultados que con dicha información se obtengan. Convendría
recurrir a otras fuentes de datos, por ejemplo, y de manera particular, habrá que consultar la hoja informativa
que se adjunta con cada medicamento, para tener certeza de que la información de esta obra es precisa y no se
han introducido cambios en la dosis recomendada o en las contraindicaciones para su administración. Esto es
de particular importancia con respecto a fármacos nuevos o de uso no frecuente. También deberá consultarse a
los laboratorios para recabar información sobre los valores normales.
Odontología preventiva
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra,
por cualquier medio, sin autorización escrita del editor.
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McGRAW-HILL INTERAMERICANA EDITORES, S.A. de C.V.
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	Prolongación Paseo de la Reforma 1015, Torre A, Piso 17, Col. Desarrollo Santa Fe,
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	 Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Reg. Núm. 736
ISBN 13: 978-970-10-6927-1
1234567890				 048765432109
Impreso en México				Printed in Mexico
A la memoria de mis padres
A mi hijo y su familia
A Jorge
Capítulo 1	 Odontología preventiva  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Capítulo 2	Asepsia y antisepsia   .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 5
Capítulo 3	Proceso salud-enfermedad   .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  27
Capítulo 4	 Historia natural de la enfermedad   .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  33
Capítulo 5	Introducción a la inmunología  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Capítulo 6	Placa dentobacteriana   .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 63
Capítulo 7	 Ecología, demografía y salud   .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  85
Capítulo 8	 Caries dental   .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 121
Capítulo 9	 Medidas preventivas en odontología   .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 145
Capítulo 10	Introducción al método científico   .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 203
Capítulo 11	Epidemiología   .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 211
Capítulo 12	 Bioestadística   .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 235
Capítulo 13	 Historia clínica   .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 251
		Anexo. Norma Oficial Mexicana NOM-013-SSA2-1994 para la Prevención
y el Control de Enfermedades Bucales   .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 273
		Índice alfabético   .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 293
Contenido
De acuerdo con los datos de la Organización Mun-
dial de la Salud (OMS), México se encuen­tra entre los
países con alto rango de frecuencia de enfermedades
bucales. Éstas se hallan entre las cinco de mayor de-
manda de atención en los servicios de salud.
	En muchas ocasiones los individuos acuden al
odontólogo cuando la enfermedad está avan­zada, lo
cual implica molestias, pérdida de tiempo, ausentis-
mo en la escuela o en el traba­jo, e incluso se eleva el
costo de la atención bucal.
	 La mayoría de las enfermedades bucales pueden
ser controladas con actividades preventi­vas primarias
y secundarias (diagnóstico tem­prano y tratamiento
oportuno), por lo que la odontología debe hacer énfa-
sis en la prevención integral.
Prólogo
	En la actualidad, el autocuidado de la salud ha co-
brado gran importancia, de ahí que se deba insistir en
el fomento de hábitos, valores y acti­tudes favorables a
la salud.
	Entrelosvaloresquesedebeninculcarestánelamora
la vida, al propio cuerpo y a la salud, por lo que la odon-
tología preventiva debe resaltar la importancia de la sa-
lud bucal como parte de la salud integral del individuo.
	En esta obra me he permitido proporcionar al-
gunas bases, no sólo para cumplir con los ob­jetivos
y contenidos de un programa, sino para brindar al
alumno una visión más completa del proceso salud-
enfermedad en el ser humano, al considerarlo como
una unidad biopsicosocial que forma parte de una fa-
milia y una co­munidad.
Odontología
preventiva
Odontología preventiva 1
Odontología
preventiva
Antecedentes históricos
de la odontología
La palabra odontología proviene de los términos odon-
tos (diente) y logos (tratado o estudio), por lo cual eti-
mológicamente significa tratado o estudio de los dien-
tes. Sin embargo, la odontología es ciencia y arte a la
vez: por una parte, requiere de fundamentos teóricos y
concepciones científicas acertadas y comprobadas; por
otra, exige habilidad y manejo de técnicas y procedi-
mientos para ejecutar ideas relacionadas no sólo con
los dientes, sino con todas las estructuras de la boca.
La revisión de la historia de la odontología reve-
la ya entre los egipcios la existencia de médicos cuyas
prácticas curativas de los dientes se enfocaban al tra-
tamiento de caries, enfermedades periodontales, abs-
cesos periapicales y abrasiones intensas.
En Babilonia, el Códice de Hammurabi menciona
sanciones para el médico que causara la pérdida de
un diente, lo cual hace suponer que los dientes eran
órganos muy valorados.
Los dientes entre los hebreos simbolizaban fuerza
y belleza. En libros como el Talmud se mencionan as-
pectos preventivos, por ejemplo, “el abuso del vinagre
debe evitarse, pues es tan dañino a los dientes como
el humo a los ojos”, y al igual que en el “Corpus Hi-
pocraticus” griego, se recomendaba al máximo evitar
la extracción de los dientes. Por su parte, los romanos
aconsejaron el uso de un polvo llamado “nitrium” para
pulir los dientes, así como de un palillo de dientes en-
tre un platillo y otro; además, remplazaban los dientes
perdidos con piezas dentales de ternera o carnero o
con prótesis removibles en lámina de oro.
La medicina y la odontología alcanzaron un gran
adelanto en la primera escuela médica fundada en el
siglo x: la Escuela de Salerno. Se utilizaban instrumen-
tos para tratar los abscesos, así como para la limpieza
dental. Albucasis recomendó realizar el aseo de los
dientes con la corteza de un árbol que tenía propieda-
des astringentes.
En México, durante la época prehispánica se con-
cedía gran importancia a una dentadura completa y se
obturaban las cavidades con polvo de dientes. Asimis-
mo, se han encontrado muchos vestigios de dientes
adornados con incrustaciones y tallados.
Según los datos relativos a la prevención, la limpie-
za de la “toba” o sarro dental ya se realizaba en el siglo
xvi.
En Inglaterra, en el siglo xvii, el barbero cirujano
Charles Allen escribió el primer libro que menciona
reglas para la preservación de los dientes.
El “Florilegio medicinal”, escrito por fray Juan de
Esteyneffer, menciona tratamientos, pero la prácti-
ca odontológica permanecía alejada de los avances
científicos y técnicos que existían en otras partes del
mundo. El odontólogo era considerado charlatán y
sacamuelas. Fue hasta el siglo xix cuando se regula-
rizó la actividad del barbero cirujano, la cual debía
registrarse en el “Protomedicado”; sin embargo, muy
pocos reunían los requisitos.
En esa época las caries se trataban con ácidos, ál-
calis o calor directo y se obturaban con materiales
de poca duración; también se vendía el “agua para
blanquear y fortificar la dentadura”, así como el “elíxir
odontológico” para el dolor de dientes y encías, contra
el sarro y para prevenir el escorbuto.
Capítulo 1
2 Capítulo 1
Los primeros odontólogos surgieron en la segunda
mitad del siglo xix y empezaron a realizar publicacio-
nes; así, en 1894, Mariano N. Ruiz escribió La dentadura
natural y artificial, manera de conservarla y repararla.
En el siglo xx se elaboró el plan de estudios para
la enseñanza de la odontología con propósitos curati-
vos. En 1916, la Facultad Odontológica contempló ya
la enseñanza de la higiene, aunque de manera secun-
daria.
Por fin, hacia 1960, se valoró la importancia de la
prevención y la salud pública. En la Secretaría de Sa-
lubridad y Asistencia de México, durante la adminis-
tración del doctor José Álvarez Amézquita, se creó
la Dirección de Odontología cuyos objetivos fueron:
impulsar el desarrollo de procedimientos preventivos
en los diferentes departamentos dentales correspon-
dientes a los centros de salud del país; divulgar, sobre
todo en el ámbito escolar, los principios higiénicos
para fomentar la salud dental, y estudiar la viabilidad
de la fluoración del agua potable o la sal de consumo.
En los últimos años, la enseñanza de la odontología
se ha modificado. Así, se concede importancia a la
promoción de la salud y a la prevención de las enferme-
dades; por ello, en el primer año de la licenciatura el
estudiante está obligado a llevar un curso de odon-
tología preventiva y salud bucal. Este tipo de cursos
tiene como objetivo lograr que el futuro odontólogo
valore la importancia de la prevención para disminuir
la frecuencia de enfermedades bucales en los aspectos
individual y colectivo, y de ese modo identificar dicha
prevención como parte esencial de la salud.
Definición
La odontología preventiva es actitudes, aspecto que
comprende el cambio en la escala de valores, cuyo
valor más alto es el mantenimiento de la salud bucal.
Se puede definir como la suma total de esfuerzos por
promover, mantener y restaurar la salud del individuo
mediante la promoción, el mantenimiento y la restitu-
ción de la salud bucal.
Por lo general, las personas acuden a consulta
odontológica cuando padecen caries avanzada o sus
complicaciones, y muchas veces lo hacen cuando ya es
imposible conservar los dientes. Por ello, la tendencia
actual de la odontología es la prevención.
Entre las razones que tienen las personas para evitar al
odontólogo se encuentran:
Negligencia personal.
El tratamiento dental se percibe como costoso.
Pesimismo e ignorancia respecto de la enfermedad
y el tratamiento dental.
Duda sobre los motivos y reacciones del odontólo-
go acerca del paciente.
Miedo y ansiedad de naturaleza consciente e in-
consciente.
Retroalimentación negativa o declaraciones in-
tranquilizadoras sobre la odontología recibidas de
amigos o familiares.
Pérdida de la confianza en el odontólogo debido a:
͍ Tratamiento previo ineficaz o mal efectuado.
͍ Trabajo anterior de corta durabilidad.
͍ Tratamientos y extracciones innecesarias o du-
dosas.
͍ Cobro elevado de honorarios por un tratamien-
to ineficaz.
͍ Experiencias previas dolorosas.
͍ Conductas negativas del odontólogo (por ejem-
plo, regaño por una deficiente higiene oral).
La filosofía de la odontología preventiva incluye:
1. Considerar al paciente como unidad y no como
un conjunto de dientes enfermos.
2. Si el paciente tiene una boca sana, tratar de con-
servar la salud.
3. Diagnosticar y tratar lesiones lo más pronto po-
sible.
4. Rehabilitar al paciente.
5. Dar educación para la salud del individuo, la fa-
milia y la comunidad.
Importancia de la odontología
preventiva y niveles
de prevención
Se consideran problemas de salud pública en el mun-
do los siguientes:
1. Caries dental.
2. Enfermedad periodontal.
3. Anomalías dentofaciales.
•
•
•
•
•
•
•
Odontología preventiva 3
4. Maloclusiones.
5. Cáncer bucal.
6. Malformaciones de tejidos dentales.
7. Traumatismos maxilofaciales.
8. Fluorosis dental.
De ese modo, resulta que la caries dental y la en-
fermedad periodontal son las enfermedades más fre-
cuentes en la población, por lo cual existen muchas
personas con caries sin obturar y desdentadas. Tam-
bién son comunes el cáncer bucal y las maloclusiones.
Lo más importante de estos padecimientos es que
pudieron evitarse.
Un programa de odontología preventiva debe rea-
lizarse en dos niveles: el hogar y el consultorio.
Las medidas a seguir en el hogar incluyen:
1. Prácticadeunahigienebucalcorrecta,usodeden-
tífricos y, cuando se requiera, enjuagues con flúor.
2. Dieta adecuada.
3. Tratamiento de cualquier enfermedad potencial-
mente perjudicial para las estructuras de la boca.
4. Acudir a las citas con el odontólogo.
El odontólogo debe considerar al paciente como
una unidad biopsicosocial, es decir, como un ser hu-
mano completo, y por ello debe preguntar a ese pa-
ciente qué espera del odontólogo y cuáles son sus co-
nocimientos y sus temores. Asimismo, el programa en
el consultorio debe contemplar:
1. Control de placa dentobacteriana.
2. Aplicación de diferentes métodos preventivos,
entre ellos uso de fluoruro en distintos medios.
3. Instrucción al paciente acerca de dietas y ali-
mentación.
4. Aplicación de pruebas para valorar actividad de
caries.
5. Uso de selladores en fosetas y fisuras.
6. Educación y enseñanza para el paciente.
7. Seguimiento o control con una frecuencia defi-
nida.
Uno de los objetivos primordiales de un programa
de odontología preventiva consiste en ayudar al pa-
ciente a mejorar los hábitos que contribuyen al man-
tenimiento de la salud bucal. Por tanto, es necesario
enseñarle a reconocer la existencia de estados inde-
seables en su boca, a comprender cómo se producen y
a controlarlos.
Respecto al aprendizaje, Bloom estableció seis nive-
les: conocimiento, comprensión, aplicación, análisis,
síntesis y evaluación. Por desgracia, la mayoría de las
personas tiene conocimientos y comprende, por ejem-
plo, que son necesarios el cepillado y el uso del hilo
dental; muchas demuestran cómo se hace (nivel de
aplicación), pero no lo practican; tampoco analizan,
sintetizan ni evalúan estas actividades.
Para que una persona pueda aprender debe tener
motivación, que se puede definir como el conoci-
miento y la voluntad interiores para actuar, es decir,
un impulso interior que impele a una persona a sa-
tisfacer una necesidad.
El odontólogo tiene que reconocer el esfuerzo de los
sujetos que tienen una boca sana. También debe estar
consciente de que las personas tienen necesidades, en-
tre ellas: fisiológicas, de seguridad, de reconocimiento
social, de autoestima y de autorrealización (fig. 1-1).
Abraham Maslow veía al organismo como un todo
organizado e integrado y no sólo como una colección
de órganos y funciones separadas. Se refería a las ne-
cesidades como las fuerzas internas de una persona
que llevan a la acción. Consideraba que una perso-
na realiza acciones para satisfacer estas necesidades,
las cuales pueden ser:
De autorrealización
De autoestima
De reconocimiento social
De seguridad
Fisiológicas
Figura 1-1. Necesidades del individuo según Maslow.
4 Capítulo 1
1. Fisiológicas o de supervivencia, es decir, aquellas
que son vitales, como comer, beber agua, tener la
temperatura adecuada, el sueño, etc.
2. De seguridad, por ejemplo, tener tranquilidad,
vivienda, trabajo, etc.
3. De reconocimiento social, que incluyen la necesi-
dad de amor y pertenencia social.
4. De autoestima, que incluye un sentimiento de va-
lor personal, logros, dignidad, confianza, destre-
za, competencia, prestigio y nivel social.
5. De autorrealización, es decir, tendencia positiva
hacia al desarrollo, conocimientos, alcanzar la
cima en el campo de desempeño, etc.
El individuo satisface por sí solo las necesidades
fisiológicas, como el hambre y la sed, entre otras, y
de manera similar trata de cumplir con sus requeri-
mientos de seguridad, como vivienda, trabajo, etc.
El odontólogo puede desempeñar una función muy
esencial en la motivación del paciente para satisfacer
necesidades sociales, como pertenecer a un grupo, ser
aceptado y reconocido, lograr autoestima y dignidad:
una boca sana, un aliento fresco y una sonrisa agrada-
ble son importantes para alcanzar aceptación social y
mejorar la autoestima.
Problemas de salud bucal
en América e importancia
de la prevención
En 1990, la Organización Mundial de la Salud infor-
mó que sólo una de cada 10 personas tiene la totali-
dad de sus dientes sanos y obturados. La caries dental
constituye una enfermedad de carácter universal, ma-
nifiesta su ataque desde el primer año de vida, afecta
más o menos al 91% de la población mayor de cinco
años de edad y es más frecuente entre las personas de
cinco a 14 años de edad.
Las enfermedades periodontales ocurren con fre-
cuencia en personas de mayor edad; sin embargo,
junto con la caries constituyen problemas graves de
salud, no sólo por su carácter mutilador, sino por las
complicaciones sistémicas generadas.
Es imposible resolver esos problemas con la mera
atención odontológica curativa, ya sea a través de ins-
tituciones de salud públicas o privadas. La situación
es más grave si se analiza la baja cantidad de recursos
humanos enfocada a brindar atención.
Distribución de la caries
a nivel mundial
Según datos de la OMS, la caries es la enfermedad más
frecuente. Con base en el índice CAOD a los 12 años
de edad, los dientes cariados + ausentes + obturados
de un total de sujetos examinados tenía como objetivo
llegar a índices menores de 2.
En Europa, casi todos los países tienen índices me-
nores de 2. En países de América, Estados Unidos tie-
ne un índice de 1.4 y Canadá de 3.4.
En cambio, en México el índice es de 4.5 a 6 y pre-
dominan los dientes cariados sin obturar.
En Centroamérica y Sudamérica se tiene un índice
de 5 y más, con excepción de Argentina y Cuba.
En África, este índice varía entre los diferentes paí-
ses, desde menos de 1.5 hasta 4.
Esto mismo se observa en Asia, donde hay países
que tienen un índice entre 3.5 y 5, hasta otros que tie-
nen de 0.9 a 1.8.
En Australia el índice es de 1.2.
Asepsia y antisepsia 5
Asepsia
y antisepsia
Conceptos
El odontólogo debe proteger a sus pacientes de las
infecciones, pero también corre el peligro de que
las personas estén enfermas o sean portadoras, es de-
cir, que alberguen en su organismo algún agente pató-
geno (capaz de producir enfermedad) sin tener mani-
festaciones clínicas. Por ello, la manera más segura de
evitar riesgos es considerar a todos los pacientes como
contaminantes potenciales.
La transmisión de la infección puede llevarse a
cabo:
1. De paciente a odontólogo.
2. De odontólogo a paciente.
3. De paciente a paciente.
Por otra parte, el odontólogo, como miembro de
un equipo de salud, no debe negar atención a pacien-
tes con enfermedades infecciosas, como infección por
hepatitis B o por virus de inmunodeficiencia humana
(VIH). Por ello, debe conocer muy bien las medidas
de asepsia y antisepsia. En este sentido, es necesario
revisar los siguientes conceptos: infección, asepsia,
antisepsia y contaminación cruzada.
Infección es la entrada y desarrollo o multiplicación
de un agente patógeno biológico en el organismo de
una persona o un animal, y el afectado puede tener
manifestaciones clínicas (enfermedad infecciosa) o
carecer de ellas. La infección no manifiesta sólo puede
identificarse por métodos de laboratorio o pruebas es-
pecíficas, por lo cual se le conoce también como infec-
ción asintomática, inaparente u oculta. La presencia de
agentes infecciosos vivos en la superficie del cuerpo,
en prendas de vestir o artículos sucios no constituye
infección sino contaminación.
Asepsia es el estado libre de infección; constituye el
método de prevenir infecciones mediante la destruc-
ción o evitación de agentes patógenos, principalmen-
te por medios físicos. El material aséptico no posee
microorganismos vivos ni sus formas de resistencia y
permite trabajar con asepsia.
Antisepsia es el conjunto de procedimientos o mé-
todos que disminuyen o destruyen microorganismos
en tejidos vivos. Al utilizar productos bacteriostáticos
o germicidas en las personas se realiza antisepsia.
En el ámbito odontológico, los principales tipos
de exposición a microorganismos patógenos o poten-
cialmente patógenos son:
1. Accidente percutáneo con objetos cortantes o
punzantes contaminados.
2. Salpicadura de productos biológicos contamina-
dos hacia la mucosa conjuntival.
3. Aerosolización y posterior inhalación de pro-
ductos biológicos contaminados.
4. Exposición de piel lesionada a productos bio-
lógicos contaminados.
5. Contaminación del campo operatorio como con-
secuencia de accidente percutáneo o lesiones cu-
táneas exudativas o vesiculares del odontólogo.
Lo anterior obliga a conocer el concepto de con-
taminación cruzada, que consiste en el paso de un
agente infeccioso de una persona a otra a través de
un objeto, instrumento o material contaminado. Para
prevenirla es indispensable:
Capítulo 2
6 Capítulo 2
1. Reducir el campo de contaminación. Para dismi-
nuir la dispersión de aerosoles, gotas y salpicadu-
ras debe colocarse al paciente en posición correc-
ta y, en caso necesario, utilizar succión y un dique
de hule. El campo de contaminación también dis-
minuye si se evita el contacto con objetos, como
teléfonos o agendas, durante los procedimientos
operatorios. Si es imprescindible utilizar dichos
objetos deben colocarse otros guantes.
2. Lavarse las manos.
3. Utilizarinstrumentalymaterialdesechablesiem-
pre que sea posible.
4. Manejar de manera adecuada y cuidadosa todo
el material e instrumental punzocortante.
5. Realizar los procedimientos de limpieza, des-
infecciónyesterilizaciónadecuadosalascaracte-
rísticas del equipo e instrumental contaminado.
Esterilización y desinfección
La esterilización es el proceso usado para destruir toda
forma de vida microbiana, por ejemplo, virus, bacte-
rias, hongos y esporas en cualquier parte u objeto.
La desinfección consiste en eliminar las formas ve-
getativas de los microorganismos patógenos en todos
los ambientes, materias o partes en que sean nocivas y
en diversos niveles de actividad biocida. Los desinfec-
tantes de nivel biocida bajo, como los compuestos de
amonio cuaternario, son sustancias que sólo destru-
yen formas vegetativas de ciertos microorganismos
ambientales o superficiales comunes, pero no tienen
efecto en virus o microorganismos resistentes, como
el virus de la hepatitis B o las micobacterias. Los des-
infectantes de nivel biocida intermedio (p. ej., los com-
puestos clorados, yodóforos y fenoles) tienen mayor
poder porque inactivan a los microorganismos men-
cionados. Por último, los antisépticos de nivel biocida
alto inactivan a todos los microorganismos y a las es-
poras bacterianas; un ejemplo de ellos es el glutaralde-
hído al 2% durante seis a 10 h.
Antes de establecer qué objetos deben esterilizarse
y cuáles deben desinfectarse es indispensable tener en
cuenta la siguiente clasificación:
1. Objetos críticos. Es el instrumental que penetra
tejidos blandos o duros de la boca, por ejemplo:
explorador, espejo, bisturí, fresas, fórceps y, en
general, instrumental quirúrgico. Requieren de
esterilización.
2. Objetos semicríticos. Son los que tocan pero no
penetran tejidos blandos o duros, por ejemplo,
el condensador de amalgama y la pieza de mano.
Es preferible esterilizarlos pero pueden someter-
se a desinfección de nivel alto.
3. Objetos no críticos. Son las manijas de la lám-
para, aparato de rayos X, mesa de trabajo, etc.
Puede aplicarse en ellos la desinfección de nivel
intermedio.
Cuadro 2-1. Temperaturas y tiempos mínimos recomendados para la esterilización por calor de instrumentos y materiales
Método según materiales
Grados
centígrados kg/cm2
Minutos
Hornos de calor seco, aire estático: instrumental no envuelto 170 – 60
Hornos de calor seco, flujo forzado: instrumental no envuelto 200 – 6
Vapor de agua a presión: instrumental no envuelto 134 2 3
115 1 15
Vapor de agua a presión, autoclave: instrumental envuelto 134 2 12
115 1 30
Vapor de agua a presión, autoclave: campos quirúrgicos, gasas 121 1 30
Vapor de agua a presión, autoclave: desechos biológicos 121 1 90
Vapor de químico a presión, quemiclave: instrumentos envueltos 132 1.5 20
Fuente: SSA. Norma Oficial Mexicana NOM-013-SSA2, para la prevención y control de enfermedades bucales. México: SSA, 1994.
Asepsia y antisepsia 7
Procedimientos de esterilización
Éstos incluyen vapor a presión (autoclave), calor seco,
gas de óxido de etileno, vapor químico y soluciones
químicas. De ellos, los más recomendables son el va-
por a presión y el calor seco (cuadro 2-1), pero es muy
importante lavar con cuidado el instrumental para
eliminar restos de sangre, saliva, moco, tejido y otros.
El lavado puede realizarse con agua y jabón deter-
gente y la ayuda de un cepillo, o mediante un limpia-
dor ultrasónico; este último tiene la ventaja de despe-
gar residuos de los sitios inalcanzables para el cepillo.
El personal responsable de limpiar y descontaminar el
instrumental debe utilizar guantes gruesos de hule.
Justo después de lavar los instrumentos, es indis-
pensable secarlos para evitar su oxidación y corro-
sión. Lo mismo debe hacerse en caso de esterilizar con
solución química, para no alterar la dilución de ésta.
Las recomendaciones a seguir para preparar el ins-
trumental de esterilización son las siguientes:
1. En lo posible, limitar el tamaño y la densidad
del paquete, así como su cubierta protectora
para asegurar la penetración uniforme del vapor
(fig. 2-1).
2. Colocar la carga separada de manera que presen-
te la menor resistencia posible al paso del vapor
a través de ella.
3. Utilizar siempre “papel testigo” adhesivo o bio-
lógico que compruebe que el material ha sido
esterilizado.
4. Los objetos cortantes o con posibilidades de
romperse se envuelven previamente en una toa-
lla de papel.
5. Para facilitar el manejo posterior pueden envol-
verse juntos varios instrumentos, por ejemplo:
A. Instrumental básico para examen inicial: es-
pejo, explorador, excavador, pinzas para al-
godón, sonda periodontal, torundas, gasas y
abatelenguas.
B. Instrumental básico para alisado radicular y
raspado gingival: raspadores y curetas.
C. Instrumental básico para pulido: ángulo para
profilaxis, copa de caucho, cepillo oclusal y
vasito de vidrio.
1
2
3 4 5
Figura 2-1. Manera de envolver un paquete para efectuar esterilización.
8 Capítulo 2
Vaporapresión
En la esterilización eficaz se utiliza calor a altas tem-
peraturas en forma de vapor saturado bajo presión.
El método físico más aceptable para esterilizar ins-
trumentos es la autoclave, que proporciona 775.72
mmHg (15 libras) de presión a nivel del mar, y por
lo general se usa a 121°C durante 30 min, aunque el
tiempo puede disminuirse con temperaturas más al-
tas. Sus ventajas son: ciclo de corta duración, buena
penetración y amplio margen de los materiales facti-
bles de procesar sin afectarlos.
Para esterilizar en la autoclave es recomendable
envolver el equipo con tela de algodón, papel estraza,
bolsas de nailon o celofán.
Calorseco
El calor seco es menos efectivo que la autoclave, pero
es más económico. Tiene la ventaja de ser eficaz y se-
guro para esterilizar instrumentos de metal y espejos,
no daña superficies cortantes y no es corrosivo; sin
embargo, el ciclo para esterilizar es largo, tiene menos
penetración y puede alterar el color. Durante el proce-
dimiento es necesario utilizar una envoltura de papel
estraza o celofán, pero no tela de algodón porque se
quema; el hule y el plástico tampoco deben emplearse
porque se destruyen.
La vigilancia de la esterilización es muy importante.
Los indicadores son indispensables en cada ciclo de
esterilización, porque la eficacia de los aparatos puede
disminuir en cualquier momento. El cambio de co-
lor en esos indicadores por lo general señala que se
alcanzaron las condiciones para esterilizar, pero no
garantiza la esterilización del contenido. Por tanto, se
recomienda verificar más o menos cada semana la efi-
cacia de la esterilización mediante tiras de esporas; al
germinar, éstas producen ácidos y el pH se mide con
un papel indicador.
Gasdeóxidodeetileno
Se usa para esterilizar grandes cantidades de material
e instrumental. Las desventajas son que el ciclo de es-
terilización requiere de cuatro a cinco h, el equipo es
costoso, el plástico y el caucho retienen el gas, y éste
produce irritación en ojos y nariz.
Vaporquímico
Se puede generar de la mezcla de alcoholes, ceto-
nas, formaldehído y agua hirviendo a una presión de
1034.3 a 1034.87 mmHg (20 a 25 libras) durante 20 a
30 min.
Solucionesquímicas
La única eficaz es el glutaraldehído al 2% por 10 min.
Procedimientos de desinfección
La desinfección por lo general se refiere al uso de pro-
ductos químicos líquidos que actúan a temperatura
ambiente en instrumentos o superficies.
De acuerdo con la Food and Drug Administration
(FDA), los desinfectantes son sustancias químicas con
capacidad para destruir en 10 a 15 min los gérmenes
depositados en un material inerte o vivo, abarcando
en la destrucción todas las formas vegetativas de bac-
terias, hongos y virus (excepto el de la hepatitis B) y
alterando lo menos posible el sustrato donde residen.
Algunas sustancias actúan como desinfectantes y
al mismo tiempo como esterilizantes; un ejemplo de
ello es el glutaraldehído, cuya actividad depende de su
concentración y el tiempo utilizado. La eficacia de un
desinfectante depende de varios factores:
1. Concentración y naturaleza de los microor-
ganismos contaminantes.
2. Concentración del desinfectante.
3. Tiempo de exposición.
4. Cantidad de residuos orgánicos acumulados.
A diferencia del antiséptico, el desinfectante no
se utiliza en tejidos vivos. De acuerdo con Molinari,
Campbell y York, el desinfectante ideal tiene las si-
guientes propiedades:
1. Posee amplio espectro antimicrobiano.
2. Tiene rapidez de acción letal sobre formas ve-
getativas y esporas de bacterias, hongos, proto-
zoarios y virus.
3. No se altera por factores físicos.
4. Conserva su eficacia ante la presencia de materia
orgánica (sangre, saliva, heces, etc.).
5. Es compatible con jabones, detergentes y otros
productos químicos.
Asepsia y antisepsia 9
6. Carece de toxicidad.
7. Es compatible con la superficie, es decir, no co-
rroe instrumentos ni otras superficies metálicas.
No daña ropa, hule, plástico u otros materiales.
8. Es fácil de usar.
9. Es inodoro.
10. No es costoso.
Los desinfectantes afectan la pared celular, los ele-
mentos del citoplasma, sobre todo las enzimas y el
material nuclear. Entre los aceptados por la Asocia-
ción Dental Americana (ADA) se encuentran el yo-
dóforo, los agentes clorados y los glutaraldehídos, los
cuales tienen ventajas y desventajas.
El yodóforo (yodopolivinilpirrolidona) es de amplio
espectro; es decir, destruye bacterias, Mycobacterium
tuberculosis, virus hidrofílicos y lipofílicos. Asimismo,
ejerce su acción a los cinco o 10 min, es barato y eficaz y
actúaauncuandohayaresiduosbiológicos.Sinembargo,
no es esterilizante, es inestable a temperaturas altas, debe
prepararse a diario, puede modificar el color de algunas
superficies y se inactiva con el agua dura y el alcohol.
Los agentes clorados tienen acción antimicrobiana
rápida y amplio espectro, pues destruyen bacterias, vi-
rus y Mycobacterium tuberculosis; también son baratos
y eficaces en solución diluida. Sin embargo, destruyen
esporas sólo en concentraciones elevadas, no pueden
utilizarse de nuevo, deben prepararse diariamente,
disminuyen su actividad ante la presencia de materia
orgánica, tienen olor desagradable y persistente, irri-
tan la piel y los ojos, corroen los metales y degradan el
hule y el plástico.
Por último, los glutaraldehídos son muy eficaces
para destruir microorganismos, tienen amplio espec-
tro antimicrobiano, eliminan esporas a temperatura
ambiente después de seis a 10 h, casi nunca son co-
rrosivos y penetran en sangre, pus y restos orgánicos;
asimismo, son de efecto prolongado y útiles para des-
infectar o esterilizar el hule y el plástico. Pero, por otra
parte, no son antisépticos, no desinfectan superficies,
irritan con intensidad los tejidos, pueden producir
alergia, alteran el color de algunos metales, no pueden
verificarse de manera biológica, su uso en ocasiones
posteriores está en función de la cantidad de restos
orgánicos y su actividad corrosiva depende de la dilu-
ción a la cual se utilicen.
Los agentes químicos para desinfección y esterili-
zación se presentan en el cuadro 2-2.
Precauciones universales
La boca es una cavidad donde abundan microorga-
nismos, ya sea en sangre, saliva o en placa dentobacte-
riana. Esos microorganismos pueden infectar a través
de heridas microscópicas y contaminar instrumentos
estériles, equipo dental y demás superficies.
La contaminación es la presencia de un agente in-
feccioso en la superficie del cuerpo; también en ves-
Nombre comercial Clasificación química Desinfectante Esterilizante Vida media
Blanqueador casero Hipoclorito de sodio Diluido 1:5 a 1:100, 10 a 30 min — 1 día
Yodine Yodóforo (yodopolivinilpirrolidona) Diluido 1:213, 10 a 30 min — ?
Sporicidin Glutaraldehído al 2% alcalino con
amortiguador fenólico
Diluido 1:16, 10 min Sin diluir 15 días
Glutarex Glutaraldehído al 2% neutral Sin diluir, 10 min 6 h, 45 min ?
Gafidex Glutaraldehído al 2% con bicarbonato
de sodio
Sin diluir, 10 min Sin diluir, 10 h ?
Cidex 7 Glutaraldehído al 2% alcalino Sin diluir, 90 min Sin diluir, 10 h ?
Los compuestos de amonio cuaternario, como el cloruro de benzalconio, no son aceptados como desinfectantes de alta capacidad o
potencia de alto nivel por la Asociación Dental Americana desde 1978.
Cuadro 2-2. Agentes químicos para desinfección y esterilización, o ambos
10 Capítulo 2
tidos, ropa de cama, juguetes, instrumentos quirúrgi-
cos, apósitos u otros objetos inanimados o sustancias,
incluso en el agua y los alimentos.
A diferencia de la contaminación, la polución de-
nota la presencia de sustancias nocivas pero no siem-
pre infecciosas en el ser humano.
Desde 1980 se reconoció la importancia de la
transmisión del virus de la hepatitis B en el ámbito
odontológico y posteriormente el síndrome de inmu-
nodeficiencia adquirida (sida). Por ello, la Asociación
Dental Americana y otras organizaciones odontológi-
cas se dedicaron a divulgar las precauciones univer-
sales enunciadas por los Centers for Disease Control
(CDC) con el propósito de evitar la transmisión cruza-
da de cualquier tipo de microorganismos entre los pa-
cientes y los profesionales de la salud.
Las precauciones universales se basan en los si-
guientes puntos:
1. Lavado y cuidado de las manos.
2. Barreras protectoras.
3. Uso de instrumental cortante o punzante.
4. Limpieza, desinfección y esterilización del mate-
rial recuperable.
5. Aseo de superficies contaminadas.
6. Recolección de residuos contaminados.
7. Recolección y esterilización de ropa conta-
minada.
8. Vacunación contra la hepatitis B.
Lavado y cuidado de las manos
La piel de las manos alberga una flora habitual (p. ej.,
Staphylococcus epidermidis, micrococos y difteroides)
independientemente de la flora que hay en el ambien-
te; además, aunque se laven las manos, debajo de la
porción libre de las uñas puede acumularse sangre.
Por esas razones, es necesario mantener las uñas
cortas y utilizar guantes, para proteger la piel de las
sustancias químicas como desinfectantes, soluciones
para revelar radiografías y otros materiales dentales.
Al empezar el día de trabajo es indispensable qui-
tarse las alhajas y revisar que la piel esté libre de abra-
siones y heridas. A continuación, se lavan las manos
hasta los antebrazos con algún jabón germicida (cua-
dro 2-3) y un cepillo o esponja estériles durante 20
min. La piel lavada se enjuaga con agua durante 10
min y se seca con toallas limpias de papel. Este pro-
cedimiento de lavado y enjuague debe efectuarse an-
tes de atender a pacientes no quirúrgicos.
En caso de prepararse para realizar alguna cirugía,
las uñas deben limpiarse con un palillo de puntas
redondeadas. El cepillado para lavar las manos debe
durar 7 min y, al igual que el enjuague, debe empezar
por los dedos y descender hasta los antebrazos. Duran-
te el lavado y el enjuague, es indispensable colocar los
dedos en posición más elevada que los codos y cuidar
que el agua escurra hacia estos últimos y nunca hacia
los dedos. En este caso, el secado se realiza con toallas
estériles. Asimismo, antes de tocar al paciente debe
evitarse tocar objetos o superficies contaminados.
Barreras protectoras
Las técnicas de barrera son elementos y proce-
dimientos utilizados para evitar la exposición del in-
dividuo a microorganismos patógenos, y se refieren al
uso de guantes, batas o uniformes, gorras, máscaras,
pantallas de acrílico, cubrebocas y lentes, dique de
hule y todas las cubiertas de superficies que protegen
del ambiente.
Guantes
La sífilis, la hepatitis B y el herpes simple son enferme-
dades que presentan mayor riesgo de transmisión por
el contacto de piel erosionada con mucosa, saliva o
sangre infectados. El síndrome de inmunodeficiencia
adquirida se contagia con sangre, por lo cual antes de
atender a cualquier paciente deben utilizarse guantes.
Los guantes, ya sea estériles o no estériles, se eli-
gen según el tipo de atención que se va a brindar.
Por ejemplo, para exploración y actividades no qui-
rúrgicas se recomiendan guantes de látex no estériles,
Nombre comercial Clasificación química
Hibiscrub Gluconato de clorhexidina al 2%
Yodine J Jabón neutro, yodopovidona
Antibenzil Jabón neutro, cloruro de benzalconio
Cuadro 2-3. Jabones antisépticos
Asepsia y antisepsia 11
pero pueden usarse de vinil cuando hay necesidad de
explorar y no se cuenta con guantes de látex; cuando
estos últimos ocasionan irritación también conviene
utilizar de vinil, o bien de algodón entre la piel y los
de látex.
Para el manejo de pacientes con riesgo alto se re-
comienda colocarse simultáneamente dos pares de
guantes estériles y, en caso de que se rompan, hay que
lavarse las manos y sustituir los guantes por otros dos
pares. Durante el lavado de material e instrumental es
indispensable utilizar guantes gruesos de látex o cau-
cho no desechables.
Después de quitarse los guantes, se deben lavar de
nuevo las manos y usar un nuevo par con el siguiente
paciente.
Por último, los guantes son de gran utilidad, pero
tienen limitaciones, pues no protegen de instrumen-
tos punzantes ni cortantes. Por ello, si se perforan o
cortan deben cambiarse de inmediato, además de se-
guir las medidas que se mencionan más adelante.
Ropa(batasouniformes)
El personal odontológico debe utilizar batas o uni-
formes protectores para evitar la contaminación de la
piel y la ropa de calle.
Durante la cirugía es recomendable que los pa-
cientes usen ropa desechable y estéril. Si se trata de
un procedimiento más sencillo, la ropa estéril sólo se
cambia (no se desecha) con cada paciente. Después de
su uso, la ropa debe colocarse en una bolsa de plástico
para sacarla del consultorio.
Gorras
El uso de gorra desechable es necesario durante pro-
cedimientos en que existe riesgo de salpicaduras de
sangre u otros líquidos orgánicos.
Máscaras,cubrebocas,pantallas
deacrílicoylentes
Al utilizar una turbina de alta velocidad, las partículas
de agua, saliva, sangre y otras se atomizan y se expe-
len por la boca. De ese modo, a 60 cm de la boca del
paciente se han encontrado microorganismos como
estafilococos, estreptococos, difteroides, neumoco-
cos, Mycobacterium tuberculosis, virus de la influenza,
virus de la hepatitis, virus del herpes y Neisseria; con
excepción de los estafilococos, esos microorganismos
no se encuentran en la atmósfera en condiciones nor-
males, por lo cual el odontólogo debe protegerse ojos,
boca y nariz (fig. 2-2).
Las máscaras pueden ser de fibra sintética y de-
ben filtrar 95% de las partículas de 3.4 mμ; asimismo,
han de mantener inalterable el efecto de filtrado por
lo menos durante 30 min cuando se forman aeroso-
Figura 2-2. Uso de bata, gorra, guantes y lentes para evitar
la exposición del individuo a microorganismos
patógenos.
12 Capítulo 2
les muy contaminados, como al utilizar instrumen-
tal rotatorio de alta velocidad. Dejan de actuar como
barrera cuando su superficie exterior se impregna de
microorganismos, por lo cual es preciso cambiarlas
con cada paciente.
Los cubrebocas pueden ser de tela o de material me-
nos poroso, y por consiguiente son menos permeables
al aerosol. Deben cambiarse por lo menos cada hora.
Por otra parte, los ojos deben protegerse no sólo de
microorganismos, sino también de sustancias quími-
cas como los desinfectantes y material de restauración
e incluso del daño físico. Para ello, se utilizan gafas
protectoras y es mejor si tienen protecciones laterales
como los goggles (fig. 2-3).
La división sanitaria de la Occupational Safety and
Health Administration (OSHA) acordó en 1987 que
A
B
C
Figura 2-3. Barreras protectoras que sirven para evitar la exposición del individuo a microorganismos patógenos.
A, cubrebocas; B, lentes protectores; C, goggles.
Asepsia y antisepsia 13
las gafas protectoras fueran lo bastante confortables
para no tener que ajustarlas varias veces, y durante las
técnicas operatorias se recomienda usar gafas panta-
lla que cubran toda la cara. Las gafas deben elaborar-
se con materiales que permitan el lavado y desinfección
con glutaraldehído al 2% o por la acción del calor.
Diquedehule
El uso de dique de hule es esencial para reducir al
máximo la posibilidad de contaminación del campo
operatorio.
Uso de instrumental cortante
o punzante
Todo material punzocortante, como las agujas y las
hojas de bisturí, es infeccioso en potencia. Por ello se
requiere manejarlo con sumo cuidado para reducir al
mínimo la posibilidad de punciones accidentales.
Las jeringas estériles y las agujas desechables tienen
que ser nuevas para cada paciente. Cuando es necesa-
rio inyectar a un mismo paciente varias veces, la jerin-
ga y la aguja se dejan sin protector en un campo estéril,
pero la última se cubre con una gasa; asimismo, es ne-
cesario cuidar de no dejarlas en el campo de trabajo.
No debe intentarse colocar el protector de manera di-
recta; si se desea hacerlo, puede ponerse en la charola
e introducir la jeringa con lentitud y de modo paralelo
al protector, o bien sostener el protector con pinzas.
El sistema más seguro es la jeringa con aguja in-
tegral desechable. Así se evita todo riesgo porque la
jeringa tiene incorporada una aguja con un capuchón
no extraíble que se desliza.
Las agujas desechables de las jeringas deben guar-
darse posteriormente en recipientes especiales rígidos
de cristal, metal o cartón grueso, colocados en el sitio
más cercano a donde se utilicen.
Limpieza, desinfección y esterilización
del material recuperable
Equipamientosdentales
El equipo y mobiliario dental más recomendable es el
que ofrece el mayor número de superficies lisas y tiene
mandos integrados en el pedal del equipo para evi-
tar la manipulación manual y posible contaminación
con productos biológicos de la boca del paciente. Si
no se cuenta con un equipo como el mencionado, las
áreas que se pueden contaminar se deben cubrir con
láminas protectoras de papel aluminio, plástico, papel
plastificado o cualquier otro material que garantice
sellado e impermeabilidad.
Los Centers for Disease Control, la Asociación Den-
tal Americana y la Occupational Safety and Health Ad-
ministration recomiendan cubrir las zonas con mayor
riesgo de contaminación y además limpiarlas con una
tela humedecida por un agente limpiador vehiculiza-
do en una solución acuosa para facilitar la disolución
de residuos orgánicos. También aconsejan rociar des-
pués las superficies con algún desinfectante y dejarlo
actuar durante 10 min.
En México se recomienda limpiar y desinfectar las
áreas de trabajo al finalizar las actividades diarias. La
limpieza debe hacerse con una toalla absorbente para
eliminar restos de saliva y sangre, y luego con germicidas
como yodóforos, fenoles sintéticos o compuestos clora-
dos. Estos últimos se aplican en aerosol, con excepción
del hipoclorito de sodio. Después de aplicar desinfectan-
te para limpiar, es necesario secar el exceso, rociarlo de
nuevo y a continuación dejarlo actuar por 10 min.
Un método eficaz consiste en aplicar, con una toalla
de papel, una solución de hipoclorito de sodio (blan-
queador casero) preparada al día. Las concentraciones
recomendables de dicha solución dependen de la can-
tidad de material orgánico a eliminar y pueden ser de
500 ppm (dilución de 1:100, es decir, 10 ml de blan-
queador en 1 L de agua) y hasta de 5 000 ppm (dilución
de 1:10, o sea, 100 ml de blanqueador en 1 L de agua).
Las superficies aparentemente no contaminadas
también deben descontaminarse y desinfectarse con
solución de hipoclorito de sodio (1:100). Pero como
esta sustancia es corrosiva, no se recomienda usarla
en superficies metálicas.
Durante la limpieza y desinfección es preciso utili-
zar guantes gruesos, cubreboca y lentes, así como ropa
especial. Las cubiertas usadas también pueden cam-
biarse al atender a otro paciente.
Conduccionesinternas
La Asociación Dental Americana recomienda que el
agua que se utilice en los tratamientos dentales no
14 Capítulo 2
quirúrgicos debe tener menos de 200 UFC/ml de bac-
terias no coliformes.
La unidad de agua puede contaminarse por dos
motivos:
1. Aspiración de productos orgánicos contaminados a
través de la turbina y jeringa de agua-aire. Esto
puede resolverse con la adición de una válvula
antirreflujo, así como por esterilización de la
turbina y la jeringa de agua-aire antes de usarlas
con cada paciente.
2. El agua remanente favorece la colonización bac-
teriana. Para evitar esta situación, al iniciar la
jornada es forzoso aplicar desinfectantes clo-
rados y clorhexidina de 0.5 a 1 ppm, y además
expulsar agua durante 3 min a través de las je-
ringas. También conviene dejar correr el agua
durante 30 s después de tratar a cada paciente,
con la finalidad de eliminar cualquier material
que pudiera haber sido aspirado.
Jeringasdeaguaoaireycavitrón
Se prefieren las puntas de jeringas para agua o aire
desechables. El cuerpo de esas puntas debe cubrirse
con hojas protectoras, las cuales tienen que cambiarse
al finalizar la acción terapéutica.
Las jeringas de aire o agua y la pieza de mano deben
desinfectarse o, cuando así lo considere el fabricante,
esterilizarse por alguno de los métodos disponibles.
Es posible esterilizarlas por inmersión con glutaralde-
hído al 2% por 6 h y 45 minutos.
Aparatosradiológicos
La cuba, el cono y los mandos del equipo radiológico
se cubren con láminas u hojas de protección.
Fresaseinstrumentalmanual
La Asociación Dental Americana (1992) y los Centers
for Disease Control (1989) recomiendan esterilizar
todo el instrumental que penetre en tejidos bucales y
toque hueso. La esterilización por calor es necesaria
para el instrumental que sólo hace contacto con la
mucosa bucal y la desinfección química para el ins-
trumental que se deteriora por la acción del calor. En
el cuadro 2-4 se presenta una guía de métodos de es-
terilización y desinfección de instrumentos y material
usados en odontología.
Antes de proceder a la esterilización es forzoso se-
guir varios pasos:
1. Prelavado. Disminuye la carga microbiana y por
consiguiente reduce el riesgo de contagio en la
limpieza manual. El instrumental contaminado
se sumerge durante 10 min en jabón desinfec-
tante. El glutaraldehído al 2% en solución acuosa
es de gran utilidad. También es recomendable el
ultrasonido durante seis a 10 min para elimi-
nar los residuos orgánicos hasta en las fresas de
tungsteno con varias hojas de corte, las cuales
son difíciles de limpiar.
2. Limpieza manual. La Asociación Dental Ame-
ricana, los Centers for Disease Control y la Food
and Drug Administration resaltan la importan-
cia de la limpieza manual con agua y un cepi-
llo grueso y consistente para frotar. El personal
tiene que protegerse con ropa adecuada, gafas y
guantes.
3. Secado y empaquetado. El material metálico del
instrumental requiere de secado perfecto para
evitar la acción corrosiva de la humedad. Una
vez seco, es necesario empaquetarlo en bolsas o
disponerlo en bandejas aireadas.
4. Esterilización. El material ya esterilizado debe
conservarse en una zona cerrada y limpia.
Instrumentalrotatorio
Las piezas de mano deben recubrirse con papel alumi-
nio y desinfectarse con alguna solución química. En
algunos países se utilizan:
1. Decident. Consta de dos esponjas impregnadas
en una mezcla de derivados del fenol. La pieza
de mano se coloca entre las esponjas durante 10
min y luego se enjuaga.
2. Sistema STS (Sporicidin Turbonet Système). Con-
siste en un recipiente relleno de partículas rígi-
das e impregnadas con un líquido desinfectante
denominado Sporocidin, el cual se elabora con
fenol y glutaraldehído. Las piezas de mano se
introducen en el recipiente y se realizan movi-
mientos verticales y de rotación durante 30 s.
Asepsia y antisepsia 15
Autoclave Calorseco Agentesquímicos
Instrumentaldeaceroinoxidable(Al)
Pinzas de curación 1 1 2
Exploradores 1 1 2
Cucharillas 1 1 2
Jeringas Carpulle 1 1 2
Condensadores de amalgama 1 1 2
Portaamalgama 1 1 2
Banda y portamatriz 1 1 2
Pinza portagrapa 1 1 2
Grapas 1 1 2
Arco para dique de hule 1 1 2
Curetas de profilaxis 1 1 2
Sondas periodontales 1 1 2
Losetas de vidrio 1 1 2
Espejos 2 1 3
Fresa (carburo y diamante) 3 1 3
Puntas de cavitrón 3 3 1
Copas de hule* – – –
Instrumentaldecirugía
Fórceps 1 1 2
Pinzas hemostáticas 1 1 2
Alveolótomo 1 1 2
Pinzas de disección 1 1 2
Lima para hueso 1 1 2
Gubias 1 1 2
Elevadores 1 1 2
Legra 1 1 2
Mango de bisturí 1 1 2
Agujas y material de sutura* – – –
Portaagujas 1 1 2
Separadores 1 1 2
Fresas quirúrgicas 1 1 2
Tijeras 3 1 2
Hojas de bisturí* – – –
Instrumentaldeprótesis
Cucharillas de aluminio, cromo, plateadas 1 1 2
Piedras de diamante 2 1 2
Piedras de pulido 1 2 3
Piedras agudas y cortantes 2 2 3
Discos de pulido 2 3 2
Instrumentaldeortodoncia
Pinzas de acero inoxidable 1 2 3
Bandas de ortodoncia 1 2 3
Retractor de labios (de plástico) 3 3 1
Fijador de lengua (de plástico) 3 3 1
Aplicador de bandas (de plástico) 3 3 1
Pinzas de acero inoxidable con partes de plástico 3 3 1
Instrumentaldeendodoncia
Instrumentos de acero inoxidable: 1 2 3
Limas 1 2 3
Ensanchadores 1 2 3
Fresas 1 2 3
Brocas 1 2 3
Puntas de papel* – – –
Obturadores 1 2 3
Léntulo 1 2 3
Tiranervios 1 2 3
Cuadro 2-4. Guía de métodos de esterilización y desinfección de instrumentos y material usado en odontología, o ambos
1 = recomendable; 2 = adecuado; 3 = ineficaz.
* Material desechable.
16 Capítulo 2
3. Terminator. Es un aparato articulado sobre el
brazo de la unidad dental y expulsa una solución
antiséptica por pulverización a presión. Ejerce su
efecto en uno a tres minutos.
Prótesis,modeloseimpresionesdentales
Los materiales y estructuras ya utilizados en la boca
se consideran fuente potencial de contaminación cru-
zada; por tanto, es imprescindible lavarlos, esterilizar-
los o desinfectarlos con cuidado antes de manejarlos,
ajustarlos o enviarlos al laboratorio dental. Esos ar-
tículos también requieren limpieza y esterilización o
desinfección luego de ser devueltos por el laboratorio
dental y antes de ser colocados en la boca del pacien-
te. Conviene consultar al fabricante en relación con la
estabilidad del producto al procedimiento de esterili-
zación y desinfección de alta potencia (cuadro 2-5).
Manejodemuestrasdelaboratorio
Biopsias
Todos los tejidos deben considerarse potencialmente
infectantes y por ello se recomienda evitar salpicadu-
ras. La muestra de tejido se coloca en un frasco con
boca ancha, el cual debe etiquetarse con la fecha de
obtención y los datos del paciente. El tejido de per-
sonas con alguna enfermedad infecciosa (hepatitis,
tuberculosis, sida, etc.) se guarda en una bolsa de
plástico cerrada y se identifica por fuera con la leyen-
da “infeccioso en potencia” para alertar a quienes lo
manejen.
Antes de procesar los tejidos, es indispensable fijar-
los con formol al 10% durante 24 h. La relación tejido
y formalina debe ser de un volumen de tejido por 10
volúmenes de formalina como mínimo. Las muestras
de pacientes infecciosos requieren al menos 72 h de
fijación, y la relación es de un volumen de tejido por
20 volúmenes de formalina.
Citología exfoliativa
Se usa como auxiliar en el diagnóstico de cáncer, in-
fecciones por hongos (Candida albicans) y virus (her-
pes), entre otras afecciones.
La muestra debe fijarse de inmediato al colocarse
en un frasco con alcohol absoluto antes de enviarla al
laboratorio. Si proviene de un paciente con infección,
entonces se evitará el uso de aerosoles para fijarlas
porque de lo contrario se corre el riesgo de contagio
por salpicaduras.
Igual que las biopsias, las muestras también se ro-
tulan y envían al laboratorio en una bolsa de plástico;
si corresponden a un paciente con alguna enfermedad
transmisible también es necesario anotar la leyenda
Materiales Agentes químicos Tiempo
Impresiones*
Silicones Yodóforos o hipoclorito de sodio diluido (inmersión) 10 min
Polisulfuros Yodóforos o hipoclorito de sodio diluido (inmersión) 10 min
Alginatos** Yodóforos o hipoclorito de sodio diluido (aerosol) 1 minuto
Prótesis***
Fija (metal/porcelana) Glutaraldehído al 2%, yodóforos 10 min
Removible (acrílico/porcelana) Yodóforos, hipoclorito de sodio 10 min
Removible (metal/acrílico) Yodóforos 10 min
* Lavar con agua antes y después de desinfectar.
** Rociar la solución y guardar por un minuto en la bolsa de plástico.
*** La prótesis debe lavarse con agua y desinfectarse antes de entregarla al paciente y enviarla al laboratorio, o ambas conductas.
Nota: los compuestos clorados no se recomiendan para metal; el glutaraldehído no se recomienda para el acrílico. Material para prótesis,
articuladores, reglas, espátulas, taza de hule y rollos de cera, lavar y desinfectar con agentes químicos.
Cuadro 2-5. Desinfección de material e instrumental para prótesis y laboratorio dental
Asepsia y antisepsia 17
“infeccioso en potencia”, seguida del diagnóstico pro-
bable.
Limpieza de superficies contaminadas
Véase apartado anterior.
Recolección de residuos
contaminados
Todos los materiales contaminados con sangre, saliva
o líquidos corporales se depositan en bolsas de plás-
tico dobles y perfectamente selladas para desecharlas
posteriormente; por ejemplo, guantes, cubrebocas
desechables, gasas, algodones e hilo (fig. 2-4). Si estos
materiales provienen de pacientes con infección, se
etiquetan con su leyenda respectiva y al final se inci-
neran.
Los instrumentos punzocortantes deben deposi-
tarse en contenedores rígidos y es recomendable este-
rilizarlos o desinfectarlos antes de desecharlos.
Recolección y esterilización
de ropa contaminada
Luego de usar la ropa, se recoge y guarda en bolsas de
plástico dobles, a las cuales se les coloca la etiqueta
respectiva; asimismo, antes de llevarla a la lavandería
se esteriliza en la autoclave.
Vacunación contra la hepatitis B
y recomendaciones finales
Las recomendaciones finales son las siguientes:
1. Vacunación del personal odontológico contra la
hepatitis B; algunos autores también aconsejan
aplicar inmunización contra la rubéola, el sa-
rampión, la parotiditis y el tétanos.
2. Se considera infeccioso en potencia a todo pa-
ciente, por lo cual es necesario adoptar los pro-
cedimientos de control de infección en todos los
sujetos.
3. Elaborar una historia clínica del paciente, con
énfasis en los antecedentes de enfermedades
transmisibles, transfusiones y prácticas de alto
riesgo (p. ej., promiscuidad sexual y uso de je-
ringas ya usadas).
4. Utilizar de preferencia instrumental y material
desechable.
5. No desinfectar cuando sea posible esterilizar.
6. Antes de esterilizar o desinfectar, eliminar los res-
tos de partículas orgánicas de los instrumentos.
7. Si el personal odontológico sufre inoculación
accidental, contaminación de mucosas o con-
taminación de piel lacerada con material in-
feccioso en potencia, es necesario llevar a cabo
las siguientes acciones:
A. En caso de contaminación de mucosas (p. ej.,
salpicadura de ojos o boca), lavar esas áreas
con abundante agua. Cuando ocurra inocula-
ción accidental o contaminación de piel lace-
rada, el área infectada se lava con abundante
agua y jabón; de ser necesario, se usa algún
Figura 2-4. Se observa el símbolo de “material
potencialmente infeccioso” que debe aparecer
en los botes y bolsas de basura cuando
contienen residuos contaminados con sangre,
saliva o líquidos corporales.
18 Capítulo 2
antiséptico para la piel y se promueve el san-
grado venoso haciendo presión con los dedos
entre el sitio afectado y el corazón. Se reco-
mienda considerar la posibilidad de infeccio-
nes por virus de inmunodeficiencia humana,
hepatitis B y sífilis, entre otras.
B. Valorar al paciente de manera clínica y epide-
miológica.
C. Anteelpeligrodeinfecciónporvirusdeinmu-
nodeficiencia humana, realizar de inmediato
un estudio de laboratorio para valorar en ese
momento si se encuentra o no infectado por el
virus. Este estudio debe repetirse a las seis se-
manas y a los tres, seis y 12 meses posteriores
al accidente. Si el estudio inicial es negativo,
pero alguno de los posteriores es positivo, se
considera que ha ocurrido transmisión por el
accidente.
D. Mientras se encuentre en observación, la per-
sona que sufrió el accidente debe tomar medi-
das preventivas para evitarcontaminara otros;
por ejemplo, utilizar preservativo o condón
durante el acto sexual; evitar compartir obje-
tos potencialmente contaminados con sangre,
como el cepillo de dientes y el rastrillo para
rasurar, y abstenerse de donar sangre o tejidos.
Además, es muy importante reforzar las me-
didas de seguridad en el trabajo con el fin de
evitar nuevos accidentes.
Infecciones importantes
en odontología
El odontólogo está expuesto a adquirir las enferme-
dades infecciosas y parasitarias de sus pacientes. Sería
imposible describir todas esas enfermedades, por lo
cual aquí sólo se incluyen las más importantes (cua-
dro 2-6).
Resfriado común
Es una enfermedad aguda producida por virus, entre
muchos de ellos están: virus de la influenza, corona-
virus, rinovirus, ecovirus y adenovirus. El periodo de
incubación de esos agentes infecciosos es breve, por lo
regular de uno a cinco días; la infección se manifiesta
por fiebre, cefalalgia (dolor de cabeza), mialgia (dolor
muscular), coriza (catarro), dolor de faringe y tos.
Sinusitis aguda o crónica
El resfriado común complicado con infección bacte-
riana puede producir sinusitis. Esta es la infección de
los senos paranasales y es ocasionada por neumoco-
cos, Haemophilus influenzae y microorganismos anae-
robios, entre otros agentes causales. La persona con
sinusitis padece dolor en el seno paranasal afectado.
Faringitis aguda
Se produce por virus, estreptococos, estafilococos o
incluso gonococos. La persona afectada puede experi-
mentar dolor y enrojecimiento de la faringe.
Neumonía
La neumonía neumocócica se caracteriza por fiebre,
escalofrío, dolor torácico, disnea (dificultad para
respirar) y tos con expectoración “herrumbrosa”. Se
produce por Streptococcus pneumoniae o Mycoplas-
ma pneumoniae. Asimismo, en los últimos años ha
cobrado importancia la neumonía por el protozoario
Pneumocystis carinii, ya que se presenta como infec-
ción oportunista del síndrome de inmunodeficiencia
adquirida, en cuyo caso puede evolucionar con fiebre
o sin ella y con tos seca.
La neumonía también puede desarrollarse debido
a otros microorganismos, entre ellos: Chlamydia tra-
chomatis; Chlamydia pneumoniae; adenovirus; virus
de la parainfluenza, y aquellos que afectan el tracto
respiratorio Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumo-
niae, Haemophilus influenzae, Streptococcus pyogenes y
Neisseria meningitidis.
Tuberculosis
Es una infección crónica por Mycobacterium tu-
berculosis. Tiene gran importancia como causa de in-
capacidad y acompaña en muchas ocasiones al síndro-
me de inmunodeficiencia adquirida. Cuando afecta el
sistema respiratorio se caracteriza por fiebre, fatiga y
pérdida de peso; en grados avanzados hay tos, dolor
torácico y hemoptisis (expectoración con sangre).
Asepsia y antisepsia 19
Cuadro 2-6. Infecciones importantes en odontología
Microorganismos Hábitat Transmisión Enfermedad potencial
Bacterias
Bordetellapertussis Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Tos ferina
Estreptococos y estafilococos Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Endocarditis
Corynebacteriumdiphtheriae Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Difteria
Escherichiacoli Boca Sangre, exudado de la lesión Neumonía, bacteriemia
Klebsiellapneumoniae Tracto respiratorio Secreciones respiratorias Infecciones, neumonía
Haemophilusinfluenzae Boca y nasofaringe Sangre y secreciones nasofaríngeas Neumonía, meningitis
Mycobacteriumtuberculosis Tracto respiratorio Secreciones respiratorias Tuberculosis
Mycoplasmapneumoniae Faringe Secreciones faríngeas Infecciones, neumonía
Neisseriameningitidis Boca, nasofaringe Sangre, secreciones nasofaríngeas Meningitis
Neisseriagonorrhoeae Boca, nasofaringe Sangre, exudado de las lesiones
nasofaríngeas
Lesiones orales, conjuntivitis
Staphylococcusaureus Boca, piel, nasofaringe Secreciones del exudado Abscesos, septicemia, endocarditis
Estreptococo del grupo A
Streptococcuspyogenes
Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas
Sangre
Neumonía, tonsilitis, angina
estreptocócica, escarlatina, fiebre
reumática, otitis media, meningitis,
glomerulonefritis y mastoiditis
Actinomycesisraeli Encía Exudado crevicular Abscesos
Chlamydiatrachomatis Sistema reproductor Secreciones Conjuntivitis, neumonía
Espiroquetas
Treponemapallidum Sangre, mucosa oral Exudado de las lesiones Sífilis
Virus
Coxsackie Mucosa orofaríngea Ingestión Infecciones en manos y boca, faringitis
vesicular
Citomegalovirus Glándulas salivales Saliva, sangre Infección vírica citomegálica
Epstein-Barr Glándula parótida Saliva, sangre Mononucleosis infecciosa
Hepatitis A Hígado, tracto gastrointestinal Ingestión Hepatitis
Hepatitis B Hígado Sangre, saliva Hepatitis, carcinoma hepatocelular
Hepatitis C Hígado Sangre Hepatitis, carcinoma
Hepatitis delta Hígado Sangre Hepatitis
Hepatitis E Hígado, tracto gastrointestinal Ingestión Hepatitis
Herpesvirus 1 y 2
VIH
Nasofaringe
LinfocitosT4
Exudado de la lesión, saliva
Sangre, semen, fluidos vaginales,
perinatal
Lesiones orales, conjuntivitis
Síndrome de inmunodeficiencia
adquirida (sida)
Sarampión (morbilivirus) Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas, contacto
con las lesiones
Sarampión
Parotiditis (paramixovirus) Glándula parotídea Saliva, ingestión Parotiditis
Varicela-zoster Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas, exudado de
las lesiones
Varicela
Rubéola (rubivirus) Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Rubéola
Influenza A y B Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Resfriado común
Hongos
Candidaalbicans Boca, piel Secreciones nasofaríngeas Candidiasis
Protozoarios
Pneumocystiscarinii Boca, tracto respiratorio Secreciones nasofaríngeas Neumonía
20 Capítulo 2
Varicela
Es una infección por el virus del herpes humano (alfa-
3) o virus de varicela-zoster. Se caracteriza por fiebre
moderada y exantema (erupción) en la piel de tipo
maculopapular al principio y vesicular durante tres o
cuatro días, que deja costras granulosas. Las lesiones
son más abundantes en las partes cubiertas del cuerpo
y ocasionan mucho prurito (comezón). También hay
lesiones en lengua y mucosa bucal (oral).
Sarampión
Enfermedad vírica en extremo transmisible. Sus ma-
nifestaciones iniciales son fiebre, conjuntivitis, coriza,
tos y manchas de Koplik en la cavidad bucal. Entre el
tercero y séptimo días aparece la erupción caracterís-
tica (manchas rojas pardas), al principio en la cara y
después de manera generalizada; esta fase dura cuatro a
siete días y después se presenta descamación de la piel.
El padecimiento puede evolucionar con complica-
ciones como otitis media (infección del oído medio),
neumonía, diarrea, encefalitis y erupción hemorrági-
ca, sobre todo en niños con desnutrición, en quienes
también puede producir incluso ceguera e infecciones
agregadas en la piel, deshidratación y muerte.
Parotiditis infecciosa
Esta enfermedad se produce por el virus de la paroti-
ditis infecciosa, miembro del género Paramyxovirus,
y sus manifestaciones son: fiebre y aumento de volu-
men, y dolor en una o más glándulas salivales, aunque
con más frecuencia en la glándula parotídea.
El padecimiento posterior a la pubertad puede da-
ñar testículos (20 a 30%) y ovarios (5%). En otros casos
afecta al sistema nervioso central cuando ocasiona me-
ningitis aséptica. También puede generar sordera, neu-
ritis, pancreatitis, artritis, miositis, nefritis, tiroiditis y
pericarditis. Sin embargo, es de letalidad muy baja.
Infecciones por citomegalovirus
Por lo general, la infección por citomegalovirus
(CMV) evoluciona sin síntomas aunque en algunos
pacientes se manifiesta como mononucleosis infec-
ciosa. En personas con disminución de la respuesta
inmunitaria puede relacionarse con infecciones gene-
ralizadas, nefritis, neumonitis y hepatitis.
Herpes
El herpes simple se produce por el virus del herpes huma-
no tipo 1, el cual se transmite por medio de la saliva. El
padecimiento se caracteriza por fiebre, malestar gene-
ral y lesiones vesiculares en la orofaringe. En ocasiones
afecta ojos (queratoconjuntivitis), sistema nervioso cen-
tral (meningoencefalitis) o amígdalas (tonsilas) y farin-
ge (faringoamigdalitis). La afección en los labios suele
originar herpes labial, el cual se manifiesta por vesículas
en una base eritematosa que por lo común se conocen
como “fuegos”. Los odontólogos infectados por el virus
pueden desarrollar panadizos herpéticos.
El virus del herpes humano tipo 2 casi siempre se
transmite por contacto sexual y ocasiona herpes genital.
En mujeres afecta el cuello del útero y la vulva (pudendo
femenino), y también puede dañar la piel del perineo,
los muslos y los glúteos; asimismo, favorece el desarrollo
de cáncer del cuello uterino, sobre todo en combinación
con el virus del papiloma, y es tan infeccioso que el pro-
ducto infectado durante el parto puede sufrir infección
visceral diseminada, encefalitis y morir. En varones, las
lesiones aparecen en el glande o en el prepucio. En am-
bos sexos puede afectar el ano y el recto.
Infección gonocócica
(blenorragia o gonorrea)
Es una enfermedad de transmisión sexual producida
por Neisseria gonorrhoeae o gonococo. Entre los dos
y siete días posteriores al contagio, los varones expe-
rimentan secreción purulenta de la uretra y disuria
(dificultad para orinar); las mujeres pueden tener se-
creción vaginal purulenta o indicios de inflamación
en la pelvis. Asimismo, la infección se manifiesta en la
conjuntiva ocular, la faringe, el ano y el recto.
Más adelante, algunos pacientes desarrollan artri-
tis, endocarditis y meningitis; otros padecen eritema
(enrojecimiento) y edema (aumento de volumen por
retención de líquido) en la mucosa bucal; algunos más
tienen pústulas en el área de las amígdalas (área tonsi-
lar). También hay personas que presentan ulceraciones
Asepsia y antisepsia 21
en los labios, edema y seudomembranas; en el peor de
los casos, las personas infectadas no tienen manifesta-
ciones pero pueden transmitir la enfermedad.
Rubéola
Es una enfermedad producida por el virus de la
rubéola (familia Togaviridae, género Rubivirus). Se
manifiesta por erupción maculopapular, la cual es
precedida en ocasiones por fiebre, cefalea, malestar,
coriza, conjuntivitis, así como linfadenopatía retroau-
ricular, occipital y cervical posterior. La infección du-
rante el primer trimestre del embarazo puede condu-
cir al aborto o generar malformaciones congénitas en
el producto, las cuales traen como consecuencia sor-
dera, cataratas, microftalmía, glaucoma, microcefalia,
meningoencefalitis, alteraciones cardiacas (persisten-
cia del conducto arterioso o de los septos [tabiques]
interauricular [interatrial] e interventricular), icteri-
cia u osteopatía.
Faringitis por virus Coxsackie
(herpangina)
La faringitis vesiculosa es una enfermedad producida
por virus Coxsackie del grupo A, tipos 1 a 6, 8, 10 y
22. Se manifiesta por fiebre e inflamación de la farin-
ge; asimismo, aparecen lesiones papulovesiculosas y
grisáceas sobre una base eritematosa, las cuales miden
de 1 a 2 mm y poco a poco se transforman en úlceras.
Estas lesiones se localizan en los pilares anteriores del
velo del paladar o arcos palatoglosos, el paladar blan-
do, la úvula y las tonsilas (amígdalas).
La estomatitis vesiculosa con exantema es causada
por virus Coxsackie del tipo 16 y se manifiesta por
lesiones más difusas en las superficies bucales de los
carrillos y las encías y a los lados de la lengua.
La faringitis linfonodular se debe al virus Coxsackie
tipo 10 y se caracteriza por lesiones nodulares firmes,
prominentes, de color blanquecino o amarillento y ro-
deadas por una zona eritematosa de 3 a 6 mm.
Infecciones por Chlamydiae
Las clamidias son bacterias intracelulares y pueden
ocasionar tracoma, infecciones genitales, conjunti-
vitis y neumonía, así como linfogranuloma venéreo.
Es una infección de transmisión sexual. En caso de
transmisión por contacto sexual, se manifiesta en el
varón como uretritis con ardor al orinar y en la mujer
como cervicitis (inflamación del cuello uterino) y se-
creción mucopurulenta; sin embargo, en ambos sexos
puede evolucionar sin síntomas.
El contagio de la infección por “sexo oral” puede
manifestarse por pequeñas pústulas en las tonsilas
(amígdalas).
Tricomoniasis
Esta enfermedad es causada por el protozoario Tri-
chomonas vaginalis y afecta los sistemas reproductor
y urinario. En la mujer se manifiesta por vaginitis, a
menudo con pequeñas lesiones hemorrágicas punti-
formes y secreción acuosa, espumosa, amarillenta y
de olor fétido; sin embargo, también puede evolucio-
nar sin síntomas. En el varón por lo general cursa sin
síntomas; pero puede haber uretritis, o sea, malestar
al orinar, secreción blanquecina a través de la uretra,
comezón en el glande y erección dolorosa.
La infección transmitida por “sexo oral” se mani-
fiesta en la faringe por inflamación de la mucosa y
punteado rojizo.
Candidiasis (moniliasis)
El agente causal de la candidiasis es el hongo Candida
albicans que se transmite por contacto con secrecio-
nes o excreciones de boca, piel y vagina o por las heces
de enfermos o portadores y durante el parto.
La candidiasis se limita por lo regular a las capas
superficiales de la piel o las mucosas. Sus manifesta-
ciones clínicas son: aftas en la boca, intertrigo, vul-
vovaginitis y onicomicosis (afección en las uñas, las
cuales adquieren aspecto blanquecino como de yeso).
Lainfeccióndelasmucosasseconocecomúnmente
como “algodoncillo” y se caracteriza por la aparición
de placas blanquecinas y blandas en una superficie
enrojecida.
La infección en la vagina se manifiesta por secre-
ción vaginal de aspecto blanquecino claro con algu-
nos puntos blancos, semejante al queso “cottagge”, así
como por inflamación, comezón y sensación de ardor
22 Capítulo 2
en la región pudenda. En el varón se caracteriza por
inflamación del glande y puede producir uretritis.
A veces se forman úlceras o seudomembranas en
el tracto gastrointestinal o en la vejiga. La candidiasis
puede dañar riñón, bazo, pulmón, hígado, endocardio,
ojo, meninges y cerebro en las personas con diabetes
mellitus o con inmunodeficiencia, o en pacientes que
reciben tratamiento con antibióticos de amplio espec-
tro, corticosteroides o quimioterapia.
Mononucleosis infecciosa
El virus de Epstein-Barr, un virus herpético 4 (gam-
ma), infecta a los linfocitos B y ocasiona mononu-
cleosis infecciosa. Esta enfermedad se caracteriza por
fiebre y dolor e inflamación de la orofaringe, así como
por linfadenopatía, en especial de la cadena cervical
posterior. Puede afectar el funcionamiento del hígado
y también originar esplenomegalia.
Hepatitis víricas
HepatitisA
Ésta es ocasionada por el virus de la hepatitis A (VHA),
un picornavirus. Por lo general, se transmite por vía
fecal-oral, es decir, al ingerir agua y alimentos contami-
nados con el virus que se elimina a través de la materia
fecal; sin embargo, hay informes de pacientes contagia-
dos por transfusión de sangre, aunque son muy raros.
La enfermedad tiene un comienzo repentino. Se
manifiesta por fiebre, malestar general, anorexia, náu-
sea y molestias abdominales, y días después aparece
ictericia.
HepatitisB
Es de gran importancia para el odontólogo porque el
agente causal, el virus de la hepatitis B (VHB), pue-
de transportarse por medio de la sangre, la saliva, el
semen y los líquidos vaginales. De ese modo, el pade-
cimiento se contagia por exposición percutánea (in-
travenosa, intramuscular, subcutánea o intradérmica)
y a través de las mucosas, como en accidentes por pin-
chazo de agujas, independientemente de las vías pe-
rinatal (de madre a hijo) y sexual. La infección puede
diseminarse por contaminación de lesiones cutáneas
o por exposición de mucosas a sangre infecciosa.
El comienzo de la hepatitis vírica B es insidioso
con anorexia, molestias abdominales vagas, náusea y
vómito; en ocasiones hay artralgias y erupciones, las
cuales a menudo culminan en ictericia. La fiebre, si se
presenta, puede ser leve.
Hay personas que poseen anticuerpos contra este
virus y no tienen manifestaciones de la enfermedad.
Por otra parte, el virus de la hepatitis B se relaciona
con el carcinoma hepatocelular y la cirrosis hepática.
HepatitisC
El virus de la hepatitis C es el agente causal de la hepa-
titis vírica C o hepatitis no-A no-B transmitida por vía
parenteral. La enfermedad se propaga por exposición
percutánea a sangre y hemoderivados contaminados,
por lo cual las agujas y las jeringas contaminadas
constituyen vehículos de transmisión. Asimismo, la
hepatitis se caracteriza por comienzo insidioso con
anorexia, molestias abdominales vagas, náusea y vó-
mito; el desarrollo de ictericia es menos frecuente que
en la hepatitis B.
HepatitisD
La hepatitis delta o hepatitis vírica D es ocasionada por
el virus de la hepatitis delta. Independientemente de
la vía sexual, se transmite por la exposición a sangre y
líquidos serosos corporales, agujas, jeringas y hemo-
derivados contaminados como el factor antihemofí-
lico. Tiene comienzo repentino con manifestaciones
similares a las de la hepatitis B.
HepatitisE
Se denomina también hepatitis vírica no-A no-B de
transmisión entérica porque se transmite por vía fe-
cal-oral. Es similar a la hepatitis A.
Sífilis
Es una enfermedad crónica producida por una espi-
roqueta, Treponema pallidum. Sus manifestaciones
clínicas son: lesión primaria (complejo primario);
erupción secundaria que afecta la piel y las mucosas;
largos periodos de latencia, y lesiones tardías en piel,
huesos, vísceras y sistemas nervioso central y angioló-
gico o circulatorio.
Asepsia y antisepsia 23
La lesión primaria implica la aparición de un chan-
cro, que consiste en una pequeña elevación rojiza de la
piel en el sitio donde ocurrió el contagio, el cual se ul-
cera tiempo después, no produce dolor y adquiere una
base dura (chancro duro). Días más tarde se inflaman
los ganglios linfáticos (linfonodos) cercanos. El chan-
cro duro rara vez aparece en los labios, aunque es posi-
ble hallarlo en la lengua y las tonsilas (amígdalas). Más
adelante pueden presentarse ulceraciones en la mucosa
bucal, con linfadenopatía cervical; en la lengua puede
observarse una úlcera con induración, y crecimiento de
las papilas o desplazamiento de la úvula y el arco pala-
togloso o pilar anterior del velo del paladar.
El complejo primario desaparece solo aproxi-
madamente a las cuatro semanas. Sin embargo, entre
seis y ocho semanas posteriores al brote de la primera
lesión, aparece la erupción secundaria generalizada
de tipo maculopapulosa y simétrica. Esta erupción se
acompaña de síntomas generales como fiebre, cefalea,
malestar general, pérdida de peso y dolor en articula-
ciones y músculos.
En la etapa tardía, después de dos a tres años de
evolución, la sífilis puede manifestarse por lesiones
llamadas gomas y nódulos. Los gomas semejan tumo-
res y son indoloros, pero poco a poco reblandecen y se
abren para dejar salir un material espeso. Aparecen en
el cráneo, la frente, la lengua y las extremidades; cuan-
do surgen en el paladar o en el tabique nasal pueden
destruir los huesos. Los nódulos son lesiones pardas
rojizas poco prominentes.
Por último, la sífilis congénita tardía puede mani-
festarse en la edad escolar con gomas, y entonces es
posible que los huesos de la pierna se deformen (la
tibia adopta la forma de sable). Asimismo, puede ha-
ber pérdida de la visión, sordera y malformaciones en
los dientes de la segunda dentición: los bordes de los
incisivos tienen forma de media luna (dientes de Hut-
chinson) o sierra.
Síndrome de inmunodeficiencia
adquirida (sida)
Es un trastorno grave y mortal que se identificó en
1981 como un síndrome definido e independiente. La
sigla significa: s, síndrome; i, inmuno; d, deficiencia;
a, adquirida.
El agente causal de este padecimiento es el virus
de la inmunodeficiencia humana, un retrovirus del
cual se han identificado dos tipos: tipo 1 (VIH-1) y
tipo 2 (VIH-2). Igual que la sífilis y la hepatitis B, los
mecanismos de transmisión son: contacto sexual, in-
tercambio de fluidos corporales por compartir agujas
y jeringas contaminadas con el virus, transfusión de
sangre infectada o sus componentes y por vía perina-
tal a través de la placenta o la lactancia. El riesgo de
infectarse por punción accidental es muy bajo entre el
personal de salud (menos de 1%).
Infecciónporvirusdeinmunodeficiencia
humanaysíndromedeinmunodeficiencia
adquirida
La infección por el virus de la inmunodeficiencia hu-
mana debe diferenciarse del síndrome de inmuno-
deficiencia adquirida. Entre seis y 12 semanas poste-
riores a la transmisión del virus, la persona infectada
presenta anticuerpos contra el mismo; por ello, se le
considera infectada e infectante sin importar los posi-
bles caminos de la enfermedad.
1. Infección aguda. El paciente puede presentar sín-
tomas parecidos a los de la mononucleosis infec-
ciosa: fiebre, inflamación de los ganglios linfáti-
cos (linfonodos), fatiga, cefalea, anorexia y dolor
faríngeo en algunos casos.
2. Infección asintomática. El individuo no tiene ma-
nifestaciones pese a estar infectado.
3. Linfadenopatía generalizada persistente. Durante
más de tres meses, los ganglios linfáticos (linfo-
nodos) crecen más de 1 cm en dos o más sitios,
excepto en las regiones inguinales.
4. Síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Puede
tener diferentes manifestaciones:
A. Síndrome de desgaste por virus de inmu-
nodeficiencia humana. Antes se llamaba com-
plejo relacionado con el síndrome de inmu-
nodeficiencia adquirida, y se caracteriza por
fiebre, diarrea y pérdida de peso involuntario
durante más de un mes.
B. Infección oportunista o neoplasia que indica
inmunodeficiencia celular sin alguna circuns-
tancia que la explique. Entre los padecimien-
24 Capítulo 2
tos llamados indicadores del síndrome de
inmunodeficiencia adquirida se encuentran:
candidiasis esofágica, retinitis por citomega-
lovirus, micobacteriosis (como la tuberculo-
sis), sarcoma de Kaposi, neumonía intersticial
linfoidea, neumonía por Pneumocystis carinii
y toxoplasmosis cerebral.
C. Enfermedad neurológica por virus de la in-
munodeficienciahumana.Puedemanifestarse
por deterioro de la memoria, embotamiento,
demencia, falta de coordinación de movi-
mientos o alteraciones de la sensibilidad.
Manifestacionesbucalesdelainfección
porelvirusdelainmunodeficienciahumana
En la actualidad se conocen más de 40 alteraciones
en la boca y en la región submandibular (submaxilar)
relacionadas con la infección por virus de la inmuno-
deficiencia humana. Las alteraciones más frecuentes
son: candidiasis bucal, leucoplasia vellosa, enferme-
dad periodontal vinculada con el virus de la inmuno-
deficiencia humana tipo 1, sarcoma de Kaposi bucal y
linfoma no Hodgkin.
Candidiasis bucal
La candidiasis bucal adquiere diferentes formas:
1. Candidiasis eritematosa. Se manifiesta por man-
chas rojas homogéneas o de apariencia punti-
forme en la mucosa bucal, principalmente en el
paladar y el dorso de la lengua. La lengua puede
adquirir una apariencia lisa con áreas sin papi-
las. La eritematosa es la candidiasis más frecuen-
te y suele ser la manifestación más temprana de
la infección.
2. Candidiasis seudomembranosa. Es más común
cuando ya existe el síndrome de inmunode-
ficiencia adquirida. Se caracteriza por depósitos
con aspecto cremoso de color blanco-amarillen-
to en cualquier parte de la mucosa bucal, que se
despegan con el raspado y dejan una superficie
eritematosa o sangrante.
3. Candidiasis hiperplásica. Se observa como una
placa blanca que no se desprende con el raspado;
en pacientes seropositivos se localiza de manera
bilateral en la mucosa yugal, en tanto que en los
pacientes seronegativos aparece en el área retro-
comisural.
4. Queilitis angular. Este término incluye lesiones
generalmente bilaterales a la altura del ángulo
de la boca y comisuras; las lesiones son de color
rojo brillante y se acompañan de fisuras y ulce-
raciones a menudo dolorosas.
Leucoplasia vellosa
Por lo general, la leucoplasia vellosa se presenta en los
bordes laterales de la lengua, y en 70% de los casos
con distribución bilateral, en forma de placas blancas
que no se desprenden con el raspado, cuya apariencia
es corrugada con pliegues finos, aunque puede ser lisa
y homogénea. Asimismo, hay informes de personas
con leucoplasia vellosa en el paladar blando, el piso
de la boca, la región tonsilar (región amigdalina), las
áreas retromolares y la mucosa faríngea.
Enfermedadesperiodontalesrelacionadas
conel virus de la inmunodeficiencia humana tipo 1
Las características de las periodontopatías relaciona-
das con el virus de inmunodeficiencia humana tipo
1 son:
1. Gingivitis. Se presenta como una banda de color
rojo brillante a lo largo de la encía marginal que
puede acompañarse de eritema difuso o punti-
forme de la encía insertada y alveolar. Si bien
muestra tendencia al sangrado, no existe ulcera-
ción, ni bolsas periodontales y tampoco pérdida
de la unión periodontal.
2. Periodontitis. Se caracteriza por pérdida de te-
jidos blandos y de unión periodontal, así como
por destrucción ósea. El dolor suele ser intenso y
hay hemorragia espontánea pero no existen bol-
sas periodontales profundas.
3. Gingivitisulceronecrosante. Elpadecimientopue-
de ser local o generalizado y se manifiesta por
ulceración, necrosis o destrucción de las papilas
interdentales cubiertas por una membrana de
fibrina gris amarillenta. Puede ocasionar dolor,
hemorragia gingival y halitosis.
Asepsia y antisepsia 25
Sarcoma de Kaposi bucal
Las lesiones bucales son solitarias o múltiples con apa-
riencia de mácula, pápula o nódulo, con ulceración o
sin ella. Asimismo, son de color rojo azulado, violáceo
o pardo. Pueden ser únicas o estar relacionadas con
lesiones extrabucales. Con frecuencia se encuentran
en el paladar, a la altura del primer molar superior;
pero también pueden aparecer en encía, lengua y mu-
cosa bucal. Eventualmente, afecta las glándulas saliva-
les mayores.
Linfoma no Hodgkin
Puede presentarse como una masa exofítica peduncu-
lada o como aumento de volumen firme, asintomático
y rojo púrpura o del mismo color de la mucosa bucal.
La lesión puede ulcerarse y crece con gran rapidez. Se
encuentra principalmente en el paladar o el proceso
alveolar, pero también en encía, lengua y glándulas
salivales mayores.
Tos ferina
Esta enfermedad es producida por Bordetella pertus-
sis y Bordetella parapertussis. La fase catarral es de
comienzo insidioso, con tos irritante que en el trans-
curso de una a dos semanas se vuelve paroxística. Los
paroxismos se caracterizan por accesos repetidos y
violentos de tos, sin inspiración intermedia seguidos
de un estridor respiratorio de tono alto característico;
con frecuencia los paroxismos culminan con la expul-
sión de mucosidades claras y adherentes, a menudo
seguidas de vómito.
Endocarditis
Cuando la persona padece alguna cardiopatía congé-
nita o tiene afectada alguna valva (válvula) del cora-
zón, puede sufrir endocarditis, “principalmente por
estafilococos y estreptococos (en especial S. viridans).
Esta enfermedad se caracteriza por febrícula y ma-
lestar; la piel adquiere un color “terroso” y aparecen
petequias en el interior de las mejillas, las palmas de
las manos, debajo de las uñas y en el interior del ojo
(fondo del ojo).
Meningitis
Es una enfermedad causada por diversos agentes cau-
sales, como virus Coxsackie, virus ECHO, Haemo-
philus influenzae, Neisseria meningitidis, Streptococ-
cus pneumoniae, entre otros. Se manifiesta por fiebre,
dolor de cabeza, náusea, vómito y rigidez de la nuca;
puede haber erupción en la piel, delirio, coma y esta-
do de choque (shock).
Efectos sistémicos
de la enfermedad bucal
El odontólogo está obligado a conocer las posibles
consecuencias sistémicas de los focos de infección
existentes en la cavidad bucal.
Los microorganismos pueden diseminarse en el
organismo y ocasionar infección focal. A su vez, ésta
puede generarse por diferentes vías:
1. Contigüidad. Existen barreras anatómicas loca-
les de huesos, músculos y fascia; pero las infec-
ciones de origen dental pueden extenderse a los
tejidos vecinos de menor resistencia y producir
celulitis facial (infección de la tela subcutánea o te-
jido celular subcutáneo), angina de Ludwig, trom-
boflebitis yugular supurada, erosión de la arteria
carótida, trombosis séptica del seno cavernoso,
sinusitis maxilar y osteomielitis mandibular.
2. Aspiración. Las personas con enfermedad pe-
riodontal en estado de inconsciencia pueden as-
pirar su propia saliva y desarrollar neumonía o
absceso pulmonar.
3. Torrente circulatorio. Los microorganismos pue-
den pasar al torrente circulatorio a partir de:
A. Focos de infección pulpar. Son consecuencia de
caries o fractura dental.
B. Focos de infección periapical. En muchas oca-
siones son causados por caries que evolucionó
con necrosis pulpar aguda.
C. Focos de infección por enfermedades periodon-
tales. Por lo general se relacionan con proce-
dimientos odontológicos.
D. Focos de infección por procedimientos odon-
tológicos. Debido a la rotura de capilares y
creación de presiones positiva y negativa, algu-
26 Capítulo 2
nas prácticas odontológicas pueden ocasionar
bacteriemia transitoria. Dichas prácticas pue-
den ser: el cepillado dental de alguna zona con
proceso infeccioso, la administración de anes-
tésico local, realización de un procedimiento
terapéutico del periodonto o extracción dental
en presencia de enfermedad periodontal.
Los mecanismos por los cuales puede diseminarse
una infección son:
1. Difusión sistémica de los microorganismos. Así su-
cede cuando los pacientes padecen endocarditis
o alguna valvulopatía. En este último caso puede
formarseuntrombofibrinoplaquetarioquefacilita
la adherencia de bacterias, principalmente Strepto-
coccusmutans,Streptococcusimmitis,Streptococcus
bovis y estafilococos. Por ello, la American Heart
Association (AHA) recomienda la administración
de antibióticos 30 a 60 min antes del tratamiento
odontológico y dos días después del mismo.
2. Difusión sistémica de toxinas. Bacterias como
Clostridium tetani producen una toxina que in-
vade el sistema nervioso.
3. Mecanismo inmunopatológico. Algunas enfer-
medades, como la fiebre reumática, incluyen un
proceso autoinmunitario, con el antecedente de
que los anticuerpos producidos contra antígenos
bacterianos pueden generar una reacción cruza-
da con tejidos del huésped. Asimismo, existen
factores del huésped, como la afección preexis-
tente y el estado inmunitario, que favorecen la
diseminación sistémica de los microorganismos;
por ejemplo, antecedentes de enfermedades
cardiovasculares, diabetes, cirrosis, neoplasias,
terapéutica inmunosupresora y síndrome de in-
munodeficiencia adquirida, entre otros.
Proceso salud-enfermedad 27
Proceso
salud-enfermedad
Evolución histórica del concepto
salud-enfermedad
El ser humano, a través de su proceso histórico, se ha
afanado en descubrir y comprender lo que acontece en
él mismo y a su alrededor. Sus razonamientos y con-
ceptos son un reflejo del momento histórico en que
vive, es decir, el modo de producción predominante,
el ambiente intelectual y el medio geográfico. Por esa
razón, sus interpretaciones han originado explicacio-
nes mágicas, filosóficas y científicas.
La enfermedad siempre se ha vinculado de manera
muy estrecha con el ser humano, por lo cual las socie-
dades han buscado explicarla.
Concepto mágico
La sociedad primitiva elaboró un concepto mágico. El
ser humano no comprendía los fenómenos naturales,
como el viento, las tormentas y los terremotos, entre
otros; por ello, comenzó a explicarlos como manifes-
taciones de agentes sobrenaturales, espíritus malignos
o dioses malévolos productores de la enfermedad.
El comunismo primitivo predominaba, por lo que
el ser humano tenía un vínculo tan estrecho con su
grupo que sus necesidades y padecimientos se con-
sideraban comunes; entonces, cualquier enfermedad
que afectaba a uno repercutía en los demás.
Surgieron los brujos, los curanderos y los yerberos.
Éstos guardaban con celo sus secretos profesionales y
sólo los transmitían de padres a hijos. Por lo general
vivían apartados del grupo y bajo una estricta disci-
plina. Su terapéutica se basaba en el uso de amuletos,
hierbas, exorcismos y encantamientos debido a que
necesitaban agradar o ahuyentar a los espíritus malig-
nos.
Concepto naturista
El cambio del comunismo primitivo al modo de pro-
ducción esclavista determinó la existencia de modi-
ficaciones en el concepto enfermedad. Las explica-
ciones para la enfermedad empezaron a basarse en
la observación y la lógica; esto es, los seres humanos
sentían la necesidad de ver al mundo tal y como era,
es decir, de forma natural.
Los griegos y los romanos estaban divididos en dos
clases sociales: esclavos que ejercían el trabajo ma-
nual, y esclavistas que a costa del trabajo de los prime-
ros se dedicaban a la labor intelectual y al fomento de
la filosofía, las artes y la medicina.
La conservación de la salud despertó gran interés.
La salud se concebía como la belleza física, la fortaleza
y el desarrollo equilibrado; en cambio, la enfermedad
representaba la inferioridad y la imperfección. Según
la concepción de la época, el cuerpo humano se com-
ponía de cuatro sustancias primordiales (fuego, aire,
agua y tierra) y la salud se debía al equilibrio entre
ellas.
Los esclavistas se preocupaban por la enfermedad
o la muerte de los esclavos. Los médicos pensaban que
los orígenes de la enfermedad respondían a causas na-
turales.
Hipócrates fue el primero en buscar las leyes que
regían las reacciones del organismo frente a las fuer-
zas de la naturaleza. Recalcó que la enfermedad era
Capítulo 3
28 Capítulo 3
un fenómeno natural, derivado de causas externas
como el frío, el sol o los vientos cambiantes. Tam-
bién experimentó los hechos y anotó el resultado de
estudiarlos en estado normal y de enfermedad. La
base de sus conocimientos fue la observación directa
del paciente y buscó la relación entre el origen de la
enfermedad con el pronóstico y el curso de la misma.
Decía:
...no hay que hacer nada en forma temeraria; a
veces es preciso reposar o quedarse sin hacer nada.
Así, en caso de no hacerle bien al enfermo, tampoco
se le hace un mal.
De ese modo, se consideraba que cuanto más cerca
estuvieran las personas de la naturaleza, tenían menos
posibilidades de enfermarse y que la enfermedad de-
bía curarse por sí sola.
Las prescripciones, por tanto, se referían a dietas,
baños calientes, leche de cabra, vinos añejos y cosas
por el estilo, aunque también se mandaban vomitivos,
purgantes y sangrías.
Concepción religiosa
Durante la Edad Media se desarrolló el concepto reli-
gioso de la salud y la enfermedad. Al existir un modo
de producción feudal, el clero dio origen a ideas re-
ligiosas que contrastaban con las formas de conoci-
miento racional recientemente adquiridas. La existen-
cia del ser humano, su papel dentro de la sociedad y
todos los acontecimientos en él y su alrededor eran
reflejo de la voluntad divina.
Asípues,laenfermedadseconsiderómanifestación
de la ira de dios ante el ser humano pecador, o bien
una gracia especial que dios mandaba a sus hijos.
Los sacerdotes ocuparon el lugar del médico, por
lo cual la terapéutica se basaba en plegarias, ayunos,
sacrificios, confesiones y obtención de reliquias. Se
prohibieron las prácticas quirúrgicas para evitar el
derramamiento de sangre. Sin embargo, se aisló a en-
fermos como los leprosos para evitar la transmisión
de la enfermedad.
Concepción racional
El desarrollo del capitalismo rompió con las ideas reli-
giosas acerca de la enfermedad. La división del trabajo
se volvió importante y el ser humano tuvo que dedi-
carse a determinadas fases de la producción. Paracelso
retomó la idea de que la enfermedad era algo natural;
pensó que la vida se sostenía por fuerzas propias del
organismo y que la enfermedad se debía a la altera-
ción de las funciones normales del organismo.
A partir del capitalismo, el racionalismo cobró
nueva fuerza. Este fenómeno se reflejó en la ciencia.
La experimentación se agregó a las investigaciones
llevadas a cabo mediante la lógica y la observación.
Se introdujo el método científico basado en la com-
probación y experimentación de hipótesis y el ser hu-
mano se fue imponiendo sobre la naturaleza. Se habló
del factor causal de la enfermedad y surgieron dos co-
rrientes: la ontológica y la fisiológica.
El concepto ontológico de enfermedad postula:
...la existencia de entidades patológicas bien defi-
nidas, reconocibles por la existencia de signos y sín-
tomas característicos que obedecen a una etiología
(causa) determinada y que poseen una historia
natural propia...
Lo anterior quiere decir que el organismo se ve
afectado por un parásito nocivo, el cual ocasiona sín-
tomas y signos de la enfermedad. La clasificación y
descripción de las enfermedades adquirió mucha im-
portancia.
Por otra parte, los principales exponentes del con-
cepto fisiológico fueron Virchow, Bernard y Cannon.
Ellos definieron la salud y la enfermedad de la si-
guiente manera:
Es por la actividad normal de elementos orgánicos
que la vida se manifiesta a sí misma en la salud. Es
por las manifestaciones anormales de los mismos
elementos que se caracteriza la enfermedad.
Lo anterior significa que el individuo gozaría de
salud mientras mantuviera una constancia en su me-
dio interno, y el trastorno de dicha constancia traería
consigo enfermedad.
El desarrollo de la tecnología para la salud fue
impulsado por el auge del capitalismo industrial des-
pués de la Segunda Guerra Mundial y fue dirigido de
acuerdo con las necesidades del proceso productivo.
Conforme avanzó el capitalismo, la necesidad de au-
mentar la productividad mundial orientó la medicina
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  • 1.
  • 3. Dra. Bertha Yoshiko Higashida Hirose Médico Cirujano Profesora de Educación para la Salud UNAM segunda edición MÉXICO • BOGOTÁ • BUENOS AIRES • CARACAS • GUATEMALA • LISBOA MADRID • NUEVA YORK • SAN JUAN • SANTIAGO AUCKLAND • LONDRES • MILÁN • MONTREAL • NUEVA DELHI SAN FRANCISCO • SINGAPUR • ST. LOUIS • SIDNEY • TORONTO Odontología preventiva KWWSERRNVPHGLFRVRUJ
  • 4. Director editorial: Javier de León Fraga Editor sponsor: Gabriel Romero Hernández Supervisora de edición: Norma Leticia García Carbajal Supervisor de producción: José Luis González Huerta Diseño de portada: Victor Ortiz NOTA La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se requerirán cambios de la terapéutica. El (los) autor(es) y los editores se han esforzado para que los cuadros de dosificación medicamentosa sean precisos y acordes con lo establecido en la fecha de publicación. Sin embargo, ante los posibles errores humanos y cambios en la medicina, ni los editores ni cualquier otra persona que haya participado en la preparación de la obra garantizan que la información contenida en ella sea precisa o completa, tampoco son responsables de errores u omisiones, ni de los resultados que con dicha información se obtengan. Convendría recurrir a otras fuentes de datos, por ejemplo, y de manera particular, habrá que consultar la hoja informativa que se adjunta con cada medicamento, para tener certeza de que la información de esta obra es precisa y no se han introducido cambios en la dosis recomendada o en las contraindicaciones para su administración. Esto es de particular importancia con respecto a fármacos nuevos o de uso no frecuente. También deberá consultarse a los laboratorios para recabar información sobre los valores normales. Odontología preventiva Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio, sin autorización escrita del editor. DERECHOS RESERVADOS © 2009 respecto a la segunda edición por, McGRAW-HILL INTERAMERICANA EDITORES, S.A. de C.V. A subsidiary of The McGraw-Hill Companies, Inc. Prolongación Paseo de la Reforma 1015, Torre A, Piso 17, Col. Desarrollo Santa Fe, Delegación Álvaro Obregón C.P. 01376, México, D.F. Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Reg. Núm. 736 ISBN 13: 978-970-10-6927-1 1234567890 048765432109 Impreso en México Printed in Mexico
  • 5. A la memoria de mis padres A mi hijo y su familia A Jorge
  • 6. Capítulo 1 Odontología preventiva  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 Capítulo 2 Asepsia y antisepsia  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 Capítulo 3 Proceso salud-enfermedad  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Capítulo 4 Historia natural de la enfermedad  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 Capítulo 5 Introducción a la inmunología  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 Capítulo 6 Placa dentobacteriana  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 Capítulo 7 Ecología, demografía y salud  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 Capítulo 8 Caries dental  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121 Capítulo 9 Medidas preventivas en odontología  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145 Capítulo 10 Introducción al método científico  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203 Capítulo 11 Epidemiología  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211 Capítulo 12 Bioestadística  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235 Capítulo 13 Historia clínica  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 Anexo. Norma Oficial Mexicana NOM-013-SSA2-1994 para la Prevención y el Control de Enfermedades Bucales  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273 Índice alfabético  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293 Contenido
  • 7. De acuerdo con los datos de la Organización Mun- dial de la Salud (OMS), México se encuen­tra entre los países con alto rango de frecuencia de enfermedades bucales. Éstas se hallan entre las cinco de mayor de- manda de atención en los servicios de salud. En muchas ocasiones los individuos acuden al odontólogo cuando la enfermedad está avan­zada, lo cual implica molestias, pérdida de tiempo, ausentis- mo en la escuela o en el traba­jo, e incluso se eleva el costo de la atención bucal. La mayoría de las enfermedades bucales pueden ser controladas con actividades preventi­vas primarias y secundarias (diagnóstico tem­prano y tratamiento oportuno), por lo que la odontología debe hacer énfa- sis en la prevención integral. Prólogo En la actualidad, el autocuidado de la salud ha co- brado gran importancia, de ahí que se deba insistir en el fomento de hábitos, valores y acti­tudes favorables a la salud. Entrelosvaloresquesedebeninculcarestánelamora la vida, al propio cuerpo y a la salud, por lo que la odon- tología preventiva debe resaltar la importancia de la sa- lud bucal como parte de la salud integral del individuo. En esta obra me he permitido proporcionar al- gunas bases, no sólo para cumplir con los ob­jetivos y contenidos de un programa, sino para brindar al alumno una visión más completa del proceso salud- enfermedad en el ser humano, al considerarlo como una unidad biopsicosocial que forma parte de una fa- milia y una co­munidad.
  • 9. Odontología preventiva 1 Odontología preventiva Antecedentes históricos de la odontología La palabra odontología proviene de los términos odon- tos (diente) y logos (tratado o estudio), por lo cual eti- mológicamente significa tratado o estudio de los dien- tes. Sin embargo, la odontología es ciencia y arte a la vez: por una parte, requiere de fundamentos teóricos y concepciones científicas acertadas y comprobadas; por otra, exige habilidad y manejo de técnicas y procedi- mientos para ejecutar ideas relacionadas no sólo con los dientes, sino con todas las estructuras de la boca. La revisión de la historia de la odontología reve- la ya entre los egipcios la existencia de médicos cuyas prácticas curativas de los dientes se enfocaban al tra- tamiento de caries, enfermedades periodontales, abs- cesos periapicales y abrasiones intensas. En Babilonia, el Códice de Hammurabi menciona sanciones para el médico que causara la pérdida de un diente, lo cual hace suponer que los dientes eran órganos muy valorados. Los dientes entre los hebreos simbolizaban fuerza y belleza. En libros como el Talmud se mencionan as- pectos preventivos, por ejemplo, “el abuso del vinagre debe evitarse, pues es tan dañino a los dientes como el humo a los ojos”, y al igual que en el “Corpus Hi- pocraticus” griego, se recomendaba al máximo evitar la extracción de los dientes. Por su parte, los romanos aconsejaron el uso de un polvo llamado “nitrium” para pulir los dientes, así como de un palillo de dientes en- tre un platillo y otro; además, remplazaban los dientes perdidos con piezas dentales de ternera o carnero o con prótesis removibles en lámina de oro. La medicina y la odontología alcanzaron un gran adelanto en la primera escuela médica fundada en el siglo x: la Escuela de Salerno. Se utilizaban instrumen- tos para tratar los abscesos, así como para la limpieza dental. Albucasis recomendó realizar el aseo de los dientes con la corteza de un árbol que tenía propieda- des astringentes. En México, durante la época prehispánica se con- cedía gran importancia a una dentadura completa y se obturaban las cavidades con polvo de dientes. Asimis- mo, se han encontrado muchos vestigios de dientes adornados con incrustaciones y tallados. Según los datos relativos a la prevención, la limpie- za de la “toba” o sarro dental ya se realizaba en el siglo xvi. En Inglaterra, en el siglo xvii, el barbero cirujano Charles Allen escribió el primer libro que menciona reglas para la preservación de los dientes. El “Florilegio medicinal”, escrito por fray Juan de Esteyneffer, menciona tratamientos, pero la prácti- ca odontológica permanecía alejada de los avances científicos y técnicos que existían en otras partes del mundo. El odontólogo era considerado charlatán y sacamuelas. Fue hasta el siglo xix cuando se regula- rizó la actividad del barbero cirujano, la cual debía registrarse en el “Protomedicado”; sin embargo, muy pocos reunían los requisitos. En esa época las caries se trataban con ácidos, ál- calis o calor directo y se obturaban con materiales de poca duración; también se vendía el “agua para blanquear y fortificar la dentadura”, así como el “elíxir odontológico” para el dolor de dientes y encías, contra el sarro y para prevenir el escorbuto. Capítulo 1
  • 10. 2 Capítulo 1 Los primeros odontólogos surgieron en la segunda mitad del siglo xix y empezaron a realizar publicacio- nes; así, en 1894, Mariano N. Ruiz escribió La dentadura natural y artificial, manera de conservarla y repararla. En el siglo xx se elaboró el plan de estudios para la enseñanza de la odontología con propósitos curati- vos. En 1916, la Facultad Odontológica contempló ya la enseñanza de la higiene, aunque de manera secun- daria. Por fin, hacia 1960, se valoró la importancia de la prevención y la salud pública. En la Secretaría de Sa- lubridad y Asistencia de México, durante la adminis- tración del doctor José Álvarez Amézquita, se creó la Dirección de Odontología cuyos objetivos fueron: impulsar el desarrollo de procedimientos preventivos en los diferentes departamentos dentales correspon- dientes a los centros de salud del país; divulgar, sobre todo en el ámbito escolar, los principios higiénicos para fomentar la salud dental, y estudiar la viabilidad de la fluoración del agua potable o la sal de consumo. En los últimos años, la enseñanza de la odontología se ha modificado. Así, se concede importancia a la promoción de la salud y a la prevención de las enferme- dades; por ello, en el primer año de la licenciatura el estudiante está obligado a llevar un curso de odon- tología preventiva y salud bucal. Este tipo de cursos tiene como objetivo lograr que el futuro odontólogo valore la importancia de la prevención para disminuir la frecuencia de enfermedades bucales en los aspectos individual y colectivo, y de ese modo identificar dicha prevención como parte esencial de la salud. Definición La odontología preventiva es actitudes, aspecto que comprende el cambio en la escala de valores, cuyo valor más alto es el mantenimiento de la salud bucal. Se puede definir como la suma total de esfuerzos por promover, mantener y restaurar la salud del individuo mediante la promoción, el mantenimiento y la restitu- ción de la salud bucal. Por lo general, las personas acuden a consulta odontológica cuando padecen caries avanzada o sus complicaciones, y muchas veces lo hacen cuando ya es imposible conservar los dientes. Por ello, la tendencia actual de la odontología es la prevención. Entre las razones que tienen las personas para evitar al odontólogo se encuentran: Negligencia personal. El tratamiento dental se percibe como costoso. Pesimismo e ignorancia respecto de la enfermedad y el tratamiento dental. Duda sobre los motivos y reacciones del odontólo- go acerca del paciente. Miedo y ansiedad de naturaleza consciente e in- consciente. Retroalimentación negativa o declaraciones in- tranquilizadoras sobre la odontología recibidas de amigos o familiares. Pérdida de la confianza en el odontólogo debido a: ͍ Tratamiento previo ineficaz o mal efectuado. ͍ Trabajo anterior de corta durabilidad. ͍ Tratamientos y extracciones innecesarias o du- dosas. ͍ Cobro elevado de honorarios por un tratamien- to ineficaz. ͍ Experiencias previas dolorosas. ͍ Conductas negativas del odontólogo (por ejem- plo, regaño por una deficiente higiene oral). La filosofía de la odontología preventiva incluye: 1. Considerar al paciente como unidad y no como un conjunto de dientes enfermos. 2. Si el paciente tiene una boca sana, tratar de con- servar la salud. 3. Diagnosticar y tratar lesiones lo más pronto po- sible. 4. Rehabilitar al paciente. 5. Dar educación para la salud del individuo, la fa- milia y la comunidad. Importancia de la odontología preventiva y niveles de prevención Se consideran problemas de salud pública en el mun- do los siguientes: 1. Caries dental. 2. Enfermedad periodontal. 3. Anomalías dentofaciales. • • • • • • •
  • 11. Odontología preventiva 3 4. Maloclusiones. 5. Cáncer bucal. 6. Malformaciones de tejidos dentales. 7. Traumatismos maxilofaciales. 8. Fluorosis dental. De ese modo, resulta que la caries dental y la en- fermedad periodontal son las enfermedades más fre- cuentes en la población, por lo cual existen muchas personas con caries sin obturar y desdentadas. Tam- bién son comunes el cáncer bucal y las maloclusiones. Lo más importante de estos padecimientos es que pudieron evitarse. Un programa de odontología preventiva debe rea- lizarse en dos niveles: el hogar y el consultorio. Las medidas a seguir en el hogar incluyen: 1. Prácticadeunahigienebucalcorrecta,usodeden- tífricos y, cuando se requiera, enjuagues con flúor. 2. Dieta adecuada. 3. Tratamiento de cualquier enfermedad potencial- mente perjudicial para las estructuras de la boca. 4. Acudir a las citas con el odontólogo. El odontólogo debe considerar al paciente como una unidad biopsicosocial, es decir, como un ser hu- mano completo, y por ello debe preguntar a ese pa- ciente qué espera del odontólogo y cuáles son sus co- nocimientos y sus temores. Asimismo, el programa en el consultorio debe contemplar: 1. Control de placa dentobacteriana. 2. Aplicación de diferentes métodos preventivos, entre ellos uso de fluoruro en distintos medios. 3. Instrucción al paciente acerca de dietas y ali- mentación. 4. Aplicación de pruebas para valorar actividad de caries. 5. Uso de selladores en fosetas y fisuras. 6. Educación y enseñanza para el paciente. 7. Seguimiento o control con una frecuencia defi- nida. Uno de los objetivos primordiales de un programa de odontología preventiva consiste en ayudar al pa- ciente a mejorar los hábitos que contribuyen al man- tenimiento de la salud bucal. Por tanto, es necesario enseñarle a reconocer la existencia de estados inde- seables en su boca, a comprender cómo se producen y a controlarlos. Respecto al aprendizaje, Bloom estableció seis nive- les: conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y evaluación. Por desgracia, la mayoría de las personas tiene conocimientos y comprende, por ejem- plo, que son necesarios el cepillado y el uso del hilo dental; muchas demuestran cómo se hace (nivel de aplicación), pero no lo practican; tampoco analizan, sintetizan ni evalúan estas actividades. Para que una persona pueda aprender debe tener motivación, que se puede definir como el conoci- miento y la voluntad interiores para actuar, es decir, un impulso interior que impele a una persona a sa- tisfacer una necesidad. El odontólogo tiene que reconocer el esfuerzo de los sujetos que tienen una boca sana. También debe estar consciente de que las personas tienen necesidades, en- tre ellas: fisiológicas, de seguridad, de reconocimiento social, de autoestima y de autorrealización (fig. 1-1). Abraham Maslow veía al organismo como un todo organizado e integrado y no sólo como una colección de órganos y funciones separadas. Se refería a las ne- cesidades como las fuerzas internas de una persona que llevan a la acción. Consideraba que una perso- na realiza acciones para satisfacer estas necesidades, las cuales pueden ser: De autorrealización De autoestima De reconocimiento social De seguridad Fisiológicas Figura 1-1. Necesidades del individuo según Maslow.
  • 12. 4 Capítulo 1 1. Fisiológicas o de supervivencia, es decir, aquellas que son vitales, como comer, beber agua, tener la temperatura adecuada, el sueño, etc. 2. De seguridad, por ejemplo, tener tranquilidad, vivienda, trabajo, etc. 3. De reconocimiento social, que incluyen la necesi- dad de amor y pertenencia social. 4. De autoestima, que incluye un sentimiento de va- lor personal, logros, dignidad, confianza, destre- za, competencia, prestigio y nivel social. 5. De autorrealización, es decir, tendencia positiva hacia al desarrollo, conocimientos, alcanzar la cima en el campo de desempeño, etc. El individuo satisface por sí solo las necesidades fisiológicas, como el hambre y la sed, entre otras, y de manera similar trata de cumplir con sus requeri- mientos de seguridad, como vivienda, trabajo, etc. El odontólogo puede desempeñar una función muy esencial en la motivación del paciente para satisfacer necesidades sociales, como pertenecer a un grupo, ser aceptado y reconocido, lograr autoestima y dignidad: una boca sana, un aliento fresco y una sonrisa agrada- ble son importantes para alcanzar aceptación social y mejorar la autoestima. Problemas de salud bucal en América e importancia de la prevención En 1990, la Organización Mundial de la Salud infor- mó que sólo una de cada 10 personas tiene la totali- dad de sus dientes sanos y obturados. La caries dental constituye una enfermedad de carácter universal, ma- nifiesta su ataque desde el primer año de vida, afecta más o menos al 91% de la población mayor de cinco años de edad y es más frecuente entre las personas de cinco a 14 años de edad. Las enfermedades periodontales ocurren con fre- cuencia en personas de mayor edad; sin embargo, junto con la caries constituyen problemas graves de salud, no sólo por su carácter mutilador, sino por las complicaciones sistémicas generadas. Es imposible resolver esos problemas con la mera atención odontológica curativa, ya sea a través de ins- tituciones de salud públicas o privadas. La situación es más grave si se analiza la baja cantidad de recursos humanos enfocada a brindar atención. Distribución de la caries a nivel mundial Según datos de la OMS, la caries es la enfermedad más frecuente. Con base en el índice CAOD a los 12 años de edad, los dientes cariados + ausentes + obturados de un total de sujetos examinados tenía como objetivo llegar a índices menores de 2. En Europa, casi todos los países tienen índices me- nores de 2. En países de América, Estados Unidos tie- ne un índice de 1.4 y Canadá de 3.4. En cambio, en México el índice es de 4.5 a 6 y pre- dominan los dientes cariados sin obturar. En Centroamérica y Sudamérica se tiene un índice de 5 y más, con excepción de Argentina y Cuba. En África, este índice varía entre los diferentes paí- ses, desde menos de 1.5 hasta 4. Esto mismo se observa en Asia, donde hay países que tienen un índice entre 3.5 y 5, hasta otros que tie- nen de 0.9 a 1.8. En Australia el índice es de 1.2.
  • 13. Asepsia y antisepsia 5 Asepsia y antisepsia Conceptos El odontólogo debe proteger a sus pacientes de las infecciones, pero también corre el peligro de que las personas estén enfermas o sean portadoras, es de- cir, que alberguen en su organismo algún agente pató- geno (capaz de producir enfermedad) sin tener mani- festaciones clínicas. Por ello, la manera más segura de evitar riesgos es considerar a todos los pacientes como contaminantes potenciales. La transmisión de la infección puede llevarse a cabo: 1. De paciente a odontólogo. 2. De odontólogo a paciente. 3. De paciente a paciente. Por otra parte, el odontólogo, como miembro de un equipo de salud, no debe negar atención a pacien- tes con enfermedades infecciosas, como infección por hepatitis B o por virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Por ello, debe conocer muy bien las medidas de asepsia y antisepsia. En este sentido, es necesario revisar los siguientes conceptos: infección, asepsia, antisepsia y contaminación cruzada. Infección es la entrada y desarrollo o multiplicación de un agente patógeno biológico en el organismo de una persona o un animal, y el afectado puede tener manifestaciones clínicas (enfermedad infecciosa) o carecer de ellas. La infección no manifiesta sólo puede identificarse por métodos de laboratorio o pruebas es- pecíficas, por lo cual se le conoce también como infec- ción asintomática, inaparente u oculta. La presencia de agentes infecciosos vivos en la superficie del cuerpo, en prendas de vestir o artículos sucios no constituye infección sino contaminación. Asepsia es el estado libre de infección; constituye el método de prevenir infecciones mediante la destruc- ción o evitación de agentes patógenos, principalmen- te por medios físicos. El material aséptico no posee microorganismos vivos ni sus formas de resistencia y permite trabajar con asepsia. Antisepsia es el conjunto de procedimientos o mé- todos que disminuyen o destruyen microorganismos en tejidos vivos. Al utilizar productos bacteriostáticos o germicidas en las personas se realiza antisepsia. En el ámbito odontológico, los principales tipos de exposición a microorganismos patógenos o poten- cialmente patógenos son: 1. Accidente percutáneo con objetos cortantes o punzantes contaminados. 2. Salpicadura de productos biológicos contamina- dos hacia la mucosa conjuntival. 3. Aerosolización y posterior inhalación de pro- ductos biológicos contaminados. 4. Exposición de piel lesionada a productos bio- lógicos contaminados. 5. Contaminación del campo operatorio como con- secuencia de accidente percutáneo o lesiones cu- táneas exudativas o vesiculares del odontólogo. Lo anterior obliga a conocer el concepto de con- taminación cruzada, que consiste en el paso de un agente infeccioso de una persona a otra a través de un objeto, instrumento o material contaminado. Para prevenirla es indispensable: Capítulo 2
  • 14. 6 Capítulo 2 1. Reducir el campo de contaminación. Para dismi- nuir la dispersión de aerosoles, gotas y salpicadu- ras debe colocarse al paciente en posición correc- ta y, en caso necesario, utilizar succión y un dique de hule. El campo de contaminación también dis- minuye si se evita el contacto con objetos, como teléfonos o agendas, durante los procedimientos operatorios. Si es imprescindible utilizar dichos objetos deben colocarse otros guantes. 2. Lavarse las manos. 3. Utilizarinstrumentalymaterialdesechablesiem- pre que sea posible. 4. Manejar de manera adecuada y cuidadosa todo el material e instrumental punzocortante. 5. Realizar los procedimientos de limpieza, des- infecciónyesterilizaciónadecuadosalascaracte- rísticas del equipo e instrumental contaminado. Esterilización y desinfección La esterilización es el proceso usado para destruir toda forma de vida microbiana, por ejemplo, virus, bacte- rias, hongos y esporas en cualquier parte u objeto. La desinfección consiste en eliminar las formas ve- getativas de los microorganismos patógenos en todos los ambientes, materias o partes en que sean nocivas y en diversos niveles de actividad biocida. Los desinfec- tantes de nivel biocida bajo, como los compuestos de amonio cuaternario, son sustancias que sólo destru- yen formas vegetativas de ciertos microorganismos ambientales o superficiales comunes, pero no tienen efecto en virus o microorganismos resistentes, como el virus de la hepatitis B o las micobacterias. Los des- infectantes de nivel biocida intermedio (p. ej., los com- puestos clorados, yodóforos y fenoles) tienen mayor poder porque inactivan a los microorganismos men- cionados. Por último, los antisépticos de nivel biocida alto inactivan a todos los microorganismos y a las es- poras bacterianas; un ejemplo de ellos es el glutaralde- hído al 2% durante seis a 10 h. Antes de establecer qué objetos deben esterilizarse y cuáles deben desinfectarse es indispensable tener en cuenta la siguiente clasificación: 1. Objetos críticos. Es el instrumental que penetra tejidos blandos o duros de la boca, por ejemplo: explorador, espejo, bisturí, fresas, fórceps y, en general, instrumental quirúrgico. Requieren de esterilización. 2. Objetos semicríticos. Son los que tocan pero no penetran tejidos blandos o duros, por ejemplo, el condensador de amalgama y la pieza de mano. Es preferible esterilizarlos pero pueden someter- se a desinfección de nivel alto. 3. Objetos no críticos. Son las manijas de la lám- para, aparato de rayos X, mesa de trabajo, etc. Puede aplicarse en ellos la desinfección de nivel intermedio. Cuadro 2-1. Temperaturas y tiempos mínimos recomendados para la esterilización por calor de instrumentos y materiales Método según materiales Grados centígrados kg/cm2 Minutos Hornos de calor seco, aire estático: instrumental no envuelto 170 – 60 Hornos de calor seco, flujo forzado: instrumental no envuelto 200 – 6 Vapor de agua a presión: instrumental no envuelto 134 2 3 115 1 15 Vapor de agua a presión, autoclave: instrumental envuelto 134 2 12 115 1 30 Vapor de agua a presión, autoclave: campos quirúrgicos, gasas 121 1 30 Vapor de agua a presión, autoclave: desechos biológicos 121 1 90 Vapor de químico a presión, quemiclave: instrumentos envueltos 132 1.5 20 Fuente: SSA. Norma Oficial Mexicana NOM-013-SSA2, para la prevención y control de enfermedades bucales. México: SSA, 1994.
  • 15. Asepsia y antisepsia 7 Procedimientos de esterilización Éstos incluyen vapor a presión (autoclave), calor seco, gas de óxido de etileno, vapor químico y soluciones químicas. De ellos, los más recomendables son el va- por a presión y el calor seco (cuadro 2-1), pero es muy importante lavar con cuidado el instrumental para eliminar restos de sangre, saliva, moco, tejido y otros. El lavado puede realizarse con agua y jabón deter- gente y la ayuda de un cepillo, o mediante un limpia- dor ultrasónico; este último tiene la ventaja de despe- gar residuos de los sitios inalcanzables para el cepillo. El personal responsable de limpiar y descontaminar el instrumental debe utilizar guantes gruesos de hule. Justo después de lavar los instrumentos, es indis- pensable secarlos para evitar su oxidación y corro- sión. Lo mismo debe hacerse en caso de esterilizar con solución química, para no alterar la dilución de ésta. Las recomendaciones a seguir para preparar el ins- trumental de esterilización son las siguientes: 1. En lo posible, limitar el tamaño y la densidad del paquete, así como su cubierta protectora para asegurar la penetración uniforme del vapor (fig. 2-1). 2. Colocar la carga separada de manera que presen- te la menor resistencia posible al paso del vapor a través de ella. 3. Utilizar siempre “papel testigo” adhesivo o bio- lógico que compruebe que el material ha sido esterilizado. 4. Los objetos cortantes o con posibilidades de romperse se envuelven previamente en una toa- lla de papel. 5. Para facilitar el manejo posterior pueden envol- verse juntos varios instrumentos, por ejemplo: A. Instrumental básico para examen inicial: es- pejo, explorador, excavador, pinzas para al- godón, sonda periodontal, torundas, gasas y abatelenguas. B. Instrumental básico para alisado radicular y raspado gingival: raspadores y curetas. C. Instrumental básico para pulido: ángulo para profilaxis, copa de caucho, cepillo oclusal y vasito de vidrio. 1 2 3 4 5 Figura 2-1. Manera de envolver un paquete para efectuar esterilización.
  • 16. 8 Capítulo 2 Vaporapresión En la esterilización eficaz se utiliza calor a altas tem- peraturas en forma de vapor saturado bajo presión. El método físico más aceptable para esterilizar ins- trumentos es la autoclave, que proporciona 775.72 mmHg (15 libras) de presión a nivel del mar, y por lo general se usa a 121°C durante 30 min, aunque el tiempo puede disminuirse con temperaturas más al- tas. Sus ventajas son: ciclo de corta duración, buena penetración y amplio margen de los materiales facti- bles de procesar sin afectarlos. Para esterilizar en la autoclave es recomendable envolver el equipo con tela de algodón, papel estraza, bolsas de nailon o celofán. Calorseco El calor seco es menos efectivo que la autoclave, pero es más económico. Tiene la ventaja de ser eficaz y se- guro para esterilizar instrumentos de metal y espejos, no daña superficies cortantes y no es corrosivo; sin embargo, el ciclo para esterilizar es largo, tiene menos penetración y puede alterar el color. Durante el proce- dimiento es necesario utilizar una envoltura de papel estraza o celofán, pero no tela de algodón porque se quema; el hule y el plástico tampoco deben emplearse porque se destruyen. La vigilancia de la esterilización es muy importante. Los indicadores son indispensables en cada ciclo de esterilización, porque la eficacia de los aparatos puede disminuir en cualquier momento. El cambio de co- lor en esos indicadores por lo general señala que se alcanzaron las condiciones para esterilizar, pero no garantiza la esterilización del contenido. Por tanto, se recomienda verificar más o menos cada semana la efi- cacia de la esterilización mediante tiras de esporas; al germinar, éstas producen ácidos y el pH se mide con un papel indicador. Gasdeóxidodeetileno Se usa para esterilizar grandes cantidades de material e instrumental. Las desventajas son que el ciclo de es- terilización requiere de cuatro a cinco h, el equipo es costoso, el plástico y el caucho retienen el gas, y éste produce irritación en ojos y nariz. Vaporquímico Se puede generar de la mezcla de alcoholes, ceto- nas, formaldehído y agua hirviendo a una presión de 1034.3 a 1034.87 mmHg (20 a 25 libras) durante 20 a 30 min. Solucionesquímicas La única eficaz es el glutaraldehído al 2% por 10 min. Procedimientos de desinfección La desinfección por lo general se refiere al uso de pro- ductos químicos líquidos que actúan a temperatura ambiente en instrumentos o superficies. De acuerdo con la Food and Drug Administration (FDA), los desinfectantes son sustancias químicas con capacidad para destruir en 10 a 15 min los gérmenes depositados en un material inerte o vivo, abarcando en la destrucción todas las formas vegetativas de bac- terias, hongos y virus (excepto el de la hepatitis B) y alterando lo menos posible el sustrato donde residen. Algunas sustancias actúan como desinfectantes y al mismo tiempo como esterilizantes; un ejemplo de ello es el glutaraldehído, cuya actividad depende de su concentración y el tiempo utilizado. La eficacia de un desinfectante depende de varios factores: 1. Concentración y naturaleza de los microor- ganismos contaminantes. 2. Concentración del desinfectante. 3. Tiempo de exposición. 4. Cantidad de residuos orgánicos acumulados. A diferencia del antiséptico, el desinfectante no se utiliza en tejidos vivos. De acuerdo con Molinari, Campbell y York, el desinfectante ideal tiene las si- guientes propiedades: 1. Posee amplio espectro antimicrobiano. 2. Tiene rapidez de acción letal sobre formas ve- getativas y esporas de bacterias, hongos, proto- zoarios y virus. 3. No se altera por factores físicos. 4. Conserva su eficacia ante la presencia de materia orgánica (sangre, saliva, heces, etc.). 5. Es compatible con jabones, detergentes y otros productos químicos.
  • 17. Asepsia y antisepsia 9 6. Carece de toxicidad. 7. Es compatible con la superficie, es decir, no co- rroe instrumentos ni otras superficies metálicas. No daña ropa, hule, plástico u otros materiales. 8. Es fácil de usar. 9. Es inodoro. 10. No es costoso. Los desinfectantes afectan la pared celular, los ele- mentos del citoplasma, sobre todo las enzimas y el material nuclear. Entre los aceptados por la Asocia- ción Dental Americana (ADA) se encuentran el yo- dóforo, los agentes clorados y los glutaraldehídos, los cuales tienen ventajas y desventajas. El yodóforo (yodopolivinilpirrolidona) es de amplio espectro; es decir, destruye bacterias, Mycobacterium tuberculosis, virus hidrofílicos y lipofílicos. Asimismo, ejerce su acción a los cinco o 10 min, es barato y eficaz y actúaauncuandohayaresiduosbiológicos.Sinembargo, no es esterilizante, es inestable a temperaturas altas, debe prepararse a diario, puede modificar el color de algunas superficies y se inactiva con el agua dura y el alcohol. Los agentes clorados tienen acción antimicrobiana rápida y amplio espectro, pues destruyen bacterias, vi- rus y Mycobacterium tuberculosis; también son baratos y eficaces en solución diluida. Sin embargo, destruyen esporas sólo en concentraciones elevadas, no pueden utilizarse de nuevo, deben prepararse diariamente, disminuyen su actividad ante la presencia de materia orgánica, tienen olor desagradable y persistente, irri- tan la piel y los ojos, corroen los metales y degradan el hule y el plástico. Por último, los glutaraldehídos son muy eficaces para destruir microorganismos, tienen amplio espec- tro antimicrobiano, eliminan esporas a temperatura ambiente después de seis a 10 h, casi nunca son co- rrosivos y penetran en sangre, pus y restos orgánicos; asimismo, son de efecto prolongado y útiles para des- infectar o esterilizar el hule y el plástico. Pero, por otra parte, no son antisépticos, no desinfectan superficies, irritan con intensidad los tejidos, pueden producir alergia, alteran el color de algunos metales, no pueden verificarse de manera biológica, su uso en ocasiones posteriores está en función de la cantidad de restos orgánicos y su actividad corrosiva depende de la dilu- ción a la cual se utilicen. Los agentes químicos para desinfección y esterili- zación se presentan en el cuadro 2-2. Precauciones universales La boca es una cavidad donde abundan microorga- nismos, ya sea en sangre, saliva o en placa dentobacte- riana. Esos microorganismos pueden infectar a través de heridas microscópicas y contaminar instrumentos estériles, equipo dental y demás superficies. La contaminación es la presencia de un agente in- feccioso en la superficie del cuerpo; también en ves- Nombre comercial Clasificación química Desinfectante Esterilizante Vida media Blanqueador casero Hipoclorito de sodio Diluido 1:5 a 1:100, 10 a 30 min — 1 día Yodine Yodóforo (yodopolivinilpirrolidona) Diluido 1:213, 10 a 30 min — ? Sporicidin Glutaraldehído al 2% alcalino con amortiguador fenólico Diluido 1:16, 10 min Sin diluir 15 días Glutarex Glutaraldehído al 2% neutral Sin diluir, 10 min 6 h, 45 min ? Gafidex Glutaraldehído al 2% con bicarbonato de sodio Sin diluir, 10 min Sin diluir, 10 h ? Cidex 7 Glutaraldehído al 2% alcalino Sin diluir, 90 min Sin diluir, 10 h ? Los compuestos de amonio cuaternario, como el cloruro de benzalconio, no son aceptados como desinfectantes de alta capacidad o potencia de alto nivel por la Asociación Dental Americana desde 1978. Cuadro 2-2. Agentes químicos para desinfección y esterilización, o ambos
  • 18. 10 Capítulo 2 tidos, ropa de cama, juguetes, instrumentos quirúrgi- cos, apósitos u otros objetos inanimados o sustancias, incluso en el agua y los alimentos. A diferencia de la contaminación, la polución de- nota la presencia de sustancias nocivas pero no siem- pre infecciosas en el ser humano. Desde 1980 se reconoció la importancia de la transmisión del virus de la hepatitis B en el ámbito odontológico y posteriormente el síndrome de inmu- nodeficiencia adquirida (sida). Por ello, la Asociación Dental Americana y otras organizaciones odontológi- cas se dedicaron a divulgar las precauciones univer- sales enunciadas por los Centers for Disease Control (CDC) con el propósito de evitar la transmisión cruza- da de cualquier tipo de microorganismos entre los pa- cientes y los profesionales de la salud. Las precauciones universales se basan en los si- guientes puntos: 1. Lavado y cuidado de las manos. 2. Barreras protectoras. 3. Uso de instrumental cortante o punzante. 4. Limpieza, desinfección y esterilización del mate- rial recuperable. 5. Aseo de superficies contaminadas. 6. Recolección de residuos contaminados. 7. Recolección y esterilización de ropa conta- minada. 8. Vacunación contra la hepatitis B. Lavado y cuidado de las manos La piel de las manos alberga una flora habitual (p. ej., Staphylococcus epidermidis, micrococos y difteroides) independientemente de la flora que hay en el ambien- te; además, aunque se laven las manos, debajo de la porción libre de las uñas puede acumularse sangre. Por esas razones, es necesario mantener las uñas cortas y utilizar guantes, para proteger la piel de las sustancias químicas como desinfectantes, soluciones para revelar radiografías y otros materiales dentales. Al empezar el día de trabajo es indispensable qui- tarse las alhajas y revisar que la piel esté libre de abra- siones y heridas. A continuación, se lavan las manos hasta los antebrazos con algún jabón germicida (cua- dro 2-3) y un cepillo o esponja estériles durante 20 min. La piel lavada se enjuaga con agua durante 10 min y se seca con toallas limpias de papel. Este pro- cedimiento de lavado y enjuague debe efectuarse an- tes de atender a pacientes no quirúrgicos. En caso de prepararse para realizar alguna cirugía, las uñas deben limpiarse con un palillo de puntas redondeadas. El cepillado para lavar las manos debe durar 7 min y, al igual que el enjuague, debe empezar por los dedos y descender hasta los antebrazos. Duran- te el lavado y el enjuague, es indispensable colocar los dedos en posición más elevada que los codos y cuidar que el agua escurra hacia estos últimos y nunca hacia los dedos. En este caso, el secado se realiza con toallas estériles. Asimismo, antes de tocar al paciente debe evitarse tocar objetos o superficies contaminados. Barreras protectoras Las técnicas de barrera son elementos y proce- dimientos utilizados para evitar la exposición del in- dividuo a microorganismos patógenos, y se refieren al uso de guantes, batas o uniformes, gorras, máscaras, pantallas de acrílico, cubrebocas y lentes, dique de hule y todas las cubiertas de superficies que protegen del ambiente. Guantes La sífilis, la hepatitis B y el herpes simple son enferme- dades que presentan mayor riesgo de transmisión por el contacto de piel erosionada con mucosa, saliva o sangre infectados. El síndrome de inmunodeficiencia adquirida se contagia con sangre, por lo cual antes de atender a cualquier paciente deben utilizarse guantes. Los guantes, ya sea estériles o no estériles, se eli- gen según el tipo de atención que se va a brindar. Por ejemplo, para exploración y actividades no qui- rúrgicas se recomiendan guantes de látex no estériles, Nombre comercial Clasificación química Hibiscrub Gluconato de clorhexidina al 2% Yodine J Jabón neutro, yodopovidona Antibenzil Jabón neutro, cloruro de benzalconio Cuadro 2-3. Jabones antisépticos
  • 19. Asepsia y antisepsia 11 pero pueden usarse de vinil cuando hay necesidad de explorar y no se cuenta con guantes de látex; cuando estos últimos ocasionan irritación también conviene utilizar de vinil, o bien de algodón entre la piel y los de látex. Para el manejo de pacientes con riesgo alto se re- comienda colocarse simultáneamente dos pares de guantes estériles y, en caso de que se rompan, hay que lavarse las manos y sustituir los guantes por otros dos pares. Durante el lavado de material e instrumental es indispensable utilizar guantes gruesos de látex o cau- cho no desechables. Después de quitarse los guantes, se deben lavar de nuevo las manos y usar un nuevo par con el siguiente paciente. Por último, los guantes son de gran utilidad, pero tienen limitaciones, pues no protegen de instrumen- tos punzantes ni cortantes. Por ello, si se perforan o cortan deben cambiarse de inmediato, además de se- guir las medidas que se mencionan más adelante. Ropa(batasouniformes) El personal odontológico debe utilizar batas o uni- formes protectores para evitar la contaminación de la piel y la ropa de calle. Durante la cirugía es recomendable que los pa- cientes usen ropa desechable y estéril. Si se trata de un procedimiento más sencillo, la ropa estéril sólo se cambia (no se desecha) con cada paciente. Después de su uso, la ropa debe colocarse en una bolsa de plástico para sacarla del consultorio. Gorras El uso de gorra desechable es necesario durante pro- cedimientos en que existe riesgo de salpicaduras de sangre u otros líquidos orgánicos. Máscaras,cubrebocas,pantallas deacrílicoylentes Al utilizar una turbina de alta velocidad, las partículas de agua, saliva, sangre y otras se atomizan y se expe- len por la boca. De ese modo, a 60 cm de la boca del paciente se han encontrado microorganismos como estafilococos, estreptococos, difteroides, neumoco- cos, Mycobacterium tuberculosis, virus de la influenza, virus de la hepatitis, virus del herpes y Neisseria; con excepción de los estafilococos, esos microorganismos no se encuentran en la atmósfera en condiciones nor- males, por lo cual el odontólogo debe protegerse ojos, boca y nariz (fig. 2-2). Las máscaras pueden ser de fibra sintética y de- ben filtrar 95% de las partículas de 3.4 mμ; asimismo, han de mantener inalterable el efecto de filtrado por lo menos durante 30 min cuando se forman aeroso- Figura 2-2. Uso de bata, gorra, guantes y lentes para evitar la exposición del individuo a microorganismos patógenos.
  • 20. 12 Capítulo 2 les muy contaminados, como al utilizar instrumen- tal rotatorio de alta velocidad. Dejan de actuar como barrera cuando su superficie exterior se impregna de microorganismos, por lo cual es preciso cambiarlas con cada paciente. Los cubrebocas pueden ser de tela o de material me- nos poroso, y por consiguiente son menos permeables al aerosol. Deben cambiarse por lo menos cada hora. Por otra parte, los ojos deben protegerse no sólo de microorganismos, sino también de sustancias quími- cas como los desinfectantes y material de restauración e incluso del daño físico. Para ello, se utilizan gafas protectoras y es mejor si tienen protecciones laterales como los goggles (fig. 2-3). La división sanitaria de la Occupational Safety and Health Administration (OSHA) acordó en 1987 que A B C Figura 2-3. Barreras protectoras que sirven para evitar la exposición del individuo a microorganismos patógenos. A, cubrebocas; B, lentes protectores; C, goggles.
  • 21. Asepsia y antisepsia 13 las gafas protectoras fueran lo bastante confortables para no tener que ajustarlas varias veces, y durante las técnicas operatorias se recomienda usar gafas panta- lla que cubran toda la cara. Las gafas deben elaborar- se con materiales que permitan el lavado y desinfección con glutaraldehído al 2% o por la acción del calor. Diquedehule El uso de dique de hule es esencial para reducir al máximo la posibilidad de contaminación del campo operatorio. Uso de instrumental cortante o punzante Todo material punzocortante, como las agujas y las hojas de bisturí, es infeccioso en potencia. Por ello se requiere manejarlo con sumo cuidado para reducir al mínimo la posibilidad de punciones accidentales. Las jeringas estériles y las agujas desechables tienen que ser nuevas para cada paciente. Cuando es necesa- rio inyectar a un mismo paciente varias veces, la jerin- ga y la aguja se dejan sin protector en un campo estéril, pero la última se cubre con una gasa; asimismo, es ne- cesario cuidar de no dejarlas en el campo de trabajo. No debe intentarse colocar el protector de manera di- recta; si se desea hacerlo, puede ponerse en la charola e introducir la jeringa con lentitud y de modo paralelo al protector, o bien sostener el protector con pinzas. El sistema más seguro es la jeringa con aguja in- tegral desechable. Así se evita todo riesgo porque la jeringa tiene incorporada una aguja con un capuchón no extraíble que se desliza. Las agujas desechables de las jeringas deben guar- darse posteriormente en recipientes especiales rígidos de cristal, metal o cartón grueso, colocados en el sitio más cercano a donde se utilicen. Limpieza, desinfección y esterilización del material recuperable Equipamientosdentales El equipo y mobiliario dental más recomendable es el que ofrece el mayor número de superficies lisas y tiene mandos integrados en el pedal del equipo para evi- tar la manipulación manual y posible contaminación con productos biológicos de la boca del paciente. Si no se cuenta con un equipo como el mencionado, las áreas que se pueden contaminar se deben cubrir con láminas protectoras de papel aluminio, plástico, papel plastificado o cualquier otro material que garantice sellado e impermeabilidad. Los Centers for Disease Control, la Asociación Den- tal Americana y la Occupational Safety and Health Ad- ministration recomiendan cubrir las zonas con mayor riesgo de contaminación y además limpiarlas con una tela humedecida por un agente limpiador vehiculiza- do en una solución acuosa para facilitar la disolución de residuos orgánicos. También aconsejan rociar des- pués las superficies con algún desinfectante y dejarlo actuar durante 10 min. En México se recomienda limpiar y desinfectar las áreas de trabajo al finalizar las actividades diarias. La limpieza debe hacerse con una toalla absorbente para eliminar restos de saliva y sangre, y luego con germicidas como yodóforos, fenoles sintéticos o compuestos clora- dos. Estos últimos se aplican en aerosol, con excepción del hipoclorito de sodio. Después de aplicar desinfectan- te para limpiar, es necesario secar el exceso, rociarlo de nuevo y a continuación dejarlo actuar por 10 min. Un método eficaz consiste en aplicar, con una toalla de papel, una solución de hipoclorito de sodio (blan- queador casero) preparada al día. Las concentraciones recomendables de dicha solución dependen de la can- tidad de material orgánico a eliminar y pueden ser de 500 ppm (dilución de 1:100, es decir, 10 ml de blan- queador en 1 L de agua) y hasta de 5 000 ppm (dilución de 1:10, o sea, 100 ml de blanqueador en 1 L de agua). Las superficies aparentemente no contaminadas también deben descontaminarse y desinfectarse con solución de hipoclorito de sodio (1:100). Pero como esta sustancia es corrosiva, no se recomienda usarla en superficies metálicas. Durante la limpieza y desinfección es preciso utili- zar guantes gruesos, cubreboca y lentes, así como ropa especial. Las cubiertas usadas también pueden cam- biarse al atender a otro paciente. Conduccionesinternas La Asociación Dental Americana recomienda que el agua que se utilice en los tratamientos dentales no
  • 22. 14 Capítulo 2 quirúrgicos debe tener menos de 200 UFC/ml de bac- terias no coliformes. La unidad de agua puede contaminarse por dos motivos: 1. Aspiración de productos orgánicos contaminados a través de la turbina y jeringa de agua-aire. Esto puede resolverse con la adición de una válvula antirreflujo, así como por esterilización de la turbina y la jeringa de agua-aire antes de usarlas con cada paciente. 2. El agua remanente favorece la colonización bac- teriana. Para evitar esta situación, al iniciar la jornada es forzoso aplicar desinfectantes clo- rados y clorhexidina de 0.5 a 1 ppm, y además expulsar agua durante 3 min a través de las je- ringas. También conviene dejar correr el agua durante 30 s después de tratar a cada paciente, con la finalidad de eliminar cualquier material que pudiera haber sido aspirado. Jeringasdeaguaoaireycavitrón Se prefieren las puntas de jeringas para agua o aire desechables. El cuerpo de esas puntas debe cubrirse con hojas protectoras, las cuales tienen que cambiarse al finalizar la acción terapéutica. Las jeringas de aire o agua y la pieza de mano deben desinfectarse o, cuando así lo considere el fabricante, esterilizarse por alguno de los métodos disponibles. Es posible esterilizarlas por inmersión con glutaralde- hído al 2% por 6 h y 45 minutos. Aparatosradiológicos La cuba, el cono y los mandos del equipo radiológico se cubren con láminas u hojas de protección. Fresaseinstrumentalmanual La Asociación Dental Americana (1992) y los Centers for Disease Control (1989) recomiendan esterilizar todo el instrumental que penetre en tejidos bucales y toque hueso. La esterilización por calor es necesaria para el instrumental que sólo hace contacto con la mucosa bucal y la desinfección química para el ins- trumental que se deteriora por la acción del calor. En el cuadro 2-4 se presenta una guía de métodos de es- terilización y desinfección de instrumentos y material usados en odontología. Antes de proceder a la esterilización es forzoso se- guir varios pasos: 1. Prelavado. Disminuye la carga microbiana y por consiguiente reduce el riesgo de contagio en la limpieza manual. El instrumental contaminado se sumerge durante 10 min en jabón desinfec- tante. El glutaraldehído al 2% en solución acuosa es de gran utilidad. También es recomendable el ultrasonido durante seis a 10 min para elimi- nar los residuos orgánicos hasta en las fresas de tungsteno con varias hojas de corte, las cuales son difíciles de limpiar. 2. Limpieza manual. La Asociación Dental Ame- ricana, los Centers for Disease Control y la Food and Drug Administration resaltan la importan- cia de la limpieza manual con agua y un cepi- llo grueso y consistente para frotar. El personal tiene que protegerse con ropa adecuada, gafas y guantes. 3. Secado y empaquetado. El material metálico del instrumental requiere de secado perfecto para evitar la acción corrosiva de la humedad. Una vez seco, es necesario empaquetarlo en bolsas o disponerlo en bandejas aireadas. 4. Esterilización. El material ya esterilizado debe conservarse en una zona cerrada y limpia. Instrumentalrotatorio Las piezas de mano deben recubrirse con papel alumi- nio y desinfectarse con alguna solución química. En algunos países se utilizan: 1. Decident. Consta de dos esponjas impregnadas en una mezcla de derivados del fenol. La pieza de mano se coloca entre las esponjas durante 10 min y luego se enjuaga. 2. Sistema STS (Sporicidin Turbonet Système). Con- siste en un recipiente relleno de partículas rígi- das e impregnadas con un líquido desinfectante denominado Sporocidin, el cual se elabora con fenol y glutaraldehído. Las piezas de mano se introducen en el recipiente y se realizan movi- mientos verticales y de rotación durante 30 s.
  • 23. Asepsia y antisepsia 15 Autoclave Calorseco Agentesquímicos Instrumentaldeaceroinoxidable(Al) Pinzas de curación 1 1 2 Exploradores 1 1 2 Cucharillas 1 1 2 Jeringas Carpulle 1 1 2 Condensadores de amalgama 1 1 2 Portaamalgama 1 1 2 Banda y portamatriz 1 1 2 Pinza portagrapa 1 1 2 Grapas 1 1 2 Arco para dique de hule 1 1 2 Curetas de profilaxis 1 1 2 Sondas periodontales 1 1 2 Losetas de vidrio 1 1 2 Espejos 2 1 3 Fresa (carburo y diamante) 3 1 3 Puntas de cavitrón 3 3 1 Copas de hule* – – – Instrumentaldecirugía Fórceps 1 1 2 Pinzas hemostáticas 1 1 2 Alveolótomo 1 1 2 Pinzas de disección 1 1 2 Lima para hueso 1 1 2 Gubias 1 1 2 Elevadores 1 1 2 Legra 1 1 2 Mango de bisturí 1 1 2 Agujas y material de sutura* – – – Portaagujas 1 1 2 Separadores 1 1 2 Fresas quirúrgicas 1 1 2 Tijeras 3 1 2 Hojas de bisturí* – – – Instrumentaldeprótesis Cucharillas de aluminio, cromo, plateadas 1 1 2 Piedras de diamante 2 1 2 Piedras de pulido 1 2 3 Piedras agudas y cortantes 2 2 3 Discos de pulido 2 3 2 Instrumentaldeortodoncia Pinzas de acero inoxidable 1 2 3 Bandas de ortodoncia 1 2 3 Retractor de labios (de plástico) 3 3 1 Fijador de lengua (de plástico) 3 3 1 Aplicador de bandas (de plástico) 3 3 1 Pinzas de acero inoxidable con partes de plástico 3 3 1 Instrumentaldeendodoncia Instrumentos de acero inoxidable: 1 2 3 Limas 1 2 3 Ensanchadores 1 2 3 Fresas 1 2 3 Brocas 1 2 3 Puntas de papel* – – – Obturadores 1 2 3 Léntulo 1 2 3 Tiranervios 1 2 3 Cuadro 2-4. Guía de métodos de esterilización y desinfección de instrumentos y material usado en odontología, o ambos 1 = recomendable; 2 = adecuado; 3 = ineficaz. * Material desechable.
  • 24. 16 Capítulo 2 3. Terminator. Es un aparato articulado sobre el brazo de la unidad dental y expulsa una solución antiséptica por pulverización a presión. Ejerce su efecto en uno a tres minutos. Prótesis,modeloseimpresionesdentales Los materiales y estructuras ya utilizados en la boca se consideran fuente potencial de contaminación cru- zada; por tanto, es imprescindible lavarlos, esterilizar- los o desinfectarlos con cuidado antes de manejarlos, ajustarlos o enviarlos al laboratorio dental. Esos ar- tículos también requieren limpieza y esterilización o desinfección luego de ser devueltos por el laboratorio dental y antes de ser colocados en la boca del pacien- te. Conviene consultar al fabricante en relación con la estabilidad del producto al procedimiento de esterili- zación y desinfección de alta potencia (cuadro 2-5). Manejodemuestrasdelaboratorio Biopsias Todos los tejidos deben considerarse potencialmente infectantes y por ello se recomienda evitar salpicadu- ras. La muestra de tejido se coloca en un frasco con boca ancha, el cual debe etiquetarse con la fecha de obtención y los datos del paciente. El tejido de per- sonas con alguna enfermedad infecciosa (hepatitis, tuberculosis, sida, etc.) se guarda en una bolsa de plástico cerrada y se identifica por fuera con la leyen- da “infeccioso en potencia” para alertar a quienes lo manejen. Antes de procesar los tejidos, es indispensable fijar- los con formol al 10% durante 24 h. La relación tejido y formalina debe ser de un volumen de tejido por 10 volúmenes de formalina como mínimo. Las muestras de pacientes infecciosos requieren al menos 72 h de fijación, y la relación es de un volumen de tejido por 20 volúmenes de formalina. Citología exfoliativa Se usa como auxiliar en el diagnóstico de cáncer, in- fecciones por hongos (Candida albicans) y virus (her- pes), entre otras afecciones. La muestra debe fijarse de inmediato al colocarse en un frasco con alcohol absoluto antes de enviarla al laboratorio. Si proviene de un paciente con infección, entonces se evitará el uso de aerosoles para fijarlas porque de lo contrario se corre el riesgo de contagio por salpicaduras. Igual que las biopsias, las muestras también se ro- tulan y envían al laboratorio en una bolsa de plástico; si corresponden a un paciente con alguna enfermedad transmisible también es necesario anotar la leyenda Materiales Agentes químicos Tiempo Impresiones* Silicones Yodóforos o hipoclorito de sodio diluido (inmersión) 10 min Polisulfuros Yodóforos o hipoclorito de sodio diluido (inmersión) 10 min Alginatos** Yodóforos o hipoclorito de sodio diluido (aerosol) 1 minuto Prótesis*** Fija (metal/porcelana) Glutaraldehído al 2%, yodóforos 10 min Removible (acrílico/porcelana) Yodóforos, hipoclorito de sodio 10 min Removible (metal/acrílico) Yodóforos 10 min * Lavar con agua antes y después de desinfectar. ** Rociar la solución y guardar por un minuto en la bolsa de plástico. *** La prótesis debe lavarse con agua y desinfectarse antes de entregarla al paciente y enviarla al laboratorio, o ambas conductas. Nota: los compuestos clorados no se recomiendan para metal; el glutaraldehído no se recomienda para el acrílico. Material para prótesis, articuladores, reglas, espátulas, taza de hule y rollos de cera, lavar y desinfectar con agentes químicos. Cuadro 2-5. Desinfección de material e instrumental para prótesis y laboratorio dental
  • 25. Asepsia y antisepsia 17 “infeccioso en potencia”, seguida del diagnóstico pro- bable. Limpieza de superficies contaminadas Véase apartado anterior. Recolección de residuos contaminados Todos los materiales contaminados con sangre, saliva o líquidos corporales se depositan en bolsas de plás- tico dobles y perfectamente selladas para desecharlas posteriormente; por ejemplo, guantes, cubrebocas desechables, gasas, algodones e hilo (fig. 2-4). Si estos materiales provienen de pacientes con infección, se etiquetan con su leyenda respectiva y al final se inci- neran. Los instrumentos punzocortantes deben deposi- tarse en contenedores rígidos y es recomendable este- rilizarlos o desinfectarlos antes de desecharlos. Recolección y esterilización de ropa contaminada Luego de usar la ropa, se recoge y guarda en bolsas de plástico dobles, a las cuales se les coloca la etiqueta respectiva; asimismo, antes de llevarla a la lavandería se esteriliza en la autoclave. Vacunación contra la hepatitis B y recomendaciones finales Las recomendaciones finales son las siguientes: 1. Vacunación del personal odontológico contra la hepatitis B; algunos autores también aconsejan aplicar inmunización contra la rubéola, el sa- rampión, la parotiditis y el tétanos. 2. Se considera infeccioso en potencia a todo pa- ciente, por lo cual es necesario adoptar los pro- cedimientos de control de infección en todos los sujetos. 3. Elaborar una historia clínica del paciente, con énfasis en los antecedentes de enfermedades transmisibles, transfusiones y prácticas de alto riesgo (p. ej., promiscuidad sexual y uso de je- ringas ya usadas). 4. Utilizar de preferencia instrumental y material desechable. 5. No desinfectar cuando sea posible esterilizar. 6. Antes de esterilizar o desinfectar, eliminar los res- tos de partículas orgánicas de los instrumentos. 7. Si el personal odontológico sufre inoculación accidental, contaminación de mucosas o con- taminación de piel lacerada con material in- feccioso en potencia, es necesario llevar a cabo las siguientes acciones: A. En caso de contaminación de mucosas (p. ej., salpicadura de ojos o boca), lavar esas áreas con abundante agua. Cuando ocurra inocula- ción accidental o contaminación de piel lace- rada, el área infectada se lava con abundante agua y jabón; de ser necesario, se usa algún Figura 2-4. Se observa el símbolo de “material potencialmente infeccioso” que debe aparecer en los botes y bolsas de basura cuando contienen residuos contaminados con sangre, saliva o líquidos corporales.
  • 26. 18 Capítulo 2 antiséptico para la piel y se promueve el san- grado venoso haciendo presión con los dedos entre el sitio afectado y el corazón. Se reco- mienda considerar la posibilidad de infeccio- nes por virus de inmunodeficiencia humana, hepatitis B y sífilis, entre otras. B. Valorar al paciente de manera clínica y epide- miológica. C. Anteelpeligrodeinfecciónporvirusdeinmu- nodeficiencia humana, realizar de inmediato un estudio de laboratorio para valorar en ese momento si se encuentra o no infectado por el virus. Este estudio debe repetirse a las seis se- manas y a los tres, seis y 12 meses posteriores al accidente. Si el estudio inicial es negativo, pero alguno de los posteriores es positivo, se considera que ha ocurrido transmisión por el accidente. D. Mientras se encuentre en observación, la per- sona que sufrió el accidente debe tomar medi- das preventivas para evitarcontaminara otros; por ejemplo, utilizar preservativo o condón durante el acto sexual; evitar compartir obje- tos potencialmente contaminados con sangre, como el cepillo de dientes y el rastrillo para rasurar, y abstenerse de donar sangre o tejidos. Además, es muy importante reforzar las me- didas de seguridad en el trabajo con el fin de evitar nuevos accidentes. Infecciones importantes en odontología El odontólogo está expuesto a adquirir las enferme- dades infecciosas y parasitarias de sus pacientes. Sería imposible describir todas esas enfermedades, por lo cual aquí sólo se incluyen las más importantes (cua- dro 2-6). Resfriado común Es una enfermedad aguda producida por virus, entre muchos de ellos están: virus de la influenza, corona- virus, rinovirus, ecovirus y adenovirus. El periodo de incubación de esos agentes infecciosos es breve, por lo regular de uno a cinco días; la infección se manifiesta por fiebre, cefalalgia (dolor de cabeza), mialgia (dolor muscular), coriza (catarro), dolor de faringe y tos. Sinusitis aguda o crónica El resfriado común complicado con infección bacte- riana puede producir sinusitis. Esta es la infección de los senos paranasales y es ocasionada por neumoco- cos, Haemophilus influenzae y microorganismos anae- robios, entre otros agentes causales. La persona con sinusitis padece dolor en el seno paranasal afectado. Faringitis aguda Se produce por virus, estreptococos, estafilococos o incluso gonococos. La persona afectada puede experi- mentar dolor y enrojecimiento de la faringe. Neumonía La neumonía neumocócica se caracteriza por fiebre, escalofrío, dolor torácico, disnea (dificultad para respirar) y tos con expectoración “herrumbrosa”. Se produce por Streptococcus pneumoniae o Mycoplas- ma pneumoniae. Asimismo, en los últimos años ha cobrado importancia la neumonía por el protozoario Pneumocystis carinii, ya que se presenta como infec- ción oportunista del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, en cuyo caso puede evolucionar con fiebre o sin ella y con tos seca. La neumonía también puede desarrollarse debido a otros microorganismos, entre ellos: Chlamydia tra- chomatis; Chlamydia pneumoniae; adenovirus; virus de la parainfluenza, y aquellos que afectan el tracto respiratorio Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumo- niae, Haemophilus influenzae, Streptococcus pyogenes y Neisseria meningitidis. Tuberculosis Es una infección crónica por Mycobacterium tu- berculosis. Tiene gran importancia como causa de in- capacidad y acompaña en muchas ocasiones al síndro- me de inmunodeficiencia adquirida. Cuando afecta el sistema respiratorio se caracteriza por fiebre, fatiga y pérdida de peso; en grados avanzados hay tos, dolor torácico y hemoptisis (expectoración con sangre).
  • 27. Asepsia y antisepsia 19 Cuadro 2-6. Infecciones importantes en odontología Microorganismos Hábitat Transmisión Enfermedad potencial Bacterias Bordetellapertussis Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Tos ferina Estreptococos y estafilococos Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Endocarditis Corynebacteriumdiphtheriae Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Difteria Escherichiacoli Boca Sangre, exudado de la lesión Neumonía, bacteriemia Klebsiellapneumoniae Tracto respiratorio Secreciones respiratorias Infecciones, neumonía Haemophilusinfluenzae Boca y nasofaringe Sangre y secreciones nasofaríngeas Neumonía, meningitis Mycobacteriumtuberculosis Tracto respiratorio Secreciones respiratorias Tuberculosis Mycoplasmapneumoniae Faringe Secreciones faríngeas Infecciones, neumonía Neisseriameningitidis Boca, nasofaringe Sangre, secreciones nasofaríngeas Meningitis Neisseriagonorrhoeae Boca, nasofaringe Sangre, exudado de las lesiones nasofaríngeas Lesiones orales, conjuntivitis Staphylococcusaureus Boca, piel, nasofaringe Secreciones del exudado Abscesos, septicemia, endocarditis Estreptococo del grupo A Streptococcuspyogenes Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Sangre Neumonía, tonsilitis, angina estreptocócica, escarlatina, fiebre reumática, otitis media, meningitis, glomerulonefritis y mastoiditis Actinomycesisraeli Encía Exudado crevicular Abscesos Chlamydiatrachomatis Sistema reproductor Secreciones Conjuntivitis, neumonía Espiroquetas Treponemapallidum Sangre, mucosa oral Exudado de las lesiones Sífilis Virus Coxsackie Mucosa orofaríngea Ingestión Infecciones en manos y boca, faringitis vesicular Citomegalovirus Glándulas salivales Saliva, sangre Infección vírica citomegálica Epstein-Barr Glándula parótida Saliva, sangre Mononucleosis infecciosa Hepatitis A Hígado, tracto gastrointestinal Ingestión Hepatitis Hepatitis B Hígado Sangre, saliva Hepatitis, carcinoma hepatocelular Hepatitis C Hígado Sangre Hepatitis, carcinoma Hepatitis delta Hígado Sangre Hepatitis Hepatitis E Hígado, tracto gastrointestinal Ingestión Hepatitis Herpesvirus 1 y 2 VIH Nasofaringe LinfocitosT4 Exudado de la lesión, saliva Sangre, semen, fluidos vaginales, perinatal Lesiones orales, conjuntivitis Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) Sarampión (morbilivirus) Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas, contacto con las lesiones Sarampión Parotiditis (paramixovirus) Glándula parotídea Saliva, ingestión Parotiditis Varicela-zoster Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas, exudado de las lesiones Varicela Rubéola (rubivirus) Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Rubéola Influenza A y B Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Resfriado común Hongos Candidaalbicans Boca, piel Secreciones nasofaríngeas Candidiasis Protozoarios Pneumocystiscarinii Boca, tracto respiratorio Secreciones nasofaríngeas Neumonía
  • 28. 20 Capítulo 2 Varicela Es una infección por el virus del herpes humano (alfa- 3) o virus de varicela-zoster. Se caracteriza por fiebre moderada y exantema (erupción) en la piel de tipo maculopapular al principio y vesicular durante tres o cuatro días, que deja costras granulosas. Las lesiones son más abundantes en las partes cubiertas del cuerpo y ocasionan mucho prurito (comezón). También hay lesiones en lengua y mucosa bucal (oral). Sarampión Enfermedad vírica en extremo transmisible. Sus ma- nifestaciones iniciales son fiebre, conjuntivitis, coriza, tos y manchas de Koplik en la cavidad bucal. Entre el tercero y séptimo días aparece la erupción caracterís- tica (manchas rojas pardas), al principio en la cara y después de manera generalizada; esta fase dura cuatro a siete días y después se presenta descamación de la piel. El padecimiento puede evolucionar con complica- ciones como otitis media (infección del oído medio), neumonía, diarrea, encefalitis y erupción hemorrági- ca, sobre todo en niños con desnutrición, en quienes también puede producir incluso ceguera e infecciones agregadas en la piel, deshidratación y muerte. Parotiditis infecciosa Esta enfermedad se produce por el virus de la paroti- ditis infecciosa, miembro del género Paramyxovirus, y sus manifestaciones son: fiebre y aumento de volu- men, y dolor en una o más glándulas salivales, aunque con más frecuencia en la glándula parotídea. El padecimiento posterior a la pubertad puede da- ñar testículos (20 a 30%) y ovarios (5%). En otros casos afecta al sistema nervioso central cuando ocasiona me- ningitis aséptica. También puede generar sordera, neu- ritis, pancreatitis, artritis, miositis, nefritis, tiroiditis y pericarditis. Sin embargo, es de letalidad muy baja. Infecciones por citomegalovirus Por lo general, la infección por citomegalovirus (CMV) evoluciona sin síntomas aunque en algunos pacientes se manifiesta como mononucleosis infec- ciosa. En personas con disminución de la respuesta inmunitaria puede relacionarse con infecciones gene- ralizadas, nefritis, neumonitis y hepatitis. Herpes El herpes simple se produce por el virus del herpes huma- no tipo 1, el cual se transmite por medio de la saliva. El padecimiento se caracteriza por fiebre, malestar gene- ral y lesiones vesiculares en la orofaringe. En ocasiones afecta ojos (queratoconjuntivitis), sistema nervioso cen- tral (meningoencefalitis) o amígdalas (tonsilas) y farin- ge (faringoamigdalitis). La afección en los labios suele originar herpes labial, el cual se manifiesta por vesículas en una base eritematosa que por lo común se conocen como “fuegos”. Los odontólogos infectados por el virus pueden desarrollar panadizos herpéticos. El virus del herpes humano tipo 2 casi siempre se transmite por contacto sexual y ocasiona herpes genital. En mujeres afecta el cuello del útero y la vulva (pudendo femenino), y también puede dañar la piel del perineo, los muslos y los glúteos; asimismo, favorece el desarrollo de cáncer del cuello uterino, sobre todo en combinación con el virus del papiloma, y es tan infeccioso que el pro- ducto infectado durante el parto puede sufrir infección visceral diseminada, encefalitis y morir. En varones, las lesiones aparecen en el glande o en el prepucio. En am- bos sexos puede afectar el ano y el recto. Infección gonocócica (blenorragia o gonorrea) Es una enfermedad de transmisión sexual producida por Neisseria gonorrhoeae o gonococo. Entre los dos y siete días posteriores al contagio, los varones expe- rimentan secreción purulenta de la uretra y disuria (dificultad para orinar); las mujeres pueden tener se- creción vaginal purulenta o indicios de inflamación en la pelvis. Asimismo, la infección se manifiesta en la conjuntiva ocular, la faringe, el ano y el recto. Más adelante, algunos pacientes desarrollan artri- tis, endocarditis y meningitis; otros padecen eritema (enrojecimiento) y edema (aumento de volumen por retención de líquido) en la mucosa bucal; algunos más tienen pústulas en el área de las amígdalas (área tonsi- lar). También hay personas que presentan ulceraciones
  • 29. Asepsia y antisepsia 21 en los labios, edema y seudomembranas; en el peor de los casos, las personas infectadas no tienen manifesta- ciones pero pueden transmitir la enfermedad. Rubéola Es una enfermedad producida por el virus de la rubéola (familia Togaviridae, género Rubivirus). Se manifiesta por erupción maculopapular, la cual es precedida en ocasiones por fiebre, cefalea, malestar, coriza, conjuntivitis, así como linfadenopatía retroau- ricular, occipital y cervical posterior. La infección du- rante el primer trimestre del embarazo puede condu- cir al aborto o generar malformaciones congénitas en el producto, las cuales traen como consecuencia sor- dera, cataratas, microftalmía, glaucoma, microcefalia, meningoencefalitis, alteraciones cardiacas (persisten- cia del conducto arterioso o de los septos [tabiques] interauricular [interatrial] e interventricular), icteri- cia u osteopatía. Faringitis por virus Coxsackie (herpangina) La faringitis vesiculosa es una enfermedad producida por virus Coxsackie del grupo A, tipos 1 a 6, 8, 10 y 22. Se manifiesta por fiebre e inflamación de la farin- ge; asimismo, aparecen lesiones papulovesiculosas y grisáceas sobre una base eritematosa, las cuales miden de 1 a 2 mm y poco a poco se transforman en úlceras. Estas lesiones se localizan en los pilares anteriores del velo del paladar o arcos palatoglosos, el paladar blan- do, la úvula y las tonsilas (amígdalas). La estomatitis vesiculosa con exantema es causada por virus Coxsackie del tipo 16 y se manifiesta por lesiones más difusas en las superficies bucales de los carrillos y las encías y a los lados de la lengua. La faringitis linfonodular se debe al virus Coxsackie tipo 10 y se caracteriza por lesiones nodulares firmes, prominentes, de color blanquecino o amarillento y ro- deadas por una zona eritematosa de 3 a 6 mm. Infecciones por Chlamydiae Las clamidias son bacterias intracelulares y pueden ocasionar tracoma, infecciones genitales, conjunti- vitis y neumonía, así como linfogranuloma venéreo. Es una infección de transmisión sexual. En caso de transmisión por contacto sexual, se manifiesta en el varón como uretritis con ardor al orinar y en la mujer como cervicitis (inflamación del cuello uterino) y se- creción mucopurulenta; sin embargo, en ambos sexos puede evolucionar sin síntomas. El contagio de la infección por “sexo oral” puede manifestarse por pequeñas pústulas en las tonsilas (amígdalas). Tricomoniasis Esta enfermedad es causada por el protozoario Tri- chomonas vaginalis y afecta los sistemas reproductor y urinario. En la mujer se manifiesta por vaginitis, a menudo con pequeñas lesiones hemorrágicas punti- formes y secreción acuosa, espumosa, amarillenta y de olor fétido; sin embargo, también puede evolucio- nar sin síntomas. En el varón por lo general cursa sin síntomas; pero puede haber uretritis, o sea, malestar al orinar, secreción blanquecina a través de la uretra, comezón en el glande y erección dolorosa. La infección transmitida por “sexo oral” se mani- fiesta en la faringe por inflamación de la mucosa y punteado rojizo. Candidiasis (moniliasis) El agente causal de la candidiasis es el hongo Candida albicans que se transmite por contacto con secrecio- nes o excreciones de boca, piel y vagina o por las heces de enfermos o portadores y durante el parto. La candidiasis se limita por lo regular a las capas superficiales de la piel o las mucosas. Sus manifesta- ciones clínicas son: aftas en la boca, intertrigo, vul- vovaginitis y onicomicosis (afección en las uñas, las cuales adquieren aspecto blanquecino como de yeso). Lainfeccióndelasmucosasseconocecomúnmente como “algodoncillo” y se caracteriza por la aparición de placas blanquecinas y blandas en una superficie enrojecida. La infección en la vagina se manifiesta por secre- ción vaginal de aspecto blanquecino claro con algu- nos puntos blancos, semejante al queso “cottagge”, así como por inflamación, comezón y sensación de ardor
  • 30. 22 Capítulo 2 en la región pudenda. En el varón se caracteriza por inflamación del glande y puede producir uretritis. A veces se forman úlceras o seudomembranas en el tracto gastrointestinal o en la vejiga. La candidiasis puede dañar riñón, bazo, pulmón, hígado, endocardio, ojo, meninges y cerebro en las personas con diabetes mellitus o con inmunodeficiencia, o en pacientes que reciben tratamiento con antibióticos de amplio espec- tro, corticosteroides o quimioterapia. Mononucleosis infecciosa El virus de Epstein-Barr, un virus herpético 4 (gam- ma), infecta a los linfocitos B y ocasiona mononu- cleosis infecciosa. Esta enfermedad se caracteriza por fiebre y dolor e inflamación de la orofaringe, así como por linfadenopatía, en especial de la cadena cervical posterior. Puede afectar el funcionamiento del hígado y también originar esplenomegalia. Hepatitis víricas HepatitisA Ésta es ocasionada por el virus de la hepatitis A (VHA), un picornavirus. Por lo general, se transmite por vía fecal-oral, es decir, al ingerir agua y alimentos contami- nados con el virus que se elimina a través de la materia fecal; sin embargo, hay informes de pacientes contagia- dos por transfusión de sangre, aunque son muy raros. La enfermedad tiene un comienzo repentino. Se manifiesta por fiebre, malestar general, anorexia, náu- sea y molestias abdominales, y días después aparece ictericia. HepatitisB Es de gran importancia para el odontólogo porque el agente causal, el virus de la hepatitis B (VHB), pue- de transportarse por medio de la sangre, la saliva, el semen y los líquidos vaginales. De ese modo, el pade- cimiento se contagia por exposición percutánea (in- travenosa, intramuscular, subcutánea o intradérmica) y a través de las mucosas, como en accidentes por pin- chazo de agujas, independientemente de las vías pe- rinatal (de madre a hijo) y sexual. La infección puede diseminarse por contaminación de lesiones cutáneas o por exposición de mucosas a sangre infecciosa. El comienzo de la hepatitis vírica B es insidioso con anorexia, molestias abdominales vagas, náusea y vómito; en ocasiones hay artralgias y erupciones, las cuales a menudo culminan en ictericia. La fiebre, si se presenta, puede ser leve. Hay personas que poseen anticuerpos contra este virus y no tienen manifestaciones de la enfermedad. Por otra parte, el virus de la hepatitis B se relaciona con el carcinoma hepatocelular y la cirrosis hepática. HepatitisC El virus de la hepatitis C es el agente causal de la hepa- titis vírica C o hepatitis no-A no-B transmitida por vía parenteral. La enfermedad se propaga por exposición percutánea a sangre y hemoderivados contaminados, por lo cual las agujas y las jeringas contaminadas constituyen vehículos de transmisión. Asimismo, la hepatitis se caracteriza por comienzo insidioso con anorexia, molestias abdominales vagas, náusea y vó- mito; el desarrollo de ictericia es menos frecuente que en la hepatitis B. HepatitisD La hepatitis delta o hepatitis vírica D es ocasionada por el virus de la hepatitis delta. Independientemente de la vía sexual, se transmite por la exposición a sangre y líquidos serosos corporales, agujas, jeringas y hemo- derivados contaminados como el factor antihemofí- lico. Tiene comienzo repentino con manifestaciones similares a las de la hepatitis B. HepatitisE Se denomina también hepatitis vírica no-A no-B de transmisión entérica porque se transmite por vía fe- cal-oral. Es similar a la hepatitis A. Sífilis Es una enfermedad crónica producida por una espi- roqueta, Treponema pallidum. Sus manifestaciones clínicas son: lesión primaria (complejo primario); erupción secundaria que afecta la piel y las mucosas; largos periodos de latencia, y lesiones tardías en piel, huesos, vísceras y sistemas nervioso central y angioló- gico o circulatorio.
  • 31. Asepsia y antisepsia 23 La lesión primaria implica la aparición de un chan- cro, que consiste en una pequeña elevación rojiza de la piel en el sitio donde ocurrió el contagio, el cual se ul- cera tiempo después, no produce dolor y adquiere una base dura (chancro duro). Días más tarde se inflaman los ganglios linfáticos (linfonodos) cercanos. El chan- cro duro rara vez aparece en los labios, aunque es posi- ble hallarlo en la lengua y las tonsilas (amígdalas). Más adelante pueden presentarse ulceraciones en la mucosa bucal, con linfadenopatía cervical; en la lengua puede observarse una úlcera con induración, y crecimiento de las papilas o desplazamiento de la úvula y el arco pala- togloso o pilar anterior del velo del paladar. El complejo primario desaparece solo aproxi- madamente a las cuatro semanas. Sin embargo, entre seis y ocho semanas posteriores al brote de la primera lesión, aparece la erupción secundaria generalizada de tipo maculopapulosa y simétrica. Esta erupción se acompaña de síntomas generales como fiebre, cefalea, malestar general, pérdida de peso y dolor en articula- ciones y músculos. En la etapa tardía, después de dos a tres años de evolución, la sífilis puede manifestarse por lesiones llamadas gomas y nódulos. Los gomas semejan tumo- res y son indoloros, pero poco a poco reblandecen y se abren para dejar salir un material espeso. Aparecen en el cráneo, la frente, la lengua y las extremidades; cuan- do surgen en el paladar o en el tabique nasal pueden destruir los huesos. Los nódulos son lesiones pardas rojizas poco prominentes. Por último, la sífilis congénita tardía puede mani- festarse en la edad escolar con gomas, y entonces es posible que los huesos de la pierna se deformen (la tibia adopta la forma de sable). Asimismo, puede ha- ber pérdida de la visión, sordera y malformaciones en los dientes de la segunda dentición: los bordes de los incisivos tienen forma de media luna (dientes de Hut- chinson) o sierra. Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) Es un trastorno grave y mortal que se identificó en 1981 como un síndrome definido e independiente. La sigla significa: s, síndrome; i, inmuno; d, deficiencia; a, adquirida. El agente causal de este padecimiento es el virus de la inmunodeficiencia humana, un retrovirus del cual se han identificado dos tipos: tipo 1 (VIH-1) y tipo 2 (VIH-2). Igual que la sífilis y la hepatitis B, los mecanismos de transmisión son: contacto sexual, in- tercambio de fluidos corporales por compartir agujas y jeringas contaminadas con el virus, transfusión de sangre infectada o sus componentes y por vía perina- tal a través de la placenta o la lactancia. El riesgo de infectarse por punción accidental es muy bajo entre el personal de salud (menos de 1%). Infecciónporvirusdeinmunodeficiencia humanaysíndromedeinmunodeficiencia adquirida La infección por el virus de la inmunodeficiencia hu- mana debe diferenciarse del síndrome de inmuno- deficiencia adquirida. Entre seis y 12 semanas poste- riores a la transmisión del virus, la persona infectada presenta anticuerpos contra el mismo; por ello, se le considera infectada e infectante sin importar los posi- bles caminos de la enfermedad. 1. Infección aguda. El paciente puede presentar sín- tomas parecidos a los de la mononucleosis infec- ciosa: fiebre, inflamación de los ganglios linfáti- cos (linfonodos), fatiga, cefalea, anorexia y dolor faríngeo en algunos casos. 2. Infección asintomática. El individuo no tiene ma- nifestaciones pese a estar infectado. 3. Linfadenopatía generalizada persistente. Durante más de tres meses, los ganglios linfáticos (linfo- nodos) crecen más de 1 cm en dos o más sitios, excepto en las regiones inguinales. 4. Síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Puede tener diferentes manifestaciones: A. Síndrome de desgaste por virus de inmu- nodeficiencia humana. Antes se llamaba com- plejo relacionado con el síndrome de inmu- nodeficiencia adquirida, y se caracteriza por fiebre, diarrea y pérdida de peso involuntario durante más de un mes. B. Infección oportunista o neoplasia que indica inmunodeficiencia celular sin alguna circuns- tancia que la explique. Entre los padecimien-
  • 32. 24 Capítulo 2 tos llamados indicadores del síndrome de inmunodeficiencia adquirida se encuentran: candidiasis esofágica, retinitis por citomega- lovirus, micobacteriosis (como la tuberculo- sis), sarcoma de Kaposi, neumonía intersticial linfoidea, neumonía por Pneumocystis carinii y toxoplasmosis cerebral. C. Enfermedad neurológica por virus de la in- munodeficienciahumana.Puedemanifestarse por deterioro de la memoria, embotamiento, demencia, falta de coordinación de movi- mientos o alteraciones de la sensibilidad. Manifestacionesbucalesdelainfección porelvirusdelainmunodeficienciahumana En la actualidad se conocen más de 40 alteraciones en la boca y en la región submandibular (submaxilar) relacionadas con la infección por virus de la inmuno- deficiencia humana. Las alteraciones más frecuentes son: candidiasis bucal, leucoplasia vellosa, enferme- dad periodontal vinculada con el virus de la inmuno- deficiencia humana tipo 1, sarcoma de Kaposi bucal y linfoma no Hodgkin. Candidiasis bucal La candidiasis bucal adquiere diferentes formas: 1. Candidiasis eritematosa. Se manifiesta por man- chas rojas homogéneas o de apariencia punti- forme en la mucosa bucal, principalmente en el paladar y el dorso de la lengua. La lengua puede adquirir una apariencia lisa con áreas sin papi- las. La eritematosa es la candidiasis más frecuen- te y suele ser la manifestación más temprana de la infección. 2. Candidiasis seudomembranosa. Es más común cuando ya existe el síndrome de inmunode- ficiencia adquirida. Se caracteriza por depósitos con aspecto cremoso de color blanco-amarillen- to en cualquier parte de la mucosa bucal, que se despegan con el raspado y dejan una superficie eritematosa o sangrante. 3. Candidiasis hiperplásica. Se observa como una placa blanca que no se desprende con el raspado; en pacientes seropositivos se localiza de manera bilateral en la mucosa yugal, en tanto que en los pacientes seronegativos aparece en el área retro- comisural. 4. Queilitis angular. Este término incluye lesiones generalmente bilaterales a la altura del ángulo de la boca y comisuras; las lesiones son de color rojo brillante y se acompañan de fisuras y ulce- raciones a menudo dolorosas. Leucoplasia vellosa Por lo general, la leucoplasia vellosa se presenta en los bordes laterales de la lengua, y en 70% de los casos con distribución bilateral, en forma de placas blancas que no se desprenden con el raspado, cuya apariencia es corrugada con pliegues finos, aunque puede ser lisa y homogénea. Asimismo, hay informes de personas con leucoplasia vellosa en el paladar blando, el piso de la boca, la región tonsilar (región amigdalina), las áreas retromolares y la mucosa faríngea. Enfermedadesperiodontalesrelacionadas conel virus de la inmunodeficiencia humana tipo 1 Las características de las periodontopatías relaciona- das con el virus de inmunodeficiencia humana tipo 1 son: 1. Gingivitis. Se presenta como una banda de color rojo brillante a lo largo de la encía marginal que puede acompañarse de eritema difuso o punti- forme de la encía insertada y alveolar. Si bien muestra tendencia al sangrado, no existe ulcera- ción, ni bolsas periodontales y tampoco pérdida de la unión periodontal. 2. Periodontitis. Se caracteriza por pérdida de te- jidos blandos y de unión periodontal, así como por destrucción ósea. El dolor suele ser intenso y hay hemorragia espontánea pero no existen bol- sas periodontales profundas. 3. Gingivitisulceronecrosante. Elpadecimientopue- de ser local o generalizado y se manifiesta por ulceración, necrosis o destrucción de las papilas interdentales cubiertas por una membrana de fibrina gris amarillenta. Puede ocasionar dolor, hemorragia gingival y halitosis.
  • 33. Asepsia y antisepsia 25 Sarcoma de Kaposi bucal Las lesiones bucales son solitarias o múltiples con apa- riencia de mácula, pápula o nódulo, con ulceración o sin ella. Asimismo, son de color rojo azulado, violáceo o pardo. Pueden ser únicas o estar relacionadas con lesiones extrabucales. Con frecuencia se encuentran en el paladar, a la altura del primer molar superior; pero también pueden aparecer en encía, lengua y mu- cosa bucal. Eventualmente, afecta las glándulas saliva- les mayores. Linfoma no Hodgkin Puede presentarse como una masa exofítica peduncu- lada o como aumento de volumen firme, asintomático y rojo púrpura o del mismo color de la mucosa bucal. La lesión puede ulcerarse y crece con gran rapidez. Se encuentra principalmente en el paladar o el proceso alveolar, pero también en encía, lengua y glándulas salivales mayores. Tos ferina Esta enfermedad es producida por Bordetella pertus- sis y Bordetella parapertussis. La fase catarral es de comienzo insidioso, con tos irritante que en el trans- curso de una a dos semanas se vuelve paroxística. Los paroxismos se caracterizan por accesos repetidos y violentos de tos, sin inspiración intermedia seguidos de un estridor respiratorio de tono alto característico; con frecuencia los paroxismos culminan con la expul- sión de mucosidades claras y adherentes, a menudo seguidas de vómito. Endocarditis Cuando la persona padece alguna cardiopatía congé- nita o tiene afectada alguna valva (válvula) del cora- zón, puede sufrir endocarditis, “principalmente por estafilococos y estreptococos (en especial S. viridans). Esta enfermedad se caracteriza por febrícula y ma- lestar; la piel adquiere un color “terroso” y aparecen petequias en el interior de las mejillas, las palmas de las manos, debajo de las uñas y en el interior del ojo (fondo del ojo). Meningitis Es una enfermedad causada por diversos agentes cau- sales, como virus Coxsackie, virus ECHO, Haemo- philus influenzae, Neisseria meningitidis, Streptococ- cus pneumoniae, entre otros. Se manifiesta por fiebre, dolor de cabeza, náusea, vómito y rigidez de la nuca; puede haber erupción en la piel, delirio, coma y esta- do de choque (shock). Efectos sistémicos de la enfermedad bucal El odontólogo está obligado a conocer las posibles consecuencias sistémicas de los focos de infección existentes en la cavidad bucal. Los microorganismos pueden diseminarse en el organismo y ocasionar infección focal. A su vez, ésta puede generarse por diferentes vías: 1. Contigüidad. Existen barreras anatómicas loca- les de huesos, músculos y fascia; pero las infec- ciones de origen dental pueden extenderse a los tejidos vecinos de menor resistencia y producir celulitis facial (infección de la tela subcutánea o te- jido celular subcutáneo), angina de Ludwig, trom- boflebitis yugular supurada, erosión de la arteria carótida, trombosis séptica del seno cavernoso, sinusitis maxilar y osteomielitis mandibular. 2. Aspiración. Las personas con enfermedad pe- riodontal en estado de inconsciencia pueden as- pirar su propia saliva y desarrollar neumonía o absceso pulmonar. 3. Torrente circulatorio. Los microorganismos pue- den pasar al torrente circulatorio a partir de: A. Focos de infección pulpar. Son consecuencia de caries o fractura dental. B. Focos de infección periapical. En muchas oca- siones son causados por caries que evolucionó con necrosis pulpar aguda. C. Focos de infección por enfermedades periodon- tales. Por lo general se relacionan con proce- dimientos odontológicos. D. Focos de infección por procedimientos odon- tológicos. Debido a la rotura de capilares y creación de presiones positiva y negativa, algu-
  • 34. 26 Capítulo 2 nas prácticas odontológicas pueden ocasionar bacteriemia transitoria. Dichas prácticas pue- den ser: el cepillado dental de alguna zona con proceso infeccioso, la administración de anes- tésico local, realización de un procedimiento terapéutico del periodonto o extracción dental en presencia de enfermedad periodontal. Los mecanismos por los cuales puede diseminarse una infección son: 1. Difusión sistémica de los microorganismos. Así su- cede cuando los pacientes padecen endocarditis o alguna valvulopatía. En este último caso puede formarseuntrombofibrinoplaquetarioquefacilita la adherencia de bacterias, principalmente Strepto- coccusmutans,Streptococcusimmitis,Streptococcus bovis y estafilococos. Por ello, la American Heart Association (AHA) recomienda la administración de antibióticos 30 a 60 min antes del tratamiento odontológico y dos días después del mismo. 2. Difusión sistémica de toxinas. Bacterias como Clostridium tetani producen una toxina que in- vade el sistema nervioso. 3. Mecanismo inmunopatológico. Algunas enfer- medades, como la fiebre reumática, incluyen un proceso autoinmunitario, con el antecedente de que los anticuerpos producidos contra antígenos bacterianos pueden generar una reacción cruza- da con tejidos del huésped. Asimismo, existen factores del huésped, como la afección preexis- tente y el estado inmunitario, que favorecen la diseminación sistémica de los microorganismos; por ejemplo, antecedentes de enfermedades cardiovasculares, diabetes, cirrosis, neoplasias, terapéutica inmunosupresora y síndrome de in- munodeficiencia adquirida, entre otros.
  • 35. Proceso salud-enfermedad 27 Proceso salud-enfermedad Evolución histórica del concepto salud-enfermedad El ser humano, a través de su proceso histórico, se ha afanado en descubrir y comprender lo que acontece en él mismo y a su alrededor. Sus razonamientos y con- ceptos son un reflejo del momento histórico en que vive, es decir, el modo de producción predominante, el ambiente intelectual y el medio geográfico. Por esa razón, sus interpretaciones han originado explicacio- nes mágicas, filosóficas y científicas. La enfermedad siempre se ha vinculado de manera muy estrecha con el ser humano, por lo cual las socie- dades han buscado explicarla. Concepto mágico La sociedad primitiva elaboró un concepto mágico. El ser humano no comprendía los fenómenos naturales, como el viento, las tormentas y los terremotos, entre otros; por ello, comenzó a explicarlos como manifes- taciones de agentes sobrenaturales, espíritus malignos o dioses malévolos productores de la enfermedad. El comunismo primitivo predominaba, por lo que el ser humano tenía un vínculo tan estrecho con su grupo que sus necesidades y padecimientos se con- sideraban comunes; entonces, cualquier enfermedad que afectaba a uno repercutía en los demás. Surgieron los brujos, los curanderos y los yerberos. Éstos guardaban con celo sus secretos profesionales y sólo los transmitían de padres a hijos. Por lo general vivían apartados del grupo y bajo una estricta disci- plina. Su terapéutica se basaba en el uso de amuletos, hierbas, exorcismos y encantamientos debido a que necesitaban agradar o ahuyentar a los espíritus malig- nos. Concepto naturista El cambio del comunismo primitivo al modo de pro- ducción esclavista determinó la existencia de modi- ficaciones en el concepto enfermedad. Las explica- ciones para la enfermedad empezaron a basarse en la observación y la lógica; esto es, los seres humanos sentían la necesidad de ver al mundo tal y como era, es decir, de forma natural. Los griegos y los romanos estaban divididos en dos clases sociales: esclavos que ejercían el trabajo ma- nual, y esclavistas que a costa del trabajo de los prime- ros se dedicaban a la labor intelectual y al fomento de la filosofía, las artes y la medicina. La conservación de la salud despertó gran interés. La salud se concebía como la belleza física, la fortaleza y el desarrollo equilibrado; en cambio, la enfermedad representaba la inferioridad y la imperfección. Según la concepción de la época, el cuerpo humano se com- ponía de cuatro sustancias primordiales (fuego, aire, agua y tierra) y la salud se debía al equilibrio entre ellas. Los esclavistas se preocupaban por la enfermedad o la muerte de los esclavos. Los médicos pensaban que los orígenes de la enfermedad respondían a causas na- turales. Hipócrates fue el primero en buscar las leyes que regían las reacciones del organismo frente a las fuer- zas de la naturaleza. Recalcó que la enfermedad era Capítulo 3
  • 36. 28 Capítulo 3 un fenómeno natural, derivado de causas externas como el frío, el sol o los vientos cambiantes. Tam- bién experimentó los hechos y anotó el resultado de estudiarlos en estado normal y de enfermedad. La base de sus conocimientos fue la observación directa del paciente y buscó la relación entre el origen de la enfermedad con el pronóstico y el curso de la misma. Decía: ...no hay que hacer nada en forma temeraria; a veces es preciso reposar o quedarse sin hacer nada. Así, en caso de no hacerle bien al enfermo, tampoco se le hace un mal. De ese modo, se consideraba que cuanto más cerca estuvieran las personas de la naturaleza, tenían menos posibilidades de enfermarse y que la enfermedad de- bía curarse por sí sola. Las prescripciones, por tanto, se referían a dietas, baños calientes, leche de cabra, vinos añejos y cosas por el estilo, aunque también se mandaban vomitivos, purgantes y sangrías. Concepción religiosa Durante la Edad Media se desarrolló el concepto reli- gioso de la salud y la enfermedad. Al existir un modo de producción feudal, el clero dio origen a ideas re- ligiosas que contrastaban con las formas de conoci- miento racional recientemente adquiridas. La existen- cia del ser humano, su papel dentro de la sociedad y todos los acontecimientos en él y su alrededor eran reflejo de la voluntad divina. Asípues,laenfermedadseconsiderómanifestación de la ira de dios ante el ser humano pecador, o bien una gracia especial que dios mandaba a sus hijos. Los sacerdotes ocuparon el lugar del médico, por lo cual la terapéutica se basaba en plegarias, ayunos, sacrificios, confesiones y obtención de reliquias. Se prohibieron las prácticas quirúrgicas para evitar el derramamiento de sangre. Sin embargo, se aisló a en- fermos como los leprosos para evitar la transmisión de la enfermedad. Concepción racional El desarrollo del capitalismo rompió con las ideas reli- giosas acerca de la enfermedad. La división del trabajo se volvió importante y el ser humano tuvo que dedi- carse a determinadas fases de la producción. Paracelso retomó la idea de que la enfermedad era algo natural; pensó que la vida se sostenía por fuerzas propias del organismo y que la enfermedad se debía a la altera- ción de las funciones normales del organismo. A partir del capitalismo, el racionalismo cobró nueva fuerza. Este fenómeno se reflejó en la ciencia. La experimentación se agregó a las investigaciones llevadas a cabo mediante la lógica y la observación. Se introdujo el método científico basado en la com- probación y experimentación de hipótesis y el ser hu- mano se fue imponiendo sobre la naturaleza. Se habló del factor causal de la enfermedad y surgieron dos co- rrientes: la ontológica y la fisiológica. El concepto ontológico de enfermedad postula: ...la existencia de entidades patológicas bien defi- nidas, reconocibles por la existencia de signos y sín- tomas característicos que obedecen a una etiología (causa) determinada y que poseen una historia natural propia... Lo anterior quiere decir que el organismo se ve afectado por un parásito nocivo, el cual ocasiona sín- tomas y signos de la enfermedad. La clasificación y descripción de las enfermedades adquirió mucha im- portancia. Por otra parte, los principales exponentes del con- cepto fisiológico fueron Virchow, Bernard y Cannon. Ellos definieron la salud y la enfermedad de la si- guiente manera: Es por la actividad normal de elementos orgánicos que la vida se manifiesta a sí misma en la salud. Es por las manifestaciones anormales de los mismos elementos que se caracteriza la enfermedad. Lo anterior significa que el individuo gozaría de salud mientras mantuviera una constancia en su me- dio interno, y el trastorno de dicha constancia traería consigo enfermedad. El desarrollo de la tecnología para la salud fue impulsado por el auge del capitalismo industrial des- pués de la Segunda Guerra Mundial y fue dirigido de acuerdo con las necesidades del proceso productivo. Conforme avanzó el capitalismo, la necesidad de au- mentar la productividad mundial orientó la medicina