2. Lo cotidiano regala lecciones de vida.
Hoy mismo descubro una enseñanza
rebosante de inspiración.
3. Tengo una amiga profesora de inglés.
Yo le envío algunas de mis reflexiones
y ella las vierte a correcto inglés.
A mi vez yo intento
mi propia y balbuciente versión.
4. Cuando mi amiga me remite la suya,
yo coloco ambas en columnas paralelas.
Las comparo con cuidado
y subrayo los errores de mi copia
Después los sustituyo por las palabras
o estructuras usadas por mi amiga.
5. Y ahora viene lo importante.
No se trata de corregir las faltas
sino de asimilar el modelo.
Y para ello he de comprenderlo.
Descubro que este trabajo no difiere
del que ha de ocupar todo mi día.
6. Como practicista no puedo aceptar
sólo aquello que presenta o sugiere
el pensar de un mundo “principiante”,
(beginner) en el idioma de Dios.
He de confrontarlo con Sus pensamientos.
Después he de corregir con la vista puesta
en la expresión cierta y única.
7. Pero sobre todo, comprender.
Así no se olvidará la lección,
y se aprovechará el trabajo.
8. Algo más.
Hablar el idioma de lo verdadero
nunca será vestir el pensamiento erróneo
con palabras que suenan a Verdad.
Sólo sería reproducir un Babel de confusión.
9. Y al observar que repetir las frases correctas
me aporta una gran ayuda,
concluyo que para asimilar el modelo
ya no puedo hospedar errores en mi conciencia,