2. INTRODUCCIÓN
• Una de las cosas que se ha discutido, se discute y se discutirá es,
¿Qué es historia? y como en otras ciencias, en cada época ha
habido escuelas diferentes. Pero desde los primeros historiadores
griegos, como Heródoto, nos ha discutido la curiosidad por saber
que había pasado antes de nosotros. También algunos pensadores
como Francis Fukullama han determinado el fin de la historia. Es
difícil separar lo que es la historia como objeto de estudio y como
ciencia que estudia algo, pero vamos a intentarlo.
3. La historia tiene sus propios placeres estéticos, que no se parecen a los de
ninguna otra disciplina.
Ello se debe a lo que forma su objeto. Está hecho para seducir la
imaginación de los hombres.
Leibniz lo ha confesado: cuando pasaba de las abstractas especulaciones
de las matemáticas, o de la teodicea, a descifrar viejas cartas o viejas
crónicas de la Alemania imperial, sentía, como nosotros, esa
"voluptuosidad de aprender cosas singulares".
En 1942, ¡el propósito adquiere un sentido todavía más grave! a buen
seguro, en un mundo que acaba de abordar la química del átomo, que
comienza a sondear a penas el secreto de los espacios estelares.
Porque la naturaleza de nuestro entendimiento lo inclina mucho menos a
querer comprender. De donde resulta que las únicas ciencias auténticas
son, según su voluntad, las que loran establecer explicativas entre los
fenómenos.
4. ALGUNOS DE NUESTROS CONSEJEROS
Quienes quisieran serlo, han respondidos a estas
cuestiones. Los más indulgentes han dicho: la
historia carece de provecho y de solidez. Otros en
cambio, con una severidad nada amiga a medias
tintas, han dicho: es perniciosa.
"El producto más peligroso elaborado por la
química del intelecto". Estas invectivas tienen
peligroso atractivo: justifican por adelantado la
ignorancia. Por ello subsiste una curiosidad
espiritual.
La historia no es solamente una ciencia en
marcha. Es también una ciencia que se haya en
la infancia como todas aquellas que tienen por
objeto el espíritu humano, este recién llegado a,
campo del conocimiento racional.
Envuelta en ficciones por mucho tiempo, se
esfuerza en la razonada del análisis debajo de
los hechos de la superficie. Razón por la cual
Fustel de Coulanges y, antes que él, Bayle
llamaban a la historia "la más difícil de todas
las ciencias"
5. OTROS INVESTIGADORES
• Silvestre Bonnard es un anacronismo, si se atiene uno a las
fechas en que el libro fija su actividad, justamente como esos
santos antiguos pintados ingenuamente por los escritores de la
Edad Media, bajo los colores de su propio tiempo.
• Silvestre Bonnard, el "verdadero" nació en el Primer Imperio la
generación de los grandes historiadores románticos, habría
compartido con ella los entusiasmos emocionados y fecundos,
la fe un poco cándida en el porvenir de la “filosofía" de la
historia.
• El maestro Charles Scignobos dijo la frase: “Es muy útil
hacerse preguntas, pero muy peligroso responderlas”
6. Aún no sabemos muy bien qué serán un día las ciencias del hombre.
Los jóvenes sobre todo, se habituaran a reflexionar sobre estas
vacilaciones, sobre estos perpetuos "arrepentimientos" de nuestro
oficio. Ésa será para ellos mismos la mejor manera de prepararse, por
una elección deliberada, a conducir razonablemente sus esfuerzos.
No sólo tenemos el derecho de reclamar a favor de la historia la
indulgencia debida a todos los comienzos.
Cada ciencia no representa nunca más que un fragmento del
movimiento universal hacia el conocimiento: para entender y
apreciar bien estos procedimientos de investigación, sería
indispensable saberlos unir con un trazo perfectamente seguro al
conjunto de las tendencias que se manifiestan en el mismo momento
en las demás clases de disciplina.
El estudio de los métodos considerados en sí mismos constituye, a su
manera, una especialidad, cuyos técnicos se llaman filósofos.
7. LA HISTORIA, LOS HOMBRES Y EL
TIEMPO.
• La palabra historia es muy vieja, tan
vieja. Ciertas veces se ha llegado a
querer eliminarla del vocabulario.
• Los sociólogos de la escuela
Durkheimiana la admiten pero solo para
relegarla al último rincón de las ciencias
del hombre: especie de mazmorras,
donde arrojan a los hechos humanos,
considerados a la vez los más
superficiales y lo más fortuitos, al
tiempo que conservan a la sociología
todo aquello que les parece susceptible
de análisis racional.
• La historia no tiene ningún género de
investigación, ya sea que se proyecto de
preferencia hacia el individuo o hacia la
sociedad, hacia la descripción de las crisis
momentáneas no hacia la búsqueda de los
elementos más durables.
• Desde que apareció hace más de dos milenios
en los labios de los hombres, ha cambiado
mucho de contenido.
• Los historiadores frente a la inmensa y
confusa realidad, se ven necesariamente
obligados a señalar el punto particular de
aplicación de sus útiles, en consecuencia a
hacer en ella una elección que evidentemente
no esta la misma que por ejemplo la de un
biólogo. Este resulta ser un auténtico
problema de acción.
8. Se ha dicho muchas veces que la historia es la ciencia del pasado,
pero parece ser una forma inapropiada de hablar, absurda la idea de
que el pasado sea considerado como objeto de la ciencia. ¿Cómo
puede ser objeto de un conocimiento racional, sin una delimitación
previa, una serie de fenómenos que no tienen otro carácter común
que el de no ser nuestros contemporáneos?
En los orígenes de la historiografía se contaban confusamente
acontecimientos solo unidos entre sí por la circunstancia de haberse
producido aproximadamente en el mismo momento: los eclipses, las
granizadas, la aparición de sorprendentes meteoros, con la batalla,
los tratados, la muerte de héroes y reyes.
9. SE TRATA
• Sobre la memoria de la humanidad ha sido muy confusa ya que en los distintos
acontecimientos que han surgido a lo largo del tiempo por lo que se han estado
contando en las situaciones presentadas.
• Para todo hay una historia, por ejemplo, hay de las erupciones volcánicas, el sistema
solar, etc. Cuando se descubre lo que sucedió realmente, se examina más de cerca,
se descubre que las cosas no sucedieron sencillamente, se trata ante todo de un
orden e investigar los orígenes más a fondo.
• Algo importante que se menciona es que el hombre es un objeto especial en el
estudio de la historia, ya que detrás las herramientas, maquinas, escritos, etc. De
todo eso. El carácter de la historia en cuanto a conocimiento de los hombres
depende la posición que va a enfrentar, en los años 1890 se indignaron los
especialistas del método porque en los trabajos históricos el público daba
importancia según ellos “excesiva”, a lo que se llamaba la “forma”, los hechos
humanos son fenómenos muy dedicados ya que suele salirse de las manos al
momento de contar lo que sucedió y se generan confusiones porque es difícil
comprender algo de lo que no se sabe todo.
10. El historiador piensa no solo en lo
“humano”, también toma en cuenta al
mundo, años o de siglos que exige un
cuerpo radiactivo para convertirse en
otros cuerpos, es algo interesante para
todos conocer lo que realmente paso hace
muchísimo tiempo.