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1. JESÚS SANA A DOS CIEGOS
JESÚS SANA A DOS CIEGOS
“Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud. Y dos ciegos que
estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba,
clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de
nosotros!”, Mt. 20:29-30.
Eran dos ciegos, mendigaban junto al camino, vivían en oscuridad,
dependientes de otros, seguro con una gran frustración, pero aun así
creyeron en Jesús, creyeron en una nueva oportunidad; por encima de la
adversa situación, es necesario creer.
Ellos vivían en tinieblas, así es cuando vivimos sin Cristo, pues el pecado
nos hace vivir separados de Dios, por eso vino Cristo, a morir por nuestros
pecados y darnos salvación, por eso dice la Biblia que: “Jesús habló,
diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida”, (Jn. 8:12).
2. Una noche se prendió fuego en una casa y un adolescente tuvo que subir
al techo. Su padre estaba parado afuera con sus brazos extendidos
gritándole, "¡brinca hijo y yo te agarro!". Él sabía que su hijo tenía que
saltar. Pero la única cosa que su hijo podía ver era las llamas del fuego,
humo y oscuridad, y el joven tenía miedo saltar desde el techo.
Su padre continuo gritando, "¡Brinca hijo! ¡Yo te agarro!". Pero el joven
respondió diciendo, "Pero papá... es que no te veo." El padre respondió,
"Pero hijo, la única cosa que importa aquí, es que yo sí te puedo ver". Tal
vez algunas veces nos sentimos así, con miedo, confundidos, pero Dios es
todopoderoso, es bueno, tú puedes creer y confiar en él, aunque no lo veas
él está allí…
La fe se activa mediante el mensaje de Jesús, “oyeron que Jesús pasaba”,
alguien les informó que el Mesías, el Salvador, el Sanador estaba pasando
por allí. Era su momento, era la oportunidad para cambiar de vida, era
el tiempo señalado en el cielo para ellos, así como hoy es el tiempo para
ti… La fe nos impulsa a clamar Su misericordia.
3. Ellos “clamaron… misericordia”, Dios responde al corazón que reconoce
su condición, ellos no fueron orgullosos, reconocieron que necesitaban la
misericordia de Dios, a diferencia de los escribas y fariseos. Ellos
reconocieron que Jesús podía cambiar sus vidas, que Jesús podía sanar
sus ojos y su corazón.
Vamos, persevera, aunque las circunstancias sean difíciles, el texto nos
dice: “Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban
más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!” (Mt.
20:31). Quizá otros no van a compartir tu fe, “La gente los reprendía”,
estaban haciendo mucho ruido, los demás no podían entender que ése era
el momento más importante en la vida de estos ciegos, y ellos habían
decidido no dejarlo pasar.
Puede ser que algunos te molesten por querer seguir a Jesús, pero después
reconocerán que también lo necesitan, porque sólo en Jesucristo hay
salvación, sólo en Jesucristo hay una nueva vida, sólo en el él hay nuevas
oportunidades.
Tal vez lo único que escuchas es: “no se puede”. Cuando enfrentamos
dificultades, mucha gente dice muchas cosas… pero lo que es realmente
importante, es que dice Dios, y Dios dice en su Palabra: “para el que cree,
todo es posible” y también dice: “lo que es imposible para los hombres, es
posible para Dios”. Jesús actuará a tu favor: “Y deteniéndose Jesús, los
llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Señor, que
sean abiertos nuestros ojos” (Mt. 20:32-33).
Jesús los atendió y se interesó por su condición, Dios no está ocupado en
otra galaxia… él está atento al clamor de los que le buscan; en medio de
la multitud Jesús los escuchó, y los llamó y les preguntó cuál era su anhelo,
su deseo, qué querían y manifestaron su deseo de ser sanos… nuestro Dios
es sobrenatural y todopoderoso.
Jesús sana a dos ciegos, expresando su compasión por ellos, los tocó,
vrs. 34 “Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida
recibieron la vista; y le siguieron”. El corazón de Jesús es compasivo, él
tiene misericordia de la condición humana. Su vida experimentó un
cambio total no sólo porque dejaron de ser ciegos, sino porque ahora
veían a Jesús, su salvador.
4. Ellos se convierten en seguidores de Jesús, así pues el milagro más grande
no es una sanidad, es encontrarse con Jesús y seguirlo, pues sólo en él hay
vida eterna, sólo en él puedes encontrar la verdadera razón de ser de tu
vida.
Reflexión final: Cuando estamos sin Cristo, vivimos en tinieblas, pues
él es la Luz, él es nuestro salvador, nuestro sanador, en él hay perdón de
pecados y vida eterna, él puede transformar tu vida, él puede ayudarte,
tiene el poder y quiere hacerlo, acércate a Jesús como ellos lo hicieron y él
lo hará.