La conquista romana de la Península Ibérica supuso su romanización a través de la difusión del latín, la urbanización, el derecho romano y otras estructuras del Imperio. Tras la caída de Roma, los visigodos establecieron un reino que unificó territorialmente Hispania aunque mantuvo la segregación social. Finalmente, la debilidad del reino visigodo permitió la invasión musulmana de la Península en el 711.
5. La conquista supuso la Romanización de la Península, es decir, la asimilación de las
estructuras políticas, sociales, económicas, culturales e ideológicas del Imperio
Romano.
Este proceso varió en intensidad según el grado de desarrollo previo de los
pueblos prerromanos, siendo muy intenso en las zonas íberas, menor en las
celtíberas y celtas y muy tenue en las zonas de cántabros y vascones.
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6. Los principales agentes de romanización fueron:
El ejército.
Las colonias en las que se asentó población de origen itálico.
El alistamiento de indígenas como tropas auxiliares.
El intenso proceso de urbanización.
La unificación lingüística a través de la difusión-imposición del latín.
El establecimiento de una amplia red de calzadas de comunicación.
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10. Sobre el terreno se trazaban dos surcos paralelos de un máximo de 6 metros de ancho y se excavaba
una fosa que se iba rellenando de estratos.
Primer estrato (statumen), formado por piedras muy grandes mezcladas con tierra suelta y agua.
Segundo estrato (rudus), guijarros unidos por argamasa y apisonados con mazos de hierro para
compactarlos.
Tercer estrato (nucleus y pavimentum) de grava comprimida y arqueada para favorecer el fluir del agua.
En las vías principales se incluía un empedrado o pavimento liso encima.
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12. En cuanto a la organización política, los romanos dividieron la Península en provincias:
La primera división provincial data del año 197 a.C., estableciéndose dos: Hispania Citerior e
Hispania Ulterior.
En el año 27 a.C. se establecieron tres provincias: Bética, Lusitania y Tarraconense.
A las que se añadieron en el siglo III las Cartaginense, Gallaecia y Balearica. Cada provincia se
dividía en conventus o distritos judiciales.
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14. PROVINCIAS
CONVENTUS
Unidades administrativas menores
CIVITATES: Municipium y coloniae
Municipios y colonias, por tanto, se gobernaban con las mismas instituciones y derecho
que la propia Roma. En cualquier caso, con el tiempo cada vez más ciudades fueron
consiguiendo la plena ciudadanía romana, que se extendió a todos los territorios del
Imperio, y por tanto de Hispania, en el año 212, bajo el mandato del emperador Caracalla.
En cuanto a las ciudades, estas se jerarquizaban en tres
niveles:
1. Colonias, en las que se asentaba población de
origen itálico que gozaba de plenos derechos y
extendían su dominio sobre un extenso ámbito de
influencia.
2. Los municipios, en los que la población indígena
gozaba de parte de los derechos de la población
romana.
3. Las ciudades federadas, libres o estipendiarias, en
las que su población indígena tenía unos derechos
limitados.
15. Estas se subdividieron en ciudades
federadas, con una situación parecida
a la de los socios itálicos, aunque sin
la posibilidad de obtener la ciudadanía
romana, al no residir en una ciudad
latina; ciudades libres e inmunes,
exentas de pagar tributos, por
concesión unilateral de Roma;
ciudades estipendiarías, que pagaban
tributos y estaban sometidas al
gobernador de la provincia y las
ciudades libres, pero sujetas al pago
del estipendio, como impuesto
territorial o de las tasas de aduanas.
16. Las ciudades fueron los principales centros organizadores de la economía.
El elemento que más contribuyó al desenvolvimiento de la economía de Hispania
y a facilitar el tráfico de mercancías y las comunicaciones, dos aspectos básicos
para la economía, fue la red de comunicaciones creada por Roma.
17. En cuanto a la explotación económica,
los romanos fomentaron el desarrollo
minero y agrario para la exportación,
y se produjo un fuerte crecimiento de
la artesanía y el comercio.
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19. Por último, en cuanto a la organización social, esta era piramidal, dividiéndose la
población en dos grandes grupos:
No libres (esclavos).
Libres. En estos últimos se distingue entre los ciudadanos romanos de los órdenes
senatorial ecuestre y decurional, la plebe o ciudadanos no privilegiados y los no
ciudadanos como peregrinos y libertos. La mayoría de la población
hispanorromana eran peregrinos, es decir, personas libres que disfrutaban de
derechos civiles pero no políticos.
20. El triunfo del latín como lengua común en Hispania no fue inmediato pero sí fue casi total (País
Vasco).
En el terreno religioso la romanización de Hispania no supuso la imposición de la religión Romana,
ya que en el imperio había una gran tolerancia hacia todos los cultos.
El culto al emperador, cuya figura se divinizó, era el que servía de nexo de unión religiosa al imperio.
La ciudad romana tenía una particular organización urbanística: plano en damero u ortogonal.
En las ciudades más importantes había una gran variedad de edificios públicos: teatros, anfiteatros,
baños, gimnasios, foros, templos...
El abastecimiento y limpieza de la ciudad dio lugar a grandes obras de ingeniería.
29. – Roma había basado su riqueza
económica en un sistema de conquistas
militares.
– A partir del siglo III el imperio había
alcanzado unos límites difícilmente
ampliables. Sin nuevas conquistas la
maquinaria militar de Roma se convertía
en un costoso aparato.
– Ante la debilidad de Roma y el
abandono de las fronteras por parte de
legiones que se enfrentaban entre ellas
por llevar al poder a sus generales,
muchas tribus fronterizas vieron la
ocasión de invadir territorios romanos y
someterlos a la devastación y el pillaje
– En este contexto de caos la economía
de todo el imperio sufrió una crisis
enorme
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31. Las invasiones bárbaras
En el año 406 se produce una invasión masiva de tribus germánicas que cruzan la frontera del
río Rin que huían a la desesperada de la expansión de los hunos.
Tres fueron las tribus que penetraron en Hispania en esta primera oleada (409):
• los suevos: se asentaron en el noroeste peninsular.
• Los vándalos
• los alanos
Los visigodos (415) habían aceptado ponerse al servicio de Roma como tropa auxiliar.
Entraron en Hispania para enfrentarse a las tribus germánicas recién entradas y restaurar la
autoridad de Roma en la península.
A partir del 476 el Imperio Romano de Occidente desaparece por lo que los Visigodos
empezarán a actuar de forma independiente en la Galia e Hispania.
Pasaron al norte de África
32. A comienzos del siglo VI, no existiendo ya el imperio Romano, los visigodos habían
constituido un reino, con capital en Tolosa (al sur de Francia) que dominaba la mayor parte de
las antiguas provincias romanas de Galia e Hispania. En el año 406 fueron expulsados de la
Galia por la tribu de los francos, por lo que a partir de ese momento la historia de los
visigodos quedó ligada ya en exclusiva al territorio de Hispania.
La Hispania visigoda puede considerarse en muchos sentidos una prolongación de la
Hispania romana.
En el terreno político el reino visigodo era una monarquía electiva, esto ocasionó numerosas
disputas por el poder entre la aristocracia visigoda.
33. Los visigodos sometieron a la población hispanorromana, imponiendo una estricta
segregación política, jurídica, social y religiosa, esta última debida al carácter arriano de los
visigodos frente al catolicismo de los hispanorromanos.
Los visigodos consiguieron la unificación territorial al ocupar toda la Península durante el
reinado de Leovigildo (573-586) al conseguir derrotar a los suevos del noroeste y a los
bizantinos del sur.
34. Esta unificación territorial se vio acompañada de la unificación religiosa con Recaredo, que
estableció la conversión de los visigodos al catolicismo el año 589. Con ello disminuyó la
segregación entre visigodos e hispanorromanos, fundiéndose las élites de ambos grupos.
Pese a todo lo anterior, en el terreno económico la monarquía
visigoda se caracteriza por la crisis del comercio y la artesanía
y la intensa ruralización.
Además, en el campo se produce una prefeudalización,
configurándose una élite que dominaba amplias posesiones
territoriales trabajadas por población dependiente.
Esta prefeudalización afectó también al ámbito político,
concediendo los reyes visigodos amplios poderes a sus
representantes territoriales, los denominados “dux”.
35. A principios del siglo VIII el reino visigodo se encontraba en crisis:
La prefeudalización produjo un fuerte descontento social.
Las medidas antijudías provocaron un descontento de este colectivo.
Tras la muerte del rey Witiza se produjo un enfrentamiento entre el nuevo rey Rodrigo y los hijos
del anterior.
Todo ello facilita la entrada de los musulmanes en la península el 711: la población sometida al
feudalismo y los judíos recibieron a los musulmanes como libertadores y fueron los hijos de Witiza
los que los llamaron a la Península como tropas mercenarias para derrotar a Rodrigo.