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1. TEMA 2-LA HISPANIA ROMANA Y LA MONARQUÍA VISIGODA
A-Introducción:
Roma va a encontrar a la Península Ibérica iniciando su Historia. Los diversos
pueblos que habitaban nuestra Península (áreas celta e ibera) seguían
desarrollando sus formas de vida y de cultura propias, cuando, en el siglo III a. C., la
rivalidad entre Roma y Cartago por el domino del Mediterráneo, que dio lugar a las
guerras púnicas, afectó de lleno a nuestra Historia incorporándose España al Mundo
Romano
Fruto de la pugna por el control del Mediterráneo Occidental entre Cartago y
Roma, es cuando los romanos pisarán tierra peninsular por 1ª vez (218 a.C.).
B-ETAPAS DE LA CONQUISTA ROMANA DE LA PENÍNSULA (S. III-S.I a C)
La conquista de Roma se inició en el siglo III a.C. y concluyó, tras un proceso largo y
complejo, en el siglo I a.C.
Podemos distinguir tres etapas principales:
1ª etapa: Conquista del este y el sur peninsular (218-197 a. C)
El inicio de la conquista se enmarcó en el contexto de la Segunda Guerra Púnica
(guerras que enfrentaron a Roma y Cartago por la hegemonía en el mediterráneo
occidental).
Los cartagineses tenían asentamientos importantes en el levante peninsular y desde
allí atacaron Roma a través del sur de Francia y los Alpes. Roma contraatacó
2. invadiendo las posesiones cartaginesas en Hispania a fines del siglo III. La victoria
romana de Ilipa (209 a.C.), la conquista de Cartago-Nova y de Gades (206 a. C.),
pusieron fin a la presencia cartaginesa en Hispania y consagró el dominio de Roma
sobre el este y el sur peninsular.
En el año 197, Roma organiza sus conquistas en la Península creando dos provincias:
Hispania Citerior (costa catalano-levantina) e Hispania Ulterior (Andalucía)
2ª etapa: Conquista del centro y el oeste peninsular (155-133 a. C.)
Los romanos tuvieron que hacer frente a la resistencia de los pueblos de esta zona.
Los mejores ejemplos son las guerras lusitanas (155-136 a.C) en las que destacó
Viriato, líder lusitano, y la resistencia celtíbera en Numancia hasta 133 a.C.
3ª etapa: Conquista del norte peninsular (29-19 a.C)
El fin de la conquista llegó en tiempos de Augusto, primer emperador romano, con la
dominación de galaicos, astures, cántabros y vascones (guerras cántabras).
Augusto reorganiza las provincias, estableciendo tres: Bética, Lusitania y
Tarraconense. En el s. IV, de la Tarraconense se han escindido dos provincias, la
Gallaecia y la Cartaginense (en la que se integra La Mancha), quedando así cinco, y
todas juntas formaban la diócesis de Hispania.
La economía colonial, basada en la esclavitud, se centra en el sector primario y
minero (mercurio de Almadén, oro-Las Medulas (Leon)…), desarrollándose hasta el
s. III, como en todo el Imperio, una economía monetaria y urbana. A partir del s. III,
se produce una ruralización de la vida y de la economía romana, que se profundizará
durante la Alta Edad .Media
C-EL PROCESO DE ROMANIZACIÓN Y CRISTIANIZACIÓN EN HISPANIA
El concepto de romanización: integración plena de una sociedad determinada, en
este caso la hispana, en el conjunto del mundo romano (economía, sociedad,
esclavismo, urbanización, cultura, religión). Romanización es, pues, la progresiva
asunción de “todo lo romano” en la Península. Por ello, sería muy extenso
desarrollarlo en sentido amplio. Por este proceso, los pueblos indígenas (iberos,
celtíberos…) fueron asumiendo la cultura romana. Supone por 1ª vez, la unidad
3. peninsular.
Jugando un papel importante en el proceso de romanización, cabe destacar
la creación de ciudades y colonias (espejo de romanización y foco de atracción de
indígenas a los modos de vida romanos); en ellas o al servicio de ellas y de sus
conexiones, destacarán grandes obras públicas.
También destaca el papel del ejército, que enrola a indígenas y convive con los
pueblos conquistados, en los que se instalan campamentos militares.
La romanización es un momento clave de la historia cultural de los pueblos
de la península. En ella podemos distinguir varios aspectos:
·El latín se impuso como lengua común y va a pervivir a través de sus”hijas”, las
lenguas romances peninsulares que cristalizarán en la Edad Media (castellano,
catalán, gallego...)
·El derecho romano (leyes, concepción del estado,...), que pervivirá en el tiempo,
guiará en buena medida los principios políticos y jurídicos de siglos posteriores y
aún hoy es uno de los fundamentos del derecho occidental
·La religión politeísta romana (Júpiter, Saturno…) se impuso, aun respetando y
asimilando las creencias locales; pero era obligado el culto al emperador y a la
Tríada Capitolina (Júpiter, Juno, Minerva), como medio de integración política.
·Posteriormente, en el siglo I el cristianismo se difundió por el imperio romano y
también por Hispania, sobre todo desde la crisis del s.III, crisis también espiritual,
por lo que la gente busca alternativas religiosas, como será la religión cristiana. En
el s. IV, el Cristianismo va a triunfar, al extenderse entre las clases dominantes,
dejando de ser una religión revolucionaria. Desde el Edicto de Milán (313) de
Constantino, se da la libertad de cultos, y desde el edicto de Tesalónica(380) de
Teodosio, el cristianismo se convierte en religión oficial y excluyente del imperio,
pasando así a ser uno de los elementos de identidad de Occidente, preponderante
en lo espiritual pero también en lo socio-político, que perdurará con diversas formas
hasta la actualidad.
4. El proceso de romanización llegó a su máxima expresión cuando el emperador
Caracalla, con el Edicto que lleva su nombre, en el siglo III extendió la ciudadanía a
todos los habitantes libres del Imperio.
Hispania fue una de las provincias del imperio más romanizadas, aunque fue muy
desigual en el territorio (Bética, rápida y profunda romanización; hacia el norte y
oeste, escasa y hasta nula).
La cultura y el arte romano tuvieron un carácter eminentemente práctico y por ello
fueron grandes ingenieros y grandes constructores de obras públicas. En la
península podemos destacar los siguientes ejemplos:
Acueductos como el de Segovia.
5. Murallas como las de Lugo
Múltiples puentes como el de Alcántara o Mérida.
Además de estas obras públicas, Roma dejó importantes obras artísticas de utilidad
pública como:
Arcos conmemorativos como el de Bará en Tarragona.
Templos como el de Diana en Mérida.
Anfiteatros como el de Itálica (Sevilla) o Segóbriga (Cuenca).
Teatros como el de Mérida o Segóbriga
ð Circos como el de Toletum.
La dominación de Roma dejó en Hispania una tupida red urbana (Tarraco, Cesar
Augusta, Emerita, Toletum…) ligada por un complejo sistema de calzadas y otras
infraestructuras públicas. Destacan en nuestra región Segóbriga, Ercavica o Valeria
en Cuenca, Toletum o Consabura(Consuegra). O villas bajoimperials como la de
Carranque (Toledo), con sus ricos mosaicos.
6. D-LA MONARQUÍA VISIGODA:
Durante los s. III y IV los pueblos germánicos se van infiltrando en el Imperio Romano.
Un imperio incapaz de sustentarse como Estado, sobre todo tras la crisis del siglo III,
que provoca la decadencia de las ciudades y las actividades propias de ellas; la
ruralización debilita al Estado, sin recursos para gobernar y mantener ese gran
imperio. En el 409 en Hispania entran violentamente los suevos, vándalos y alanos.
Hasta que los visigodos, federados del Imperio, colaboran en la pacificación de
Hispania. Solo los suevos resisten, con un reino en Gallaecia hasta el 585.
Los visigodos estaban muy romanizados, con una larga historia de contacto con
Roma. Hacen un pacto (foedus) con Roma, por el que reciben territorios.
7. En el 416, asentados entre Galia e Hispania, organizan una monarquía en torno a
Toulouse hasta que son expulsados por los francos en la batalla de Vouillé en el 507
y organizan su reino con capital en Toledo, centrado ya en la Península.
Había unos 6 millones hispanorromanos para unos 200.000 visigodos. Las
diferencias entre ambos pueblos se van a mantener al principio, con leyes diferentes
y religiones propias (los visigodos son cristianos arrianos; los hispanorromanos,
católicos)
Leovigildo, en el siglo VI, consiguió la unidad política de la península (contra suevos,
vascos y bizantinos del sur). Luego por la conversión al catolicismo de rey Recaredo
en el III Concilio de Toledo se consiguió la unidad religiosa. En el siglo VII Recesvinto
publica el Fuero Juzgo que consigue la unidad jurídica (un solo Derecho para
visigodos e hispanos).
La organización política de los visigodos se basaba en el derecho germánico. La
institución fundamental de gobierno era la Asamblea de los hombres libres, en la que
residía el poder del reino, que era dado a un rey (monarquía electiva). Los reyes más
poderosos trataron de hacerla hereditaria, sin lograrlo. Por eso hay gran inestabilidad
política y debilidad de los reyes ante los grandes señores nobles, sobre todo cada vez
que había un cambio de rey, y que influyó mucho en el fin del reino en el 711 tras la
invasión musulmana.
Los poderes del rey eran amplios. En la práctica, el rey gobernaba con la ayuda de
funcionarios en el palacio. También estaba el Aula Regia o Consejo del Rey, no
permanente, de carácter asesor, formada por algunos funcionarios importantes, a los
que se sumaban los grandes funcionarios territoriales y militares: Duces (delegados
del rey en provincias) o Comites civitates (en las ciudades), junto con altos cargos
eclesiásticos.
En conjunto, Nobleza e Iglesia acumulan poder económico y polítrco al lado de la
monarquía y dominándola. Los Concilios de Toledo, fueron la gran asamblea política
del reino; en ellos, grandes nobles y obispos colaboraron con los reyes en tareas
legislativas y asuntos religiosos y políticos.
La economía y sociedad visigoda, continúa el camino iniciado en el Imperio romano
desde el s. III: una sociedad rural y agraria, de subsistencia, con el desarrollo
jerárquico de las “relaciones personales” desde el rey hasta los esclavos. Domina la
8. nobleza jerarquizada, sobre una gran mayoría de población que son campesinos
libres (colonos) pero en realidad ligados a la tierra y al señor por vínculos de
dependencia personal. Se evoluciona hacia el modelo social feudal propio de la
Edad Media.