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NOTAS EN TORNO A L IDENTIFICACION EN LAS HUELLAS DE
                     A
            USO: LA CUFSTION DEL PULIMENTO *




    La traceologia o estudio de las huellas de uso sobre material litico, ha creado nuevas expeaativas en la
reconstruccihn funcional prehisthrica.
    Pretendemos aquf la d u a c i 6 n de una de las principales huellas -el puliiento-, con el fin de centrar un
debate cada vez m h controvenido entre 10s especialistas.

s m ay
 u mr

   The micro-wear analysis on lithic raw material has originated news expectations over the prehistoric
functional reconstruction. In this paper we try to evaluate the polish, one of the first micro-wear.
   Our aim is to centre a discussion every day more disputed among the specialist.

    Desde la publicaci6n en occidente en 1964 del libro de Semenov 10s estudios de huellas de
uso sobre material litico o traceologia han recorrido un largo camino de controversias en torno
a las posibilidades de reconstrucci6n de la cinemdtica del dtil y la materia trabajada. Una de las
primeras y m b enconadas entre 10s trace6logos occidentales se ha centrado en la cuesti6n de 10s
medios de observaciiin: lupa binocular, que permite la observacicin de desconchados y embota-
miento del borde (R. Tringham et alii 1974, Odell 1975, 1983), frente a microscopio petro-
grdfico y microscopio electr6nico de barrido, que amplian el registro de huellas a pulimento,
estrias y residuos de la materia trabajada (Keeley 1980, Anderson 1981, Mansur 1983, Vaughan
1985, Plisson 1985).


    * Queremos agradecer a Manuel Hoyos G6mez las innurnerables discusiones mantenidas en torno al problema del pdimento,
autkntico campo de batalla de la traceologia actual. A trav6 de ellas se han ido generando algunas de las obsewaciones expuestas en
ate rrabajo.
Ha quedado ampliamente demostrado por 10s seguidores de 10s altos aumentos que el diag-
nbstico funcional basado dnicamente en 10s desconchados y el embotamiento carece de fiabilidad,
dada la cantidad de variables que influyen en la formacicin de 10s desconchados y la gran conver-
gencia de formas entre tipos de origen diitinto. A r&z de este debate la mayor parte de la traceo-
logia ha seguido el denominado "mdtodo Keeley" (Keeley 1978, 1980). Este autor considera que
en la interpretacicin funcional deben de tenerse en cuenta todas las huellas observadas, aunque des-
taca la importancia del pulimento.
    El pulimento es una alteracicin de la microtopografia del silex provocada por el uso. Para
Keeley (1980) su apariencia es distinta a la de una ruptura fresca de sflex y estd directamente
relacionada con el tipo de materia trabajada. Este autor lo define mis especificamente como
"aspecto de la superficie del borde utilizado que refleja la luz de forma diferente a la de las zonas
no utilizadas del silex", y describe sus caracteristicas en funcicin de las siguientes cualidades:
cantidad de luz reflejada, aspecto o textura de la superficie y presencia o ausencia de ciertos
rasgos topogrificos o accidentes. Su aspecto m& conocido es el denominado lustre de cereal,
que es un pulimento vegetal muy desarrollado. Es, asimismo, una alteracion real y permanen-
te de la microtopograffa del silex, puesto que permaneci6 inalterable despuds de tratamientos
con productos que abarcaban toda la gradacicin del pH (Keeley 1980), y s61o fue eliminado
con bafios de icido fluoridrico.
    Para Plisson (1985: 14), las definiciones dadas hasta el momento son "imprecisas", porque se
refieren al tiempo a una superficie, al aspecto de esa misma superficie (Keeley 1980) y a una estruc-
tura (Mansur 1983); "limitadas", porque se refieren al pulimento sobre sflex, cuando tarnbidn exis-
ten sobre otros materiales; "discutibles semhticamente", ya que una superficie no puede ser eli-
minada, e "inexactas" desde el punto de vista de la quimica, dado que toda materia es alterable.
    El test-ciego de Newcomer y Keeley (1979) form6 un juicio favorable a 10s puliientos como
huella diagncistica; su estudio ha sido seguido por la mayor parte de 10s tracecilogos de altos aurnen-
tos, que en la primera mitad de la ddcada de 10s afios 80 han confirmado con sus investigaciones
10s resultados del trabajo de Keeley respecto a 10s tipos de pulimento y la identidad con la mate-
ria trabajada que lo genera.

EL ORIGEN DEL PULIMENTO
    Posteriormente a la tesis de Keeley, las de l? Anderson (1981) y E. Mansur (1983) siguiendo
su mdtodo, investigaron en torno al proceso de formacicin del pulimento. La hipcitesis m& acep-
tada hasta el momento habia sido la que atribuye la formacicin a un proceso mednico, la abra-
sicin, que provoca la pdrdida de material y el suavizamiento de la superficie trabajada por la pre-
sencia de agentes abrasivos como arena, polvo, esquirlas y la propia sflice contenida en las mate-
rias vegetales; esta hipcitesis esti apoyada por Crabtree (1974), Dauvois (1977), Diamond (1979),
Kamminga (1979), Masson (1981, 1982; Masson et alii 1981) y Yamada (en prensa).
    Del Bene (1979) y Holley y Del Bene (198 1) sugieren, a su vez, dos explicaciones para la for-
macicin del pulimento. Una por deposicicin de silicatos opalinos y otros materiales, mediante enla-
ce eldctrico, quimico o por tensicin superficial; la segunda por abrasi6n. Asi, algunos de 10s puli-
mentos, como 10s de plantas, son debidos a deposicicin, y otros a abrasi6n.
    W t t h o f t (1967) habfa explicado la formacicin del lustre de cereal por un proceso de bicin,
en el que el calor engendrado por el trabajo funde la sflice del borde activo y la contenida en las
estructuras vegetales. Esta silice redepositada, al solidificarse, forma el lustre de cereal.
Para Anderson (1981: 101) el calor generado durante el uso no seria suficiente para provocar
la fusi6n de la sflice, ni explica las diferencias de 10s pulimentos s610 por el calor, per0 apoyhdo-
se en esta hipbtesis y reelabordndola concluye que la formaci6n del pulimento se debe a un pro-
ceso de disoluci6n. En 8 una temperatura y presi6n elevadas, una friccibn alta y las condiciones
de un pH extremo (alrededor de 9), durante el uso, facilitarian la disoluci6n de la sflice del borde
activo en forma de gel. A la formaci6n del gel ayudaria tambien la sflice de las plantas, aportada
de tres maneras: en cuerpos s6lidos (10s fitolitos), en gel procedente de estos cuerpos s6lidos y en
.soluci&ncoloidal. Este gel, al solidificarse posteriormente, seria el pulimento.
    La hipbtesis de la disolucibn, iniciada por Anderson, ha sido seguida por Mansur (1980; 1983),
quien la completa ademhs con la investigaci6n de la formaci6n de las estrias s e g h el estado de gel
de la superficie silicea.
    Tanto para Anderson como para Mansur la abrasibn debiera de provocar arafiazos en la superfi-
cie del sflex, que no se observan en el migroscopio electr6nico de barrido (MEB) a altos aurnentos,
n explica por qu6 un proceso mednico produce pulirnentos diferenciables se&n la sustancia traba-
 i
jada. Por el contrario, en el MEB, el pulimento aparece como una colada depositada sobre el borde
activo, cuyo espesor disrninuye q$n se aleja del borde y ofi-ece un aspecto liso y disuelto. Adem&,
embebidos en el pulimento se han identif~cado          flores de silice y residuos de la materia trabajada
    El proceso de disoIuci6n de la silice del borde trabajado supone la formaci6n de un gel de sfli-
ce que se solidifica en forma de sflice amorfa, el pulimento. El aspecto vidrioso de la superficie de
10s pulimentos, en el MEB, es tipico de esta silice amorfa (Anderson 1981: 100). La formaci6n
del gel de sflice se debe a la amorfizacibn de la superficie criptocristalina provocada por el uso. Este
es, para ambas autoras, el h i c o mecanismo de formacibn para todos 10s pulimentos, que explica
no s6Io su diferenciacibn, sino tarnbidn la presencia de las flores de sfice, de 10s residuos de la mate-
ria trabajada y de la diierencia de la morfologia de las estrias. Ciertos cationes (Fe+ 3) favorecen la
disoluci6n de la sflice, mientras que otros la frenan (A1 +3 y Ca +2), lo que explicaria el mayor
desarmllo del pulimento de origen vegetal sobre el de origen animal, principalmente hueso y asta
(Mansur 198la, 1983).
    La hip6tesis de la disoluci6n, como dnica explicaci6n de la formacidn del pulimento, ha sido
rechazada desde su origen por A.. Masson (1981, 1982; Masson et alii 1981). Para esta autora, el
proceso de disoluci6n no estd documentado, puesto que mediante andisis de difracci6n de rayos
X no parecen observarse ni la capa de silice disuelta ni 10s fitolitos sefialados por Anderson. Por
otra parte, en la observaci6n de piezas con lustre de Mureybet, no ha encontrado restos de sflice
amorfa, y lo achaca a la propia inestabilidad de este elemento, que impedirfa su conservacidn. En
conclusibn, parece probable que exista una pequefia disoluci6n de la superficie debida a la abra-
sidn, per0 que no explicaria toda la hip6tesis anterior.
    Respecto a la presencia de inclusiones en el pulimento, Qtas pudieran ser debidas al propio silex,
ya que estructuras interpretadas como huellas de uso pueden tener un origen geol6gico. Estas con-
clusiones han sido apoyadas por diferentes autores como Meeks et alii (1982) y Yamada (en pren-
sa), que en un amplio programa experimental sobre este tema tampoco aprecian el aspeao aditivo
de la capa de p d i e n t o ni la superficie vidriosa que delataria la presencia de sflice amorfa. Ipalmente,
Unger-Hamilton (1984) ha observado en el MEB la presencia de residuos simiiares a 10s fitolitos
vegedes publicados por Anderson sobre superficies frescas de silex recikn tallado y sin usar.
    Las flores de silice, asi rnismo, son indicio de un fen6meno de recristalizacidn y se las ha encon-
trado s610 sobre pulirnentos espesos, lo que conduce a Mansur a apoyar la teoria de la disoluci6n;
per0 su origen puede deberse al propio proceso de formaci6n del silex, en el que la calcedonita
cristaliza en poros donde existen yesos. Una observacicin m h extensa podrfa determinar si su exis-
tencia est4 Gnicarnente relacionada con pulimentos bien desarrollados.

IDENTIDAD DEL PULIMENTO Y LA MATERIA TRABAJADA
    Ligado al problema del origen del pulimento, falto de investigacionesm h concluyentes, se sinia
la cuesticin central de la identificacicinde la materia trabajada, que s61o podr4 ser enfocada correc-
tamente por el conocimiento profundo de este fencimeno. Para Keeley hay una relacicin directa
entre cada tip0 de pulimento y la materia trabajada que lo produce, llegando incluso a ser tajante
en esta cuesticin al proponer la conveniencia de hablar de tipos especificos, como pulimento de
madera, pulimento de hueso...(1980: 22-23). Unicamente reconoce que su apariencia cambia
s e e la granulometria de la materia prima, porque 10s silex de grano fino ofrecen una superficie
m h reflectante, que puede afectar a la observacicin.
    Las primeras dudas sobre esta relacicin directa heron planteadas por Kajiwara y Akoshima (1981)
y Serizawa, Kajiwara y Akoshima (1982). En sus andisis de 10s tipos de pulimento encuentran que
la relacicin establecida por Keeley no es directa y Gnica, a pesar de afirmar que para cada tipo s hay
                                                                                                    f
relaciones significativas con materiales trabajados especificos. Publican entonces dos listas sucesivas
donde relacionan de manera diferente 10s tipos definidos de pulimento con las materias trabajadas.
    Esta discrepancia fue destacada por I? Vaughan (1981) y Mansur (1983: 97 y 137) y explica-
da por el proceso de formacicin del pulimento en varias fases. S e e la hipcitesis de ambos auto-
res, 10s pulimentos pasan por varios estadios de formacicin hasta alcanzar 10s rasgos caracteristicos
que 10s definen. "Grosso modd', han fijado tres estadios que denominan indiferenciado (se distin-
gue por una mayor regularidad en la superficie del silex), medio o "smooth pitted polish" (donde
se inicia la forrnacicin de rasgos caracteristicos) y bien desarrollado (en que cada pulimento es tipi-
co de cada clase de material trabajado). El tiempo de formacicin es diferente para cada materia tra-
bajada, e incluso hay alguna, como la carne, que no suele sobrepasar el estadio inicial. Ademds, en
un mismo borde puede encontrarse pulimento en diferentes fases de dmarrollo.
    Las matizaciones acerca del desarrollo progresivo explicaron de momento el problema en torno
a la identidad pulimento/materia trabajada, ya que 10s tipos que 10s autores japoneses ponen de
manifiesto no serian pulimentos tfpicos, sin0 en diferentes fases de desarrollo. Igualmente Keeley
(1980) habia comentado que 10s pulimentos producidos por algunas materias pueden prestarse a
confusicin cuando no se trata de casos tipicos.
    La hipcitesis de la disolucicin parece haber asumido la dependencia de 10s tipos de pulimento
respecto de las materias trabajadas, puesto que uno de 10s argurnentos en contra de la abrasicin era
la imposibiliad de que un proceso m e h i c o produjese la diferenciacicin de pulimentos s e e las
sustancias trabajadas, per0 la propia Mansur (1983: 223) reconoce que la correlacicin es afin estric-
tamente empirica.
    Si el pulimento es un fencimeno progresivo en el que algunas materias apenas superan la fase
inicial, el tema de la identidad nos lleva a la siguiente cuesticin: jexisten pulimentos tipicos de mate-
rias trabajadas y por tanto, una vez que alcanzan estos rasgos no progresan & o se trata de un
                  ,
mismo pulimento en diferentes fases de desarrollo?.
    La opinicin de 10s analistas es arnbivalente. Por una parte se siguen interpretando huellas de
uso, y por tanto pulimentos, sobre material arqueolcigico, per0 cada vez son mlis frecuentes las Ila-
madas de atencibn acerca de la dificultad de distincicin entre 10s pulimentos. Aunque con algunos
antecedentes, Dumont (1982), Gysels y Cahen (1982) y 10s autores japoneses, el punto de infle-
xi6n en la confianza de esta huella lo marca la publicaci6n del segundo test-ciego de Newcomer
(Newcomer et alii 1986) y a partir de este momento, 10s trabajos del Instituto de Arqueologia de
                             ,
Londres. Entre ellos, Levi-Sala (1988: 83), resume muy acertadamente el nuevo enfoque del pro-
blema al anotar que existe una coincidencia entre pulimentos de diversas materias y que, a su vez,
la misma materia puede producir varios tipos de pulirnento.
    La misma Levi-Sala, experimentando con pasta de diamante a torno, produce lustre de cereal,
semejante al originado por cereal autdntico. De sus investigaciones, destaca una serie de widen-
cias. Primeramente no encuentra diferencias entre 10s pulimentos variando la presi6n del trabajo.
Pero la principal es que una vez que el pulimento estd completamente insertado en la microtopo-
graffa y ha adquirido lustre macrosc6pic0, no se incrementa la cantidad del pulimento aumen-
tando la duraci6n del trabajo. De su trabajo destaca otro hecho: el lustre de cereal fue conseguido
por pasta de diamante, carbbn puro, sin entrar en contacto con fuentes externas de silice, con lo
que amplia las causas de formacidn del pulimento, sin argurnentar en contra del proceso de diso-
lucibn. Conjugando estos materiales con agua, petr6le0, polvos de talco y tejido de gamuza, con-
cluye que no existen 10s pulirnentos producidos por un propio material, y las variadas apariencias
observadas o pulimentos tipicos se deben a 10s diferentes estadios en la formaci6n del pulimento
sobre la microtopografia y a una diversa distribuci6n sobre 10s bordes. La formacibn de esta hue-
Ilas, se& sus experimentos, parece, entonces, un Gnico proceso progresivo (Levi-Sala 1988).
     Con una postura semejante Grace toma el proceso de formaci6n del pulimento como un "con-
tinuum" en el que "10s pulimentos se solapan en su aspecto m& de lo esperado" (1989: 58-59).
Como ejemplo cita el conocido pulido de extensibn reticular (enlazado), tipico de la madera: este
aspecto se alcanza en la madera a 10s 20 6 30 minutos de trabajo, per0 en el asta a 10s 5 6 10 minu-
tos, lo que lleva a su contlsi6n.
     Para Dumont (1982: 210), la variabilidad del pulimento es jerhquica, y las diferentes micro-
topograffas poseen similaridad interna y diversidad en sus apariencias. Pero          es la esala de la
jerarqufa?. Gysels y Cahen (1982: 222) inician un intento de diferenciaci6n segGn las materias tra-
bajadas, entre las que producen pulimento ddbil y un fuerte redondeamiento del borde, y las que
originan poco embotamiento y un pulimento en capa. Ahora bien, existen todos 10s grados inter-
medios entre ambos tipos, y tomando el redondeamiento s610 desde el punto de vista macroscb
pico, ya que a travks del microscopio metalogdico 10s pulimentos espesos, o en capa, muy a menu-
do cubren el filo dAndole una apariencia curvada.
     L interpretacidn de la acci6n a partir del pulimento apenas ha sido mencionada porque tradi-
      a
cionalmente el p d i e n t o ha sido enfocado hacia la materia trabajada. Sin embargo, todos 10s ma-
listas citados aluden a su situaci6n en las caras de cada pieza como rasgo indicativo de la accibn,
suponiendo su equivalencia en las acciones longitudinales de h g d o de trabajo alto y diferente exten-
si6n en las transversales de Angulo de trabajo bajo, con mayor desarrollo en la cara en contacto con
la sustancia trabajada y tambidn, como con las estrias, en la direccibn de 10s rasgos lineares.


COMPOSICION DEL PULIMENTO

    La observaci6n microsc6pica de 10s pulimentos ha llevado a la constatacibn de una extrerna
variabilidad respecto a las materias trabajadas. Pero esta observacibn hicamente es posible con el
microscopio metalogrdfico, ya que todos 10s autores seiialan que en el MEB 10s diierentes puli-
mentos ofiecen una apariencia similar (Keeley 1980; Anderson 1981; Mansur 1983).
Varias determinaciones quimicas de la composici6n de 10s pulimentos se han llevado a cab0
tambiCn mediante andisis con microsonda elear6nica (Mansur 1983; Anderson 1981)y con EDS
(Van Gijn 1984185186; D'Errico 1987).
    Los resultados han sido diversos. Mansur no ha encontrado m k composici6n que silice, per0
no especifica las condiciones del andisis; Anderson dude a la presencia de calcio, per0 parece refe-
rise m k a residuos que al pulimento en si, y tampoco ofrece detalles del material; D'Errico detec-
ta sobre la zona usada de un buril, silice, nfquel, hierro, cobre, aluminio y f6sforo. Van Gijn
(1984185186: 15- 19) encuentra calcio, f6sforo y carbono en piezas experimentales utilizadas para
trabajar pescado fresco, per0 especifica que de 10s tres tipos de pulimento de pescado observados,
dos de ellos desaparecen despuds de un tratamiento de ClH; concluye que la distinci6n entre puli-
mento y residuos es compleja, proponiendo llamar pulimento a aquello que observamos despuds
de una limpieza con agua y jab6n (con pH 7) a pesar de que sea eliminado m k tarde con C1H.
    Con el mismo propbito, encontrar una relaci6n mQ estrecha entre la materia trabajada y el
pulimento generado, hemos llevado a acabo un pequefio programa experimental con 11 piezas de
silex, talladas para este caso de dos n6dulos del afloramiento de Kurtzia (Vizcaya).
    Las materias trabajadas heron: pie1 fresca de liebre, pane interna (Ll); vegetales no lefiosos -
gramineas salvajes- (Ll); madera fresca de sicomoro con corteza (Ll, L2); piedra caliza (Ll, L2);
asta seca de ciervo (Ll, L2); hueso fresco de vaca (Ll, L2, L3). Se opt6 por no llevar ninguna a d -
vidad de uso especifica en lo referente al movimiento y producir pulimentos por el frotamiento
continuado de las materias trabajadas sobre la superficie del silex. De Csta se trabaj6 preferente-
mente en las zonas de las caras ventrales, con el objeto de presentar una superficie pulimentada lo
m k lisa posible en el andisis de microsonda. El hecho de utilizar la superficie ventral interna en
vez de 10s bordes de la pieza, h e para evitar la formaci6n de desconchados que saltasen durante el
trabajo, llevhdose pane del pulimento con ellos. Las piezas se trabajaron durante 3 horas y las
materias heron lavadas con agua y detergente amoniacal o agua y Teepol en cubeta ultras6nica en
varias ocasiones a lo largo del trabajo para poder seguir este proceso de desarrollo a travds del micros-
copio petrogrhfico.
    Se probaron tres procedimientos diferentes de limpieza con el objeto de evitas posibles errores
de interpretaci6n. J o tratamiento herte (6 piezas) con detergente arnoniacal al25%, ClH a
                     I                                                                                  1
10% durante 30 minutos y JCOH al10% durante 30 minutos. U ,m k suave (4 piezas), con deter-
gente neutro (Teepol), H 2 0 2 de 110 vol. durante 3 horas y kido acCtico - (CH3C0)20- al50%
con 1 hora de inmersi6n. B (1 pieza) corresponde a una pieza que trabaj6 hueso y no h e trata-
da de ninguna forma, ni siquiera lavada con agua.
    No se encontraron diferencias s e e n el tratamiento, con una excepcidn. A simple vista las pie-
zas lavadas con Teepol tenian un aspect0 general grasiento y de ellas la pieza que habia trabajado
hueso en la zona usada ofrecia un brillo macrosc6pico pastoso, diferente al del lustre de cereal. En
el microscopio este pulimento se semejaba a una pasta pegada. En toda la colecci6n experimental
s610 tenemos una pieza con estas caracteristicas, se tram de un silex del mismo afloramiento de
Kurtzia que ha serrado asta remojada una hora.
    Lavadas las piezas, heron observadas con el microscopio petrogrAfico para registrar 10s datos
del pulimento s e e n la ficha habitual. Se tomaron fotograffas antes y despuCs del lavado con 4ci-
dos, no aprecihdose ninguna diferencia 6ptica, except0 en el caso del trabajo de la caliza, en el
que el supuesto pulimento se redujo casi en su totalidad. Posteriormente las piezas heron recor-
tadas y se rebaj6 la cara opuesta a la pulimentada dejando l h i n a s tan delgadas como h e posible.
A continuaci6n se pegaron en portalhminas de cristal y se metalizaron con carbono. Asi mismo,
se hizo una l h i n a del hueso trabajado siguidndose el mismo procedimiento. Para el andlisis se
emple6 una microsonda Camebax con dispersi6n de longitud de onda.
    Se hicieron dos andlisis de todas las zonas pulimentadas, asf como de las zonas no pulimenta-
das. Igualmente se analiz6 el hueso. Los resultados fueron idknticos en todas las piezas lavadas,
tanto en el pulimento como en el silex sin pulimento: Gnicamente silice y elementos tram como
alurninio, que fueron considerados ruido de fondo, y por tanto, no significativos. En la pieza no
lavada se encontr6 silice junto con pequefias cantidades de calcio y f6sforo. La l h i n a de hueso
dio tarnbidn f6sforo y calcio.

RESULTADOS EXPERIMENTALES DEL PROGRAMA DE U S 0
    Los andlisis sobre una colecci6n de 433 piezas experimentales (Gutierrez Sdez 1990) nos han
dado 10s siguientes resultados:
    En 10s datos generales no observamos variaciones acusadas que nos lleven a justificar una dife-
renciaci6n clara de las materias trabajadas por las huellas de uso, salvo rasgos muy generales del
pulimento o determinados tipos de estrias, para amplios grupos de materias.
    Por otra parte, despuk de un segundo andlisis de atributos del pulimento a lo largo de todas las
etapas del desarrollo, sigue quedando confusa la existencia de 10s pulimentos tipicos de cada mate-
ria trabajada. Si el pulimento es una huella progresiva, su cardcter tipico habrd que buscarlo entre
aquellos considerados m h desarrollados, independientemente de la proporci6n en que aparezcan.
    Hemos analizado 10s caracteres del pulimento en cada materia, s6lo en aquellos casos en que
se ha registrado el m&ximo desarrollo. El andisis de atributos del pulimento y 10s tipos de estrias
nos conduce sobre todo a una diferenciaci6n de caracteres comunes para grupos amplios de mate-
rias. Podriamos distinguir en sentido laxo tres de ellos:
    - Grupo vegetal: incluye a las plantas no lefiosas y la madera. Los pulimentos son muy com-
pactos, tienden a distinguirse nitidamente de la superficie a la que se superponen, tanto en su bri-
110, alto y lurninoso, como en su textura suave y curvada. Su rasgo distintivo es la presencia de
ondas, m h pronunciadas en la madera; entre ellos el vegetal es m b extensivo. Las estrias comu-
nes son de fondo rugoso, yen la plantas, de fondo rugoso colmatadas; en la madera estrias en cres-
tas paralelas, aunque con escasa frecuencia. Los pulimentos producidos por ambas materias son
visible macroscopicarnente cuando e s t h muy bien desarrollados, si bien en el caso de la madera
                                                                  -
el brill0 se cifie m h al filo mientras que el de vegetal no fibroso el conocido lustre de cereal- pene-
tra m h hacia el interior de la pieza.
    - Grupo de las materias 6seas: hueso, asta, diente, espina, marfil. El pulimento tiene dos
aspectos, suave y curvado o escamoso; el primer0 puede ser liso o estriado, per0 estas estrias pre-
sentan toda una gradacibn entre las de fondo rugoso, de mdrgenes agudos, y las de contornos
suaves que no llegan hasta la superficie silicea y toman la apariencia de ondas recortadas. El
segundo aspect0 es el de superposici6n en escamas o placas, menos homogdneo y rararnente
estriado. En ambos 10s contornos son netos frecuentemente, con o sin flecos que 10s prolon-
guen, y la masa del pulimento compacta. Sus caracterfsticas son 10s craquelados que fisuran la
superficie del pulimentos ddndole apariencia frkil. Las estrfas son de fondo rugoso, tip0 1.1.,
y en el asta abundan las aditivas de percusi6n,3.3.
    - Grupo de materias animales blandas: carne, piel, pescado, cuero, tend6n. Su apariencia mds
frecuente presenta brillo apagado y textura diluida que se va volviendo bpera y rugosa con el
desarrollo; de todas las materias, la piel, y en concreto la seca, es la que puede conseguir puli-
mentos mAs nitidos. Se distingue con m h dificultad de la superficie no pulimentada por su
cariicter poco compact0 y contorno impreciso. No tiene accidentes caracteristicos salvo la pre-
sencia de agujeros grandes, frente a 10s pequefios que son comunes en el resto de materias.
Las estrias de fondo rugoso comparten frecuencia con las estrechas de fondo liso, m h claras,
tip0 2.2.2., y en la pie1 con las aditivas. Con la presencia de abrasivos el pulimento se incre-
menta en espesor y extensibn, torndndose distinguible incluso a simple vista.
    Pulimentos semejantes a 10s de este grupo de materias animales blandas son 10s generados por
el trabajo de la tierra y de la pane interna del asta. El producido por la tierra es, en general, m&
brillante, per0 hay que aiiadir la identidad del grado de embotarniento, lo que puede llevar a pro-
blemas en la identificaciijn entre el trabajo de piel, de tierra y 10s fen6menos debidos a la sedi-
mentaci6n. El trabajo de la parte interna del asta presenta menos dificultades, ya que el pulimen-
to ofrece un caracter mixto entre este grupo y el anterior, y adem& la presencia de estrias deno-
minadas de "silex sobre silex" (Keeley 1980) y el grado de destruccibn del borde lo relacionan con
el grupo de materias beas.
    Restan algunas materias por incluir, la piedra y la concha. De la primera se han conseguido
pulimentos desarrollados en muy pocos casos, y estos dan caracteres poco comunes, per0 tienen,
en el caso de la caliza y la arenisca, una presencia alta de estrias de percusicin en cinta 2.2.3., y de
estrias de fondo rugoso. Finalmente el trabajo de la concha no ha proporcionado prdcticamente
pulirnento, y muy escasas estrias, todas 2.2.3.
    La distinci6n de materias especificas dentro de cada grupo no presenta las mismas posibi-
lidades. En el conjunto experimental se ha revelado m h factible entre 10s vegetales, madera y
plantas, y dentro de las materias animales en la piel, sobre todo la seca, respecto a la carne y el
tendbn, mds equivalentes. Los materiales beos producen pulimentos semejantes entre si, por
lo que no se prestan con facilidad a la diferenciaci6n. Los tipos de estrias pudieran ayudar a la
resoluci6n, per0 no siempre estafl presentes. Ahora es cuando el resto de las huellas, descon-
chados y embotamiento, tienen su papel fundamental, ya que son las que determinan el grado
de destrucci6n del borde y, por consiguiente, la respuesta de la materia prima respecto a la dure-
za de la materia trabajada. El andisis de estos factores, junto a1 desarrollo del pulimento son
10s linicos que pueden posibilitar un cdculo relativo de la duraci6n del trabajo.


LA IDENTIFICACION DE LA MATERIA TRABAJADADESDE EL PROCESO DE
FORMACION DEL PULIMENTO

    Sin entrar en la poldmica de la formaci6n del pulirnento por disoluci6n o no, nos gustaria hacer
algunas reflexiones en torno a este tema, necesitado de una base de investigacibn mucho m h arnplia
Tanto desde la idea de 10s pulimentos tipicos como de la de un solo pulimento en diferentes fases
(Levi-Sala 1988) o un continuum (Grace 1989), esta huella se plantea como un fenijmeno de for-
maci6n progresiva.
    El argument0 mds s6lido lo ha apoyado Levi-Sala produciendo pulimentos mediante un
torno mechico. De las conclusiones de su trabajo se desprende que existe un limite al desarro-
Ilo del pulimento y que, una vez alcanzado, ninguna condici6n afiadida puede incrementarlo.
El limite conseguido o pulimento 6ptimo toma la apariencia del lustre de cereal; las diferencias
se refieren a la extensi6n ocupada y al tiempo de formaciijn. Su conclusi6n general es que 10s
pulimentos tipicos, es decir, 10s diversos aspectos son estadios sucesivos de desarrollo.
Podriamos suponer entonces que 10s pulimentos tipicos abarcan sblo unos momentos precisos
del desarrollo general, alrededor de 10s cuales y cuanto mQ nos alejamos la identificacibn empie-
za a ser dificultosa bien por carencia de rasgos, en un desarrollo bajo, bien por adicibn de otros
propios de etapas m h avanzadas, en uno excesivo.
    Pero este proceso no significa necesariamente que las materias no puedan ser identificadas, por-
que dentro de un trabajo manual las posibilidades de incrementar el pulimento esdn limitadas;
para que cada materia supere un estadio caracteristico seria precis0 aumentar extremadamente el
contacto mediante la presibn ejercida ylo el tiempo de trabajo, y en ambos casos el propio borde
activo pone un limite fisico a este exceso, bien desconchindose o embothdose, en las dos cir-
cunstancias perdiendo eficacia.
    Surge el problema en el desarrollo hacia abajo. Si todas las materias pasan por un proceso idkn-
tic0 la diferenciacibn debiera quedar excluida, porque una etapa o aspecto puede ser tanto estadio
caracteristico de un grupo de materias como fase previa de otro grupo en trance de desarrollo. Pero
hay que tener en cuenta que no todas lassustancias parten con las mismas condiciones en el pro-
ceso, en a t e caso de friccibn y la velocidad de formaci6n del pulimento es sintomdtica de ello. El
que el proceso general de formacibn sea un continuum no equivale a que cada sustancia cumpla
todas sus etapas en idknticas circunstancias, al menos dentro de la misma materia prima.
    La causa fisica responsable de la formaci6n del pulimento es la friccibn debida al contacto, esto
est6 admitido tanto en la hipbtesis de la disolucibn como de la abrasi6n. La friccibn es un ataque
m e h i c o entre dos superficies, la de la materia prima y la de la materia trabajada; el resultado de
esa friccibn es la erosibn de ambas, el desbaste de una superficie de topografia desigual que pasa a
otra opticamente homogknea, de ahi el caracter de 10s atributos del lustre de cereal o pulimento
bptimo: compacto, suave curvado, homogt?neo, luminoso. Por otra parte que existe una pkrdida
de materia debida a la fricci6n es evidente por la presencia de embotamiento, huella esta presente
en un alto porcentaje de experimentos.
    El grado de la erosibn quedad determinado fomsamente por las caracteristicas fisicas de las dos
materias, la del borde aaivo y la sustanciatrabajada, asi como por la intensidad y continuidad del con-
tacto. E la conjunci6n de todos 10s elementos implicados la que regula el resultado, en este caso el
        s
estadio conseguido. Si el pulirnento desarrollado es el exponente de la erosibn por friccibn, tendremos
que recurrir a las materias irnplicadas para ver chales son 10s faaores responsables del fenbmeno.

   Las materias trabajadas

    Entre las materias trabajadas, las duras pueden permitir un grado de erosibn alto, y de hecho
tenemos buenos pulimentos producidos por madera, asta, hueso e incluso piedra. Pero el puli-
mento por excelencia lo genera una materia blanda, el vegetal no lefioso. Por otra parte, se@n 10s
atributos examinados 10s pulimentos de vegetal tienen caracteres comunes con 10s de madera, y
10s de hueso con 10s de asta; semejantes a estos dltimos son tambien 10s de espina y diente y se@n
                                                                                              ,
Plisson (1985), 10s de marfil.
    El otro grupo con caracteres comunes lo integran la piel, la carne, el tendbn, el pescado, la tie-
rra y las zonas internas del asta. Sus atributos se situan en el extremo opuesto del pulimento bpti-
mo: diluidos, mates, con aspecto rugoso y desigual. La mayor parte de estas materias que 10s gene-
ran son blandas, con la excepcibn del asta.
    Por homogeneidad de caraaeres iquk existe de comdn en cada grupo?.Entre la madera y el vege-
tal no precisamente la dureza, per0 ambos tienen un alto contenido en silice en sus estructuras fibro-
sas. En el segundo grupo no s610 la dureza, que es comparable, sino tarnbidn elementos como el
calcio y el fcisforo; en el tercero la presencia de grasa y, con excepcicin del asta, el tratarse de mate-
rias blandas. El trabajo de pie1 con abrasivos participaba de caracteres mixtos con el grupo vegetal
y el de materias anirnales blandas, en su composicicin se encuentran 10s dos elementos, sflice y grasa.
    iEstamos ante un proceso en el que la silice, como indican Anderson y Mansur, favorece la
disolucicin?,?la presencia de grasa la retrasa?. Hemos observado que 10s pulimentos de las mate-
rias ciseas no tienen un desarrollo inferior al de las vegetales, al menos al de la madera, frente a lo
indicado por Mansur (1983). i Que papel juega entonces el calcio?. No sabemos con exactitud si
existe una diiolucicin de la sflice del borde ayudada por otros elementos, per0 hay que reconside-
rar algunos aspectos puramente mechicos. Si tenemos en cuenta que las posibilidades de atacar
ffsicamente una superficie no son las mismas en cada mareria, podriamos explicar las diferencias
de aspectos del pulimento por las materias trabajadas mediante un proceso fisico.
    Debemos de suponer que la regulacicin de la erosicin durante la friccicin estA relacionada con
10s elementos que intervienen en ese proceso. La grasa puede actuar como lubricante retrasando
la erosicin, mientras que la sflice y el d c i o , ejercerian de abrasivos acelerhdola, y no necesaria-
mente con iddntico resultado ciptico. Una investigacibn puntual en torno a la composicibn de las
sustancias y su influencia en sus caracteristicas fisicas pudiera ayudarnos a determinar su compor-
tamiento en el proceso mechico de la friccicin.
    Respecto al estado en que se trabaja cada sustancia hemos comprobado que no siempre la pre-
sencia de humedad incrementa la formacibn del pulimento, como se ha venido sosteniendo desde
la hipbtesis de la disoluci6n. Buen ejemplo de ello son 10s casos del pino hdmedo y de la pie1 hiune-
da con un desarrollo m h ddbil que el de las mismas materias frescas o secas, y en el caso especfi-
co de la piel, en la s e a presenta m k intensidad que en el resto. La diferencia de humedad puede
provocar un cambio de textura de la superficie de la materia trabajada, como sugiere Yamada (en
prensa), per0 este cambio puede facilitar o no la friccicin y en b c i c i n de ella, la erosicin, se&n la
                                                                ,
resistencia al trabajo que encuentre el borde activo. En este aspecto el conocimiento detallado de
propiedades fisicas de las materias como la dureza y la elasticidad, ayudaria al menos a una expe-
rimentacicin controlada, al poder introducir subvariables mds precisas que el tip0 de mareria y el
estado, que son en exceso generales.
    Un aspecto que comlinmente no se tiene en cuenta, es el resultado en la propia materia traba-
jada, aunque Grace (1989) hace una llamada de atencibn a'la necesidad de ampliar la observacibn
a las huellas aparecidas en ella. Pero al menos microscbpicamente 10s efectos de la friccicin en la
propia mareria trabajada no han sido indagados debidamente. Las superficies del hueso, el asta y
la madera, en general de las materias duras, se tornan suaves y homogdneas a simple vista. Un exa-
men de 10s cambios microsccipicos efectuados en las propias materias pudiera ayudarnos a ampliar
el proceso.

   Las materias primas

    Las materias primas tambien tienen su papel en este proceso, y lo prueba el hecho de que en
las mismas condiciones de trabajo la respuesta dada por cada tip0 seleccionado de ellas es diferen-
te. Esto significa que la materia prima acelera o retrasa el proceso de formacicin de las huellas. Pero
queremos hacer hinapit!, sobre todo, en el hecho de que sobre algunas de las materias la forma-
citjn de pulimento por encima de un estadio de "brill0 indefinido" o pulimento indiferenciable es
poco probable, al menos manualmente, por lo que la no presencia de huellas, al menos de puli-
mento, no equivale siempre a ausencia de trabajo, aspecto este que hay que tener en cuenta en el
andisis de las colecciones arqueol6gicas.
    El problema de la identificaci6n del pulimento debe de ser examinado, por consiguiente, desde
la respuesta de la materia prima, y no hicamente desde las caracteristicas de la materia trabajada.
Para nuestro programa experimental recogimos silex de diferentes afloramientos de la Cornisa
Candbrica y de la Submeseta Norte, que heron clasificados en 10 tipos. De cada uno de ellos se
hicieron andisis petrogr&cos de l h i n a delgada y quimicos de roca total. Los resultados mostra-
ron que 10s tipos seleccionados se agrupan en conjuntos de composici6n y estructura semejante
s e g h su procedencia, per0 el andisis de datos del programa experimental evidencia que la pre-
sencia de las huellas es discriminatoria dentro cada uno de ellos. No hemos encontrado ninguna
relaci6n entre las huellas de uso obsemadas y 10s diversos tipos de silex sobre 10s que se asientan.
Ni el contenido en silice, que oscilaba entre el 90 y el 95% de Si02 en el conjunto de la muestra,
u otros elementos ni las estructuras internas ni el tamafio del mosaic0 explicaban por qud las dife-
rentes huellas se manifiestan con intensidad variable en cada materia prima.
    Creimos que la respuesta deberia buscarse, entonces, en las caracteristicas puramente fisicas;
aspectos como la textura y la microtopografla de la superficie silicea, y la dureza y resistencia de cada
tip0 de roca ante un promo de fricci6n podrian arrojar alguna luz sobre este problerna, m k alld de
una relaci6n directa, y no siempre cierta, entre textura fina y mayor desarrollo del pulimento. Con
este objetivo realizamos un andisis posterior de las superficies especificas sobre las mismas mues-
tras. Este andisis expresa la cantidad total de superficie expuesta al exterior, es decir, una superficie
especffica alta indica una topografla muy desigual, mientras que una baja es propia de un relieve
m h plano y regular. Los resultados, aunque prelirninares por la exiguidad de la muestra, son alen-
tadores: en general, 10s tipos de silex que suelen presentar escaso desarrollo del pulimento ofrecen
una superficie especifica alta, mientras que aquellos en 10s que se deteaa un pulimento m h abun-
dante han dado como resultado una superficie especifica baja (Gutierrez; Fort y Bustillo 1991).


CONCLUSION

    No pretendemos explicar un proceso de por si complejo y necesitado de m k investigacibn,
puesto que, en la actualidad, se carece de una base amplia de conocimientos, per0 meemos impor-
tante llamar la atenci6n hacia otras evidencias. Se ha pretendido identificar la sustancia trabajada
a trav& del pulimento dejado en el material Iitico, per0 estableciendo relaciones, en exceso, gene-
rales entre tip0 de pulimento / tip0 y estado de materia trabajada, obviando ademk la respuesta
de la materia prima, con lo que percibimos intuitivamente las diferencias per0 no conocemos las
causas. Debemos volver hacia la comprensi6n del promo, per0 ello no serd posible acudiendo h i -
camente a uno s610 de 10s elementos que lo integran, y mdxime con un conocimiento intuitivo de
dl, sino atendiendo a todo el conjunto implicado.
    Si el pulimento es un fendmeno de desarrollo progresivo originado por la erosibn de dos mate-
rias mediante la fricci6n, cada etapa o aspecto 6ptico o pulimento tipico quedard determinado por
las caracteristicas fisicas de las dos materias en contacto, la prima y la trabajada, por la forma de
aplicaci6n de la h e m , por la duraci6n del trabajo y por las diierentes combinaciones de contac-
to y presidn, las denominadas gendrica y puntual por Grace (1989). Podemos deducir de esto que
10s pulimentos son el resultado de una combinaci6n compleja de factores, y que el cardcter de tipi-
co debe de ser encuadrado atendiendo a las variaciones introducidas en este conjunto.
BIBLIOGRAFIA

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1802

  • 1. NOTAS EN TORNO A L IDENTIFICACION EN LAS HUELLAS DE A USO: LA CUFSTION DEL PULIMENTO * La traceologia o estudio de las huellas de uso sobre material litico, ha creado nuevas expeaativas en la reconstruccihn funcional prehisthrica. Pretendemos aquf la d u a c i 6 n de una de las principales huellas -el puliiento-, con el fin de centrar un debate cada vez m h controvenido entre 10s especialistas. s m ay u mr The micro-wear analysis on lithic raw material has originated news expectations over the prehistoric functional reconstruction. In this paper we try to evaluate the polish, one of the first micro-wear. Our aim is to centre a discussion every day more disputed among the specialist. Desde la publicaci6n en occidente en 1964 del libro de Semenov 10s estudios de huellas de uso sobre material litico o traceologia han recorrido un largo camino de controversias en torno a las posibilidades de reconstrucci6n de la cinemdtica del dtil y la materia trabajada. Una de las primeras y m b enconadas entre 10s trace6logos occidentales se ha centrado en la cuesti6n de 10s medios de observaciiin: lupa binocular, que permite la observacicin de desconchados y embota- miento del borde (R. Tringham et alii 1974, Odell 1975, 1983), frente a microscopio petro- grdfico y microscopio electr6nico de barrido, que amplian el registro de huellas a pulimento, estrias y residuos de la materia trabajada (Keeley 1980, Anderson 1981, Mansur 1983, Vaughan 1985, Plisson 1985). * Queremos agradecer a Manuel Hoyos G6mez las innurnerables discusiones mantenidas en torno al problema del pdimento, autkntico campo de batalla de la traceologia actual. A trav6 de ellas se han ido generando algunas de las obsewaciones expuestas en ate rrabajo.
  • 2. Ha quedado ampliamente demostrado por 10s seguidores de 10s altos aumentos que el diag- nbstico funcional basado dnicamente en 10s desconchados y el embotamiento carece de fiabilidad, dada la cantidad de variables que influyen en la formacicin de 10s desconchados y la gran conver- gencia de formas entre tipos de origen diitinto. A r&z de este debate la mayor parte de la traceo- logia ha seguido el denominado "mdtodo Keeley" (Keeley 1978, 1980). Este autor considera que en la interpretacicin funcional deben de tenerse en cuenta todas las huellas observadas, aunque des- taca la importancia del pulimento. El pulimento es una alteracicin de la microtopografia del silex provocada por el uso. Para Keeley (1980) su apariencia es distinta a la de una ruptura fresca de sflex y estd directamente relacionada con el tipo de materia trabajada. Este autor lo define mis especificamente como "aspecto de la superficie del borde utilizado que refleja la luz de forma diferente a la de las zonas no utilizadas del silex", y describe sus caracteristicas en funcicin de las siguientes cualidades: cantidad de luz reflejada, aspecto o textura de la superficie y presencia o ausencia de ciertos rasgos topogrificos o accidentes. Su aspecto m& conocido es el denominado lustre de cereal, que es un pulimento vegetal muy desarrollado. Es, asimismo, una alteracion real y permanen- te de la microtopograffa del silex, puesto que permaneci6 inalterable despuds de tratamientos con productos que abarcaban toda la gradacicin del pH (Keeley 1980), y s61o fue eliminado con bafios de icido fluoridrico. Para Plisson (1985: 14), las definiciones dadas hasta el momento son "imprecisas", porque se refieren al tiempo a una superficie, al aspecto de esa misma superficie (Keeley 1980) y a una estruc- tura (Mansur 1983); "limitadas", porque se refieren al pulimento sobre sflex, cuando tarnbidn exis- ten sobre otros materiales; "discutibles semhticamente", ya que una superficie no puede ser eli- minada, e "inexactas" desde el punto de vista de la quimica, dado que toda materia es alterable. El test-ciego de Newcomer y Keeley (1979) form6 un juicio favorable a 10s puliientos como huella diagncistica; su estudio ha sido seguido por la mayor parte de 10s tracecilogos de altos aurnen- tos, que en la primera mitad de la ddcada de 10s afios 80 han confirmado con sus investigaciones 10s resultados del trabajo de Keeley respecto a 10s tipos de pulimento y la identidad con la mate- ria trabajada que lo genera. EL ORIGEN DEL PULIMENTO Posteriormente a la tesis de Keeley, las de l? Anderson (1981) y E. Mansur (1983) siguiendo su mdtodo, investigaron en torno al proceso de formacicin del pulimento. La hipcitesis m& acep- tada hasta el momento habia sido la que atribuye la formacicin a un proceso mednico, la abra- sicin, que provoca la pdrdida de material y el suavizamiento de la superficie trabajada por la pre- sencia de agentes abrasivos como arena, polvo, esquirlas y la propia sflice contenida en las mate- rias vegetales; esta hipcitesis esti apoyada por Crabtree (1974), Dauvois (1977), Diamond (1979), Kamminga (1979), Masson (1981, 1982; Masson et alii 1981) y Yamada (en prensa). Del Bene (1979) y Holley y Del Bene (198 1) sugieren, a su vez, dos explicaciones para la for- macicin del pulimento. Una por deposicicin de silicatos opalinos y otros materiales, mediante enla- ce eldctrico, quimico o por tensicin superficial; la segunda por abrasi6n. Asi, algunos de 10s puli- mentos, como 10s de plantas, son debidos a deposicicin, y otros a abrasi6n. W t t h o f t (1967) habfa explicado la formacicin del lustre de cereal por un proceso de bicin, en el que el calor engendrado por el trabajo funde la sflice del borde activo y la contenida en las estructuras vegetales. Esta silice redepositada, al solidificarse, forma el lustre de cereal.
  • 3. Para Anderson (1981: 101) el calor generado durante el uso no seria suficiente para provocar la fusi6n de la sflice, ni explica las diferencias de 10s pulimentos s610 por el calor, per0 apoyhdo- se en esta hipbtesis y reelabordndola concluye que la formaci6n del pulimento se debe a un pro- ceso de disoluci6n. En 8 una temperatura y presi6n elevadas, una friccibn alta y las condiciones de un pH extremo (alrededor de 9), durante el uso, facilitarian la disoluci6n de la sflice del borde activo en forma de gel. A la formaci6n del gel ayudaria tambien la sflice de las plantas, aportada de tres maneras: en cuerpos s6lidos (10s fitolitos), en gel procedente de estos cuerpos s6lidos y en .soluci&ncoloidal. Este gel, al solidificarse posteriormente, seria el pulimento. La hipbtesis de la disolucibn, iniciada por Anderson, ha sido seguida por Mansur (1980; 1983), quien la completa ademhs con la investigaci6n de la formaci6n de las estrias s e g h el estado de gel de la superficie silicea. Tanto para Anderson como para Mansur la abrasibn debiera de provocar arafiazos en la superfi- cie del sflex, que no se observan en el migroscopio electr6nico de barrido (MEB) a altos aurnentos, n explica por qu6 un proceso mednico produce pulirnentos diferenciables se&n la sustancia traba- i jada. Por el contrario, en el MEB, el pulimento aparece como una colada depositada sobre el borde activo, cuyo espesor disrninuye q$n se aleja del borde y ofi-ece un aspecto liso y disuelto. Adem&, embebidos en el pulimento se han identif~cado flores de silice y residuos de la materia trabajada El proceso de disoIuci6n de la silice del borde trabajado supone la formaci6n de un gel de sfli- ce que se solidifica en forma de sflice amorfa, el pulimento. El aspecto vidrioso de la superficie de 10s pulimentos, en el MEB, es tipico de esta silice amorfa (Anderson 1981: 100). La formaci6n del gel de sflice se debe a la amorfizacibn de la superficie criptocristalina provocada por el uso. Este es, para ambas autoras, el h i c o mecanismo de formacibn para todos 10s pulimentos, que explica no s6Io su diferenciacibn, sino tarnbidn la presencia de las flores de sfice, de 10s residuos de la mate- ria trabajada y de la diierencia de la morfologia de las estrias. Ciertos cationes (Fe+ 3) favorecen la disoluci6n de la sflice, mientras que otros la frenan (A1 +3 y Ca +2), lo que explicaria el mayor desarmllo del pulimento de origen vegetal sobre el de origen animal, principalmente hueso y asta (Mansur 198la, 1983). La hip6tesis de la disoluci6n, como dnica explicaci6n de la formacidn del pulimento, ha sido rechazada desde su origen por A.. Masson (1981, 1982; Masson et alii 1981). Para esta autora, el proceso de disoluci6n no estd documentado, puesto que mediante andisis de difracci6n de rayos X no parecen observarse ni la capa de silice disuelta ni 10s fitolitos sefialados por Anderson. Por otra parte, en la observaci6n de piezas con lustre de Mureybet, no ha encontrado restos de sflice amorfa, y lo achaca a la propia inestabilidad de este elemento, que impedirfa su conservacidn. En conclusibn, parece probable que exista una pequefia disoluci6n de la superficie debida a la abra- sidn, per0 que no explicaria toda la hip6tesis anterior. Respecto a la presencia de inclusiones en el pulimento, Qtas pudieran ser debidas al propio silex, ya que estructuras interpretadas como huellas de uso pueden tener un origen geol6gico. Estas con- clusiones han sido apoyadas por diferentes autores como Meeks et alii (1982) y Yamada (en pren- sa), que en un amplio programa experimental sobre este tema tampoco aprecian el aspeao aditivo de la capa de p d i e n t o ni la superficie vidriosa que delataria la presencia de sflice amorfa. Ipalmente, Unger-Hamilton (1984) ha observado en el MEB la presencia de residuos simiiares a 10s fitolitos vegedes publicados por Anderson sobre superficies frescas de silex recikn tallado y sin usar. Las flores de silice, asi rnismo, son indicio de un fen6meno de recristalizacidn y se las ha encon- trado s610 sobre pulirnentos espesos, lo que conduce a Mansur a apoyar la teoria de la disoluci6n; per0 su origen puede deberse al propio proceso de formaci6n del silex, en el que la calcedonita
  • 4. cristaliza en poros donde existen yesos. Una observacicin m h extensa podrfa determinar si su exis- tencia est4 Gnicarnente relacionada con pulimentos bien desarrollados. IDENTIDAD DEL PULIMENTO Y LA MATERIA TRABAJADA Ligado al problema del origen del pulimento, falto de investigacionesm h concluyentes, se sinia la cuesticin central de la identificacicinde la materia trabajada, que s61o podr4 ser enfocada correc- tamente por el conocimiento profundo de este fencimeno. Para Keeley hay una relacicin directa entre cada tip0 de pulimento y la materia trabajada que lo produce, llegando incluso a ser tajante en esta cuesticin al proponer la conveniencia de hablar de tipos especificos, como pulimento de madera, pulimento de hueso...(1980: 22-23). Unicamente reconoce que su apariencia cambia s e e la granulometria de la materia prima, porque 10s silex de grano fino ofrecen una superficie m h reflectante, que puede afectar a la observacicin. Las primeras dudas sobre esta relacicin directa heron planteadas por Kajiwara y Akoshima (1981) y Serizawa, Kajiwara y Akoshima (1982). En sus andisis de 10s tipos de pulimento encuentran que la relacicin establecida por Keeley no es directa y Gnica, a pesar de afirmar que para cada tipo s hay f relaciones significativas con materiales trabajados especificos. Publican entonces dos listas sucesivas donde relacionan de manera diferente 10s tipos definidos de pulimento con las materias trabajadas. Esta discrepancia fue destacada por I? Vaughan (1981) y Mansur (1983: 97 y 137) y explica- da por el proceso de formacicin del pulimento en varias fases. S e e la hipcitesis de ambos auto- res, 10s pulimentos pasan por varios estadios de formacicin hasta alcanzar 10s rasgos caracteristicos que 10s definen. "Grosso modd', han fijado tres estadios que denominan indiferenciado (se distin- gue por una mayor regularidad en la superficie del silex), medio o "smooth pitted polish" (donde se inicia la forrnacicin de rasgos caracteristicos) y bien desarrollado (en que cada pulimento es tipi- co de cada clase de material trabajado). El tiempo de formacicin es diferente para cada materia tra- bajada, e incluso hay alguna, como la carne, que no suele sobrepasar el estadio inicial. Ademds, en un mismo borde puede encontrarse pulimento en diferentes fases de dmarrollo. Las matizaciones acerca del desarrollo progresivo explicaron de momento el problema en torno a la identidad pulimento/materia trabajada, ya que 10s tipos que 10s autores japoneses ponen de manifiesto no serian pulimentos tfpicos, sin0 en diferentes fases de desarrollo. Igualmente Keeley (1980) habia comentado que 10s pulimentos producidos por algunas materias pueden prestarse a confusicin cuando no se trata de casos tipicos. La hipcitesis de la disolucicin parece haber asumido la dependencia de 10s tipos de pulimento respecto de las materias trabajadas, puesto que uno de 10s argurnentos en contra de la abrasicin era la imposibiliad de que un proceso m e h i c o produjese la diferenciacicin de pulimentos s e e las sustancias trabajadas, per0 la propia Mansur (1983: 223) reconoce que la correlacicin es afin estric- tamente empirica. Si el pulimento es un fencimeno progresivo en el que algunas materias apenas superan la fase inicial, el tema de la identidad nos lleva a la siguiente cuesticin: jexisten pulimentos tipicos de mate- rias trabajadas y por tanto, una vez que alcanzan estos rasgos no progresan & o se trata de un , mismo pulimento en diferentes fases de desarrollo?. La opinicin de 10s analistas es arnbivalente. Por una parte se siguen interpretando huellas de uso, y por tanto pulimentos, sobre material arqueolcigico, per0 cada vez son mlis frecuentes las Ila- madas de atencibn acerca de la dificultad de distincicin entre 10s pulimentos. Aunque con algunos antecedentes, Dumont (1982), Gysels y Cahen (1982) y 10s autores japoneses, el punto de infle-
  • 5. xi6n en la confianza de esta huella lo marca la publicaci6n del segundo test-ciego de Newcomer (Newcomer et alii 1986) y a partir de este momento, 10s trabajos del Instituto de Arqueologia de , Londres. Entre ellos, Levi-Sala (1988: 83), resume muy acertadamente el nuevo enfoque del pro- blema al anotar que existe una coincidencia entre pulimentos de diversas materias y que, a su vez, la misma materia puede producir varios tipos de pulirnento. La misma Levi-Sala, experimentando con pasta de diamante a torno, produce lustre de cereal, semejante al originado por cereal autdntico. De sus investigaciones, destaca una serie de widen- cias. Primeramente no encuentra diferencias entre 10s pulimentos variando la presi6n del trabajo. Pero la principal es que una vez que el pulimento estd completamente insertado en la microtopo- graffa y ha adquirido lustre macrosc6pic0, no se incrementa la cantidad del pulimento aumen- tando la duraci6n del trabajo. De su trabajo destaca otro hecho: el lustre de cereal fue conseguido por pasta de diamante, carbbn puro, sin entrar en contacto con fuentes externas de silice, con lo que amplia las causas de formacidn del pulimento, sin argurnentar en contra del proceso de diso- lucibn. Conjugando estos materiales con agua, petr6le0, polvos de talco y tejido de gamuza, con- cluye que no existen 10s pulirnentos producidos por un propio material, y las variadas apariencias observadas o pulimentos tipicos se deben a 10s diferentes estadios en la formaci6n del pulimento sobre la microtopografia y a una diversa distribuci6n sobre 10s bordes. La formacibn de esta hue- Ilas, se& sus experimentos, parece, entonces, un Gnico proceso progresivo (Levi-Sala 1988). Con una postura semejante Grace toma el proceso de formaci6n del pulimento como un "con- tinuum" en el que "10s pulimentos se solapan en su aspecto m& de lo esperado" (1989: 58-59). Como ejemplo cita el conocido pulido de extensibn reticular (enlazado), tipico de la madera: este aspecto se alcanza en la madera a 10s 20 6 30 minutos de trabajo, per0 en el asta a 10s 5 6 10 minu- tos, lo que lleva a su contlsi6n. Para Dumont (1982: 210), la variabilidad del pulimento es jerhquica, y las diferentes micro- topograffas poseen similaridad interna y diversidad en sus apariencias. Pero es la esala de la jerarqufa?. Gysels y Cahen (1982: 222) inician un intento de diferenciaci6n segGn las materias tra- bajadas, entre las que producen pulimento ddbil y un fuerte redondeamiento del borde, y las que originan poco embotamiento y un pulimento en capa. Ahora bien, existen todos 10s grados inter- medios entre ambos tipos, y tomando el redondeamiento s610 desde el punto de vista macroscb pico, ya que a travks del microscopio metalogdico 10s pulimentos espesos, o en capa, muy a menu- do cubren el filo dAndole una apariencia curvada. L interpretacidn de la acci6n a partir del pulimento apenas ha sido mencionada porque tradi- a cionalmente el p d i e n t o ha sido enfocado hacia la materia trabajada. Sin embargo, todos 10s ma- listas citados aluden a su situaci6n en las caras de cada pieza como rasgo indicativo de la accibn, suponiendo su equivalencia en las acciones longitudinales de h g d o de trabajo alto y diferente exten- si6n en las transversales de Angulo de trabajo bajo, con mayor desarrollo en la cara en contacto con la sustancia trabajada y tambidn, como con las estrias, en la direccibn de 10s rasgos lineares. COMPOSICION DEL PULIMENTO La observaci6n microsc6pica de 10s pulimentos ha llevado a la constatacibn de una extrerna variabilidad respecto a las materias trabajadas. Pero esta observacibn hicamente es posible con el microscopio metalogrdfico, ya que todos 10s autores seiialan que en el MEB 10s diierentes puli- mentos ofiecen una apariencia similar (Keeley 1980; Anderson 1981; Mansur 1983).
  • 6. Varias determinaciones quimicas de la composici6n de 10s pulimentos se han llevado a cab0 tambiCn mediante andisis con microsonda elear6nica (Mansur 1983; Anderson 1981)y con EDS (Van Gijn 1984185186; D'Errico 1987). Los resultados han sido diversos. Mansur no ha encontrado m k composici6n que silice, per0 no especifica las condiciones del andisis; Anderson dude a la presencia de calcio, per0 parece refe- rise m k a residuos que al pulimento en si, y tampoco ofrece detalles del material; D'Errico detec- ta sobre la zona usada de un buril, silice, nfquel, hierro, cobre, aluminio y f6sforo. Van Gijn (1984185186: 15- 19) encuentra calcio, f6sforo y carbono en piezas experimentales utilizadas para trabajar pescado fresco, per0 especifica que de 10s tres tipos de pulimento de pescado observados, dos de ellos desaparecen despuds de un tratamiento de ClH; concluye que la distinci6n entre puli- mento y residuos es compleja, proponiendo llamar pulimento a aquello que observamos despuds de una limpieza con agua y jab6n (con pH 7) a pesar de que sea eliminado m k tarde con C1H. Con el mismo propbito, encontrar una relaci6n mQ estrecha entre la materia trabajada y el pulimento generado, hemos llevado a acabo un pequefio programa experimental con 11 piezas de silex, talladas para este caso de dos n6dulos del afloramiento de Kurtzia (Vizcaya). Las materias trabajadas heron: pie1 fresca de liebre, pane interna (Ll); vegetales no lefiosos - gramineas salvajes- (Ll); madera fresca de sicomoro con corteza (Ll, L2); piedra caliza (Ll, L2); asta seca de ciervo (Ll, L2); hueso fresco de vaca (Ll, L2, L3). Se opt6 por no llevar ninguna a d - vidad de uso especifica en lo referente al movimiento y producir pulimentos por el frotamiento continuado de las materias trabajadas sobre la superficie del silex. De Csta se trabaj6 preferente- mente en las zonas de las caras ventrales, con el objeto de presentar una superficie pulimentada lo m k lisa posible en el andisis de microsonda. El hecho de utilizar la superficie ventral interna en vez de 10s bordes de la pieza, h e para evitar la formaci6n de desconchados que saltasen durante el trabajo, llevhdose pane del pulimento con ellos. Las piezas se trabajaron durante 3 horas y las materias heron lavadas con agua y detergente amoniacal o agua y Teepol en cubeta ultras6nica en varias ocasiones a lo largo del trabajo para poder seguir este proceso de desarrollo a travds del micros- copio petrogrhfico. Se probaron tres procedimientos diferentes de limpieza con el objeto de evitas posibles errores de interpretaci6n. J o tratamiento herte (6 piezas) con detergente arnoniacal al25%, ClH a I 1 10% durante 30 minutos y JCOH al10% durante 30 minutos. U ,m k suave (4 piezas), con deter- gente neutro (Teepol), H 2 0 2 de 110 vol. durante 3 horas y kido acCtico - (CH3C0)20- al50% con 1 hora de inmersi6n. B (1 pieza) corresponde a una pieza que trabaj6 hueso y no h e trata- da de ninguna forma, ni siquiera lavada con agua. No se encontraron diferencias s e e n el tratamiento, con una excepcidn. A simple vista las pie- zas lavadas con Teepol tenian un aspect0 general grasiento y de ellas la pieza que habia trabajado hueso en la zona usada ofrecia un brillo macrosc6pico pastoso, diferente al del lustre de cereal. En el microscopio este pulimento se semejaba a una pasta pegada. En toda la colecci6n experimental s610 tenemos una pieza con estas caracteristicas, se tram de un silex del mismo afloramiento de Kurtzia que ha serrado asta remojada una hora. Lavadas las piezas, heron observadas con el microscopio petrogrAfico para registrar 10s datos del pulimento s e e n la ficha habitual. Se tomaron fotograffas antes y despuCs del lavado con 4ci- dos, no aprecihdose ninguna diferencia 6ptica, except0 en el caso del trabajo de la caliza, en el que el supuesto pulimento se redujo casi en su totalidad. Posteriormente las piezas heron recor- tadas y se rebaj6 la cara opuesta a la pulimentada dejando l h i n a s tan delgadas como h e posible. A continuaci6n se pegaron en portalhminas de cristal y se metalizaron con carbono. Asi mismo,
  • 7. se hizo una l h i n a del hueso trabajado siguidndose el mismo procedimiento. Para el andlisis se emple6 una microsonda Camebax con dispersi6n de longitud de onda. Se hicieron dos andlisis de todas las zonas pulimentadas, asf como de las zonas no pulimenta- das. Igualmente se analiz6 el hueso. Los resultados fueron idknticos en todas las piezas lavadas, tanto en el pulimento como en el silex sin pulimento: Gnicamente silice y elementos tram como alurninio, que fueron considerados ruido de fondo, y por tanto, no significativos. En la pieza no lavada se encontr6 silice junto con pequefias cantidades de calcio y f6sforo. La l h i n a de hueso dio tarnbidn f6sforo y calcio. RESULTADOS EXPERIMENTALES DEL PROGRAMA DE U S 0 Los andlisis sobre una colecci6n de 433 piezas experimentales (Gutierrez Sdez 1990) nos han dado 10s siguientes resultados: En 10s datos generales no observamos variaciones acusadas que nos lleven a justificar una dife- renciaci6n clara de las materias trabajadas por las huellas de uso, salvo rasgos muy generales del pulimento o determinados tipos de estrias, para amplios grupos de materias. Por otra parte, despuk de un segundo andlisis de atributos del pulimento a lo largo de todas las etapas del desarrollo, sigue quedando confusa la existencia de 10s pulimentos tipicos de cada mate- ria trabajada. Si el pulimento es una huella progresiva, su cardcter tipico habrd que buscarlo entre aquellos considerados m h desarrollados, independientemente de la proporci6n en que aparezcan. Hemos analizado 10s caracteres del pulimento en cada materia, s6lo en aquellos casos en que se ha registrado el m&ximo desarrollo. El andisis de atributos del pulimento y 10s tipos de estrias nos conduce sobre todo a una diferenciaci6n de caracteres comunes para grupos amplios de mate- rias. Podriamos distinguir en sentido laxo tres de ellos: - Grupo vegetal: incluye a las plantas no lefiosas y la madera. Los pulimentos son muy com- pactos, tienden a distinguirse nitidamente de la superficie a la que se superponen, tanto en su bri- 110, alto y lurninoso, como en su textura suave y curvada. Su rasgo distintivo es la presencia de ondas, m h pronunciadas en la madera; entre ellos el vegetal es m b extensivo. Las estrias comu- nes son de fondo rugoso, yen la plantas, de fondo rugoso colmatadas; en la madera estrias en cres- tas paralelas, aunque con escasa frecuencia. Los pulimentos producidos por ambas materias son visible macroscopicarnente cuando e s t h muy bien desarrollados, si bien en el caso de la madera - el brill0 se cifie m h al filo mientras que el de vegetal no fibroso el conocido lustre de cereal- pene- tra m h hacia el interior de la pieza. - Grupo de las materias 6seas: hueso, asta, diente, espina, marfil. El pulimento tiene dos aspectos, suave y curvado o escamoso; el primer0 puede ser liso o estriado, per0 estas estrias pre- sentan toda una gradacibn entre las de fondo rugoso, de mdrgenes agudos, y las de contornos suaves que no llegan hasta la superficie silicea y toman la apariencia de ondas recortadas. El segundo aspect0 es el de superposici6n en escamas o placas, menos homogdneo y rararnente estriado. En ambos 10s contornos son netos frecuentemente, con o sin flecos que 10s prolon- guen, y la masa del pulimento compacta. Sus caracterfsticas son 10s craquelados que fisuran la superficie del pulimentos ddndole apariencia frkil. Las estrfas son de fondo rugoso, tip0 1.1., y en el asta abundan las aditivas de percusi6n,3.3. - Grupo de materias animales blandas: carne, piel, pescado, cuero, tend6n. Su apariencia mds frecuente presenta brillo apagado y textura diluida que se va volviendo bpera y rugosa con el desarrollo; de todas las materias, la piel, y en concreto la seca, es la que puede conseguir puli-
  • 8. mentos mAs nitidos. Se distingue con m h dificultad de la superficie no pulimentada por su cariicter poco compact0 y contorno impreciso. No tiene accidentes caracteristicos salvo la pre- sencia de agujeros grandes, frente a 10s pequefios que son comunes en el resto de materias. Las estrias de fondo rugoso comparten frecuencia con las estrechas de fondo liso, m h claras, tip0 2.2.2., y en la pie1 con las aditivas. Con la presencia de abrasivos el pulimento se incre- menta en espesor y extensibn, torndndose distinguible incluso a simple vista. Pulimentos semejantes a 10s de este grupo de materias animales blandas son 10s generados por el trabajo de la tierra y de la pane interna del asta. El producido por la tierra es, en general, m& brillante, per0 hay que aiiadir la identidad del grado de embotarniento, lo que puede llevar a pro- blemas en la identificaciijn entre el trabajo de piel, de tierra y 10s fen6menos debidos a la sedi- mentaci6n. El trabajo de la parte interna del asta presenta menos dificultades, ya que el pulimen- to ofrece un caracter mixto entre este grupo y el anterior, y adem& la presencia de estrias deno- minadas de "silex sobre silex" (Keeley 1980) y el grado de destruccibn del borde lo relacionan con el grupo de materias beas. Restan algunas materias por incluir, la piedra y la concha. De la primera se han conseguido pulimentos desarrollados en muy pocos casos, y estos dan caracteres poco comunes, per0 tienen, en el caso de la caliza y la arenisca, una presencia alta de estrias de percusicin en cinta 2.2.3., y de estrias de fondo rugoso. Finalmente el trabajo de la concha no ha proporcionado prdcticamente pulirnento, y muy escasas estrias, todas 2.2.3. La distinci6n de materias especificas dentro de cada grupo no presenta las mismas posibi- lidades. En el conjunto experimental se ha revelado m h factible entre 10s vegetales, madera y plantas, y dentro de las materias animales en la piel, sobre todo la seca, respecto a la carne y el tendbn, mds equivalentes. Los materiales beos producen pulimentos semejantes entre si, por lo que no se prestan con facilidad a la diferenciaci6n. Los tipos de estrias pudieran ayudar a la resoluci6n, per0 no siempre estafl presentes. Ahora es cuando el resto de las huellas, descon- chados y embotamiento, tienen su papel fundamental, ya que son las que determinan el grado de destrucci6n del borde y, por consiguiente, la respuesta de la materia prima respecto a la dure- za de la materia trabajada. El andisis de estos factores, junto a1 desarrollo del pulimento son 10s linicos que pueden posibilitar un cdculo relativo de la duraci6n del trabajo. LA IDENTIFICACION DE LA MATERIA TRABAJADADESDE EL PROCESO DE FORMACION DEL PULIMENTO Sin entrar en la poldmica de la formaci6n del pulirnento por disoluci6n o no, nos gustaria hacer algunas reflexiones en torno a este tema, necesitado de una base de investigacibn mucho m h arnplia Tanto desde la idea de 10s pulimentos tipicos como de la de un solo pulimento en diferentes fases (Levi-Sala 1988) o un continuum (Grace 1989), esta huella se plantea como un fenijmeno de for- maci6n progresiva. El argument0 mds s6lido lo ha apoyado Levi-Sala produciendo pulimentos mediante un torno mechico. De las conclusiones de su trabajo se desprende que existe un limite al desarro- Ilo del pulimento y que, una vez alcanzado, ninguna condici6n afiadida puede incrementarlo. El limite conseguido o pulimento 6ptimo toma la apariencia del lustre de cereal; las diferencias se refieren a la extensi6n ocupada y al tiempo de formaciijn. Su conclusi6n general es que 10s pulimentos tipicos, es decir, 10s diversos aspectos son estadios sucesivos de desarrollo.
  • 9. Podriamos suponer entonces que 10s pulimentos tipicos abarcan sblo unos momentos precisos del desarrollo general, alrededor de 10s cuales y cuanto mQ nos alejamos la identificacibn empie- za a ser dificultosa bien por carencia de rasgos, en un desarrollo bajo, bien por adicibn de otros propios de etapas m h avanzadas, en uno excesivo. Pero este proceso no significa necesariamente que las materias no puedan ser identificadas, por- que dentro de un trabajo manual las posibilidades de incrementar el pulimento esdn limitadas; para que cada materia supere un estadio caracteristico seria precis0 aumentar extremadamente el contacto mediante la presibn ejercida ylo el tiempo de trabajo, y en ambos casos el propio borde activo pone un limite fisico a este exceso, bien desconchindose o embothdose, en las dos cir- cunstancias perdiendo eficacia. Surge el problema en el desarrollo hacia abajo. Si todas las materias pasan por un proceso idkn- tic0 la diferenciacibn debiera quedar excluida, porque una etapa o aspecto puede ser tanto estadio caracteristico de un grupo de materias como fase previa de otro grupo en trance de desarrollo. Pero hay que tener en cuenta que no todas lassustancias parten con las mismas condiciones en el pro- ceso, en a t e caso de friccibn y la velocidad de formaci6n del pulimento es sintomdtica de ello. El que el proceso general de formacibn sea un continuum no equivale a que cada sustancia cumpla todas sus etapas en idknticas circunstancias, al menos dentro de la misma materia prima. La causa fisica responsable de la formaci6n del pulimento es la friccibn debida al contacto, esto est6 admitido tanto en la hipbtesis de la disolucibn como de la abrasi6n. La friccibn es un ataque m e h i c o entre dos superficies, la de la materia prima y la de la materia trabajada; el resultado de esa friccibn es la erosibn de ambas, el desbaste de una superficie de topografia desigual que pasa a otra opticamente homogknea, de ahi el caracter de 10s atributos del lustre de cereal o pulimento bptimo: compacto, suave curvado, homogt?neo, luminoso. Por otra parte que existe una pkrdida de materia debida a la fricci6n es evidente por la presencia de embotamiento, huella esta presente en un alto porcentaje de experimentos. El grado de la erosibn quedad determinado fomsamente por las caracteristicas fisicas de las dos materias, la del borde aaivo y la sustanciatrabajada, asi como por la intensidad y continuidad del con- tacto. E la conjunci6n de todos 10s elementos implicados la que regula el resultado, en este caso el s estadio conseguido. Si el pulirnento desarrollado es el exponente de la erosibn por friccibn, tendremos que recurrir a las materias irnplicadas para ver chales son 10s faaores responsables del fenbmeno. Las materias trabajadas Entre las materias trabajadas, las duras pueden permitir un grado de erosibn alto, y de hecho tenemos buenos pulimentos producidos por madera, asta, hueso e incluso piedra. Pero el puli- mento por excelencia lo genera una materia blanda, el vegetal no lefioso. Por otra parte, se@n 10s atributos examinados 10s pulimentos de vegetal tienen caracteres comunes con 10s de madera, y 10s de hueso con 10s de asta; semejantes a estos dltimos son tambien 10s de espina y diente y se@n , Plisson (1985), 10s de marfil. El otro grupo con caracteres comunes lo integran la piel, la carne, el tendbn, el pescado, la tie- rra y las zonas internas del asta. Sus atributos se situan en el extremo opuesto del pulimento bpti- mo: diluidos, mates, con aspecto rugoso y desigual. La mayor parte de estas materias que 10s gene- ran son blandas, con la excepcibn del asta. Por homogeneidad de caraaeres iquk existe de comdn en cada grupo?.Entre la madera y el vege- tal no precisamente la dureza, per0 ambos tienen un alto contenido en silice en sus estructuras fibro-
  • 10. sas. En el segundo grupo no s610 la dureza, que es comparable, sino tarnbidn elementos como el calcio y el fcisforo; en el tercero la presencia de grasa y, con excepcicin del asta, el tratarse de mate- rias blandas. El trabajo de pie1 con abrasivos participaba de caracteres mixtos con el grupo vegetal y el de materias anirnales blandas, en su composicicin se encuentran 10s dos elementos, sflice y grasa. iEstamos ante un proceso en el que la silice, como indican Anderson y Mansur, favorece la disolucicin?,?la presencia de grasa la retrasa?. Hemos observado que 10s pulimentos de las mate- rias ciseas no tienen un desarrollo inferior al de las vegetales, al menos al de la madera, frente a lo indicado por Mansur (1983). i Que papel juega entonces el calcio?. No sabemos con exactitud si existe una diiolucicin de la sflice del borde ayudada por otros elementos, per0 hay que reconside- rar algunos aspectos puramente mechicos. Si tenemos en cuenta que las posibilidades de atacar ffsicamente una superficie no son las mismas en cada mareria, podriamos explicar las diferencias de aspectos del pulimento por las materias trabajadas mediante un proceso fisico. Debemos de suponer que la regulacicin de la erosicin durante la friccicin estA relacionada con 10s elementos que intervienen en ese proceso. La grasa puede actuar como lubricante retrasando la erosicin, mientras que la sflice y el d c i o , ejercerian de abrasivos acelerhdola, y no necesaria- mente con iddntico resultado ciptico. Una investigacibn puntual en torno a la composicibn de las sustancias y su influencia en sus caracteristicas fisicas pudiera ayudarnos a determinar su compor- tamiento en el proceso mechico de la friccicin. Respecto al estado en que se trabaja cada sustancia hemos comprobado que no siempre la pre- sencia de humedad incrementa la formacibn del pulimento, como se ha venido sosteniendo desde la hipbtesis de la disoluci6n. Buen ejemplo de ello son 10s casos del pino hdmedo y de la pie1 hiune- da con un desarrollo m h ddbil que el de las mismas materias frescas o secas, y en el caso especfi- co de la piel, en la s e a presenta m k intensidad que en el resto. La diferencia de humedad puede provocar un cambio de textura de la superficie de la materia trabajada, como sugiere Yamada (en prensa), per0 este cambio puede facilitar o no la friccicin y en b c i c i n de ella, la erosicin, se&n la , resistencia al trabajo que encuentre el borde activo. En este aspecto el conocimiento detallado de propiedades fisicas de las materias como la dureza y la elasticidad, ayudaria al menos a una expe- rimentacicin controlada, al poder introducir subvariables mds precisas que el tip0 de mareria y el estado, que son en exceso generales. Un aspecto que comlinmente no se tiene en cuenta, es el resultado en la propia materia traba- jada, aunque Grace (1989) hace una llamada de atencibn a'la necesidad de ampliar la observacibn a las huellas aparecidas en ella. Pero al menos microscbpicamente 10s efectos de la friccicin en la propia mareria trabajada no han sido indagados debidamente. Las superficies del hueso, el asta y la madera, en general de las materias duras, se tornan suaves y homogdneas a simple vista. Un exa- men de 10s cambios microsccipicos efectuados en las propias materias pudiera ayudarnos a ampliar el proceso. Las materias primas Las materias primas tambien tienen su papel en este proceso, y lo prueba el hecho de que en las mismas condiciones de trabajo la respuesta dada por cada tip0 seleccionado de ellas es diferen- te. Esto significa que la materia prima acelera o retrasa el proceso de formacicin de las huellas. Pero queremos hacer hinapit!, sobre todo, en el hecho de que sobre algunas de las materias la forma- citjn de pulimento por encima de un estadio de "brill0 indefinido" o pulimento indiferenciable es poco probable, al menos manualmente, por lo que la no presencia de huellas, al menos de puli-
  • 11. mento, no equivale siempre a ausencia de trabajo, aspecto este que hay que tener en cuenta en el andisis de las colecciones arqueol6gicas. El problema de la identificaci6n del pulimento debe de ser examinado, por consiguiente, desde la respuesta de la materia prima, y no hicamente desde las caracteristicas de la materia trabajada. Para nuestro programa experimental recogimos silex de diferentes afloramientos de la Cornisa Candbrica y de la Submeseta Norte, que heron clasificados en 10 tipos. De cada uno de ellos se hicieron andisis petrogr&cos de l h i n a delgada y quimicos de roca total. Los resultados mostra- ron que 10s tipos seleccionados se agrupan en conjuntos de composici6n y estructura semejante s e g h su procedencia, per0 el andisis de datos del programa experimental evidencia que la pre- sencia de las huellas es discriminatoria dentro cada uno de ellos. No hemos encontrado ninguna relaci6n entre las huellas de uso obsemadas y 10s diversos tipos de silex sobre 10s que se asientan. Ni el contenido en silice, que oscilaba entre el 90 y el 95% de Si02 en el conjunto de la muestra, u otros elementos ni las estructuras internas ni el tamafio del mosaic0 explicaban por qud las dife- rentes huellas se manifiestan con intensidad variable en cada materia prima. Creimos que la respuesta deberia buscarse, entonces, en las caracteristicas puramente fisicas; aspectos como la textura y la microtopografla de la superficie silicea, y la dureza y resistencia de cada tip0 de roca ante un promo de fricci6n podrian arrojar alguna luz sobre este problerna, m k alld de una relaci6n directa, y no siempre cierta, entre textura fina y mayor desarrollo del pulimento. Con este objetivo realizamos un andisis posterior de las superficies especificas sobre las mismas mues- tras. Este andisis expresa la cantidad total de superficie expuesta al exterior, es decir, una superficie especffica alta indica una topografla muy desigual, mientras que una baja es propia de un relieve m h plano y regular. Los resultados, aunque prelirninares por la exiguidad de la muestra, son alen- tadores: en general, 10s tipos de silex que suelen presentar escaso desarrollo del pulimento ofrecen una superficie especifica alta, mientras que aquellos en 10s que se deteaa un pulimento m h abun- dante han dado como resultado una superficie especifica baja (Gutierrez; Fort y Bustillo 1991). CONCLUSION No pretendemos explicar un proceso de por si complejo y necesitado de m k investigacibn, puesto que, en la actualidad, se carece de una base amplia de conocimientos, per0 meemos impor- tante llamar la atenci6n hacia otras evidencias. Se ha pretendido identificar la sustancia trabajada a trav& del pulimento dejado en el material Iitico, per0 estableciendo relaciones, en exceso, gene- rales entre tip0 de pulimento / tip0 y estado de materia trabajada, obviando ademk la respuesta de la materia prima, con lo que percibimos intuitivamente las diferencias per0 no conocemos las causas. Debemos volver hacia la comprensi6n del promo, per0 ello no serd posible acudiendo h i - camente a uno s610 de 10s elementos que lo integran, y mdxime con un conocimiento intuitivo de dl, sino atendiendo a todo el conjunto implicado. Si el pulimento es un fendmeno de desarrollo progresivo originado por la erosibn de dos mate- rias mediante la fricci6n, cada etapa o aspecto 6ptico o pulimento tipico quedard determinado por las caracteristicas fisicas de las dos materias en contacto, la prima y la trabajada, por la forma de aplicaci6n de la h e m , por la duraci6n del trabajo y por las diierentes combinaciones de contac- to y presidn, las denominadas gendrica y puntual por Grace (1989). Podemos deducir de esto que 10s pulimentos son el resultado de una combinaci6n compleja de factores, y que el cardcter de tipi- co debe de ser encuadrado atendiendo a las variaciones introducidas en este conjunto.
  • 12. BIBLIOGRAFIA ANDERSON-GERFAUD, 1981: Contribution rdthodologique h l'analye des micro-traces d'utilisation sur P. C., les outihprPhistoriques. These de 3 eme Cycle, n. 1607. CRABTREE, 1974: Grinding and smoothing of stone artifacts. Tebiwa 17, pp 1-6. D., DAWOIS, 1977: Stigrnates d'usure presentes par des outils de silex ayant travaillk I'os. Premiers rhul- M., tats. Mpthodologie apliquke h l'industrie de Ibs prPhistorique. pp. 275-292. DELBENE, A., 1979: Once upon a striation: current models of striation and polish formation. Lithic we- T. wear anabsis, pp. 167-177. D'ERRICO, 1987: Technologic et fonction du burin de Ripabianca dans le cadre culture1 du Nkolithique F., ancien de I'Italie septentrionale. L2nthropologie 91 (2), pp. 41 1-432. D ~ O N D , 1979: The nature of so-called polish surface on stone artifacts. Lithic use-wear analyis. B. G., Hayden (Ed), pp. 159- 166. DUMONT, V., 1982a: Interferometry and microwear analysis. Studia Praehistorica Belgica 2, pp. 199- J. 212. .. . 1982b: The quantification of microwear traces: a new use for interferometry. WorldArchaeology 14 (2), pp. 206-217. GUTIERREZ SAEZ, 1990: Huelh de uso:pautas de a d i s i s qerimental. Tesis Doctoral. Manuscrito ink- C, dito. GUTIERREZ C; FORTGONZALEZ, B U ~ L L O SAEZ, R. REVUELTA, 1991: The influence of specific surfa- M., ce areas on determination of polish in flint raw materials. Actas del "VI Flint Symposium International', Madrid, Ocnibre de 1991. R., GRACE, 1989: Interpreting the Function of Stone Tools. The quantification and computerisation of microwear analysis. British Archaeologial Reports 497. GYSELS, CAHEN, 1982: Le lustre des faucilles et les autres traces d'usage des outils en silex. Bud de J.; D., SociPtP PrPhistorique Francaise 79 (7), pp. 22 1-224. HOLLEY, A ; DEL G. BENE, A, 1981:An evaluation of Keeley's microwear approach.JoumalofArchaeological T. Science 8, pp. 337-352. KAJIWARA, AKOSHIMA, 1981:An experimentalstudy of microwear polish on shale artifacts. Kokogaku H.; K, h h i 67 (I), pp. 1-36. KAAMINGA, 1979: The nature of use-polish and abrasive smoothing on stone tools. Lithic Use-Wear J., Analysis, B. Hayden (Ed). pp. 143-157. KEELEY, H., 1978: Los usos de 10s instrumentos de silex en el Paleolitiq. Investigacidn y Ciencia 16, pp. L. 52-60. . .. 1980: Experimental Determination of Stone Tool Uses:a MicrowearAnabsis. University of Chicago Press. Chicago. LEVI-SU, I., 1988: Processes of polish formation on flint tool surface. British Archaeological Reports 41 1, pp. 83-98. MANSUR, 1980: Las estrias como microrrastros de utilizaci6n: clasificaci6n y mecanismos de formaci6n. E., Antropologfa y Paleoecologh Humana; pp: 2 1-41. MANSUR-FRANCHOMME, 1983: Traces d'utiliation et technologe lithique: exemples de La Patagonie. M.E., Thhe de 3 cycle presentee A I'Universitk de Bordeaux I. A, MASSON, 1981: Petroarcheobgie des roches siliceuses. Intkit en Prkhistoire. Thhe de 3eme Cycle. Universite Claude Bernard. Lyon I. ... 1982: Les pieces lustrees des sources d'el Kown (Syrie). Cahien de I'Euphrate 3, pp. 141-147.
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