2. Meterlo en nuestra cama cuando no quiere
dormir en la cuna
No es recomendable, ya que se
corre el riesgo de quedarse
dormida con el bebé debajo del
cuerpo y aplastarlo o asfixiarlo. Por
eso no conviene acostar al bebé en
la cama, salvo en alguna
circunstancia especial o, por
ejemplo, para darle el pecho por las
noches.
3. Bañarlo todos los días
Los pediatras aseguran que
con bañar a los bebés dos o
tres veces a la semana es
suficiente. Si después de cada
cambio de pañal lo limpiamos
con una esponja y le lavamos
las manitas, no es necesario
recurrir al baño diario, y
menos usar jabón (aunque
sea muy suave) salvo que al
pequeño le relaje el contacto
con el agua calentita para
dormir.
4. Abrigarlo demasiado
Los recién nacidos tienden a enfriarse, pero si les abrigamos
demasiado sudan mucho. Además, se ha comprobado que
aumenta el riesgo de asfixia y muerte súbita. Podemos saber si
tiene frío, si sus manos y pies están fríos o un poco amoratados.
En ese caso conviene abrigarle más. Si suda por la parte del
cuello y la cabeza, es que tiene calor y le quitaremos algo de
ropa.
5. No dejar que nadie lo agarre o cargue
El miedo a que alguien enfermo
contagie al niño si le besa o lo
carga en brazos es muy común
en todas las madres, sean o no
primerizas. Sin embargo, es de
sentido común saber que si
alguien está enfermo, no
debemos llevar cerca de esa
persona al pequeño para evitar
contagios. También es normal
que no queramos que lo agarren
desconocidos. Si la persona es
sensata, no tiene por qué
ofenderse.
6. Al amamantarlo
Si vamos a darle el pecho, hay que
armarse de paciencia, ya que al
principio cuesta. Es importante
colocarle en una postura adecuada, y
no hacerlo aprisa. . Al principio, sobre
todo, pedirán cada dos o tres horas
comida, no hay que dudar en
ponérselo cada vez que quiera
porque, aparte de alimentarse, es un
contacto directo con la madre que
beneficia a ambos. la lactancia
materna proporciona muchos
beneficios y es algo que la madre
primeriza debe plantearse.