1. BRANDO
LETICIA
LIC. EN PSICOLOGÍA
Licenciada en psicología,
coach y autora del libro
“Las mujeres y los hombres
que no aman demasiado.
La hipermodernidad
y las consecuencias
de los cambios de roles”
(ya editado en España
y de próxima edición
en la zona del Mercosur)
Desde Barcelona
Opciones en el presente
y personas desechables
El ángelviste de Prada
transformara su ser habitualmente paciente
y bondadoso. Acostumbrado a desechar la
información que va recibiendo en la bandeja
deentradadesumail,decidióqueestamujer
debíaserdesechadayolvidada,comounode
esos spam que uno recibe diariamente. No
sólosenegóatomaruncafé,sinoqueademás
terminó convencido que era una obsesiva al
estilo Glenn Close en“Atracción fatal”.
Si durante la relación esta chica se había
mostrado cálida, comprensiva, empática y
cariñosa, ¿qué había sucedido que Andreu
ahoralaconsiderabaunserhorroroso?Quizá
porqueparecequeelrelojsedetienecuando
sentimos peligro y miedo. Esa paralización
hace que nos olvidemos el pasado feliz con
una persona que en el momento presente
nosestáimportunando.Cuandonossentimos
atacadosporalguienquenosprovoca,pode-
mosseremocionalmenteeficacesycontestar
con una frase llena de amor y paz. Pero tam-
bién podemos actuar reactivamente y atacar
con más fuerza al contrincante. Andreu suele
ser muy hábil en sus relaciones, pero esta
vez, sintió que ella sentía demasiado por él y
atacó rechazando y repudiando la intención
amistosadeella.Miamigoactuócomoelniño
que golpea a los menores en la escuela para
proyectar fuerza en sus colegas de clase.
Al final, no es más que la demostración de un
rasgo femenino el hecho de buscar explica-
ciones en asuntos del corazón. La necesidad
humana de cerrar los asuntos hablando y
hablando. No siempre esa pasión por las
palabras dichas es entendida por algunos
ánimos masculinos. Confío que Andreu
descubra las trampas de la percepción de su
cerebro,tomedistanciayrelativice.Esoesma-
durar. Eso es recordar y amar lo que vivimos
y sentimos. Podemos desechar mails, links,
información, objetos, pero nunca podemos
desechar personas, salvo que hablemos de
maltratadores y autores de similares bajezas.
Las mujeres y los hombres no somos produc-
tos desechables.Tenemos alma, voz y voto. A
veces nos equivocamos. A veces acertamos.
Pero al final de cuenta, como canta la gran
Chavela Vargas, siempre volvemos al lugar
donde amamos la vida.
I
nternetofrecemuchasopciones.Enunclick,
entramosenlatiendaDiorycompramosel
bolso modelo Pochette. Seguimos nave-
gandoycompramosunasvacacionesenPun-
tadelEste.DesdeFacebook,recibimoslinksa
artículos de economía, belleza y política. De
esa información, seleccionamos qué leemos,
recomendamos y desechamos. También lo
hacemos con las personas: seleccionamos a
quiénescuchamos,queremosydescartamos.
Esta facilidad de elegir las opciones que nos
da la vida tiene que ver con la selectividad.
Tenemosloscincosentidosquenospermiten
percibirelmundo.Cadapercepcióndepende
de nuestra biografía, experiencia de vida y
teorías que hemos internalizado de nuestra
familia,escuela,sociedadycultura.Alpercibir
diferente, también seleccionamos de forma
diversa. Hay seres muy cuidadosos y otros
máspropensosaabsorberapasionadamente
los datos que el mundo les ofrece. De estos
últimos es mi amigo Jordi, un arquitecto de
treinta y cinco años, que reconoce que no
puedeestarsolo.Terminaconunanoviayalos
dosmesesyaconoceotrachicaqueleendulza
la vida, y así en un ciclo interminable. Cuan-
do le preguntas cuál de esas novias ha sido
realmente la chica con la que él se ha querido
establecer, tener una familia y comenzar un
proyecto juntos, él dice que quizá la segunda
de sus ocho novias. Cuando se le pregunta si
está enamorado de su actual pareja, dice que
no lo suficiente pero reconoce que le resulta
cómodotenerunaparejaconlacualcompartir
salidas y fines de semana.
Distinta es la actitud de mi amigo Andreu,
un psicólogo de cuarenta años. Sólo sale con
alguien si realmente siente atracción, deseo
y un sentimiento cercano al amor. Cree que
su tiempo vale oro y en cuanto percibe que
nosientenisentiráamorporlachicaqueestá
conociendo, toma distancia y se aleja. Suele
ser sincero y comunica con lujo de detalles
sus razones para no amar. Durante su última
relación,Andreuseencontróconunacuestio-
nadora de su saber y hacer. La chica abando-
nada,reclamóamistadyconsideraciónypidió
conversar personalmente. Él decidió dejarla
por teléfono aunque ambos viven en la mis-
ma ciudad. Esta insistencia hizo que Andreu
BERNIKMAGAZINE112