(HOTD) Las Grandes Casas de Westeros y su estado previo a la Danza de los Dra...
Rita Fischer 2412000
1. Edicion
< Entre la oscuridad y la transparencia del 24 de
articulos
>
diciembre
de 2000
Con la artista plástica Rita Fischer
Entre la oscuridad y la
transparencia
Con apenas veintiocho años, Rita Fischer ha
llevado el arte a su máxima expresión. Dotada
de un gran dominio de la técnica y partidaria
de la utilización de diversos materiales,
Fischer trajo cierta originalidad al mundillo
Rita Fischer sonríe artístico uruguayo. Si bien es evidente que
enigmática, mientras Fischer se propone dejar una marca indeleble,
juega con su "Clonación".
(Foto de Alejandro es reacia a considerarse portavoz de su
Arigón) generación. Mientras el enigma y la
solemnidad rodean su creación, la artista -
oriunda de Young ha sido iluminada en el campo de las
premiaciones.
Por Leticia Brando
El Primer Premio Paul Cezanne es sólo uno de los tres que recibió Rita Fischer este año, y a
través de este reconocimiento viajará a Francia próximamente. Hasta el 25 de febrero de
2001 se puede visitar "Pelotero", una de sus obras que está expuesta en el Centro
Municipal de Exposiciones - Subte.
Mientras estudiaba en el Centro de Diseño Industrial, del que egresó en el noventa, Fischer
asistió al taller de Clever Lara desde 1990 a 1996. Casi al mismo tiempo, de 1991 a 1995,
concurre al taller de Tola Invernizzi en la Escuela Nacional de Bellas Artes. La pintora
reconoce el trabajo de sus maestros, pero no cree que ellos deban merecer todo el crédito
en su formación. "Aprendí mucho de mis amigos también, aprendí trabajando en grupos y
aprendí de gente que por hay no sabe nada de arte"
Rita Fischer tiene un aura de misterio. Habla suavemente, sonríe con moderación y, al
mirar su obra, resulta ilusorio pensar que comenzará a explicar con elocuencia su
significado. El mundo no parece entender que el artista no crea la obra para decir algo,
simplemente la crea. Así parece entenderlo la plástica, que opta por titular sus cuadros con
un cierto derroche de sarcasmo. "Clonación", "Pelotero", "Point of view" demuestran un
dominio por una técnica, donde la transparencia de una tela --en otros casos un vidrio o los
juegos de luz-- crean una estética diferente y renovadora.
PUNTO UNIVERSAL
2. "Clonación" es una serie de tres cuadros, donde Fischer hace ciertos juegos de ilusión
óptica. Desde la distancia, la vista puede considerar que son figuras de gimnastas o
bailarinas, que gozan de la evidente multiplicación. Sobre el cuadro, una tela transparente
afianza el efecto. "Parece que es gente que está como nadando. Más bien yo no las
clasifico de gimnastas ni de nada. Las clasifico como unos seres, como personas leves".
Fischer no parece propensa a considerar su arte dentro de cierta óptica feminista o
femenina. Si vemos la camada de pintoras que se reconocen seguidoras de un "arte
femenino", donde prolifera el color y cierto egocentrismo corporal, la obra de Fischer está a
años luz de esas propuestas.
La pintora asume la universalidad (sin fronteras sexuales de ningún tipo) de su proyecto
artístico, y se niega a delimitar la creación. Parece convincente cuando afirma esto. Tanto
por la música electrónica que escucha, como por su cabello corto teñido de un rojo intenso
que contrasta con su pintura oscura, y por su vestimenta anticonvencional, se aprecia su
sentida comodidad dentro de la globalidad posmoderna.
Un espíritu innovador parece reflejarse en su obra. La mezcla de técnicas y la imposibilidad
de definir un estilo no impiden ver cierta estética renacentista en "Point of view" (Punto de
vista), una serie de cuatro cuadros, tamaño mural, donde se ven distintos estados del
rostro de una mujer. Por supuesto, el rechazo de la artista hacia las descripciones no
permitirá que asuma influencias de siglos pasados. "Más que nada estudié mucho, me
gusta la pintura", señala apenas.
"Point of view" fue presentada por la artista en la Segunda Bienal del Mercosur (de 1999-
2000), además de haber realizado una exposición individual. En uno de los cuadros, la
mirada femenina aparece vendada, en otro se puede apreciar una boca roja y Fischer
parece jugar con los matices y la perspectiva. "La presenté en una habitación toda roja.
Fue una cosa muy rara con esta obra, la fui construyendo muy de a poco".
LIBERTAD DE ARTE
Parece ser que la oscuridad artística de Fischer no es a causa de una proyección de su
genio atormentado. "Ahora es cada vez menos oscura. Yo soy re-positiva. Incluso ves que
la obra 'Pelotero' es súper transparente, es como lúdica, aparte es más cristalina, es como
que me desprendí de toda esa materia y dije: 'voy a hacer algo súper liviano', que es lo que
necesitaba hacer".
Dentro de la cultura consumista en que vivimos, el pelotero de Mac Donald's suele ser la
solución para los padres que buscan canalizar la energía inconmensurable de sus hijos.
Apelando al humor, la plástica titula "Pelotero" a una obra donde cabezas flotantes del
estereotipo femenino de la década del cuarenta parecen navegar detrás de una tela
transparente. "Todas las obras tienen alguna historia. Yo quería hacer como una obra seria
pero que tiene una cuota de humor. Me gusta trabajar con las cosas que parecen pero que
no son, que están como en el límite de algo. Tampoco es pintura, no es instalación, no es
escultura, no se sabe mucho".
La indisposición de Fischer retorna cuando se le pide que reflexione sobre la posible
existencia de una nueva generación de artistas jóvenes. "Yo no lo veo como un tema de
generación. Yo veo que ahora el mundo se ha puesto como de todos. Bien vale una pintura
3. muy clásica bien resuelta, o bien vale la instalación más loca y más abstracta y conceptual.
Hay mucha cosa y uno puede manejarse con libertad, hacer el lenguaje que quiera. Hoy el
arte es muy amplio. La música, los videos, es bueno que haya inquietudes diferentes, como
la gente del FAC (Fundación de Arte Contemporáneo), que algunos son performistas".
Más allá de superficies y hasta de la imagen peculiar que proyecta Fischer, su obra es
enmarañada, clara y al mismo tiempo indescifrable. Pero sin duda los cambios más
ordinarios no están en los cambios de su color de pelo o en su guardarropa. Su principal
cambio está en la constante investigación y en el cuidado visual de un arte tan inquietante
como original.
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