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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE ASUNCIÓN
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD.
CARRERA: LIC. ENFERMERÍA
MATERIA: ENFERMERÍA EN FISIOTERAPIA Y
REHABILITACIÓN
TEMA:
ARTROSIS
CURSO: 3°
PROF: MG. JAZMÍN ARNOLD
ASUNCIÓN, PARAGUAY
AÑO: 2021
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INTRODUCCIÓN
Las articulaciones son los componentes del esqueleto que nos permiten el
movimiento y, por tanto, nuestra autonomía funcional. Se forman por la unión de dos
huesos a través de la cápsula articular. En el interior de las mismas existe,
generalmente, un fluido llamado líquido sinovial que es producido por la membrana
sinovial. Los extremos óseos que se unen para formar la articulación están
recubiertos por el cartilago articular.
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RESUMEN
La artrosis es una enfermedad crónica que representa una causa mayor de
incapacidad y de pérdida de autonomía en el mundo. En el reciente estudio Global
Burden of Disease, realizado por la Organización Mundial de la Salud en 2017,
forma parte de los más grandes responsables de disminución de las capacidades
funcionales. Durante mucho tiempo considerada como una enfermedad benigna, en
estudios recientes se ha demostrado que el riesgo de mortalidad en los pacientes
afectados de artrosis es mayor que en la población general, en particular por exceso
de enfermedades cardiovasculares, lo que está mediado parcialmente por la
alteración de las capacidades funcionales. Además, los costes directos o indirectos
son más elevados. Aunque algunos factores de riesgo de artrosis como la edad, el
sexo, el índice de masa corporal (rodilla, mano), los traumatismos y las displasias ya
están bien identificados, otros son más inconstantes, varían según la articulación
afectada y tienen un nivel de prueba limitado. Los factores de riesgo de progresión
de la artrosis son clínicos (dolor, capacidades funcionales, signos inflamatorios:
edema de los tejidos blandos en la artrosis de los dedos, sinovitis detectada por
resonancia magnética y derrame articular en la rodilla) y radiológicos. El índice de
masa corporal, la edad, la etnia y las comorbilidades son otros factores de riesgo de
progresión de algunas localizaciones de la artrosis. A pesar de estos datos, en
particular relativos a las consecuencias mayores de la artrosis, no ocupa todavía un
lugar principal entre las prioridades en salud pública. Sin embargo, es indispensable
implementar estrategias y políticas de prevención, de tratamiento y de investigación
en la artrosis.
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ARTROSIS
CONCEPTO Y GENERALIDADES
La artrosis es un trastorno que afecta a las articulaciones y que provoca dolor
articular, rigidez y disminución de la movilidad de manera lenta y progresiva.
Esta enfermedad produce el desgaste del cartílago que recubre las articulaciones
debido a una compleja interacción de factores biomecánicos, genéticos y
bioquímicos que además afectan al hueso y a la membrana que recubre la
articulación.
La artrosis es la degradación progresiva del cartílago articular. Primero se vuelve
frágil y quebradizo, después se adelgaza y, por último, desaparece y deja el hueso
al descubierto.
A medida que el cartílago desaparece, el hueso se vuelve más denso, amplía su
base de sustentación y crece por los extremos en forma de "pico de loro", los
llamados osteofitos visibles en las radiografías.
La destrucción del cartílago también implica que las partículas desprendidas
provoquen una inflamación en la membrana que recubre las articulaciones
(membrana sinovial), que provoca dolor, hinchazón e impotencia funcional, y acelera
la destrucción de la articulación.
¿QUÉ OCURRE EN EL CARTÍLAGO?
Aunque la artrosis es un proceso generalizado que compromete a todas las
estructuras que componen la articulación, el cartílago articular es el principal
protagonista de esta patología.
El primer cambio visible es la pérdida del aspecto liso y homogéneo del cartílago
debido a la reducción del número de células que lo componen. Luego, se forman
fisuras y pequeñas grietas que se transforman en profundas hendiduras verticales
que alcanzan el hueso subyacente. En los bordes de estas hendiduras, se produce
una reacción reparativa. Finalmente, se produce una desintegración progresiva del
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cartílago con exposición directa del hueso que hay debajo. Esto da lugar a una
liberación de fragmentos del cartílago (cuerpos libres) y del hueso hacia la cavidad
de la articulación que pueden provocar una reacción inflamatoria en la propia
articulación.
FISIOPATOLOGÍA
Las articulaciones normales tienen poca fricción con el movimiento y no se
desgastan con el uso normal, el sobreuso o la mayoría de los traumatismos. El
cartílago hialino es avascular, aneural y alinfático. Está formado por un 95% de agua
y matriz de cartílago extracelular y sólo un 5% de condrocitos. Los condrocitos
tienen el ciclo celular más largo en el cuerpo (similar al sistema nervioso central y a
las células musculares). La salud y la función del cartílago dependen de la
compresión y liberación del apoyo del peso y del uso (es decir, la compresión envía
líquido desde el cartílago hacia el espacio articular y hacia los capilares y vénulas,
mientras que la liberación permite la reexpansión del cartílago, la hiperhidratación y
la absorción de electrolitos y nutrientes).
El desencadenante de la artrosis por lo general se desconoce, aunque algunas
veces comienza con un daño tisular por lesión mecánica (p. ej., rotura de menisco),
transmisión de mediadores inflamatorios desde la sinovial hacia el cartílago o
defectos en el metabolismo de este último. La obesidad desencadena algunos de
estos defectos en el metabolismo del cartílago, lo que provoca un daño en la matriz
del cartílago y remodelación del hueso subcondral mediada por adipocinas como la
leptina y la adipsina. El daño tisular estimula a los condrocitos a intentar la
reparación, que aumenta la producción de proteoglucanos y colágeno. Sin embargo,
los intentos de reparación estimulan también a las enzimas que degradan el
cartílago y a citocinas inflamatorias, que normalmente están presentes en pequeñas
cantidades. Los mediadores inflamatorios desencadenan un ciclo de inflamación
que estimula a los condrocitos y a las células de la membrana sinovial, que
finalmente destruyen el cartílago. Los condrocitos sufren apoptosis (muerte celular
programada). Una vez destruido el cartílago, el hueso expuesto se torna ebúrneo y
se esclerosa.
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En la artrosis pueden afectarse todos los tejidos articulares y algunos periarticulares.
El hueso subcondral se vuelve rígido, sufre infarto y desarrolla quistes subcondrales.
El intento de reparación ósea produce esclerosis subcondral y osteofitos en los
márgenes de la articulación. Los osteofitos aparecen como un intento de estabilizar
la articulación. La sinovial se inflama, se engrosa y produce líquido sinovial menos
viscoso y de mayor volumen. Los tendones y ligamentos periarticulares se
sobrecargan y se producen tendinitis y retracciones. A medida que la articulación
pierde movilidad, los músculos circundantes se adelgazan y pierden su función de
soporte. Los meniscos se fisuran y pueden fragmentarse.
La artrosis de la columna vertebral puede producir un engrosamiento a nivel del
disco y proliferación de los ligamentos longitudinales posteriores, que son
posteriores al cuerpo vertebral pero anteriores a la médula espinal. Como resultado,
pueden formarse barras transversales que erosionan la médula espinal anterior. La
hipertrofia e hiperplasia de los ligamentos amarillos, posteriores a la médula espinal,
a menudo comprimen el canal posterior y producen estenosis espinal lumbar . En
contraste, las raíces nerviosas anterior y posterior, los ganglios y el nervio espinal
comun están relativamente bien protegidos en los agujeros intervertebrales, donde
ocupan sólo el 25% del espacio disponible, bien amortiguados.
CLASIFICACIÓN DE LA ARTROSIS
En primer lugar hay que dejar bien claro la diferencia entre Artrosis (que es un
proceso degenerativo, involutivo y crónico del cartílago), con la Artritis (que es una
inflamación aguda de la articulación, que puede tener variadas causas, y puede
tener curación o mejorías en muchos casos).
Para clasificar a las Artrosis se proponen varias formas:
1. Clasificación propuesta por ALTMAN: (La más clásica)
ARTROSIS PRIMARIA: De causas no precisadas (aunque actualmente esto no se
acepta del todo, planteándose el origen Multifactorial).
ARTROSIS SECUNDARIA: Sus causas están identificadas y son conocidas.
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2. Clasificación de ARLET: (Según mecanismo de su génesis)
ARTROSIS MECÁNICA O FUNCIONAL: es aquella donde un cartílago normal es
lesionado por una violencia mecánica excesiva, desencadenándose posteriormente
el proceso degenerativo, o sea la Artrosis.
ARTROSIS ESTRUCTURAL: es aquella donde la lesión inicial compromete el
cartílago, o sea el cartílago esta originalmente “defectuoso”, dañado o enfermo,
siendo “terreno fértil” para la Artrosis.
MANIFESTACIONES CLINICAS
SÍNTOMAS
El síntoma fundamental es el dolor, de inicio insidioso, profundo y mal localizado.
Este dolor suele aparecer cuando se exige un esfuerzo a la articulación enferma y,
en general, empeora a medida que avanza el día. Con el progreso de la
enfermedad, el dolor puede aparecer con el reposo o el descanso nocturno.
En la artrosis de la columna vertebral, se produce dolor de cuello o de la región
lumbar, dificultad para el movimiento y contractura de los músculos de la región
afectada.
Otra posibilidad, cuando el paciente aqueja dolor en el muslo (por dolor irradiado),
es que la artrosis se localice en la cadera.
Otros síntomas son las deformidades articulares y la limitación de la movilidad con
dolor a la presión, chasquidos y crepitación de la articulación. El crecimiento de los
extremos de los huesos que forman la articulación puede hacer que la articulación
se agrande y ensanche.
LOS SÍNTOMAS MÁS HABITUALES SON:
Dolor articular.
Deformidad articular.
Inflamación en las articulaciones.
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Rigidez.
CAUSAS
La causa de la artrosis se considera que es la consecuencia de una suma de
factores genéticos y ambientales aunque en algunos casos hay una causa clara
como un traumatismo previo, una infección, una malformación congénita… En estos
casos, se considera que la artrosis es secundaria (consecuencia) a este proceso.
Entre los factores ambientales que aumentan el riesgo de padecer artrosis destacan
la edad (a mayor edad más probabilidad de tener artrosis), el sexo (las mujeres
tiene más artrosis que los hombres), la obesidad, determinadas ocupaciones o
actividades laborales y el excesivo ejercicio físico que ocasionan sobrecarga de la
articulación, ya sea por uso excesivo o inadecuado favoreciendo la lesión del
cartílago.
La artrosis no es debida a un clima determinado ni a los componentes de la dieta.
Los pacientes pueden tener más dolor cuando hace mal tiempo (baja la presión
atmosférica o hay más humedad) aunque esto no significa que la lesión artrósica
haya empeorado.
TIPOS DE ARTROSIS SEGÚN LA ZONA AFECTADA
Artrosis de cadera
La artrosis de la articulación de la cadera consiste en el deterioro del cartílago de
esta articulación. Es relativamente frecuente, aunque no tanto como la artrosis de
rodillas o de manos. En general, es propia de personas mayores, aunque puede
aparecer antes de los 50 años, siendo excepcional en jóvenes.
Artrosis cervical
La artrosis cervical o cervicoartrosis se produce cuando se lesiona o degenera el
cartílago de las articulaciones de la columna cervical. La artrosis cervical es muy
frecuente en personas mayores a 50 años y en muchas ocasiones pasa
desapercibida porque no produce síntomas.
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Artrosis lumbar
La artrosis lumbar se produce cuando se lesiona o degenera el cartílago de las
articulaciones de la columna lumbar.
La columna lumbar está formada por cinco vértebras que se sitúan en la espalda,
entre las costillas y la pelvis. La unión entre las vértebras contiguas se realiza
mediante varias superficies articulares cubiertas por cartílago. Cuando ese cartílago
se desgasta, se produce la artrosis lumbar.
Artrosis de mano
La artrosis de las articulaciones de las manos se produce por una desgaste del
cartílago de estas articulaciones. Suele producir dolor, rigidez, dificultad para mover
los dedos y deformidad. La edad de inicio habitualmente es entre los 40 y los 50
años, aunque hay casos de comienzo más tardío. Es más frecuente en mujeres
aunque puede presentarse en ambos sexos.
Artrosis de rodilla
La articulación de la rodilla la forma el fémur, por una parte, y por otra, la tibia y el
peroné. Estas superficies están tapizadas por el cartílago articular. La artrosis de
rodilla se caracteriza por el deterioro paulatino de este cartílago y conduce a la
aparición de dolor con la actividad física, incapacidad variable para caminar y
permanecer de pie, así como a deformidad progresiva de la rodilla. En general, es
propia de personas mayores, aunque puede aparecer antes de los 50 años, siendo
excepcional en jóvenes.
DIAGNÓSTICO Y PRUEBAS DE LA ARTROSIS
Historia clínica y exploración física. La exploración física sirve para detectar la
presencia de dolor al movilizar la articulación y, en ocasiones, cierto grado de
inflamación (tumefacción) y derrame articular. En fases avanzadas, la articulación
está deformada y presenta ruidos articulares (crepitaciones) cuando se moviliza.
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Datos de laboratorio. La artrosis habitualmente no produce alteraciones en los
análisis de sangre. No obstante, en ocasiones, pueden ser de utilidad para excluir
otros procesos reumáticos. El líquido articular es de características
fundamentalmente mecánicas, es decir, casi transparente y sin presencia de
células.
Radiografía. La utilización de la radiografía es imprescindible para confirmar el
diagnóstico. Los signos radiológicos de la artrosis son muy característicos:
crecimiento del hueso que sobresale de la articulación (osteófitos); disminución del
espacio articular y un aumento de densidad (esclerosis) del hueso adyacente.
Pruebas complementarias. En raras ocasiones, es preciso realizar otras
exploraciones complementarias como una ecografía o resonancia magnética, etc.
Cuando se utilizan, habitualmente, es para descartar otras causas de afectación de
la articulación, como la artritis o las infecciones.
TRATAMIENTO DE LA ARTROSIS
El principal objetivo del tratamiento de la artrosis es mejorar el dolor y la incapacidad
funcional sin provocar efectos secundarios. El primer paso es evitar todo lo que
contribuye a lesionar las articulaciones como el sobrepeso, los movimientos
repetitivos o el calzado. En segundo lugar es importante practicar algún ejercicio
moderado para mejorar la funcionalidad de las articulaciones. Y por último, seguir el
tratamiento farmacológico pautado para cada caso. Pese a que no existe ninguna
terapia que impida la progresión de la artrosis, sí existen fármacos que alivian el
dolor y la inflamación, y algunos que retrasan o enlentecen la degeneración de los
cartílagos.
EDUCACIÓN SANITARIA Y FISIOTERAPIA DE LA ARTROSIS
La medida más eficaz en la artrosis es la prevención, es decir, intentar corregir
aquellos factores de riesgo modificables que pueden acelerar su proceso.
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Evitar el sobrepeso. En el caso de padecer artrosis en articulaciones de
carga (rodilla, cadera, región lumbar...). En ocasiones, la pérdida de peso, por
poco que sea, es suficiente para mejorar de manera evidente el dolor
asociado a la artrosis.
No realizar movimientos repetitivos ni usar de manera excesiva las
articulaciones comprometidas. Un ejemplo podría ser evitar las escaleras
siempre que se pueda en los pacientes con artrosis de rodilla.
Correcta higiene postural. Por ejemplo adecuar la silla en el lugar de
trabajo para preservar la anatomía de la región lumbar o evitar estar mucho
tiempo de pie si hay artrosis en los miembros inferiores.
Ejercicio físico. Este debe individualizarse para cada paciente y se debe
realizar de manera regular. La natación es, por ejemplo, un buen deporte
para pacientes con artrosis lumbar, de cadera o de rodilla. Una buena terapia
física puede reducir el dolor y mejorar la rigidez articular.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DE LA ARTROSIS
No existen medicamentos que curen la artrosis, pero se dispone de diversos
fármacos que son útiles para controlar el dolor y mejorar la funcionalidad de los
pacientes con artrosis:
Analgésicos. Son los medicamentos más utilizados para reducir el dolor y
mejorar la rigidez de la articulación. El analgésico más común es el
paracetamol.
Antiinflamatorios. Muchos de estos pacientes tienen dolor, a pesar del uso
de analgésicos, y pueden ser tratados con los llamados antinflamatorios no
esteroideos (AINE), como el diclofenaco, el naproxeno, el ibuprofeno, el
aceclofenaco, etc., especialmente cuando el dolor es más agudo. En los
casos que no responden a analgésicos comunes o a antiinflamatorios no
esteroideos, pueden utilizarse analgésicos más potentes como los opiáceos
(por ejemplo, tramadol).
Condroprotectores. En los últimos años se han comercializado unos
fármacos llamados condroprotectores, que son sustancias constituyentes del
cartílago articular y que pueden disminuir el dolor de la artrosis. Sin embargo,
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su eficacia no está aún ampliamente aceptada. Dentro de este grupo estarían
la glucosamina y el condroitin sulfato. Otros fármacos como la diacereína
tienen una eficacia similar.
Terapia interarticular o infiltraciones. Muchos pacientes pueden
beneficiarse de la administración dentro de la articulación de sustancias
antiinflamatorias. Es la terapia interarticular o infiltraciones. En la mayoría de
ocasiones se infiltran glucocorticoides, derivados de la cortisona, y más
recientemente se está utilizando también el ácido hialurónico. Las
infiltraciones se pueden realizar en el caso en el que el dolor no ceda con las
medidas anteriores. Son especialmente útiles en aquellas articulaciones
donde los signos inflamatorios, especialmente el derrame articular, son más
evidentes. Siempre se deben tener en cuenta como medida puntual, y no
realizarlas de manera repetitiva, ya que en ocasiones el empleo de
corticoides puede ser contraproducente en dosis excesivas. Su uso ideal es
en articulaciones donde aún es posible revertir determinados procesos. En
cambio, en artrosis muy avanzadas, donde la cirugía es ya la única opción,
su eficacia disminuye de manera notable.
EFECTOS SECUNDARIOS DEL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DE LA
ARTROSIS
Habitualmente el empleo racional de los analgésicos e inflamatorios no esteroideos
(AINE) no suele conllevar complicaciones a largo plazo para los pacientes,
mejorando su calidad de vida. Los analgésicos como el paracetamol, usados en las
dosis habituales, no tienen apenas efectos secundarios. Los opiáceos débiles
tampoco suelen producir efectos secundarios importantes, si se utilizan bajo control
médico. Su principal problema es la tolerancia, existiendo un pequeño porcentaje de
pacientes que refieren pequeños síntomas gastrointestinales, como náuseas o
estreñimiento asociados a su consumo. Su uso racional y en dosis crecientes
minimizan estos efectos.
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De los fármacos utilizados en artrosis, los AINE son los que pueden tener más
efectos secundarios a largo plazo. Sin embargo, su uso racional, especialmente en
las fases agudas donde el dolor es más intenso, disminuye notablemente su
impacto. Gastritis, úlceras o hemorragias intestinales pueden aparecer,
principalmente, en pacientes de riesgo como ancianos o aquellos tratados de
manera simultánea con corticoides o anticoagulantes. Por ello deben realizar una
protección gástrica con fármacos las personas mayores de 60 años, las que ya han
padecido una úlcera previa, las que toman dosis muy elevadas, las que presentan
enfermedades crónicas graves y las que toman simultáneamente anticoagulantes
y/o corticoides y/o antiagregantes plaquetarios.
Además, los AINE consumidos a dosis altas durante años de manera continua se
relacionan también con un mayor riesgo de hipertensión, enfermedades cardíacas y
renales y alteraciones en el hígado.
Las terapias intraarticulares, realizadas por personal experto, no producen apenas
efectos secundarios, siendo la infección algo excepcional y, lo más frecuente, una
pequeña atrofia de la piel en la zona de inyección que suele revertir con el tiempo.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO DE LA ARTROSIS
Fases iniciales y casos seleccionados. Se puede frenar el curso de la
enfermedad con cirugías que corrigen la orientación de la articulación con la
realización de cortes en el hueso (osteotomías), o bien mediante la
remodelación articular (como es el caso de las artroscopias en las que se
pueden efectuar diferentes técnicas). En este campo, se están investigando
diferentes opciones de reconstrucción de defectos muy localizados de
cartílago con resultados variables
Artrosis avanzada. En los casos en los que la artrosis ha progresado
durante mucho tiempo y no mejora con otros tratamientos, la cirugía más
efectiva consiste en implantar una prótesis en la articulación dañada. Se
pueden implantar prótesis en múltiples articulaciones: en la cadera, la rodilla,
el hombro, el codo, la muñeca o el tobillo. Con una adecuada técnica y con
una correcta indicación, son previsibles unos resultados excelentes para la
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mayoría de casos. Las prótesis pueden ir ancladas al hueso con cemento o
bien realizar su anclaje a presión con su superficie metálica. En estos casos,
el hueso crece en la superficie de la prótesis y en pocas semanas se produce
un anclaje firme. En algunas ocasiones, se usan tornillos, para aumentar la
fijación de la superficie metálica.
PROTESIS
La mayoría de prótesis se colocan en la cadera o en la rodilla, aunque en estos
últimos años la cirugía de prótesis en otras articulaciones (tobillo, hombro, muñeca,
etc.) ha avanzado notablemente.
Los componentes protésicos están compuestos por un elemento metálico
(aleaciones de cobalto, cromo, titanio) que encajan en un plástico (polietileno).
Existen distintos tipos de prótesis y técnicas quirúrgicas, cuya elección por parte del
cirujano ortopédico dependerá en parte de su propia experiencia y de las
características del propio paciente (edad, patología asociada, actividad profesional,
etc.). En estos últimos años se están probando materiales nuevos y procedimientos
menos agresivos con buenos resultados.
En general, los resultados de las prótesis de rodilla y cadera suelen ser excelentes,
con mejoría o desaparición del dolor y una recuperación de la movilidad del
enfermo.
No obstante, pueden existir complicaciones como sufrir una infección, una luxación,
etc. en un pequeño porcentaje de casos, generalmente inferior al 5%. Estas
complicaciones son directamente proporcionales a la edad del paciente y a las
enfermedades que padezca, de manera que el paciente más joven y sin enfermedad
de base tiene un riesgo muy bajo de complicaciones.
También hay que tener en cuenta que el paciente que llega hasta la cirugía es
porque no ha encontrado otra medida que pueda mejorar lo suficiente su calidad de
vida, por lo que siempre hay que tener en cuenta el perfil de riesgo en función de los
beneficios que se van a obtener.
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RECOMENDACIONES DE ENFERMERÍA
La principal medida que tienen que tener en cuenta los grupos de riesgo para
prevenir el desarrollo de la enfermedad es llevar una dieta sana y equilibrada, como
la dieta mediterránea, realizar ejercicio físico de forma moderada, actividades que
sean acordes a la edad y el estado físico actual de la persona y evitar la obesidad.
El ejercicio moderado, 10 a 20 minutos al día, como caminar por terreno llano o
montar en bicicleta, es bueno para la artrosis de rodilla o de cadera. No se deben
hacer aquellos ejercicios que produzcan dolor. Los días que se tenga más dolor es
conveniente guardar reposo durante 2 o 3 días.
No se debe mantener mucho tiempo una postura, ni estar mucho tiempo de pie
quieto. Hay que evitar posturas perjudiciales como estar de rodillas y ponerse en
cuclillas.
Conviene limitar el esfuerzo físico intenso, como cargar objetos pesados o las
actividades laborales que implican sobreesfuerzo. En caso de tener la enfermedad
se deben evitar los movimientos que producen dolor, sin llegar a inmovilizar la zona.
Por las mañanas, cuando se tiene mayor rigidez y dolor, es conveniente la ducha de
agua caliente, con chorro fuerte para dar calor a las articulaciones y masaje local.
Hay que usar calor o frío, lo que mejor alivie, pero no más de 20-30 minutos al día.
El calor local puede calmar el dolor, aplicado en forma de baño o con una manta
eléctrica. El frío es bueno para reducir la inflamación y tonificar la zona. Por la
mañana es normal que duela más, debido a la inactividad de la noche; por ello, el
baño caliente por la mañana es una buena manera de desentumecer las
articulaciones afectadas.
Se debe dormir en cama dura y sentarse en sillas de respaldo recto.
Mejor usar el ascensor que las escaleras.
No hay que caminar cargado de cosas; mejor usar el carro de la compra.
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Usar un calzado cómodo también es fundamental, para evitar adoptar posturas
incorrectas. Algunos pacientes encontrarán útil el uso de bastón, para favorecer la
marcha, mantener el equilibrio y evitar las caídas.
ARTICULO CIENTIFICOS
COLABORACIÓN ESPECIAL
Guía de manejo clínico de la artrosis de
cadera y rodilla
I. Morgado1
, A. C. Pérez2
, M. Moguel1
, F. J. Pérez-Bustamante2
y L.
M. Torres3
Alrededor del 10% de los adultos presentan artrosis moderada o grave, aumentando
la incidencia con la edad, con un crecimiento aritmético hasta los 50-55 años y
geométrico a partir de esa edad. Se ha señalado que después de los 35 años el
50% de las personas presentan al menos una localización artrósica. Hasta los 55
años la artrosis es ligeramente más frecuente en el varón, siendo a partir de esta
edad más prevalente entre las mujeres.
Las principales articulaciones implicadas son las manos, los pies, las rodillas y las
caderas, si bien el patrón distributivo varía por sexos; la artrosis de rodillas y manos
predomina en las mujeres, habiendo un ligero predominio masculino en la artrosis
de cadera.
La rodilla es la principal gran articulación afecta en la artrosis, siendo el riesgo de
sufrir incapacidad por gonartrosis tan grande como el secundario a enfermedades
cardiológicas y mayor que por cualquier otra patología médica en la ancianidad. Un
informe reciente de la OMS sobre la carga global de la enfermedad, indica que la
artrosis de rodilla está próxima a ser la cuarta causa más importante de
discapacidad en mujeres y la octava en varones, siendo los costes anuales
atribuidos a tal patología inmensos.
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CASOS CLINICO
1) Paciente adulto mayor quien desde hace dos años presenta dolor en ambas rodillas,
que empezó presentándose cuando realizaba actividad física y mejoraba cuando
descansaba, sin embargo el dolor ha venido empeorando, llegando a presentarse de
manera constante y exacerbándose en la noche, lo despierta cuando duerme y le
dificultaba realizar tareas cotidianas como subir las escaleras o caminar mas de 4
cuadras, el paciente refiere también haber perdido parte de la movilidad en ambas
rodillas. (Luis Gustavo Báez)
¿Cuál es su diagnostico?
Artrosis de rodilla
¿Cómo enfermo cual seria tu recomendación y que estudio le aconsejarías?
La recomendación a que tener en cuenta los grupos de riesgo para prevenir el
desarrollo de la enfermedad es llevar una dieta sana y equilibrada, como la dieta
mediterránea, realizar ejercicio físico de forma moderada, actividades que sean
acordes a la edad y el estado físico actual de la persona y evitar la obesidad.
El estudio que le aconsejaría es la de utilización de la radiografía, es imprescindible
para confirmar el diagnóstico.
¿Cuál seria su tratamiento?
Tratamiento no quirúrgico, medicamentos los analgésicos, no narcóticos como el
paracetamol y los medicamentos antiinflamatorios suele ser la primera opción de
tratamiento para la artritis de rodilla.
2) Paciente mujer de 72 años de edad con dolores generalizados, más acentuados en
las manos. A la exploración física se observan tumoraciones duras en las
articulaciones interfalángicas proximales y distales de ambas manos, dolorosas
algunas de ellas a la palpación y movilidad. El resto de la exploración física revela
dolores articulares y limitación de la movilidad en rodillas y caderas. (Carolina
Giménez
¿CUAL SERÍA EL DIAGNOSTICO DE ESTA PACIENTE?
ARTROSIS DE MANO
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CUALES SERIAN LOS CUIDADOS DE ENFERMERÍA? PARA LA ARTROSIS DE MANO?
• Orientarle sobre la enfermedad y apoyarle en el tratamiento.
• No se deben hacer aquellos movimientos que produzcan dolor.
• Los días que se tenga más dolor es conveniente guardar reposo durante 2 o 3
días.
• Por las mañanas, cuando se tiene mayor rigidez y dolor, Es conveniente la ducha
de agua caliente, con chorro fuerte para dar calor a las articulaciones y masaje local
• Orientar al paciente sobre la importancia de los ejercicios moderados, ya sea
abriendo o cerrando el puño.
• Aconsejarle que lleve una dieta variada y equilibrada.
• El objetivo siempre será disminuir el dolor del paciente.
¿Cuales serian los factores de riesgo que causa esta enfermedad (Artrosis).
• Edad
• Herencia
• Sexo femenino
• Obesidad
• Traumatismo
• Deportes, o tareas laborales.
¿Cuales son las complicaciones que pueden tener los pacientes que sufren de Artrosis de
manos?
Las complicaciones de la Artrosis de mano pueden causar:
• Rigidez
• Inflamación
• Dolor
• Deformidad en los dedos
• Nódulos
¿COMO ENFERMERO/A QUE RECOMENDACIONES DARIAS PARA ESTE PACIENTE?
• En primer lugar recomendarle que no se automedique y que siga las instrucciones
médicas.
• Que evite la obesidad.
• Evitar hacer fuerzas con las manos
• Tener buen reposo
• Si hay mucho dolor e inflamación, es conveniente la aplicación del calor frio.
• Ante cualquier complicación acudir al reumatólogo, o especialista.
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CONCLUSIÓN
La artrosis es una afección multifactorial, si bien las alteraciones patológicas tienen
características comunes, cualquiera que sea la situación de un sujeto concreto:
degradación del cartílago articular que se inicia en la superficie articular y avanza
hasta la pérdida completa del mismo; esclerosis subcondral, formación de osteofitos
periféricos y cierto grado de inflamación sinovial, alteración de ligamentos y
meniscos (rodilla) e hipertrofia capsular. En algunos individuos, bajo el hueso
subcondral pueden existir lesiones de la médula ósea y, en personas mayores,
calcificación de cartílago y meniscos. La alteración de los tejidos blandos es
responsable del dolor en la artrosis.
La artrosis se acompaña de dolor aparentemente con la actividad física, como subir
y bajar escaleras, permanecer mucho tiempo de pie (rodilla), para desaparecer al
menos al principio con el reposo en cama; es una descripción simple del dolor. Lo
mejor es considerar que existen varios tipos de dolor: crónico y agudo.
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BIBLIOGRAFIA
Artrosis, Fisiopatología, diagnóstico y tratamiento. Sociedad Española de
Reumatología -2017
Variaciones en la estimación de la prevalencia de artrosis de rodilla según los
criterios diagnósticos utilizados en los estudios poblacionales. M Comas, M
Sala, R Román, L Hoffmeister… - Gaceta…, 2017
Tratamiento médico de la artrosis. CH Roux - EMC-Aparato Locomotor, 2017
WEBGRAFIA
https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/artrosis/definicion
https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-de-los-tejidos-
musculoesquel%C3%A9tico-y-conectivo/enfermedades-articulares/artrosis-a
https://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/recomendaciones-
artrosis/