1. UNIVERSIDAD FERMÌN TORO
VICE RECTORADO ACADÈMICO
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLÌTICAS
ESCUELA DE DERECHO.
DECÀLOGO DEL ABOGADO DE
EDUARDO COUTURE
Participante: Luisangelli Carrasco.
C.I: 29.915.597.
Derecho Civil.
Prof.: Marolyn Montilla.
SAIA “B”
2. Biografía de Eduardo J. Couture (1.904 – 1.956)
Jurista y docente. Fue profesor titular de Derecho Procesal en la universidad de
la Republica. Dirigió la revista de derecho, jurisprudencia y administración, fue
decano de la facultad de derecho y ciencias sociales y presidente del colegio de
abogados.
Sobre los temas de su especialización (procedimientos jurídicos y organización
de tribunales) dicto cursos universitarios y conferencias en varios países y
también dio a conocer diversos trabajos, entre otros un frecuentado “vocabulario
jurídico”.
Presidio el instituto cultural uruguayo- brasileño y fue miembro de número y
vicepresidente de la Academia Nacional de Letras. De su viaje por países de
América Latina, Europa y Estados Unidos dejo testimonio en un libro, la comarca
y el mundo. (1.953).
Su famosa frase quedara para la posteridad: Si el derecho se contrapone con la
justicia, inclínate por la justicia.
Entre sus Principales Obras Tenemos:
Fundamentos de derecho procesal civil.
Estudios de derecho procesal civil.
Vocabulario de derecho procesal civil.
Proyecto del código de procedimiento civil del Uruguay.
Introducción al estudio del proceso civil.
Los mandamientos del abogado (más conocido como el Decálogo del
abogado).
Decálogo del abogado de Couture
Es un mandamiento de conducta y ética que la doctrina y los
reglamentos profesionales o corporaciones imponen a los abogados en el
ejercicio de su profesión. En América Latina es muy conocido el famoso
“Decálogo del abogado”, redactado por el eminente jurista uruguayo
Eduardo Couture, quien fue incorporado al “colegio de abogados de
Lima”, como miembro de honor en 1.951.
El decálogo tiene como fin aspirar a decir en pocas palabras la jerarquía
del ministerio del abogado, pero tanto la abogacía como su ejercicio, sus
necesidades e ideales cambia en ella en medida en que pasa el tiempo
3. teniendo como notas determinantes de cambio, las exigencias de libertad
humana, y los requerimientos de la justicia social.
Por ello se puede decir que es al mismo tiempo arte, política, ética,
acción y arte, por tener reglas, pero no absolutas, sino libradas al poder
creativo del hombre.
Política por ser la abogacía, la disciplina de libertad dentro del orden y
en los conflictos, el abogado es quien desata muchas veces las ráfagas de
la tempestad y puede contenerlas.
Ética es u constante servicio de alores superiores que rigen la conducta
humana y cuando tiemblan los derechos individuales entonces es
militancia en la lucha por la libertad.
Ello es respecto a su contenido, ya que además contiene una forma, es
decir un estilo, el cal no se caracteriza por su unidad sino más bien por su
diversidad.
Estudia: El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus
pasos serás cada día un poco menos abogado.
El abogado que no estudia a diario, que no se actualiza, es día a día, menos
abogado. Para permanecer vigentes a través del tiempo hay que mantener
un estudio constante y actualizado.
Existen tantas posibilidades del error, que es por ello que la abogacía
como cualquier arte se aprende con sacrificio y perpetuo aprendizaje.
Piensa: El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
El derecho es una ciencia compleja, cambiante y por eso, la capacidad de
razonamiento que poseen todos los seres humanos es imprescindible para
su aplicación. A través del pensar, se analizaran supuestos y se definen
estrategias que permitan una aplicación adecuada y satisfactoria de las
normas jurídicas.
4. En el procedimiento escrito el abogado es el medio necesario entre la vida
y el libro en procedimiento oral sucede lo mismo con mayor acento.
Trabaja: La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la
justicia.
Retos diarios hacen de esta labor, una de las más duras y retadoras. Por eso
el abogado debe trabajar al servicio de la justicia, y no perder nunca ese
norte es su actuar, sin importar las situaciones sociales que se presenten.
Lucha: Tu deber es luchar por el derecho, pero el día que encuentres
en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia.
El abogado debe luchar por defender las normas, luchar por llegar a una
verdad, y por sobre todo, luchar para velar por la justicia. Es el deber
5. cotidiano de todo abogado, la lucha diaria en la aplicación correcta de las
normas jurídicas.
Se leal: Leal como tu cliente al que no puedes abandonar hasta que
comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando
él sea desleal contigo, leal para con el juez que ignora los hechos, y debe
confiar en lo que tú le dices y que, en cuanto al derecho, alguna que otra
vez debe confiar en el que tú le invocas.
Confidencialidad con el cliente, tolerancia al adversario, honestidad al
juez, profesionalismo en la aplicación del derecho, y sabiduría en todo
aquello que compone la labor del abogado.
Tolera: Un abogado debe ser enérgico y cortes; práctico y sutil, eficaz
y respetuoso, combativo y digno. Estas son aptitudes que parecen
imposibles poder emplearlas al mismo tiempo, pero son necesarias para un
buen abogado, y el único medio para llevarles a cabo, es la tolerancia, ya
que en el litigio, nadie tiene la razón hasta la cosa juzgada.
La tolerancia nos lleva, por respeto al prójimo y por respeto a nuestra
propia debilidad, a proceder con fe en la victoria pero sin ser jactancioso
en el combate.
Ten paciencia: El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su
colaboración.
Todo juicio, tiene procedimientos debidamente estipulados, con tiempos y
pautas que el abogado debe seguir, para cumplir con todos los requisitos y
6. poder llevar su verdad al éxito. Un abogado sin paciencia, no lograra sus
metas, ya que no podrá seguir los procedimientos, etapas ni normas.
Ten fe: En el derecho, ya que el hombre hasta ahora, no ha encontrado
ningún instrumento que le asegure mejor convivencia.
Un abogado debe comprometerse en su actuar a respetar los principios
de justicia, paz y libertad acorde a la correcta aplicación del derecho, o su
carrera perderá el rumbo.
Olvida: La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras
llenando tu alma de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible
para ti. Concluido el combate, olida tan pronto tu victoria como tu derrota.
En un proceso legal, el abogado desata todos sus conocimientos teóricos y
empíricos, su capacidad intelectual y hasta su personalidad para defender
sus intereses, por lo tanto sea cual fuere el resultado debe buscar mantener
una mentalidad ecuánime, no sobreestimarse ni subestimarse pues
cualquiera de las dos podría destruir su carrera.
7. Ama tu profesión: Trata de considerar la abogacía de tal manera
que el día que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor
para ti proporcionarle que sea abogado.
Los hijos son el orgullo de los padres, poder sentirse orgulloso de que un
hijo elija s misma carrera, quiere decir que su pasión por el derecho es tal,
que quiere compartirlo con sus hijos, que pase a la siguiente generación y
el legado pueda continuar.