Un niño de 8 años ha experimentado una disminución en su rendimiento escolar y un comportamiento irritable e irrespetuoso hacia su madre en el último año desde la muerte de su padre. Su madre lo llevó al psicólogo debido a su incapacidad para manejar la situación. El psicólogo diagnosticó al niño con un trastorno depresivo relacionado con el duelo por la pérdida de su padre. Se propuso un tratamiento que incluía terapia farmacológica para el niño, terapia familiar centrada en ay
1. República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del poder popular para la educación superior
Universidad Bicentenaria de Aragua
Sede-Valle de la pascua
Caso Clínico
Bachiller:
Ortega Seijas María Gabriela
CI 26464570
Sección p1 vlp
2. Carlos tiene 8 años, el menor de dos hermanos. Su hermano mayor tiene 25
años y recientemente se ha independizado del núcleo familiar, la madre señala
que “tuvo problemas con la droga, aunque ahora parece que va mejor”. Las
relaciones con este hermano aunque parecen haber mejorado en el momento
actual, fueron conflictivas y tensas, fundamentalmente en relación a la
problemática derivada del consumo de tóxicos: “ahora yo lo llevo mejor, también
él desde que se fue de casa; al menos no discutimos tanto”.
La madre es una mujer de 47 años, trabaja en una peluquería desde hace años,
situación estable, sin conflictos en el terreno laboral. Viuda desde hace un año,
el padre del niño falleció a los 45 años en un accidente de trabajo. Estaba
empleado en una empresa de construcción como montador de grúas. Describe
la relación matrimonial como “buena”, “él me ayudaba mucho con los niños”, “era
más tranquilo que yo”.La madre y el niño conviven en un piso en un medio
urbano, la casa es propia y el nivel económico es medio.
Poco contacto con la familia materna y paterna (abuelos, tíos,...), ya que los
padres se vinieron a vivir a Galicia tras su matrimonio por motivos de trabajo del
padre.
El niño es remitido a consulta por su pediatra. En el informe de derivación se
recoge que, desde hace un año, presenta problemas en el medio escolar
(disminución de rendimiento, no se esfuerza por estudiar, pasa de los
estudios,...) y en el familiar (irritable, desobediente,...), solicitándose la valoración
por nuestra U.S.
Es un niño de complexión fuerte, aparenta mayor edad, pero los rasgos de su
facies le confieren un aspecto dulce, ojos grandes y expresivos; permanece
sentado, con la cabeza baja y en silencio, durante el discurso inagotable, quejoso
y en tono de reproche que realiza su madre, a veces tímidamente me mira y
observo que se le humedecen los ojos aunque mantiene control del llanto.
Incluso en algunos de esos huidizos contactos oculares intenta esbozar una
sonrisa y ladea la cabeza a modo de disculpa. En ningún momento, cuestiona a
su madre o la descalifica, si me dirijo a él contesta de forma parca, generalmente
con monosílabos o con gestos como encogerse de hombros, resignado de algún
modo a mantener la entrevista.
Motivo de consulta
Su madre dice que le pidió al pediatra que lo mandase a alguien: “ya no aguanto
más con él, esta provocándome todo el tiempo, así es imposible convivir,.... me
hace la vida imposible, todo le parece mal, no podemos ir a ningún sitio, siempre
protesta, se queja, se aburre, desobedece, se niega a todo.... me amarga salir
con él y he decidido que no salgamos más juntos así al menos no montamos
escándalos en público”. A su vez expresa temores de que este hijo pueda
“acabar teniendo problemas como el otro” y confiesa que es una mujer con poca
3. paciencia, incidiendo en sus sentimientos de incapacidad, impotencia,
desbordamiento que traduce en relación al manejo de la situación.
Descripción psicopatológica
En la entrevista individual el niño se muestra más distendido, se queja de
dificultades para concentrarse en clase, y para recordar lo que estudia, se
observa cierta inhibición y bloqueo. “Me pongo a hacer los deberes y me salen
mal, arranco la hoja y vuelvo a empezar pero no soy capaz de acabarlos como
antes”. Humor triste, en consulta no se muestra irritable pero acepta que le
molestan y afectan mucho las cosas, incluso cosas a las que antes apenas les
daba importancia: “el otro día me puse a llorar porque no me sacaron a jugar en
el equipo de fútbol, discutí y acabé peleando con uno de los niños”.
Pensamiento centrado en la perdida paterna y en la visión que sin su padre la
cosas no van a marchar bien, desesperanza: “si mi padre no hubiese muerto yo
no estaría triste, tampoco mi madre y mi hermano, él no se hubiese ido de
casa,...” (llora desconsolado). Sentimientos de soledad y culpa. Insomnio de
conciliación.
Antecedentes personales y desarrollo
Todo dentro de la normalidad, destacar que antes del fallecimiento de su padre
era un niño con una buena historia de adaptación y rendimiento en el medio
escolar. En el último año su madre dice que lo encuentra delante del cuaderno,
a veces con las hojas llenas de tachaduras y “borrones” y hojas arrancadas; que
cuando le pregunta se queda callado y no le dice nada.
Antecedentes familiares
No hay antecedentes familiares, salvo el consumo de tóxicos de su hermano
mayor. La madre dice que éste se inició en la adolescencia “porros, más tarde
otras cosas como cocaína”. Abandonó los estudios y su padre le consiguió un
trabajo en la construcción.
Describe que la convivencia con este hijo fue muy difícil, generando muchos
conflictos en el seno familiar e incluso el sentimiento de “haber descuidado”, al
hermano menor durante los periodos más críticos. Según la información
aportada, a pesar de abandonar el consumo, las relaciones con él siempre han
sido difíciles “tiene mucho carácter, como yo,...”, aunque tras su independencia,
ella confiesa que han mejorado. El hermano mayor, deja de vivir en casa tras el
fallecimiento del padre. Su madre deja entrever en consulta sentimientos de
abandono y cierto reproche: “él ahora tiene su vida, así ya no tiene tantos
problemas,....cuando vivía su padre era distinto, no le hubiese sido tan fácil”.
Juicio clínico
Trastorno afectivo (depresivo), enmarcado en duelo familiar.
Presencia de tensiones familiares y cambios en el núcleo familiar, posteriores a
la pérdida, incrementándose las exigencias adaptativas del sistema.
4. Madre muy afectada por la pérdida, dificultades de adaptación, más centrada en
sí misma
en su malestar e incapacidad que se traduce en reacción negativa ante el hijo
menor con el cual convive:
- Poca empatía y sensibilidad hacia el duelo de éste, se siente abrumada y
sobrepasada en relación a las demandas de atención y comportamiento
(irritabilidad, negativismo,...) y la disminución en el rendimiento escolar.
- Rigidificación materna en el manejo educativo, estilo excesivamente exigente y
poca calidez afectiva, rechazo y distanciamiento.
- Vivencia de nuevo abandono/pérdida ante hijo mayor.
Parece que el duelo paterno, actuó como desencadenante de la ruptura con el
hijo mayor,(conflicto anterior), reagudizando y prolongando el duelo.
Propuesta terapéutica
1.- Intervención farmacológica para el control de la sintomatología depresiva
2.-Intervención familiar, fundamentalmente dirigida hacia la madre para lograr
una aceptación por parte de ésta de su hijo como ser que también ha sufrido una
perdida y unión/apoyo a través de la misma, compartir parte de las entrevistas
como expresión del duelo conjunto (favorecer la expresión de emociones y
tolerancia ante las mismas, así como los trastornos de conducta y el bajo
rendimiento como expresión de duelo).Actuación empática con la madre,
intentando apoyarla y reforzarla y mejorando la interacción madre-hijo (mayor
flexibilidad, modelo menos exigente y rígido). Abordaje de los sentimientos de
culpa y abandono, fundamentalmente en relación “al fracaso” como madre (hijo
mayor-----hijo menor), que obstaculizan y dificultan los mecanismos adaptativos
y evolución del sistema familiar hacia una nuevo estado.
3.- Intervención individual con el niño: psicoterapia de apoyo encaminada a una
elaboración emocional de la pérdida y una visión reparadora dada la fase actual
de desesperanza y sentimientos depresivos.