1. COACHING
Cuando un directivo pierde su trabajo remunerado suelen darse dos situaciones,
la de negación o la de re-invención. La transición desde el puesto que ocupába-
mos hasta el nuevo será tanto más sencilla cuanto menos apegados estemos a
lo que decía el enunciado de nuestro cargo de la función que desempeñábamos.
Una buena práctica puede ser mirar debajo de esa etiqueta y descomponer las
múltiples competencias y tareas que hemos desempeñado. Eso nos ayudará a
conocernos mejor y a enfrentar el futuro de forma más positiva.
Maite Inglés y García de la Calera, fundadora de MocionA. Business y Life Coach PCC por ICF. Orientador de carrera profesional
y mediación en conflictos.
FICHA TÉCNICA
Autora: INGLÉS Y GARCÍA DE LA CALERA, Maite.
Título: Mejorar la empleabilidad es a veces cuestión de
descomponer el rótulo con que nos definimos.
Fuente: Capital Humano, nº 298. Mayo, 2015.
Resumen: Solemos estar tan apegados al cargo que des-
empeñamos que cuando nos vemos obligados a dejarlo
es frecuente encontrarse desorientado. Los directivos que
pierden su trabajo se encuentran entren la negación y un
proceso de reinvención. Pero este proceso no es sencillo si
no estamos preparados. Lo primero que la autora aconseja
es descomponer la función desempeñada en las múltiples
competencias y tareas desarrolladas. Esto nos ayudará a
conocer mejor nuestras capacidades y a enfrentar el trán-
sito hacia un nuevo objetivo de forma más eficaz y menos
traumática.
Descriptores: Coaching / Competencias / Directivos
Mejorar la empleabilidad
es a veces cuestión de
descomponer el rótulo con
que nos definimos
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2. >
A
lo largo de este septenio de negocio
escaso y miedoso que no acabamos de
dejar atrás,no son pocos los profesionales
que, tras haber salido de sus corpora-
ciones, se han sumido poco o mucho,
durante más o menos tiempo,en un cierto aturdimiento.
Una de las cuestiones que más frecuentemente parecen
desconcertar,a los varones quizás más que a las féminas,
tiene que ver con el rótulo, título o “headline” (titular)
que, bajo el nombre de la persona, figura en su tarjeta
de visita o en su pie de firma (director general, gerente
financiero,director de recursos humanos,PMP,CIO,etc).
Útiles en cuanto que ordenan el mundo, los rótulos
acarrean asimismo, de manera casi inherente, un envés
perverso: nacen con intención descriptiva pero el ser
humano, a menudo necesitado de oropeles externos,
sin darse cuenta los interioriza y pasa a dotarlos de un
poder definitorio.Así, de presentarnos como Fulanito de
Tal que ejerce de ejecutivo –algo temporal y circunstan-
cial-,muchos pasamos a creer que somos ejecutivos –algo
permanente y definitivo, parte de nuestra esencia como
persona y garante de nuestra valía-.
El virus de la perversión permanece latente mientras
somos nosotros quienes vamos dirigiendo con nuestras
elecciones el rumbo de cuándo cambiar de organización,
pero ¡ay!, puede estallar en cuanto la decisión de que
abandonemos la corporación la tomen otros. Circuns-
tancia ésta que está siendo el pan nuestro de cada día, y
a la que todos estamos expuestos.En el diplomatario del
pintor y paisano Francisco de Goya hallé en la sección
dedicada a los Caprichos una reflexión al respecto que
me acompaña desde hace un año: “La fortuna paga con
humo la fatiga de subir, y al que ha subido le castiga con
precipitarle”.También el cantautor Joan Manuel Serrat nos
advierte de los vuelcos de la existencia:“de vez en cuando
la vida nos gasta una broma y nos despertamos sin saber
qué pasa, chupando un palo sentados sobre una calabaza”.
PREPARARSE PARA EL CAMBIO
Nuestra salida de la organización y ulterior tránsito serán
tanto más livianos cuanto menos apegado a las entrañas
tengamos el rótulo de a qué nos dedicábamos.No se me
entienda mal, no preconizo aquí el desterrar de nuestra
carta de presentación toda referencia a títulos, sino el
estar preparados para que el momentáneo descenso o
bifurcación que pueda acaecernos al prescindir nuestro
empleador de nosotros, lo hagamos esquiando en vez
de a trompicones.
En mi trabajo con profesionales que han perdido sus
trabajos remunerados, he observado varios fenómenos
de los cuales quiero aquí recoger dos: la resistencia
a descender la pista, por un lado, y el no saber a qué
nuevas pistas dirigirse, por otro.Aunque distintos, am-
bos fenómenos me parecen consecuencia de haberse
apegado al título.
En el primer caso, el del ejecutivo o directivo que se
resiste, la persona suele encontrarse en negación, re-
chaza lo que le ha pasado.Maneja un discurso nostálgico,
con frases que no os van a sorprender pues son lugar
común de conversaciones: “con lo que yo he sido”,“verme
ahora así”,“yo no me voy a rebajar a hacer ese trabajo que
me ofrecen, está por debajo de mi nivel”,“para eso prefiero
quedarme en mi casa”.Y más de uno acaba quedándose en
casa como una cenicienta sin escarpín,y no precisamente
por gusto propio.
En el segundo caso, el del ejecutivo que no sabe a qué
nuevas pistas dirigirse, la persona no vive en la nostalgia,
sino que mira al frente con determinación y deseando
re-inventarse. Pero, en el maremágnum de cordillera
nevada que tiene enfrente, no es capaz de distinguir co-
linas específicas hacia las que avanzar, y tampoco sabe si
dispone de los bártulos adecuados con los que emprender
el camino hacia ellas.
Este segundo caso puede ser el de personas que no
creen servir para otra cosa más allá del rótulo con el
que se definen. No se dan cuenta, hasta que se lo haces
ver, de que el rótulo no es más que la suma de unas
bellas competencias que podrán llevarles por otras rutas
hacia otras áreas. Me detendré en esta modalidad más
adelante,pues os traigo el resultado de un proceso muy
bonito de reinvención que realicé con una ejecutiva
hace un tiempo.
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3. > sectoriales o en escuelas de negocio.A estas personas
no se las percibe relajadas. Ni contentas. Agitados,
presentan una dual aproximación-evitación para
con los demás, mitad deseosos de merecer estar
ahí, mitad avergonzados por creer –erróneamente-
que ya no lo son.Y, si hablas con ellos, manejan un
discurso mucho en pasado: “yo era”, “yo hacía”, “yo
fui”. Mes tras mes, quizás año tras año. Aferrados
a su etiqueta.
REINVENTARSE, UN CASO REAL
El caso real que os traigo es el de una ejecuti-
va en re-invención con la que el trabajo principal
que planifiqué constaba de dos partes. La primera,
orientar y pulir su currículum, muy técnico, para la
mejor comprensión por parte del elenco variado de
sectores hacia los que sentía poder encaminarse; la
segunda, descomponer su perfil en competencias, y
con ellas descubrir posibles áreas laborales y nuevos
puestos que podría ejercer con ellas. Extrajo no
menos de seis áreas nuevas en las que desempeñar
con soltura, lo que la hizo respirar más cómoda y
esperanzada.
Lo que quiero reseñar aconteció en la sesión de cierre,
cuando ella valoró como resultados del proceso otros
frutos además de los de estas dos líneas principales
de trabajo. Hace poco, alguien me decía que recurrir
a mis servicios se parecía a comprarse un iPhone, que
se elige para cubrir un deseo o necesidad, pero luego
uno se da cuenta con deleite de que sirve también
para otras cosas no menos valiosas y deseables. Así,
los resultados auxiliares que extrajo mi cliente, que
por inesperados no consideró ella menos importantes,
los listo aquí con la intención de extrapolarlos y de
extenderlos como contenidos que podéis obtener
cuando contratáis a un buen profesional de trayectoria:
abrir vuestro campo de visión y de actuación; ayuda-
ros a enfocar mejor y ver posibilidades que antes no
veíais; enriquecer vuestra manera de ver y de ordenar
la información o de limpiar el caos, promoviendo con
ello un pensar más rápido y estructurado; o mejorar
el cómo transmitir, por ejemplo en entrevistas labo-
rales, vuestro lado más atractivo de una manera más
natural y fluida.
Con estas viandas en el hatillo, será menor el tiempo
que alguien pase desconcertado a la grupa de la cala-
baza.Y será más fácil ir en busca de un nuevo y bello
escarpín.
HAY QUE VER MÁS ALLÁ
Parte crítica del trabajo que en mi faceta de coach de
trayectoria profesional hago con estos dos perfiles,
ejecutivos en negación y ejecutivos en re-invención,
consiste en ayudar a la persona a mirar bajo la eti-
queta que trae, a descomponer ésta en las múltiples
competencias y cualidades que ha desarrollado a lo
largo de su vivencia vital o su desempeño laboral, y
a reflexionar en las actividades que por el camino ha
venido realizando para el éxito de su misión.Todas
juntas, competencias, cualidades y actividades, son
las que le han permitido ejercer de director general
o de gerente de operaciones. No es la etiqueta en
sí la que ha obrado el milagro pues, como decíamos,
esa, a la postre, no tiene más capacidad per se que
la de ser resumen de aquéllas.Y no olvidemos, no lo
olvidemos nunca, que las cualidades quedan cuando
ya no “somos” director general o de operaciones,
no se van ni se diluyen cuando nos quedamos sin
puesto. Las cualidades y no el rótulo son las que nos
permitirán ejercer de lo que venga en el futuro, en
función de nuestras preferencias y elecciones, o de
lo que toque si no llegamos a disponer de esa posi-
bilidad de elección.
Muchos, gracias al trabajo que hagan con los profesio-
nales de trayectoria, volverán a encontrar puestos de
nivel parecido al que tenían.A esos, siempre que hayan
aprendido a separar su valor intrínseco como persona
del valor transitorio de los sillones que han ocupado,
siempre que hayan aprendido que no somos el puesto;a
esos, enhorabuena, pues venga lo que venga su espíritu
estará presto a recibirlo.
Otros quizás ya no obtendrán ocupaciones similares a
las del pasado. O no en el sentido en que las ejercían
antes. Por ello, tanto a unos como a otros, yo siempre
me cuido de prepararles también para esa eventualidad,
reforzando su dignidad como profesionales basada en
competencias y en desempeños,no en etiquetas.Muchos
directivos he conocido que, re-inventados felizmente
hacia otros menesteres, pasean con alegría esa dignidad
por donde van, relajados y serenos bien ejerciendo de
interim managers,bien mediando en conflictos,haciendo
mentoring en start-ups, o hasta poniendo en contacto
a unos y a otros para que sean éstos los que hagan el
negocio.Incluso dar clases en Cáritas es una feliz y plena
opción para algunos.
La cara triste de la situación me la dan esos ex di-
rectivos en negación que veo a menudo en eventos
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