1. LEGADO DE LA CULTURA INCA
El legado de los incas está compuesto por todos los elementos culturales que
rescataron de los pueblos que habitaban el área andina, para luego
perfeccionarlos y difundirlos, estando estos vinculados, con su arquitectura y
técnicas agrícolas, y también con aspectos como el idioma y la alimentación.
La agricultura fue la actividad
económica más importante del
pueblo Inca, utilizaron las técnicas
agrícolas de sus antecesores con la
finalidad de elevar la producción
consiguiendo mejorar la alimentación
de sus pobladores.
la agricultura representó la base de
la economía inca. Las poblaciones
que habitaron el área andina lograron
domesticar y aclimatar una gran
variedad de productos a diversas
condiciones, sacando provecho de
terrenos considerados más bien
difíciles para la producción agrícola.
Se fundamentaba en el principio de
la reciprocidad. Por el principio de
reciprocidad, se lograba una
adecuada dotación de mano de obra
para producir los productos. Luego,
esa producción se podía regalar,
poniéndose en práctica el principio
de redistribución. Cada ayllu,
formado por aproximadamente cien
familias encabezadas por un curaca,
poseía tierras comunales que eran
trabajadas por todos sus integrantes.
Las familias tenían, asimismo, una
porción de tierra (tupu), para
satisfacer sus necesidades.
Los incas cultivaron maíz, maní, yuca, papa, frijoles, algodón, tabaco y
coca, entre otras. Las tierras eran propiedad comunal y se trabajaban
en forma colectiva. Desarrollaron también una ganadería de camélidos
sudamericanos (llama y alpaca). La cultura inca creía en el trueque
como forma de pago que consistía en intercambiar una cosa por otra.
Además, ellos eran expertos en la agricultura, siendo su actividad
principal, entre sus principales cultivos están el maíz, la papa, el
algodón y la coca.
El legado que nos dejó la cultura del imperio incaico es parte de nuestro
patrimonio cultural que ayuda a definir el sentido de identidad de un pueblo,
hace parte de su historia y puede ser una fuente de cohesión social y orgullo
colectivo. Además, puede convertirse en un activo económico vital que
impulse el desarrollo sostenible. Además, el patrimonio cultural ayuda a definir
el sentido de identidad de un pueblo, hace parte de su historia y puede ser
una fuente de cohesión social y orgullo colectivo.