2. Traemos un pequeño experimento, extremadamente sencillo y divertido se
trata de convertir una simple botella de plástico en un perfecto cañón de
aros de humo, seremos capaces de disparar vórtices totalmente caseros
en cuestión de minutos.
3. Un cañón de vórtices es un juguete científico que impulsa el aire
a distancia generando vórtices con forma toroidal. Su mecanismo
es muy similar a lo que ocurre cuando soplamos, pero en ese caso
el aire se dispersa en menos de un metro de distancia y no tiene
el efecto de nuestro cañón. Lo que hace que este último tenga
más potencia es su gran estabilidad, que permite que los vórtices
puedan llegar a atravesar toda una habitación sin perder
fuerza, derribando objetos a su paso.
4. Una botella de plástico pequeña
Un globo
Una cuchilla
Tijeras
Unas cuantas barras de incienso
5. El primer paso es recortar la base de la botella a unos 4 o 5 dedos
con ayuda de la cuchilla. Por otra parte, recortamos también con las
tijeras la boquilla del globo, es decir, toda la parte estrecha. Una
vez hecho, colocamos el globo en la parte superior de la botella por el
extremo en el que hemos recortado la base.
Para poder disparar los anillos y verlos con facilidad, tenemos que
llenar todo el interior de humo. Con ayuda de un mechero encendemos
las barritas de incienso e introducimos la punta con mucho cuidado
para evitar que se quemen las paredes o el mismo globo.
6. Una vez bien lleno, sacamos los palitos y ya podremos usarlo,
simplemente tendremos que apuntar a nuestro objetico y dar pequeños
toquecitos con un par de dedos al globo. De esta forma, comenzaran a
salir disparados los vórtices hasta chocar con la superficie más
cercana.
Lo idóneo es apuntar hacia una pared oscura, e incluso una cartulina
negra para poder apreciar el experimento.