La importancia de los animales en la vida del ser humano se resume en tres puntos:
1) Los animales desempeñan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas ya sea de forma directa o indirecta. 2) Especies como los lobos y caballos solían ser parte integral del paisaje y la agricultura hasta principios del siglo XX. 3) Aunque hoy en día los vemos principalmente como mascotas, aún dependemos de los animales para obtener alimentos y materiales.
La importancia de los animales en la vida del ser humano
1. LA IMPORTANCIA DE LOS ANIMALES EN LA VIDA DEL SER HUMANO
La importancia de la protección de especies animales para evitar su extinción no es
meramente un capricho conservacionista: cada uno de los seres vivos que habita
nuestro planeta tiene un papel –directo o indirecto- en el mantenimiento del equilibrio
de los ecosistemas. Su ausencia puede provocar desequilibrios, pero su
reincorporación puede llegar incluso a restaurar ambientes degradados.
Este último es el caso de los lobos, que luego de 70 años de ausencia fueron
reintroducidos a la zona de las montañas rocosas del norte de Estados Unidos: su
presencia ayudó a controlar la población de alces y a restaurar la flora nativa.
En una época que hoy nos parece remota, los caballos eran parte del paisaje urbano,
así como los animales de tiro en el campo; sin embargo, este era el caso hasta
principios del siglo XX.
Aunque hoy solo vemos mascotas urbanas, que mantenemos a cambio de su
compañía, para muchos fines dependemos aún de los animales. Una gran parte de las
proteínas que consumimos proviene de animales domesticados hace milenios. Las
fibras textiles más apreciadas son de origen animal y los animales de laboratorio han
prolongado nuestra expectativa de vida.
LA DOMESTICACIÓN
El primer paso crucial para la civilización fue el dominio del fuego que permitió habitar
cuevas, ahuyentar depredadores y cocinar comida. El siguiente paso fue la
domesticación de animales y plantas que inició la agricultura e hizo al hombre
sedentario. Algunos se mantuvieron nómades, pero la civilización se desarrolló
alrededor de la agricultura hace 10.000 años. Aunque los animales domésticos de hoy
son muy distintos de sus ancestros silvestres, estos son fácilmente identificables. El
registro fósil conserva el ancestro común de los animales que aún quedan en estado
salvaje con los que fueron domesticados.
La agricultura y la domesticación de animales se iniciaron en el Cercano Oriente, hoy
aceptado como cuna de la civilización. Los primeros en ser domesticados, hace más
de 10.000 años, fueron los cerdos, vacas y cabras; especies capaces de convertir en
proteínas una vegetación pobre. Ellos fueron parte importante del alimento en los
inicios de la civilización del Cercano Oriente. Luego el hombre aprendió a obtener de
sus animales otros productos derivados de la leche.
Hace 5.000 años en Mesopotamia se criaron carneros por su lana, que fue trabajada
en telares. En Egipto, hace 6.000 años, se registra por primera vez el uso de animales
para trabajar el campo. Simultáneamente, al norte del Cáucaso, en lo que hoy es
Ucrania, se originó otro uso trascendental de animales: fue domesticado por primera
vez el caballo, que en menos de 1.000 años llegó a Grecia, Europa Central y Asia. El
burro ya había sido domesticado en Egipto y el camello en el Cercano Oriente. En esa
misma época en Asia se inventó la rueda; no tardó en aparecer la primera carreta y el
animal de tiro encontró empleo estable.
2. EVOLUCIÓN ARTIFICIAL
La adaptación a la convivencia con el hombre dio origen a un proceso de modificación
de las características físicas de los animales. Mientras que en su hábitat el animal
dependía de sus sentidos, agilidad y rapidez de reacción para alimentarse y librarse de
depredadores, viviendo con el hombre sus necesidades quedaron resueltas. El
hombre seleccionó sus animales por características que en su hábitat natural hubieran
sido su perdición.
El animal doméstico debe ser tranquilo, manso, aumentar en tamaño y pelaje; las
aves, domesticadas hace 5.000 años, en lugar de volar debían producir más carne y
huevos. La selección para llenar estos requisitos modificó a los animales domésticos,
haciendo que se parecieran cada vez menos a sus antepasados. Esta evolución
selectiva, en algunos casos de más de 10.000 años, ha dado lugar a diferencias
sustanciales, más allá del aspecto externo. En todos los animales domésticos el
cerebro se ha achicado con respecto al de sus ancestros. Los que originalmente
tuvieron los cerebros más desarrollados, como los ungulados (que tienen cascos) y los
depredadores, muestran la mayor reducción.
CEREBRO DOMESTICADO
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La parte del cerebro que más disminuye es el neurocórtex, la parte funcional, y los
sistemas sensoriales que se conectan a él. Un cerdo doméstico tiene 41% menos
visión y 31% menos olfato que su antecesor, el jabalí. Su sistema límbico, que lo
mantiene alerta, controla sus reacciones ante el peligro y su agresividad, necesarias
para defenderse y obtener alimento, es 40% menor. El resultado es una conducta más
adecuada a la convivencia con el hombre.
Además de los cambios en el cerebro y sistema nervioso, fundamentales para la
domesticación, hay otros. El peso y el tamaño del animal doméstico generalmente es
mayor y otras características, como el pelaje, y la distribución de la masa muscular,
varían de acuerdo con la especialización. Todos los animales criados por el hombre
han perdido masa encefálica: desde el cerdo (33,6%), el carnero (24%), el cuy (13,5%)
pasando por la llama (17,6%), hasta la rata (8,7%).
El hombre no ha domesticado voluntariamente la rata, pero le ha hecho la vida más
fácil, por lo que la rata de campo, expuesta a depredadores y con menor disponibilidad
de alimento, tiene un cerebro más grande. El ratón doméstico, cuya vida al lado del
hombre parece ser tan dura como sin él, no muestra mayor variación en su sistema
3. nervioso. El perro, que se ha ganado una posición privilegiada como asistente y
compañero del hombre, también ha visto simplificada su vida.
El perro, comparado al lobo, ha perdido casi 29% de su cerebro y 32% de su
neurocórtex. El ejemplo extremo de la modificación del animal por el hombre,
asombrosamente rápida comparada con la evolución natural, es el perro. Sus
ancestros, los lobos, pesan entre 15 y 60 kilos, mientras que los perros domésticos,
producto de la selección artificial, van desde uno hasta 70 kilos, con las formas y
pelajes más variados.
LOS NÚMEROS
La cantidad de animales domésticos que necesita el hombre para mantener sus
niveles de consumo crece paralelamente a la población. Esto reduce doblemente la
población animal silvestre. Desaparecen los bosques y praderas que habitan los
animales silvestres para dar lugar a cultivos y pastizales. Por otra parte, al disminuir su
número, los que quedan son más valiosos para los cazadores furtivos. Otro efecto de
la reducción de una población animal por debajo de cierto número es la falta de
hibridación, que debilita la raza aumentando los defectos genéticos y la susceptibilidad
a las enfermedades.
Hoy los animales silvestres se han alejado tanto de sus descendientes domesticados,
y reducido tanto su número, que su supervivencia es aleatoria. Hoy hay más de mil
millones de cerdos, otro tanto de vacunos y de ovejas; de pollos hay más de 15.000
millones; todos criados por el hombre y ninguno de ellos podría sobrevivir sin él. Así, la
supervivencia de los animales silvestres que dieron origen a la civilización es de
pronóstico reservado.
Luego de haberlos adaptado a nuestras necesidades, estamos acabando con ellos. En
nuestro trato con la naturaleza rara vez prevemos las consecuencias.
Todos los animales están equipados para cuidar de sí mismos en la naturaleza, con
las defensas naturales para asegurar su supervivencia. Ahora más que nunca, los
científicos están investigando las distintas variedades de animales para ver cómo los
seres humanos podemos aprender de sus diferentes mecanismos de salud. Mientras
que el tema es extenso,se han destacado cinco criaturas que, a través de la
investigación científica, se ha descubierto que posee increíbles poderes curativos que
pueden rehabilitar y tratar enfermedades humanas.
1. Los perros
Capacidad de curación: Se ha comprobado que la saliva de los perros puede curar
heridas. Por otra parte, el movimiento de la lengua de un perro puede ayudar a las
heridas, ya que la saliva afloja la suciedad en la superficie del corte.
Respaldado por la ciencia: Investigadores descubrieron una proteína llamada Factor
de crecimiento nervioso en la saliva de los perros; las heridas tratadas con ese factor
FCN, sanan el doble de rápido que las heridas no tratadas.
4. 2. Serpientes:
Capacidad de curación: Una proteína en el veneno de una víbora de hueco
malaya, puede ayudar a tratar y prevenir los coágulos de sangre.
Respaldado por la ciencia: Mientras que ser mordido por una serpiente venenosa no
es ideal, usar su veneno para tratar las enfermedades se ha encontrado eficaz. Una
proteína llamada ancrod encontrada en el veneno de la víbora de hoyo malaya, puede
disolver coágulos de sangre que causan los derrames cerebrales en el rango de seis
horas después del accidente cerebrovascular. El veneno se está utilizando
actualmente en Europa para tratar a pacientes con coágulos de sangre profundos y
para prevenir la formación de coágulos problemáticos después de ciertas cirugías y
procedimientos.
3. Los Gatos
Capacidad de curación: A través de su profundo ronroneo, los gatos pueden reparar
huesos rotos.
Respaldado por la ciencia: Frecuencias de 20 a 50 Hertz son útiles para acelerar la
cicatrización de lesiones óseas. Las vibraciones del ronroneo felino, que van desde
20-140 Hertz, pueden ayudar a curar lesiones de tejido blando en músculos, tendones
y ligamentos.
4. Las abejas
Capacidad de curación: Las abejas son la columna vertebral de nuestro ecosistema,
proporcionando a los seres humanos con múltiples fuentes de alimento. Su polen es
un alimento perfecto, que contiene casi todos los nutrientes requeridos por el cuerpo
humano.
Respaldado por la ciencia: El polen es rico en proteínas, vitaminas, minerales, ácidos
grasos y bioflavonoides que son anti-virales, anti-bacterianos y ayudan a reducir el
colesterol. El polen fresco contiene al menos 20 de los aminoácidos que construyen
las células sanas.
5. Mascotas – Perros, gatos, conejos y conejillos de Indias
Capacidad de curación: Las mascotas de hogar han demostrado que levantan la
inmunidad en los bebés.
Respaldado por la ciencia: Los bebés que viven con animales durante sus primeros
seis meses tienen menor probabilidad de desarrollar alergias y asma. Niños con
mascotas también son menos propensos a tener resfriados e infecciones del oído
durante su primer año.