El documento discute cómo la globalización ha cambiado la naturaleza del estado y la administración pública, generando ganadores y perdedores. También argumenta que una reforma del estado requiere mejorar la eficiencia y transparencia de la administración pública a través de la evaluación, rendición de cuentas y servidores públicos profesionalizados para generar estabilidad, reducir la desigualdad y promover el desarrollo humano de la sociedad.