El Valor Original del Ser Humano
El Verdadero Diseño de los Seres Humanos.
Un gran libro realizado por el Dr. Miguel Ángel Cano Jiménez
Basado en las enseñanzas del Verdadero Padre y Dr. Sun Myung Moon.
Una compresión Universal del Verdadero Valor de la Humanidad.
Para todos los Colegios y Universidades.
https://profesores-educacion-para-la-paz.blogspot.com/
5. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
VALOR SAGRADO, ÚNICO, ETERNO Y CÓSMICO
VALORES Y PRINCIPIOS UNIVERSALES PARA CREAR
UNA CULTURA DEL CORAZÓN
VOLUMEN I
MIGUEL ÁNGEL CANO JIMÉNEZ
DOCTOR EN FILOSOFÍA Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
7. ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 15
CAPÍTULO 1
VALOR SAGRADO Y ÚNICO 21
Hombres y mujeres dignos, iguales y únicos, cuya esencia es
su corazón y amor, que están dotados de libertad, responsa-
bilidad y creatividad
1. SERES HUMANOS COMO PERSONAS DOTADAS DE UNA DIGNIDAD ESPECIAL
QUE LES DISTINGUE DEL RESTO DE LAS CRIATURAS E IGUALES EN ESEN-
CIA 21
- ¿Cuál es el propósito de nuestras vidas?
- ¿Somos el fruto del azar o estamos configurados para un fin?
- El valor innato e intrínseco de los seres humanos
- La dignidad especial de los seres humanos que les distingue del
resto de las criaturas
- La igualdad esencial de todos los seres humanos
2. SERES HUMANOS COMO PERSONAS QUE ARMONIZAN DENTRO DE SÍ MIS-
MOS LOS ASPECTOS MENTALES Y CORPORALES, QUE SIENTEN, PIENSAN
Y QUIEREN, Y CUYA ESENCIA MÁS PROFUNDA ES EL CORAZÓN Y EL
AMOR 28
2.1. Personas que armonizan dentro de sí los aspectos menta-
les y corporales (materiales) 28
- Una misma naturaleza común mental y material
- Una primera causa que reúne la esencia de la mente y la mate-
ria
- Un ser unido de aspectos mentales (sungsang) y aspectos corpo-
rales (hyungsang) armonizados
- La función de la mente espiritual (SS) y la mente física (HS)
2.2. La perfección individual como la armonía entre las aspi-
raciones de la mente espiritual y los deseos de la mente
física 33
- La prioridad de las aspiraciones de la mente espiritual sobre los
deseos de la mente física
8. 6 NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
- El problema de la inversión del orden de las prioridades
- Al subordinar los deseos del cuerpo a los dictados de la concien-
cia se puede adquirir el autodominio y alcanzar la armonía o
paz interior
2.3. Emoción, intelecto y voluntad, los valores y las activida-
des económicas y culturales 37
- La búsqueda de los bienes o valores materiales y el desarrollo
de las actividades económicas
- La búsqueda de la verdad y el desarrollo de la ciencia y la filo-
sofía
- La búsqueda de la belleza y el desarrollo de las actividades ar-
tísticas
- La búsqueda de la bondad y el desarrollo de las religiones
- El amor como fuente y fundamento de todos los valores
- El verdadero amor de Dios como fuente de los valores absolutos
2.4. Personas cuya esencia más profunda es el corazón y el
amor 43
- Los sentimientos y el amor en la historia de la filosofía
- Un ser con corazón
- El corazón es la fuente de la emoción, intelecto y voluntad
- Una cultura del corazón
- La teoría de la motivación del corazón
- La máxima felicidad se encuentra en el amor
2.5. La perfección individual como el desarrollo del corazón
mediante el cultivo de la capacidad de amar 55
- Dar y recibir: La ley más simple y fundamental del universo
- La prioridad de dar sobre recibir
- La capacidad de dar debe cultivarse mediante un esfuerzo vo-
luntario, responsable y creativo
- Las tres etapas del cultivo de la capacidad de amar y el desarro-
llo del corazón
3. HOMBRES Y MUJERES ARMONIOSAMENTE UNIDOS QUE REPRESENTAN A
LA HUMANIDAD Y REFLEJAN LOS ASPECTOS MASCULINOS Y FEMENINOS
DE DIOS 61
- La diferenciación en hombres y mujeres en la humanidad
- Igualdad en dignidad y valor de los hombres y las mujeres
9. ÍNDICE 7
- En el universo todos los seres y cosas existen en forma de parejas
de entidades masculinas y femeninas, o partes complementarias
- La causa primera o Dios debe contener la esencia de las facetas
masculinas y femeninas, o Yang y Yin, que se manifiestan en to-
dos los seres y cosas del universo
- Masculinidad y feminidad, y las diferencias entre el hombre y la
mujer
- El hombre y la mujer, las dos caras de Dios
- La dimensión divina y cósmica del amor conyugal
- Solo el amor conyugal, y no la confrontación u odio entre géne-
ros, puede hacer que los hombres y las mujeres sean realmente
iguales
4. EL SER HUMANO COMO UNA PERSONA DOTADA DE UNA IDENTIDAD PER-
SONAL SINGULAR ÚNICA E IRREPETIBLE 71
- La individualidad única e irrepetible de los seres humanos
- Diferencias entre los seres humanos y las demás criaturas
- Un ser con unas características singulares únicas
- Seres capaces de ofrecer una alegría única a su Creador
- Un admirable camaleón
- El ADN y la influencia de las circunstancias ambientales
- La influencia de la educación y las circunstancias sociales
5. SERES HUMANOS COMO PERSONAS DOTADAS DE LIBERTAD, RESPONSABI-
LIDAD Y CREATIVIDAD DENTRO DE UN MARCO LEGAL MORAL Y NATURAL
76
- El carácter, a la vez, indeterminista (capacidad racional, inten-
cionalidad, autonomía, libertad, creatividad) e indeterminista
(mecanismos regidos por leyes) del universo
- Un ser con Logos
- Tener libertad significa disponer de un margen de maniobra o
elección dentro de un marco legal natural y moral
- No hay libertad sin responsabilidad
- Si se priva al hombre de su libertad pierde también su dignidad y
valor
- Seres humanos dotados de creatividad
10. 8 NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
CAPÍTULO 2
VALOR ETERNO Y CÓSMICO 91
Hombres y mujeres poseedores de un alma inmortal que
cumplen la función de microcosmos, centros de armonía y
señores de la creación
1. ¿EXTINCIÓN, REENCARNACIÓN, RESURRECCIÓN O VIDA ETERNA? 91
1.1. Visiones religiosas y filosóficas antiguas acerca de la su-
pervivencia del alma 91
- El culto a los muertos
- La supervivencia del alma y el juicio en el más allá
- La transmigración de las almas
- La resurrección de los muertos
- Las teorías de la extinción
- La fusión de las almas con el Espíritu Absoluto y la negación del
alma de Buda
1.2. Razones éticas y psicológicas de la inmortalidad del alma
96
- Necesidad del cumplimiento de la justicia
- Explicación del sufrimiento de los inocentes
- ¿Por qué las personas buenas sufren a manos de los mal-
vados?
- Dignidad especial y dimensión eterna del ser humano
- La identidad personal única y el alma inmortal
- La lógica del amor y la vida eterna
2. EL PROBLEMA ALMA-CUERPO O MENTE-CEREBRO 108
2.1. Planteamiento antiguo y moderno: alma y cuerpo 108
- La cultura griega
- Sócrates: El cuidado del alma
- Demócrito y Epicuro: La disolución del alma tras la muerte
- Orfismo y Pitágoras: El cuerpo es la cárcel del alma
- El dualismo Platónico
- El hilemorfismo de Aristóteles
- El pensamiento medieval cristiano: San Agustín
- La antropología de Santo Tomás
- El hilemorfismo universal de Ibn Gabirol y San Buenaventura
11. ÍNDICE 9
- La filosofía moderna: El dualismo sustancial de Descartes
2.2. Planteamiento actual: mente y cerebro 119
- Teorías monistas materialistas: El alma es el “fantasma en la
máquina”
- El conductismo: Los estados mentales son irrelevantes
- Teoría de la identidad: Afirmación de la identidad entre los pro-
cesos mentales y cerebrales (David Amstrong)
- El difícil problema de la consciencia
- Emergentismo: Los procesos mentales son propiedades emer-
gentes del cerebro (John Searle)
- Funcionalismo: La mente es un sistema funcional independiente
del cerebro (Putnam y Fodor)
- Teorías dualistas interaccionistas (Penfield)
- Dualismo interaccionista: la mente autoconsciente es una reali-
dad distinta del cerebro (John Eccles)
- Dualismo interaccionista emergentista: La mente autocons-
ciente como un producto evolutivo del cerebro (Karl Popper)
3. VISIÓN DEL PENSAMIENTO DE UNIFICACIÓN SOBRE EL PROBLEMA ALMA-
CUERPO Y EL MUNDO ESPIRITUAL 129
3.1. Teoría de la universalidad de los aspectos mentales
(sungsang) y los aspectos materiales o energéticos
(hyungsang) 129
3.2. Estructura de los seres humanos: sungsang y hyungsang
131
- Un ser dual compuesto por un alma inmortal (SS) y un cuerpo fí-
sico temporal (HS)
- Un macrocosmos dual compuesto por el mundo espiritual (SS) y
el mundo físico (HS)
- Estructura de la mente humana
- Diferentes aspectos sungsang y hyungsang en la estructura de
los seres humanos
- La mente animal
- La mente vegetal
- Procesos mentales en átomos y partículas
- La estructura estratificada de todos los seres y cosas
12. 10 NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
- Diferencia entre la estructura dual de los seres humanos y la es-
tructura unitaria del resto de los seres vivos y cosas
3.3. El ser físico y el ser espiritual de los seres humanos 153
- La estructura del ser físico
- La estructura del ser espiritual
- La relación entre el ser físico y el ser espiritual
- El árbol y el fruto: El crecimiento del ser espiritual solo es posi-
ble en la vida aquí en la tierra
- Elementos de vitalidad: Las buenas o malas acciones determi-
nan la calidad del ser espiritual
3.4. Las tres etapas de la vida humana 159
3.5. El cultivo de la capacidad de amar aquí en la tierra como
una preparación para vivir eternamente en el mundo es-
piritual 162
3.6. La resurrección de los muertos 163
- La resurrección de los muertos en el Juicio Final
- Tras la muerte física la persona resucita a una nueva vida con la
forma de un cuerpo espiritual luminoso
- La resurrección significa pasar de un estado de “muerte espiri-
tual” a otro de “vida espiritual”
3.7. La reencarnación y la resurrección de retorno 165
- La teoría de la reencarnación
- La reencarnación como la reivindicación de las víctimas inocen-
tes y una segunda oportunidad para la redención
- La reencarnación y la identidad personal única de los seres hu-
manos
- Problemas de la ley del karma y la teoría de la reencarnación
- El karma heredado de los antepasados
- La teoría de la resurrección de retorno
- El infierno es un estado transitorio o provisional creado por las
propias personas que actúan mal
3.8. Juicio y destino de las almas en el más allá 170
4. TESTIMONIOS ACERCA DE LA REALIDAD DEL MUNDO ESPIRITUAL 172
- Visiones, comunicación con los espíritus y experiencias sobre la
vida después de la muerte
13. ÍNDICE 11
- Características comunes de las visiones, relatos o experiencias
acerca del mundo espiritual
- Experiencias de separación de la consciencia del cuerpo físico
- Continuidad y similitud entre ambos mundos
- Un cuerpo espiritual similar al cuerpo físico
- El ambiente en los reinos celestiales
- Un mundo de libertad plena
- Un mundo en el que podemos comunicarnos y movernos a la velo-
cidad del pensamiento
- Encuentros con familiares y amigos
- Los matrimonios en el mundo espiritual
- Las delicias del amor conyugal en los reinos celestiales
- Encuentros con una brillante luz mística o divina que irradia amor
- Encuentros con Dios que se manifiesta en forma de luz
- Ver pasar la vida ante nuestros ojos como si fuera una película
- Dios no nos juzga, nosotros somos nuestro propio juez
- Los reinos celestiales
- Cosechamos en el cielo lo que sembramos en la tierra
- Los reinos infernales
5. HOMBRES Y MUJERES COMO MICROCOSMOS, CENTROS DE ARMONÍA Y SE-
ÑORES DE LA CREACIÓN 195
- El ser humano como obra maestra y fin último del universo
- Microcosmos de la totalidad del cosmos
- Mediadores y centros de armonía entre el mundo espiritual
y el mundo físico
- Señores de la creación
CAPÍTULO 3
EL SENTIDO DE LA VIDA HUMANA 205
Hombres y mujeres interconectados e interdependientes que
forman familias y sociedades, y que al vivir por los demás
pueden elevar extraordinariamente su valor, y cuyo fin úl-
timo es cumplir las tres grandes metas de la vida
1. INTERCONEXIÓN, INTERRELACIÓN E INTERDEPENDENCIA ENTRE TODAS
LAS ENTIDADES INDIVIDUALES DEL UNIVERSO 205
14. 12 NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
2. LOS PROPÓSITOS DUALES: PROPÓSITO INDIVIDUAL Y PROPÓSITO PARA
EL CONJUNTO 206
- El fin particular y el fin del todo
- ¿Cómo podría estar todo tan interrelacionado si solo existiera
el fin individual de la propia supervivencia?
- El natural impulso hacia la cooperación con vistas a un bien
común
- Todas las criaturas del universo forman un enorme organismo
entrelazado entre sí por los propósitos duales
- Complementariedad entre el propósito individual y el propó-
sito para el conjunto
- La definición de una persona buena y una persona mala
- El egocentrismo es la causa de todos los problemas y conflic-
tos
3. LA MÁXIMA ÉTICA UNIVERSAL DE “VIVIR POR LOS DEMÁS” 214
4. EL PRINCIPIO DE VIVIR POR UN PROPÓSITO CADA VEZ MÁS ELEVADO
216
5. LAS PERSONAS ADQUIEREN UN MAYOR VALOR A MEDIDA QUE SIRVEN A
CONJUNTOS DE INDIVIDUOS CADA VEZ MÁS GRANDES 217
- Deseo de perseguir los valores
- Deseo de realizar los valores en uno mismo
6. LA ELEVACIÓN PROGRESIVA DEL VALOR HUMANO: HIJOS DE PIEDAD FI-
LIAL, PATRIOTAS Y SANTOS 219
- Hijos de piedad filial y padres modélicos
- Ciudadanos y vecinos ejemplares
- Patriotas, grandes líderes, y héroes nacionales
- Santos y grandes hombres y mujeres
- Los grandes fundadores de las religiones son venerados por
millones de personas debido a su vida personal y ejemplo de
amor sacrificial por la humanidad
7. EL SENTIDO ÚLTIMO DEL UNIVERSO ES LA UNIÓN DE TODOS LOS SERES Y
COSAS MEDIANTE EL AMOR 223
8. LAS TRES GRANDES METAS O ASPIRACIONES UNIVERSALES DE LA HUMA-
NIDAD 225
15. ÍNDICE 13
8.1. Primera meta de la vida: Perfección o madurez moral in-
dividual 227
- El desarrollo moral
- La madurez del carácter
- La perfección o madurez individual como la armonía interior en-
tre los deseos del cuerpo y las aspiraciones de la mente
- La perfección individual como el desarrollo de la capacidad de
amar
- La primera bendición de Dios
8.2. Segunda meta de la vida: Familias armoniosas unidas por
el amor y un mundo unido como una gran familia 236
- Las familias son las unidades básicas o ladrillos con los que se
construyen la sociedad y el mundo
- La familia es un microcosmos del universo
- La familia: Escuela del amor, de las virtudes y de las normas
- La segunda bendición de Dios
- El amor conyugal entre marido y esposa
- La dimensión social y universal del amor conyugal
- La armonía familiar es la fuente de la armonía social y mundial
- Sociedad ideal y utopía
- La esperanza perenne de la llegada de una nueva era de paz
8.3. Tercera meta de la vida: Creatividad y armonía con la na-
turaleza 248
- Trabajo creativo y consciencia ecológica
- La tierra es como el vientre de una madre gigantesca
- Si contaminamos el medio ambiente nosotros mismos sufriremos
las consecuencias
- La tercera bendición de Dios
BIBLIOGRAFÍA 253
16.
17. INTRODUCCIÓN
Hoy día la humanidad está plagada de problemas y
sumida en un torbellino de confusión. A nivel individual,
familiar y social, debido al colapso de los valores tradi-
cionales, se han multiplicado problemas tales como el
incremento de delitos violentos en jóvenes y adultos, el
consumo abusivo de alcohol y drogas, los delitos sexua-
les, el maltrato y la violencia dentro del ámbito familiar,
la proliferación de mafias que controlan la trata de mu-
jeres o los negocios de la droga y la pornografía infantil
y adulta, llegando hasta la corrupción de las elites polí-
ticas y financieras.
Y a nivel mundial estamos inmersos en una serie de
guerras regionales y expuestos al creciente peligro de
conflictos o choque entre distintos pueblos, culturas y
civilizaciones.
Sin embargo, todos deseamos a nivel personal su-
perar nuestros problemas y ser mejores, formar fami-
lias estables en las que impere el amor, y vivir en una
sociedad y un mundo mejor, libre de guerras, miseria y
sufrimientos.
Si queremos realizar nuestros deseos de felicidad
personal y familiar y vivir en un mundo en paz, tendre-
mos que reflexionar profundamente acerca de nosotros
mismos y tratar de encontrar respuestas a preguntas
tales como: ¿Quiénes somos? ¿Qué es el ser humano?
¿Qué sentido tiene nuestra vida? ¿Por qué nacemos y
morimos? ¿Para qué vivimos? ¿Son nuestros problemas
y sufrimiento algo inevitable? ¿Habrá siempre conflictos
en las familias y la sociedad, y guerras en el mundo?
18. 16 NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
¿QUÉ ES EL HOMBRE?
Hay dos respuestas clásicas, una pesimista y otra op-
timista, a esta pregunta formulada por Kant que se co-
rresponde con uno de los grandes temas de la filosofía:
el conocimiento de nosotros mismos, el saber sobre la
naturaleza humana.
Visión pesimista: «El hombre es un lobo para el
hombre»1
La clásica visión de la naturaleza humana más pesi-
mista, o si se quiere más realista, es la representada
por Hobbes.
Los seres humanos por naturaleza buscan principal-
mente su propia conservación, y como todos son iguales
y desean las mismas cosas, estarán siempre en una
continua lucha unos con otros. Al decir de Hobbes:
Y, lo peor de todo, hay un constante miedo y un
constante peligro de perecer con muerte violenta. Y la
vida del hombre es solitaria, pobre, desagradable, bru-
tal y corta.2
La situación de conflictos o guerras de unos contra
otros no es una situación normal o sana, no es lo que
debería ser. No se puede pensar superficialmente di-
ciendo que esto es lo que ocurre en realidad y lo que ha
pasado en la mayor parte de la historia, y que, por
tanto, es lo normal y lo inevitable.
Este tipo de visión, también llamada realista, es en
realidad desesperanzadora y conformista. Es como si un
médico tratara de convencer a su paciente enfermo y
dolorido de que, en realidad, no le ocurre nada, que es
lo normal y que es lo que le ocurre a todo el mundo.
1
Plauto, Asirania. 495.
2
Thomas Hobbes, Leviatán, Alianza Universidad, Madrid, 1989, p. 108.
19. INTRODUCCIÓN 17
Sin embargo, el ser humano nunca se ha conformado
con la enfermedad o el dolor, sino que trata incansable-
mente de recuperar su salud. De igual forma, nunca se
ha conformado con una situación de guerras y conflictos
continuos. Siempre ha intentado acabar con la miseria
y la injusticia con la esperanza de vivir feliz en un
mundo en paz, a pesar de que haya fracasado una y mil
veces.
Es como un pez que, estando sobre la arena de la
playa, da grandes saltos intentando con desesperación
volver de nuevo al agua a pesar de que se está asfi-
xiando. Igual que el pez no está hecho para vivir fuera
del agua, el ser humano no está hecho para vivir en una
situación de contradicción y sufrimiento, y por ello in-
tentamos ansiosamente volver a nuestro hogar, a un
ambiente natural donde reine la armonía y la paz.
Creer que el ser humano es egoísta por naturaleza, y
que los conflictos o guerras son inevitables, conduce a
una actitud pesimista, resignada, pasiva y conformista,
contraria a una de las aspiraciones humanas más uni-
versales, que es vivir en un mundo en paz.
Visión optimista: «El hombre es una cosa sa-
grada para el hombre.»3
Mencio, un clásico representante de la visión opti-
mista, defendió que todos los seres humanos poseen un
buen corazón innato que les impulsa a la compasión, a
avergonzarse de sí mismo cuando hacen algo malo, y a
indignarse ante las injusticias. Creía que la humanidad
debía recuperar ese buen corazón que de alguna ma-
nera había perdido.
Todos los hombres tienen un [buen] corazón incapaz
de soportar los sufrimientos de los otros.4
3
Séneca, Epístolas 95, 33.
4
Confucio, Mencio, II, VI, 1, Los cuatro libros, Alfaguara, Madrid, 1981.
20. 18 NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
La visión optimista de la naturaleza humana es más
amable y esperanzadora, pero se ve obligada a explicar
por qué la mayoría de los seres humanos perdieron esa
bondad original y dieron lugar a una historia llena de
egoísmo, conflictos y guerras.
Por esta razón, en casi todas las escrituras religiosas
se habla de un paraíso original o una edad dorada en la
que los seres humanos eran buenos e inocentes, que
fue seguida por una caída en el error, ignorancia o mal,
la cual dio origen a una historia de conflictos y sufri-
miento.
A pesar de esta dificultad de explicar el origen del
mal en el ser humano y el mundo, es evidente que creer
que la naturaleza humana original es esencialmente
buena es la visión más acorde con los deseos y aspira-
ciones universales de los todos los seres humanos de
alcanzar una realización personal y una felicidad fami-
liar y vivir en un mundo en paz libre de sufrimientos y
conflictos.
Se podría entonces afirmar que el hecho que siempre
haya habido guerras y conflictos no es una consecuen-
cia inevitable de una naturaleza humana esencialmente
egoísta o mala, sino que más bien es el resultado de un
continuado fracaso histórico, individual y colectivo, de
los seres humanos en cumplir su responsabilidad de al-
canzar una madurez moral y comportarse de una ma-
nera humana.
Utilizando la metáfora de la salud, cuando un médico
quiere curar a una persona de una dolencia, en primer
lugar, tiene que conocer el buen funcionamiento de un
cuerpo sano o estado de salud original, luego hacer un
diagnóstico acerca de la enfermedad y sus causas, y por
último recetar una prescripción o remedio para restau-
rar la salud perdida.
Por lo tanto, este primer volumen, titulado Natura-
leza Humana Original, de nuestra trilogía sobre el tema
21. INTRODUCCIÓN 19
general “Valores y principios universales para crear una
cultura del corazón,” está dedicado al estudio de la na-
turaleza humana original o saludable, destacando sus
puntos esenciales.
Continuaremos, en un segundo volumen titulado Pro-
blema del Mal y la restauración de la naturaleza original,
con un análisis del origen o causas históricas del mal
que han ocasionado una deformación de la naturaleza
humana original, así como presentar una posible solu-
ción o remedio a esta situación, a nivel personal, fami-
liar, social y mundial.
Y finalmente, en un tercer volumen titulado Creación
de una Cultura del Corazón, vamos a exponer los fun-
damentos morales, económicos, políticos y religiosos
que nos permitan construir una nueva cultura del cora-
zón.
Mi intención al escribir esta trilogía ha sido presentar
de una manera simple y didáctica el pensamiento filo-
sófico, ético y religioso de Sun Myung Moon, un hombre
extraordinario que dedicó toda su vida a lograr la paz
mundial y que en este año se celebra su centenario.
Sun Myung Moon fundó el Movimiento de Unificación
y numerosas organizaciones e instituciones en práctica-
mente todos los campos de la cultura. Reunió en múlti-
ples congresos internacionales a científicos, profesores,
comunicadores, educadores, líderes religiosos y líderes
políticos con el fin de trabajar juntos por la paz mundial,
transcendiendo las barreras nacionales, culturales, ra-
ciales y religiosas.
Además de referirnos a las propias palabras Sun
Myung Moon sacadas sus conferencias y sermones, ci-
taremos el Pensamiento de Unificación, un libro escrito
por Dr. Sung Hun Lee, un académico coreano que se
dedicó a ordenar y sistematizar su pensamiento filosó-
fico, y el Principio Divino, el libro que contiene la esencia
de sus enseñanzas religiosas.
22.
23. CAPÍTULO 1
VALOR SAGRADO Y ÚNICO
Hombres y mujeres dignos, iguales y únicos, cuya
esencia es su corazón y amor, que están dotados
de libertad, responsabilidad y creatividad
En este capítulo vamos a reflexionar acerca de la dig-
nidad especial y valor único de los seres humanos, e
intentar dar una respuesta a preguntas tales como:
▪ ¿Fuimos creados para un fin?
▪ ¿Poseemos una dignidad especial que nos distin-
gue del resto de los seres y cosas?
▪ ¿Cómo se compagina en el ser humano su dimen-
sión espiritual y material?
▪ ¿Es la razón la esencia del ser humano o su cora-
zón?
▪ ¿Poseemos una identidad personal única e irrem-
plazable?
▪ ¿Somos realmente libres y responsables o estamos
totalmente determinados por las leyes de la natu-
raleza?
1. SERES HUMANOS COMO PERSONAS DOTADAS DE
UNA DIGNIDAD ESPECIAL QUE LES DISTINGUE DEL
RESTO DE LAS CRIATURAS E IGUALES EN ESENCIA
¿Cuál es el propósito de nuestras vidas?
Desde la más remota antigüedad los seres humanos
se han preguntado a sí mismos por qué existen o cuál
es el papel o función que tienen que desempeñar en la
vida. Sin una finalidad o un propósito la vida humana
carecería de sentido o valor.
24. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
22
Algo es valioso solamente cuando cumple con su pro-
pósito o sirve para algún fin. Si un objeto deja de cum-
plir el fin para el cual fue hecho, pierde su valor y se tira
a la basura. Como dice Marco Aurelio, es una ironía que
aún ignoremos si nosotros mismos estamos hechos
para un fin o no.
Quien no sabe qué es el mundo no sabe dónde está.
Quien no sabe por qué existe, ni sabe quién es ni qué es
el mundo. Quien ignora una de estas cuestiones ni si-
quiera podrá decir cuál es su función en el mundo. ¿Qué
te parece ahora el hombre que escucha el ruido de los
aplausos o las críticas de quienes no saben dónde están
ni quiénes son?1
¿Somos el fruto del azar o estamos diseñados
para un fin?
¿Hemos sido diseñados para algo? ¿Hemos sido con-
figurados para algún fin? Una cosa es segura. No somos
nuestra propia causa. Nadie ha decidido nacer o existir.
Somos un producto, un resultado de algo.
Según la visión científica más popular hoy día, que es
una mezcla de atomismo antiguo y mecanicismo mo-
derno, estamos aquí por azar. Se cree que somos el
fruto de un accidente, un resultado fortuito de una serie
de mutaciones al azar. Estamos aquí porque nuestro
número salió en la lotería.
Así la vida es una lucha por la supervivencia en la que
solamente logran sobrevivir los más aptos, mientras
que los demás están destinados a la extinción.
Aparte del sombrío panorama que nos presenta esta
visión que reduce el valor del ser humano a mínimos y
en la que el único principio moral que cabe es la ley del
más fuerte, es de una absurdidad mayúscula creer que
1
Marco Aurelio, Meditaciones, VIII, 52, Ediciones Temas de Hoy, Madrid,
1994.
25. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 23
organismos con mecanismos tan sofisticados y exquisi-
tamente diseñados —como son los seres humanos—
sean el fruto de un cúmulo de accidentes fortuitos.
El valor innato e intrínseco de los seres huma-
nos
Si los seres humanos están hechos con un propósito
o configurado para un fin, entonces es posible afirmar
que poseemos un valor intrínseco, objetivo e innato por
el simple hecho de ser humanos.
La convicción de que los seres humanos poseen un
valor intrínseco y una dignidad especial que les distin-
gue del resto de las criaturas —que es el presupuesto
fundamental sobre el que se basan los derechos huma-
nos— es una creencia muy antigua compartida por to-
das las grandes tradiciones filosóficas y religiosas.
Seres con capacidad de realizar procesos menta-
les de un nivel superior y con el más alto grado de
autoconciencia
La dignidad especial y valor intrínseco que distingue
al ser humano del resto de los seres y cosas, desde un
punto de vista científico, se puede reconocer debido al
hecho de que —a pesar de compartir una naturaleza
biológica muy semejante al resto de los seres vivos—
los seres humanos destacan por su capacidad de reali-
zar procesos mentales de un nivel muy superior a ellos
(capacidad de conceptualizar, elaborar un discurso, in-
ferir leyes generales, etc.) y por poseer el grado más
elevado de autoconsciencia (capacidad de reflexionar
sobre sí mismo).
Y también porque los seres humanos son los “obser-
vadores” que pueden conocer, estudiar y clasificar a to-
dos los seres y cosas del universo.
26. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
24
Seres con capacidad de habla y diálogo
El valor intrínseco y la dignidad humana, desde una
perspectiva filosófica puramente racionalista o huma-
nista, se reconoce por el hecho de que todo ser humano
posee una naturaleza humana común en la que destaca
la razón, que le posibilita tener —a diferencia de los ani-
males— la capacidad de hablar y dialogar con otros se-
res humanos —al decir de Aristóteles— acerca del bien
y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cuali-
dades morales.
La dignidad especial y el valor sagrado de las per-
sonas desde la perspectiva religiosa
Todas las religiones comparten la creencia en la dig-
nidad especial y el valor sagrado o divino de los seres
humanos.
De acuerdo a la tradición bíblica este valor sagrado
se deriva del hecho de haber sido creados como hijos e
hijas de Dios a Su imagen y semejanza.
Los estoicos sostuvieron que la razón presente en to-
dos los hombres es una parte del mismo Logos universal
y divino que rige el universo.
En la cultura china, el ser humano era también con-
siderado el ser mejor dotado y más amado por el Cielo,
y en cuyo corazón se encarna el Tao. Así se le otorga al
ser humano una dignidad especial y un papel crucial en
el orden o armonía cósmica.
De forma similar, en la cultura hindú se destaca el
valor del ser humano sobre el resto de las criaturas por-
que posee un atman o alma eterna que es como una
gota o chispa del Espíritu Absoluto, con el que está des-
tinado a fundirse.
27. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 25
La dignidad especial de los seres humanos que
les distingue del resto de las criaturas
Por todas estas razones, siempre hemos intuido que
cada ser humano tiene una dignidad especial y un gran
valor intrínseco como individuo, y no solamente como
miembro biológico de la especie humana.
Esta creencia en la dignidad especial de los seres hu-
manos es el fundamento de los conceptos de igualdad
y libertad humana, así como de la defensa actual de los
derechos humanos.
La igualdad esencial de todos los seres huma-
nos
En cuanto a la igualdad esencial de todos los seres
humanos, esta es una consecuencia lógica de la digni-
dad especial que posee cada ser humano.
Los estoicos —al suponer que todos los hombres par-
ticipan del mismo Logos universal— defendieron la
igualdad humana y condenaron la esclavitud.
Los cristianos, al creer que todos los hombres y mu-
jeres son hijos e hijas de Dios, abogaron por una fra-
ternidad humana universal.
Incluso antes, Buda y los jainistas ya intentaron abo-
lir el sistema de castas de la sociedad hindú, y Confucio
trató de universalizar la educación en China y el acceso
a los cargos públicos.
Como se puede apreciar en las citas que vienen a
continuación, prácticamente en todas las culturas sur-
gieron voces que abogaron por la dignidad e igualdad
de todos los seres humanos.
28. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
26
El hombre es una cosa sagrada para el hombre. (Sé-
neca, Epístolas 95, 33) 2
Y Dios creó al hombre a su imagen; a imagen de Dios
lo creó; varón y hembra los creó (Génesis 1:27).3
Cada uno es una imagen de Dios en miniatura. (Ma-
nilio 4, 895)4
El hombre es un dios para el hombre, si conoce su
deber. (Cecilio, 264)5
En el reino de los fines todo tiene un precio o una
dignidad. Aquello que tiene precio puede ser sustituido
por algo equivalente; en cambio, lo que se halla por en-
cima de todo precio [el ser humano] y, por tanto, no
admite nada equivalente, eso tiene una dignidad. (Kant,
Fundamentación de la metafísica de las costumbres)6
Un ser humano individual es más precioso que el uni-
verso. El valor de cada persona es infinito, porque él o
ella han sido creados como el compañero de amor de
Dios. (Sun Myung Moon)7
A los que descienden de padres distinguidos les res-
petamos y honramos; en cambio, a los que no son de
clases distinguidas no los respetamos ni honramos. En
esto nos comportamos recíprocamente como bárbaros,
pues por naturaleza hemos sido creado iguales en todos
los aspectos, así bárbaros como helenos (Antifonte de
Atenas, s. V a. C.).8
2
Séneca, Epístolas 95, 33, en Aurea Dicta, Dichos y proverbios del mundo
clásico, Crítica, Barcelona, 1987, p. 35.
3
Biblia del Peregrino, Ediciones Mensajero, Bilbao, 1995.
4
Manilio 4, 895, en Aurea Dicta, Dichos y proverbios del mundo clásico,
Crítica, Barcelona, 1987, p. 35.
5
Cecilio, 264, en Aurea Dicta, Dichos y proverbios del mundo clásico, Crí-
tica, Barcelona, 1987, p. 35.
6
Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Espasa-Calpe,
Madrid, 1963, pp. 92-93.
7
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, 262:145, (23
de julio de 1994).
8
Antifonte de Atenas, cit. en Derechos humanos. Textos y casos prácticos,
Departamento de Filosofía del Derecho, Universidad de Valencia, Tirant
lo Blanch, Valencia, 1996, p. 31.
29. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 27
La divinidad ha creado iguales a todos los hombres;
la naturaleza no ha hecho a nadie esclavo (Alcidamas de
Elea, citado por Aristóteles, Retórica, A13, 1373b 18).9
El mundo del corazón es un mundo en el que todo el
mundo es igual. El reino de los cielos, que es la exten-
sión de una única familia, es un mundo de hermandad.
(Sun Myung Moon)10
¿No tenemos todos un solo padre? ¿No nos creó un
mismo Dios? (Malaquías 2.10).11
¿Qué importan, pues, todos esos títulos, nombres y
razas? Son meramente convenciones humanas (Buda,
Sutta Nipata 648).12
Soy el mismo para todos los seres. No hay nadie des-
preciable o favorito para mí (Bhagavad Gita IX, 29).13
Sabed que todos los seres humanos son los deposi-
tarios de la Luz Divina. Dejad de preguntar acerca de su
casta. En el más allá no hay castas (Sikismo, Adi Granth,
Asa, M.1, p. 349).14
El Maestro dijo: Trasmitid la cultura a todo el mundo,
sin distinción de razas ni categorías (Confucio. Hia-Lun
V.38).15
Su Señor les exaudió, diciendo: “¡Jamás desmereceré
la obra de cualquiera de vosotros, sea hombre o mujer!
Porque descendéis unos de otros.” (Islam. Corán
3.195).16
9
Ibid., p. 31.
10
Sun Myung Moon, Way of God’s Will 2.3.
11
Biblia del Peregrino, Ediciones Mensajero, Bilbao, 1995.
12
The Sutta-Nipata, Curzon Press, London, 1985.
13
Bhagavad Gita, Trotta, Madrid, 1997.
14
Sri Guru Granth Sahib, 4 vols., Punjabi University Press, Patiala, 1984.
15
Confucio, Los cuatro libros clásicos, Ediciones B, Barcelona, 1997.
16
El Corán, Visión Libros, Barcelona, 1997.
30. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
28
2. SERES HUMANOS COMO PERSONAS QUE ARMONI-
ZAN DENTRO DE SÍ MISMOS LOS ASPECTOS MENTALES Y
CORPORALES, QUE SIENTEN, PIENSAN Y QUIEREN, Y
CUYA ESENCIA MÁS PROFUNDA ES EL CORAZÓN Y EL
AMOR
2.1. PERSONAS QUE ARMONIZAN DENTRO DE SÍ LOS AS-
PECTOS MENTALES Y CORPORALES (MATERIALES)
Una misma naturaleza común mental y material
Todos, hombres y mujeres, poseemos una misma na-
turaleza común básicamente homogénea que se com-
pone de un aspecto mental y otro corporal. En lo que
respecta al aspecto corporal todos tenemos los mismos
órganos y miembros, o sea, ojos, nariz, boca, oídos, ca-
beza, tronco, manos y piernas, y las mismas necesida-
des físicas, como respirar e ingerir alimentos. En el as-
pecto mental también poseemos las mismas capacida-
des de pensar, sentir y tomar decisiones, así como los
mismos deseos básicos de conocer, apreciar la belleza
y actuar correctamente, y tener relaciones de amor con
nuestros seres queridos.
En otras palabras, todos disponemos del mismo nivel
de procesos mentales. Estos procesos mentales son
precisamente los que nos posibilita poseer un amplio
margen de autonomía o libertad, y una gran inventiva
o creatividad, que se expresa en la capacidad de comu-
nicarse mediante un lenguaje simbólico articulado y en
todas las producciones y creaciones culturales, técnicas,
científicas, artísticas y normativas.
Una primera causa que reúne la esencia de la
mente y la materia
Los aspectos mentales y materiales son dos facetas
inseparables que están presentes en mayor o menor
grado en todas las entidades del universo.
31. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 29
Por ello, El Pensamiento de Unificación afirma que,
dado que el efecto refleja la naturaleza de su causa —
como la obra refleja a su creador—, la causa primera o
Dios también debe contener aspectos mentales
(sungsang) y materiales o energéticos (hyungsang), y
ser el origen de ambos aspectos, que en Dios no existen
como dos sustancias diferentes que están separadas,
sino que están armoniosamente unidos formando una
única sustancia homogénea.
En una conferencia internacional de científicos, Sun
Myung Moon explicó de una manera simple y concisa
esta hipótesis de una primera causa que reúne la esen-
cia de la mente y la materia, como se puede apreciar
en la siguiente cita:
No obstante, debido a que el mundo del efecto está
compuesto de seres con dos naturalezas, la causa debe
ser un ser monista con la esencia de las dos naturalezas
de mente y materia combinadas en unidad.
En otras palabras, la causa última tiene que ser un
ser absoluto y unificado de dos naturalezas que puede
La primera
causa (Dios)
Aspectos
mentales
(Sungsang)
Mente
Seres humanos y resto
de los seres y cosas
Aspectos
materiales
(Hyungsang)
Cuerpo
Manifiestan aspectos mentales y
materiales, dos facetas insepa-
rables que interactúan y se ar-
monizan entre sí
Aspectos mentales
y materiales o energéticos
armoniosamente unidos
32. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
30
crear los atributos de mente y materia respectiva-
mente.17
Un ser unido de aspectos mentales (sungsang)
y aspectos corporales (hyungsang) armonizados
Esta es la primera característica que el Pensamiento
de Unificación atribuye a la naturaleza humana original,
la cual se la considera un reflejo de la naturaleza de la
primera causa o Dios.
Los seres humanos están compuestos de una mente
y un cuerpo que se asemejan al sungsang [aspecto
mental] y hyungsang [aspecto energético] de Dios, y,
por ello, son seres unidos de sungsang [mente] y
hyungsang [cuerpo].18
Aquí el Pensamiento de Unificación introduce dos
conceptos nuevos, Sungsang y Hyungsang. Básica-
mente, son dos conceptos similares a los de forma
(morphé) y materia (hyle) aristotélicos, y a la clásica
dualidad de espíritu (mente) y materia (cuerpo), pero
con dos significativas diferencias:
1) Aunque se manifiestan de una forma dual, no son
esencialmente diferentes entre sí, sino que ambos
comparten elementos mentales y energéticos en
común.
2) No se les atribuye un origen distinto, sino que son
dos aspectos inseparables de todos los seres y co-
sas que tienen un origen común y en último tér-
mino provienen de una misma sustancia homogé-
nea.
17
Sun Myung Moon, The Role of Unified Science in the Moral Orientation
of the World, 26 de noviembre de 1972, New York, USA.
18
Una Introducción al Pensamiento de Sun Myung Moon, IIUPM, Montevi-
deo, 2005, p. 74.
33. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 31
La función de la mente espiritual (SS) y la
mente física (HS)
Ya que los seres humanos poseen un aspecto mental
o espiritual y un aspecto corporal o material armoniza-
dos dentro de sí, se puede decir que su mente posee
también dos facetas, una mente espiritual (sungsang)
que es la mente de la parte espiritual del ser humano,
y una mente física (hyungsang) que es la mente de la
parte corporal o material del ser humano.
La función de la mente espiritual, que posee aspectos
intelectuales, emocionales y volitivos, es la de guiar a
nuestro intelecto en la búsqueda de la verdad, a nuestra
voluntad en la búsqueda de la bondad, y a nuestros
sentimientos en la búsqueda de la belleza, así como es-
tablecer relaciones de intercambios de amor, bienes y
servicios, formando familias, comunidades y naciones.
Por el contrario, la función de la mente física es guiar-
nos en la satisfacción de las necesidades necesarias
para la supervivencia de nuestro cuerpo y la búsqueda
de los bienes materiales que hacen confortable nuestra
vida material.
Las aspiraciones de la mente espiritual
Existen tres tipos de aspiraciones de la mente espiri-
tual que se corresponden con sus tres funciones princi-
pales; la intelectual, la emocional y la volitiva.
▪ Hablar, comunicarse, estudiar, saber, comprender,
investigar, adquirir conocimientos y buscar la ver-
dad. Todas ellas se corresponden con las funciones
intelectuales o cognitivas de la mente.
▪ Estar rodeados de cosas agradables o bellas, apre-
ciar y crear obras de arte, tener relaciones afectivas
armoniosas, formar familias y tener amigos. Todas
ellas se corresponden a los aspectos emocionales o
sentimentales de la mente.
34. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
32
▪ Ser útiles o valiosos para los demás, hacer el bien,
ajustarse a las normas de conducta, costumbres y
leyes que rigen la convivencia, ser justo, equitativo,
honesto, saber qué es lo más conveniente o lo me-
jor en cada situación de la vida. Todas ellas se co-
rresponden con los aspectos volitivos y prácticos de
la mente.
Los deseos de la mente física
La mente física tiene como fin mantener las funciones
del cuerpo y preservar su vida, así como garantizar su
multiplicación.
Comer, dormir, relajarse, hacer ejercicio, tener rela-
ciones sexuales, abrigarse o resguardarse de las incle-
mencias, poseer vestidos, casas, utensilios y medios de
transporte, así como los deseos de tener buena salud,
fuerza física o un aspecto bello. Todas estas apetencias
de la mente física tienen el propósito de conservar,
mantener y multiplicar la vida del individuo.
Las aspiraciones de la mente espiritual están diri-
gidas hacia una felicidad compartida, mientras que
los deseos de la mente física están orientados hacia
la satisfacción individual
Las aspiraciones de la mente espiritual, que son bá-
sicamente la verdad, la belleza y la bondad, están diri-
gidas hacia el servicio a los demás. Es decir, buscan
formar unidades más grandes que el individuo, como
son las familias, sociedades y naciones.
La mente espiritual o conciencia persigue verdades
universales, ideales y formas de vida compartidos, un
bien común, una misma justicia para todos, unas rela-
ciones armoniosas y pacíficas, y un bienestar y felicidad
general.
Los deseos de la mente física o cuerpo están orienta-
dos hacia el fin de mantener y preservar la vida y las
35. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 33
circunstancias del individuo, garantizando así su satis-
facción o felicidad individual.
2.2. LA PERFECCIÓN INDIVIDUAL COMO LA ARMONÍA EN-
TRE LAS ASPIRACIONES DE LA MENTE ESPIRITUAL Y LOS DE-
SEOS DE LA MENTE FÍSICA
La prioridad de las aspiraciones de la mente es-
piritual sobre los deseos de la mente física
Un primer aspecto básico de la perfección individual
es lograr una armonía interior entre los deseos del
cuerpo y las aspiraciones de la mente.
Por esta razón, aparte de tener unas necesidades fí-
sicas y unos deseos de colmarlas con el fin de sentirnos
Intelecto
Las funciones intelec-
tuales o cognitivas de
la mente
Emoción
Las funciones emocio-
nales o sentimentales
de la mente
Voluntad
Las funciones voliti-
vas y prácticas de la
mente
Hablar, comunicarse, estudiar, saber,
comprender, investigar, adquirir cono-
cimientos y buscar la verdad.
Estar rodeados de cosas agradables o
bellas, apreciar y crear obras de arte,
tener relaciones afectivas armoniosas,
formar familias y tener amigos.
Ser útiles o valiosos para los demás,
hacer el bien, actuar correctamente,
ser justo, equitativo, honesto, ajus-
tarse a las normas de conducta y cos-
tumbres sociales.
La mente física tiene
el fin mantener las
funciones del cuerpo,
preservar su vida y ga-
rantizar su multiplica-
ción
Comer, dormir, relajarse, hacer ejer-
cicio, tener relaciones sexuales, res-
guardarse de las inclemencias, poseer
vestidos, casas, utensilios y medios de
transporte, así como tener buena sa-
lud, fuerza física o un aspecto bello.
MENTE ESPIRITUAL
MENTE FÍSICA
36. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
34
satisfechos y feliz individualmente, también poseemos
unas aspiraciones intelectuales, artísticas y emociona-
les que nos impulsan a relacionarnos con los demás, y
formar familias y comunidades en las cuales poder in-
tercambiar con otras personas conocimientos, amor,
afectos, cuidados, bienes y servicios.
Satisfacer las necesidades físicas del cuerpo es una
condición básica e imprescindible para poder vivir como
individuo, pero, sin embargo, es solo un medio para po-
der cumplir las aspiraciones de la mente de buscar una
mayor felicidad compartida en las relaciones de amor
con otros seres humanos.
A medida que crecen, las personas deberían madurar
su carácter dejando atrás las actitudes y motivaciones
egocéntricas infantiles y, siguiendo los deseos de su
mente o conciencia, otorgar la prioridad al propósito de
hacer felices a los demás sobre el propósito de perse-
guir la satisfacción propia.
El problema de la inversión del orden de las
prioridades
Los problemas surgen cuando se invierte el orden de
las prioridades y el individuo piensa que existe solo para
sí mismo o que el principal propósito de su vida es sa-
tisfacer las necesidades individuales del cuerpo.
Por esta razón, Sócrates, en medio de una sociedad
que rendía culto al cuerpo y a la belleza física, enseñaba
el cuidado o cultivo del alma y animaba a emprender la
búsqueda de la verdad, el bien, la belleza interior y la
justicia, así como a dialogar y tratar de encontrar juntos
estos valores comunes y universales.
Hombre de Atenas, la ciudad de más importancia y
renombre en lo que atañe a sabiduría y poder, ¿no te
avergüenzas de afanarte por aumentar tus riquezas
37. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 35
todo lo posible, así como tu fama y honores, y, en cam-
bio, no cuidarte ni inquietarte por la sabiduría y la ver-
dad, y porque tu alma sea lo mejor posible? 19
Al subordinar los deseos del cuerpo a los dictados
de la conciencia se puede adquirir el autodominio y
alcanzar la armonía o paz interior
Cuando subordinamos los deseos del cuerpo a los
dictados de la mente espiritual o conciencia, podemos
alcanzar una madurez moral y adquirir un autodominio
o control de nuestros propios deseos.
Podemos así lograr un estado de paz interior que nos
permite experimentar una felicidad completa, satisfa-
ciendo ambos deseos, los de la mente y los del cuerpo,
de una manera equilibrada.
Esta armonía o paz interior es imposible cuando, de-
bido a una actitud inmadura, ignorante y egocéntrica,
ponemos la satisfacción individual como el único o prin-
cipal fin de nuestras vidas, y relegamos a un segundo
término u olvidamos el propósito de servir a otros.
Haciendo que la mente se subordine a los deseos del
cuerpo se invierte el orden natural. Es decir, los estu-
dios, carrera, conocimientos, talentos artísticos, habili-
dades, fuerza de voluntad y capacidad de trabajo se
convierten en instrumentos o medios para satisfacer la
propia codicia material o sexual, para perseguir la vani-
dad de la gloria, la erótica del poder o la droga de la
fama, cayendo fácilmente en todo tipo conductas com-
pulsivas como son la adicción a las drogas, alcohol,
sexo, juegos de azar, etc.
De esta forma es imposible lograr la paz interior,
pues la mente espiritual —en especial la conciencia—
nunca se somete a los deseos egoístas del cuerpo. Así
19
Platón, Defensa de Sócrates, Obras completas, Aguilar, Madrid, 1972, p.
209.
38. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
36
que ambos llegan a ser como dos polos positivos de un
imán que se repelen entre sí produciendo un estado
continuo de desgarramiento o contradicción interior.
Hoy en día, en nuestras sociedades llamadas libres,
convendría recordar a Séneca cuando dijo: «Nadie que
sea esclavo de su cuerpo es libre.»20
De hecho, en todas
las tradiciones éticas religiosas y filosóficas antiguas se
resalta unánimemente la necesidad de un autocontrol o
autodominio para lograr una perfección o madurez indi-
vidual, como se puede apreciar en las siguientes citas:
“Antes de desear tener dominio sobre el universo, de-
bes primero tener dominio sobre ti mismo”. Este es el
primer artículo en la vida de fe. Para alcanzar la perfec-
ción debes tener dominio sobre ti mismo. (Sun Myung
Moon).21
¿Quién es el fuerte? El que controla sus pasiones (Ju-
daísmo, Mishnah, Abot 4.1).22
Si un hombre venciera en batalla a mil enemigos y a
más todavía, y otro se venciera a sí mismo, esta victoria
significaría mayor triunfo, ya que la mayor victoria es la
que se gana sobre sí mismo (Budismo, Dhammapada
103-5).23
Sabio es quien conoce a los hombres y clarividente
quien se conoce a sí mismo. Tiene fuerza quien vence a
otros, pero solo es fuerte quien a sí mismo se vence
(Taoísmo, Tao Te Ching 33).24
20
Séneca, Epístolas 47, 17, en Aurea Dicta. Dichos y proverbios del mundo
clásico, Selección de Eduard Valentí, Crítica, Barcelona, 1987, p. 383.
21
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, 37:122, (23
de diciembre de 1970).
22
R. Travers, ed., Ethics of the Talmud, Shocken Books, New York, 1962.
23
El Dhammapada, camino de perfección, Editorial Diana, México, 1976.
24
Dos grandes maestros del taoísmo, Editora Nacional, Madrid, 1983.
39. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 37
¿Quién es, pues, libre? El sabio, que se gobierna a sí
mismo (Horacio, Sátiras).25
La victoria sobre uno mismo es la primera y la más
gloriosa de todas las victorias, mientras que la derrota
en que uno es vencido por sus propias armas es, sin
duda, lo más vergonzoso y denigrante que existe (Pla-
tón).26
2.3. EMOCIÓN, INTELECTO Y VOLUNTAD, LOS VALORES Y
LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS Y CULTURALES
La búsqueda de los bienes o valores materiales
y el desarrollo de las actividades económicas
La mente física o deseos del cuerpo persiguen bienes
o valores materiales. Todas las actividades económicas,
como la fabricación de utensilios, caza, pesca, recolec-
ción, pastoreo, agricultura, artesanía, construcción, co-
mercio e industria, han tenido como fin la consecución,
fabricación e intercambio de estos bienes que satisfacen
las necesidades básicas de los seres humanos y les pro-
porcionan bienestar o felicidad material.
La búsqueda de la verdad y el desarrollo de la
ciencia y la filosofía
Las aspiraciones de la mente espiritual, como vimos
antes, se pueden dividir en tres tipos principales:
El primer tipo son las aspiraciones que persiguen va-
lores como la verdad, información, conocimiento y ra-
cionalidad, que tienen su origen en las funciones cogni-
tivas o intelectuales de la mente espiritual.
El desarrollo de la filosofía, las ciencias, las institu-
ciones educativas e incluso gran parte de los modernos
medios de comunicación han tenido siempre el fin de
25
Horacio, Sátiras 2, 7, 83, cit. en Aurea Dicta. Dichos y proverbios del
mundo clásico, Selección de Eduard Valentí, Crítica, Barcelona, 1987, p.
383.
26
Platón, Obras completas, Aguilar, Madrid, 1972, p. 1275.
40. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
38
investigar, adquirir, intercambiar y distribuir informa-
ción, conocimientos y verdad que satisfacen el ansia de
saber del ser humano.
La búsqueda de la belleza y el desarrollo de las
actividades artísticas
El segundo tipo de aspiraciones de la mente espiritual
son las que persiguen valores como la belleza, amor,
armonía, proporción, unidad y simplicidad, que tienen
su origen en las funciones emocionales y sentimentales
de la mente espiritual.
El desarrollo de todas las actividades artísticas, como
la poesía, literatura, pintura, escultura, música y danza,
ha tenido como fin satisfacer estas aspiraciones de
apreciar y crear belleza.
La búsqueda de la bondad y el desarrollo de las
religiones
El tercer tipo de aspiraciones de la mente espiritual
son las que persiguen valores como la bondad, justicia,
libertad, igualdad, solidaridad y paz, que tienen su ori-
gen en las funciones volitivas o prácticas de la mente
espiritual.
El desarrollo de las religiones, costumbres, códigos
éticos, leyes y sistemas políticos han tenido como fin
guiar al hombre o proporcionarles las circunstancias
adecuadas para que pudiera satisfacer este tipo de as-
piraciones.
41. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 39
La mente física busca los
bienes o valores materia-
les y la felicidad o bie-
nestar material
Actividades económicas, fabricación
de utensilios, caza, pesca, recolec-
ción, pastoreo, agricultura, artesa-
nía, construcción, comercio e indus-
tria.
La emoción
busca belleza,
amor, armonía y
unidad
La voluntad
busca bondad,
justicia, libertad,
igualdad y paz
Las ciencias, filosofías, instituciones educa-
tivas y los medios de comunicación han te-
nido el fin de investigar, adquirir, intercam-
biar y distribuir información, conocimientos
y verdad.
Las actividades artísticas, poesía, literatura,
pintura, escultura, música y danza, han te-
nido como fin satisfacer los deseos de apre-
ciar y crear belleza.
Las religiones, legislaciones, sistemas políti-
cos, códigos éticos, costumbres, han tenido
como fin guiar al hombre para que pudiera
satisfacer sus ideales de bondad, justicia y
paz.
El intelecto
busca verdad,
información y co-
nocimiento
MENTE FÍSICA
MENTE ESPIRITUAL
Intelecto
Voluntad
Verdad
Belleza
Bondad
Ciencia Filosofía
Religión
Bellas Artes
Conocimiento Información
Armonía
Unidad
Justicia
Paz
Medios de
comunicación
Instituciones
educativas
Leyes
Ética
Música
Poesía
Amor
Amistad
Familia
Emoción
DESEOS, VALORES Y ACTIVIDADES CULTURALES
Mente
Corazón
42. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
40
El amor como fuente y fundamento de todos los
valores
El valor de un objeto se hace real o se manifiesta
plenamente solo cuando establece una relación con un
sujeto que lo desea y aprecia.
Así que el fundamento de todos los valores, incluido
el valor de la verdad, se halla en esta capacidad de
desear, querer y apreciar que en definitiva es la capa-
cidad de amar.
Por ello, el amor, estrictamente hablando, no es un
valor en sí mismo sino la condición previa, fuente y fun-
damento de todos los valores. Por ello, se habla de amor
a la sabiduría, amor por el bien y amor a la belleza.
El amor y la belleza
Generalmente, el amor se correlaciona con la belleza.
La belleza de una persona o un objeto llama la atención,
atrae, enamora o estimula los sentimientos de amor de
un sujeto.
El amor es una fuerza emocional que el sujeto de-
rrama o proyecta sobre un objeto —ya sea éste otra
persona, otro ser o una cosa— cuando se siente esti-
mulado o atraído por la belleza del objeto.
Cuanto más bello es el objeto más se le ama. Pero
también ocurre que cuanto más se ama a un objeto más
bello se vuelve a los ojos del amante. Por eso, no sola-
mente se puede decir que la belleza despierta y atrae el
amor, sino que el amor también crea la belleza.
El amor y la bondad
El amor está también relacionado con la bondad. Las
personas que hacen acciones buenas o cosas por el be-
neficio de los demás no solo despiertan sentimientos de
aprobación moral sino también el amor o la simpatía de
la gente que le rodea.
43. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 41
Asimismo, cuanto más se ama a alguien, más cosas
se está dispuesto a hacer por el bien de esa persona,
incluso hasta el punto de sacrificar la propia vida. Así
pues, se puede decir que el amor busca la bondad, o
incluso que el amor crea la bondad.
El amor y la verdad
Desde la Ilustración muchos estudiosos han pensado
que la búsqueda de la verdad debe ser guiada solo por
una razón fría y desapasionada, puesto que creían que
esta era la única manera de encontrar una verdad ob-
jetiva e imparcial.
Sin embargo, este no era el concepto de razón que
tenían los antiguos griegos para los cuales la búsqueda
de la verdad, el bien y la belleza era prácticamente la
misma cosa. Sócrates fue una persona que buscaba
apasionadamente la verdad, y que amaba profunda-
mente a sus discípulos y conciudadanos. Platón fue un
artista y místico a la vez que un amante de la verdad.
Muchos de los grandes científicos de todas las épocas
eran gente apasionada por la búsqueda de la verdad
que admiraban el orden y la belleza de la naturaleza, o
incluso sentían por ella una veneración casi mística.
Detrás de la búsqueda histórica de la verdad no ha
habido nunca una razón fría y desapasionada sino más
bien un ferviente amor por la naturaleza y por los seres
humanos.
Cuando se pretende eliminar los elementos emocio-
nales, estéticos y éticos de la razón, en aras de una
pretendida objetividad e imparcialidad —que a fin de
cuentas hoy se demuestra que no tiene— lo único que
se consigue es separar el valor de la verdad de los de-
más valores, y crear una ciencia fría, inhumana y des-
piadada que degrada el valor de seres humanos y de la
naturaleza.
44. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
42
El verdadero amor de Dios como fuente de los
valores absolutos
Sun Myung Moon, en muchas de sus conferencias pú-
blicas a científicos, profesores y líderes religiosos, re-
saltó la importancia de la búsqueda de “Valores Absolu-
tos” con el fin de lograr la paz mundial basada en una
cultura del corazón. Como se puede ver en las siguien-
tes citas, Sun Myung Moon afirma que el verdadero
amor de Dios, la fuente última del amor, es el funda-
mento de los valores absolutos.
En este punto quisiera mencionar la relación entre el
amor absoluto y los valores absolutos. El amor es el fun-
damento de los valores de la verdad, la bondad y la be-
lleza. Por ejemplo, cuando una persona practica el amor
a los demás, la sociedad lo designa como un acto de
bondad. (…)
El amor, la verdad absoluta, la bondad absoluta y la
belleza absoluta no pueden realizarse sin el conoci-
miento del amor absoluto —el amor de Dios— ya que el
amor es la fuente de estos los valores espirituales.27
De hecho, propongo que los valores absolutos que
buscamos estén basados en el amor absoluto y verda-
dero de Dios. La belleza, la verdad y la bondad absolutas
pueden realizarse sobre la base del amor verdadero.
Es mi ardiente deseo que científicos y profesores
avancen en sus respectivos campos sobre la base de un
sólido punto de vista de valores morales y realcen la
dignidad humana agregando al enfoque materialista y
analítico actual un enfoque integral con una dimensión
espiritual.28
27
Sun Myung Moon, God’s Model for Absoluteness, 21 de noviembre de
2006.
28
Sun Myung Moon, Absolute Values and the New Cultural Revolution, 3
de septiembre de 1984.
45. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 43
2.4. PERSONAS CUYA ESENCIA MÁS PROFUNDA ES EL CO-
RAZÓN Y EL AMOR
Los sentimientos y el amor en la historia de la
filosofía
Según el planteamiento clásico, heredado de la filo-
sofía griega, la esfera de la afectividad humana, en la
que se incluyen las pasiones, emociones y sentimientos,
al ser múltiples, volubles e irracionales, ocupa un lugar
inferior en la naturaleza humana con respecto de la
parte racional, compuesta por la inteligencia y la volun-
tad, las dos instancias más altas de la mente humana
de acuerdo con los clásicos.
Sin embargo, hoy día se vuelve a revalorizar la es-
fera de la afectividad humana y su importancia para el
desarrollo integral de la personalidad, hablándose in-
cluso ―al decir de Goleman en su famoso libro, Inteli-
gencia Emocional― de una mente racional que piensa y
otra mente emocional que siente, y de la necesaria ar-
monía entre ambas para lograr el equilibrio emocional
y la felicidad humana.
Filosofía griega: Predominio de la razón sobre los
sentimientos
Los estoicos fueron los que valoraron las pasiones de
una forma más negativa describiéndolas como «una
conmoción del espíritu opuesta a la recta razón y en
contra de la naturaleza.»
Consideraron que las afecciones del alma (pasiones
y sentimientos) eran de naturaleza irracional y tendían
a turbar el alma, por lo que era necesario controlarlas e
incluso suprimirlas con la razón con el fin de alcanzar la
apatía, que era un estado de serenidad, carente de pa-
siones, que caracteriza a la persona sabia y virtuosa.
Aristóteles valoró los sentimientos de una forma más
positiva, pero defendió también la necesidad de su con-
trol por parte de la razón. Sin el control de la razón, los
46. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
44
sentimientos son fuerzas que perturban el conocimiento
y provocan el desorden de la conducta.
Según Aristóteles, el entendimiento y la voluntad
pertenecen a la parte racional del hombre; el campo
afectivo se encuadra en cambio en la parte irracional
del mismo, es decir, el área de la experiencia que el
hombre comparte supuestamente con los animales.
En otros lugares el Estagirita pone de relieve el papel
positivo de los sentimientos cuando afirma que el hom-
bre bueno no solo quiere lo bueno, sino que se “alegra”
de lo bueno. La pasión central para él es el amor. Por
eso dedica dos libros de su mejor tratado de ética a la
amistad.
Filosofía cristiana: Revalorización del papel del
amor
Para Agustín de Hipona la pasión clave y la raíz de
todas las demás es el amor, como se desprende de sus
palabras.
«Ama y haz lo que quieras.» (In Epistolam Ioannis
ad Parthos VII,8)
«Mi amor es mi peso; por él soy llevado allí donde
soy llevado.» (Confesiones, XIII, 9)
El corazón según San Agustín es la parte central en
la vida del hombre. Con todo, no explica en sus escritos
la conexión entre el corazón y aquellas que son, según
él, las potencias primordiales del alma: entendimiento,
voluntad y memoria.
Tomás de Aquino acepta el planteamiento clásico que
mantiene que la inteligencia y la voluntad son las dos
facultades más altas de la naturaleza humana, y que la
afectividad ocupa un lugar inferior respecto de aquellas.
Desde este modelo explicativo, polarizado en exclu-
siva entre la inteligencia y voluntad como facultades su-
periores, se hace muy difícil dar cabida a una tercera
47. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 45
facultad afectiva a la que podríamos denominar cora-
zón.
Aun así, para Santo Tomás el amor no es una pasión
cualquiera, sino que es la pasión principal, pues «nin-
guna pasión es más vehemente que el amor.»
Filosofía moderna: Razón y corazón
Descartes, al igual que los clásicos, defiende también
la necesidad del control de las pasiones por medio de la
razón.
De entre todas las pasiones, distingue a seis a las que
denomina primarias: admiración, amor, odio, deseo o
apetito, gozo y tristeza.
Para Descartes todas las pasiones son buenas. Lo
malo es su mal uso. Todas pueden ser reguladas por la
razón y la virtud. El mejor remedio contra las conse-
cuencias dañinas de las pasiones es para él evitar su
mal uso y los excesos.
De todos es conocida la defensa que hace Pascal de
la capacidad de conocer que tiene el corazón; un cono-
cimiento superior a lo que se conoce con la razón, y que
lleva a subordinar la razón al corazón: «el corazón tiene
sus razones que la razón desconoce.»
Por corazón, en este pensador, hay que entender
algo así como la parte más profunda del alma humana,
que se abre a conocer las verdades autoevidentes y que
anhela a Dios, como él mismo declara: «es el corazón
el que siente a Dios, y no la razón.»
Blas Pascal cree que existen sentimientos del espíritu
superiores a los del cuerpo y a la inteligencia y la vo-
luntad.
48. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
46
Fenomenología: Sentimientos anímicos o espiri-
tuales y corazón
Según Scheler, existen sentimientos anímicos o pu-
ros: algunos no están vinculados al cuerpo, sino al yo
psíquico (alegría-tristeza); y otros son intencionales
respecto de los valores éticos (justo-injusto), estéticos
(bello-feo) y del conocimiento (verdadero-falso).
En este sentido, Scheler concede a estos sentimien-
tos anímicos o puros la capacidad de conocer los valores
éticos, estéticos y cognitivos que son la guía de la con-
ducta humana.
Hildebrand distingue entre una afectividad no-espiri-
tual y otra espiritual. Los distintos niveles de afectividad
o sentimientos para Hildebrand son los siguientes:
1) Afectos inferiores o corporales (placer, dolor,
etc.)
2) Otros superiores a estos, a los que llama psíqui-
cos (humor, depresión, etc.);
3) Y superiores a los anteriores están los sentimien-
tos espirituales (alegría, tristeza, compasión,
amor, etc.).
Estos últimos difieren de los precedentes porque son
siempre intencionales respecto de un determinado ob-
jeto real, mientras que aquellos no; y porque los senti-
mientos no espirituales están “causados” por procesos
corporales o psíquicos, mientras que los espirituales son
“motivados”.
El corazón en Hildebrand
Según Hildebrand hay tres centros neurálgicos en el
hombre, «la trilogía del entendimiento, la voluntad y el
corazón.» Para él, nuestro corazón es la sede de los
sentimientos. Al contrario de la clásica visión cristiana,
el corazón o el amor no se reduce a la voluntad.
49. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 47
Pero ¿qué es el corazón? ¿acaso una potencia más
del alma? Hildebrand se inclina a responder afirmativa-
mente: «hablamos de entendimiento, voluntad y cora-
zón como de tres potencias fundamentales o raíces del
hombre.» Incluso en algún pasaje sostiene que el cora-
zón es superior al entendimiento.
Es el corazón la parte más íntima de la persona, el
núcleo, el ser real, más que la voluntad o el intelecto.
Esto es así en el reino del amor humano: amor conyugal,
amistad, amor filial, amor parental.
El corazón está aquí, no solo el verdadero ser, porque
el amor es esencialmente una voz del corazón; también
es el verdadero ser en la medida en que el amor apunta
al corazón de la persona amada de una manera especí-
fica.
El amante quiere verter su amor en el corazón del
amado, quiere afectar su corazón, llenarlo de felicidad;
y solo entonces sentirá que realmente ha alcanzado al
ser amado, su verdadero ser.29
Amistad y amor en la filosofía
Filósofos y poetas de todos los tiempos siempre han
exaltado el amor como el bien más apreciado por los
seres humanos.
La Naturaleza que ha dado al hombre las lágrimas,
demuestra con ello que le ha otorgado un corazón muy
tierno; y esa parte de nuestra sensibilidad es la mejor.
(Juvenal 15, 131)30
No otra cosa es la amistad que una total armonía de
lo divino y lo humano en clima de benevolencia y afecto;
y nada mejor que ella, a excepción de la sabiduría, han
29
Dietrich von Hildebrand, The Heart: An Analysis of Human and Divine
Affectivity. St. Augustine’s Press, 2007, p. 67.
30
Juvenal 15, 131, en Aurea Dicta. Dichos y proverbios del mundo clásico,
Crítica, Barcelona, 1987, p. 123.
50. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
48
regalado los dioses al hombre. (Cicerón, Laelious, De
Amicitia, VI, 20)
Las amistades verdaderas son eternas. (Cicerón, De
Amicitia 9, 32)
Nada vale quien nada ama. (Plauto, Persa 179)31
Es grande la fuerza de los sentimientos humanos. (Ci-
cerón, Pro Roscio 22, 63)
Mi amor es mi peso; por él soy llevado allí donde soy
llevado. (San Agustín, Confesiones, XIII, 9)
El sentido último del ser es el amor. (Haecker, ¿Qué
es el hombre?)32
Es en la esfera afectiva, en el corazón, donde se al-
macenan los tesoros de la vida más íntima del hombre.
Es en el corazón donde se encuentra el secreto de una
persona. (Dietrich von Hildebrand, The Heart)33
El amor procede del corazón. (Haecker, Diario del día
y de la noche)34
Un ser con corazón
En el Pensamiento de Unificación se caracteriza al ser
humano como un ser con corazón.
El corazón se define como la fuente del amor, un irre-
primible e incondicional impulso de amar, de generar
alegría a través de una relación de amor con un ser
amado.
31
Plauto, Persa 179, en Aurea Dicta. Dichos y proverbios del mundo clá-
sico, Crítica, Barcelona, 1987, p. 145.
32
Haecker, Theodor, ¿Qué es el hombre? Guadarrama, Madrid, 1961, p.
180.
33
Dietrich von Hildebrand, The Heart: An Analysis of Human and Divine
Affectivity. St. Augustine’s Press, 2007, p. 58.
34
Haecker, Theodor, Diario del día y de la noche, Rialp, Madrid, 1964, p.
129.
51. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 49
El corazón es el núcleo de la mente de Dios y del ser
humano, es decir, la parte esencial de la personalidad
de Dios y de los hombres y mujeres.
Por ello, la perfección del carácter de las personas
radica en el completo desarrollo del corazón mediante
el cultivo de la capacidad de amar, para así poder ex-
perimentar y reflejar el corazón de Dios, como queda
expresado en la siguiente cita:
El corazón es el impulso emocional que busca generar
alegría a través del amor. En otras palabras, es el irre-
primible impulso emocional de amar. El corazón es pre-
cisamente la fuente del amor y el núcleo central del ca-
rácter de Dios.
Cuando los seres humanos heredan el corazón de
Dios llegan a reflejar su naturaleza perfecta. Por consi-
guiente, un ser humano que llegue a ser uno con el co-
razón de Dios y alcance así la perfección de su carácter,
se puede calificar de un ser con corazón.35
El corazón es la fuente de la emoción, intelecto
y voluntad
El corazón, según el Pensamiento de Unificación, no
es la sede de las emociones, sentimientos o afectividad
humana como se ha entendido tradicionalmente, sino la
parte más profunda de la mente humana y fuente de la
emoción, intelecto y voluntad. El corazón hace que es-
tas facultades actúen y se desarrollen de una forma
equilibrada y armoniosa.
El corazón es la fuerza que impulsa a la emoción a
buscar la belleza, al intelecto a buscar la verdad, y a la
voluntad a buscar el bien.
El corazón es también la fuerza que impulsa al arte,
la ciencia y la religión y todas las demás actividades
35
Una Introducción al Pensamiento de Sun Myung Moon, IIUPM, Montevi-
deo, 2005, p. 80.
52. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
50
culturales derivadas de la búsqueda de la belleza, la
verdad y la bondad.
Por esta razón, la cultura ideal u original debería ser
una cultura centrada en el corazón.
Una cultura del corazón
El corazón y amor por los seres humanos y la natu-
raleza es la motivación común que debería mover a la
ciencia y la filosofía en su búsqueda de la verdad, al arte
en su búsqueda de la belleza, y a la religión, ética y
política en su búsqueda del bien.
Los campos de la ciencia, arte, religión, ética y polí-
tica, en vez de estar separados y en permanente con-
flicto entre sí como ocurre hoy día, deberían cooperar y
trabajar centrados en este corazón y amor por el género
humano y la naturaleza, creando así una cultura del co-
razón, como explica Sung Hun Lee en la siguiente cita:
En una verdadera sociedad humana compuesta de
seres humanos originales, la fuerza motriz detrás de las
actividades intelectuales, emocionales y volitivas es el
Corazón
Emoción
↓
Belleza
Intelecto
↓
Verdad
Voluntad
↓
Bondad
Arte Religión Ciencia
53. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 51
corazón y el amor. Por lo tanto, todos los estudios aca-
démicos, los esfuerzos artísticos y el comportamiento
moral serán motivados por el corazón, y su objetivo será
la realización del amor. (…)
Así pues, originalmente la cultura debería estar mo-
tivada por el corazón, y su fin ser la realización del amor.
Tal cultura durará para siempre y, en el Pensamiento de
Unificación, se designa como la “cultura del corazón,” la
“cultura del amor,” o la “cultura de la armonía.” 36
La teoría de la motivación del corazón
Sun Myung Moon asevera que la motivación funda-
mental que llevó a Dios a crear brotó de Su corazón, Su
esencia más profunda. Esta es la denominada teoría de
la motivación del corazón, como queda explicado por
Sung Hun Lee en el Pensamiento de Unificación:
Así, el corazón de Dios puede ser definido como el
“impulso emocional de amar infinitamente.” El amor re-
quiere necesariamente un objeto de amor.
Especialmente, el amor de Dios es un impulso irrepri-
mible que brota de lo más profundo de su ser. Por esta
razón, Dios necesitaba absolutamente tener un objeto
al que poder amar…
Con esta motivación del corazón, Dios creó a los se-
res humanos y todas las cosas. 37
La motivación principal del corazón de Dios es Su de-
seo irreprimible de amar, que es incondicional, desinte-
resado y sacrificial. Es Su deseo de hacer felices a Sus
amados hijos. Y la motivación secundaria de Su corazón
es generar alegría y ser feliz por medio de la relación de
amor con Sus hijos.
36
Sung Hun Lee, New Essentials of Unification Thought, UTI, Korea, 2006,
p. 26.
37
Ibid., p. 24.
54. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
52
El deseo de amar del corazón no es un medio para
ser feliz, es un deseo irreprimible e incondicional de
amar, de hacer felices a otros. Es similar al corazón de
unos padres que no pueden dejar de amar a sus hijos,
incluso si estos no les corresponden y sufren por ello.
Sin embargo, la principal motivación de los seres hu-
manos inmaduros y egoístas es la de recibir amor, y la
secundaria es dar amor a otros para que les hagan feli-
ces. Y cuando no se recibe una respuesta, se deja de
amar.
Dios creó el mundo para la realización del amor
Sun Myung Moon expresa poéticamente en esta cita
la visión de un universo cálido y armonioso creado y
regido por el amor, y destinado a la realización del
amor, que encaja perfectamente con la forma de ser y
las aspiraciones de felicidad de todos los seres huma-
nos.
Dios deseaba sentir alegría; por ello Él creó este
mundo para la realización del amor.
Dios quería ser feliz en un mundo impregnado por un
cálido y armonioso amor, donde los seres humanos y
todas las criaturas moraran unidos en el amor de Dios.
Él deseaba deleitarse al ver a los hombres y mujeres
establecer relaciones conyugales en Su amor, y luego
construir familias, sociedades, naciones y un mundo de
amor; Dios entonces probaría la alegría del amor a tra-
vés de la unión amorosa de estos seres humanos. Este
era precisamente el ideal de la creación de Dios. 38
La máxima felicidad se encuentra en el amor
De hecho, la máxima felicidad la experimentamos al
tener relaciones de amor con otros seres humanos.
38
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, 113:312.
55. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 53
Nadie puede ser feliz solo. Incluso poseyendo y dis-
frutando de todo tipo de manjares, mansiones, coches
y demás bienes materiales, seríamos infelices si tuvié-
ramos que vivir en una isla desierta sin tener contacto
con otros seres humanos.
Si no se tiene un esposo, una esposa, unos hijos o al
menos un ser querido con el que se pueda tener una
relación de amor verdadera es muy difícil sentirse com-
pletamente feliz aun en el caso de ser el hombre más
rico del mundo.
Un científico o un artista puede estar tan entusias-
mado con su trabajo que se olvide incluso de comer o
dormir. Pero si esta persona no tiene a nadie con quien
compartir sus ideas o sentimientos no podrá sentirse
realmente feliz. Lo mismo le ocurrirá a alguien que lle-
gue a ser el presidente del país más poderoso de la tie-
rra si su vida sentimental es un fracaso.
Hay gente que disfruta viviendo en contacto con la
naturaleza, cuidando y relacionándose con plantas y
animales, pero la alegría que se experimenta al relacio-
narse con otros seres humanos, con los cuales se pue-
den compartir ideas, sentimientos, afectos y servicios
mutuos, no se puede comparar con la alegría que se
siente al relacionarse con animales o plantas.
Como podemos ver a continuación, muchos pensa-
dores, filósofos y poetas han expresado esta verdad
simple de muchas maneras.
En efecto, sin amigos nadie querría vivir, aunque tu-
viera todos los otros bienes; incluso los que poseen ri-
quezas, autoridad o poder parece que necesitan sobre
todo amigos.
Aristóteles, Ética Nicomáquea39
39
Aristóteles, Ética Nicomáquea, Gredos, Madrid, 1988, p. 323.
56. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
54
Porque no hay nada más dulce que un cariño recí-
proco, nada más agradable que un intercambio de afec-
tos y servicios... Porque ¡en nombre del cielo y de la
tierra! ¿Quién hay que desee nadar en la mayor riqueza
y vivir en medio de una abundancia sin límites, a condi-
ción de no amar a nadie ni ser amado por ninguno?
Cicerón, De Amicitia, 50, 52 40
No conocemos en la Naturaleza cosa alguna singular,
aparte de los hombres, de que el alma puede darnos
gozo, y en la que podamos unirnos por medio de la
amistad o por algún género de relación social.
Espinosa, Ética 41
Vivir no merece la pena para quien no tiene ni si-
quiera un buen amigo.
Fragmentos de Demócrito, 99 42
Verdaderamente en el mundo, el amor no solo se en-
cuentra en cada cosa común, sino que es imprescindible
porque nadie puede ser feliz sin amor.
León Hebreo, Diálogos de amor 43
Triste estarás si estás solo.
Ovidio, Remedia Amoris 583 44
Incluso Dios no puede ser feliz sin amor
Sun Myung Moon, al que algunos han llamado el filó-
sofo del amor, va más allá del nivel humano y afirma
que el mismo Dios, por muy perfecto y absoluto que
sea, no puede ser feliz solo sin tener una relación de
amor con alguien. Incluso sostiene que el motivo que le
40
Cicerón, De amicitia, 50, 52, Gredos, Madrid, 1989.
41
Espinosa, Ética, Aguilar, Madrid, 1978, p. 350.
42
Fragmentos de Demócrito, 99, cit. en A. Bernabé, De Tales a Demócrito,
Fragmentos presocráticos, Alianza, Madrid, 1988.
43
León Hebreo, Diálogos de amor, PPU, Barcelona, 1986, p. 318.
44
Ovidio, Remedia Amoris 583, cit. en Aurea Dicta. Dichos y proverbios del
mundo clásico, Selección de Eduard Valentí, Crítica, Barcelona, 1987, p.
138.
57. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 55
impulsó a crear a los seres humanos fue precisamente
poder sentir la máxima alegría y felicidad amando y re-
cibiendo amor de sus hijos e hijas.
Aunque Dios es el Ser Absoluto, no puede ser feliz
solo. Adjetivos tales como “bueno” y “feliz” no se pue-
den aplicar a ningún ser que viva completamente ais-
lado. Se aplica solamente a quienes disfrutan de una ro-
busta relación recíproca de amor.
Imaginaos a una cantante profesional que se encuen-
tre exiliada en una isla desierta. Aunque cante con todas
sus fuerzas, ¿será feliz si no hay nadie que la escuche?
De igual forma, incluso el auto existente Dios nece-
sita absolutamente un compañero con quien tener una
relación de amor con el fin de experimentar alegría y ser
feliz.45
Dios, al ser omnisciente y todopoderoso, no le falta
sabiduría, capacidad, poder o dinero. ¿Qué es, pues, lo
que necesita?
Lo que necesita es un compañero al que poder amar.
Los seres humanos son esos compañeros a los que Dios
puede amar, pues son las más valiosas y admirables de
todas las criaturas.46
2.5. LA PERFECCIÓN INDIVIDUAL COMO EL DESARROLLO
DEL CORAZÓN MEDIANTE EL CULTIVO DE LA CAPACIDAD DE
AMAR
Un segundo aspecto más fundamental de la perfec-
ción o madurez individual es el desarrollo del corazón
mediante el cultivo de la capacidad de amar, que re-
quiere toda una vida de experiencias y esfuerzos para
desarrollarlo plenamente.
El ser humano está hecho para ser feliz a través de
dar y recibir amor, de amar y ser amado. Por ello, dicho
45
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, (12 de sep-
tiembre de 2005).
46
Ibid., 112-291 (25 de abril de 1981).
58. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
56
de una manera muy simple su perfección consiste esen-
cialmente en agrandar o perfeccionar su corazón a tra-
vés de cultivar su capacidad de dar y recibir amor.
Dar y recibir: La ley más simple y fundamental
del universo
La ley más simple, básica y fundamental del universo
y de la naturaleza es que todos los seres y cosas están
hechos para mantener relaciones de intercambios recí-
procos de elementos o, lo que es lo mismo, establecer
lazos de cooperación unos con otros centrados en el
propósito común de formar unidades cada vez más
grandes.
Dicho de una manera más simple, todos estamos he-
chos para establecer relaciones de dar y recibir de afec-
tos, amor, ideas, conocimientos, bienes y servicios.
Como expresan Sun Myung Moon y Cicerón de una
forma poética en las siguientes citas, las relaciones de
dar y recibir amor es el lazo que une y hace feliz a todos
los seres.
El amor es la ley suprema y el vínculo sagrado que
une a dos o más seres en armoniosa unidad.47
Porque no hay nada más dulce que un cariño recí-
proco, nada más agradable que un intercambio de afec-
tos y servicios.48
La prioridad de dar sobre recibir
Cuando dos personas entran en una relación recí-
proca se produce un intercambio de afectos, bienes o
servicios.
47
Sun Myung Moon, Un Profeta habla hoy, Iglesia de Unificación, Madrid,
1981.
48
Cicerón, De amicitia, 50, Gredos, Madrid, 1989.
59. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 57
Pero, es imposible que se inicie una relación entre
dos partes si no hay primero una acción de dar.
Si ambas partes esperan recibir algo del otro no se
producirá ningún intercambio. Así que la acción de dar
siempre debe ocurrir primero y además es la acción
prioritaria.
Si cada parte piensa en dar menos de lo que recibe,
su relación está destinada al fracaso. Si, por ejemplo,
una persona da 10 a otra, esta le devolverá 8, y así
sucesivamente hasta que la relación se interrumpa.
Pero si, por el contrario, cada uno piensa en dar más
que lo que recibe, cuando uno da 10, la otra, agradecida
le devolverá 12, y de esta manera la relación crece con-
tinuamente.
Este ejemplo ilustra que las relaciones solo pueden
mantenerse e incrementarse cuando el impulso de dar
sea superior al de recibir. Si la motivación es egoísta las
relaciones a la larga se deterioran y destruyen.
De acuerdo con Sun Myung Moon:
¿Qué os produce mayor deleite, la alegría de poseer
algo precioso o la alegría de dar vuestra más preciada
posesión a alguien?
El dar lleva a la multiplicación. Cuando dais con un
corazón sincero recibiréis a cambio el doble de lo que
habéis dado.
Iniciáis así un círculo virtuoso de dar y recibir en el
que siempre se incrementa lo que se da.
Cuando recibís más de lo que habéis dado, queréis
dar más la próxima vez. De esta manera el dar se ex-
pande.49
49
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, 248:96, (1
de agosto de 1993).
60. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
58
La capacidad de dar amor debe cultivarse me-
diante un esfuerzo voluntario, responsable y crea-
tivo
Hay dos tipos de deseos básicos del ser humano: Uno
es el deseo de satisfacer las necesidades individuales y
de recibir cosas, atenciones, aprecio y amor. Otro es el
deseo de dar, invertir, crear, construir, expresarse, con-
tribuir con algo que beneficie a los demás, y amar a
otros sin esperar nada a cambio, simplemente por hacer
felices a los demás.
Aunque el deseo de dar es innato y universal, para
desarrollar completamente la capacidad de dar amor de
una manera desinteresada se necesita un esfuerzo vo-
luntario, responsable y creativo por parte del hombre.
No es una capacidad que se desarrolla de una manera
automática, natural o espontánea. Para cultivar la ca-
pacidad de dar amor es necesario pasar por un proceso
de desarrollo o crecimiento hasta alcanzar una madurez
o perfección.
Las tres etapas de crecimiento del cultivo de la
capacidad de amar y el desarrollo del corazón
El proceso de crecimiento, que básicamente se com-
pone de las etapas de niñez, juventud y madurez, se
puede resumir diciendo que primero se pasa por una
etapa de inmadurez y dependencia (niñez) en la que el
deseo de recibir es más fuerte que el de dar.
Luego, se inicia otra etapa más autónoma e indepen-
diente (juventud) en la que —después de cultivar o
desarrollar poco a poco la capacidad de dar— se pro-
duce un equilibrio a veces inestable entre el deseo de
recibir y el deseo de dar.
Para llegar —después de cultivar aún más la capaci-
dad de dar— a una etapa de madurez en la que el deseo
de dar es más fuerte que el deseo de recibir.
61. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 59
Etapa de niñez
Como niño se aprende primero a recibir amor, y
luego se va desarrollando gradualmente la capacidad de
dar amor.
En la etapa de la niñez los hijos reciben protección,
cuidados, afecto, educación y amor de sus padres y, en
cambio, su capacidad de dar o corresponder es aún muy
limitada.
Es obvio que recibir es más fácil que dar. Por ello,
recibir es lo primero que se aprende, y luego hay que
desarrollar poco a poco la capacidad de dar.
Etapa de juventud
A medida que los niños van creciendo, a través de
imitar el ejemplo de sus padres, y por sus propias ex-
periencias al tener relaciones con sus hermanos y her-
manas, compañeros de clase y amigos, se van dando
cuenta de la necesidad de aprender a dar.
De esta forma, se llega a la etapa de la adolescencia
y juventud en la que se inician relaciones mutuas y re-
cíprocas de dar y recibir. Se abandona o se debería
abandonar la actitud egocéntrica infantil, y se desarrolla
la capacidad de ponerse en el lugar del otro y de tratar
a los demás al menos en la misma medida o trato que
se recibe.
Etapa adulta
En la etapa adulta, al formar una familia, tener hijos
y desarrollar una actividad profesional, se pasa a una
etapa en la que se cultiva o se debería cultivar aún más
la capacidad de dar o de hacer cosas de una manera
desinteresada por los demás. Es la etapa en la que se
tiene que aprender a dar más de lo que se recibe.
Las relaciones entre marido y mujer exigen, para que
funcionen bien, una actitud de entrega y querer hacer
62. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
60
feliz a la pareja más que esperar recibir del otro. Y sobre
todo cuando se tienen hijos es cuando se aprende a sa-
crificarse por ellos de una manera desinteresada y sin
esperar nada a cambio.
Cuando se perfecciona la capacidad de amar, el de-
seo de dar o hacer felices a otros se vuelve más fuerte
que el deseo recibir o ser feliz uno mismo.
Es decir, el deseo de dar ya no es un medio para po-
der recibir. Se convierte en un deseo incondicional que
no se puede reprimir.
Prueba de ello es que muchos padres no pueden de-
jar de querer a sus hijos, aunque éstos se rebelen en su
contra o les odien. Siguen queriéndolos, aunque sufran
por no ser correspondidos.
En esta situación están también muchos amantes
que siguen queriendo a sus amados a pesar de no reci-
bir una correspondencia.
Sin embargo, el deseo de ser correspondido y ser fe-
lices juntos no desaparece nunca, porque estamos he-
chos para tener relaciones de dar y recibir, y para poder
disfrutar de una felicidad común.
El desarrollo pleno del corazón
Si una persona es capaz de extender este tipo de co-
razón y amor que siente hacia sus hijos a todos los se-
res humanos o, aunque no tenga hijos propios, es capaz
de desarrollar este tipo de corazón paternal o maternal
incondicional hacia sus semejantes, respetándolos y va-
lorándolos como se valoran a los hijos propios, entonces
estaríamos hablando de una persona que ha alcanzado
el grado más alto de perfección o pleno desarrollo del
corazón.
63. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 61
3. HOMBRES Y MUJERES ARMONIOSAMENTE UNIDOS
QUE REPRESENTAN A LA HUMANIDAD Y REFLEJAN LOS
ASPECTOS MASCULINOS Y FEMENINOS DE DIOS
La diferenciación en hombres y mujeres en la
humanidad
Los seres humanos, como la mayor parte de los seres
vivos, estamos diferenciados en hombres y mujeres,
pero esta diferenciación no es básica o fundamental,
debido a que —a pesar de las diferencias biológicas y
psicológicas entre ambos— tanto hombres como muje-
res poseemos una misma naturaleza común que se
compone de un aspecto mental y otro corporal. Es decir,
tenemos exactamente las mismas capacidades menta-
les, autonomía, creatividad, deseos, aspiraciones y ne-
cesidades físicas básicas. Por ello, los hombres y las
mujeres poseen la misma dignidad y valor como seres
humanos.
Igualdad en dignidad y valor de los hombres y las
mujeres
Por esta razón, los hombres y las mujeres, como per-
sonas y como miembros de las dos mitades que com-
ponen la humanidad, comparten la misma naturaleza
humana, dignidad especial y valor intrínseco que posee
cada persona como miembro de la gran familia humana.
En el universo todos los seres y cosas existen en
forma de parejas de entidades masculinas y femeni-
nas, o partes complementarias
En la naturaleza todos los seres y cosas aparecen en
la forma de parejas o partes complementarias, o polos
contrapuestos: hombre y mujer, animales macho y
hembra, el estambre y pistilo en las plantas, catión y
anión en las moléculas, y protón y electrón en los áto-
mos.
64. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
62
La dinámica interacción entre estas parejas, partes o
polos son la fuente de fuerzas generadoras que produ-
cen multiplicación, desarrollo, existencia e incluso otor-
gan sentido a la vida.
La vida humana se genera a partir de la unión del
hombre y la mujer. El amor entre un hombre y una mu-
jer da sentido a sus vidas, y su unión se convierte en el
centro de la familia y el linaje.
Los animales se reproducen mediante la unión de
machos y hembras, y las plantas por la interacción en-
tre el estambre y el pistilo. Los minerales, formados por
moléculas y átomos, existen por la interacción entre el
catión y el anión, y el protón y electrón.
La causa primera o Dios debe contener la esencia
de las facetas masculinas y femeninas, o Yang y Yin,
que se manifiestan en todos los seres y cosas del
universo
Ante la evidencia de la presencia universal de parejas
de seres y cosas complementarias masculinas y feme-
ninas, o Yang y Yin, que son cruciales para su existencia
y multiplicación, el Pensamiento de Unificación razona
de la siguiente forma:
Partículas Positivo Negativo
Moléculas Catión Anión
Átomos Protón Electrón
Plantas Estambre Pistilo
Animales Macho Hembra
Seres humanos Hombre Mujer
65. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 63
Si en todos los seres y cosas del universo existen fa-
cetas masculinas y femeninas, o Yang y Yin, y dado que
el efecto debe reflejar la naturaleza de su causa —como
la obra refleja a su creador—, la causa primera o Dios
también debe contener la esencia de las facetas mas-
culinas o Yang y las facetas femeninas o Yin, y ser el
origen de ambos aspectos.
Masculinidad y feminidad, y las diferencias en-
tre el hombre y la mujer
A diferencia de la filosofía tradicional china en la que
se tiende a personificar los conceptos Yang y Yin califi-
cando, por ejemplo, al hombre como Yang y a la mujer
como Yin, en el Pensamiento de Unificación Yang y Yin
son atributos o cualidades secundarias presentes, en
mayor o menor grado, en los aspectos corporales y
mentales tanto del hombre como de la mujer, y de los
demás seres y cosas.
Así pues, la masculinidad y feminidad que caracteri-
zan al hombre y la mujer no se puede identificar direc-
tamente con los aspectos Yang y Yin de la mente y
cuerpo (claridad/oscuridad, lucidez/vaguedad, ale-
gría/tristeza, activo/pasivo, fuerte/débil, duro/suave,
cóncavo/convexo, etc.). Y mucho menos utilizar estas
La causa
primera
o Dios
Masculino
Yang
Femenino
Yin
66. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
64
cualidades opuestas para justificar una diferencia en va-
lor o dignidad del hombre y la mujer, como ocurre en
las filosofías y culturas antiguas.
¿Cómo, pues, se pueden definir el carácter masculino
o masculinidad y el carácter femenino o feminidad en
relación con las facetas Yang y Yin?
Aspectos corporales
A nivel biológico o corporal, a pesar de una constitu-
ción biológica común bastante homogénea, existen evi-
dentes diferencias entre el hombre y la mujer, como son
las diferencias cromosomáticas, las hormonas y, sobre
todo, los órganos sexuales, aparte de otros aspectos del
cuerpo femenino adecuados a su función de maternidad
y crianza de los hijos.
Así que se puede decir que, aunque en el cuerpo del
hombre y de la mujer existen atributos Yang y atributos
Yin, hay una proporción relativamente superior de atri-
butos Yin en el cuerpo de la mujer, y de atributos Yang
en el cuerpo del hombre.
Aspectos mentales
En el aspecto mental, tanto hombres como mujeres
disponen de las mismas capacidades intelectuales,
emocionales y volitivas, así como de los mismos deseos
y aspiraciones básicas de adquirir conocimientos, apre-
ciar la belleza y actuar bien, y tener relaciones de amor
con sus seres queridos. Y, por supuesto, ambos poseen
la misma dignidad y valor como seres humanos. Sin
embargo, existen ciertas diferencias cualitativas con
respecto a las facetas Yang/Yin de sus facultades men-
tales.
Por poner algunos ejemplos, generalmente el inte-
lecto masculino se enfoca en cuestiones de ámbito ge-
neral, o en sintetizar principios cada vez más universa-
les, y el intelecto femenino se orienta más en analizar
los detalles concretos y las circunstancias. Además, el
67. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 65
hombre tiene más capacidad de procesamiento visual-
espacial y habilidad con manejo de números, y la mujer
tiene más capacidad en el procesamiento verbal y habi-
lidad con el lenguaje.
En cuanto a las emociones, la mujer dispone de una
mayor empatía emocional y capacidad de expresar sus
sentimientos de alegría y tristeza, risa y llanto, mientras
que el hombre interioriza más sus emociones. Existe
también una diferencia cualitativa entre el amor mater-
nal, más complaciente e incondicional hacia sus hijos, y
el amor paternal, más exigente y condicionado por el
cumplimiento de sus expectativas.
En cuanto a los aspectos volitivos, el hombre muestra
una voluntad más agresiva, impulsiva e independiente,
y la mujer muestra una mayor delicadeza, reflexión y
dependencia en sus decisiones.
Con lo cual se podría decir que el carácter femenino
o feminidad es una expresión diferenciada y cualificada
de las facetas Yang/Yin de la mente humana, con una
cierta impronta Yin. Y el carácter masculino o masculi-
nidad es otra expresión diferenciada y cualificada de las
mismas facetas Yang/Yin de la mente humana, con una
cierta impronta Yang.
Ambos caracteres, el masculino y femenino, son
opuestos y a la vez complementarios, lo que hace que
el hombre y la mujer sientan una atracción y fascinación
recíproca, y puedan ayudarse mutuamente y apoyarse
uno en el otro.
No obstante, de igual manera que existen facetas
Yang/Yin dentro del hombre y la mujer, en ambos tam-
bién coexisten ciertos aspectos masculinos y femeni-
nos. Carl Jung afirmó que dentro de la psique del hom-
bre existen cualidades femeninas en estado latente
(animus), y dentro del alma de la mujer hay una parte
masculina en estado latente (anima).
68. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
66
Aparte de las consideraciones genéricas acerca del
carácter masculino y femenino, se puede observar que
existen hombres con un marcado carácter varonil o
masculino, y otros más sensibles y femeninos. También
hay mujeres muy delicadas y femeninas, y otras más
fuertes o varoniles. Lo mismo se puede decir de los ras-
gos masculinos y femeninos de la mente. Todos los
hombres y las mujeres tienen la capacidad de desarro-
llar los rasgos que son los puntos fuertes del sexo
opuesto.
Por esta razón hay numerosas mujeres que han so-
bresalido en todos los campos las ciencias, artes, reli-
gión, economía y política. Por ejemplo, se podría seña-
lar a Hipatia en la filosofía, Juana de Arco en el arte
militar, Catalina la Grande en política, Ada Lovelace en
las matemáticas, Helen Keller en educación, y Marie Cu-
rie en física y química, entre muchos otros casos.
El hombre y la mujer, las dos caras de Dios
El Pensamiento de Unificación, al afirmar que los as-
pectos masculinos y femeninos que se manifiestan en
el universo deben provenir de la primera causa o Dios,
y que por tanto Dios tiene que reunir en Sí mismo la
esencia de la masculinidad y feminidad, le otorga a la
mujer como la encarnación de la esencia de la femini-
dad divina un valor extraordinario, a la par del hombre,
que encarna la esencia de la masculinidad. Es como si
el hombre y la mujer fueran el reflejo de las dos caras
de Dios.
En la mayoría de las religiones, siempre se ha resal-
tado la faceta masculina de Dios, relegando o ignorando
Su faceta femenina. Sin embargo, en Génesis 1:27 se
dice: «Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de
Dios lo creó; varón y mujer los creó», dando a entender
que el hombre y la mujer juntos reflejan la imagen com-
pleta de Dios.
69. VALOR SAGRADO Y ÚNICO 67
Sun Myung Moon, en muchas de sus charlas, enfatiza
el valor sagrado del hombre y de la mujer, afirmando
que son las obras maestras de la creación. El hombre
está hecho para la mujer, y la mujer para el hombre.
Son como dos piezas que encajan perfectamente una
en otra, como se puede ver por sus órganos sexuales,
de tal manera que aislados se puede decir que están
incompletos.
El hombre ha sido creado para amar, servir y hacer
feliz a la mujer, y la mujer ha sido creada para amar,
servir y hacer feliz al hombre. Así pues, la unión del
hombre y la mujer mediante un profundo amor verda-
dero tiene un gran significado sagrado y cósmico y una
importancia crucial, no solo para la felicidad de las fa-
milias, sino para resolver muchos de los problemas que
afectan a la humanidad y lograr la paz mundial.
Sun Myung Moon resalta en esta cita la importancia
de la unión del hombre y la mujer para manifestar la
imagen completa de Dios y consumar el amor.
¿Por qué tenéis que casaros? Es porque Dios existe con
características duales [masculinidad y feminidad]. Un
hombre y una mujer reflejan estos dos aspectos de la di-
vinidad. Por lo tanto, tienen que unirse para manifestar la
plenitud de la imagen de Dios. Por esta razón, el matrimo-
nio es la condición esencial para desarrollar completa-
mente el ideal del amor humano.
El matrimonio combina hombres y mujeres a seme-
janza de la unidad divina, para que los seres humanos
puedan reflejar completamente la imagen de Dios. Dios
creó a los seres humanos y todas las cosas con el pro-
pósito de consumar Su amor. ¿Dónde se realiza ese
amor? Es en la familia, en relación entre el marido es-
poso y la esposa, en vuestra vida en la tierra. Por ello el
día de vuestra boda es el día más feliz de vuestras vi-
das.50
50
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, 262:
123:217, (2 de enero de 1983).
70. NATURALEZA HUMANA ORIGINAL
68
La dimensión divina y cósmica del amor conyu-
gal
De acuerdo con el Pensamiento de Unificación, la
unión del marido y la esposa posee un enorme signifi-
cado sagrado y cósmico:
En primer lugar, el marido y la esposa reflejan las
características duales yang y yin de Dios. Por lo tanto,
su unión conyugal significa la completa manifestación de
Dios.
En segundo lugar, la unión original de una pareja re-
presenta la etapa final de la creación, la consumación de
la creación del universo. El propósito último de la crea-
ción del universo es la aparición de los seres humanos
que son los que pueden ejercer un correcto dominio so-
bre todas las cosas.
En tercer lugar, el marido y la esposa originalmente
representan cada uno de ellos a una mitad de la huma-
nidad. En una pareja, el marido representa la humani-
dad masculina, y la esposa, la humanidad femenina. Así
pues, su unión significa la unidad de toda la humanidad.
En cuarto lugar, el marido y la esposa originalmente
representan cada uno de ellos a la mitad de la familia
mundial. Dentro de la familia, el esposo representa a
todos los hombres y la esposa a todas las mujeres. Así
pues, su unión representa la perfección de la familia.
Visto desde esta perspectiva, la unión amante de un
marido y una esposa significa la completa manifestación
de Dios en la familia y la consumación de la creación del
universo. Representa asimismo la unidad de toda la hu-
manidad y la perfección de la familia. Por todo ello, la
unión del marido y la esposa es verdaderamente una
unión preciosa y sagrada que posee un valor divino.51
51
Una Introducción al Pensamiento de Sun Myung Moon, IIUPM, Montevi-
deo, 2005, p. 76.