¿Por qué preferimos alimentarnos de grandes y robustas tareas antes que de pequeñas y digeribles acciones? ¡Aquí van 5 CONSEJOS rápidos para trocear tareas! Sigue leyendo...
2. “Triturar y trocear tareas es vital para ingerir elefantes,
pero sobre todo es esencial para evitar posteriores
ardores estomacales”
Desde tiempos inmemoriales hemos sido capaces de
digerir ingentes cantidades de tareas de mala digestión.
Algunas gigantescas, otras heroicas e incluso algunas tan
retorcidas que optamos por no engullir.
A pesar de todo... ¿Por qué preferimos alimentarnos de
grandes y robustas tareas antes que de pequeñas y
digeribles acciones?
TIP 9 – GASTRONOMÍA PARA BEBÉS PRODUCTIVOS (1/4)
3. Estas tareas de horrorosas dimensiones no sólo adolecen de
síntomas que pasan factura en el estómago, sino también en
indicadores de desánimo y de agotamiento físico.
¡Aquí van 5 CONSEJOS rápidos para trocear tareas!
1) Identifica las TMI (Tareas Más Importantes): ¿Cuáles son
las tareas del proyecto que más te acercan a tus objetivos?
2) Clasifica las diferentes secciones del proyecto: ¿Cuáles
son las principales y las secundarias? ¿Hay tares
prescindibles? ¿De cuáles tienes más información?
TIP 9 – GASTRONOMÍA PARA BEBÉS PRODUCTIVOS (2/4)
4. 3) Modula tu energía: Analiza qué tareas tienen mayor
desgaste y ubícalas en el momento que estés más fresco.
4) Modula tu motivación: Empieza por aquella micro-
tarea que más gracia te haga, luego de forma inmediata
dedícate a la TMI. Calentar cognitivamente es clave.
5) No gestiones las tareas por tiempo: Prueba de hacerlo
por unidades (tareas), independientemente del tiempo
que tardes en llevarlas a cabo. El cerebro procesa por
bloques de información, no por tiempo empleado.
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5. Quedarnos encallados es lo más habitual, pero todavía
pueden aparecer fantasmas peores cuando no logramos
que grandes proyectos vitales salgan del atolladero.
Somos bueno y lo sabemos, sólo que a veces lo
necesitamos todo bien pequeño, triturado, sin
demasiados tropezones que nos (casi) obliguen a
posponerlo todo. Hay que reflexionar antes de engullir.
Como bien planteaba Ralph W. Emerson: “¿Cuál es la
tarea más difícil del mundo? ¡Pensar!”
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