1. La relación entre la historia de la educación, la
técnica y la sociedad: Distinciones de Javier Echeverría y
Mariano Fernández Enguita
Unidad 3 –Actividad3
Escuela y e-ducación
La historia de la educación no coincide con la historia de la
escuela. Seguramente aquella es más larga que ésta.
Especialmente si se incluye en la idea de educación la manera
en que se ha desarrollado la socialización de los menores en las
distintas comunidades de seres humanos a lo largo de la
historia.
2. La escuela es un invento
relativamente reciente. Sobre
todo si se considera a la
institución escolar como un
invento social de promover la
educación universal de los niños
y jóvenes.
La historia de las formas de
socialización tiene miles de
años. La historia de la
educación tiene, al menos, dos
mil quinientos años. La historia
de la escuela apenas dos siglos.
Y en muchos lugares sólo una
décadas.
(Registro fotográfico que muestra a un niño pobre,
mirando la sala de clases. Colección DIBAM)
3. Para comprender el alcance y significado de los procesos
históricos que dieron lugar a la aparición de las instituciones
escolares que hoy conocemos y la relación de las mismas con
las formas de educación y socialización que existían en las
sociedades no escolarizadas, puede ser interesante una
revisión sobre los distintos espacios de interacción social y los
distintos tiempos de cambio social a lo largo de la historia.
(Archivo fotográfico Escuela Luis Cousiño. DIBAM)
4. Espacios de Interacción social.
Es conocida la distinción propuesta por Javier Echeverrìa1 sobre tres tipos
de espacios de interacción social que se han sucedido históricamente.
El primer entorno era aquel en el que los seres humanos interactuaban en
estrecho contacto con la naturaleza. Las relaciones en este primer entorno
estaban limitadas a las que se daban de forma directa y presencial. Las
comunidades del primer entorno estaban asentadas en territorios limitados
que condicionaban todas sus actividades y a los que se adaptaban sus
desarrollos técnicos. Eran, por tanto, comunidades con lazos estrechos en
las que la incorporación de la infancia a los valores y normas de la vida
social se producía por el simple contacto con los mayores. Incluso su
capacitación para los trabajos de adultos no requiere más que la relación
cotidiana que el aprendiz mantiene con su Maestro.
Seguramente, en la mayor parte del tiempo que nuestra especie lleva
habitando el planeta lo ha hecho en sociedades del primer entorno, es
decir en sociedades sin escuela.
5. Un mayor desarrollo técnico y una mayor extensión de los territorios sobre los
que se asentarían las comunidades humanas son aspectos que característicos
de lo que Echeverría llama segundo entorno. Escuela Eusebio Lillo. (Archivo
fotográfico DIBAM)
6. Aparecen los estados, las ciudades, las religiones y, en suma, las
comunidades formadas por lazos no estrictamente presenciales.
Se trata del momento en que la técnica hace posible la aparición de una
sobre - naturaleza artificial en la que los seres humanos empiezan a
desarrollar sus vidas superando en cierta medida, los condicionantes que
el medio natural imponía en el primer entorno. La ciudad y las redes de
comunicación entre amplios territorios son referentes significativos de
este segundo entorno. En él se da una mayor presencia de la técnica con
una complejidad creciente, apareciendo la especialización de funciones y
el anonimato propio de comunidades que son mucho más amplias que las
del primer entorno. Todo ello hace inviable que en estas sociedades el
cuidado comunitario de la infancia y su inserción progresiva en el mundo
adulto por la mera socialización familiar y comunitaria. Es el tiempo en
que nace la escuela (y también la fábrica) como lugar de socialización
planificada de la infancia.
El Segundo entorno y el papel que en él juega la institución escolar es un
escenario en el que aún vivimos y que define casi por completo el sentido
de la educación escolar tal como lo hemos entendido hasta ahora.
7. Echeverría, nos plantea que en las sociedades actuales están apareciendo
nuevas formas de interacción, propiciadas por las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación, que permiten hablar de un tercer entorno
en el que los condicionantes del espacio (la presenciabilidad) y del tiempo
(la sincronía) van siendo superados. En este tercer entorno se dan formas
de interacción más amplias y más complejas que las que eran posibles en
los territorios propios del segundo entorno. Esas nuevas formas de
interacción social plantean nuevos horizontes y nuevos retos a la vida
privada, a la relación social, a la actividad económica y también a la
educación
8. Tiempo del cambio social. Tomando como una escala de análisis un
concepto temporal tan relevante desde el punto de vista educativo
como el de las generaciones, Mariano Fernández Enguita2 distingue
tres momentos históricos en los ritmos del cambio social: el cambio
suprageneracional, el cambio intergeneracional, y el cambio
intrageneracional. (2 Mariano Fernández Anguita. Educar en tiempos inciertos. Madrid. Morata. 2001)