3. Una vida sin papel
A pesar de que uno viva rodeado de gadgets, se comunique mediante WhatsApp y
tenga sus ficheros almacenados en la "nube", todavía hay muchas situaciones en las
que se usa el papel, aunque no sea necesario. Ya sea por costumbre, tradición o
resistencia al cambio, esta práctica lleva a seguir malgastando papel, con el
consiguiente impacto negativo en los costes y el medio ambiente.
4. ¿Es posible una vida sin papel?
El uso (y abuso) del papel es más que una tradición heredada de tiempos
pasados. Un estudio realizado en Estados Unidos demostró que todas las
empresas del país, en total, gastaban 8.000 millones de dólares en la
gestión de papel
5. Adiós a la impresora
Aunque es posible ahorrar tinta y papel si se siguen ciertas directrices al
emplear la impresora, la forma más radical de hacerlo es no imprimir o, al
menos, hacerlo solo cuando sea estrictamente necesario. Hay muchas
cosas que se pueden dejar de imprimir:
6. Recibos y comprobantes de compras on line
Antes que tenerlos en papel, se pueden imprimir a PDF. Esta
función está integrada en muchas aplicaciones de edición de
texto (o incluso en las opciones de la propia impresora). Si
se puede instalar un programa que permita hacerlo,
como DoPDF.
7. Billetes de tren y avión
Gracias a la popularización del billete electrónico, cada vez más
aerolíneas y otros medios de transporte aceptan el billete en el teléfono
(o incluso en el smartwatch) en lugar de en papel. Los móviles Apple
pueden utilizar la app Wallet que viene integrada con iOS, mientras que
los de Android cuentan con varias alternativas en Google Play,
como PassWallet.
8. Entradas de cine, reservas de hotel...
Igual que los medios de transporte, muchas empresas de ocio y servicios se están
pasando al lado digital. Ahora es posible ir al cine o al teatro, visitar un museo, reservar
un hotel y más, todo con solo presentar el smartphone.
9. Documentos para leer luego.
¿Imprimir un documento para leer más tarde, fuera de la oficina? Eso ha quedado
obsoleto. La tecnología permite ahora subirlo a Dropbox (o cualquier otro servicio de
alojamiento de ficheros on line) o guardarlo en Pocket, una app diseñada para esa