4. Adiós a la impresora
• Recibos y comprobantes de compras online. Antes que
tenerlos en papel, se pueden imprimir a PDF. Esta
función está integrada en muchas aplicaciones de
edición de texto (o incluso en las opciones de la propia
impresora). Si no, se puede instalar un programa que
permita hacerlo, como DoPDF.
• Billetes de tren y avión. Gracias a la popularización del
billete electrónico, cada vez más aerolíneas y otros
medios de transporte aceptan el billete en el teléfono (o
incluso en el smartwatch) en lugar de en papel. Los
móviles Apple pueden utilizar la app Wallet que viene
integrada con iOS, mientras que los de Android cuentan
con varias alternativas en Google Play, como
PassWallet.
• Entradas de cine, reservas de hotel... Igual que los
medios de transporte, muchas empresas de ocio y
servicios se están pasando al lado digital. Ahora es
posible ir al cine o al teatro, visitar un museo, reservar
un hotel y más, todo con solo presentar el smartphone.
• Documentos para leer luego. ¿Imprimir un documento
para leer más tarde, fuera de la oficina? Eso ha
quedado obsoleto. La tecnología permite ahora subirlo
a Dropbox (o cualquier otro servicio de alojamiento de
ficheros on line) o guardarlo en Pocket, una app
diseñada para esa función.
Aunque es posible
ahorrar tinta y papel si
se siguen ciertas
directrices al emplear
la impresora, la forma
más radical de hacerlo
es no imprimir o, al
menos, hacerlo solo
cuando sea
estrictamente
necesario. Hay
muchas cosas que se
pueden dejar de
imprimir:
5. El correo, mejor electrónico
Hoy en día apenas se reciben cartas "de las de toda la vida". La mayoría de
las veces lo que hay en el buzón son extractos bancarios, facturas y cartas
de publicidad, que también se pueden pasar al formato digital con facilidad.
Por un lado, muchos proveedores de servicios tales como luz, agua,
teléfono (fijo y móvil), gas, etc. permiten ya el envío de factura electrónica,
en lugar de la tradicional de papel. Por otro lado, también es posible pedir al
banco que no envíe los movimientos de la cuenta o de las tarjetas mediante
correo tradicional y, entonces, habrá que consultarlos directamente en su
página web.
Además de renunciar a recibir esa información en papel, uno mismo
también puede hacer el esfuerzo de dejar de emitirla. Así, si se es
autónomo, lo idóneo es emitir las facturas en formato digital y mandarlas por
correo electrónico, en lugar de recurrir al papel.
6. Ahorrar papel en pequeños gestos
Hay infinidad de momentos y situaciones en el día a
día donde se usa papel, cuando se podría optar por
una alternativa digital, más barata y ecológica. El único
escollo es la propia mentalidad, puesto que en muchos
casos son costumbres asociadas a ciertas tradiciones,
ciertos rituales a los que uno les acaba cogiendo
cariño.
Quizás leer el periódico en una tableta no produzca el
mismo efecto que hojear su versión en papel, un
domingo por la mañana con el desayuno, aunque la
información sea la misma o incluso, en muchos casos,
más actualizada en la versión digital. Revistas, libros,
cómics... muchos de los productos que se leen en
papel ya tienen versión electrónica.
Lo mismo sucede con las pequeñas libretas que
muchos llevan encima para tomar notas, apuntar ideas
o hacer la lista de la compra, y que se pueden sustituir
por aplicaciones de móvil para organizar las tareas.
7. Los documentos, bien protegidos y con copia
de seguridad
Pasarse a la vida digital tiene
numerosas ventajas, además del
evidente ahorro de dinero y beneficio
medioambiental. Un documento digital
se puede enviar en tiempo real a
cualquier persona en cualquier punto
del globo, permite que varias
personas trabajen sobre él al mismo
tiempo, no pesan, no cogen polvo y
apenas ocupan espacio.
Pero también es importante tener en
cuenta ciertos puntos importantes al
trabajar con documentos digitales:
1. Primero, y ante todo, hacer siempre copias de
seguridad.
2. Tener un buen sistema de organización en
carpetas en el disco duro, para saber con exactitud
dónde se guarda cada cosa.
3. Utilizar formatos de fichero estándares en la
medida de lo posible, sobre todo si esos documentos
se tienen que compartir con más personas.
4. Por último, e igual de importante, usar
contraseñas seguras en caso de que los documentos
estén cifrados o guardados en un servicio de
alojamiento de ficheros on line.