1. Solsticios de Invierno Alumno: Eduardo López Tamayo Curso:2ºB Profesor: Benedicto Gonzales

2. Solsticio en la Cultura mapuche Con ceremonias de purificación, los mapuches, celebran el We Tripantu, el Año Nuevo indígena. Uno de los grandes ritos de esta etnia, que ha demostrado una dura permanencia de identidad, frente a la cultura occidental. La celebración comienza la noche del 23 de junio, con una reunión familiar, en la que se cuentan historias de la familia, como preparación de la salida del Sol, que es la mañana del 24 de junio. En el período de epewun, que es antes de la amanecida, hombres, mujeres y niños van al río o vertiente más cercano a bañarse y esperar la nueva salida del sol con el cuerpo y el espíritu renovado y limpio y sintiendo la fuerza de su Dios Gnechen. Cuando el sol y la luz cubren el espacio visible se dice Akui We Tripantu que significa “llego el nuevo año”. De esta manera en el amanecer del día 24 de junio se inicia otro ciclo de vida en el mundo mapuche y en la madre tierra. Durante el día continúan distintas actividades, según la región. Por lo general es un día de reencuentro y de armonización.

3. Solsticio en la cultura aymara El año aymara comienza el 21 de junio, coincidiendo con el solsticio de invierno o reinicio del acercamiento del sol a la tierra y con el inicio de una nueva época de siembra. El 21 de junio del 2004. fue el año 512 de la quinta era (una era es igual a 1000 años). El calendario aymara tiene 13 meses y un día durante 3 años. El cuarto año tiene 13 meses y 4 días, que están exactamente calculados en los 49 cuadros de color que componen la Whiphalao bandera indígena.

4. Solsticio en la cultura Inca Es el caso de los viejos incas en Perú. Los dos festivales primordiales del mundo incaico eran el Capac-Raymi o Año Nuevo que tenía lugar en diciembre y el que se celebraba cada 24 de junio, el Inti-Raymi o la fiesta del Sol en la impresionante explanada de Sacsahuamán, muy cerca de Cuzco. Justo en el momento de la salida del astro rey, el inca elevaba los brazos al sol y grita. Este gran festival se sigue practicando y representando hoy en día para conmemorar la llegada del solsticio de invierno. Los habitantes de la zona se engalanan con sus mejores prendas al estilo de sus antepasados quechuas y recrean el rito inca tal y como se realizaba durante el apogeo del Tahuantinsuyo.