Este documento resume un proyecto de conservación de carnívoros en el noreste de Argentina liderado por la asociación HUELLAS desde 2002. El proyecto involucra el seguimiento de especies como el aguará guazú a través de radiotelemetría, con el objetivo de estudiar su ecología y áreas de vida. El documento describe los métodos utilizados como jaulas de captura y colocación de collares rastreadores, así como las actividades de educación ambiental realizadas con la comunidad local para la conservación de estas especies.
1. 22pag.
Equipo de trabajo: Lucía Soler1,2, Jean Marie
Carenton3, Pascual Pérez1, César Cáceres1,
Abel Fleita1, Francisco Acuña4 y Mayra
López5
1. HUELLAS, Asociación para el estudio y la
conservación de la biodiversidad
2. GECM, Cátedra de Fisiología Animal, Univer-
sidad Nacional del Sur, Bahía Blanca
3. OIKOVEVA, Francia
4. Médico Veterinario graduado de la Universi-
dad Nacional del Nordeste Argentino, Ctes.
5. Estudiante avanzada, pasante, de la Univer-
sidad Nacional del Nordeste Argentino, Ctes.
En el comienzo....
En el inicio todo era una gran incerti-
dumbre, un camino poco recorrido...
la conservación.
El proyecto de conservación de los
carnívoros del nordeste ha podido
desarrollarse gracias a la participa-
ción desinteresada y constante de
educadores, biólogos, pobladores de
Corrientes, que han colaborado desde
aquel enero de 2002, momento en el
que se lanzó la propuesta al mues-
trear el Parque Nacional Mburucuyá en
busca de evidencias de Aguará guazú
y un lugar donde echar raíces para el
proyecto. Y se logra llegar hasta la
fecha gracias a los recursos económi-
cos y buena voluntad. Las gestiones
para los subsidios fueron desarrolla-
das por el Sr. Jean Marie Carenton, de
sintonizando al
Aguará Guazú
OIKOVEVA, ONG Francesa que desde el
año 2001 comenzó a gestionar fondos
para el desarrollo de este proyecto.
Los fondos para esta propuesta pro-
vienen de Francia: Zoo Amneville, Zoo
Doue la Fontaine, Cerza Conservation
y recientemente de Societé Zoologi-
que de Paris.
Sin instrucciones de qué y cómo ha-
cer “conservación”, porque es un área
nueva en nuestro país, el 20 de enero
del 2002 partieron desde Bahía Blan-
ca (Buenos Aires) tres biólogos para
dar inicio a la propuesta. Anteceden-
tes de trabajo por parte del GECM en
el área, permitieron tener una primera
visión de los aspectos geográficos
y ecológicos de las comunidades de
carnívoros a estudiar. Pero este nuevo
proyecto era Conservacionista, por
lo cual era imprescindible incluir la
Educación y una planificación de
acción con los pobladores hacia los
carnívoros y especialmente hacia
el Aguará guazú. Aquellos primeros
pasos en la educación ambiental
marcaron el proyecto definitivamen-
te. Las primeras actividades de ese
primer año orientadas a enseñar sobre
los predadores y difundir el proyecto
incluyeron a los distintos niveles edu-
cativos. Surgen algunas anotaciones,
y entre las mismas esto escribía uno
de los educadores del Programa de
Educación Ambiental del Parque Torn-
quist (Buenos Aires), en vísperas del I
Congreso Educativo para la Valoración
del Patrimonio Natural desarrollado en
Mburucuyá (Ctes):
Cuando este grupo llegue a Mburucuyá,
va a tratar temas difíciles.
Hablar del Aguará Guazú es un tema
difícil, porque intentar
que vean al zorro como un amigo es
difícil...
somos personas - que vamos a hablar
Del Aguara Guazú - extranjeras para
Mburucuyá.
Fernando Merlo, septiembre de 2002
A dos años del congreso, se ha logrado un avance fundamental a favor del
Aguará guazú: conocer aspectos de la biología y ecología de esta especie tan
rara, elusiva, dueña o presa de las leyendas, temible pero interesante, desco-
nocida, frágil, y ¡fundamentalmente nuestra!. Aun no es parte de la historia de
los que ya se fueron. Contrario a muchas leyendas, no aborrece al hombre, por
el contrario le teme; no se venga, sino que intenta una y otra vez convivir con
él. La educación debe re-adaptar las leyendas a un nuevo periodo conservacio-
nista y no regresar las leyendas más fuertes y mostrando odio y rencor entre
hombres y supuestas fieras. Hombres y lobos en un mismo mundo. Personas
escribiendo y construyendo con el lápiz y el pensamiento. Y a propósito, esto
escribía una alumna de EGB 2:
Una vez había un Aguará chaí y un Aguará guazú.
Jugaron una carrera y ganó el Aguará guazú;
ganó un premio: un collar, que usaba con alegría y lo mostraba a todos los
animales del monte que se sentían envidiosos del collar muy hermoso del
Aguará guazú.
Corrientes, septiembre de 2004
(*en guaraní, Aguará significa zorro, chaí significa chico o pequeño y guazú significa grande)
2. NATURALEZA, CONSERVACION Y SOCIEDAD
Ara, con el collar, en el periodo de recuperación
dentro de la jaula
Esto fue escrito por una niña de
nueve años, en una escuelita rural
del Departamento General Paz cuando
fuimos a desarrollar el taller educa-
tivo. Todos los niños de la escuela
tenían conocimiento previo que muy
cerca de la escuela donde ellos con-
curren diariamente, merodeaban dos
Aguará guazú, un macho y una hem-
bra, y que habían sido capturados
para su estudio. Sabían que fueron
devueltos al campo, con un collar, a
los fines de seguirlos para saber algo
más sobre su modo de vida.
Ahora los Aguará tam-
bién usan collar
La radiotelemetría es una técni-
ca novedosa para Argentina, que
permite el seguimiento de individuos
en vida libre, en su hábitat natural.
Se hace necesaria la colocación de
un radiocollar (radiotransmisor) que
emite una señal de baja frecuencia
que es captada por un radioreceptor.
Para poder sintonizar la señal de
cada collar es necesario adicionar al
receptor una antena especial que es
transportable en el campo. La señal
es emitida en forma continua a partir
del momento que se lo activa al colo-
carlo al individuo. Tiene una batería
con una vida útil que varía según
el tamaño total del radiocollar. A
medida que el animal posee un masa
corporal mayor, se hace más factible
la posibilidad de colocar dentro del
radiocollar otros componentes que
mejoran los datos muestreados. Por
ejemplo, el collar puede llevar sensor
de actividad -que permite saber
cuándo está activo y cuando no-,
sensor de mortalidad -que permite
conocer cuándo el animal muere-,
un GPS -posicionador satelital que
brinda a cada instante la ubicación
precisa del animal-, etc. Todo el
equipo de radiotelemetría no es fabri-
cado en Argentina, ni en la zona del
mercosur. Los collares adquiridos por
el grupo de HUELLAS corresponden a
aquellos que no poseen GPS debido a
que estos son de un costo económico
elevado.
Por: Lucía Soler
Fotos: Abel Fleita
(Las fotos que figuran en este artículo son propiedad exclusiva de HUELLAS)
3. 24pag.
¿Cómo se ubica al animal
con collar?
Una vez que el animal posee el collar
es liberado en el mismo lugar don-
de fue capturado y se procede a su
seguimiento, el que se hace el mayor
tiempo posible dado que los collares
poseen una batería con una vida útil
de un año y medio, aproximadamen-
te. Cada día y haciendo uso de la
antena telemétrica se intenta primero
ubicar a cada individuo desde lugares
ventajosos o más elevados, como por
ejemplo una tranquera, desde una ca-
mioneta, un árbol, sobre un caballo,
etc. El collar de cada animal posee
una frecuencia determinada que no se
superpone con la de los otros anima-
les que son monitoreados simultánea-
mente. El conocimiento inicial de los
lugares que más frecuenta el animal
es fundamental para que cada día se
lo pueda ubicar en el campo, y es por
ello que el primer periodo de moni-
toreo del animal es crucial para no
“perderlo”. En experiencias anteriores
desarrolladas en otros proyectos y
también por miembros del GECM, se
ha comprobado que muchos carní-
voros realizan “exploraciones” que
suelen durar días o meses. Durante
estos períodos los animales se alejan
mucho fuera de la zona conocida lo
que ha llevado a los investigadores
muchas veces a suponer que el animal
se perdió. Luego de un tiempo o de
un sobrevuelo pueden ser re ubicados.
Estas excursiones forman parte de la
actividad normal de los animales y
es importante estar preparados para
cuando ocurran.
Una vez que el animal es ubicado, una
señal llega a la receptora indicando
que el animal está más o menos lejos
(la intensidad de la señal indica la
lejanía o cercanía). Cuando la señal
se vuelve estable, se hace uso
de una brújula de mano y un GPS
(ver ECOLÓGICA Nº 2, “Por la ruta
del Aguará guazú”). El GPS para
ubicar la posición desde donde el
operador está detectando la pre-
sencia del Aguará guazú. Una vez
sintonizado el sonido, se deter-
mina el rumbo, es decir el ángulo
formado entre el norte y el lugar
donde se ubica el individuo. Otros
datos son la hora del registro y
las condiciones como la tempe-
ratura ambiente, el porcentaje de
cobertura por nubes, presencia
de luna, etc. Estos datos se van
registrando en una planilla dise-
ñada específicamente para tal fin.
Este procedimiento debe realizarse
tres veces consecutivas, al menos,
hasta que los valores de los ángu-
los permitan obtener un triángulo
que indica el área más probable de
presencia de cada Aguará guazú
(esto se denomina método de la
triangulación). Cada animal es
ubicado en forma independiente
dentro o en distintos horarios.
Durante un periodo de seguimien-
to normal, que cubre varias horas
del día, se obtiene una serie de
triangulaciones que son volcadas
luego en un mapa. El total de
todos los puntos que se obtie-
nen luego de muchos meses de
seguimiento permiten diagramar lo
que se denomina el “home range”
o “área de vida”, que es el área
donde cada animal desarrolla la
mayor parte de sus actividades. El
proyecto Aguará guazú se propone
determinar el home range de los
individuos con collar, la superpo-
sición de sus áreas de vida de los
distintos individuos y los periodos
de máxima y mínima actividad de
los animales a lo largo del día.
Las jaulas
Las jaulas para la captura de los Aguará
guazú fueron diseñadas especialmen-
te para este proyecto y fabricadas en
Mburucuyá por pobladores de esa locali-
dad. Para ello se hizo uso de la informa-
ción proveniente de biólogos de Brasil
y Bolivia que desarrollan proyectos de se-
guimiento en campo sobre Aguará guazú.
Las jaulas miden 1.90 m de largo, por un
1.10 m de alto por 0.90 m de ancho. Una
de ellas es de madera y las otras siete de
hierro. Existe una sola puerta para el in-
greso del animal, y el mecanismo de cie-
rre de la misma es del tipo “guillotina”.
Los cebos, atrayentes artificiales, fueron
en todos los casos carne de pollo, bazo y
tripa de vaca, adquiridos en carnicerías
y pollerías. Algunos pobladores pregun-
taron al proyecto si estos cebos pueden
colaborar en que el animal se acostumbre
a predar y la respuesta es: NO. El Aguará
es un predador por naturaleza y dentro
de sus hábitos de vida se encuentra el
consumo de carne y por haber consumido
una vez uno de estos cebos es imposible
que se genere un hábito predador hacia
animales domésticos.
Los cebos fueron colocados dentro de
bolsitas de tul, y estas ultimas pendien-
do de un alambre que está conectado
a la puerta. El funcionamiento es el
siguiente: cuando el animal jala de la
bolsita para comer el cebo, el alambre
tira del pestillo que sostiene la puerta
y esta se cierra. Cada jaula es prepara-
da personalmente y exclusivamente por
los integrantes de HUELLAS y cada vez
que se cambia el cebo se revisa que la
puerta al cerrarse caiga con la velocidad
suficiente para que el animal no escape
o no sea dañado por la misma. El cambio
de cebo se hacía cada tres días aproxi-
madamente a los fines de no introducir
tanta perturbación en el área. Las jaulas
durante el día eran revisadas dos veces a
la distancia haciendo uso de binoculares,
y dos veces de noche accediendo hasta el
sitio puntual a caballo y con reflectores
y linternas.
Aguará Guazú
4. La noche y los carnívoros
Sobre las 19:00 horas, aproxima-
damente, inician su actividad. Sus
aullidos, audibles a varios kilómetros,
generan miedo si uno está cerca;
parecieran marcar con estos sonidos
el inicio a su día de caminata y para
decirnos “¡aquí estamos!”. Suelen
oírse en forma continua pero irregular
en la zona de estudio, y son recono-
cidos por los lugareños quienes co-
mentan escucharlos desde muy lejos y
diferenciarlos.
Ahora bien, no es casual que los
carnívoros utilicen la noche para
PISCINAS
diseño y construcción
t r a b a j o s g a r a n t i z a d o s
Alberdi 2800 Santa Fe
(0342) 4560698 / 155 030144 / 156 126124
email: serviteccrespi@hotmail.com
Medios para movilizar las jaulas dentro de los
campos de la zona de Buena Vista. (Corrientes, 2004)
Equipo de Huellas trabajando en el ensamble de una
jaula de madera (julio de 2004)
César sosteniendo la antena para el seguimiento
comenzar sus movimientos. Presen-
tan adaptaciones para ello, apro-
vechando las horas de menos calor
para capturar sus presas. No es fácil
obtener el alimento de cada día. Los
Aguarás tienen un largo camino para
ello, cada día. Sus largas piernas les
permiten avanzar a pasos rápidos
entre el pastizal. Pueden llegar a ca-
minar varios kilómetros en menos de
una hora. Y de eso damos fe, porque
fuimos testigos durante un intento
de seguimiento; atrás quedamos y
sin posibilidad natural de alcanzar
su veloz desplazamiento. Allá se iba
rumbo al campo vecino, porque este
proyecto se trabaja en y desde los
campos privados.
La actividad de un Aguará culmina
cerca de la salida del sol para lo cual
buscan la entramada vegetación de
algún embalsado o la densa espesu-
ra del pastizal. Duermen una siesta
extensa y “fuerte”, como dicen los
baquianos de la zona. Y así cada día,
subsistir a escondidas, porque cuando
escuchan o ven a los paisanos mero-
deando, salen con su trote desgarba-
do atravesando el pastizal.
Ara y Chamamé, en un
Rincón de Anima
En febrero de 2002, Lucía y Pascual
llegaron caminando desde un campo
vecino, el campo de Ramon “Moncho”
Verón, distante a 6 kilómetros, hasta
la estancia del Sr. Lito Ojeda: Rincón
de Anima, ubicada en el Paraje Buena
Vista (Departamento de General Paz)
y muy cerca de El Pasito (Departa-
mento de Mburucuyá). Buscaban cam-
pos que quisieran colaborar en el de-
sarrollo del proyecto. Llegaron acalorados y sedientos, y el
Sr. Ojeda, propietario y ganadero, los recibió amablemente
y escuchó el motivo de la visita. A partir de ese momento
surgió una relación que llega hasta nuestros días... y cada
tanto somos testigos de la lectura que Lito lee de uno de
sus libros preferidos, de páginas amarillas de tantos años,
a los visitantes que pasan por la estancia. El relato cuenta
cómo surge el nombre de la estancia, describe almas sin
descanso que en esta zona participaron de batallas que
resultaron en la muerte de muchas personas que aun hoy,
según el libro, no logran descansar y perduran en la histó-
rica “Rincón de Anima”.
Y allí, en este lugar asentamos una gran parte de nuestros
5. 26pag.
proyectos y sueños. El rincón que limita con la tierra de
la pasionaria, allí donde puede verse un pastizal que al-
canza a medir hasta 2 m o más de altura. Allí, el día 16
de septiembre marcó la diferencia. Un antes y después
para el proyecto de HUELLAS, porque -a veces- se dudó
del éxito, del camino recorrido, sobre todo luego de la
muerte de la hembra que estaba preñada.
Ese día terminamos de cebar las jaulas a las 16:00
horas. Un sol impresionantemente fuerte parecía indicar
que los cebos no durarían mucho tiempo frescos y no
sabíamos si a los Aguarás les atraería un cebo con olor
a carne descompuesta. Días antes habíamos cebado con
frutas frescas y varios días después pudimos obtener
pisadas frescas de un Aguará guazú que habían ingresa-
do una y otra vez a la jaula. Se había comido las frutas
deshidratadas. Una buena señal. Esa madrugada, 03:00
horas aproximadamente, la llamada por radio de Cesar
y Pascual anunciaron que habían realizado su primer
recorrido y que encontraron un Aguará guazú en “la de
madera”. No pudimos creerlo, en ese momento, y parti-
mos al lugar de la jaula ubicada a unos 800 m del cam-
pamento base. Efectivamente, él estaba dentro, todo un
adulto, tranquilo, sentado, expectante, luego parado,
alerta, esperando casi inocente su liberación. Gritó
un par de veces a modo de intimidación. 05:00 horas:
comenzamos a organizarnos para ingresar en la jaula
utilizando la puerta de aprisionamiento especialmente
diseñada por personal de HUELLAS. Entraron Cesar y
Pascual sosteniéndola firmemente. Lucia, Francisco y
Mayra esperaron para inyectar la droga. Una vez que el
animal quedó en el fondo de la jaula, aprisionado, se pudo
acceder a inyectar. Cesar y Pascual se retiraron del interior
y la puerta guillotina volvió a cerrarse. Se cubrió la jaula
con un cobertor especialmente diseñado para evitar que
el animal vea hacia afuera y de ese modo no se pertur-
be aun más. El grupo se alejó para esperar que la droga
haga su efecto. Breve tiempo transcurrió, se regresó, y se
confirmó que el animal estuviera totalmente anestesia-
do, tras lo cual se abrió la puerta guillotina, se lo sacó y
colocó sobre una colchoneta gruesa. Francisco revisó los
signos vitales y junto con Mayra -quien estaba realizando
una pasantía desde la UNNE-, monitorearon temperatura,
frecuencia respiratoria y cardiaca. Lucía y Cesar midieron
extremidades, revisaron condiciones externas y dentarias
y tomaron medidas externas y peso. Pascual preparó el
collar para su colocación. Abel se ocupó de fotografiar
y filmar cada paso sin perder detalles. 08:00 horas: el
grupo se alejó. El Aguará guazú permaneció dentro de la
jaula para iniciar el periodo de recuperación que finalizó
cerca del medio día, momento para su liberación. Desde
la distancia y cada tanto, Francisco y Mayra se acercaron
para monitorearlo.
Los dos individuos capturados el día 16 de septiembre
(Chamamé) y el 24 de septiembre (Ara) parecen constituir
una pareja reproductiva. Suelen estar juntos y también
separados, en el mismo área. Se los puede escuchar co-
municándose por los característicos “aullidos” que marcan
el inicio de un nuevo día de actividad. Ambos pesaron
aproximadamente 24 kilogramos y en promedio 90 cm. de
altura a la cruz.
Durante el monitoreo de signos vitales y muestreo biológico de
Ara
La mediciones biométricas aportan información muy valiosa
sobre características de la especie y sus adaptaciones a una
vida cursorial
** “Chamamé”
6. NATURALEZA, CONSERVACION Y SOCIEDAD
Las características de los dientes y el aspecto y color de las
encías son buenos indicativos de la edad y salud del animal
Colocación del collar. Este se ajusta mediante pequeños tornil-
los que aseguran que no se desprenda
**
“Chamamé”
fue el primer Aguará Guazú argentino
portador de un radiocollar.
La liberación
Es un momento único e irrepetible
porque muy probablemente nunca
más uno vuelva a verlos. A veces
sucede como con Chamamé, que fue
recapturado a los pocos días, pero
generalmente es difícil o imposible
volver a ver a los animales en vida
libre.
Nadie dudó que los nombres de
los Aguarás debían ser simbólicos
y representativos para la zona. Es
costumbre de los biólogos colocar un
nombre a los animales que se monito-
rean. Los dos primeros Aguará guazú
y en tierras correntinas debían llevar
nombres en guaraní. Fueron Ara y
Chamamé (Ara significa día o tiempo
y Chamamé es la música originaria y
tradicional de Corrientes).
El futuro
Durante los próximos meses se desa-
rrollará un nuevo esfuerzo de captura
dado que fueron adquiridos tres colla-
res para Aguará guazú. Paralelamente,
se llevará adelante el monitoreo de
los individuos que hasta la fecha
poseen collar.
Las capturas y manipuleos de los
individuos fueron desarrollados por
personal de HUELLAS que ha sido
entrenado para poder realizar y resol-
ver cualquier situación que pudiera
acontecer entorno a los trampeos y la
telemetría. Es importante notar que
la captura de la fauna silvestre debe
estar mediada por personal idóneo y
que es crítico contar con los recursos
y medios necesarios para salvar cual-
quier situación problemática, como
por ejemplo que el animal sufra una
descompensación y deba ser trans-
portado. La captura de los individuos
se hizo bajo la autorización que
HUELLAS tiene con la Dirección de
Recursos Naturales de Corrientes a
través de gestiones desarrolladas, para
la firma de un convenio, por el actual
Director Sr. Teniente Coronel Retirado
Raúl Portela.
Aportes de aquí, de
allá...
Gracias a la edición Nº 2 de ECOLÓ-
GICA, se recibieron mails desde Santa
Fe y Entre Ríos con información muy
interesante y valiosa de avistajes de
Aguará guazú. Queremos hacer llegar
nuestro agradecimiento a las personas
que se comunicaron con HUELLAS
para brindar esos datos y continuamos
invitando a los pobladores y publico
en general a enviarnos toda la que
puedan. Para ello hemos diseñado una
breve encuesta que incluye a otras es-
pecies, dejando abierta la posibilidad
de su envío por correo electrónico.
El contacto es Lucía Soler y el mail
para comunicarse es:
huellas@aguara-guazu.com.ar
Para su uso en actividades educati-
vas, este artículo tiene vinculacio-
nes con ciencias naturales, tecnolo-
gía y ciencias sociales.
Agradecimientos: al Sr. Lito Ojeda por confiar en
abrirnos las puertas de un rincón de Corrientes,
a la Sra. Mary Hernández, al Dr. Roberto Cowper
Coles de la UNNE y fundamentalmente a Jean
Marie y Cecile, de Oikoveva, por permitirnos
compartir este sueño con ellos, que de a poco
se hace realidad.