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Histología
Ecuador
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INDICE
HISTOLOGÍA
1. Los tejidos básicos ............................................................................................................................................................................... 1
2. Vasos sanguíneos .................................................................................................................................................................................. 6
3. Piel ................................................................................................................................................................................................................................. 8
4. Órganos linfáticos ................................................................................................................................................................................. 9
5. Aparato digestivo .................................................................................................................................................................................. 11
6. Aparato respiratorio .......................................................................................................................................................................... 17
7. Aparato urinario ...................................................................................................................................................................................... 19
8. Aparato genital ......................................................................................................................................................................................... 21
9. Sistema nervioso .................................................................................................................................................................................... 26
Conceptos clave ...................................................................................................................................................................................... 29
1
HISTOLOGÍA
17
1. Los tejidos básicos
1.1. Tejido epitelial
El tejido epitelial es el tejido que salvo en raras ocasiones reviste todas las superficies y cavidades del
cuerpo humano siendo el aislante entre dos medios de distinta composición. Pero lejos de ser únicamen-
te un film de contención, es un transmisor de señales muy complejo, en el que tienen lugar procesos de
difusión e incluso reacciones enzimáticas.
Se caracteriza por sus uniones celulares, que además de resistencia confieren funciones especializadas a
cada tipo de epitelio. Un ejemplo serían los desmosomas.
Otra característica es que todo epitelio descansa sobre una membrana basal (MB) de grosor y características
variables que lo separan de los tejidos subyacentes. La MB está formada en su mayor parte por colágeno tipo IV.
Además, algunas incorporan unas habilidades específicas en su superficie apical que le confieren funcio-
nes más avanzadas, como son lo microtúbulos y las microvellosidades. Las microvellosidades son prolon-
gaciones del citoplasma en la superficie apical. Son como “dedos” que sobresalen. Tienen como función
aumentar la superficie de contacto con la luz, para la absorción. Ejemplo de microvellosidades son las que
se encuentran en el epitelio intestinal. Mientras que loscilios son estructuras que sobresalen también
hacia la superficie apical, pero que su “esqueleto”, a diferencia de las microvellosidades, está compuesto
por microtúbulos. Éstos les permiten moverse para barrer la superficie donde se encuentran, por ejemplo
partículas atrapadas en el sistema respiratorio (Figura 1).
1.1.1. Clasificación
Se clasifican en el número de capas: simple o estratificado (y uno intermedio llamado pseudoestratifica-
do). También por el tipo celular: escamoso, cilíndrico y cúbico. Añadiéndoles luego un adjetivo según su
función especializada, como por ejemplo“queratinizante”.
Figura 1. Tipos de epitelio
2
Manual
Manual CTO 1.ª
CTO 1.ª Edición
Edición
1.1.2. Localización y función (Figura 2 y 3)
• Escamoso simple: revistiendo cavidades; pulmón, pared capilares,
pericardio, pleura, peritoneo.
• Cúbico simple: pequeños conductos con funciones glandulares
como túbulos renales, glándulas salivales y pancreáticas.
• Cilíndrico simple: superficies de absorción o alta secreción, estóma-
go, intestinos, vesícula biliar.
• Cilíndrico pseudoestratificado: que en realidad es simple (todas las
células apoyan en la MB), típico del epitelio respiratorio (además ci-
liado).
Figura 2. Epitelio respiratorio
• Escamoso estratificado: muy resistente a la fricción, en boca, faringe,
esófago, ano, cuello uterino y vagina. Si incorpora capacidad de crear
queratina lo encontramos en la epidermis.
• Cúbico estratificado: al igual que el simple recubre conductos ex-
cretores, pero en este caso de mayor tamaño también en glándulas
como las salivales.
Figura 3. Urotelio
Por último comentar un epitelio de características especiales, ese es el
transicional, que es exclusivo del aparato urinario de algunos animales
superiores, y consta de una gran capacidad de distensión.
En cuanto a la disposición de los epitelios al formar glándulas, distingui-
mos según su forma; las representadas en la Figura 4.
Figura 4. a) Tubular simple (en el colon); b) Tubular simple arrollada
(casi su único ejemplo son las sudoríparas); c) Tubular simple ramificada (las
secretoras de moco en el estómago); d) Acinar simple (las secretoras
de moco de la uretra peneana); e) Acinar ramificada (las sebáceas);
f) Acinar compuesta (las del páncreas); g) Túbulo-Acinar compuesta
(algunas glándulas salivares).
Y su función: merocrina (secreta mediante exóstosis normalmente proteí-
nas, que son la mayoría), apocrina (expulsa directamente vesículas como
lípidos en la mama) y holocrina (se expulsa la totalidad de la célula, sien-
do su clásico ejemplo las sebáceas).
En general, cuando hablamos de glándulas hablamos de glándulas exo-
crinas, aquéllas que vierten el contenido que secretan a cavidades, con-
ductos o el exterior. No hay que olvidar que existe otro tipo de glándulas
con función más compleja que vierten sus productos a la sangre para que
éstos actúen a distancia: las endocrinas.
1.2. Tejido conectivo
El tejido conectivo o de sostén es un tejido que contrario a servir úni-
camente de soporte estructural y de relleno, adquiere a lo largo del
cuerpo funciones especializadas de vital importancia biológica. Los hay
mas laxos, siendo relleno de cavidades y formas más densas sometidas a
tensión como podrían ser los ligamentos. De hecho, desde el punto de
vista histológico, el cartílago y el hueso son tejidos conectivos altamente
específicos.
Todos los tejidos conectivos están compuestos de dos componentes
principales:
• El primero es la matriz fundamental, que forma la mayor parte del
mismo y a su vez se compone de una sustancia fundamental y de
fibras. La sustancia fundamental está formada por glucosaminoglu-
3
HISTOLOGÍA 17
canos (antes llamado mucopolisacáridos) siendo uno de los más
extendidos el ac. hialurónico, que unidos con proteínas forman los
proteoglucanos.
• El segundo componente son las fibras, siendo su principal represen-
tante el colágeno, el cual se divide en 19 tipos, siendo los principales
el (Figura 5):
- Tipo 1 (fibroso, en tendones, ligamentos, dermis).
- El 2 (cartílago).
- El 3 (la reticulina de hígado y tejidos linfoides).
- El 4 de membranas basales.
- El 7 de anclaje a la misma.
Figura 5. Fibras de colágeno con M.E.
Entre estos componentes se distribuyen las células de los distintos tipos
de tejidos (fibroblastos, osteocitos, adipocitos, condrocitos), células lin-
foides y vasos sanguíneos.
En todo tejido conectivo del cuerpo hay células del llamado sistema mo-
nocelular-macrocítico que llevarán a cabo funciones de defensa y que en
distintas partes recibirán distintos nombres:
• Monocito: macrófago (histiocito) (Figura 6).
• Célula de Von Kupffer: en hígado.
• Neumonocito III: en pulmón.
• Osteoclasto: en tejido óseo.
• Microgliocitos: en sistema nervioso central.
• Célula de Langerhans: en el epitelio de la piel (epidermis).
Figura 6. Macrófago fagocitando eritrocito
1.3. Tejido adiposo
Este tejido, de estructura histológica simple, se compone de células adi-
posas, cuya función es la de almacenar y metabolizar las grasas, como en
el resto de tejidos conjuntivos encontramos vasos. Esta se subdivide en
grasa blanca, función de reserva, la que predomina en el adulto. Y grasa
parda, relacionada con el control térmico en el neonato (Figura 7).
Figura 7. Células adiposas
1.4. Tejido cartilaginoso
Este tejido, de sostén semirrígido, obtiene su especial consistencia de una
agregación de proteoglicanos que se mezclan con proporciones varia-
bles de colágeno (predominantemente tipo 2) y fibras elásticas para dar
los tres tipos de cartílago:
• Cartílago hialino: en tabique nasal, laringe y articulaciones (Figura8)
• Cartílago elástico: en pabellón auditivo, epiglotis y trompas de Eus-
taquio
• Fibrocartílago: más denso, en discos intervertebrales, capsulas arti-
culares y tendones
En cuanto a la nutrición del cartílago, por ser éste uno de los pocos tejidos
conectivos avasculares, es por difusión a través de la sustancia intercelular.
Entre esta matriz encontramos a las células especializadas: los condrocitos
(Figura9)queenunaformaprecozinmadurasedenominancondroblastos.
Figura 8. Cartílago hialino
4
Manual
Manual CTO 1.ª
CTO 1.ª Edición
Edición
Figura 9. Condrocito
1.5. Tejido óseo
El hueso está formado, al igual que el resto de tejidos conjuntivos, por
una matriz (predominantemente de colágeno tipo 1) formada por los os-
teocitos que se mineraliza gracias al depósito de hidroxiapatita cálcica.
Este proceso de mineralización puede tener lugar a partir de un molde de
cartílago (osificación encondral) o a partir de un molde mesenquimatoso
(osificación intramembranosa).
Figura 10. Microscopía óptica de la unión osteo-cartilaginosa
En la imagen (Figura 10) apreciamos cómo, desde la parte superior donde
encontramos cartílago normal, va tomando forma y calcificándose hasta
convertirse en hueso trabecular.
Entre esta matriz calicificada encontraremos osteocitos y sus precursores
los osteoblastos. Y además células fagocitarias denominadas osteoclas-
tos, ya que el hueso está en continua remodelación, pasando por una
parte inmadura (no laminar, donde las fibras están desordenadas) a una
fase laminar madura.
Figura 11. Osteocito
Además distinguimos, según la presión a la que está sometida el hueso,
una densidad mayor o menor de trabéculas en la parte interna (hueso
trabecular), que se encuentra revestida por un hueso de mayor densidad,
el hueso cortical.
Mientras que los osteocitos formadores de hueso serán positivos a la fos-
fatasa alcalina (Figura 11), los osteoclastos (Figura 12) lo serán a la fosfa-
tasa ácida, de la que se valen para la resorción ósea. Estas últimas células,
las cuales son multinucleadas, estarán repletas de lisosomas donde se
acumulará la enzima antes comentada.
Figura 12. Osteoclastos
5
HISTOLOGÍA 17
Figura 13. Estructura ósea
En el hueso hay una estructura envolvente de función fundamental para la
nutrición del hueso, y ese es el periostio, a partir del cual se van disponiendo
lasunidadesfuncionalesdelhueso,llamadasosteónosistemadeHavers,enla
cuallasláminasóseassedisponenalrededordeunvasosanguíneo(Figura13).
1.6. Tejido muscular
Todas las células del cuerpo son capaces de realizar algún tipo de mo-
vimiento por pequeño que sea, pero si en el cuerpo encontramos unas
células motrices por definición esas son las musculares. Esto lo logran
gracias al desplazamiento de los miofilamentos. Estas células (alargadas
y multinucleadas) se agrupan en fascículos rodeadas de células de sostén
(endomisio) que a su vez se envuelven de un epimisio formando una fibra
muscular que está cubierta de un epimisio (Figura 14).
Dentro de la célula muscular encontramos el aparato responsable de que
tenga lugar la contracción: la sarcómera.
La sarcómera está formada por filamentos gruesos de miosina que se
unen paralelamente entre sí a nivel de la línea “M”, entre los cuales se
deslizan los filamentos finos formados por actina que se unen de igual
modo en la línea “Z”. Al deslizarse, se acercan las líneas “Z” produciendo
un acortamiento de las fibras dependiente de ATP que se traduce en la
contracción (Figura 15).
Figura 15. Fibras musculares y sarcómera
Figura 14. Estructura de la miofibrilla
6
Manual
Manual CTO 1.ª
CTO 1.ª Edición
Edición
El músculo tiene una gran capacidad de hipertrofia que histológicamen-
te es un aumento en el número de fibras.
Por último, es importante diferenciar los principales tipos de músculos;
• Músculo estriado: voluntario, se conoce así por la disposición de sus
fibras (Figura 16).
Figura 16. Arriba, músculo estriado. Abajo, cardíaco
• Músculo cardíaco: entre medio de los anteriores es el responsable
de la contracción rítmica del corazón.
• Músculo liso: es el músculo visceral que encontramos en vasos san-
guíneos bajo el control autonómico y hormonal (Figura 17)
Figura 17. Músculo liso
Cabe comentar un tipo celular intermediario entre célula de sostén simple
y contráctil, los miofibroblastos presentes en procesos cicatriciales, aproxi-
mando los tejidos a la par que secretando colágeno para repararlos.
1.7. Tejido nervioso
El tejido nervioso es uno de los más especializados del organismo. Ha de
recibir estímulos, procesarlos y emitir señales. Está formado por una red
intercomunicada de células llamadas neuronas, las cuales tienen la capaci-
dad de excitabilidad, que supone un cambio en la concentración de iones
llamado potencial de acción que dará lugar a la liberación de nueurotrans-
misores con distintas actividades en la unión interneuronal (la sinapsis).
En el sistema nervioso encontramos distintos tipos celulares:
• Las neuronas: como principales células funcionales, que las hay de
varios tipos.
• Las células de la microglía: con diversas funciones (se hablará más
delante de los distintos tipos que las integran).
2. Vasos sanguíneos
El sistema circulatorio está formado por dos componentes separados
pero relacionados:
• Sistema cardiovascular: transporta sangre en ambas direcciones
entre el corazón y los tejidos.
• Sistema vascular linfático: su función consiste en reunir linfa, el ex-
ceso de líquido extracelular y llevarla de nuevo al sistema cardiovas-
cular, en un solo sentido.
En cuanto a la histología, por lo general las arterias tienen paredes más
gruesas y son de diámetro más pequeño que sus equivalentes venosos.
Las paredes de los vasos sanguíneos están compuestas por tres capas
(Figura 18):
• Túnica íntima. Compuesta por epitelio escamoso simple y tejido co-
nectivo subendotelial. Debajo de ésta se encuentra una lámina elás-
tica interna (en vasos musculares desarrollados).
• Túnicamedia.Porlogeneral,eslacapamásgruesadelapareddelvaso.
Compuesta de capas de músculo liso dispuestas de manera helicoidal.
Las arterias musculares grandes tienen una lámina elástica externa. En
los capilares y vénulas postcapilares se reemplaza por pericitos.
• Túnica adventicia. Es la capa más externa de la pared del vaso, se
funde con el tejido conectivo circundante. Aquí encontramos la vasa
vasorum (vasos para la propia irrigación de la pared de los vasos) al
igual que los nervios que mediante el sistema autónomo controla la
contracción y dilatación de los vasos.
Figura 18. Corte de arteria elastica
7
HISTOLOGÍA 17
El lecho arterial desde su salida del corazón va pasando de vasos de ma-
yor calibre (arterias elástica) a unos intermedios (arterias musculares)
hasta dar las arteriolas, con un componente sucesivamente menor elásti-
co aumentando su proporción muscular, ya que cuanto más lejos, menor
es el impulso cardíaco. Las grandes arterias (aorta, pulmonar, subclavias,
etc.) contienen gran cantidad de fibras elásticas y por ser ésta su carac-
terística más saliente se denomina arterias elásticas. A medida que se
van ramificando en arterias más pequeñas, van predominando las células
musculares lisas en las paredes vasculares, por lo cual toman éstas la de-
nominación de arterias musculares (Figura 19).
Figura 19. Tipos de arterias
Además de las tres capas o túnicas referidas, es característico en las ar-
terias que una membrana constituida por paquetes de fibras elásticas:
se interponga entre la túnica íntima y la túnica media. Ésta es la lámina
elástica interna (Figura 20).
Una membrana similar, aunque generalmente menos definida, limita la
túnica media de la túnica adventicia, ésta es la lámina elástica externa.
Figura 20. Láminas elásticas
Después encontramos los capilares (Figura 21), los cuales están compues-
tos por una capa de células endoteliales y son los vasos sanguíneos más
pequeños. Éstos se clasifican en:
• Continuos: no tienen poros, ni fenestras en sus paredes. Se encuen-
tran en tejido muscular, nervioso y conectivo.
• Fenestrados: poseen poros (fenestras) en sus paredes que están re-
cubiertos por diafragmas en poros.
• Sinusoidales: pueden tener células endoteliales y lámina basal
discontinuas e incluyen muchas fenestras grandes sin diafragmas,
que aumentan el intercambio entre la sangre y el tejido.
Figura 21. Histología capilar
Rodeando a los capilares hay unas células denominadas pericitos con
funciones de vasoconstricción y sostén.
Para regular la cantidad del flujo sanguíneo en un lecho capilar existen
anastomosis directas entre arteriolas y vénulas que cambian su diáme-
tro en función de la demanda de O2
, el cual se intercambia en los capi-
lares.
A continuación encontramos las venas, que son vasos que regresan
sangre al corazón. Éstas se clasifican en tres grupos con base en su diá-
metro y el grosor de la pared: pequeñas, medianas (menos de 1 cm) y
grandes (venas cavas, pulmonares, renales, ácigos, yugulares internas
e ilíacas).
Entre las características de las venas encontramos que éstas tienen vál-
vulas para evitar el retorno venoso a favor de la gravedad. Además, al
estar sometidas a menor presión, tienen una capa muscular más delga-
da que las arterias, ya que la musculatura periférica será el motor que al
comprimirlas empuja la sangre hacia arriba.
En cuanto al sistema linfático, éste comparte más características con el
venoso que con el arterial, siendo peculiar en ellos la alta presencia de
células linfoides en su luz.
Las principales diferencias entre los vasos arteriales y venosos (Figura 22):
• Las arterias presentan sus núcleos paralelos al eje longitudinal del
vaso y se ven redondos. Su luz es redondeada, a veces estrellada. En
general, “poseen más pared que luz”. Tienen una túnica media muy
desarrollada.
• Las venas presentan núcleos perpendiculares al eje mayor, se ven
alargados. De luz habitualmente oval. Suelen poseer ”más luz que
pared”. Tienen una adventicia muy desarrollada.
8
Manual
Manual CTO 1.ª
CTO 1.ª Edición
Edición
3. Piel
3.1. Capas de la piel
La piel es un órgano del cuerpo que más allá de ser un simple aislan-
te es un órgano funcional con múltiples funciones como: protección de
las deshidratación, de los rayos UV, de los microorganismo. Es el mayor
órgano sensorial del cuerpo, así como un elemento fundamental en la
termorregulación. Por último, aunque más limitadas, posee funciones
metabólicas como las síntesis de vitamina D y el acúmulo de lípidos en el
tejido celular subutáneo.
La piel consta de tres capas principales:
• La epidermis: epitelio escamoso estratificado queratinizado, que va-
ría su grosor siendo máximo en la planta de los pies.
Figura 23. Célula de Langerhans
Se comopone de estratos:
- Basal: células cúbicas en mitosis que serán el recambio de es-
tratos superiores y entre las cuales encontramos los melanocitos
que crean la melanina que depositan en los estratos inferiores
(Figura 23).
- Capa translúcida.
- Espinoso: células grandes poliédricas con síntesis proteica.
- Granuloso: como su nombre indica están cargadas de gránulos
de queratohialina.
- Córneo: células muertas en un mar de queratina.
• La dermis: tejido fibroelástico conectivo, que lanza papilas dér-
micas a la epidermis entre las cuales se sitúan las crestas inter-
papilares de epidermis. Distinguimos una dermis superficial o
papilar y una dermis profunda reticular, más resistente. A este
nivel encontramos las glándulas sebáceas y los músculos erec-
tores vellosos.
• La hipodermis: tejido adiposo entre el cual se reparten las glándulas
sudoríparas merocrinas (directamente a la superficie) y los folículos
pilosos y las glándulas sudoríparas apocrinas (drenan a los folículos
pilosos).
3.2. Anexos cutáneos(Figura 24)
Ya se ha comentado a qué niveles encontramos los principales anejos
cutáneos:
• Pelos: son estructuras de queratina rodeadas de colágeno que
crecen por expansión terminal en el folículo. A través del músculo
erector y mediado por el simpático responde a estímulos erizando
el pelo.
• Glándulas sebáceas: a cada folículo piloso se le asocia una glándula
sebácea que secreta un agente impermeabilizante. En algunas partes
del cuerpo como pezones, labios, vulva, secretan mediante un con-
ducto directamente a la superficie.
• Glándulas sudoríparas: la mayoría son tubulares simples, son las
glándulas merocrinas, distribuidas por todo el cuerpo. Mientras que
en zonas concretas como axilas y región genital encontramos glán-
dulas apocrinas que drenan a folículos pilosos.
Figura 22. Diferencia entre arteria y vena
9
HISTOLOGÍA 17
Figura 24. Estructura de la piel
4. Órganos linfáticos
4.1. Ganglios
4.1.1. Ganglios linfáticos
Los ganglios linfáticos son pequeños órganos que se disponen en cade-
nas a lo largo del trayecto de los vasos linfáticos formando estaciones en
ciertas partes del cuerpo. Cuando los vasos linfáticos aferentes se acercan
al ganglio originan numerosas ramas que ingresan a él por distintos sitios
de su superficie convexa.
Los vasos linfáticos eferentes (en menor número que los aferentes) aban-
donan el ganglio por el hilio, pequeña depresión en su parte central.
Como el resto de órganos, constan de un armazón conectivo en cuyo in-
terior encontramos millones de células linfoides (linfocitos, células plas-
máticas y macrófagos) entre las que discurren senos linfáticos.
En el ganglio distinguimos una zona cortical externa densamente te-
ñida y una médula interna más pálida. Los vasos linfáticos aferentes
perforan la cápsula y se abren paso por el parénquima cortical. El as-
pecto compacto se debe a los pocos senos y a su pequeño diámetro.
Éstos continúan por la médula con el nombre de senos medulares que
son anchos y tortuosos e irregulares, y se ramifican y anastomosan en
numerosos cordones medulares que salen por el hílio.
Los centros germinales se localizan en la periferia del ganglio, y en con-
junto forman la corteza superficial, mientras que la corteza profunda,
está constituido por tejido linfoideo difuso. No hay una frontera precisa
entre ambas, y esta última se continúa con los cordones medulares.
En la corteza profunda las células están agregadas más laxamente
que en la corteza externa, predominando linfocitos pequeños, mien-
tras que macrófagos y plasmocitos solamente se hallan ocasional-
mente (Figura 25).
Figura 25. Ganglio linfático
Por su parte, los cordones medulares están formados por agregaciones
de tejido linfoideo organizados en torno a vasos sanguíneos pequeños.
Los cordones se ramifican y anastomosan entre ellos. Cerca del hilio for-
man lazos o terminan de modo ciego. Están formados por una rica red de
fibras reticulares y de células reticulares, que encierran linfocitos peque-
ños, plasmocitos y macrófagos. Pueden contener neutrófilos (leucocitos
polimorfonucleares) y eritrocitos, en número variable, pero igualmente
en escasa cantidad.
Figura 26. Esquema de vascularización del ganglio
La sangre ingresa al ganglio por el hilio y llega a la corteza, donde
se distribuye en plexos capilares por el parénquima cortical difuso,
y alrededor de los nódulos o folículos. Estos folículos se dividen en
primarios y secundarios dependiendo si han estado o no en contacto
con un antígeno, ya que en estos folículos es donde se multiplican los
linfocitos B (Figura 26 y 27).
10
Manual
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Edición
Figura 27. Folículos linfoides
4.2. El bazo
El bazo es un órgano abdominal que funciona como un complejo filtro
interpuesto en el torrente sanguíneo. Su función es la de depurar la san-
gre de partículas antigénicas y células viejas o anormales. Es un órgano
con gran cantidad de tejido linfoideo y vasos sanguíneos especiales que
permiten que la sangre circulante se ponga en contacto con numerosos
macrófagos.
Consta de;
• Una cápsula.
• Una zona de médula roja oscura, y sobre ella unas zonas nodulares
blancas.
Histológicamente, se define a la zona roja oscura como pulpa roja, y a la
zona blanca como pulpa blanca.
La pulpa blanca está representada por el tejido linfoide que se agrupa
circunferencialmente a las arterias, formándoles una vaina, las vainas lin-
foides periarteriales, las cuales poseen linfocitos y algunos macrófagos
con células plasmáticas.
Figura 28. Imagen en que se aprecian los cordones de la médula roja
y los sinusoides
La pulpa roja está formada por una red de vasos llamados senos que po-
seen una disposición tortuosa que se ramifican y anastomosan entre sí.
El color de la pulpa roja se debe a la abundancia de eritrocitos que llenan
la luz de los senos e infiltran a los cordones (que reciben el nombre de
cordones de Billroth) (Figura 28).
Entre las dos pulpas existe una región de transición que se llama zona
marginal (Figura 29).
Figura 29. Corte de perísquemia esplénico
4.3. Vasos linfáticos
El sistema linfático transporta linfa, que es un ultrafiltrado plasmático con
proteínas que recoge del tejido conectivo. Tiene por función llevar ele-
mentos del sistema inmune, lípidos y otras macromoléculas.
Está formado por una red de capilares linfáticos, vasos colectores, gan-
glios linfáticos y dos grandes troncos linfáticos (conducto torácico y la
gran vena linfática).
Figura 30. Vaso linfático
11
HISTOLOGÍA 17
Los capilares linfáticos se encuentran en la mayoría de los tejidos en ínti-
ma relación con los vasos de la microcirculación. Poseen endotelio similar
al de los capilares sanguíneos y carecen de MB. Se diferencian de los ca-
pilares sanguíneos por no poseer pericitos (Figura 30).
Los vasos colectores poseen tres capas (igual que los vasos sanguíneos):
íntima, media y adventicia. Mantienen los repliegues de endotelio, que
forma válvulas como las que se observa en la imagen dando mayor se-
mejanza a venas.
4.4. Tejido linfoide asociado a mucosas
A lo largo del tracto gastrointestinal encontramos un tejido linfoide de-
nominado por el acrónimo anglosajón MALT. Contiene célulasT, B y célu-
las presentadoras de antígenos.
A distintos niveles tiene distintas formas y recibe distintos nombres. En el
paladar y faringe recibe el nombre de anillo de Waldeyer, que está inte-
grado por las principales amígdalas. A nivel del intestino grueso encon-
tramos protuyendo hacia la luz las denominadas placas de Peyer, con
células especializadas en captar antígenos y desarrollar una respuesta
específica mediada ocasionalmente por IgA (Figura 31).
Sin embargo, la mayor parte de este sistema son pequeños acúmulos va-
riables innominados a lo largo del tubo digestivo constituyendo el órga-
no linfoide de mayor volumen del cuerpo.
Figura 31. Placa de Peyer
5. Aparato digestivo
5.1. Capas histológicas del aparato digestivo
El aparato digestivo comprende el tracto o tubo digestivo y sus
glándulas anexas. El tracto digestivo es una estructura tubular de
aproximadamente 9 metros de largo, que se extiende desde la boca
hasta el ano. Por este tubo se transportan los componentes alimen-
ticios mientras se va produciendo la digestión mecánica y química
para la posterior absorción de los productos necesarios para el or-
ganismo.
El tubo digestivo está compuesto por los siguientes órganos: boca, fa-
ringe, esófago, estómago, duodeno y yeyuno-íleon (intestino delgado),
colon ascendente, transverso, descendente y sigmoides, recto y ano (in-
testino grueso) (Figura 32).
Figura 32. Esquema del tubo digestivo
Las glándulas anexas se encuentran ubicadas por fuera del tubo digesti-
vo, pero sus conductos excretores desembocan dentro de éste. Éstas son
las glándulas salivales (parótida, submaxilar y sublingual), el hígado y el
páncreas exocrino.
La boca es la primera sección del tracto digestivo y actúa además como
primera porción de las vías aéreas. Está revestida en su gran propor-
ción por un epitelio plano estratificado o escamoso (Figura 33). En la
lengua veremos además un tipo de células especializadas sensitivas,
los corpúsculos gustativos. De forma esférica, sus células se organizan
disponiéndose en forma de capas de cebolla. Se ubican en el espesor
del epitelio de la papila, extendiéndose desde la membrana basal has-
ta la luz, hacia la cual se abre un poro central.
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Figura 34. Transición de esófago a estómago
El esófago respeta la organización característica de todo el tubo diges-
tivo.
Figura 35. Corte del esófago
En el esófago, la mucosa está compuesta por un epitelio plano estratifi-
cado que contiene glándulas mucosas. La submucosa está formada por
tejido conectivo laxo y algunos folículos linfoides. Tiene una muscular
estriada proximalmente y lisa después y una adventicia compuesta por
tejido conectivo laxo, abundantes vasos y nervios.
Figura 36. Glandula gástrica
Figura 33. Epitelio pleno estratificado de la boca con corpúsculos gustativos
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HISTOLOGÍA 17
Recordemos que aproximadamente el último cuarto del esófago se en-
cuentra en la cavidad peritoneal y en consecuencia aquí la adventicia se
reemplaza por una serosa (mesotelio). El esófago consta de unas glándu-
las tubulares mucosas muy ramificadas con función de lubricar al paso
del bolo alimenticio.
Desde el esófago hasta el ano, la pared del tubo digestivo contiene una
serie de plexos nerviosos intramurales. Éstos, están formado, por una
capa de neuronas externas llamada plexo mientérico o plexo de auer-
bach, ubicado en la túnica muscular; y una capa de neuronas internas,
ubicado en la túnica submucosa, denominado plexo submucoso o
plexo de Meissner. Éstos controlan la función motora del tubo digestivo
y los encontramos en el preparado histológico del tracto digestivo a nivel
de la túnica submucosa y de la muscular (Figura 34 y 35).
En cuanto al estómago, la túnica mucosa está ocupada en su totalidad
por glándulas tubulares simples o ramificadas que son denominadas
glándulas gástricas.
En el área mucosecretora, encontramos las glándulas cardiales, que son
muy ramificadas y presentan células mucosas productoras de mucus y
algunas células endocrinas pertenecientes al sistema neuroendocrino
difuso (SNED) y las glándulas pilóricas, que son tubulares simples o rami-
ficadas y también presentan células mucosas y endocrinas.
El área de mayor importancia fisiológica es la región ácido-secretora, co-
rrespondiente a la región corpofúndica del estomago. En cuanto a las cé-
lulas mucosas, son células cilíndricas bajas, con núcleo basal, a menudo
algo aplanado. Con la técnica de hematoxilina eosina, su citosol es claro,
pero con el método de PAS, se demuestra que el citoplasma apical con-
tiene numerosos gránulos coloreados moderadamente.
En cuanto a las células secretoras de ácido o células parietales, se ob-
servan en el cuello de las glándulas, poseen forma piramidal y al micros-
copio electrónico (a veces percibiéndose al MO) se observa que la célula
parietal presenta canalículos intracelulares con microvellosidades largas
para transportar sus secreciones (Figura 36 y 37).
Se las reconoce bien aplicadas contra la membrana basal de las glándulas
corpofúndicas a la cual suelen empujar lateralmente (de ubicarse contra
la“pared“, su nombre).
Su citoplasma es fuertemente acidófilo por la gran cantidad de mitocon-
drias, recordemos que estas células deben trabajar mucho para realizar
su actividad secretora por lo que necesitan mucha energía.
Las células parietales son grandes y poliédricas con núcleo redondo y os-
curo ubicado en el centro celular.
Algo muy relevante es la presencia en el citosol de vesículas. Cuando
la célula parietal es estimulada, las vesículas migran hacia la membra-
na apical, con la cual se fusionan aumentando así el tamaño de ésta y
formándose los canalículos de secreción repletos de canales iónicos
en sus membranas. Al culminar dichas fusiones se hacen activas las
citadas herramientas para la secreción.
El último tipo celular del estómago son las células principales que se
encuentran en mayor número dentro de la glándula fúndica. Son células
basófilas por la gran abundancia de REG. Presentan en su superficie api-
cal gránulos de zimógeno. Estos gránulos contienen en su interior una
pro-enzima llamada pepsinógeno, que es el precursor inactivo de la enzi-
ma pepsina que es una endoproteasa.
Figura 37. Célula parietal
A continuación encontramos el intestino delgado. El intestino del-
gado es una porción del tubo digestivo formado por el duodeno y el
yeyuno-íleon. Aproximadamente mide entre 4 y 6 metros, de los cuales
sólo los primeros 25 a 30 centímetros corresponden al duodeno.
La función más importante del intestino delgado es realizar la absorción
de los nutrientes digeridos. El intestino delgado presenta 4 estructuras
que aumentan de 300 a 400 veces su superficie de absorción. De lo ana-
tómico a lo histológico, éstas son:
• Válvulas conniventes o pliegues de Kerkring.
• Vellosidades intestinales (Figura 38).
• Microvellosidades.
Cada vellosidad está rodeada por una cripta llamada cripta de Lieberkhun
que corresponde a una glándula tubular simple.
Figura 38. Vellosidades intestinales
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Los pliegues de Kerkring están compuestos por un eje central de submu-
cosa rodeados por mucosa, y son macroscópicamente visibles. Están bien
desarrollados a nivel del yeyuno, y por lo general faltan en los primeros
4-5 centímetros del duodeno y la última mitad del íleon.
Toda la mucosa del intestino delgado está tapizada por las vellosidades
intestinales, cuya forma varía en las diferentes secciones del intestino; así,
por ejemplo, las vellosidades del duodeno aparecen con forma de dedos
o de hojas.
Las vellosidades intestinales miden aproximadamente 1 milímetro y son
evaginaciones de la mucosa, compuestas por tejido conectivo laxo (perte-
neciente a la lámina propia), recubiertas por un epitelio superficial. Por tan-
to, en los cortes histológicos transversales, se visualizan como pequeños
islotes de tejido conectivo con cobertura epitelial superficial (Figura 39).
El epitelio está formado por cuatro tipos celulares: los enterocitos (célu-
las absortivas que contienen enzimas digestivas), las células caliciformes
(secretoras de moco), células endocrinas (parte del sistema NERD) y por
último tipo celular son las células de Panneth que sólo se encuentran
en el fondo de las criptas, poseen forma cilíndrica, siendo su principal
función la liberación de enzimas, entre ellas la lisozima, que es una pro-
teína íntensamente catiónica con acción bactericida (Figura 40).
Figura 40. Células de Panneth
La submucosa sólo contiene glándulas en el duodeno, las llamadas
glándulas de Brunner. Éstas comienzan a aparecer a nivel del píloro y
su número va disminuyendo gradualmente en sentido distal, pero pue-
den alcanzar los primeros centímetros del yeyuno. Son acinos mucosos
que producen mucus. Por su parte, el rasgo diferencial de las partes más
distales (íleon terminal) son las placas de Peyer.
Figura 41. Mucosa colónica con glándulas colónicas
El cólon difiere de la mucosa del intestino delgado en algunos aspec-
tos.
No presenta vellosidades y es más gruesa, por lo que las criptas son más
largas, rectas y más profundas que las del intestino delgado. Poseen ade-
más un mayor número de células caliciformes y la densidad de éstas va
aumentando en sentido distal.
El epitelio continúa siendo cilíndrico simple, y sus células (los enterocitos)
poseen una gran capacidad absortiva. El colon es el órgano que tiene la
mayor capacidad de absorción, pero esto no indica que sea el órgano
Figura 39. Corte de vellosidad intestinal
15
HISTOLOGÍA 17
que más absorba. De esta forma, cualquier proceso que disminuya la ca-
pacidad absortiva del colon (sustancias osmóticamente activas) puede
provocar diarreas osmóticas (Figura 41).
En el colon se realiza el ajuste final de la cantidad de iones y agua que
el organismo necesita. El colon derecho moviliza grandes cantidades de
agua y sales, y posee una flora bacteriana de tipo fermentativa. El colon
izquierdo es menos permeable y posee una flora putrefactiva.
Figura 42. Corte apendicular
El ciego es un saco cerrado ubicado en la porción proximal del colon, que
posee una evaginación alargada, estrecha y de longitud variable, deno-
minada apéndice vermiforme (Figura 42).
La estructura del ciego es similar a la del intestino grueso; el apéndice
también posee una estructura semejante.
5.2. Glándulas anexas al tubo digestivo
Las glándulas salivales son las encargadas de producir la saliva. Se las
clasifica en dos grandes grupos:
• Glándulas salivales menores: representadas por un conjunto de
glándulas que se ubican en el espesor de distintos lugares de la cavi-
dad bucal. Producen el 5% del total de saliva. Pueden ser de secreción:
- Mucosa: representadas por las glándulas palatinas y las glándulas
de la base de la lengua.
- Serosa: glándulas de Von Ebner que desembocan en el fondo de
papilas.
• Glándulas salivales mayores: representadas por tres glándulas pa-
res, la parótida, submaxilar y sublingual. Todas ellas son de tipo tu-
buloacinar compuesta ramificada, y que no están en el espesor de
la pared de la cavidad bucal, sino que son glándulas separadas que se
comunican a través de conductos mayores.
La parótida presenta un 100% de acinos serosos que no acumulan la
secreción. Drena a través del conducto mayor de Stenon (Figura 43).
En sublingual predominan francamente los acinos mucosos.
Figura 43. Microfotografía que muestra ambos tipos de acinos. A la izquier-
da de la foto se ven acinos mucosos, en tanto que a la derecha se muestran
los acinos serosos
Las submaxilares son las encargadas de producir el 60% de la saliva. Son
de tipo tubuloacinar compuesta ramificada, con acinos serosos, mucosos
y mixtos. Drenan a través del conducto mayor de Warthon.
La vesícula biliar presenta un epitelio cilíndrico simple con chapa estria-
da y algunas células caliciformes. Apoyan sobre una membrana asal que
permite anclarlo al tejido conectivo. La mucosa biliar no tiene submucosa.
Figura 44. Mucosa de la vesícula biliar
A nivel de la mucosa, se evidencian pliegues profundos de la mucosa que
simulan glándulas y vellosidades, pero no lo son (Figura 44).
El páncreas es una glándula que se ubica en el retroperitoneo, en la pa-
red posterior del abdomen, situado posteroinferior al estómago entre la
concavidad del duodeno y el hilio esplénico. Se trata de una glándula
mixta, encargada de producir una secreción exócrina y una endócrina,
representada por:
• Componente exócrino: representado por los acinos serosos pan-
creáticos, encargados de producir el jugo pancreático (Figura 45).
• Componente endócrino: representado por los islotes de langer-
hans, macizos celulares esféricos distribuidos a lo largo del parénqui-
ma pancreático, encargado de producir insulina, glucagón, somatos-
tatina y polipéptidos pancreáticos.
El páncreas exócrino es una glándula de tipo tubuloacinar compuesta
ramificada. Las acinares se continúan con el conducto intercalar (que
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puede ser cúbico simple o plano simple); de allí se comunican con el
conducto intralobulillar, de epitelio cúbico simple; luego el de epitelio
cilíndrico simple; todos los conductos interlobulillares (o interlobulares)
desembocan en el conducto de Wirsung, terminando éste junto con el
conducto colédoco en la ampolla duodenal o ampolla de Vater. Existe un
conducto pancreático accesorio o de Santorini.
Figura 45. Acinos pancreáticos
La secreción endócrina está configurada por células endócrinas que se acu-
mulan en estructuras esféricas llamadas islotes de Langerhans (Figura 46).
Dichos islotes se encuentran acomodados entre los acinos.
Figura 46. Islote de Lengerhans
El hígado es la glándula más grande del organismo. Con 1.500 g., ocupa
el hipocondrio derecho, justo por debajo del diafragma. Anatómicamen-
te se compone de cuatro lóbulos hepáticos parcialmente separados. Es
una glándula mixta, ya que tiene unas funciones endócrinas (sintetizar
proteínas plasmáticas y liberarlas a la sangre, por ejemplo) y una función
exócrina (síntesis de bilis).
Presenta una cápsula de tejido conectivo denso no modelado llamada
cápsula de Glisson. Por fuera de esta cápsula se encuentra el perito-
neo.
Figura 47. Lobulillos hepáticos
El lobulillo clásico hepático es un prisma hexagonal de aproxima-
damente 2 milímetros de longitud y 1 milímetro de diámetro, y que
al corte histológico se muestra como un hexágono. A nivel del tejido
conectivo sobre los vértices de dichos hexágonos se encuentran las
tríadas portales, una en cada vértice. Una tríada se ubica en una zona
llamada espacio portal o de kiernan. Están conformados por una
arteriola (rama de la arteria hepática), una vena pequeña o vénula
postcapilar (rama de la vena porta) y un conducto (llamado conduc-
tillo biliar) (Figura 47).
Figura 48. Vena centrolobulillar
El centro del hexágono se encuentra representado por una vena lla-
mada vena centrolobulillar (Figura 48). De ella salen de forma radia-
da hacia la periferia trabéculas de hepatocitos. Entre las trabéculas
de hepatocitos se disponen los sinusoides hepáticos, los cuales sepa-
ran a las trabéculas de los hepatocitos. Se trata de un vaso capilar sin-
usoide que surge de la fusión de un capilar arterial (rama de la arteria
hepática) y un capilar venoso (rama de la vena porta). Está formado
17
HISTOLOGÍA 17
por un endotelio discontinuo que descansa sobre una membrana ba-
sal también discontinua (Figura 49).
Figura 49. Tríada portal
Figura 50. Hepatocitos entre sinosoides
El hepatocito es la célula parenquimatosa del hígado (Figura 50). Corres-
ponde al 80% de las células del órgano. De forma poliédrica, habitual-
mente se muestran con 6 caras, que miran tanto a un sinusoide o toma
contacto con un hepatocito vecino. La célula es bipolar:
• Polo vascular: corresponde a todas las caras que toman contacto
con un capilar sinusoide. En esas caras existen gran cantidad de mi-
crovellosidades que se proyectan hacia el sinusoide, pero no ingre-
san a la luz del mismo, sino que quedan ocupando un espacio delimi-
tado por los hepatocitos por un lado y la pared sinusoidal por el otro,
llamado espacio perisinusoidal o de Disse. Es hacia esta cara donde
se liberan los contenidos endócrinos del hepatocito (Figura 51).
Figura 51. Detalles de hepatocito
• Polo biliar: presenta una invaginación central en esa superficie
que toma la forma de un semicilindro. Al tomar contacto con otra
hemicavidad de un hepatocito vecino se forma el canalículo biliar.
Entonces un canalículo biliar se forma por la confluencia de dos polos
vasculares de dos hepatocitos vecinos. El canalículo biliar presenta
un diámetro de 2 micrones, y hacia su luz es donde se secreta la bilis
producida por los hepatocitos.
6. Aparato respiratorio
A lo largo del aparato respiratorio encontramos una seria de estructuras
que cambian su histología, consta de una parte conductora dónde no se
produce intercambio gaseoso y una parte respiratoria dónde tiene lugar
el mismo; que genéricamente se conocen como alveolos, de los cuales
hay alrededor de 300 millones, lo que hace una superficie aproximada de
cien metros cuadrados para el intercambio gaseoso (Tabla 1).
PORCIÓN CONDUCTORA PORCIÓN RESPIRATORIA
Nariz Bronquiolo respiratorio
Laringe Conducto alveolar
Tráquea Saco alveolar
Bronquios extra e intrapulmonares
Bronquiolos propiamente dichos
Bronquiolo terminal o liso
Tabla 1. Distribución del aparato respiratorio
6.1. Capas histológicas
del aparato respiratorio
En la nariz encontramos epitelio plano poliestratificado como en la piel
en la zona vestibular para dar paso a un epitelio pseudoestratificado ci-
liado con células caliciformes. Entre este epitelio se disponen las células
olfatorias que son neuronas bipolares sensibles a los estímulos olfato-
rios (Figura 52).
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Por su parte, la laringe está recubierta por un epitelio cilíndrico pseu-
doestratificado ciliado con células caliciformes, excepto en las cuerdas
vocales y parte de la epiglotis, donde el epitelio es plano estratificado. En
ambas estructuras encontramos glándulas tubuloacinosas con secreción
mucosa o mixta.
Figura 52. Célula olfatoria
La tráquea comienza en la parte inferior de la laringe. Su estructura de
soporte está constituida por 16 a 20 anillos incompletos de cartílago hia-
lino, en forma de “c” o de herradura, cuya abertura es dorsal y sus extre-
mos están unidos por haces de fibras musculares lisas. Éstos están unidos
entre sí por tejido conectivo fibroelástico. La capa más interna, que con-
tacta con la luz del órgano, está tapizada por un epitelio pseudoestrati-
ficado ciliado con células caliciformes. Otro tipo celular del epitelio de
la tráquea y los bronquios es la célula de gránulos pequeños (también
llamada de gránulos densos). Ésta pertenece al sistema neuroendocrino
difuso (SNED) y libera hacia la sangre serotonina, bradiquinina y calcito-
nina; interviniendo en la regulación del calibre de las vías aéreas y el flujo
sanguíneo local.
Figura 53. Células de la mucosa respiratoria
Este tipo histológico se mantiene en las sucesivas divisiones del árbol
respitario, conteniendo sucesivamente una menor cantidad de cartíla-
go en su pared, desapareciendo éste en los bronquiolos (Figura 53). Los
bronquiolos poseen un epitelio cilíndrico simple y carecen totalmente
de células caliciformes. Contienen células ciliadas y aparece un nuevo
tipo celular, las células de Clara. Éstas se encuentran sólo en el epitelio
bronquiolar, y con los datos obtenidos hasta el momento se sabe que
sintetizan y secretan un producto “símil surfactante” de naturaleza glu-
coproteica con un gran poder tensioactivo. El músculo liso también va
disminuyendo conforme nos alejamos (Tabla 2).
Una vez ya en el bronquiolo terminal (que precede al respiratorio) el epi-
tolio es ya cúbico simple, continuo.
Elemento Epitelio Músculo Cartílago Diámetro
Bronquio
Pseudoestratificado
ciliado con células
caliciformes
++ Sí ++++
Bronquiolo
propiamente
dicho
Cilíndrico simple +++ No ++
Bronquiolo
terminal
Cúbico simple ++ No ++
Bronquiolo
respiratorio
Cúbico simple
(discontinuo)
+ No +
Tabla 2. Bronquios y bronquiolos
6.2. Histología alvéolo-capilar
Los bronquiolos respiratorios darán lugar al conducto alveolar.
Figura 54. Epitelio alveolar
La cantidad de sacos alveolares es cada vez más grande sucesivamente,
lo cual dificulta la tarea de encontrar un límite preciso entre conductos
alveolares y alveolos. Después de dos o tres divisiones, el conducto ter-
mina en un pequeño espacio (también denominado atrio) que comunica
directamente con grupos de cuatro o más alveolos, que en su conjunto se
denominan sacos alveolares.
Los alveolos representan la porción intercambiadora de gases por exce-
lencia. El epitelio alveolar es plano simple y está formado por dos tipos
celulares: el neumonocito tipo I y el neumonocito tipo II.
19
HISTOLOGÍA 17
Las células alveolares o neumonocitos tipo l, que tapizan la mayor parte
de la superficie alveolar, se aplanan en gran medida para facilitar el in-
tercambio de gases entre la sangre y el aire pulmonar (llegan a tener un
grosor de 0,2 micrones, excepto en la zona ocupada por el núcleo); se
trata de un epitelio de tipo plano simple (Figura 54).
También encontramos macrófagos alveolares. Estas células fagocíticas
no forman parte constitutiva de la pared alveolar, sino que reposan sobre
ella y cumplen una función de vigilancia.
El neumonocito II es un tipo celular del alveolo que se encuentra inter-
calado en el epitelio plano simple que forman los neumonocitos l. Los
neumonocitos ll tienen una forma cuboidea y se los ve sobresaliendo le-
vemente hacia la luz alveolar. Estas células son las responsables de sinte-
tizar el surfactante de naturaleza tensioactiva, pues disminuye la tensión
superficial entre el aire y el agua que tapiza a los alveolos (Figura 55).
Figura 55. Esquema de los componentes alveolares.
Tomado y modificado de Cormack
7. Aparato urinario
7.1. Capas histológicas del aparato urinario
El sistema pielocalicial está constituido por la pelvis renal y los cálices ma-
yores y menores.
Los cálices están revestidos hacia la luz por un epitelio de transición o
epitelio polimorfo. Debajo de éste existe un tejido conectivo laxo que,
junto con el epitelio, constituyen la mucosa calicial. Después de la mu-
cosa y una delgada capa de tejido conectivo, aparecen dos cordones de
músculo liso (Figura 56).
Figura 56. Urotelio
La pelvis renal tiene una estructura semejante a la de los cálices, y al igual
que ellos, experimentan contracciones rítmicas para impulsar la orina ha-
cia los uréteres.
La mucosa del uréter está constituida también por un epitelio de transi-
ción y una lámina propia de tejido conectivo laxo (Figura 57).
Por debajo de la lámina propia, y sin límites con ella, sigue una submu-
cosa de tejido conectivo laxo, la cual recibe los numerosos pliegues de la
mucosa, que le dan a este órgano una clásica luz festoneada, replegada o
estrellada cuando está vacío.
Figura 57. Corte de uréter
La mucosa vesical presenta numerosos pliegues luminales. El corion se
sigue de una gruesa capa muscular formada por tres capas no bien de-
finidas, y éstas son la longitudinal interna, circular media y longitudinal
externa. La porción superior de la vejiga está revestida por peritoneo
(mesotelio), mientras que el resto se reviste por una adventicia con abun-
dante tejido adiposo, vasos y nervios.
7.2. Histología del riñón
Los riñones son órganos pares que se ubican en el retroperitoneo, fijados
contra la pared abdominal posterior. Cada riñón está envuelto por una
cápsula conectiva propia (Figura 58).
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La pelvis renal es una dilatación ampular o sacular que se continúa ha-
cia abajo con el nacimiento del uréter, y hacia el otro extremo envía dos
o tres ramificaciones que llevan el nombre de cálices mayores. Estos
cálices, a su vez envían nuevas ramificaciones conocidas como cálices
menores.
Los cálices menores reciben el vértice de unas estructuras cónicas cono-
cidas como pirámides renales.
Figura 58. Anatomía renal
Cada una de las pirámides renales sumadas a la porción de corteza que
cubre su base constituye un lóbulo renal.
Un lobulillo renal está formado en su totalidad por un rayo medular y el
tejido cortical que le es inmediatamente vecino a él.
La nefrona es la unidad funcional del riñon que acaba en el túbulo co-
lector.
La nefrona comienza con la arteria aferente. Del extremo distal de la ar-
teriola aferente se originan varias asas capilares, que se organizan como
un ovillo. Vale destacar que estos capilares son capilares fenestrados.
Este ovillo capilar (Figura 59) está envuelto por una doble cápsula denomi-
nada cápsula de Bowman. Entre ambas capas de Bowman queda un espa-
cio conocido como espacio urinífero o espacio de Bowman de filtracion. La
pared de Bowman posee un tipo de células que han perdido su apariencia
típica de células epiteliales planas, y llevan el nombre de podocitos.
De ellas salen unas prolongaciones denominados pedicelos que son los
responsables de controlar el ultrafiltrado plasmático que se produce a
este nivel.
Entre todos los capilares del ovillo encontramos el mesangio. El mesan-
gio constituye un sistema de sostén propio del glomérulo compuesto por
células mesangiales y una matriz mesangial. El mesangio se especializará
en el denominado polo vascular del corpúsculo renal, más precisamente
entre las arteriolas aferente y eferente formando el llamado aparato yux-
taglomerular que forma parte del eje RAA.
Figura 59. Ovillo capilar
Una vez realizado el filtrado, la orina parará al sistema tubular. Éste está
formada por el túbulo contorneado proximal, el asa de Henle y el tú-
bulo contorneado distal, que drenará al túbulo colector (Figura 60).
Figura 60. Estructura del túbulo proximal
21
HISTOLOGÍA 17
En el primero de ellos encontramos que en la membrana apical se desa-
rrolla un importante ribete en cepillo constituido por microvellosidades,
ya que es la porción donde tendrá lugar una mayor reabsorción de sus-
tancias. Son células cúbicas. Es el más largo del sistema tubular.
El asa de Henle tiene la función principal de concentración de la ori-
na mediante el mecanismo multiplicador contracorriente. Tiene un
segmento delgado en donde las células son del tipo epiteliales planas,
mientras que más adelante encontraremos células más altas.
El epitelio del túbulo distal por su parte es típicamente cúbico. Si
bien entre los túbulos y los vasos sanguíneos y linfáticos del riñón
existe muy poco espacio, esto no implica que la descripción del in-
tersticio renal pueda pasarse por alto. El intersticio es un tejido co-
nectivo laxo.
7.3. Histología de la vejiga urinaria
La mucosa de la vejiga es la más espesa de las que revisten las vías uri-
narias.
Cuando la pared está contraída, el epitelio transicional que la reviste por
dentro alcanza un espesor de seis a ocho células.
Figura 61. Corte de la pared vesical
Por el contrario, cuando la vejiga se dilata, el epitelio es fino y las
células están estiradas, en contraposición al estado contraído, en el
cual las superficies celulares forman abovedamientos convexos hacia
la luz (Figura 61).
La uretra masculina tiene la porción prostática que presenta un re-
vestimiento de epitelio de transición, mientras que la porción mem-
branosa y esponjosa se revisten de un epitelio que puede ser cilín-
drico estratificado o pseudoestratificado. La uretra femenina mide
aproximadamente 3 centímetros de longitud, y su mucosa replegada
se reviste hacia la luz por un epitelio plano estratificado o pseudoes-
tratificado.
8. Aparato genital
8.1. Histología del aparato genital
masculino (Figura 62)
Figura 62. Anatomía del aparato genitourinario
8.2. Testículo e histología
del aparato genital masculino
Presenta una túnica serosa que le recubre llamada túnica vaginal. Se trata
de un repliegue de peritoneo en sus dos hojas (parietal y visceral). Dicha tú-
nica permite que los testículos puedan moverse en sentido anterior y lateral.
Por dentro de la túnica vaginal, el testículo presenta una cápsula de tejido
conectivo avascular llamada túnica albugínea. Dicha túnica albugínea
está conformada por tejido conectivo denso no modelado, con la carac-
terística de carecer de vasos sanguíneos (es avascular) y contener fibras
elásticas y fibras musculares lisas asociadas. Por dentro de ésta, finalmen-
te, se encuentra la túnica vascular, conformada por tejido conectivo laxo
hipervascularizado.
La túnica albugínea y la túnica vascular se engrosan en la región posterior
del testículo introduciéndose en el espesor del órgano, para dar lugar al
cuerpo de Highmore o mediastinum testis. Dicho cuerpo de highmore
se comporta como una especie de hilio del órgano.
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Figura 63. Estructura de los túbulos testiculares
Del cuerpo de Highmore nacen unas estructuras tubulares huecas que
se proyectan hacia las celdillas testiculares, llamados túbulos rectos. Un
túbulo recto se introduce en cada celdilla, ramificándose en 3 túbulos
seminíferos, los cuales ocupan de manera imbricada el total de la celdilla
testicular (Figura 63).
El espacio entre los túbulos seminíferos se llama intersticio testicular,
y está conformado por un tejido conectivo laxo muy vascularizado,
en donde encontramos a las células de leydig, células encargadas de
producir los andrógenos (la porción endócrina del testículo) (Figura 64).
Figura 64. Células de Leydig del intersticio testicular
Los túbulos seminíferos se componen de un epitelio seminífero (epi-
telio estratificado compuesto a su vez por dos poblaciones celulares bien
definidas, las células germinativas y las células de sertoli). Éste se ancla
en una MB que está rodeada de miofibroblastos que se contraen para
desplazar el contenido tubular.
Las células de Sertoli, analógicamente a los astrocitos en el SNC tienen
una función de nutrición y de barrera hematoencefálica.
En cuanto a las células germinativas, encontramos desde zona basal ha-
cia la luz tubular (Figura 65):
• Las espermatogonias blancas (presentan un núcleo oval o en ladrillo
de cromatina laxa) y oscuras (un núcleo oval o en ladrillo de croma-
tina densa).
• Las espermatogonias B (de núcleo redondo de cromatina granular o
en grumos y nucleolo evidente).
• Los espermatocitos I (son células que han crecido sensiblemente de
tamaño, con núcleo atigrado), los tipo II son similares pero de menor
tamaño.
• Las espermátides son ya células haploides por acabar la meiois, desa-
rrollarán el flagelo en una fase de maduración.
Figura 65. Células germinativas testiculares
Una vez los espermatozoides pasan al túbulo seminífero, éstos pasan a
los túbulos rectos, que son el resultado de la fusión de 3 túbulos se-
miníferos, formados por un epitelio conformado por células de Sertoli y
células cilíndricas simples. De ahí pasan a la rete testis, que se trata de un
laberinto de túbulos anastomosados, ubicados en el cuerpo de Highmo-
re (o mediastinumtestis). El epitelio es cúbico simple y puede mostrarse
aplanado. Esto da lugar a los conductillos eferentes, cuyo epitelio es de
tipo cilíndrico simple ciliado, conformado por dos tipos de células: cilia-
das y absortivas.
A continuación encontramos el epidídimo, formado por células princi-
pales (o cel. atlas) con función de absorción para concentrar la secreción
que circula por la luz y síntesis y liberación de glucoproteínas con función
de madurar a los espermatozoides inmaduros que circulan por la luz. Y
las basales de reserva. Esta estructura actúa como centro de reserva de
espermatozoides donde éstos acaban de madurar (Figura 66).
Figura 66. Estructura epitelial del epidídimo
23
HISTOLOGÍA 17
El conducto deferente que unirá el epidídimo con el conducto eyacu-
lador tiene una estructura análoga al epidídimo con una muscular más
gruesa así como un diámetro mucho mayor (Figura 67).
Figura 67. Corte del conducto deferente, se aprecia una muscular
muy desarrollada
Glándulas anexas al aparato genital masculino. Están conformadas por:
• Vesículas seminales: muestras pliegues delgados ramificados
anastomosados que terminan mostrando como si fueran un panal de
abejas. El epitelio es pseudoestratificado y apoya sobre una membra-
na basal. También están formadas por células atlas y células basales.
• Próstata: es la glándula accesoria más importante del tracto genital
masculino. De 20 g de peso.
En esencia es una glándula exócrina maciza, encapsulada, de tipo
túbulo alveolar compuesta ramificada (Figura 68). Son, en esencia,
40 glándulas de esas características que secretan a 20 conductos ex-
cretores independientes, los cuales desembocan en la uretra. Anató-
micamente la glándula se divide en lobulillos, pero histológicamente
presenta 3 zonas concéntricas bien definidas:
- Zona periuretral: contiene glándulas mucosas.
- Zona central: contiene glándulas submucosas.
- Zona periférica: contiene grandes glándulas principales.
Figura 68. Glándulas prostáticas
Ésta secreta distintos tipos de sustancias nutrientes, alcalinas y de-
fensivas al esperma.
- Glándulas bulbouretrales o de Cowper: se ubican detrás del
bulbo del cuerpo esponjoso. Son de tipo túbulo alveolar de se-
creción mucosa. La función es lubricar la vía.
- Glándulas parauretrales o de Littré: son pequeños grupos de
células secretoras interpuestas entre células no secretoras a nivel
de la uretra.
8.3. Ovarios e histología
del aparato genital femenino (Figura 69)
Los ovarios se encuentran fijados a la superficie posterior del ligamento
ancho del útero por medio de una estructura de tejido conectivo deno-
minado mesoovario. Este mesoovario toma contacto con el ovario a nivel
del hilio ovárico.
Figura 69. Anatomía del aparato genital femenino
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Están recubiertos por una túnica de mesotelio peritoneal, que sobre la su-
perficie del órgano tiene el aspecto de un epitelio cúbico simple (Figura 70).
La función que cumplen los ovarios en el cuerpo humano es el de ser una
glándula mixta. Esto quiere significar que posee una función exocrina,
determinada por la producción de ovocitos II con capacidad fecundante
hacia una luz (trompa uterina), y una función endócrina, definida por la
producción de hormonas hacia el torrente sanguíneo.
Histológicamente, se divide en una corteza externa y una medula inter-
na. La corteza se compone de un estroma de tejido conectivo en el cual
se hallan inmersos los folículos ováricos y el cuerpo lúteo. Este estroma
se organiza de una manera específica debajo del epitelio cúbico simple,
para conformar la túnica albugínea.
Los folículos son estructuras que representan la porción exócrina del ova-
rio. Se encuentran, como ya habíamos mencionado previamente, ubica-
dos en la corteza del ovario (Figura 71 y 72).
Figura 71. Folículos en parénquima ovárico
Estructuralmente, están conformados por un ovocito y una capa epitelial
circundante.
Figura 72. Epitelio folicular ovárico
En cuanto a los folículos distinguimos en las distintas fases (Figuras 73 y 74):
• Folículo primordial: consta de una capa de células aplanadas deno-
minas células foliculares.
• Folículo primario: da el cambio de la forma de las células foliculares,
las cuales pasan a ser cúbicas simples, y luego se alargan aún más,
para tomar la forma de cilíndricas simples. Luego de esta sucesión
de cambios, por múltiples divisiones mitóticas las células foliculares
forman un epitelio estratificado, denominado capa de células granu-
losas. Por otro lado, las células del tejido conectivo adyacente al folí-
culo primario se diferencian y se ordenan en una capa concéntrica al
folículo, denominada teca folicular.
• Folículo secundario: comienzan a aparecer vacuolas con un conte-
nido proteináceo, denominadas vacuolas de Call-Exner. Dichas va-
cuolas van separando a las células de la granulosa, a medida que au-
mentan de tamaño. Por otro lado, dichas vacuolas irán fusionándose,
dando lugar a una vacuola cada vez mayor, hasta que toma la forma
de una semiluna llena de líquido, denominada en este momento an-
tro folicular, y el líquido interno líquido folicular. La teca folicular da
lugar a la teca interna y a la teca externa.
Figura 70. Corte macroscópico del ovario
25
HISTOLOGÍA 17
Figura 73. Folículo ovárico con sus células detalladas
• Folículo de Graaf: básicamente es el folículo secundario que se vuel-
ve macroscópico, lo que se denomina folículo de De Graaf.
Figura 74. Fases de los folículos ováricos
Cuando se produce la ovulación, el folículo se transforma rápidamente en
el cuerpo lúteo (Figura 75). Las células de la granulosa y de la teca interna
sufren un crecimiento en su tamaño que determina la formación de célu-
las poliédricas: células luteínicas de la granulosa y de la teca.
Ambas células son sintetizadoras de hormonas esteroides (estrógenos y
progesterona).
Si el ovocito ovulado no es fecundado, el cuerpo lúteo comienza a involu-
cionar, disminuyendo de esta manera la producción hormonal. Histológica-
mente, las células se llenan de lípidos y desaparecen, y gradualmente apa-
recen grupos de masas hialinas eosinófilas, separadas por finos cordones de
tejido conectivo. Esta estructura descripta se denomina cuerpo albicans.
Figura 75. Cuerpo lúteo
Los ovocitos una vez desprendidos del ovario pasarán a la trompa ute-
rina que consta de un infundíbulo, una ampolla y un itsmo (Figura 76).
Figura 76. Anatomía de la trompa uterina
El epitelio de la mucosa es de tipo cilíndrico simple, donde podemos en-
contrar células ciliadas y células secretoras de mucus. Las células ciliadas
aumentan en el infundíbulo, siendo más escasas en el istmo (Figura 77).
No presenta submucosa, es decir, tejido conectivo denso en cantidad,
sino que a continuación del laxo aparece directamente la capa muscular.
Figura 77. Corte de la trompa
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El útero es un órgano que situado en la cavidad pelviana, se divide en
cuerpo y cuello. Las paredes uterinas, independientemente de la división
anterior, están conformadas por tres partes:
• Endometrio: corresponde a la mucosa.
• Miometrio: corresponde a la zona de músculo liso. Está muy desarro-
llada en el cuerpo y desarrollada en el cuello.
• Perimetrio: es el peritoneo, que en el útero se denomina perimetrio.
La mucosa del cuerpo uterino está conformada por un epitelio cilíndri-
co simple con glándulas tubulares que se introducen en el espesor del
órgano. Dichas glándulas son las glándulas endometriales. Las células
cilíndricas se ubican tanto en la superficie interna del órgano como en la
luz de las glándulas. Existen dos tipos celulares en ambos sectores (super-
ficie y glándulas): ciliadas y secretoras. Dichas glándulas endometriales
sufren modificaciones dependiendo del momento del ciclo en el que nos
encontremos.
En el cuello uterino se encuentran dos sectores bien diferenciables: el
endocérvix y el exocérvix. El primero es la continuación del cuerpo uteri-
no. Su epitelio es similar, con la excepción de tener escasas o nulas glán-
dulas. Si presenta pliegues de la mucosa que se introducen en el espesor
del órgano, da imagen de glándulas ramificadas. Las células secretoras
sintetizan un mucus muy viscoso (Figura 78).
El exocervix es la continuación de la vagina. A diferencia del endocérvix,
presenta un epitelio plano estratificado no queratinizado. Debido a que
el endocérvix presenta un epitelio diferente al del exocérvix, se produce
una lucha de epitelios, la cual es muy importante en la clínica debido a
que es este lugar zona de asentamiento de neoplasias. Una característica
del tejido es la presencia de abundante glucógeno en las células más su-
perficiales del epitelio plano estratificado.
Figura 78. Transición endocérvix a exocérvix
La vagina se compone de un espacio entre los labios menores, en don-
de se ubican el orificio o meato uretral externo, el introito vaginal con
el himen, y las desembocaduras de las glándulas vestibulares mayores
y menores.
Las glándulas vestibulares menores son glándulas mucosas pequeñas
que desembocan en toda la extensión del vestíbulo (Figura 79).
Las glándulas vestibulares mayores, también llamadas glándulas de Bar-
tholino son dos glándulas arriñonadas, ubicadas en las paredes laterales
del vestíbulo, y que se abren sobre la superficie interna de los labios me-
nores. Son de tipo tubuloalveolar.
El himen es un fino repliegue de la mucosa en el introito vaginal. Se com-
pone de una capa de tejido conectivo vascularizado, recubierto a ambos
lados por epitelio plano estratificado.
El está epitelio plano estratificado compuesto por tres capas bien dife-
renciables:
• Basal: compuesta por células poliédricas de citoplasma eosinófilo.
• Intermedia: corresponde al estrato espinoso y se compone de célu-
las que van desde poliédricas hasta aplanadas, con núcleos redon-
dos, y abundante glucógeno en su citoplasma.
• Externa: compuesta por varias capas de células aplanadas, con nú-
cleos redondos y picnóticos y citoplasma eosinófilo.
Figura 79. Mucosa vaginal
9. Sistema nervioso
9.1. Histología de los órganos
del sistema nervioso central
El sistema nervioso es uno de los tejidos más especializados y más mis-
teriosos, tanto en su estructura como en su función (Figura 80). Permitió
a los seres vivos lograr una adaptación eficaz al medio, y lo que no es
menos importante, relacionar y coordinar todas las tareas que un orga-
nismo requiere para su integridad funcional. El tejido nervioso presenta
dos características que lo distinguen del resto:
• Excitabilidad: capacidad de reaccionar ante distintos estímulos físi-
cos o químicos.
• Conductividad: capacidad de transmitir la excitación provocada ha-
cia distintos puntos.
Eltejidonerviosoposeeunparénquimayunestroma,yestascaracterísticassi
bien son de aplicación cuando estudiamos órganos y no tejidos, la aplicamos
aquí porque el tejido nervioso tiene propiedades que lo hacen“especial”.
El tejido nervioso, salvo ocasiones excepcionales, conforma todo el sis-
tema nervioso sin requerir de algún otro tejido básico. Cuando estudia-
mos al corazón en el aparato cardiocirculatorio, describimos cada una de
sus partes y pudimos observar que es un órgano que posee, a modo de
ejemplo: epitelio (endocardio), tejido conectivo (subendocardio), tejido
muscular (miocardio) y tejido nervioso (fibras internodales).
27
HISTOLOGÍA 17
Cuando estudiamos el sistema nervioso, observamos que el SNC está
conformado completamente por tejido nervioso y el SNP presenta la
misma particularidad a excepción del tejido conectivo que lo auxilia en
alguna localización.
La división anatómica-funcional del SN la realizamos de la siguiente ma-
nera:
Figura 80. Esquema de la estructura del sistema nervioso
9.1.1. El parénquima del sistema nervioso
El SN está dividido en dos partes: un parénquima (neuronas) y un estro-
ma (neuroglia).
La neurona es la célula funcional del sistema nervioso. Más allá de los di-
ferentes tipos y variantes morfológicas que existen en el organismo, todas
ellas poseen las propiedades de irritabilidad y excitabilidad. Todas ellas
cumplen la función central del sistema nervioso, esto es recibir, procesar y
conducir diversos estímulos. Las neuronas presentan en su estructura ana-
tómica dos componentes: el soma o cuerpo, y una serie de prolongaciones
que parten y se irradian desde él: las dendritas y el axón. Respecto a su
forma celular distinguimos varios tipos, como los que recoje la Figura 81.
Figura 81. Tipos de neuronas
Figura 82. Tipos de células en el sistema nervioso
En cuanto al estroma o neuroglia (Figura 82):
• Astrocitos: las funciones de la astroglía son: sostén, nutrición, bu-
ffer espacial de potasio (k+
), formación de tejido cicatricial del SNC,
formación del 80% de la barrera hematoencefálica (ésta seleccionará
cuáles son las sustancias que ingresarán desde la sangre hacia el lí-
quido extracelular del SNC) (Figura 83).
Figura 83. Astrocitos
• Los oligodendrocitos: este tipo celular consta de un cuerpo esférico
en el cual se aloja un núcleo grande y también esférico, y tres o cuatro
prolongaciones que parten de él. Dichas prolongaciones forman en
su extremo distal una suerte de lengüetas que envuelven enrollán-
dose a tantos axones como prolongaciones haya, es decir que cada
prolongación está destinada a formarle una vaina al axón. Esta vaina
está compuesta por mielina, la cual se consolida cuando la membra-
na plasmática de estas prolongaciones queda condensada y empa-
quetada alrededor del axón.
• Las células de Schwann: la mielina del SNP: mediante sucesivos
enrollamientos de su citoplasma, envuelve a solamente un peque-
ño segmento de un solo axón. Entre dos células de Schwann existe
un espacio pequeño que deja libre de envoltura al axón. En dicho
punto se evidencia a microscopio electrónico un abultamiento del
axón, o nudo, causa por la cual fueron denominados por Ranvier
como nodos: los nodos de Ranvier. Si bien la mielina tiene por fun-
ción acelerar la transmisión del impulso nervioso a lo largo del axón,
estos espacios, los nodos de Ranvier, permiten una mayor velocidad
del mismo, ya que se cumple una transmisión saltatoria entre nodo
y nodo (Figura 84).
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Figura 84. Corte de axón envuelto por mielina de célula de Schwann
• La microglía: la principal función de los microgliocitos es la de
fagocitosis. Este tipo celular es capaz de reconocer y fagocitar sus-
tancias ajenas al SNC y detritus celulares, por ejemplo el caso de
las células muertas. Forma parte del sistema fagocítico mononu-
clear.
• Las células ependimarias: recubren las cavidades del SN con líquido
cefalorraquídeo incluso en la médula espinal (Figura 85).
Figura 85. Células ependimarias
• Sólo faltaría por comentar las células de sostén ganglionares, anfi-
citos que forman una pequeña cápsula que envuelve a las neuronas
a este nivel (Figura 86).
Figura 86. Anficitos
9.2. Histología del tejido nervioso periférico
Cuando nos referimos a fibra nerviosa, hacemos alusión a un axón y sus
envolturas (Figura 87).
En el SNC el axón se encuentra envuelto en la mielina proporcionada por
los oligodendrocitos. En el SNP los axones no sólo están envueltos por la
mielina provista por la célula de Schwann, sino que también se proveen
de una envoltura de naturaleza conectiva, específicamente de tejido co-
nectivo laxo.
Figura 87. Estructura de fibra nerviosa
La vaina de tejido conectivo que rodea a cada axón constituyente de un
nervio se denomina endoneuro. En los nervios, los axones se encuentran
agrupados en paquetes o fascículos, los cuales se hallan separados entre
sí por otra envoltura conectiva llamada perineuro. A su vez, todo el nervio
se reviste nuevamente de tejido conectivo con adipocitos, conformándo-
se el epineuro, ausente en las ramificaciones más delgadas, en las cuales
también se hace difícil la distinción del perineuro.
29
HISTOLOGÍA 17
Conceptos clave
• El tejido epitelial es el tejido que, salvo en raras ocasiones, reviste todas las superficies y cavi-
dades del cuerpo humano.
• Todo epitelio descansa sobre una membrana basal de grosor y características variables que
lo separan de los tejidos subyacentes. La MB está formada en su mayor parte por colágeno
tipo IV.
• Todos los tejidos conectivos están compuestos de dos componentes principales: la matriz
fundamental y las fibras.
• El hueso está formado al igual que el resto de tejidos conjuntivos por una matriz (predo-
minantemente de colágeno tipo 1) formada por los osteocitos que se mineraliza gracias al
depósito de hidroxiapatita cálcica.
• Dentro de la célula muscular encontramos el aparato responsable de que tenga lugar la con-
tracción: la sarcómera.
• Las paredes de los vasos sanguíneos están compuestas por tres capas: túnica íntima, túnica
media y túnica adventicia.
• La piel es un órgano del cuerpo que mas allá de ser un simple aislante es un órgano funcional
con múltiples funciones como: protección de las deshidrataciones, de los rayos UV, de los
microorganismo. Es el mayor órgano sensorial del cuerpo.
• Conoce los diferentes cambios histológicos a medida que avanzas en el tubo digestivo, son
muy típicos.
• El epitelio alveolar es plano simple y está formado por dos tipos celulares: el neumonocito
tipo I y el neumonocito tipo II.
• La nefrona es la unidad funcional del riñon, la cual acaba en el túbulo colector.
• El tejido nervioso presenta dos características que lo distinguen del resto: excitabilidad y con-
ductividad.
• El SN está dividido en dos partes: un parénquima (neuronas) y un estroma (neuroglia).
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INDICE
INMUNOLOGÍA
1. Características generales del sistema inmune ....................................................................................... 1
2. Inmunoglobulinas ............................................................................................................................................................................... 3
3. El complejo principal de histocompatibilidad ....................................................................................... 5
4. Inmunología clínica ........................................................................................................................................................................... 6
5. Inmunodeficiencias ........................................................................................................................................................................... 10
Conceptos clave ...................................................................................................................................................................................... 15
1
INMUNOLOGÍA
18
1. Características generales del sistema inmune
1.1. Introducción. Inmunidad
La inmunología es la ciencia que estudia el sistema inmunitario (SI) y las patologías con él relacionadas. El
sistema inmunitario es el encargado de proteger al individuo de las agresiones procedentes tanto del medio
externo como del medio interno, así como de ser capaz de aprender a tolerar los agentes no patogénicos.
Los diversos componentes que lo forman (células y moléculas solubles), se distribuyen por todos los sis-
temas del organismo siendo el aparato digestivo el de mayor concentración.
Clásicamente se pueden diferenciar dos mecanismos de inmunidad, la innata o también llamada inespe-
cífica, y la adaptativa o específica.
1.1.1. Inmunidad innata o inespecífica
Sus componentes están siempre presentes y dispuestos para actuar inmediatamente sin requerir tiempo
de latencia para el desencadenamiento de las acciones defensivas. La inmunidad innata no es específica
de antígeno y carece de memoria. Es decir, sus respuestas son estereotipadas –iguales sea cual sea el
agente desencadenante– y no registran un aumento de su eficacia en sucesivas exposiciones al mismo.
La inmunidad innata o natural está constituida, entre otros, por los siguientes componentes:
• Las barreras epiteliales.
• Inmunidad innata celular: fagocitos (monocitos-macrófagos y leucocitos polimorfonucleares [PMN])
y células agresoras naturales (células Natural Killer o LGL).
• Inmunidad innata humoral: lisozima, complemento e interferones.
1.1.2. Inmunidad adaptativa o específica
Se caracteriza por la especificidad de sus componentes por el antígeno y por poseer memoria (posteriores
exposiciones producen una respuesta inmunitaria, cada vez más potente y rápida, frente al antígeno en
cuestión).
Tras la entrada de un germen, por primera vez, en el organismo se desarrolla una respuesta inmunitaria
primaria. Dicha respuesta se puede estructurar en tres etapas:
• Reconocimiento del antígeno.
• Periodo de latencia, que dura varios días, en los que los linfocitos específicos amplifican su número
(expansión clonal), a la vez que se diferencian en células efectoras.
• Respuesta efectora, que consiste en:
- Secreción de anticuerpos específicos.
- Desarrollo de actividad citolítica específica.
RECUERDA
Los linfocitos T no son componentes
de la inmunidad natural.
2
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Edición
- liberación de factores que activan las células fagocíticas.
- Adquisición de memoria inmunitaria.
1.2. Órganos del sistema inmunitario
1.2.1. Órganos linfoides primarios (centrales)
Se consideran órganos linfoides primarios a aquéllos en los que se origi-
nan y maduran las células del sistema inmunitario (Figura 1).
Médula ósea
Los linfocitos proceden de las células hematopoyéticas pluripotenciales
(CHP), aparecen (a partir del quinto mes) en la médula ósea, que es el
órgano hematopoyético fundamental. Los linfocitos que maduran (se di-
ferencian) en la médula ósea se denominan linfocitos B (del inglés bone
marrow) y están especializados en la producción de anticuerpos y, por
tanto, son los principales actores de la inmunidad humoral.
Timo
Es un órgano imprescindible para la adquisición de la inmunocompeten-
cia de los linfocitos T durante los primeros años de la vida. Aunque es en
el timo donde los linfocitos T adquieren su diferenciación y madurez, no
se debe olvidar que sus precursores se originan, al igual que los de los
lifocitos B, en la médula ósea desde la que migran hacia el timo.
El tamaño del timo aumenta a lo largo de la vida fetal y posnatal hasta al-
rededor de la pubertad, momento a partir del que empieza a involucionar.
1.2.2. Órganos linfoides secundarios (periféricos)
Son los órganos donde los linfocitos ya maduros, e inmunológicamente
competentes, toman contacto con los antígenos y donde se producen las
respuestas inmunitarias frente a los estímulos antigénicos. Básicamente,
existen tres tipos de órganos linfoides secundarios: los ganglios linfáticos,
el bazo y el tejido linfoide asociado a mucosas (MALT).
Ganglios linfáticos
A través de la linfa, los antígenos procedentes del medio extracelular de
los tejidos son conducidos hacia los ganglios linfáticos, bien directamen-
te o mediante células presentadoras de antígenos procedentes de esos
tejidos. La localización anatómica de los ganglios linfáticos se sitúa en
zonas de confluencia de varios vasos linfáticos.
Tienen una forma similar a la del riñón, con una longitud y grosor, respec-
tivamente, inferiores a 1 y 0,5 cm, en condiciones fisiológicas. Cuando se
desencadena una respuesta, su tamaño aumenta. Histológicamente se
distinguen tres zonas (Figura 2).
• Corteza: donde se localizan los linfocitos B.
• Paracorteza: poblada por linfocitos T dispuestos de manera difusa.
• Médula: contiene linfocitos B y T.
Los linfocitos T son la población linfocitaria mayoritaria en el ganglio,
considerado en conjunto.
1.2.3. Tejido linfoide asociado a las mucosas (MALT)
En la submucosa de los principales puntos de posible entrada de micro-
organismos, se sitúan agregados de tejido linfoide, difusos en la lámina
propia y/o en nódulos como las amígdalas y las adenoides (en la nasofa-
ringe) o las placas de Peyer (en el intestino). También existen linfocitos
intraepiteliales, situados entre las células del epitelio, por encima de la
membrana basal.
RECUERDA
En el MALT, la población linfocitaria mayoritaria son los linfocitos T.
El MALT desempeña un papel importante en la respuesta inmunitaria lo-
cal de la superficie de las mucosas (Figura 3).
Figura 1. Esquema de la circulación linfática
3
INMUNOLOGÍA 18
Figura 2. Áreas funcionales del ganglio linfático
Figura 3. Células del sistema inmune asociadas a los bronquios
terminales y alveolos
Bazo
En el bazo se eliminan los hematíes envejecidos (pulpa roja), pero además
es un órgano linfoide secundario (pulpa blanca), y en situaciones extre-
mas puede producir hematopoyesis extramedular, al igual que el hígado.
El tejido linfoide se organiza alrededor de las arteriolas a modo de man-
guitos (tejido linfoide periarteriolar) y contiene áreas de linfocitos T y B,
siendo los linfocitos B los mayoritarios. El bazo es el órgano linfoide se-
cundario donde los linfocitos T y B vírgenes entran en contacto con los
antígenos circulantes en la sangre, para poner en marcha la respuesta
inmunitaria adaptativa; hay que recordar que el bazo carece de circula-
ción linfática.
2. Inmunoglobulinas
2.1. Estructura y función
de las inmunoglobulinas
Los anticuerpos son glucoproteínas sintetizadas por los linfocitos B (en
los que se puede encontrar en forma de receptores de membrana) y célu-
las plasmáticas (que los secretan como proteínas solubles) en respuesta
al estímulo antigénico.
Su característica fundamental es que tienen la propiedad de unirse es-
pecíficamente al antígeno que indujo a su formación; son por ello uno
de los elementos fundamentales de la respuesta inmunitaria específica.
Se las denomina inmunoglobulinas (Ig) porque son proteínas formadas
por grupos globulares y son capaces de transferir pasivamente la inmu-
nidad al administrarse a otro individuo. Clásicamente reciben también
el nombre de gammaglobulinas por su migración electroforética en un
proteinograma.
Existen cinco clases básicas o isotipos de Ig que, agrupadas de mayor a
menor concentración en el suero de un adulto normal, son: IgG, IgA, IgM,
IgD e IgE. La frecuencia de una determinada clase de Ig en los mielomas
es directamente proporcional a la concentración de dicha Ig en suero (G,
A, M, D y E).
RECUERDA
Regla nemotécnica de las cinco clases básicas de Ig: GAMDE: IgG, IgA, IgM,
IgD e IgE.
2.1.1. Estructura de las inmunoglobulinas
Primeramente hay que referirse, como modelo básico, a la molécula de
IgG, y posteriormente se analizarán las diferencias de ésta con las otras
clases.
Se trata de un tetrámero formado por dos cadenas pesadas H idénticas
entre sí en una misma molécula de inmunoglobulina (de Heavy:“pesado”
en inglés) y dos cadenas ligeras L (de Light: “ligero”), también idénticas,
que se ensamblan adoptando una configuración espacial en forma de
“Y”(Figura 4).
4
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Figura 4. Dominio de las inmunoglobulinas
Cada cadena ligera está unida a una de las pesadas mediante enlaces di-
sulfuro, y las pesadas también están unidas entre sí por puentes disulfuro.
Estas uniones son enlaces covalentes que constituyen las“regiones bisa-
gra” de las inmunoglobulinas, siendo éstas las zonas más sensibles a la
degradación enzimática. Las cadenas de las Ig, tanto pesadas como lige-
ras, presentan una parte o región variable (V) en el extremo aminotermi-
nal y otra constante (C) en la porción carboxiterminal. Se nombran como
VL y CL para las cadenas ligeras y VH y CH para las cadenas pesadas. Esta
región variable es la que determina la especificidad de la inmunoglobuli-
na por el antígeno. El conjunto de inmunoglobulinas de un individuo es
capaz de reconocer millones de antígenos diferentes, pero cada molécula
es específica para un único antígeno (monoclonal: anticuerpo específico
para un único antígeno).
2.1.2. Digestión enzimática de las inmunoglobulinas
Si se realiza con papaína y se obtienen tres fragmentos (Figura 5):
• Dos idénticos llamados Fab; cada fragmento Fab contiene la zona
de la molécula responsable de la unión al antígeno (Fracción Anti-
gen Binding). Un Fab está constituido por la mitad aminoterminal de
una cadena pesada unida a la cadena ligera (contiene los dominios
variables y un dominio constante de la cadena pesada y de la ligera).
• Un fragmento Fc (Fracción cristalizable), formado por las dos mitades
carboxiterminales de las cadenas pesadas (sólo contiene dominios
constantes). Ejerce las funciones efectoras de las inmunoglobulinas
(activación del complemento, unión a receptores de Fc presentes en
las membranas de algunas células).
Con pepsina se consigue un fragmento bivalente (que reconoce dos an-
tígenos), llamado F(ab)2 (fracción Fab doble) y dos péptidos grandes lla-
mados pFc’, así como pequeños fragmentos peptídicos que derivan de la
zona de la molécula situada entre F(ab)2 y pFc’.
2.1.3. Funciones de las inmunoglobulinas
Las inmunoglobulinas funcionan como“enlace”entre el antígeno que re-
conocen mediante el Fab y la respuesta inmunitaria que desencadenan
a través del Fc.
RECUERDA
La región Fc es la zona de la Ig a la que se fija el complemento.
2.2. Clases de inmunoglobulinas
La inmunoglobulina predominante en el suero y en el espacio extra vas-
cular es la IgG; difunde muy bien a través de las membranas y es también
Figura 5. Digestión enzimática de inmunoglobulina G
5
INMUNOLOGÍA 18
la que predomina en las secreciones internas. Es la única Ig que atraviesa
la placenta: la IgG procedente de la madre es la principal inmunoglobuli-
na del feto y del recién nacido, y persiste en la circulación del niño duran-
te los primeros seis u ocho meses de vida
RECUERDA
La IgG es la inmunoglobulina de mayor vida media.
2.2.1. Características
de las otras clases de inmunoglobulinas
IgM. La forma secretada es un pentámero de cinco moléculas de IgM.
El carácter pentamérico confiere a los anticuerpos de clase IgM una gran
eficiencia para activar el complemento y para aglutinar antígenos particu-
lados, ya que, al contener cinco regiones Fc, lógicamente son cinco veces
más potentes que una forma monomérica. Como desventaja, por su gran
peso molecular, la IgM no difunde fuera de los vasos siendo por ello exclu-
sivamente intravascular y no cruzando tampoco la barrera fetoplacentaria.
RECUERDA
La IgM es la inmunoglobulina más eficaz para fijar complemento, al ser un
pentámero.
IgA. Está presente en suero y secreciones. Es la Ig predominante en las
mucosas y secreciones externas: tubo digestivo, árbol traqueobronquial,
nasofaringe, leche y calostro, saliva, lágrimas, bilis y flujo vaginal, donde
actúa localmente neutralizando posibles patógenos.
IgD. Su concentración sérica es muy baja en los sujetos sanos. Los linfoci-
tos B vírgenes, cuando alcanzan el estadio de plena madurez inmunoló-
gica, coexpresan IgD de membrana junto con IgM; se sugiere que el papel
fisiológico de la IgD reside, sobre todo, en actuar como receptor de los
linfocitos B para el antígeno.
IgE. La concentración sérica de IgE es muy pequeña en sujetos sanos. In-
terviene fundamentalmente en la defensa frente a helmintos, gracias a su
unión a receptores de membrana específicos para la Fc de la IgE (RFcIgE)
presentes en los eosinófilos, y también genera las reacciones alérgicas, por
su capacidad para unirse a los basófilos y mastocitos, mediante receptores
de gran afinidad que estas células poseen para su extremo Fc (Tabla 1).
IgG IgA IgM IgD IgE
Concentración en suero (mg/dl) 1.200 200 120 3 0,05
Vida media en suero (días) 23 6 5 3 2
Paso por placenta + - - - -
Actividad reagínica ¿? - - - +++
Actividad antibacteriana + + +++ ¿? ¿?
Actividad antivírica + +++ + ¿? ¿?
Zona bisagra sensible
a enzimas proteolíticas
+++ +++ - +++ -
Tabla 1. Clases de inmunoglobulinas
2.3. Antígenos, inmunógenos,
epítopos e idiotipo
Antígeno: es cualquier molécula que pueda ser reconocida por una in-
munoglobulina o por el receptor de la célula T (RCT) (Figura 6).
Inmunógeno: son aquellos antígenos capaces de desencadenar una res-
puesta inmunitaria, de manera más concreta se suele aplicar a aquellos an-
tígenos capaces de inducir la activación del clon de linfocitos B que lo ha re-
conocido de manera específica. No todos los antígenos son inmunógenos.
Figura 6. Antígeno y epítopos
Epítopo:es la región concreta del antígeno a la que se une el anticuerpo.
Un antígeno puede tener varios epítopos distintos, que serán reconoci-
dos por distintos anticuerpos.
Idiotipo: es la zona del anticuerpo que se une al epítopo (se localiza en
los dominios variables de las cadenas pesadas y ligeras).
3. El complejo principal
de histocompatibilidad
3.1. Introducción
La discriminación entre lo propio y lo extraño es esencial para que el
sistema inmunitario pueda destruir cualquier agente invasor, una vez
reconocido como ajeno o dañino al organismo. Los linfocitos T no son
capaces de reconocer directamente a los antígenos, sino que les tienen
que ser mostrados junto con moléculas del complejo principal de histo-
compatibilidad (CPH).
RECUERDA
La función del HLA es presentar antígenos peptídicos a los linfocitos T.
6
Manual
Manual CTO 1.ª
CTO 1.ª Edición
Edición
El CPH humano y de grandes simios recibe el nombre de HLA, por Human
LeukocyteAntigen (antígenos leucocitarios humanos). A partir de ahora se
usará de manera indistinta ambas terminologías: CPH y HLA.
3.2. Moléculas HLA de clase I y de clase II
Las moléculas HLA son glucoproteínas de membrana. Se distinguen dos
clases de HLA (Tabla 2).
Tipo de HLA HLA I HLA II
Lo expresan Todas las células
CPA (linfocitos B,
monocitos-macrófagos
y células dendríticas)
y linfocitos T activados
Composición
Cadena pesada α + β2
microglobulina
Cadena α + Cadena β
Tipos HLA A, B, C HLA DR, DP, DQ
Origen del AG Intracelular Extracelular
Procesado del AG en Citoplasma Fagolisoma
Tabla 2. Características de los distintos tipos de molécula HLA
3.3. HLA y enfermedad
Algunos alelos HLA se encuentran con gran frecuencia entre los pacien-
tes afectados de ciertas enfermedades, fundamentalmente autoinmuni-
tarias. Por ejemplo, el 95% de los individuos con espondilitis anquilopo-
yética son HLA-B27 positivos, mientras que la frecuencia de este antígeno
en la población general es inferior al 10%.
No se ha encontrado ninguna asociación absoluta entre una molécula del
CPH y ninguna enfermedad, es decir, nunca se ha encontrado un antíge-
no presente en exclusividad en los enfermos y ausente en la población li-
bre de la enfermedad, por tanto, la presencia del alelo HLA asociado sería
un factor más de predisposición a la enfermedad en cuestión.
No obstante, la asociación más fuerte de un HLA con una enfermedad
es la del DR15 (DR2) con la narcolepsia, la enfermedad celíaca presenta
una fuerte asociación con DQ2 y DQ8 con un alto VPN (valor predictivo
negativo, en este caso no ser DQ2 y/o DQ8 excluye, con una altísima pro-
babilidad, la celiaquía).
4. Inmunología clínica
4.1. Trasplante de órganos
4.1.1. Generalidades
En la práctica, antes de realizar un trasplante, se deben tener en cuenta
tres elementos en la evaluación de la compatibilidad donante-recep-
tor:
• En primer lugar, el grupo sanguíneo AB0.
• El grado de semejanza entre los fenotipos CPH entre donante y re-
ceptor.
RECUERDA
En órganos sólidos, lo primero que hay que comprobar es la compatibili-
dad AB0.
RECUERDA
En el trasplante de médula ósea, la compatibilidad HLA debe ser del 100%,
pero no se tiene en cuenta la compatibilidad AB0.
La influencia de la compatibilidad CPH entre donante y receptor varía de
unos trasplantes a otros. En el trasplante hepático por razones aún no
muy bien aclaradas, la importancia de la compatibilidad CPH donante-
receptor es inferior a la del resto de los órganos sólidos.
Una peculiaridad especial la representa el trasplante de córnea, tejido
que, por no estar vascularizado, no es accesible para los linfocitos T ci-
totóxicos en condiciones normales y, por tanto, la compatibilidad CPH
carece totalmente de importancia. La gradación de la importancia de la
compatibilidad sería en el siguiente orden:
DR > B > A > C
• La posible existencia, previa al trasplante, de anticuerpos en el recep-
tor que puedan estar dirigidos contra los antígenos CPH del donante
(prueba cruzada).
4.1.2. Tipos de trasplantes
Según la pareja donante-receptor:
• Xenotrasplante. El donante y el receptor son de especies animales
distintas.
• Alogénico. Donante y receptor son de la misma especie, pero distin-
tos genéticamente.
• Singénico. Donante y receptor son genéticamente idénticos.
• Autólogo. De células o tejidos procedentes del propio receptor.
Según la topología del trasplante:
• Ortotópico. El injerto se coloca en el receptor en su lugar anatómico
original.
• Heterotópico. La localización del injerto en el receptor es diferente a
su lugar anatómico original.
4.1.3. Tipos de rechazo
Rechazo hiperagudo. Aparece a las pocas horas del trasplante. Está causa-
do por la existencia de anticuerpos preformados en la sangre del receptor
contra el CPH del donante que fijan complemento sobre las células del in-
jerto, destruyéndolas rápida y masivamente. Es una de las peores compli-
caciones de un trasplante, pero se puede prevenir realizando una prueba
cruzada pretrasplante con suero del receptor y linfocitos del donante.
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  • 1.
  • 3. No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, su tratamiento informático, la transmi- sión de ningún otro formato o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro y otros medios, sin el permiso previo de los titulares del copyright. © CTO EDITORIAL, S.L. 2012 Diseño y maquetación: CTO Editorial C/ Francisco Silvela, 106; 28002 Madrid Tfno.: (0034) 91 782 43 30 - Fax: (0034) 91 782 43 43 E-mail: ctoeditorial@ctomedicina.com Página Web: www.grupocto.es No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, su tratamiento informático, la transmi- sión de ningún otro formato o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro y otros medios, sin el permiso previo de los titulares del copyright. © CTO EDITORIAL, S.L. 2013 Diseño y maquetación: CTO Editorial C/ Francisco Silvela, 106; 28002 Madrid Tfno.: (0034) 91 782 43 30 - Fax: (0034) 91 782 43 43 E-mail: ctoeditorial@ctomedicina.com Página Web: www.grupocto.es
  • 4. INDICE HISTOLOGÍA 1. Los tejidos básicos ............................................................................................................................................................................... 1 2. Vasos sanguíneos .................................................................................................................................................................................. 6 3. Piel ................................................................................................................................................................................................................................. 8 4. Órganos linfáticos ................................................................................................................................................................................. 9 5. Aparato digestivo .................................................................................................................................................................................. 11 6. Aparato respiratorio .......................................................................................................................................................................... 17 7. Aparato urinario ...................................................................................................................................................................................... 19 8. Aparato genital ......................................................................................................................................................................................... 21 9. Sistema nervioso .................................................................................................................................................................................... 26 Conceptos clave ...................................................................................................................................................................................... 29
  • 5. 1 HISTOLOGÍA 17 1. Los tejidos básicos 1.1. Tejido epitelial El tejido epitelial es el tejido que salvo en raras ocasiones reviste todas las superficies y cavidades del cuerpo humano siendo el aislante entre dos medios de distinta composición. Pero lejos de ser únicamen- te un film de contención, es un transmisor de señales muy complejo, en el que tienen lugar procesos de difusión e incluso reacciones enzimáticas. Se caracteriza por sus uniones celulares, que además de resistencia confieren funciones especializadas a cada tipo de epitelio. Un ejemplo serían los desmosomas. Otra característica es que todo epitelio descansa sobre una membrana basal (MB) de grosor y características variables que lo separan de los tejidos subyacentes. La MB está formada en su mayor parte por colágeno tipo IV. Además, algunas incorporan unas habilidades específicas en su superficie apical que le confieren funcio- nes más avanzadas, como son lo microtúbulos y las microvellosidades. Las microvellosidades son prolon- gaciones del citoplasma en la superficie apical. Son como “dedos” que sobresalen. Tienen como función aumentar la superficie de contacto con la luz, para la absorción. Ejemplo de microvellosidades son las que se encuentran en el epitelio intestinal. Mientras que loscilios son estructuras que sobresalen también hacia la superficie apical, pero que su “esqueleto”, a diferencia de las microvellosidades, está compuesto por microtúbulos. Éstos les permiten moverse para barrer la superficie donde se encuentran, por ejemplo partículas atrapadas en el sistema respiratorio (Figura 1). 1.1.1. Clasificación Se clasifican en el número de capas: simple o estratificado (y uno intermedio llamado pseudoestratifica- do). También por el tipo celular: escamoso, cilíndrico y cúbico. Añadiéndoles luego un adjetivo según su función especializada, como por ejemplo“queratinizante”. Figura 1. Tipos de epitelio
  • 6. 2 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición 1.1.2. Localización y función (Figura 2 y 3) • Escamoso simple: revistiendo cavidades; pulmón, pared capilares, pericardio, pleura, peritoneo. • Cúbico simple: pequeños conductos con funciones glandulares como túbulos renales, glándulas salivales y pancreáticas. • Cilíndrico simple: superficies de absorción o alta secreción, estóma- go, intestinos, vesícula biliar. • Cilíndrico pseudoestratificado: que en realidad es simple (todas las células apoyan en la MB), típico del epitelio respiratorio (además ci- liado). Figura 2. Epitelio respiratorio • Escamoso estratificado: muy resistente a la fricción, en boca, faringe, esófago, ano, cuello uterino y vagina. Si incorpora capacidad de crear queratina lo encontramos en la epidermis. • Cúbico estratificado: al igual que el simple recubre conductos ex- cretores, pero en este caso de mayor tamaño también en glándulas como las salivales. Figura 3. Urotelio Por último comentar un epitelio de características especiales, ese es el transicional, que es exclusivo del aparato urinario de algunos animales superiores, y consta de una gran capacidad de distensión. En cuanto a la disposición de los epitelios al formar glándulas, distingui- mos según su forma; las representadas en la Figura 4. Figura 4. a) Tubular simple (en el colon); b) Tubular simple arrollada (casi su único ejemplo son las sudoríparas); c) Tubular simple ramificada (las secretoras de moco en el estómago); d) Acinar simple (las secretoras de moco de la uretra peneana); e) Acinar ramificada (las sebáceas); f) Acinar compuesta (las del páncreas); g) Túbulo-Acinar compuesta (algunas glándulas salivares). Y su función: merocrina (secreta mediante exóstosis normalmente proteí- nas, que son la mayoría), apocrina (expulsa directamente vesículas como lípidos en la mama) y holocrina (se expulsa la totalidad de la célula, sien- do su clásico ejemplo las sebáceas). En general, cuando hablamos de glándulas hablamos de glándulas exo- crinas, aquéllas que vierten el contenido que secretan a cavidades, con- ductos o el exterior. No hay que olvidar que existe otro tipo de glándulas con función más compleja que vierten sus productos a la sangre para que éstos actúen a distancia: las endocrinas. 1.2. Tejido conectivo El tejido conectivo o de sostén es un tejido que contrario a servir úni- camente de soporte estructural y de relleno, adquiere a lo largo del cuerpo funciones especializadas de vital importancia biológica. Los hay mas laxos, siendo relleno de cavidades y formas más densas sometidas a tensión como podrían ser los ligamentos. De hecho, desde el punto de vista histológico, el cartílago y el hueso son tejidos conectivos altamente específicos. Todos los tejidos conectivos están compuestos de dos componentes principales: • El primero es la matriz fundamental, que forma la mayor parte del mismo y a su vez se compone de una sustancia fundamental y de fibras. La sustancia fundamental está formada por glucosaminoglu-
  • 7. 3 HISTOLOGÍA 17 canos (antes llamado mucopolisacáridos) siendo uno de los más extendidos el ac. hialurónico, que unidos con proteínas forman los proteoglucanos. • El segundo componente son las fibras, siendo su principal represen- tante el colágeno, el cual se divide en 19 tipos, siendo los principales el (Figura 5): - Tipo 1 (fibroso, en tendones, ligamentos, dermis). - El 2 (cartílago). - El 3 (la reticulina de hígado y tejidos linfoides). - El 4 de membranas basales. - El 7 de anclaje a la misma. Figura 5. Fibras de colágeno con M.E. Entre estos componentes se distribuyen las células de los distintos tipos de tejidos (fibroblastos, osteocitos, adipocitos, condrocitos), células lin- foides y vasos sanguíneos. En todo tejido conectivo del cuerpo hay células del llamado sistema mo- nocelular-macrocítico que llevarán a cabo funciones de defensa y que en distintas partes recibirán distintos nombres: • Monocito: macrófago (histiocito) (Figura 6). • Célula de Von Kupffer: en hígado. • Neumonocito III: en pulmón. • Osteoclasto: en tejido óseo. • Microgliocitos: en sistema nervioso central. • Célula de Langerhans: en el epitelio de la piel (epidermis). Figura 6. Macrófago fagocitando eritrocito 1.3. Tejido adiposo Este tejido, de estructura histológica simple, se compone de células adi- posas, cuya función es la de almacenar y metabolizar las grasas, como en el resto de tejidos conjuntivos encontramos vasos. Esta se subdivide en grasa blanca, función de reserva, la que predomina en el adulto. Y grasa parda, relacionada con el control térmico en el neonato (Figura 7). Figura 7. Células adiposas 1.4. Tejido cartilaginoso Este tejido, de sostén semirrígido, obtiene su especial consistencia de una agregación de proteoglicanos que se mezclan con proporciones varia- bles de colágeno (predominantemente tipo 2) y fibras elásticas para dar los tres tipos de cartílago: • Cartílago hialino: en tabique nasal, laringe y articulaciones (Figura8) • Cartílago elástico: en pabellón auditivo, epiglotis y trompas de Eus- taquio • Fibrocartílago: más denso, en discos intervertebrales, capsulas arti- culares y tendones En cuanto a la nutrición del cartílago, por ser éste uno de los pocos tejidos conectivos avasculares, es por difusión a través de la sustancia intercelular. Entre esta matriz encontramos a las células especializadas: los condrocitos (Figura9)queenunaformaprecozinmadurasedenominancondroblastos. Figura 8. Cartílago hialino
  • 8. 4 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición Figura 9. Condrocito 1.5. Tejido óseo El hueso está formado, al igual que el resto de tejidos conjuntivos, por una matriz (predominantemente de colágeno tipo 1) formada por los os- teocitos que se mineraliza gracias al depósito de hidroxiapatita cálcica. Este proceso de mineralización puede tener lugar a partir de un molde de cartílago (osificación encondral) o a partir de un molde mesenquimatoso (osificación intramembranosa). Figura 10. Microscopía óptica de la unión osteo-cartilaginosa En la imagen (Figura 10) apreciamos cómo, desde la parte superior donde encontramos cartílago normal, va tomando forma y calcificándose hasta convertirse en hueso trabecular. Entre esta matriz calicificada encontraremos osteocitos y sus precursores los osteoblastos. Y además células fagocitarias denominadas osteoclas- tos, ya que el hueso está en continua remodelación, pasando por una parte inmadura (no laminar, donde las fibras están desordenadas) a una fase laminar madura. Figura 11. Osteocito Además distinguimos, según la presión a la que está sometida el hueso, una densidad mayor o menor de trabéculas en la parte interna (hueso trabecular), que se encuentra revestida por un hueso de mayor densidad, el hueso cortical. Mientras que los osteocitos formadores de hueso serán positivos a la fos- fatasa alcalina (Figura 11), los osteoclastos (Figura 12) lo serán a la fosfa- tasa ácida, de la que se valen para la resorción ósea. Estas últimas células, las cuales son multinucleadas, estarán repletas de lisosomas donde se acumulará la enzima antes comentada. Figura 12. Osteoclastos
  • 9. 5 HISTOLOGÍA 17 Figura 13. Estructura ósea En el hueso hay una estructura envolvente de función fundamental para la nutrición del hueso, y ese es el periostio, a partir del cual se van disponiendo lasunidadesfuncionalesdelhueso,llamadasosteónosistemadeHavers,enla cuallasláminasóseassedisponenalrededordeunvasosanguíneo(Figura13). 1.6. Tejido muscular Todas las células del cuerpo son capaces de realizar algún tipo de mo- vimiento por pequeño que sea, pero si en el cuerpo encontramos unas células motrices por definición esas son las musculares. Esto lo logran gracias al desplazamiento de los miofilamentos. Estas células (alargadas y multinucleadas) se agrupan en fascículos rodeadas de células de sostén (endomisio) que a su vez se envuelven de un epimisio formando una fibra muscular que está cubierta de un epimisio (Figura 14). Dentro de la célula muscular encontramos el aparato responsable de que tenga lugar la contracción: la sarcómera. La sarcómera está formada por filamentos gruesos de miosina que se unen paralelamente entre sí a nivel de la línea “M”, entre los cuales se deslizan los filamentos finos formados por actina que se unen de igual modo en la línea “Z”. Al deslizarse, se acercan las líneas “Z” produciendo un acortamiento de las fibras dependiente de ATP que se traduce en la contracción (Figura 15). Figura 15. Fibras musculares y sarcómera Figura 14. Estructura de la miofibrilla
  • 10. 6 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición El músculo tiene una gran capacidad de hipertrofia que histológicamen- te es un aumento en el número de fibras. Por último, es importante diferenciar los principales tipos de músculos; • Músculo estriado: voluntario, se conoce así por la disposición de sus fibras (Figura 16). Figura 16. Arriba, músculo estriado. Abajo, cardíaco • Músculo cardíaco: entre medio de los anteriores es el responsable de la contracción rítmica del corazón. • Músculo liso: es el músculo visceral que encontramos en vasos san- guíneos bajo el control autonómico y hormonal (Figura 17) Figura 17. Músculo liso Cabe comentar un tipo celular intermediario entre célula de sostén simple y contráctil, los miofibroblastos presentes en procesos cicatriciales, aproxi- mando los tejidos a la par que secretando colágeno para repararlos. 1.7. Tejido nervioso El tejido nervioso es uno de los más especializados del organismo. Ha de recibir estímulos, procesarlos y emitir señales. Está formado por una red intercomunicada de células llamadas neuronas, las cuales tienen la capaci- dad de excitabilidad, que supone un cambio en la concentración de iones llamado potencial de acción que dará lugar a la liberación de nueurotrans- misores con distintas actividades en la unión interneuronal (la sinapsis). En el sistema nervioso encontramos distintos tipos celulares: • Las neuronas: como principales células funcionales, que las hay de varios tipos. • Las células de la microglía: con diversas funciones (se hablará más delante de los distintos tipos que las integran). 2. Vasos sanguíneos El sistema circulatorio está formado por dos componentes separados pero relacionados: • Sistema cardiovascular: transporta sangre en ambas direcciones entre el corazón y los tejidos. • Sistema vascular linfático: su función consiste en reunir linfa, el ex- ceso de líquido extracelular y llevarla de nuevo al sistema cardiovas- cular, en un solo sentido. En cuanto a la histología, por lo general las arterias tienen paredes más gruesas y son de diámetro más pequeño que sus equivalentes venosos. Las paredes de los vasos sanguíneos están compuestas por tres capas (Figura 18): • Túnica íntima. Compuesta por epitelio escamoso simple y tejido co- nectivo subendotelial. Debajo de ésta se encuentra una lámina elás- tica interna (en vasos musculares desarrollados). • Túnicamedia.Porlogeneral,eslacapamásgruesadelapareddelvaso. Compuesta de capas de músculo liso dispuestas de manera helicoidal. Las arterias musculares grandes tienen una lámina elástica externa. En los capilares y vénulas postcapilares se reemplaza por pericitos. • Túnica adventicia. Es la capa más externa de la pared del vaso, se funde con el tejido conectivo circundante. Aquí encontramos la vasa vasorum (vasos para la propia irrigación de la pared de los vasos) al igual que los nervios que mediante el sistema autónomo controla la contracción y dilatación de los vasos. Figura 18. Corte de arteria elastica
  • 11. 7 HISTOLOGÍA 17 El lecho arterial desde su salida del corazón va pasando de vasos de ma- yor calibre (arterias elástica) a unos intermedios (arterias musculares) hasta dar las arteriolas, con un componente sucesivamente menor elásti- co aumentando su proporción muscular, ya que cuanto más lejos, menor es el impulso cardíaco. Las grandes arterias (aorta, pulmonar, subclavias, etc.) contienen gran cantidad de fibras elásticas y por ser ésta su carac- terística más saliente se denomina arterias elásticas. A medida que se van ramificando en arterias más pequeñas, van predominando las células musculares lisas en las paredes vasculares, por lo cual toman éstas la de- nominación de arterias musculares (Figura 19). Figura 19. Tipos de arterias Además de las tres capas o túnicas referidas, es característico en las ar- terias que una membrana constituida por paquetes de fibras elásticas: se interponga entre la túnica íntima y la túnica media. Ésta es la lámina elástica interna (Figura 20). Una membrana similar, aunque generalmente menos definida, limita la túnica media de la túnica adventicia, ésta es la lámina elástica externa. Figura 20. Láminas elásticas Después encontramos los capilares (Figura 21), los cuales están compues- tos por una capa de células endoteliales y son los vasos sanguíneos más pequeños. Éstos se clasifican en: • Continuos: no tienen poros, ni fenestras en sus paredes. Se encuen- tran en tejido muscular, nervioso y conectivo. • Fenestrados: poseen poros (fenestras) en sus paredes que están re- cubiertos por diafragmas en poros. • Sinusoidales: pueden tener células endoteliales y lámina basal discontinuas e incluyen muchas fenestras grandes sin diafragmas, que aumentan el intercambio entre la sangre y el tejido. Figura 21. Histología capilar Rodeando a los capilares hay unas células denominadas pericitos con funciones de vasoconstricción y sostén. Para regular la cantidad del flujo sanguíneo en un lecho capilar existen anastomosis directas entre arteriolas y vénulas que cambian su diáme- tro en función de la demanda de O2 , el cual se intercambia en los capi- lares. A continuación encontramos las venas, que son vasos que regresan sangre al corazón. Éstas se clasifican en tres grupos con base en su diá- metro y el grosor de la pared: pequeñas, medianas (menos de 1 cm) y grandes (venas cavas, pulmonares, renales, ácigos, yugulares internas e ilíacas). Entre las características de las venas encontramos que éstas tienen vál- vulas para evitar el retorno venoso a favor de la gravedad. Además, al estar sometidas a menor presión, tienen una capa muscular más delga- da que las arterias, ya que la musculatura periférica será el motor que al comprimirlas empuja la sangre hacia arriba. En cuanto al sistema linfático, éste comparte más características con el venoso que con el arterial, siendo peculiar en ellos la alta presencia de células linfoides en su luz. Las principales diferencias entre los vasos arteriales y venosos (Figura 22): • Las arterias presentan sus núcleos paralelos al eje longitudinal del vaso y se ven redondos. Su luz es redondeada, a veces estrellada. En general, “poseen más pared que luz”. Tienen una túnica media muy desarrollada. • Las venas presentan núcleos perpendiculares al eje mayor, se ven alargados. De luz habitualmente oval. Suelen poseer ”más luz que pared”. Tienen una adventicia muy desarrollada.
  • 12. 8 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición 3. Piel 3.1. Capas de la piel La piel es un órgano del cuerpo que más allá de ser un simple aislan- te es un órgano funcional con múltiples funciones como: protección de las deshidratación, de los rayos UV, de los microorganismo. Es el mayor órgano sensorial del cuerpo, así como un elemento fundamental en la termorregulación. Por último, aunque más limitadas, posee funciones metabólicas como las síntesis de vitamina D y el acúmulo de lípidos en el tejido celular subutáneo. La piel consta de tres capas principales: • La epidermis: epitelio escamoso estratificado queratinizado, que va- ría su grosor siendo máximo en la planta de los pies. Figura 23. Célula de Langerhans Se comopone de estratos: - Basal: células cúbicas en mitosis que serán el recambio de es- tratos superiores y entre las cuales encontramos los melanocitos que crean la melanina que depositan en los estratos inferiores (Figura 23). - Capa translúcida. - Espinoso: células grandes poliédricas con síntesis proteica. - Granuloso: como su nombre indica están cargadas de gránulos de queratohialina. - Córneo: células muertas en un mar de queratina. • La dermis: tejido fibroelástico conectivo, que lanza papilas dér- micas a la epidermis entre las cuales se sitúan las crestas inter- papilares de epidermis. Distinguimos una dermis superficial o papilar y una dermis profunda reticular, más resistente. A este nivel encontramos las glándulas sebáceas y los músculos erec- tores vellosos. • La hipodermis: tejido adiposo entre el cual se reparten las glándulas sudoríparas merocrinas (directamente a la superficie) y los folículos pilosos y las glándulas sudoríparas apocrinas (drenan a los folículos pilosos). 3.2. Anexos cutáneos(Figura 24) Ya se ha comentado a qué niveles encontramos los principales anejos cutáneos: • Pelos: son estructuras de queratina rodeadas de colágeno que crecen por expansión terminal en el folículo. A través del músculo erector y mediado por el simpático responde a estímulos erizando el pelo. • Glándulas sebáceas: a cada folículo piloso se le asocia una glándula sebácea que secreta un agente impermeabilizante. En algunas partes del cuerpo como pezones, labios, vulva, secretan mediante un con- ducto directamente a la superficie. • Glándulas sudoríparas: la mayoría son tubulares simples, son las glándulas merocrinas, distribuidas por todo el cuerpo. Mientras que en zonas concretas como axilas y región genital encontramos glán- dulas apocrinas que drenan a folículos pilosos. Figura 22. Diferencia entre arteria y vena
  • 13. 9 HISTOLOGÍA 17 Figura 24. Estructura de la piel 4. Órganos linfáticos 4.1. Ganglios 4.1.1. Ganglios linfáticos Los ganglios linfáticos son pequeños órganos que se disponen en cade- nas a lo largo del trayecto de los vasos linfáticos formando estaciones en ciertas partes del cuerpo. Cuando los vasos linfáticos aferentes se acercan al ganglio originan numerosas ramas que ingresan a él por distintos sitios de su superficie convexa. Los vasos linfáticos eferentes (en menor número que los aferentes) aban- donan el ganglio por el hilio, pequeña depresión en su parte central. Como el resto de órganos, constan de un armazón conectivo en cuyo in- terior encontramos millones de células linfoides (linfocitos, células plas- máticas y macrófagos) entre las que discurren senos linfáticos. En el ganglio distinguimos una zona cortical externa densamente te- ñida y una médula interna más pálida. Los vasos linfáticos aferentes perforan la cápsula y se abren paso por el parénquima cortical. El as- pecto compacto se debe a los pocos senos y a su pequeño diámetro. Éstos continúan por la médula con el nombre de senos medulares que son anchos y tortuosos e irregulares, y se ramifican y anastomosan en numerosos cordones medulares que salen por el hílio. Los centros germinales se localizan en la periferia del ganglio, y en con- junto forman la corteza superficial, mientras que la corteza profunda, está constituido por tejido linfoideo difuso. No hay una frontera precisa entre ambas, y esta última se continúa con los cordones medulares. En la corteza profunda las células están agregadas más laxamente que en la corteza externa, predominando linfocitos pequeños, mien- tras que macrófagos y plasmocitos solamente se hallan ocasional- mente (Figura 25). Figura 25. Ganglio linfático Por su parte, los cordones medulares están formados por agregaciones de tejido linfoideo organizados en torno a vasos sanguíneos pequeños. Los cordones se ramifican y anastomosan entre ellos. Cerca del hilio for- man lazos o terminan de modo ciego. Están formados por una rica red de fibras reticulares y de células reticulares, que encierran linfocitos peque- ños, plasmocitos y macrófagos. Pueden contener neutrófilos (leucocitos polimorfonucleares) y eritrocitos, en número variable, pero igualmente en escasa cantidad. Figura 26. Esquema de vascularización del ganglio La sangre ingresa al ganglio por el hilio y llega a la corteza, donde se distribuye en plexos capilares por el parénquima cortical difuso, y alrededor de los nódulos o folículos. Estos folículos se dividen en primarios y secundarios dependiendo si han estado o no en contacto con un antígeno, ya que en estos folículos es donde se multiplican los linfocitos B (Figura 26 y 27).
  • 14. 10 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición Figura 27. Folículos linfoides 4.2. El bazo El bazo es un órgano abdominal que funciona como un complejo filtro interpuesto en el torrente sanguíneo. Su función es la de depurar la san- gre de partículas antigénicas y células viejas o anormales. Es un órgano con gran cantidad de tejido linfoideo y vasos sanguíneos especiales que permiten que la sangre circulante se ponga en contacto con numerosos macrófagos. Consta de; • Una cápsula. • Una zona de médula roja oscura, y sobre ella unas zonas nodulares blancas. Histológicamente, se define a la zona roja oscura como pulpa roja, y a la zona blanca como pulpa blanca. La pulpa blanca está representada por el tejido linfoide que se agrupa circunferencialmente a las arterias, formándoles una vaina, las vainas lin- foides periarteriales, las cuales poseen linfocitos y algunos macrófagos con células plasmáticas. Figura 28. Imagen en que se aprecian los cordones de la médula roja y los sinusoides La pulpa roja está formada por una red de vasos llamados senos que po- seen una disposición tortuosa que se ramifican y anastomosan entre sí. El color de la pulpa roja se debe a la abundancia de eritrocitos que llenan la luz de los senos e infiltran a los cordones (que reciben el nombre de cordones de Billroth) (Figura 28). Entre las dos pulpas existe una región de transición que se llama zona marginal (Figura 29). Figura 29. Corte de perísquemia esplénico 4.3. Vasos linfáticos El sistema linfático transporta linfa, que es un ultrafiltrado plasmático con proteínas que recoge del tejido conectivo. Tiene por función llevar ele- mentos del sistema inmune, lípidos y otras macromoléculas. Está formado por una red de capilares linfáticos, vasos colectores, gan- glios linfáticos y dos grandes troncos linfáticos (conducto torácico y la gran vena linfática). Figura 30. Vaso linfático
  • 15. 11 HISTOLOGÍA 17 Los capilares linfáticos se encuentran en la mayoría de los tejidos en ínti- ma relación con los vasos de la microcirculación. Poseen endotelio similar al de los capilares sanguíneos y carecen de MB. Se diferencian de los ca- pilares sanguíneos por no poseer pericitos (Figura 30). Los vasos colectores poseen tres capas (igual que los vasos sanguíneos): íntima, media y adventicia. Mantienen los repliegues de endotelio, que forma válvulas como las que se observa en la imagen dando mayor se- mejanza a venas. 4.4. Tejido linfoide asociado a mucosas A lo largo del tracto gastrointestinal encontramos un tejido linfoide de- nominado por el acrónimo anglosajón MALT. Contiene célulasT, B y célu- las presentadoras de antígenos. A distintos niveles tiene distintas formas y recibe distintos nombres. En el paladar y faringe recibe el nombre de anillo de Waldeyer, que está inte- grado por las principales amígdalas. A nivel del intestino grueso encon- tramos protuyendo hacia la luz las denominadas placas de Peyer, con células especializadas en captar antígenos y desarrollar una respuesta específica mediada ocasionalmente por IgA (Figura 31). Sin embargo, la mayor parte de este sistema son pequeños acúmulos va- riables innominados a lo largo del tubo digestivo constituyendo el órga- no linfoide de mayor volumen del cuerpo. Figura 31. Placa de Peyer 5. Aparato digestivo 5.1. Capas histológicas del aparato digestivo El aparato digestivo comprende el tracto o tubo digestivo y sus glándulas anexas. El tracto digestivo es una estructura tubular de aproximadamente 9 metros de largo, que se extiende desde la boca hasta el ano. Por este tubo se transportan los componentes alimen- ticios mientras se va produciendo la digestión mecánica y química para la posterior absorción de los productos necesarios para el or- ganismo. El tubo digestivo está compuesto por los siguientes órganos: boca, fa- ringe, esófago, estómago, duodeno y yeyuno-íleon (intestino delgado), colon ascendente, transverso, descendente y sigmoides, recto y ano (in- testino grueso) (Figura 32). Figura 32. Esquema del tubo digestivo Las glándulas anexas se encuentran ubicadas por fuera del tubo digesti- vo, pero sus conductos excretores desembocan dentro de éste. Éstas son las glándulas salivales (parótida, submaxilar y sublingual), el hígado y el páncreas exocrino. La boca es la primera sección del tracto digestivo y actúa además como primera porción de las vías aéreas. Está revestida en su gran propor- ción por un epitelio plano estratificado o escamoso (Figura 33). En la lengua veremos además un tipo de células especializadas sensitivas, los corpúsculos gustativos. De forma esférica, sus células se organizan disponiéndose en forma de capas de cebolla. Se ubican en el espesor del epitelio de la papila, extendiéndose desde la membrana basal has- ta la luz, hacia la cual se abre un poro central.
  • 16. 12 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición Figura 34. Transición de esófago a estómago El esófago respeta la organización característica de todo el tubo diges- tivo. Figura 35. Corte del esófago En el esófago, la mucosa está compuesta por un epitelio plano estratifi- cado que contiene glándulas mucosas. La submucosa está formada por tejido conectivo laxo y algunos folículos linfoides. Tiene una muscular estriada proximalmente y lisa después y una adventicia compuesta por tejido conectivo laxo, abundantes vasos y nervios. Figura 36. Glandula gástrica Figura 33. Epitelio pleno estratificado de la boca con corpúsculos gustativos
  • 17. 13 HISTOLOGÍA 17 Recordemos que aproximadamente el último cuarto del esófago se en- cuentra en la cavidad peritoneal y en consecuencia aquí la adventicia se reemplaza por una serosa (mesotelio). El esófago consta de unas glándu- las tubulares mucosas muy ramificadas con función de lubricar al paso del bolo alimenticio. Desde el esófago hasta el ano, la pared del tubo digestivo contiene una serie de plexos nerviosos intramurales. Éstos, están formado, por una capa de neuronas externas llamada plexo mientérico o plexo de auer- bach, ubicado en la túnica muscular; y una capa de neuronas internas, ubicado en la túnica submucosa, denominado plexo submucoso o plexo de Meissner. Éstos controlan la función motora del tubo digestivo y los encontramos en el preparado histológico del tracto digestivo a nivel de la túnica submucosa y de la muscular (Figura 34 y 35). En cuanto al estómago, la túnica mucosa está ocupada en su totalidad por glándulas tubulares simples o ramificadas que son denominadas glándulas gástricas. En el área mucosecretora, encontramos las glándulas cardiales, que son muy ramificadas y presentan células mucosas productoras de mucus y algunas células endocrinas pertenecientes al sistema neuroendocrino difuso (SNED) y las glándulas pilóricas, que son tubulares simples o rami- ficadas y también presentan células mucosas y endocrinas. El área de mayor importancia fisiológica es la región ácido-secretora, co- rrespondiente a la región corpofúndica del estomago. En cuanto a las cé- lulas mucosas, son células cilíndricas bajas, con núcleo basal, a menudo algo aplanado. Con la técnica de hematoxilina eosina, su citosol es claro, pero con el método de PAS, se demuestra que el citoplasma apical con- tiene numerosos gránulos coloreados moderadamente. En cuanto a las células secretoras de ácido o células parietales, se ob- servan en el cuello de las glándulas, poseen forma piramidal y al micros- copio electrónico (a veces percibiéndose al MO) se observa que la célula parietal presenta canalículos intracelulares con microvellosidades largas para transportar sus secreciones (Figura 36 y 37). Se las reconoce bien aplicadas contra la membrana basal de las glándulas corpofúndicas a la cual suelen empujar lateralmente (de ubicarse contra la“pared“, su nombre). Su citoplasma es fuertemente acidófilo por la gran cantidad de mitocon- drias, recordemos que estas células deben trabajar mucho para realizar su actividad secretora por lo que necesitan mucha energía. Las células parietales son grandes y poliédricas con núcleo redondo y os- curo ubicado en el centro celular. Algo muy relevante es la presencia en el citosol de vesículas. Cuando la célula parietal es estimulada, las vesículas migran hacia la membra- na apical, con la cual se fusionan aumentando así el tamaño de ésta y formándose los canalículos de secreción repletos de canales iónicos en sus membranas. Al culminar dichas fusiones se hacen activas las citadas herramientas para la secreción. El último tipo celular del estómago son las células principales que se encuentran en mayor número dentro de la glándula fúndica. Son células basófilas por la gran abundancia de REG. Presentan en su superficie api- cal gránulos de zimógeno. Estos gránulos contienen en su interior una pro-enzima llamada pepsinógeno, que es el precursor inactivo de la enzi- ma pepsina que es una endoproteasa. Figura 37. Célula parietal A continuación encontramos el intestino delgado. El intestino del- gado es una porción del tubo digestivo formado por el duodeno y el yeyuno-íleon. Aproximadamente mide entre 4 y 6 metros, de los cuales sólo los primeros 25 a 30 centímetros corresponden al duodeno. La función más importante del intestino delgado es realizar la absorción de los nutrientes digeridos. El intestino delgado presenta 4 estructuras que aumentan de 300 a 400 veces su superficie de absorción. De lo ana- tómico a lo histológico, éstas son: • Válvulas conniventes o pliegues de Kerkring. • Vellosidades intestinales (Figura 38). • Microvellosidades. Cada vellosidad está rodeada por una cripta llamada cripta de Lieberkhun que corresponde a una glándula tubular simple. Figura 38. Vellosidades intestinales
  • 18. 14 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición Los pliegues de Kerkring están compuestos por un eje central de submu- cosa rodeados por mucosa, y son macroscópicamente visibles. Están bien desarrollados a nivel del yeyuno, y por lo general faltan en los primeros 4-5 centímetros del duodeno y la última mitad del íleon. Toda la mucosa del intestino delgado está tapizada por las vellosidades intestinales, cuya forma varía en las diferentes secciones del intestino; así, por ejemplo, las vellosidades del duodeno aparecen con forma de dedos o de hojas. Las vellosidades intestinales miden aproximadamente 1 milímetro y son evaginaciones de la mucosa, compuestas por tejido conectivo laxo (perte- neciente a la lámina propia), recubiertas por un epitelio superficial. Por tan- to, en los cortes histológicos transversales, se visualizan como pequeños islotes de tejido conectivo con cobertura epitelial superficial (Figura 39). El epitelio está formado por cuatro tipos celulares: los enterocitos (célu- las absortivas que contienen enzimas digestivas), las células caliciformes (secretoras de moco), células endocrinas (parte del sistema NERD) y por último tipo celular son las células de Panneth que sólo se encuentran en el fondo de las criptas, poseen forma cilíndrica, siendo su principal función la liberación de enzimas, entre ellas la lisozima, que es una pro- teína íntensamente catiónica con acción bactericida (Figura 40). Figura 40. Células de Panneth La submucosa sólo contiene glándulas en el duodeno, las llamadas glándulas de Brunner. Éstas comienzan a aparecer a nivel del píloro y su número va disminuyendo gradualmente en sentido distal, pero pue- den alcanzar los primeros centímetros del yeyuno. Son acinos mucosos que producen mucus. Por su parte, el rasgo diferencial de las partes más distales (íleon terminal) son las placas de Peyer. Figura 41. Mucosa colónica con glándulas colónicas El cólon difiere de la mucosa del intestino delgado en algunos aspec- tos. No presenta vellosidades y es más gruesa, por lo que las criptas son más largas, rectas y más profundas que las del intestino delgado. Poseen ade- más un mayor número de células caliciformes y la densidad de éstas va aumentando en sentido distal. El epitelio continúa siendo cilíndrico simple, y sus células (los enterocitos) poseen una gran capacidad absortiva. El colon es el órgano que tiene la mayor capacidad de absorción, pero esto no indica que sea el órgano Figura 39. Corte de vellosidad intestinal
  • 19. 15 HISTOLOGÍA 17 que más absorba. De esta forma, cualquier proceso que disminuya la ca- pacidad absortiva del colon (sustancias osmóticamente activas) puede provocar diarreas osmóticas (Figura 41). En el colon se realiza el ajuste final de la cantidad de iones y agua que el organismo necesita. El colon derecho moviliza grandes cantidades de agua y sales, y posee una flora bacteriana de tipo fermentativa. El colon izquierdo es menos permeable y posee una flora putrefactiva. Figura 42. Corte apendicular El ciego es un saco cerrado ubicado en la porción proximal del colon, que posee una evaginación alargada, estrecha y de longitud variable, deno- minada apéndice vermiforme (Figura 42). La estructura del ciego es similar a la del intestino grueso; el apéndice también posee una estructura semejante. 5.2. Glándulas anexas al tubo digestivo Las glándulas salivales son las encargadas de producir la saliva. Se las clasifica en dos grandes grupos: • Glándulas salivales menores: representadas por un conjunto de glándulas que se ubican en el espesor de distintos lugares de la cavi- dad bucal. Producen el 5% del total de saliva. Pueden ser de secreción: - Mucosa: representadas por las glándulas palatinas y las glándulas de la base de la lengua. - Serosa: glándulas de Von Ebner que desembocan en el fondo de papilas. • Glándulas salivales mayores: representadas por tres glándulas pa- res, la parótida, submaxilar y sublingual. Todas ellas son de tipo tu- buloacinar compuesta ramificada, y que no están en el espesor de la pared de la cavidad bucal, sino que son glándulas separadas que se comunican a través de conductos mayores. La parótida presenta un 100% de acinos serosos que no acumulan la secreción. Drena a través del conducto mayor de Stenon (Figura 43). En sublingual predominan francamente los acinos mucosos. Figura 43. Microfotografía que muestra ambos tipos de acinos. A la izquier- da de la foto se ven acinos mucosos, en tanto que a la derecha se muestran los acinos serosos Las submaxilares son las encargadas de producir el 60% de la saliva. Son de tipo tubuloacinar compuesta ramificada, con acinos serosos, mucosos y mixtos. Drenan a través del conducto mayor de Warthon. La vesícula biliar presenta un epitelio cilíndrico simple con chapa estria- da y algunas células caliciformes. Apoyan sobre una membrana asal que permite anclarlo al tejido conectivo. La mucosa biliar no tiene submucosa. Figura 44. Mucosa de la vesícula biliar A nivel de la mucosa, se evidencian pliegues profundos de la mucosa que simulan glándulas y vellosidades, pero no lo son (Figura 44). El páncreas es una glándula que se ubica en el retroperitoneo, en la pa- red posterior del abdomen, situado posteroinferior al estómago entre la concavidad del duodeno y el hilio esplénico. Se trata de una glándula mixta, encargada de producir una secreción exócrina y una endócrina, representada por: • Componente exócrino: representado por los acinos serosos pan- creáticos, encargados de producir el jugo pancreático (Figura 45). • Componente endócrino: representado por los islotes de langer- hans, macizos celulares esféricos distribuidos a lo largo del parénqui- ma pancreático, encargado de producir insulina, glucagón, somatos- tatina y polipéptidos pancreáticos. El páncreas exócrino es una glándula de tipo tubuloacinar compuesta ramificada. Las acinares se continúan con el conducto intercalar (que
  • 20. 16 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición puede ser cúbico simple o plano simple); de allí se comunican con el conducto intralobulillar, de epitelio cúbico simple; luego el de epitelio cilíndrico simple; todos los conductos interlobulillares (o interlobulares) desembocan en el conducto de Wirsung, terminando éste junto con el conducto colédoco en la ampolla duodenal o ampolla de Vater. Existe un conducto pancreático accesorio o de Santorini. Figura 45. Acinos pancreáticos La secreción endócrina está configurada por células endócrinas que se acu- mulan en estructuras esféricas llamadas islotes de Langerhans (Figura 46). Dichos islotes se encuentran acomodados entre los acinos. Figura 46. Islote de Lengerhans El hígado es la glándula más grande del organismo. Con 1.500 g., ocupa el hipocondrio derecho, justo por debajo del diafragma. Anatómicamen- te se compone de cuatro lóbulos hepáticos parcialmente separados. Es una glándula mixta, ya que tiene unas funciones endócrinas (sintetizar proteínas plasmáticas y liberarlas a la sangre, por ejemplo) y una función exócrina (síntesis de bilis). Presenta una cápsula de tejido conectivo denso no modelado llamada cápsula de Glisson. Por fuera de esta cápsula se encuentra el perito- neo. Figura 47. Lobulillos hepáticos El lobulillo clásico hepático es un prisma hexagonal de aproxima- damente 2 milímetros de longitud y 1 milímetro de diámetro, y que al corte histológico se muestra como un hexágono. A nivel del tejido conectivo sobre los vértices de dichos hexágonos se encuentran las tríadas portales, una en cada vértice. Una tríada se ubica en una zona llamada espacio portal o de kiernan. Están conformados por una arteriola (rama de la arteria hepática), una vena pequeña o vénula postcapilar (rama de la vena porta) y un conducto (llamado conduc- tillo biliar) (Figura 47). Figura 48. Vena centrolobulillar El centro del hexágono se encuentra representado por una vena lla- mada vena centrolobulillar (Figura 48). De ella salen de forma radia- da hacia la periferia trabéculas de hepatocitos. Entre las trabéculas de hepatocitos se disponen los sinusoides hepáticos, los cuales sepa- ran a las trabéculas de los hepatocitos. Se trata de un vaso capilar sin- usoide que surge de la fusión de un capilar arterial (rama de la arteria hepática) y un capilar venoso (rama de la vena porta). Está formado
  • 21. 17 HISTOLOGÍA 17 por un endotelio discontinuo que descansa sobre una membrana ba- sal también discontinua (Figura 49). Figura 49. Tríada portal Figura 50. Hepatocitos entre sinosoides El hepatocito es la célula parenquimatosa del hígado (Figura 50). Corres- ponde al 80% de las células del órgano. De forma poliédrica, habitual- mente se muestran con 6 caras, que miran tanto a un sinusoide o toma contacto con un hepatocito vecino. La célula es bipolar: • Polo vascular: corresponde a todas las caras que toman contacto con un capilar sinusoide. En esas caras existen gran cantidad de mi- crovellosidades que se proyectan hacia el sinusoide, pero no ingre- san a la luz del mismo, sino que quedan ocupando un espacio delimi- tado por los hepatocitos por un lado y la pared sinusoidal por el otro, llamado espacio perisinusoidal o de Disse. Es hacia esta cara donde se liberan los contenidos endócrinos del hepatocito (Figura 51). Figura 51. Detalles de hepatocito • Polo biliar: presenta una invaginación central en esa superficie que toma la forma de un semicilindro. Al tomar contacto con otra hemicavidad de un hepatocito vecino se forma el canalículo biliar. Entonces un canalículo biliar se forma por la confluencia de dos polos vasculares de dos hepatocitos vecinos. El canalículo biliar presenta un diámetro de 2 micrones, y hacia su luz es donde se secreta la bilis producida por los hepatocitos. 6. Aparato respiratorio A lo largo del aparato respiratorio encontramos una seria de estructuras que cambian su histología, consta de una parte conductora dónde no se produce intercambio gaseoso y una parte respiratoria dónde tiene lugar el mismo; que genéricamente se conocen como alveolos, de los cuales hay alrededor de 300 millones, lo que hace una superficie aproximada de cien metros cuadrados para el intercambio gaseoso (Tabla 1). PORCIÓN CONDUCTORA PORCIÓN RESPIRATORIA Nariz Bronquiolo respiratorio Laringe Conducto alveolar Tráquea Saco alveolar Bronquios extra e intrapulmonares Bronquiolos propiamente dichos Bronquiolo terminal o liso Tabla 1. Distribución del aparato respiratorio 6.1. Capas histológicas del aparato respiratorio En la nariz encontramos epitelio plano poliestratificado como en la piel en la zona vestibular para dar paso a un epitelio pseudoestratificado ci- liado con células caliciformes. Entre este epitelio se disponen las células olfatorias que son neuronas bipolares sensibles a los estímulos olfato- rios (Figura 52).
  • 22. 18 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición Por su parte, la laringe está recubierta por un epitelio cilíndrico pseu- doestratificado ciliado con células caliciformes, excepto en las cuerdas vocales y parte de la epiglotis, donde el epitelio es plano estratificado. En ambas estructuras encontramos glándulas tubuloacinosas con secreción mucosa o mixta. Figura 52. Célula olfatoria La tráquea comienza en la parte inferior de la laringe. Su estructura de soporte está constituida por 16 a 20 anillos incompletos de cartílago hia- lino, en forma de “c” o de herradura, cuya abertura es dorsal y sus extre- mos están unidos por haces de fibras musculares lisas. Éstos están unidos entre sí por tejido conectivo fibroelástico. La capa más interna, que con- tacta con la luz del órgano, está tapizada por un epitelio pseudoestrati- ficado ciliado con células caliciformes. Otro tipo celular del epitelio de la tráquea y los bronquios es la célula de gránulos pequeños (también llamada de gránulos densos). Ésta pertenece al sistema neuroendocrino difuso (SNED) y libera hacia la sangre serotonina, bradiquinina y calcito- nina; interviniendo en la regulación del calibre de las vías aéreas y el flujo sanguíneo local. Figura 53. Células de la mucosa respiratoria Este tipo histológico se mantiene en las sucesivas divisiones del árbol respitario, conteniendo sucesivamente una menor cantidad de cartíla- go en su pared, desapareciendo éste en los bronquiolos (Figura 53). Los bronquiolos poseen un epitelio cilíndrico simple y carecen totalmente de células caliciformes. Contienen células ciliadas y aparece un nuevo tipo celular, las células de Clara. Éstas se encuentran sólo en el epitelio bronquiolar, y con los datos obtenidos hasta el momento se sabe que sintetizan y secretan un producto “símil surfactante” de naturaleza glu- coproteica con un gran poder tensioactivo. El músculo liso también va disminuyendo conforme nos alejamos (Tabla 2). Una vez ya en el bronquiolo terminal (que precede al respiratorio) el epi- tolio es ya cúbico simple, continuo. Elemento Epitelio Músculo Cartílago Diámetro Bronquio Pseudoestratificado ciliado con células caliciformes ++ Sí ++++ Bronquiolo propiamente dicho Cilíndrico simple +++ No ++ Bronquiolo terminal Cúbico simple ++ No ++ Bronquiolo respiratorio Cúbico simple (discontinuo) + No + Tabla 2. Bronquios y bronquiolos 6.2. Histología alvéolo-capilar Los bronquiolos respiratorios darán lugar al conducto alveolar. Figura 54. Epitelio alveolar La cantidad de sacos alveolares es cada vez más grande sucesivamente, lo cual dificulta la tarea de encontrar un límite preciso entre conductos alveolares y alveolos. Después de dos o tres divisiones, el conducto ter- mina en un pequeño espacio (también denominado atrio) que comunica directamente con grupos de cuatro o más alveolos, que en su conjunto se denominan sacos alveolares. Los alveolos representan la porción intercambiadora de gases por exce- lencia. El epitelio alveolar es plano simple y está formado por dos tipos celulares: el neumonocito tipo I y el neumonocito tipo II.
  • 23. 19 HISTOLOGÍA 17 Las células alveolares o neumonocitos tipo l, que tapizan la mayor parte de la superficie alveolar, se aplanan en gran medida para facilitar el in- tercambio de gases entre la sangre y el aire pulmonar (llegan a tener un grosor de 0,2 micrones, excepto en la zona ocupada por el núcleo); se trata de un epitelio de tipo plano simple (Figura 54). También encontramos macrófagos alveolares. Estas células fagocíticas no forman parte constitutiva de la pared alveolar, sino que reposan sobre ella y cumplen una función de vigilancia. El neumonocito II es un tipo celular del alveolo que se encuentra inter- calado en el epitelio plano simple que forman los neumonocitos l. Los neumonocitos ll tienen una forma cuboidea y se los ve sobresaliendo le- vemente hacia la luz alveolar. Estas células son las responsables de sinte- tizar el surfactante de naturaleza tensioactiva, pues disminuye la tensión superficial entre el aire y el agua que tapiza a los alveolos (Figura 55). Figura 55. Esquema de los componentes alveolares. Tomado y modificado de Cormack 7. Aparato urinario 7.1. Capas histológicas del aparato urinario El sistema pielocalicial está constituido por la pelvis renal y los cálices ma- yores y menores. Los cálices están revestidos hacia la luz por un epitelio de transición o epitelio polimorfo. Debajo de éste existe un tejido conectivo laxo que, junto con el epitelio, constituyen la mucosa calicial. Después de la mu- cosa y una delgada capa de tejido conectivo, aparecen dos cordones de músculo liso (Figura 56). Figura 56. Urotelio La pelvis renal tiene una estructura semejante a la de los cálices, y al igual que ellos, experimentan contracciones rítmicas para impulsar la orina ha- cia los uréteres. La mucosa del uréter está constituida también por un epitelio de transi- ción y una lámina propia de tejido conectivo laxo (Figura 57). Por debajo de la lámina propia, y sin límites con ella, sigue una submu- cosa de tejido conectivo laxo, la cual recibe los numerosos pliegues de la mucosa, que le dan a este órgano una clásica luz festoneada, replegada o estrellada cuando está vacío. Figura 57. Corte de uréter La mucosa vesical presenta numerosos pliegues luminales. El corion se sigue de una gruesa capa muscular formada por tres capas no bien de- finidas, y éstas son la longitudinal interna, circular media y longitudinal externa. La porción superior de la vejiga está revestida por peritoneo (mesotelio), mientras que el resto se reviste por una adventicia con abun- dante tejido adiposo, vasos y nervios. 7.2. Histología del riñón Los riñones son órganos pares que se ubican en el retroperitoneo, fijados contra la pared abdominal posterior. Cada riñón está envuelto por una cápsula conectiva propia (Figura 58).
  • 24. 20 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición La pelvis renal es una dilatación ampular o sacular que se continúa ha- cia abajo con el nacimiento del uréter, y hacia el otro extremo envía dos o tres ramificaciones que llevan el nombre de cálices mayores. Estos cálices, a su vez envían nuevas ramificaciones conocidas como cálices menores. Los cálices menores reciben el vértice de unas estructuras cónicas cono- cidas como pirámides renales. Figura 58. Anatomía renal Cada una de las pirámides renales sumadas a la porción de corteza que cubre su base constituye un lóbulo renal. Un lobulillo renal está formado en su totalidad por un rayo medular y el tejido cortical que le es inmediatamente vecino a él. La nefrona es la unidad funcional del riñon que acaba en el túbulo co- lector. La nefrona comienza con la arteria aferente. Del extremo distal de la ar- teriola aferente se originan varias asas capilares, que se organizan como un ovillo. Vale destacar que estos capilares son capilares fenestrados. Este ovillo capilar (Figura 59) está envuelto por una doble cápsula denomi- nada cápsula de Bowman. Entre ambas capas de Bowman queda un espa- cio conocido como espacio urinífero o espacio de Bowman de filtracion. La pared de Bowman posee un tipo de células que han perdido su apariencia típica de células epiteliales planas, y llevan el nombre de podocitos. De ellas salen unas prolongaciones denominados pedicelos que son los responsables de controlar el ultrafiltrado plasmático que se produce a este nivel. Entre todos los capilares del ovillo encontramos el mesangio. El mesan- gio constituye un sistema de sostén propio del glomérulo compuesto por células mesangiales y una matriz mesangial. El mesangio se especializará en el denominado polo vascular del corpúsculo renal, más precisamente entre las arteriolas aferente y eferente formando el llamado aparato yux- taglomerular que forma parte del eje RAA. Figura 59. Ovillo capilar Una vez realizado el filtrado, la orina parará al sistema tubular. Éste está formada por el túbulo contorneado proximal, el asa de Henle y el tú- bulo contorneado distal, que drenará al túbulo colector (Figura 60). Figura 60. Estructura del túbulo proximal
  • 25. 21 HISTOLOGÍA 17 En el primero de ellos encontramos que en la membrana apical se desa- rrolla un importante ribete en cepillo constituido por microvellosidades, ya que es la porción donde tendrá lugar una mayor reabsorción de sus- tancias. Son células cúbicas. Es el más largo del sistema tubular. El asa de Henle tiene la función principal de concentración de la ori- na mediante el mecanismo multiplicador contracorriente. Tiene un segmento delgado en donde las células son del tipo epiteliales planas, mientras que más adelante encontraremos células más altas. El epitelio del túbulo distal por su parte es típicamente cúbico. Si bien entre los túbulos y los vasos sanguíneos y linfáticos del riñón existe muy poco espacio, esto no implica que la descripción del in- tersticio renal pueda pasarse por alto. El intersticio es un tejido co- nectivo laxo. 7.3. Histología de la vejiga urinaria La mucosa de la vejiga es la más espesa de las que revisten las vías uri- narias. Cuando la pared está contraída, el epitelio transicional que la reviste por dentro alcanza un espesor de seis a ocho células. Figura 61. Corte de la pared vesical Por el contrario, cuando la vejiga se dilata, el epitelio es fino y las células están estiradas, en contraposición al estado contraído, en el cual las superficies celulares forman abovedamientos convexos hacia la luz (Figura 61). La uretra masculina tiene la porción prostática que presenta un re- vestimiento de epitelio de transición, mientras que la porción mem- branosa y esponjosa se revisten de un epitelio que puede ser cilín- drico estratificado o pseudoestratificado. La uretra femenina mide aproximadamente 3 centímetros de longitud, y su mucosa replegada se reviste hacia la luz por un epitelio plano estratificado o pseudoes- tratificado. 8. Aparato genital 8.1. Histología del aparato genital masculino (Figura 62) Figura 62. Anatomía del aparato genitourinario 8.2. Testículo e histología del aparato genital masculino Presenta una túnica serosa que le recubre llamada túnica vaginal. Se trata de un repliegue de peritoneo en sus dos hojas (parietal y visceral). Dicha tú- nica permite que los testículos puedan moverse en sentido anterior y lateral. Por dentro de la túnica vaginal, el testículo presenta una cápsula de tejido conectivo avascular llamada túnica albugínea. Dicha túnica albugínea está conformada por tejido conectivo denso no modelado, con la carac- terística de carecer de vasos sanguíneos (es avascular) y contener fibras elásticas y fibras musculares lisas asociadas. Por dentro de ésta, finalmen- te, se encuentra la túnica vascular, conformada por tejido conectivo laxo hipervascularizado. La túnica albugínea y la túnica vascular se engrosan en la región posterior del testículo introduciéndose en el espesor del órgano, para dar lugar al cuerpo de Highmore o mediastinum testis. Dicho cuerpo de highmore se comporta como una especie de hilio del órgano.
  • 26. 22 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición Figura 63. Estructura de los túbulos testiculares Del cuerpo de Highmore nacen unas estructuras tubulares huecas que se proyectan hacia las celdillas testiculares, llamados túbulos rectos. Un túbulo recto se introduce en cada celdilla, ramificándose en 3 túbulos seminíferos, los cuales ocupan de manera imbricada el total de la celdilla testicular (Figura 63). El espacio entre los túbulos seminíferos se llama intersticio testicular, y está conformado por un tejido conectivo laxo muy vascularizado, en donde encontramos a las células de leydig, células encargadas de producir los andrógenos (la porción endócrina del testículo) (Figura 64). Figura 64. Células de Leydig del intersticio testicular Los túbulos seminíferos se componen de un epitelio seminífero (epi- telio estratificado compuesto a su vez por dos poblaciones celulares bien definidas, las células germinativas y las células de sertoli). Éste se ancla en una MB que está rodeada de miofibroblastos que se contraen para desplazar el contenido tubular. Las células de Sertoli, analógicamente a los astrocitos en el SNC tienen una función de nutrición y de barrera hematoencefálica. En cuanto a las células germinativas, encontramos desde zona basal ha- cia la luz tubular (Figura 65): • Las espermatogonias blancas (presentan un núcleo oval o en ladrillo de cromatina laxa) y oscuras (un núcleo oval o en ladrillo de croma- tina densa). • Las espermatogonias B (de núcleo redondo de cromatina granular o en grumos y nucleolo evidente). • Los espermatocitos I (son células que han crecido sensiblemente de tamaño, con núcleo atigrado), los tipo II son similares pero de menor tamaño. • Las espermátides son ya células haploides por acabar la meiois, desa- rrollarán el flagelo en una fase de maduración. Figura 65. Células germinativas testiculares Una vez los espermatozoides pasan al túbulo seminífero, éstos pasan a los túbulos rectos, que son el resultado de la fusión de 3 túbulos se- miníferos, formados por un epitelio conformado por células de Sertoli y células cilíndricas simples. De ahí pasan a la rete testis, que se trata de un laberinto de túbulos anastomosados, ubicados en el cuerpo de Highmo- re (o mediastinumtestis). El epitelio es cúbico simple y puede mostrarse aplanado. Esto da lugar a los conductillos eferentes, cuyo epitelio es de tipo cilíndrico simple ciliado, conformado por dos tipos de células: cilia- das y absortivas. A continuación encontramos el epidídimo, formado por células princi- pales (o cel. atlas) con función de absorción para concentrar la secreción que circula por la luz y síntesis y liberación de glucoproteínas con función de madurar a los espermatozoides inmaduros que circulan por la luz. Y las basales de reserva. Esta estructura actúa como centro de reserva de espermatozoides donde éstos acaban de madurar (Figura 66). Figura 66. Estructura epitelial del epidídimo
  • 27. 23 HISTOLOGÍA 17 El conducto deferente que unirá el epidídimo con el conducto eyacu- lador tiene una estructura análoga al epidídimo con una muscular más gruesa así como un diámetro mucho mayor (Figura 67). Figura 67. Corte del conducto deferente, se aprecia una muscular muy desarrollada Glándulas anexas al aparato genital masculino. Están conformadas por: • Vesículas seminales: muestras pliegues delgados ramificados anastomosados que terminan mostrando como si fueran un panal de abejas. El epitelio es pseudoestratificado y apoya sobre una membra- na basal. También están formadas por células atlas y células basales. • Próstata: es la glándula accesoria más importante del tracto genital masculino. De 20 g de peso. En esencia es una glándula exócrina maciza, encapsulada, de tipo túbulo alveolar compuesta ramificada (Figura 68). Son, en esencia, 40 glándulas de esas características que secretan a 20 conductos ex- cretores independientes, los cuales desembocan en la uretra. Anató- micamente la glándula se divide en lobulillos, pero histológicamente presenta 3 zonas concéntricas bien definidas: - Zona periuretral: contiene glándulas mucosas. - Zona central: contiene glándulas submucosas. - Zona periférica: contiene grandes glándulas principales. Figura 68. Glándulas prostáticas Ésta secreta distintos tipos de sustancias nutrientes, alcalinas y de- fensivas al esperma. - Glándulas bulbouretrales o de Cowper: se ubican detrás del bulbo del cuerpo esponjoso. Son de tipo túbulo alveolar de se- creción mucosa. La función es lubricar la vía. - Glándulas parauretrales o de Littré: son pequeños grupos de células secretoras interpuestas entre células no secretoras a nivel de la uretra. 8.3. Ovarios e histología del aparato genital femenino (Figura 69) Los ovarios se encuentran fijados a la superficie posterior del ligamento ancho del útero por medio de una estructura de tejido conectivo deno- minado mesoovario. Este mesoovario toma contacto con el ovario a nivel del hilio ovárico. Figura 69. Anatomía del aparato genital femenino
  • 28. 24 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición Están recubiertos por una túnica de mesotelio peritoneal, que sobre la su- perficie del órgano tiene el aspecto de un epitelio cúbico simple (Figura 70). La función que cumplen los ovarios en el cuerpo humano es el de ser una glándula mixta. Esto quiere significar que posee una función exocrina, determinada por la producción de ovocitos II con capacidad fecundante hacia una luz (trompa uterina), y una función endócrina, definida por la producción de hormonas hacia el torrente sanguíneo. Histológicamente, se divide en una corteza externa y una medula inter- na. La corteza se compone de un estroma de tejido conectivo en el cual se hallan inmersos los folículos ováricos y el cuerpo lúteo. Este estroma se organiza de una manera específica debajo del epitelio cúbico simple, para conformar la túnica albugínea. Los folículos son estructuras que representan la porción exócrina del ova- rio. Se encuentran, como ya habíamos mencionado previamente, ubica- dos en la corteza del ovario (Figura 71 y 72). Figura 71. Folículos en parénquima ovárico Estructuralmente, están conformados por un ovocito y una capa epitelial circundante. Figura 72. Epitelio folicular ovárico En cuanto a los folículos distinguimos en las distintas fases (Figuras 73 y 74): • Folículo primordial: consta de una capa de células aplanadas deno- minas células foliculares. • Folículo primario: da el cambio de la forma de las células foliculares, las cuales pasan a ser cúbicas simples, y luego se alargan aún más, para tomar la forma de cilíndricas simples. Luego de esta sucesión de cambios, por múltiples divisiones mitóticas las células foliculares forman un epitelio estratificado, denominado capa de células granu- losas. Por otro lado, las células del tejido conectivo adyacente al folí- culo primario se diferencian y se ordenan en una capa concéntrica al folículo, denominada teca folicular. • Folículo secundario: comienzan a aparecer vacuolas con un conte- nido proteináceo, denominadas vacuolas de Call-Exner. Dichas va- cuolas van separando a las células de la granulosa, a medida que au- mentan de tamaño. Por otro lado, dichas vacuolas irán fusionándose, dando lugar a una vacuola cada vez mayor, hasta que toma la forma de una semiluna llena de líquido, denominada en este momento an- tro folicular, y el líquido interno líquido folicular. La teca folicular da lugar a la teca interna y a la teca externa. Figura 70. Corte macroscópico del ovario
  • 29. 25 HISTOLOGÍA 17 Figura 73. Folículo ovárico con sus células detalladas • Folículo de Graaf: básicamente es el folículo secundario que se vuel- ve macroscópico, lo que se denomina folículo de De Graaf. Figura 74. Fases de los folículos ováricos Cuando se produce la ovulación, el folículo se transforma rápidamente en el cuerpo lúteo (Figura 75). Las células de la granulosa y de la teca interna sufren un crecimiento en su tamaño que determina la formación de célu- las poliédricas: células luteínicas de la granulosa y de la teca. Ambas células son sintetizadoras de hormonas esteroides (estrógenos y progesterona). Si el ovocito ovulado no es fecundado, el cuerpo lúteo comienza a involu- cionar, disminuyendo de esta manera la producción hormonal. Histológica- mente, las células se llenan de lípidos y desaparecen, y gradualmente apa- recen grupos de masas hialinas eosinófilas, separadas por finos cordones de tejido conectivo. Esta estructura descripta se denomina cuerpo albicans. Figura 75. Cuerpo lúteo Los ovocitos una vez desprendidos del ovario pasarán a la trompa ute- rina que consta de un infundíbulo, una ampolla y un itsmo (Figura 76). Figura 76. Anatomía de la trompa uterina El epitelio de la mucosa es de tipo cilíndrico simple, donde podemos en- contrar células ciliadas y células secretoras de mucus. Las células ciliadas aumentan en el infundíbulo, siendo más escasas en el istmo (Figura 77). No presenta submucosa, es decir, tejido conectivo denso en cantidad, sino que a continuación del laxo aparece directamente la capa muscular. Figura 77. Corte de la trompa
  • 30. 26 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición El útero es un órgano que situado en la cavidad pelviana, se divide en cuerpo y cuello. Las paredes uterinas, independientemente de la división anterior, están conformadas por tres partes: • Endometrio: corresponde a la mucosa. • Miometrio: corresponde a la zona de músculo liso. Está muy desarro- llada en el cuerpo y desarrollada en el cuello. • Perimetrio: es el peritoneo, que en el útero se denomina perimetrio. La mucosa del cuerpo uterino está conformada por un epitelio cilíndri- co simple con glándulas tubulares que se introducen en el espesor del órgano. Dichas glándulas son las glándulas endometriales. Las células cilíndricas se ubican tanto en la superficie interna del órgano como en la luz de las glándulas. Existen dos tipos celulares en ambos sectores (super- ficie y glándulas): ciliadas y secretoras. Dichas glándulas endometriales sufren modificaciones dependiendo del momento del ciclo en el que nos encontremos. En el cuello uterino se encuentran dos sectores bien diferenciables: el endocérvix y el exocérvix. El primero es la continuación del cuerpo uteri- no. Su epitelio es similar, con la excepción de tener escasas o nulas glán- dulas. Si presenta pliegues de la mucosa que se introducen en el espesor del órgano, da imagen de glándulas ramificadas. Las células secretoras sintetizan un mucus muy viscoso (Figura 78). El exocervix es la continuación de la vagina. A diferencia del endocérvix, presenta un epitelio plano estratificado no queratinizado. Debido a que el endocérvix presenta un epitelio diferente al del exocérvix, se produce una lucha de epitelios, la cual es muy importante en la clínica debido a que es este lugar zona de asentamiento de neoplasias. Una característica del tejido es la presencia de abundante glucógeno en las células más su- perficiales del epitelio plano estratificado. Figura 78. Transición endocérvix a exocérvix La vagina se compone de un espacio entre los labios menores, en don- de se ubican el orificio o meato uretral externo, el introito vaginal con el himen, y las desembocaduras de las glándulas vestibulares mayores y menores. Las glándulas vestibulares menores son glándulas mucosas pequeñas que desembocan en toda la extensión del vestíbulo (Figura 79). Las glándulas vestibulares mayores, también llamadas glándulas de Bar- tholino son dos glándulas arriñonadas, ubicadas en las paredes laterales del vestíbulo, y que se abren sobre la superficie interna de los labios me- nores. Son de tipo tubuloalveolar. El himen es un fino repliegue de la mucosa en el introito vaginal. Se com- pone de una capa de tejido conectivo vascularizado, recubierto a ambos lados por epitelio plano estratificado. El está epitelio plano estratificado compuesto por tres capas bien dife- renciables: • Basal: compuesta por células poliédricas de citoplasma eosinófilo. • Intermedia: corresponde al estrato espinoso y se compone de célu- las que van desde poliédricas hasta aplanadas, con núcleos redon- dos, y abundante glucógeno en su citoplasma. • Externa: compuesta por varias capas de células aplanadas, con nú- cleos redondos y picnóticos y citoplasma eosinófilo. Figura 79. Mucosa vaginal 9. Sistema nervioso 9.1. Histología de los órganos del sistema nervioso central El sistema nervioso es uno de los tejidos más especializados y más mis- teriosos, tanto en su estructura como en su función (Figura 80). Permitió a los seres vivos lograr una adaptación eficaz al medio, y lo que no es menos importante, relacionar y coordinar todas las tareas que un orga- nismo requiere para su integridad funcional. El tejido nervioso presenta dos características que lo distinguen del resto: • Excitabilidad: capacidad de reaccionar ante distintos estímulos físi- cos o químicos. • Conductividad: capacidad de transmitir la excitación provocada ha- cia distintos puntos. Eltejidonerviosoposeeunparénquimayunestroma,yestascaracterísticassi bien son de aplicación cuando estudiamos órganos y no tejidos, la aplicamos aquí porque el tejido nervioso tiene propiedades que lo hacen“especial”. El tejido nervioso, salvo ocasiones excepcionales, conforma todo el sis- tema nervioso sin requerir de algún otro tejido básico. Cuando estudia- mos al corazón en el aparato cardiocirculatorio, describimos cada una de sus partes y pudimos observar que es un órgano que posee, a modo de ejemplo: epitelio (endocardio), tejido conectivo (subendocardio), tejido muscular (miocardio) y tejido nervioso (fibras internodales).
  • 31. 27 HISTOLOGÍA 17 Cuando estudiamos el sistema nervioso, observamos que el SNC está conformado completamente por tejido nervioso y el SNP presenta la misma particularidad a excepción del tejido conectivo que lo auxilia en alguna localización. La división anatómica-funcional del SN la realizamos de la siguiente ma- nera: Figura 80. Esquema de la estructura del sistema nervioso 9.1.1. El parénquima del sistema nervioso El SN está dividido en dos partes: un parénquima (neuronas) y un estro- ma (neuroglia). La neurona es la célula funcional del sistema nervioso. Más allá de los di- ferentes tipos y variantes morfológicas que existen en el organismo, todas ellas poseen las propiedades de irritabilidad y excitabilidad. Todas ellas cumplen la función central del sistema nervioso, esto es recibir, procesar y conducir diversos estímulos. Las neuronas presentan en su estructura ana- tómica dos componentes: el soma o cuerpo, y una serie de prolongaciones que parten y se irradian desde él: las dendritas y el axón. Respecto a su forma celular distinguimos varios tipos, como los que recoje la Figura 81. Figura 81. Tipos de neuronas Figura 82. Tipos de células en el sistema nervioso En cuanto al estroma o neuroglia (Figura 82): • Astrocitos: las funciones de la astroglía son: sostén, nutrición, bu- ffer espacial de potasio (k+ ), formación de tejido cicatricial del SNC, formación del 80% de la barrera hematoencefálica (ésta seleccionará cuáles son las sustancias que ingresarán desde la sangre hacia el lí- quido extracelular del SNC) (Figura 83). Figura 83. Astrocitos • Los oligodendrocitos: este tipo celular consta de un cuerpo esférico en el cual se aloja un núcleo grande y también esférico, y tres o cuatro prolongaciones que parten de él. Dichas prolongaciones forman en su extremo distal una suerte de lengüetas que envuelven enrollán- dose a tantos axones como prolongaciones haya, es decir que cada prolongación está destinada a formarle una vaina al axón. Esta vaina está compuesta por mielina, la cual se consolida cuando la membra- na plasmática de estas prolongaciones queda condensada y empa- quetada alrededor del axón. • Las células de Schwann: la mielina del SNP: mediante sucesivos enrollamientos de su citoplasma, envuelve a solamente un peque- ño segmento de un solo axón. Entre dos células de Schwann existe un espacio pequeño que deja libre de envoltura al axón. En dicho punto se evidencia a microscopio electrónico un abultamiento del axón, o nudo, causa por la cual fueron denominados por Ranvier como nodos: los nodos de Ranvier. Si bien la mielina tiene por fun- ción acelerar la transmisión del impulso nervioso a lo largo del axón, estos espacios, los nodos de Ranvier, permiten una mayor velocidad del mismo, ya que se cumple una transmisión saltatoria entre nodo y nodo (Figura 84).
  • 32. 28 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición Figura 84. Corte de axón envuelto por mielina de célula de Schwann • La microglía: la principal función de los microgliocitos es la de fagocitosis. Este tipo celular es capaz de reconocer y fagocitar sus- tancias ajenas al SNC y detritus celulares, por ejemplo el caso de las células muertas. Forma parte del sistema fagocítico mononu- clear. • Las células ependimarias: recubren las cavidades del SN con líquido cefalorraquídeo incluso en la médula espinal (Figura 85). Figura 85. Células ependimarias • Sólo faltaría por comentar las células de sostén ganglionares, anfi- citos que forman una pequeña cápsula que envuelve a las neuronas a este nivel (Figura 86). Figura 86. Anficitos 9.2. Histología del tejido nervioso periférico Cuando nos referimos a fibra nerviosa, hacemos alusión a un axón y sus envolturas (Figura 87). En el SNC el axón se encuentra envuelto en la mielina proporcionada por los oligodendrocitos. En el SNP los axones no sólo están envueltos por la mielina provista por la célula de Schwann, sino que también se proveen de una envoltura de naturaleza conectiva, específicamente de tejido co- nectivo laxo. Figura 87. Estructura de fibra nerviosa La vaina de tejido conectivo que rodea a cada axón constituyente de un nervio se denomina endoneuro. En los nervios, los axones se encuentran agrupados en paquetes o fascículos, los cuales se hallan separados entre sí por otra envoltura conectiva llamada perineuro. A su vez, todo el nervio se reviste nuevamente de tejido conectivo con adipocitos, conformándo- se el epineuro, ausente en las ramificaciones más delgadas, en las cuales también se hace difícil la distinción del perineuro.
  • 33. 29 HISTOLOGÍA 17 Conceptos clave • El tejido epitelial es el tejido que, salvo en raras ocasiones, reviste todas las superficies y cavi- dades del cuerpo humano. • Todo epitelio descansa sobre una membrana basal de grosor y características variables que lo separan de los tejidos subyacentes. La MB está formada en su mayor parte por colágeno tipo IV. • Todos los tejidos conectivos están compuestos de dos componentes principales: la matriz fundamental y las fibras. • El hueso está formado al igual que el resto de tejidos conjuntivos por una matriz (predo- minantemente de colágeno tipo 1) formada por los osteocitos que se mineraliza gracias al depósito de hidroxiapatita cálcica. • Dentro de la célula muscular encontramos el aparato responsable de que tenga lugar la con- tracción: la sarcómera. • Las paredes de los vasos sanguíneos están compuestas por tres capas: túnica íntima, túnica media y túnica adventicia. • La piel es un órgano del cuerpo que mas allá de ser un simple aislante es un órgano funcional con múltiples funciones como: protección de las deshidrataciones, de los rayos UV, de los microorganismo. Es el mayor órgano sensorial del cuerpo. • Conoce los diferentes cambios histológicos a medida que avanzas en el tubo digestivo, son muy típicos. • El epitelio alveolar es plano simple y está formado por dos tipos celulares: el neumonocito tipo I y el neumonocito tipo II. • La nefrona es la unidad funcional del riñon, la cual acaba en el túbulo colector. • El tejido nervioso presenta dos características que lo distinguen del resto: excitabilidad y con- ductividad. • El SN está dividido en dos partes: un parénquima (neuronas) y un estroma (neuroglia).
  • 34.
  • 36. No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, su tratamiento informático, la transmi- sión de ningún otro formato o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro y otros medios, sin el permiso previo de los titulares del copyright. © CTO EDITORIAL, S.L. 2012 Diseño y maquetación: CTO Editorial C/ Francisco Silvela, 106; 28002 Madrid Tfno.: (0034) 91 782 43 30 - Fax: (0034) 91 782 43 43 E-mail: ctoeditorial@ctomedicina.com Página Web: www.grupocto.es No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, su tratamiento informático, la transmi- sión de ningún otro formato o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro y otros medios, sin el permiso previo de los titulares del copyright. © CTO EDITORIAL, S.L. 2013 Diseño y maquetación: CTO Editorial C/ Francisco Silvela, 106; 28002 Madrid Tfno.: (0034) 91 782 43 30 - Fax: (0034) 91 782 43 43 E-mail: ctoeditorial@ctomedicina.com Página Web: www.grupocto.es
  • 37. INDICE INMUNOLOGÍA 1. Características generales del sistema inmune ....................................................................................... 1 2. Inmunoglobulinas ............................................................................................................................................................................... 3 3. El complejo principal de histocompatibilidad ....................................................................................... 5 4. Inmunología clínica ........................................................................................................................................................................... 6 5. Inmunodeficiencias ........................................................................................................................................................................... 10 Conceptos clave ...................................................................................................................................................................................... 15
  • 38. 1 INMUNOLOGÍA 18 1. Características generales del sistema inmune 1.1. Introducción. Inmunidad La inmunología es la ciencia que estudia el sistema inmunitario (SI) y las patologías con él relacionadas. El sistema inmunitario es el encargado de proteger al individuo de las agresiones procedentes tanto del medio externo como del medio interno, así como de ser capaz de aprender a tolerar los agentes no patogénicos. Los diversos componentes que lo forman (células y moléculas solubles), se distribuyen por todos los sis- temas del organismo siendo el aparato digestivo el de mayor concentración. Clásicamente se pueden diferenciar dos mecanismos de inmunidad, la innata o también llamada inespe- cífica, y la adaptativa o específica. 1.1.1. Inmunidad innata o inespecífica Sus componentes están siempre presentes y dispuestos para actuar inmediatamente sin requerir tiempo de latencia para el desencadenamiento de las acciones defensivas. La inmunidad innata no es específica de antígeno y carece de memoria. Es decir, sus respuestas son estereotipadas –iguales sea cual sea el agente desencadenante– y no registran un aumento de su eficacia en sucesivas exposiciones al mismo. La inmunidad innata o natural está constituida, entre otros, por los siguientes componentes: • Las barreras epiteliales. • Inmunidad innata celular: fagocitos (monocitos-macrófagos y leucocitos polimorfonucleares [PMN]) y células agresoras naturales (células Natural Killer o LGL). • Inmunidad innata humoral: lisozima, complemento e interferones. 1.1.2. Inmunidad adaptativa o específica Se caracteriza por la especificidad de sus componentes por el antígeno y por poseer memoria (posteriores exposiciones producen una respuesta inmunitaria, cada vez más potente y rápida, frente al antígeno en cuestión). Tras la entrada de un germen, por primera vez, en el organismo se desarrolla una respuesta inmunitaria primaria. Dicha respuesta se puede estructurar en tres etapas: • Reconocimiento del antígeno. • Periodo de latencia, que dura varios días, en los que los linfocitos específicos amplifican su número (expansión clonal), a la vez que se diferencian en células efectoras. • Respuesta efectora, que consiste en: - Secreción de anticuerpos específicos. - Desarrollo de actividad citolítica específica. RECUERDA Los linfocitos T no son componentes de la inmunidad natural.
  • 39. 2 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición - liberación de factores que activan las células fagocíticas. - Adquisición de memoria inmunitaria. 1.2. Órganos del sistema inmunitario 1.2.1. Órganos linfoides primarios (centrales) Se consideran órganos linfoides primarios a aquéllos en los que se origi- nan y maduran las células del sistema inmunitario (Figura 1). Médula ósea Los linfocitos proceden de las células hematopoyéticas pluripotenciales (CHP), aparecen (a partir del quinto mes) en la médula ósea, que es el órgano hematopoyético fundamental. Los linfocitos que maduran (se di- ferencian) en la médula ósea se denominan linfocitos B (del inglés bone marrow) y están especializados en la producción de anticuerpos y, por tanto, son los principales actores de la inmunidad humoral. Timo Es un órgano imprescindible para la adquisición de la inmunocompeten- cia de los linfocitos T durante los primeros años de la vida. Aunque es en el timo donde los linfocitos T adquieren su diferenciación y madurez, no se debe olvidar que sus precursores se originan, al igual que los de los lifocitos B, en la médula ósea desde la que migran hacia el timo. El tamaño del timo aumenta a lo largo de la vida fetal y posnatal hasta al- rededor de la pubertad, momento a partir del que empieza a involucionar. 1.2.2. Órganos linfoides secundarios (periféricos) Son los órganos donde los linfocitos ya maduros, e inmunológicamente competentes, toman contacto con los antígenos y donde se producen las respuestas inmunitarias frente a los estímulos antigénicos. Básicamente, existen tres tipos de órganos linfoides secundarios: los ganglios linfáticos, el bazo y el tejido linfoide asociado a mucosas (MALT). Ganglios linfáticos A través de la linfa, los antígenos procedentes del medio extracelular de los tejidos son conducidos hacia los ganglios linfáticos, bien directamen- te o mediante células presentadoras de antígenos procedentes de esos tejidos. La localización anatómica de los ganglios linfáticos se sitúa en zonas de confluencia de varios vasos linfáticos. Tienen una forma similar a la del riñón, con una longitud y grosor, respec- tivamente, inferiores a 1 y 0,5 cm, en condiciones fisiológicas. Cuando se desencadena una respuesta, su tamaño aumenta. Histológicamente se distinguen tres zonas (Figura 2). • Corteza: donde se localizan los linfocitos B. • Paracorteza: poblada por linfocitos T dispuestos de manera difusa. • Médula: contiene linfocitos B y T. Los linfocitos T son la población linfocitaria mayoritaria en el ganglio, considerado en conjunto. 1.2.3. Tejido linfoide asociado a las mucosas (MALT) En la submucosa de los principales puntos de posible entrada de micro- organismos, se sitúan agregados de tejido linfoide, difusos en la lámina propia y/o en nódulos como las amígdalas y las adenoides (en la nasofa- ringe) o las placas de Peyer (en el intestino). También existen linfocitos intraepiteliales, situados entre las células del epitelio, por encima de la membrana basal. RECUERDA En el MALT, la población linfocitaria mayoritaria son los linfocitos T. El MALT desempeña un papel importante en la respuesta inmunitaria lo- cal de la superficie de las mucosas (Figura 3). Figura 1. Esquema de la circulación linfática
  • 40. 3 INMUNOLOGÍA 18 Figura 2. Áreas funcionales del ganglio linfático Figura 3. Células del sistema inmune asociadas a los bronquios terminales y alveolos Bazo En el bazo se eliminan los hematíes envejecidos (pulpa roja), pero además es un órgano linfoide secundario (pulpa blanca), y en situaciones extre- mas puede producir hematopoyesis extramedular, al igual que el hígado. El tejido linfoide se organiza alrededor de las arteriolas a modo de man- guitos (tejido linfoide periarteriolar) y contiene áreas de linfocitos T y B, siendo los linfocitos B los mayoritarios. El bazo es el órgano linfoide se- cundario donde los linfocitos T y B vírgenes entran en contacto con los antígenos circulantes en la sangre, para poner en marcha la respuesta inmunitaria adaptativa; hay que recordar que el bazo carece de circula- ción linfática. 2. Inmunoglobulinas 2.1. Estructura y función de las inmunoglobulinas Los anticuerpos son glucoproteínas sintetizadas por los linfocitos B (en los que se puede encontrar en forma de receptores de membrana) y célu- las plasmáticas (que los secretan como proteínas solubles) en respuesta al estímulo antigénico. Su característica fundamental es que tienen la propiedad de unirse es- pecíficamente al antígeno que indujo a su formación; son por ello uno de los elementos fundamentales de la respuesta inmunitaria específica. Se las denomina inmunoglobulinas (Ig) porque son proteínas formadas por grupos globulares y son capaces de transferir pasivamente la inmu- nidad al administrarse a otro individuo. Clásicamente reciben también el nombre de gammaglobulinas por su migración electroforética en un proteinograma. Existen cinco clases básicas o isotipos de Ig que, agrupadas de mayor a menor concentración en el suero de un adulto normal, son: IgG, IgA, IgM, IgD e IgE. La frecuencia de una determinada clase de Ig en los mielomas es directamente proporcional a la concentración de dicha Ig en suero (G, A, M, D y E). RECUERDA Regla nemotécnica de las cinco clases básicas de Ig: GAMDE: IgG, IgA, IgM, IgD e IgE. 2.1.1. Estructura de las inmunoglobulinas Primeramente hay que referirse, como modelo básico, a la molécula de IgG, y posteriormente se analizarán las diferencias de ésta con las otras clases. Se trata de un tetrámero formado por dos cadenas pesadas H idénticas entre sí en una misma molécula de inmunoglobulina (de Heavy:“pesado” en inglés) y dos cadenas ligeras L (de Light: “ligero”), también idénticas, que se ensamblan adoptando una configuración espacial en forma de “Y”(Figura 4).
  • 41. 4 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición Figura 4. Dominio de las inmunoglobulinas Cada cadena ligera está unida a una de las pesadas mediante enlaces di- sulfuro, y las pesadas también están unidas entre sí por puentes disulfuro. Estas uniones son enlaces covalentes que constituyen las“regiones bisa- gra” de las inmunoglobulinas, siendo éstas las zonas más sensibles a la degradación enzimática. Las cadenas de las Ig, tanto pesadas como lige- ras, presentan una parte o región variable (V) en el extremo aminotermi- nal y otra constante (C) en la porción carboxiterminal. Se nombran como VL y CL para las cadenas ligeras y VH y CH para las cadenas pesadas. Esta región variable es la que determina la especificidad de la inmunoglobuli- na por el antígeno. El conjunto de inmunoglobulinas de un individuo es capaz de reconocer millones de antígenos diferentes, pero cada molécula es específica para un único antígeno (monoclonal: anticuerpo específico para un único antígeno). 2.1.2. Digestión enzimática de las inmunoglobulinas Si se realiza con papaína y se obtienen tres fragmentos (Figura 5): • Dos idénticos llamados Fab; cada fragmento Fab contiene la zona de la molécula responsable de la unión al antígeno (Fracción Anti- gen Binding). Un Fab está constituido por la mitad aminoterminal de una cadena pesada unida a la cadena ligera (contiene los dominios variables y un dominio constante de la cadena pesada y de la ligera). • Un fragmento Fc (Fracción cristalizable), formado por las dos mitades carboxiterminales de las cadenas pesadas (sólo contiene dominios constantes). Ejerce las funciones efectoras de las inmunoglobulinas (activación del complemento, unión a receptores de Fc presentes en las membranas de algunas células). Con pepsina se consigue un fragmento bivalente (que reconoce dos an- tígenos), llamado F(ab)2 (fracción Fab doble) y dos péptidos grandes lla- mados pFc’, así como pequeños fragmentos peptídicos que derivan de la zona de la molécula situada entre F(ab)2 y pFc’. 2.1.3. Funciones de las inmunoglobulinas Las inmunoglobulinas funcionan como“enlace”entre el antígeno que re- conocen mediante el Fab y la respuesta inmunitaria que desencadenan a través del Fc. RECUERDA La región Fc es la zona de la Ig a la que se fija el complemento. 2.2. Clases de inmunoglobulinas La inmunoglobulina predominante en el suero y en el espacio extra vas- cular es la IgG; difunde muy bien a través de las membranas y es también Figura 5. Digestión enzimática de inmunoglobulina G
  • 42. 5 INMUNOLOGÍA 18 la que predomina en las secreciones internas. Es la única Ig que atraviesa la placenta: la IgG procedente de la madre es la principal inmunoglobuli- na del feto y del recién nacido, y persiste en la circulación del niño duran- te los primeros seis u ocho meses de vida RECUERDA La IgG es la inmunoglobulina de mayor vida media. 2.2.1. Características de las otras clases de inmunoglobulinas IgM. La forma secretada es un pentámero de cinco moléculas de IgM. El carácter pentamérico confiere a los anticuerpos de clase IgM una gran eficiencia para activar el complemento y para aglutinar antígenos particu- lados, ya que, al contener cinco regiones Fc, lógicamente son cinco veces más potentes que una forma monomérica. Como desventaja, por su gran peso molecular, la IgM no difunde fuera de los vasos siendo por ello exclu- sivamente intravascular y no cruzando tampoco la barrera fetoplacentaria. RECUERDA La IgM es la inmunoglobulina más eficaz para fijar complemento, al ser un pentámero. IgA. Está presente en suero y secreciones. Es la Ig predominante en las mucosas y secreciones externas: tubo digestivo, árbol traqueobronquial, nasofaringe, leche y calostro, saliva, lágrimas, bilis y flujo vaginal, donde actúa localmente neutralizando posibles patógenos. IgD. Su concentración sérica es muy baja en los sujetos sanos. Los linfoci- tos B vírgenes, cuando alcanzan el estadio de plena madurez inmunoló- gica, coexpresan IgD de membrana junto con IgM; se sugiere que el papel fisiológico de la IgD reside, sobre todo, en actuar como receptor de los linfocitos B para el antígeno. IgE. La concentración sérica de IgE es muy pequeña en sujetos sanos. In- terviene fundamentalmente en la defensa frente a helmintos, gracias a su unión a receptores de membrana específicos para la Fc de la IgE (RFcIgE) presentes en los eosinófilos, y también genera las reacciones alérgicas, por su capacidad para unirse a los basófilos y mastocitos, mediante receptores de gran afinidad que estas células poseen para su extremo Fc (Tabla 1). IgG IgA IgM IgD IgE Concentración en suero (mg/dl) 1.200 200 120 3 0,05 Vida media en suero (días) 23 6 5 3 2 Paso por placenta + - - - - Actividad reagínica ¿? - - - +++ Actividad antibacteriana + + +++ ¿? ¿? Actividad antivírica + +++ + ¿? ¿? Zona bisagra sensible a enzimas proteolíticas +++ +++ - +++ - Tabla 1. Clases de inmunoglobulinas 2.3. Antígenos, inmunógenos, epítopos e idiotipo Antígeno: es cualquier molécula que pueda ser reconocida por una in- munoglobulina o por el receptor de la célula T (RCT) (Figura 6). Inmunógeno: son aquellos antígenos capaces de desencadenar una res- puesta inmunitaria, de manera más concreta se suele aplicar a aquellos an- tígenos capaces de inducir la activación del clon de linfocitos B que lo ha re- conocido de manera específica. No todos los antígenos son inmunógenos. Figura 6. Antígeno y epítopos Epítopo:es la región concreta del antígeno a la que se une el anticuerpo. Un antígeno puede tener varios epítopos distintos, que serán reconoci- dos por distintos anticuerpos. Idiotipo: es la zona del anticuerpo que se une al epítopo (se localiza en los dominios variables de las cadenas pesadas y ligeras). 3. El complejo principal de histocompatibilidad 3.1. Introducción La discriminación entre lo propio y lo extraño es esencial para que el sistema inmunitario pueda destruir cualquier agente invasor, una vez reconocido como ajeno o dañino al organismo. Los linfocitos T no son capaces de reconocer directamente a los antígenos, sino que les tienen que ser mostrados junto con moléculas del complejo principal de histo- compatibilidad (CPH). RECUERDA La función del HLA es presentar antígenos peptídicos a los linfocitos T.
  • 43. 6 Manual Manual CTO 1.ª CTO 1.ª Edición Edición El CPH humano y de grandes simios recibe el nombre de HLA, por Human LeukocyteAntigen (antígenos leucocitarios humanos). A partir de ahora se usará de manera indistinta ambas terminologías: CPH y HLA. 3.2. Moléculas HLA de clase I y de clase II Las moléculas HLA son glucoproteínas de membrana. Se distinguen dos clases de HLA (Tabla 2). Tipo de HLA HLA I HLA II Lo expresan Todas las células CPA (linfocitos B, monocitos-macrófagos y células dendríticas) y linfocitos T activados Composición Cadena pesada α + β2 microglobulina Cadena α + Cadena β Tipos HLA A, B, C HLA DR, DP, DQ Origen del AG Intracelular Extracelular Procesado del AG en Citoplasma Fagolisoma Tabla 2. Características de los distintos tipos de molécula HLA 3.3. HLA y enfermedad Algunos alelos HLA se encuentran con gran frecuencia entre los pacien- tes afectados de ciertas enfermedades, fundamentalmente autoinmuni- tarias. Por ejemplo, el 95% de los individuos con espondilitis anquilopo- yética son HLA-B27 positivos, mientras que la frecuencia de este antígeno en la población general es inferior al 10%. No se ha encontrado ninguna asociación absoluta entre una molécula del CPH y ninguna enfermedad, es decir, nunca se ha encontrado un antíge- no presente en exclusividad en los enfermos y ausente en la población li- bre de la enfermedad, por tanto, la presencia del alelo HLA asociado sería un factor más de predisposición a la enfermedad en cuestión. No obstante, la asociación más fuerte de un HLA con una enfermedad es la del DR15 (DR2) con la narcolepsia, la enfermedad celíaca presenta una fuerte asociación con DQ2 y DQ8 con un alto VPN (valor predictivo negativo, en este caso no ser DQ2 y/o DQ8 excluye, con una altísima pro- babilidad, la celiaquía). 4. Inmunología clínica 4.1. Trasplante de órganos 4.1.1. Generalidades En la práctica, antes de realizar un trasplante, se deben tener en cuenta tres elementos en la evaluación de la compatibilidad donante-recep- tor: • En primer lugar, el grupo sanguíneo AB0. • El grado de semejanza entre los fenotipos CPH entre donante y re- ceptor. RECUERDA En órganos sólidos, lo primero que hay que comprobar es la compatibili- dad AB0. RECUERDA En el trasplante de médula ósea, la compatibilidad HLA debe ser del 100%, pero no se tiene en cuenta la compatibilidad AB0. La influencia de la compatibilidad CPH entre donante y receptor varía de unos trasplantes a otros. En el trasplante hepático por razones aún no muy bien aclaradas, la importancia de la compatibilidad CPH donante- receptor es inferior a la del resto de los órganos sólidos. Una peculiaridad especial la representa el trasplante de córnea, tejido que, por no estar vascularizado, no es accesible para los linfocitos T ci- totóxicos en condiciones normales y, por tanto, la compatibilidad CPH carece totalmente de importancia. La gradación de la importancia de la compatibilidad sería en el siguiente orden: DR > B > A > C • La posible existencia, previa al trasplante, de anticuerpos en el recep- tor que puedan estar dirigidos contra los antígenos CPH del donante (prueba cruzada). 4.1.2. Tipos de trasplantes Según la pareja donante-receptor: • Xenotrasplante. El donante y el receptor son de especies animales distintas. • Alogénico. Donante y receptor son de la misma especie, pero distin- tos genéticamente. • Singénico. Donante y receptor son genéticamente idénticos. • Autólogo. De células o tejidos procedentes del propio receptor. Según la topología del trasplante: • Ortotópico. El injerto se coloca en el receptor en su lugar anatómico original. • Heterotópico. La localización del injerto en el receptor es diferente a su lugar anatómico original. 4.1.3. Tipos de rechazo Rechazo hiperagudo. Aparece a las pocas horas del trasplante. Está causa- do por la existencia de anticuerpos preformados en la sangre del receptor contra el CPH del donante que fijan complemento sobre las células del in- jerto, destruyéndolas rápida y masivamente. Es una de las peores compli- caciones de un trasplante, pero se puede prevenir realizando una prueba cruzada pretrasplante con suero del receptor y linfocitos del donante.