2. La población venezolana actual es producto de un fuerte mestizaje iniciado en los tiempos de la
colonia entre la población indígena y la española; posteriormente, a fines del siglo XVI, se observó un
importante aporte de población esclava procedente del continente africano. Con el paso del tiempo se
acrecentó el proceso de mestizaje caracterizado por la ‘libre unión’, aceptado como institución en el país. En
la actualidad todas estas migraciones han dado origen a una población completamente integrada entre sí,
donde no existen ningún tipo de conflictos interraciales.
En Venezuela, cuanto mayores han sido los incrementos del ingreso petrolero mayores han sido
los intentos de revertir la concentración poblacional. Esta estrategia se sustenta en una supuesta hiper-
concentración, nunca comparada con indicadores internacionales, pues si tal se hiciera quedaría del desnudo la
falsedad del supuesto.
El actual gobierno copia esos intentos anteriores; convoca a activar nuevos ejes a punta de
enormes inversiones, cuando la dinámica como un imán y unas áreas poco pobladas que tampoco alcanzarán
un equipamiento satisfactorio. Son formas nuevas de una distribución de vieja data, que hará crisis con la
próxima caída del ingreso petrolero y la deslegitimación; así ha ocurrido antes.
3. Un análisis de la situación nacional, cualquiera que sea su naturaleza, no puede partir
directamente del presente, pues la mayoría de los fenómenos sociales tienen raíces profundas y una
generación prolongada. Menos aún cuando se trata de analizar, como en este caso, la dinámica de la
población y sus interacciones con los procesos socioeconómicos e institucionales que han conducido
a las marcadas desigualdades que caracterizan a la sociedad venezolana actual.
Para entender el auténtico significado del proceso de transición demográfica venezolana
desde niveles de alta natalidad y mortalidad general hasta niveles moderados y bajos pero con
disparidades sociales y territoriales persistentes, se requiere de una cierta perspectiva temporal.
La dinámica de la población tiene una característica peculiar que se manifiesta de forma
acumulativa e inercial en procesos de larga duración, tanto en su gestación como en su proyección, en
relación con el tiempo presente. Esto tiene un significado especial para los tomadores de decisiones a
la hora de integrar los factores de población en las políticas públicas.
En efecto, aunque el ritmo de crecimiento de la población total y urbana empezó a
descender de forma sostenida a partir de los años setenta, el proceso inercial acumulativo del alto
crecimiento del período anterior proyectó un fuerte aumento en términos absolutos en las dos décadas
siguientes. En veinte años, entre 1980-2001, en medio del declive económico, la población total
predominantemente urbana se incrementó en 10,3 millones, una cifra similar a la registrada en los
cuarenta años anteriores de pleno auge.
4. La dinámica de la población de Venezuela ha dependido fundamentalmente de la confrontación
de la natalidad y la mortalidad, pues las migraciones externas han sido, en general, muy reducidas. La
comprensión veraz del crecimiento demográfico en la población venezolana debe ser analizada a partir de
estos dos factores. La combinación del descenso gradual de la natalidad; producto de las modificaciones
económicas y sociales actuantes en el país a partir de 1958, y la reducción paulatina de la mortalidad;
comprendida como la elevación de la expectativa de vida, ha traído como resultado la disminución, lenta
pero irreversible, de la tasa de crecimiento natural, lo que ha colocado a la población venezolana en el
camino que se dirige a una dinámica menos acelerada.
Estas tasas de crecimiento natural han evolucionado en los últimos treinta años y dejan ver
claramente que la población venezolana ha estado creciendo a un ritmo acelerado, puesto que en 1960
podía duplicarse en menos de 20 años, lo que aún se llega a conseguir en 1990 con sólo 25 años. Sin
embargo, la población venezolana ha estado creciendo con tasas más altas que las formadas exclusivamente
por el crecimiento natural, debido a la influencia de la inmigración externa. En este caso, es la tasa de
crecimiento real la que se debe tener en cuenta para apreciar la dinámica demográfica, y ella se puede
obtener a partir de los diferentes censos de población, los cuales permiten calcular para los períodos
intercensales una tasa anual media de crecimiento.
Puede decirse que la población venezolana luego de varias décadas de alto crecimiento entra en
el nuevo siglo al ritmo que observaba hace ochenta años pero con un tamaño nueve veces superior. Desde
una perspectiva general, la transición demográfica de Venezuela, relativamente tardía, se caracteriza por un
rasgo distintivo ligado al acelerado e intenso proceso de urbanización, uno de los más destacados de
América Latina. Así, los mayores avances en la reducción de la mortalidad y la fecundidad se han
observado en las áreas más urbanizadas, donde hay una concentración creciente de la población total, y
entre los estratos socioeconómicos de mayor nivel de bienestar.
5. Densidad de población, o demográfica, indicador estadístico que mide el volumen de población
con respecto al territorio, es decir, relaciona la cantidad de individuos existentes en un lugar y el espacio que
ocupan. Se calcula dividiendo el número de habitantes entre el área o unidad territorial considerada, y se
expresa de manera habitual en habitantes por kilómetro cuadrado (hab/km2).
Es el cociente que resulta al dividir la cantidad de habitantes por la superficie del territorio, lo que
da el número aproximado de personas que habitan en un espacio dado; es, por tanto, una medida promedio.
Este término es realmente una variable estadística que se utiliza para comparar el poblamiento
humano en los distintos lugares del mundo, por lo que se considera un parámetro fundamental en los análisis
demográficos realizados por científicos de diferentes disciplinas (Geografía humana, Sociología,
Demografía…). El resultado de esa operación matemática refleja la abundancia o ausencia de población, lo
que, a su vez, nos indica el grado de concentración de individuos en el territorio.
6. El sistema económico venezolano ha sido definido como capitalista-rentista, donde existe la iniciativa y la
propiedad privada, pero con un elevado nivel de participación del Estado en la actividad económica. Ocurre además que
dicho Estado obtiene recursos para ésta participación de los beneficios de la actividad petrolera, es decir, vive de la Renta
petrolera (de ahí la denominación de Estado rentista). A pesar de la subsistencia de formas de producción no capitalistas, el
modo capitalista de producción es sin duda el predominante en la economía venezolana.
Desde la década de los setenta Venezuela ha experimentado un proceso importante de descentralización política,
económica y administrativa, que ha generado un mayor equilibrio geoeconómico, aunque todavía se mantienen enormes
desequilibrios en la ocupación y aprovechamiento del espacio geoeconómico venezolano. Los últimos veinte años del siglo
veinte fueron en especial difíciles para la Economía venezolana que creció entre 1976 y 1996 a una tasa promedio anual de
2,14%, mientras la población crecía en el mismo período a un ritmo de 2,18% anual, tasa ésta mayor que el nivel de
crecimiento económico ya mencionado. Como consecuencia de ésta situación, Venezuela, según estadísticas del Banco
Mundial, pasó de ocupar el primer lugar en 1976 entre los países latinoamericanos en cuanto al Ingreso Per Cápita, al octavo
puesto en 1996.
Antes de la década de los Ochenta, las expectativas económicas de Venezuela apuntaban a una enorme facilidad
para acceder a una riqueza cada vez mayor, así como a una cada vez mayor igualdad en el ingreso familiar que hacia surgir
una clase media cada vez más numerosa. Después de los años Ochenta, la realidad señala un creciente aumento de la
Desigualdad, que se manifiesta en el hecho de que, para el año 2000, el 10% de la población venezolana concentraba en sus
manos cerca del 42% del ingreso total del país.
La combinación de mayor desigualdad y disminución del Ingreso per cápita se ha traducido en el caso
venezolano, en un notable y preocupante incremento de la pobreza, la relativa prosperidad que vivió Venezuela hasta inicios
de los Ochenta, hizo surgir el calificativo de Venezuela Saudita para referirse a los cuantiosos recursos que generó el auge de
la actividad petrolera. Esa prosperidad no se debió al trabajo de los venezolanos sino al aumento de la Renta petrolera,
siendo esto agravado por el mal uso que se dio a gran parte de los ingresos obtenidos, que no fueron destinados a la creación
de formas de generación de riqueza distintas del ingreso petrolero.
7. El incremento en la pobreza, el desempleo y la proliferación de la economía informal han
tenido un profundo impacto en la sociedad venezolana, especialmente en los sectores más humildes de
la población. El 80% de la población del país es urbana y vive en centros con más de diez mil
habitantes. De ellos, más de la mitad vive en barrios, que son zonas de poblamiento irregular surgidos
en su mayoría de la migración masiva de personas del campo a la ciudad.
Así el desarrollo industrial de Caracas, Maracaibo, Valencia, Barquisimeto, Maracay y
Puerto Ordaz ha hecho surgir en esas ciudades cinturones de miseria, llenos de personas que llegaron a
la ciudad en busca de empleo. Aunque el Estado venezolano ha dotado a muchos de esos barrios de
infraestructura y servicios básicos, el carácter anárquico y precario de la mayoría de ellos ha impedido
un correcto desarrollo urbanístico de la mayoría de las ciudades venezolanas.
Debido al crecimiento de la población en los barrios, la imposibilidad de adquirir
viviendas fuera de ellos y la dificultad de emprender nuevas invasiones de terrenos cerca de las
ciudades, la mayoría de los barrios en Venezuela (en especial en Caracas) han visto aumentar su
densidad poblacional en los últimos años, con lo cual cada vez más venezolanos nacen en situación de
pobreza.
El hacinamiento resultante, la falta de empleo y la pobreza creciente, en medio de una
sociedad que hace gala de un gran consumismo y que pregona la riqueza fácil, han actuado como
caldo de cultivo para el surgimiento de gravísimos problemas sociales como la delincuencia, el
incremento de la promiscuidad y, la desintegración de la familia tradicional.
8. La población de venezolanos sigue incrementándose a lo largo de los años 90’ especialmente en los
Estados Unidos, y para el período entre el 2000 y 2003 la cifra aumenta significativamente. Otro de los destinos
escogidos con frecuencia por los venezolanos es España, donde también se observa un incremento de la población
de venezolanos para el Censo del 2001.
Esta emigración de venezolanos se ve caracterizada por un estancamiento de la economía acompañado
del conflicto político, la falta de bienestar y la inseguridad pública. A partir del año 2004 Venezuela comenzará a
mostrar signos de crecimiento económico debido al incremento de los precios del petróleo pero esto no se ve
reflejado en la reducción de la informalidad dado que casi la mitad de la población económicamente activa aún se
encuentra laborando en el mercado informal.
El Estado venezolano ha estado fortaleciendo las relaciones con otros países al llamar inmigrantes para
trabajar en diferentes áreas como salud y la industria petrolera, sin embargo, esto ha hecho que haya limitaciones
para los ciudadanos venezolanos a la hora de buscar un empleo. Vemos entonces que el país no desarrolla un ámbito
económico que pueda absorber una mano calificada joven y a ésta no le queda otra que optar por la emigración.
Según los parámetros de Cristina Blanco vistos en clases los autores desarrollan un texto muy interesante donde
podemos visualizar los cuatro aspectos. Hay una caracterización, causas y factores de las migraciones que se ven
explicadas en el punto de cada ola migratoria. Una ola Europea joven, soltera, que da un gran aporte para la
modernización de la nación, que busca un lugar donde emprender luego de un conflicto tan terrible como lo fue la
segunda guerra mundial.
Una ola sudamericana que viene por diferentes crisis de índoles económicas y políticas que también le
da un impulso al país. Una ola de colombianos que buscan una salida a la crisis económica y al conflicto armado.
Una ola de venezolanos calificados que se ven desplazados por la falta de empleo y la inestabilidad política y
económica del país. Para cada una de estas olas se pueden observar su estado a lo largo de los censos de población
del país y de los países de destino de los emigrantes venezolanos. Y se puede apreciar cómo los autores describen
cada uno de los lugares de destino y origen a lo largo del texto, aclarando el por qué estos sitios se veían atractivos
para los inmigrantes y porque los emigrantes buscaban la salida.