3. (15:21) Jesús no fue
capaz de soportar el
peso de la cruz. Un tal
Simón de Cirene, fue
reclutado al servicio
de Roma y tuvo que
llevar la cruz por
Jesús (Mt 5:41).
¿Por qué dijo Marcos que Simón era el padre
de Alejandro y de Rufo?
4. Lo que Simón experimentó en el camino al
calvario y en la crucifixión evidentemente lo
hizo llegar a ser uno de los primeros conver-
tidos cristianos en la iglesia primitiva.
Su familia llegó a ser cristiana y fueron cono-
cidos por la iglesia cristiana primitiva, por
eso Marcos hace mención de ellos.
"Saluden a Rufo, escogido en el Señor, y a su
madre, que es también la mía" (Rom 16:13).
5. Los maderos verticales esperaban a los reos
y los transeúntes podían observar el acto.
(15:22) El lugar de la
ejecución fue una co-
lina con forma de ca-
lavera fuera de los
muros de Jerusalén
llamada el Gólgota (en
arameo) o Calva-rio
(en latín).
6. Le ofrecieron a Jesús “vino sedante”, él no lo
tomó, prefirió estar consciente hasta el fin.
(15:23) Como medida
humanitaria, las
mujeres de la ciudad
preparaban drogas
para que al beberlas
los reos, amortiguaran
los sufrimientos de la
crucifixión.
7. (15:24) Se ha dicho
con propiedad que la
persona que era cruci-
ficada “moría mil muer
tes”. Le clavaron gran-
des clavos en las ma-
nos y en los pies.
Los soldados despojaban al condenado de
sus ropas, y las repartían entre sí (Sal 22:18).
8. Jesús, expirará a las 3 de la tarde, soportaría
6 horas de un dolor insufrible, por nosotros.
(15:25) La muerte lle-
gaba lentamente, y era
bienvenida como si se
tratara de un amigo.
Era la hora tercera, las
9 de la mañana, cuan-
do lo crucificaron.
9. (15:26) Para que todos
pudieran conocer la na-
turaleza del crimen, colo
caban un cartel que era
clavado a la cruz con la
acusación: “JESÚS
NAZARENO REY DE
LOS JUDÍOS”.
Juan nos dice, que Pilato encontró la manera
de vengarse de los principales sacerdotes.
10. Los hombres que fueron crucificados con
Jesús, no eran ladrones sino asesinos.
(15:27) Generalmente
los reos eran
ejecutados en grupos,
y es probable que la
ejecución haya sido
planeada para Barra-
bás y dos de sus
cómplices.
11. La profecía de Isaías se cumplió aquí: “Fue
contado con los transgresores” (Is 53:12).
(15:28) Al crucificar a
Jesús entre delincuen-
tes, Pilato insultaba a
los judíos: “su rey, no
es mejor que un asesi-
no, por tanto merece
ser crucificado entre
ellos”.
12. (A) Los transeúntes no formaban parte de la
multitud que iba al Calvario a ver la ejecución.
(15:29-30) Marcos des-
cribe cómo es que reac
cionan tres grupos de
observantes: (A) Los
transeúntes (vv. 29-30),
(B) los sacerdotes y es
cribas (v. 31), y (C) Los
2 crucificados (v.32).
13. Simplemente “pasaban” de camino hacia
algún lugar, al pasar se detenían para
observar la escena.
Al ver a Jesús menean la cabeza con desdén.
Comienzan a lanzar injurias: Sí es que eres el
Hijo de Dios, ¡sálvate, y bájate de la cruz!
¿No hubo corazones tocados ni vidas cam-
biadas ni Salvador? Aun hoy día, ¿cuánto te
vas a llevar de la crucifixión de Jesús? Cada
uno deberá responder a esta pregunta.
14. Estaban convencidos de que Jesús era débil
y totalmente incapaz de salvarse a sí mismo.
(15:31) (B) Los sacer-
dotes y los escribas.
Afirmaban que si era
el Mesías, el Salvador
del mundo, el Rey de
Israel, lo probara con
una demostración de
su poder sobrenatural.
15. Cuando dicen, “a otros salvó; a sí mismo no
puede salvarse”, están diciendo que los
milagros que Jesús había realizado para el
bien de otros no fueron reales, sino farsas.
Tampoco se daban cuenta de que, lo que
realmente retenía a Jesús en la cruz, en ese
momento, era el amor que tenía por los
pecadores, incluso por ellos.
La manera de ridiculizarle estaba mezclada
con odio y envidia.
16. “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco
se persuadirán aunque uno se levante de los
muertos” (Lc. 16:31).
(15:32) Sí los líderes
religiosos se habían
negado a aceptar los
milagros que Jesús
hizo con ciegos, cojos
y enfermos, tampoco
aceptarían si él bajase
de la cruz.
17. (C) Los Dos Crucificados. “Y los que estaban
crucificados con él también le colmaban de
insultos”.
Aunque al principio ambos hombres lo in-
sultaron, Lucas nos cuenta que uno de ellos
llegó a comprender que Jesús era el Mesías
prometido por Dios; leer Lc 23:39-43.
En medio de todos estos insultos contra él,
Jesús guardó silencio. No pronunció ninguna
sola palabra de reproche (1 Pd 2:23-24).
18. Jesús fue despojado de sus ropas, por los
soldados, para que aquellos que no tenemos
justicia propia pudiéramos ser vestidos con la
justicia perfecta que Cristo ha cumplido por
nosotros y no estemos desnudos delante de
Dios el día del juicio.
Vemos a Jesús considerado un transgresor y
pecador. Aquel que no había cometido peca-
do y en quien no había culpa alguna “fue
contado con los malhechores”.
19. Y fue para que quienes somos miserables pe-
cadores, podamos ser considerados inocen-
tes por la muerte de Jesús.
Fue para que aquellos que no merecemos
nada, sino la condenación podamos ser
considerados dignos de escapar del juicio de
Dios y declarados inocentes ante el mundo.
Que la Cruz de Jesús esté siempre en nues-
tra mente, pues solo ella produce en nuestras
almas un efecto tan transformador.