La pirámide social en la Nueva España estaba dividida en cinco grupos: españoles en la cima con los cargos políticos más altos y control de la economía, criollos que a pesar de ser hijos de españoles no podían acceder a esos cargos, mestizos con restricciones educativas y de propiedad, indígenas que no tenían derechos pero recibían cierta protección, y africanos en la base como esclavos sin derechos.