El androide Andrew le asegura a sus dueños que no les hará daño, ya que los robots fueron creados para vivir en sociedad con los humanos de manera pacífica. Sin embargo, el detective Del Spooner teme que un robot pueda lastimar a un ser humano. Más tarde, Andrew le pide a su dueño Richard que lo declare libre, a lo que Richard se niega al principio pero luego accede. Al final, Andrew es reconocido como un ciudadano más debido a que siempre deseó ser libre.