Sobre la recaptura del narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán.

1.
Semana
del
18
al
24
de
enero
de
2016
EL
CHAPO:
MISIÓN
PENDIENTE
Marcos
Pérez
Esquer
No
debemos
regatear
el
mérito
del
gobierno
de
haber
recapturado
a
Joaquín
Guzmán
Loera,
alias
El
Chapo.
Era
el
criminal
mas
buscado
sobre
la
faz
de
la
tierra,
y
era
una
vergüenza
que
habiéndose
escapado
de
un
penal
de
alta
seguridad,
no
pudieran
dar
con
él,
a
sabiendas
de
que
se
encontraba
en
Sinaloa.
Sin
embargo,
tampoco
es
como
para
echar
campanas
al
vuelo
y
jactarse
de
un
supuesto
éxito
de
inteligencia
policiaca
que
rápidamente
trascendió
no
fue
tal.
La
versión
oficial
de
que
gracias
a
la
labor
de
inteligencia
de
la
Marina
y
del
CISEN,
que
habiendo
interceptado
comunicaciones
del
Chapo
con
actores
y
productores
de
cine
condujo
a
su
aprehensión,
y
que
fue
divulgada
por
Carlos
Loret
de
Mola,
cayó
por
su
propio
peso,
y
trascendió
que
en
realidad
la
Marina
acudió
a
un
domicilio
de
Los
Mochis
por
denuncias
de
que
ahí
había
personas
armadas.
Al
ver
a
la
Marina,
el
Chapo
se
fuga
de
nuevo
por
las
alcantarillas
junto
con
uno
de
sus
secuaces,
roban
un
vehículo
y
toman
la
carretera.
La
policía
detiene
el
vehículo
por
exceso
de
velocidad
y
¡oh
sorpresa!,
ahí
estaba
el
Chapo.
En
resumen,
la
recaptura
no
obedeció
a
labor
de
inteligencia
alguna
y
la
Marina
no
hizo
sino
dejarlo
escapar
de
nuevo
por
las
coladeras.
Lo
que
ahora
está
pendiente
es:
1)
Identificar
e
incautar
los
miles
de
millones
de
dólares
y
los
bienes
que
el
Chapo
posee
a
través
de
diversas
empresas
y
personas;
2)
Decidir
si
se
le
extradita
a
los
Estados
Unidos
o
se
le
deja
en
México.
En
mi
opinión,
primero
debe
purgar
sus
penas
en
México.
Nuestro
país
no
puede
lanzar
el
mensaje
al
mundo
de
que
no
puede
aprehender
a
un
criminal
y
garantizar
su
permanencia
en
la
cárcel;
3)
Ubicar
y
castigar
a
quienes
le
han
ayudado
no
solo
a
escapar
y
esconderse,
sino
a
seguir
operando
el
cártel;
4)
Desmembrar
ese
cártel
que
como
el
propio
Chapo
ha
dicho,
no
se
ha
visto
mermado
en
modo
alguno;
5)
Exigir
a
las
autoridades
de
los
Estados
Unidos
identifiquen
y
procesen
a
los
narcotraficantes
norteamericanos
que
distribuyen
la
droga
allá;
6)
Abordar
con
seriedad
el
debate
sobre
la
legalización
de
la
marihuana.
Todo
lo
que
ha
sucedido
con
el
Chapo
deja
en
claro
que
ni
aprehender
a
los
capos,
ni
su
eventual
abatimiento
(como
se
dice
eufemísticamente
cuando
los
matan),
acaba
con
el
crimen.
La
marihuana
representa
mas
de
la
tercera
parte
del
negocio
del
narco;
la
legalización
de
esta
droga
podría
significar
un
golpe
durísimo
al
crimen
organizado;
y
7)
Lanzar
una
robusta
política
pública
contra
la
narcocultura.
Es
increíble
la
cantidad
de
expresiones
de
apoyo
que
recibe
el
Chapo
en
redes
sociales
y
diversos
círculos.
Es
increíble
que
en
encuestas,
el
Chapo
cuente
con
mayor
aprobación
que
muchas
instituciones
del
Estado,
cuando
es
no
solo
un
vendedor
de
droga,
sino
un
asesino
cruel
y
contumaz.
Urge
atender
ese
evidente
resabio
social.
En
fin,
no
se
trata
de
una
misión
cumplida,
se
trata
a
todas
luces,
de
una
misión
pendiente.