Construcciones sobre Educación para el Trabajo y Educación para el Trabajo Liberador.
A continuación puedes revisar mi 3ra Curación de Contenido con el siguiente link
Esta curación de contenidos es parte de un requerimiento del Plan Especial Todo más Tesis Plus (T+T Plus 2022) ofrecido por el Decanato de Educación Avanzada de la UNESR Núcleo Regional de Caracas. Participante Ramón Ferrer
LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
TERCERA_CURACIÓN_DE_CONTENIDOS_RAMÓN_FERRER.pdf
1. A continuación puedes revisar mi 3ra Curación de Contenido con el siguiente link
Esta curación de contenidos es parte de un requerimiento del Plan Especial
Todo más Tesis Plus (T+T Plus 2022) ofrecido por el Decanato de Educación
Avanzada de la UNESR Núcleo Regional de Caracas. Participante Ramón
Ferrer
Construcciones sobre Educación para el Trabajo y
Educación para el Trabajo Liberador
Históricamente durante el desarrollo de la sociedad y en los distintos
aspectos culturales se han realizado aportes que permiten conceptualizar y
distinguir los rasgos teóricos y metodológicos que enmarcan la Educación para el
Trabajo y la Educación del Trabajo Liberador. Desde la Edad Antigua hasta la época
postmoderna, el ser humano y sobre todo los grupos sociales, bien sea con la
tradición oral o hasta protocolos especializados han promovido la satisfacción de
necesidades, bienes y servicios con uso del entorno de manera eficiente. En
algunos casos esa producción final de bienes y servicios se vincula a una economía
sustentable.
Hacia el final de la Edad Media, gracias al desarrollo cultural, el renacimiento
y constructos científicos e inventiva tecnológica permitieron el impulso de la era
industrial, y así el auge de la Edad Moderna. Ya propiamente en este período, entre
el siglo XV y el XVIII, de gran transformación en los sistemas y estructuras sociales,
económicas y tecnológicas con el gran hito de la revolución industrial, la
reorganización social, la diversificación en la producción de servicios, el surgimiento
de sindicatos, y leyes entre otros. Hasta nuestra época postmoderna o
contemporánea, donde las dimensiones y revoluciones continúan con desarrollo
tecnológico que trasciende los límites del planeta, con la era espacial, y otros
avances a nivel de genética, nanotecnología, comunicaciones y telemática, el
trabajo remoto acentuado en la Pandemia, entre otros. Esta evolución social
modifica a su vez el trabajo, las formas de producción, el aprendizaje y la enseñanza
del Trabajo.
2. Román-Cao (2013), señala que la dimensión educativa del trabajo se vincula
a la escuela y al aprendizaje como concepción general. Y es así, en esta dimensión,
como el sistema educativo estructura las intenciones pedagógicas para la formación
de los ciudadanos.
Entre las diversas construcciones sobre Educación para el Trabajo
orientadas a la dimensión educativa tenemos las que señala Freiré y Lindeck (1968)
la Educación para el trabajo es por definición, el estudio amplio del manejo de las
herramientas, materiales, equipos, procesos, productos, productos y actividades de
la industria, orientado hacia propósitos generales, educativos en los talleres y los
laboratorios de la escuela (p.27). Se aprecia una formación con un enfoque
orientado al hacer, al dominio de habilidades, técnicas y manejo de herramientas en
espacios laborales que promueven la especialidad de áreas desde los talleres y
laboratorios.
Para Ferreira (1996) se hace necesario favorecer en todo el sistema
educativo experiencias significativas y concretas mediadas a través de diversos
recursos que incluyan varios campos del conocimiento, proyectos cooperativos,
trabajos grupales e individuales de producción, resolución de problemas
significativos para la sociedad; de esta manera el acto educativo será un espacio de
trabajo y producción donde se encuentren educando y educadores entorno a la
resolución de problemas comunes (Ferreira, 1996). El eje central de la formación
va en la búsqueda de solución de problemas del contexto, desde sus realidades, y
al establecer proyectos que respeten el cooperativismo. En Venezuela desde los
programas se promocionó el aprendizaje colaborativo y la puesta en práctica de
constituciones de cooperativas en Educación para el Trabajo.
Por su parte López, Pozo, Cabrera y Rodríguez (2019) en cuanto a la
dimensión educativa del trabajo la vinculación con el emprendimiento; al destacar
que la precariedad laboral actual y la ausencia de iniciativa emprendedora en los
jóvenes hacen necesario el fomento de una educación para el emprendimiento en
el espacio escolar para despertar en los discentes la creatividad, la innovación, la
autonomía y la búsqueda de oportunidades.
En el país, con énfasis en el 2007, el sistema educativo retoma la importancia
de la Educación Liberadora. En la propuesta del Sistema Educativo Bolivariano
(2007) en los principios orientadores se asume la formación en, por y para el
trabajo como un proceso orientado hacia una formación integral, que permite
explorar las actitudes y aptitudes, la orientación vocacional, las habilidades,
las destrezas y las motivaciones, basadas en la incorporación al trabajo
productivo y liberador y su valoración ética, como tarea dignificante que
permite mejorar la calidad de vida de la sociedad (P. 53)
Al respecto, Polanco (2016) destaca que la Educación para el Trabajo
adquiere toda su validez en la medida en que se inserta como una estrategia global
de acción socio-política, es decir, en la medida en que contribuya eficazmente a la
transformación liberadora de la sociedad.
Los aportes que se han desarrollado durante el siglo XIX y XX sobre la
Educación para el trabajo liberador se pueden apreciar con grandes maestros, con
su pensamiento pedagógico que sentaron las bases metodológicas y
construcciones teóricas, entre ellos: Simón Rodríguez, Paulo Freire, Célestin
Freinet, John Dewey, Luis Beltrán Prieto Figueroa.
3. En Venezuela, el abordaje del Trabajo en el sistema educativo ha estado
presente, y enmarcado desde el aspecto legislativo hasta los diseños y propuestas
curriculares. En éstas reciente décadas, se puede apreciar:
A nivel constitucional, en el artículo 3, se expresa que “El Estado tiene como
fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad,
el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad
justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la
garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y
consagrados en esta Constitución. La educación y el trabajo son los procesos
fundamentales para alcanzar dichos fines (CRBV, 1999). Desde la Carta Magna
se consagra la vinculación de la educación y el trabajo en la formación del
ciudadano como su derecho humano y fin propio de la nación.
En la Ley Orgánica de Educación (LOE), en su artículo quince y numeral uno,
reza que: “La educación, conforme a los principios y valores de la Constitución de
la República y de la presente Ley, tiene como fines: Desarrollar el potencial creativo
de cada ser humano para el pleno ejercicio de su personalidad y ciudadanía, en una
sociedad democrática basada en la valoración ética y social del trabajo liberador y
en la participación activa, consciente, protagónica, responsable y solidaria,
comprometida con los procesos de transformación social y consustanciada con los
principios de soberanía y autodeterminación de los pueblos, con los valores de la
identidad local, regional, nacional, con una visión indígena, afrodescendiente,
latinoamericana, caribeña y universal (LOE, 2009). Apreciamos en este marco legal
el enfoque para la formación del ciudadano desde el trabajo liberador y participativo.
En nuestro país, sobre todo en los últimos 40 años, los diseños curriculares
han orientado la dimensión educativa del trabajo desde la Educación para el Trabajo
y Educación para el Trabajo Liberador. A mediados de la década de los 80´el diseño
de Educación Básica contemplaba el área de Educación para el Trabajo con
diversas Subárea y asignaturas con la intención de orientar y explorar vocaciones.
El objetivo que se planteaban en el área de Educación para el Trabajo para
la tercera Etapa (correspondiente a Educación Media actualmente), se centraban
en permitir al estudiante producir bienes y servicios para satisfacer sus necesidades,
capacitación y solución de problemas personales y sociales que estén a su alcance
(M.E, 1988).
Al respecto, Ferrer (2018) señala que, en la fundamentación del área de
Educación para el Trabajo, los objetivos programáticos del área y los perfiles
específicos desarrollados institucionalmente en los liceos, conllevan al desarrollo de
potencialidades y habilidades en los estudiantes; y una vez finalizada la tercera
etapa de Educación Básica además del certificado de estudios de la etapa, se
otorgaba una certificación de adiestramiento en un oficio, se reflejaba el número de
horas y programas impartidos.
La Educación para el Trabajo centrada en la valoración del trabajo y la
producción, en la realización personal, el desarrollo de habilidades psicomotoras, el
mantenimiento del ambiente y la exploración vocacional. Desde el Ministerio de
Educación (1988) se destaca que en la enseñanza de la Educación para el Trabajo
se considere “el hacer creativo”, ya que permite al educando libertad para expresar
sus ideas, la aplicación de técnicas y procesos de trabajo, crear las condiciones
para sustituir recursos, transferir conocimientos y experiencias en la solución de
4. problemas y expresar, producir, inventar e innovar de acuerdo con sus ideas,
madurez y percepciones del entorno (p.13).
Hacia el año de 1984, el Ministerio de Educación a través de la División de
Currículum, efectúo la evaluación de los planes de estudios de los distintos niveles
del sistema escolar: Educación Preescolar, Educación Básica, Educación Media
Diversificada y Profesional. Y Paralelamente, también realizó un estudio
epistemológico, en cuanto al diseño curricular de la Educación Básica, tomando en
cuenta la geografía venezolana. Es decir, todas las zonas contextualizadas (según
sus rasgos territoriales) en: urbana, rural, indígena y las poblaciones fronterizas, lo
que fue significativo para que el Área de Educación para el Trabajo, que permitía a
las regiones la selección de los programas emanados por el Ministerio de Educación
según la caracterización de su territorio, su contexto e intereses la dinámica
institucional (Ferrer, 2018).
Para el 03 de julio de 1987, el Ministerio de Educación emitió la Resolución
590, para que se ejecutará en el año escolar 1987-1988. En esa normativa, se
establecían los fundamentos de la Educación Básica, generando un conjunto de
normas para la implantación de los programas de estudios, donde cada plantel
educativo organizaría el funcionamiento del Área de Educación para el Trabajo, de
acuerdo con los recursos disponibles y al significar las políticas económicas del país
y el desarrollo de la región. A esta última etapa “se le denominó, el ciclo de la
independización” (Ministerio de Educación, 1987, p. 11).
Otro hito histórico de interés en esta contextualización educativa, se cumple
en el año escolar 1988-1989, cuando se implantó el Área de Educación para el
Trabajo en el Séptimo Grado de la Tercera Etapa de Educación Básica; hoy día
denominado primer año de Educación Media (Ferrer, 2018).
El Ministerio de Educación, además de la “autonomía” otorgada a las
instituciones escolares para la organización de los programas, también orientó que
la aplicación de los programas de Educación para el Trabajo, han de estar
caracterizados “atendiendo a criterios de flexibilidad curricular, regionalización y las
facilidades en cuanto a personal docente especializado, infraestructura física y
dotación de que disponga el plantel” (Ministerio de Educación, 1988, p. 6).
La finalidad del Área de Educación para el Trabajo, es explorar las aptitudes
e intereses vocacionales, desarrollar capacidades y actitudes productivas,
empresariales y emprendedoras. Por consiguiente, se hace ver el carácter de
exploración y orientación vocacional que tenían anteriormente estos grados, cuando
se les denominaba Ciclo Básico Común y se conservaban para ese entonces, al
menos en la denominación, en el Proyecto de Educación Básica de 1980, lo cual
casi desaparece en esta última reforma.
A partir del año escolar 1988-1989, la implementación del Área de Educación
para el Trabajo por etapas, gracias a la emisión del 11 de julio de 1988 de la
Resolución No 750, sin derogar la anterior, la Resolución No 590. Es de hacer
resaltar, que el Área de Educación para el Trabajo adquiere importancia en la
formación integral del estudiante de la Tercera Etapa de Educación Básica, debido
a que desarrolla capacidades y actitudes que le han de permitir el auto-
sostenimiento, realización personal y eficiente desempeño en sus actividades
laborales y profesionales futuras, como trabajador dependiente o generador de su
propio puesto laboral (Ob.cit.).
5. Continuando con el desarrollo histórico de la Educación para el Trabajo hacia
la Educación del Trabajo Liberador, que se concretó de manera significativa en el
año 2007, pero que quedó en la práctica como programas de ensayo, la cual fue la
ya reseñada, con Propuesta del “Diseño Curricular del Sistema Educativo
Bolivariano”.
Desde el año 2015, producto de los estudios de la Calidad Educativa y del
equipo multidisciplinario del Ministerio del Poder Popular de Educación en el área
curricular, surge el documento “Proceso de Transformación Curricular en Educación
Media” donde se realiza la sistematización de las propuestas pedagógicas y
curriculares surgidas en el debate y discusión y orientaciones fundamentales. En
esta publicación el área de Educación para el Trabajo tiene como propuesta estar
inmersa en el área de formación a través de los Grupos Estables, En el marco del
aprender a aprender, aprender haciendo, aprender a ser, aprender a convivir y el
disfrute del ser a plenitud en las áreas: arte y patrimonio(b) acción científica, social
y comunitaria, (c) actividad física, deporte y recreación, (d) orientación y
convivencia, y (e) participación en producción de bienes y servicios, en ésta
última se destaca que todas las áreas de formación deben educar para el trabajo, y
comprende: AGRICULTURA, ELECTRICIDAD, CONTABILIDAD, DIBULO
TÉCNICO y todas aquellas Subárea que trabajan nuestros liceos, por supuesto,
tomando en cuenta la pertinencia sociocultural que tienen (MPPE, 2016; p.141)
Posteriormente cambia la denominación de grupos estables al área de
participación en grupos de creación, recreación y producción. Entre ellos: (a)
Arte y patrimonio, (b) Acción científica, social y comunitaria, (c) Actividad física,
deportes y recreación, y (d) Producción de bienes y servicios: centrada en las
experiencias deben fortalecer la superación de la división social del trabajo
representada en la escuela en la separación entre el trabajo manual y el intelectual.
Así mismo, promover el proceso social del trabajo, lo que implica superar la relación
mercantilista y crear las condiciones para potenciar la participación en la producción
de bienes y servicios para la comunidad y la sociedad en general. En el documento
destacan que es necesario crear una nueva cultura escolar y una relación más
humana con el trabajo en por qué y para-qué del mismo, con énfasis en la
satisfacción de necesidades y en el sustento. En este componente se constituyen
grupos o equipos de reparación de artefactos eléctricos, grupos de mantenimiento,
construcción de mesas-sillas, herrería, carpintería, entre otros (MPPE, 2017; P.161)
6. En sí, la definición de Educación para el Trabajo en la Educación Media, está
inmersa en los Grupos de Creación, Recreación y Producción y mantiene vigencia
hoy día; su propósito es desarrollar en los estudiantes las capacidades y actitudes
productivas, emprendedoras y empresariales para ejercer actividades laborales y
económicas, capitalizando al estudiante y abriéndole el abanico de oportunidades
que puede brindarle el mercado local, nacional y global, en el marco de una cultura
inmersa en la complejidad y orientada, hacia el logro de competencias laborales
identificadas con participación del sector productivo (Ferrer, 2018).
Referencias
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. CRBV.(1999). Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela, No 36890. Diciembre 30, 1999
Feire, J. y Lindeck, J. (1968). La enseñanza de las artes industriales. Argentina: Editores
Troquel.
Ferreira, H. (1996).Educación para el trabajo. Trabajo en la Educación. Ediciones
Novedades Educativa. 2da edición. Argentina
Ferrer, R. (2018). Diseño de Instrucción para la Asignatura Electricidad. Una Perspectiva
Propositiva Dirigida al Nivel De La Educación Media Técnica venezolana. (Trabajo
de Ascenso que se presenta para optar a la categoría de AGREGADO en el escalafón
Universitario). Universidad Central de Venezuela
Ley Orgánica de Educación. (2009). Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nº 5.929.
(Extraordinario). Agosto 15, 2009.
López, J.; Pozo, S.; Cabrera, A. y Rodríguez, A.M. (2019) Análisis del desempeño docente
en la educación para el emprendimiento en un contexto español. Aula Abierta.
volumen 48, número 3, julio-septiembre, 2019. pp. 321-330 Disponible:
https://reunido.uniovi.es/index.php/AA/article/view/12989/12516
Ministerio de Educación. ME. (1985). Educación Básica. Plan de Estudio Diseño
Experimental 1982-1983. Dirección de Planificación y Currículum. Caracas: Autor.
Ministerio del Para el Poder Popular de la Educación. MPPE. (2016). Proceso de
Transformación Curricular en Educación Media. Documento general de
sistematización de las propuestas pedagógicas y curriculares surgidas en el debate
y discusión y orientaciones fundamentales. Caracas: Autor.
Ministerio del Para el Poder Popular de la Educación. MPPE. (2017). Áreas de Formación
en Educación Media General. Junio 2017. Caracas: Autor.
Polanco, Y. (2016). Bases teóricas de la Educación para el Trabajo. Universidad de
Carabobo (Documento en línea). Disponible: https://docplayer.es/11581415-
Universidad-de-carabobo-facultad-de-ciencias-de-la-educacion-bases-teoricas-de-
la-educacion-para-el-trabajo-lic-yanett-polanco-borges.html
Román Cao, E. (2013). Evolución histórica del concepto de trabajo independiente. Educ.
Educ. Vol. 16, No. 1, pp. 139-156.