El documento discute el tema del aborto desde diferentes perspectivas. Por un lado, reconoce que prohibir el aborto no elimina los abortos inseguros que ponen en riesgo la vida de la madre, mientras que por otro lado lo presenta como el asesinato de un ser humano indefenso y un pecado grave desde la perspectiva de la Iglesia. Finalmente, sugiere que las almas de los niños no nacidos podrían estar cerca luchando para que otros no pasen por lo mismo y hace un llamado a no permitir más abortos.