Hace algunos días la campaña electoral terminó, entre semana se conoció al nuevo Presidente y de allí tenemos que hacer compromisos para que nuestro país salga adelante con mucha fuerza y energía. Nuestro país es grande y maravilloso, debemos sentirnos privilegiados de lo que tenemos, belleza natural y ecológica, paisajes turísticos, poblaciones antiguas que a través de la arqueología se han ido descubriendo y que detallan la mano del ser humano en el desarrollo cultural y tecnológico, tenemos todo lo adecuado para el progreso.

1. TIEMPOS NUEVOS – NUEVOS RETOS
Fr. Eduardo Pimentel OP
Hace algunos días la campaña electoral terminó, entre semana se conoció al
nuevo Presidente y de allí tenemos que hacer compromisos para que nuestro
país salga adelante con mucha fuerza y energía.
Nuestro país es grande y maravilloso, debemos sentirnos privilegiados de lo
que tenemos, belleza natural y ecológica, paisajes turísticos, poblaciones
antiguas que a través de la arqueología se han ido descubriendo y que
detallan la mano del ser humano en el desarrollo cultural y tecnológico,
tenemos todo lo adecuado para el progreso.
Las últimas décadas producto del egoísmo y la falta de amor, el progreso no ha
sido para todos, solo una parte se ha beneficiado de los bienes que produce el
país y eso no es justo, por eso la tarea del gobierno que va a entrar es la hacer
la redistribución del bien común para todos como lo pregona nuestra Iglesia
Católica.
No podemos seguir viendo que en un país con tantas posibilidades, la pobreza
y en algunos casos extrema continúe, eso nunca más, la población reclama un
servicio justo por parte de nuestras autoridades (recordemos que la palabra
autoridad es una palabra que se aplica a todos los que predican con su
testimonio de vida y a los que no aunque tengan un cargo no lo son) en ese
sentido que las nuevas autoridades con su ejemplo de vida prediquen el
servicio en bien de los demás.
Empezamos un reto nuevo, donde todos tenemos que ayudar desde las cosas
más sencillas que hacemos cotidianamente: el saludo, el respeto por las
normas de tránsito, la acogida al prójimo, la preocupación por la situación en
que se vive, etc.
Parecen palabras bonitas pero en realidad no lo son, si queremos respeto
debemos empezar por respetar y solamente haciendo unión entre peruanos,
dejando de lado rivalidades, podremos construir un país mejor para todos.
En estos días, pidamos calma y oración constante por nuestro querido Perú,
hagamos votos de compromiso por Él y empecemos a proponernos retos que
coadyuven a mejorar la situación en que vivimos.
Que Dios nos bendiga.