Agustín Valenzuela Fernández, fundador y coordinador de proyectos en SciArt3D, nos habla en este nuevo artículo sobre la primera exposición universal de la historia, celebrada en 1851 en Londres, y conocida como "La Gran Exposición" (Great Exhibition of the Works of Industry of all Nations). El objetivo de este evento fue mostrar el progreso de la industria humana. Ejemplo histórico de la importancia de la ciencia y tecnología para el desarrollo y la soberanía de un país, al dar herramientas para afrontar los retos de la sociedad actual, en un mundo globalizado y en permanente riesgo ecológico-ambiental, energético y de recursos.

1. LA CIENCIA QUE NOS UNE
8 de noviembre de 2017
INGLATERRA, EL DESARROLLO
DE UNA NACIÓN: UNA HISTORIA
DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA.
Mas tres millones de personas se acercan a verlo cada año. Es uno de los museos más visitados
del mundo, y hace las delicias de los amantes de la ciencia, la tecnología y la vanguardia en
ingeniería. Estamos hablando del excelente Museo de la Ciencia de Londres.
Sin embargo, esta cifra parece casi modesta cuando se compara con los seis millones
de visitantes que asistieron a la Gran Exposición Universal en Hyde Park, entre mayo y octubre
de 1851 -equivalente a una tercera parte de la población de Gran Bretaña en la época. Los
visitantes del Palacio de Cristal, una maravilla en sí mismo, pudieron disfrutar de tecnología
punta, como el telégrafo eléctrico, microscopios, locomotoras de vapor, máquinas de impresión,
un faro giratorio e, incluso, uno de los primeros submarinos, entre otros avances científicos.
Ésta fue, con seguridad, la primera vez que en el Reino Unido se hizo un esfuerzo a gran escala
para acercar la ciencia y la tecnología a todos los ciudadanos.
Del sonrojo al despertar
Paradójicamente, este éxito supuso a la vez una lección amarga para los británicos y su
presumiblemente vanguardista industria. En los diferentes expositores, franceses, alemanes y
estadounidenses mostraban avances muy superiores a los logros expuestos por los británicos,
como así pudo constatar el Príncipe Albert. Los franceses eclipsaban en el diseño y estilo de
sus avances, los alemanes en ingeniería de precisión, y los estadounidenses en la fabricación a
gran escala.
El Príncipe Albert estaba decidido a hacer algo al respecto. Decretó que los beneficios
obtenidos en la Exposición fuesen destinados a potenciar la ciencia y el arte en las universidades
y en la producción industrial. Al sur de Kensington se creó lo que los londinenses llegaron a
denominar "Albertopolis", formada por una serie de instituciones consagradas a promover la
ciencia y el arte en la sociedad británica, tales como los grandes museos Victoria & Albert y el
de Historia Natural y Ciencia, e instituciones científicas, hoy de prestigio mundial, como los
Reales Colegios de Arte y Música, el Imperial College y el Royal Albert Hall.

2. Institucionalizando el eje del desarrollo científico y tecnológico:
Empresa-Universidad
Su iniciativa no quedó aquí, sino que obtuvo el apoyo decidido del gobierno inglés, sentando
las bases para la creación de un patrimonio cultural único, y estableciendo una serie de becas
de formación y programas para el desarrollo científico de las universidades, y para favorecer la
transferencia del conocimiento científico y tecnológico de la universidad a la industria.
Esto culminó en 1891, treinta años después de su muerte, con la fundación de la
Comisión de Ayudas Científicas destinadas a fomentar la carrera científica de jóvenes
investigadores, que hoy, un siglo más tarde, siguen gozando de un enorme prestigio. Asimismo,
su programa estratégico de Ayudas Industriales permite que las empresas colaboren con las
universidades para desarrollar un producto patentado o proceso industrial.
Estos programas propician atraer lo mejor de la ciencia y tecnología mundial a Gran Bretaña,
al incorporar a los científicos a las universidades, centros tecnológicos y empresas del país.
Gigantes industriales como "Rolls Royce" y BP, o la nueva empresa británica, "Lein Applied
Diagnostics", que desarrolla "microburbujas" para administrar fármacos y mejorar, por ejemplo,
la eficacia de los tratamientos contra el cáncer, se han beneficiado de ello.
Ilustración SciArt3D-FabLabULL. Nuestro particular homenaje al gran ingeniero español Juan de la Cierva y
Codorníu, inventor del autogiro. En 1925, Juan de la Cierva se traslada a Londres, a instancias del Ministerio del Aire
de Gran Bretaña, y allí crea la compañía comercial "The Cierva Autogiro Company". Más tarde, fundaría en Estados
Unidos "The Pitcarm-Cierva Autogiro Company of America". De la Cierva se había aproximado seriamente a lo que ya
entonces era "El sueño americano", y su invento se construiría en serie en USA. En 1929 protagonizó uno de los grandes
hitos en la Historia de la aviación, realizando la travesía del Canal de la Mancha, la primera vez que una nave de Alas
Giratorias lo hacía, pilotada por él mismo, de Londres a París.
La soberanía de un país reside en su nivel de ciencia y tecnología
La Gran Exposición de 1851 tuvo como objetivo mostrar que la ciencia y la tecnología son la
clave para un futuro mejor; una creencia que resultó ser una fuerza motriz para la Revolución
transformando universidades e industria asociándolas en un mismo eje impulsor del desarrollo
del país. Gracias a la voluntad de un hombre de Estado, cambiaron las tornas del Reino Unido,
pasando, desde entonces, a estar a la vanguardia mundial en ciencia, tecnología e ingeniería, y,
como consecuencia, a ser una potencia económica, política y social. Hoy en día, Gran Bretaña
aún se congratula de aquel momento histórico.
La ciencia es el motor que impulsa una sociedad avanzada en nuestra era.

3. ¿Sabías que ...?
Entre los primeros beneficiarios del Programa de Ayudas Científicas del Reino Unido se
encontraba un joven físico de Nueva Zelanda que llegó a Cambridge en 1895, llamado Ernest
Rutherford, cuya investigación sobre la estructura de la materia fue galardonada con el premio
Nobel de Química.
Hasta un total de trece premios Nobel han recibido financiación de este programa al
inicio de sus carreras científicas.
El Reino Unido se enorgullece tanto de sus logros científicos que, en la inauguración de los
Juegos Olímpicos de Londres 2012, presentaron su país al mundo resaltando algunos de sus
avances científicos, tecnológicos e industriales.
¿Sabías que el científico e ingeniero español Juan de La Cierva encontró en Reino
Unido el apoyo necesario para el desarrollo de su invento el autogiro, precursor del helicóptero,
llegando a crear su propia empresa de prestigio mundial, la Cierva Autogiro Company? Hoy,
fotos de él y maquetas de sus logros se exponen en el museo de la Ciencia de Londres.
La apuesta científica y tecnológica continua en el Reino Unido, con un plan de futuras
inversiones por valor de 6 mil millones de libras entre 2016 y 2021.