2. LA IMPORTANCIA DE LA
INVESTIGACIÓN
Si el tema lo elegimos nosotros, asegurémonos de que sea sobre algo que
nos interese y no sobre lo más fácil que encontremos en la Red.
Exponer un trabajo que nos resulta interesante, no solo es más llevadero
para nosotros, sino que cuando el profesor lo lea, verá que hay interés y
esfuerzo por nuestra parte, lo que valorará muy positivamente.
3. CONTRASTAR
No nos cansamos de decir lo maravilloso que es tener acceso a Internet.
Hace pocos años, para buscar cualquier tipo de información la gente tenía
que patear bibliotecas y hemerotecas.
Ahora podemos hacer búsquedas por nombres, por frases y por palabras,
con lo cual, quedarse con el primer texto útil que encontremos y no buscar un
poco más es un desperdicio de la herramienta de Google (y más).
Toda la información que obtengamos de nuestras búsquedas debemos
ampliarla y contrastarla con otros escritos, opiniones, etc. No solo por si algo
de lo que leemos resulta ser falso (que puede ser), sino también porque
aportar diferentes puntos de vista en nuestro trabajo lo enriquecerá y hará
que esa parte obligatoria de «bibliografía», a la que ya llegaremos, no quede
prácticamente en blanco.
4. ORGANIZACIÓN DE IDEAS
Un trabajo académico debe tener un orden impecable.
El secreto para tener esa organización meticulosa, consiste en hacernos
preguntas:
¿qué hipótesis quiero defender?,
¿qué textos he encontrado que puedan contradecir esa hipótesis?,
¿cuáles la apoyan?
5. LA ESTRUCTURA
Todo buen trabajo académico que se precie debe seguir una simple
estructura que también nos ayudará a organizar nuestra historia y a que la
presentación sea la adecuada.
6. PORTADA
Una buena portada debe incluir:
el título,
nuestro nombre
el profesor y asignatura para el que se ha hecho,
la fecha de presentación y la universidad o instituto al que asistimos.
Después dejaremos un par de folios en blanco antes de entrar en materia.
7. RESUMEN
Como su propio nombre indica, debemos resumir en pocas palabras de qué
trata nuestro trabajo.
Qué tesis defenderemos, qué métodos hemos escogido para defenderla y a
qué conclusiones hemos llegado.
8. ÍNDICE
Nos interesa que el profesor tenga acceso rápido a todas las secciones del
texto.
Hay que titular cada apartado de forma que quede claro de qué vamos a
hablar en esta sección y numerar las páginas. Si incluimos tablas o
ilustraciones (lo que es muy recomendable para que la lectura sea más
amena) también debemos hacer referencia a ellas en el índice.
9. ACLARACIONES SOBRE SÍMBOLOS
Y ABREVIATURAS
Aunque nuestro profesor sepa de lo que estamos hablando, debemos incluir
un listado sobre todo aquello que un lector lego no entendería.
10. INTRODUCCIÓN
Tenemos que explicar el porqué de nuestro trabajo, qué queremos
demostrar o contar, a qué áreas involucra y un resumen de los documentos
consultados.
11. CUERPO DEL TRABAJO
Aquí es cuando contamos todo lo que queremos contar: la teoría inicial o
cómo nace, qué demuestra, quién o de qué forma se discute y cómo
finalmente se ratifica o se desmonta. Por supuesto todo dividido en
capítulos, numerados, organizados y bien titulados.
12. CONCLUSIÓN FINAL
Esta es la parte en la que narramos el final de la historia. El desenlace de
nuestro trabajo y el lugar en el que damos respuesta a las incógnitas que
motivaron la creación del texto.
No nos olvidemos de que el final es una de las partes que más se retienen
en la memoria, así que debemos esforzarnos para que sea una buena
guinda que se quede en la ocupada mente de nuestro profesor, sobre todo
cuando se disponga a poner las notas.
13. ANEXOS
Si necesitamos incluir glosarios, planos, fotos o algún otro material que no
nos ha cabido en el cuerpo del trabajo, este es el sitio.
14. BIBLIOGRAFÍA
Aquí es donde hablamos sobre los documentos, citas, páginas de Internet o
entrevistas, que hemos consultado durante nuestro trabajo. Y debemos
organizarla alfabéticamente o cronológicamente respecto al trabajo.
15. CUIDADO CON LOS PLAGIOS
La herramienta del corta y pega nos puede dar la falsa sensación de que
somos libres de introducir en nuestro texto los escritos de otros y que nadie
tiene por qué enterarse. Pues bien, nada más lejos de la realidad. El plagio
está tan perseguido que ya hay programas informáticos a disposición de
cualquiera (profesores incluidos) que nos ayudan a encontrar en la Red
textos que se aproximen a los nuestros por coincidencias de palabras. El
plagio se considera una falta grave en la universidad y está sancionada con
suspensos e incluso expulsiones, así que antes de lanzarnos como buitres
al control-c, control-v, pensemos lo que nos jugamos y optemos por citar y
trasmitir con nuestras propias palabras aquello que queramos decir. Los
profesores se citan constantemente unos a otros, hagamos lo mismo.
Atribuirse ideas que no son nuestras es bastante sucio.
16. REDACCIÓN Y CORRECCIÓN
Sobra decir que cometer errores ortográficos en un trabajo que vamos a
pasar por un corrector (como el de Word o similar), y que vamos a tener
tiempo de revisar, es el error más estúpido que podríamos cometer; una
cosa tan simple desmerecería nuestro trabajo y daría al traste con el
esfuerzo que hemos puesto durante todo el proceso.
Debemos revisar el texto para evitar las faltas de ortografía.