El documento describe una conversación entre un barbero llamado Antonio y un cliente sobre temas científicos. Aunque Antonio no tenía mucha educación formal, tenía gran interés en aprender. El cliente compartía información científica con Antonio sin usar jerga técnica. Antonio demostró ser inteligente al señalar que plantear preguntas es más importante que dar respuestas. El documento concluye que todas las personas son únicas y aprenden a su propio ritmo, sin importar su nivel educativo.

1. La Construcción Colectiva de Nuestras Necesidades
Narración
Sabemos que cualquier persona es capaz de comunicar la ciencia, de hacer
reflexiones y dar respuestas a preguntas acerca del espacio y el universo por dar
un ejemplo.
En este artículo Nemesio Chávez Arredondo da a conocer su opinión respecto al
“prólogo-reseña” del libro La comunicación pública de la ciencia: hacia la sociedad
del conocimiento, de Pierre Fayard. Él expresa en una pequeña anécdota acerca
de que las emociones y el conocimiento de las necesidades de la otra persona,
son de suma importancia para que el comunicador logre enunciar la ciencia.
En la anécdota hace referencia a dos personajes, el barbero llamado Antonio que
es aquella persona que no tiene mucha información educativa, pero si con muchas
ganas de aprender cosas nuevas, además tenía dos características interesantes:
la ignorancia y la inteligencia.
El barbero junto con el narrador de la anécdota, compartían infinidad de temas
científicos, aunque nunca ocupaban como tal la palabra Ciencia; recorrían
universos enormes y pequeños. Las pláticas que tenían no eran programadas,
sino que era como dos amigos que les gustaba conversar. En una ocasión el
barbero le dijo a su cliente algo muy sabio, que es más importante saber plantear
la pregunta que la respuesta, pues la segunda depende de la primera.
El texto nos explica que no hay diferencia entre el que sabe y el que ignora, como
se dice comúnmente: cada cabeza es un mundo y se desarrollo a su propio paso,
es decir que como la definición de individuo, el ser es único, nadie es igual a
nadie.
En las pláticas, no existía una introducción o prólogo al tema que del que se
hablaba en cierto día, pues todo era por sorpresa y esto satisfacía la necesidad de
aprendizaje de parte del barbero, que muy atento escuchaba lo comentado por su
cliente.
Referencias
Nemesio Chávez Arredondo, El Muégano Divulgador, Muestrario “La construcción
colectiva de nuestras necesidades”, Dirección General de Divulgación de la
Ciencia de la UNAM, Mayo-Junio 2006.