Los alimentos funcionales se convertirán en una herramienta importante para la medicina preventiva en los próximos años. Contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades como las cardiovasculares, mejoran la salud ósea y digestiva, y pueden ayudar con la diabetes, la obesidad y el envejecimiento. Aunque no son medicinas, los alimentos funcionales como el tomate, el cacao y el café ofrecen beneficios para la salud.