El documento resume la evolución e impacto de Internet. Explica que Internet es una red de redes de computadoras interconectadas a nivel mundial que no tiene un único dueño. Su adopción ha sido mucho más rápida que otros medios como la radio y la televisión. Sin embargo, su uso requiere de recursos económicos como una computadora y acceso a Internet, lo que limita su alcance en países en desarrollo. Internet ha permitido difundir actividades como el ajedrez a nuevos públicos de forma interactiva.
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1 medios de comunicacion
1. La Internet
Por internet se entiende una red de redes de computadoras que se encuentran
interconectadas a lo largo del mundo. Nadie es dueño de internet, simplemente
cada usuario abona el servicio de conexión para acceder a esta red de redes.
Para formarse una idea de la vertiginosa inserción de internet en la sociedad
basta con observar que la radio se tardó unos treinta años en llegar a 40 millones
de personas, la TV diez años en lograr la misma cantidad, mientras que internet
lo hizo en sólo tres.
El internet no alcanza el grado de masificación de los otros medios de
comunicación porque su uso requiere del receptor algo más que saber leer y
escribir, poder ver y escuchar. Es decir, todo el mundo tiene un televisor o una
radio en casa, mientras que no todos tienen computadora, teléfono o TV por
cable. Internet requiere en primera instancia que el receptor posea determinado
nivel de ingresos, lo suficiente para contar con el servicio de teléfono o TV por
cable, y una computadora más o menos moderna. Si bien el teléfono y la
computadora son bienes básicos en los hogares del primer mundo, no se puede
decir lo mismo de los países tercermundistas. Es éste, el nivel de ingresos, el
factor que determina el acceso a internet. Es necesario, lógicamente, aprender
una serie de conocimientos básicos sobre computación, pero no es posible
aprender a utilizar una herramienta que no se tiene. Primero lo primero, y lo
primero es adquirir una computadora y estar abonado a un servicio telefónico (o
de TV por cable). Teniendo la computadora en casa no se necesita más que
tiempo y práctica para aprender a usarla, lo mismo que con los complejos
equipos musicales de hoy e incluso una procesadora eléctrica con una decena de
funciones.
El internet ha surgido como un medio ideal para ciertas actividades cuya difusión
resultaba inapropiada en los MMC clásicos, el caso más evidente es el ajedrez.
Quiero detenerme un momento en este fenómeno, ya que constituye un ejemplo
por demás elocuente de la capacidad de la internet para hacerse de un público
que los otros medios simplemente no pueden pretender. Para cualquier neófito
resultan obvias las limitaciones que el ajedrez como espectáculo, como atracción
de un público masivo, presenta en medios como la TV y la prensa escrita (¡ni
hablar de la radio!). Los diarios y las revistas especializadas no pueden hacer más
que lo que han hecho históricamente, limitados como siempre por su falta de
inmediatez; esto es: brindar una crónica de lo ocurrido y reproducir los textos de
las partidas. Por otro lado, no hay productor de televisión en el mundo que esté
interesado en difundir por espacio de cinco o más horas imágenes de un tablero
de ajedrez y dos rostros ceñudos, no hay empresa que esté dispuesta a
patrocinar un evento así, y sólo una pequeña proporción de la población mundial
estará interesada en seguir una larga transmisión movimiento por movimiento.
No obstante los ajedrecistas, que a escala mundial no son más que una pequeña
proporción, constituyen un público de millones de personas. Millones de personas
2. son, sin entrar en argumentos filantrópicos de otro orden, millones de
potenciales consumidores que muchas empresas, tanto las que producen bienes y
servicios para los ajedrecistas como las que no (después de todo los ajedrecistas
son, también, personas que consumen otras cosas). De este modo la internet, sin
necesidad de robarle espacio a otro espectáculo de asistencia aún más masiva,
cubre los requerimientos de difusión del ajedrez, brindando el espectáculo a los
fanáticos de todo el mundo y un medio de publicidad para las empresas
interesadas en patrocinarlo. Cualquier internauta puede ingresar al sitio que
transmite en vivo la progresión de un torneo con los máximos exponentes del
ajedrez mundial, seguir las partidas jugada a jugada, e incluso comentar los
juegos en un "chat". En síntesis, la internet tiene la capacidad de reunir a una
enorme cantidad de público al margen de su ubicación geográfica, superando sus
limitaciones en tanto disperso, convirtiéndolos en un grupo "masivo". Nadie se
interesa en patrocinar una Reunión Virtual de Filatelistas, con apenas una
centena de entusiastas en Argentina, pero si agregamos otra centena de
Uruguay, otra de Paraguay, Chile, Perú, Brasil...
De pasada he mencionado el aspecto más distintivo de la internet como MMC en
relación a sus pares: el internauta tiene la posibilidad de interactuar en el
medio. A pesar de los esfuerzos que la prensa escrita, la radio y la televisión
hacen para que sus receptores puedan expresarse a través de ellos, ya sea con
los productores del medio o con otros destinatarios, el tipo de comunicación que
establecen es y seguirá siendo principalmente unidireccional. Es decir, el diario
escribe – la gente lee, la radio habla – la audiencia escucha, el televisor
transmite – la gente ve y escucha ("¡Cállate y escucha!", ordena el despótico
lema de Kartoon Network). Estos medios han hecho algunos intentos por paliar
estas limitaciones en los procesos comunicativos propios del canal, como el
espacio para "Cartas de lectores" en los periódicos, los mensajes grabados o "al
aire" en la radio, y otros similares en la televisión (es curioso que estos dos
últimos, la radio y la TV, se sirvan del correo electrónico, el servicio que dio
origen a la internet, como vía de comunicación con el público). No obstante, no
puede hablarse en estos casos de comunicación bidireccional ya que no se
produce un flujo interactivo entre ambas partes. El ejemplo más patético es que
el locutor en la radio o el conductor en un programa televisivo siempre tiene la
posibilidad de decir "la última palabra", que no es el caso del oyente o
televidente que ya ha enviado su mensaje (incluso en las comunicaciones
telefónicas transmitidas "en vivo" el locutor puede decir lo que se le antoje una
vez terminada la conversación, mientras que el participante... bueno, ya no está
"al aire" y debe conformarse con expresar su réplica a los miembros de su
familia).
Internet ofrece la comunicación unidireccional, bidireccional, de uno a muchos,
de todos con todos, texto, imágenes, sonido, y transmisión en tiempo real. Todas
las posibilidades en una sola lata. Así no sólo un ajedrecista argentino puede
comentar con un colega español los matices de una jugada novedosa mientras se
desarrolla una partida de Kasparov, sino que médicos de todo el mundo pueden
asistir a una conferencia de una eminencia científica y formular sus preguntas
"on line", mientras que un grupo de personas, meros "mortales" con acceso a
3. internet, pueden discutir lo que les dé la gana en un "chat" (nacional o
internacional).
LA PROPIEDAD DE LOS MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACION EN ARGENTINA
En nuestro país son dos los grupos económicos que aglutinan la mayoría de los
medios: Telefónica Argentina S.A. y el Grupo Clarín.
Por un lado la empresa Telefónica de Argentina S.A. es dueña de Advance
(proveedor de servicio de internet), Telinver S.A. (empresa que publica las guías
telefónicas), Altocity.com S.A. (un shopping virtual), Telefónica Data Argentina
(servicios web para empresas), Telefónica Móviles S.A. (telefonía móvil, con su
producto estrella: Unifón), Terra Networks S.A. (grupo global de internet con
presencia en 43 países – el tipo de gigante comercial que absorbe a la
competencia pequeña), Telefónica Media S.A. (propietaria de 9 canales abiertos
de TV y principal accionaria de Telearte), y con el 100% de las acciones de Radio
Continental. Telefónica posee además del 50% de García Ferré (productora de
películas infantiles), el 30% de Patagonik Film Group, y el 20% de Torneos y
Competencias (eventos deportivos). Sprayette S.A., Katalyx Argentina S.A.,
Atento Argentina S.A. y Emergia Argentina S.A., empresas que a su vez
administran otras empresas, también son del grupo Telefónica.
Resulta evidente que los esfuerzos legislativos por evitar la formación de
emporios en el área de comunicaciones, por preservar la pluralidad, han
fracasado. Esto es así tanto por la habilidad económica y legal de estos poderosos
grupos financieros como por la inoperancia de los organismos públicos
competentes. Es cierto que la apropiación de los medios masivos de
comunicación en manos de unos pocos ocurre en muchos países democráticos, tal
vez en todos, pero el que sea un mal de muchos no significa que no sea un
flagelo directo en contra de la pluralidad de opinión, baluarte de toda
democracia, que debe combatirse.
4. El emporio de los medios de comunicación no sólo otorga a sus dueños el poder
de decidir sobre la conveniencia de los contenidos a difundir (la herramienta
básica de la manipulación de la opinión pública), sino que –ante la ausencia de
competencia– les permite también establecer los términos económicos de sus
propios productos. El ejemplo más evidente es la transmisión de partidos de
fútbol, que prácticamente ha dejado al público de TV por aire al margen de su
disfrute y que condiciona a las repetidoras de cable. ¿Quieren transmitir el
partido? OK, este es el precio (he decidido omitir el costo aproximado de este
producto por razones de decoro, no está bien incluir obscenidades en un ensayo
LOS CONTENIDOS DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION EN ARGENTINA
En Argentina existe un ente oficial que se encarga de fiscalizar los contenidos de
la radio y la televisión, el Comité Federal de Radiodifusión (COMFER). Este
organismo considera a la comunicación como un bien social necesario para el
desarrollo cultural, educativo y económico de la población. El objetivo del
COMFER es asegurar la posibilidad de expresión para las diferentes corrientes de
opinión, promocionar el patrimonio cultural, y garantizar el pluralismo político,
religioso, social, cultural, lingüístico y étnico. Por intermedio de la creación de
la Defensoría de los Usuarios de Radio y Televisión se busca eliminar de estos
medios los contenidos que promuevan la discriminación, que atenten contra los
derechos del niño, el trabajador o los ancianos, la pornografía, la difusión de
información falsa, la incitación a la violencia o al delito.
La prensa no tiene mucho que innovar en materia de contenido,
fundamentalmente es un medio informativo, no de entretenimiento. Las noticias
cubren todos los aspectos de la vida en sociedad; no sólo se incluyen los tópicos
clásicos como el quehacer político–económico y los horrores cotidianos
encuadrados en la sección de policiales, sino también los deportes, el arte, la
ciencia, la moda, la informática... En un diario de domingo pueden encontrarse
noticias o artículos especiales sobre prácticamente todos los aspectos de la vida.
Esto en cuanto a la variedad de contenidos, la calidad de los mismos es otro
tema. En general los diarios, al menos los más importantes de Argentina, tienen
5. un nivel comparable a cualquier diario prestigioso del primer mundo. Si el
periódico dispone de un buen plantel de profesionales y de los medios
(económicos y tecnológicos) para acceder a las principales agencias de
información del mundo (DyN, Reuter, Télam, etc.), el resultado es más o menos
el mismo y no queda más que obedecer la línea editorial para decidir si las
noticias sobre la persecución de Osama Ben Laden deben imprimirse en primera
plana, en la sección de internacionales, o en un rinconcito de la última página.
No es el caso de los medios de prensa "alternativos", loables esfuerzos de la
prensa independiente, cuyos descuidos pueden resultar hasta insultantes para el
lector instruido (el encabezado de primera plana de un ejemplar del diario "Hoy
Día Córdoba" de mediados del año 2000 rezaba: "La Oficina Anticorrupción
investiga a el Intendente por..."). Independientemente de la calidad del texto,
incluso al margen de la ideología del periodista que redacta la noticia, para el
lector ilustrado este tipo de descuido puede resultar la punta de un iceberg, un
indicio poco acertado del profesionalismo del personal del medio.
Los programas de radio no brillan por la variedad de sus contenidos. Los
programas tipo ómnibus, más comunes en las AM, combinan la difusión de
noticias con temas cotidianos de interés para el ama de casa (recetas de cocina,
consejos para la salud, novedades de la farándula, etc.). La radio, a diferencia
del periódico, es un ámbito más propicio para la discusión, y los programas
ómnibus suelen dar un tratamiento más extenso a la noticia del día incluyendo
crónicas en vivo desde el lugar del hecho, conceptos de expertos o de los
involucrados, la opinión de los oyentes que se comunican telefónicamente... Los
programas de FM, en cambio, parecen ser una alternativa para aquellos oyentes
que no quieren escuchar más que música y, en todo caso, un breve resumen de
las noticias del día y los chismes del ambiente artístico.
La televisión es sin duda el medio más criticado por sus contenidos. Básicamente,
se le critica el desaprovechamiento de su potencial (la TV es un medio
audiovisual que llega a millones de personas de todas las edades, durante todo el
día), relegando programas educativos o instructivos por contenidos superfluos,
pasatistas, o peor aún, violentos. Esto es así, pero la responsabilidad no es sólo
de los productores de televisión sino también de los televidentes. El criterio que
decide la puesta al aire y la continuidad de un programa (no sólo televisivo) es su
rendimiento en cantidad de público, el rating, que se traduce en ingresos
económicos por publicidad y merchandising. El razonamiento de los que
sustentan el sistema por medio de la publicidad es muy sencillo: si tengo una
empresa de galletitas saladas y quiero dar a conocer el producto, ¿debo insertar
la propaganda en un espacio educativo de público reducido o durante la
transmisión de "Gran Hermano" o "Video Match", con un público de miles de
personas (potenciales consumidores de galletitas saladas)?
En los contenidos de los MMC hay un factor más que determina su calidad: los
periodistas y productores. En Argentina todo lo que se necesita para recibir el
certificado de periodista es trabajar dos años continuos en medio acreditados; no
es necesario decir más. Para ser productor sólo hace falta tener capital e interés
por desarrollarlo en un medio masivo de difusión (aunque tal vez también sea
necesario conocer a alguien influyente del medio).
6. A MODO DE CONCLUIR
Al margen de lo pretencioso que puede parecer para este modesto ensayista
proponer una solución para mejorar la calidad de los medios de comunicación en
Argentina, un asunto por demás complejo, la receta no es novedosa ni milagrosa.
Tampoco consiste en tomar a los jerarcas de los medios por la solapa y
amenazarlos de muerte para que eleven el nivel de sus productos, ni mucho
menos rogar por ello. La solución, estimado lector, es la misma que permitiría a
millones de argentinos construir un país como el que queremos: elevar el nivel
cultural de la población.
Qué desilusión, ¿verdad? Pero es así de simple: la libertad de elección es posible,
sólo hay que capacitar a la comunidad para saber elegir. Afortunadamente los
medios no pueden subsistir sin el público, por lo que la gente (el lector, el
oyente, el televidente y el internauta) tiene el poder de decidir qué tipo de
programas, de contenidos, quiere consumir. Un nivel cultural más elevado y
mejor distribuido no sólo creará un público exigente, sino que también pondrá
del otro lado del mostrador a periodistas y productores con aspiraciones más
altruistas, con serias pretensiones profesionales y artísticas, que redundaría en
contenidos más útiles.
¿Es mucho pedir? Tal vez. Siempre va a haber programas basura, tanto en lo
periodístico como en lo que es entretenimiento, el secreto está en educar a la
población para elegir algo mejor. La cultura como eje del ejercicio de la libertad
de elección puede aplicarse no sólo a la televisión, que es el caso más patético,
sino también a la radio, la prensa escrita y el internet.