Fausto Brito, Adriana. Conceptos relacionados con los espacios vacantes en la ciudad
1. Conceptos relacionados con los espacios vacantes
en laciurlad
Adriana FaustoErito*
ufuusto@cuuud.udg.mx
l. Introducción
Los espacios vacantes, así como los lugares edificados
donde se desarrollan las actividades cotidianas, son
parte integrante de la ciudad, coexisten en ella y por
tanto conforman el todo urbano. Al analizar los espacios
plenos de actividad ("llenos" de vida urbana), al
delimitarlos mentalmente, quedan automáticamente
evidenciados, por eliminación, los que permanecen
vacantes Oos "vacíos" urbanos). Dichode otra manera,
el contorno de los espacios llenos perfila, como en
negativo, los espacios vacíos.
Existe una gran variedad de términos que se
emplean para designar espacios vacantes en la ciudad:
baldíos (lotes, terrenos,' predios), tierras vacantes,
terrenos intersticiales, corazones de manzana, vacíos
urbanos...; tal vez el único elemento común a todos
ellos sea un cierto grado de indefinición que ha
permitido un empleo discreciooal de los mismos. Son
verdaderamente pocos los documentos que, aún
teniendo como tema de discusión este tipo de espacios,
presenten de manera explícita los conceptos que
utilizan. Esto deja la puerta abierta a distintas
interpretaciones que pueden variar según las
experiencias personales, los conocimientos previos sobre
el tema, la formación profesional, el enfoque cientifico
que se privilegie para los análisis, el contexto histórico-
geográfico, el interés o la utilidad del estudio.
En este articulo haremos un acercamiento al
"negativo" de la fotografia urbana, comenzando por
una revisióu semántica de los términos más comúnmeute
empleados para designar los espacios considerados
como vacantes, lo que nos permitirá tener presente que
en cada noción subyacen características diferentes:
algunos términos se suponen de mayor objetividad,
neutrales, fácilmente aprehensibles, por emplear
categorías conceptuales de tipo técnico o geográfico;
*Centro de Estudios Metropolitanos. CUAAD. U de G.
otros términos que se encuentran en dimensiones
inmateriales, intangibles, a los que se reconoce un alto
grado de subjetividad por sus contenidos simbólicos y
culturales, presentarían una mayor complejidad en su
interpretación.
En la literatura europea o estadounidense sobre
urbanismo y planificación -en países que desde hace
treinta años han tratado cuestiones relacionadas con
estos espacios-, se utilizantérminos genéricos que sobre
todo en una primera etapa de análisis, se aplicaban a
procesos de urbanización similares que tenían relación
con la des-industrialización de las ciudades; pero que
después ha sido obligada su revisión, pues la evolución
de este fenómeno le confiere en la actualidad
características distintas que sobrepasan las nociones
antes empleadas. Algo similar ocurre con las políticas
urbanas que atienden estos espacios: evolucionan
confurme cambian los paradigmas explicativos de los
problemas que se viven en la ciudad; surgen nuevos
conceptos o los anteriores tratan de adecuarse para
reflejar las nuevos principios de intervención, lo que
en ocasiones presenta dificultades para discernir con
claridad las variantes que se presentan, como en el caso
de la renovación urbanaI
Me parece elemental introducir algunas
consideraciones sobre el contenido y alcance de los
términos que se encuentran con mayor frecuencia en la
literatura especializadayen los documentos de política
urbana. Los vocablos que se emplean por lo general se
refieren o privilegian un atributo en lo particular, cuya
conceptualización correspondería preferentemente a
una dimensión material o inmaterial del fenómeno. Por
ello distinguimos aquí dos principales categorías
semánticas: aquellas con un contenido predo-
minantemente geográfico-técnico, y otras que recubren
significados simbólico-culturales.
19
2. 2. Los contenidos de tipo geográfico y
técnico
Al analizar los ténninos que nos ocupan, vemos que en
primera instancia encierran un contenido de tipo
geográfico y técnico, es decir, que designan elementos
físico-espaciales reconocibles, tangibles, que se
encuentran en una dimensión material: tierras, terrenos,
edificios, construcciones, a los que se les puede asociar
inmediatamente algunas propiedades o atributos
cuantitativos o cualitativos, pero en todo caso de
carácter relativamente objetivo, por cuanto existen
parámetros de medición o calificación suficientemente
consensuados y compartidos. Las propiedades o
atributos podrian derivarse básicamente a partir de:
a) la condición física -natural o adqnirida- y la
posición geográfica de los espacios en cuestión, de
los "objetos" de análisis: la dimensión, la forma, la
localización, la composición. Así, tierra refiere una
entidad física, materialmente tangible; los lerrenos, los
loles, los solares y las parcelas son porciones de tierra
que ba sído delimitada; el s1lelo hace alusión a la tierra
como soporte material de otros objetos; un edificio o
Morfología de espacios vacantes
una convln¡cción son objetos formados por un conjunto
de materiales, que delimitan espacios físicos utilizables
con diversos propósitos. Los terrenos y las
construcciones son mesurables y localizables, en
términos de superficie o volumen construido, de su
posición con respecto a otros elementos; presentan
caracteristicas naturales o adqniridas como la pendiente,
la composición del suelo, el estado de conservación o
degradación de las construcciones, etcétera.
Algunas nociones metafóricas, además de evocar
áreas sin construcciones -libres, abiertas-, nos anticipan
la posición o la localización de las mismas, en ocasiones
hasta la furma: los corazones de manzana, un área
central delimitada por terrenos y construcciones que
forman una manzana. Siguiendo la lógica de una
metáfora organicista, podríamos introducir una
elemental distinción morfológica y posicional de los
espacios vacantes en el tejido urbano: si pudiésemos
mirarlo a contraluz, se distinguirian porciones con
huecos, perforaciones, intersticios e intervalos (ver
recuadro).
i) El tejido que presenta /zllecos se entiende en volumen, es decir, en relación a su masa edificada: nos referimos a las
constrnccionesvacantes. total (desocupadas)oparcialmente(semi-utilizadas). Es laausencia de contenidoenlosenvolventes
lisicos-el noalojaractividadesensuinterior-, osea,laexistenciade espaciosarquitectónicosvacíosencantidadesconsiderables,
lacaracteristica que definiría como huecas algunas porcionesdel tejido UIbano quelosalbeIgan. Al referirsea lasedificaciones,
estacondiciónsólo sedistingneentres dimensiones, porloque enunplanobidimensional sólopodriamosseñalarlas áreas de
la ciudad que concenlran grandes cantidades oproporciones de espacios huecos-ron alto grndo de desocupación-o Por lo
general se trata deáreas consolidadasperoendeclive(centroshistóricos, antiguaszonasindustriales...)que alberganviviendas
abandonadas, construccionesdegradadas, edificiosdesocupados ensus nivelessuperiores, bodegasy construocionesindustriales
obsoletas, abandonadas, ele.
ii) Lasperforacionesaparecen como áreaslibres, loslotesbaldíosdispersosque representanuna reserva de sueloatomizado;
porlo general son lotes que permanecensin construiren las urbanizaciones ofertadas porel mercado formal o el informal.
También podrian ser pequeños terrenos residuales que resultan de reparcelacioncs osubdivisiones (como los corazones de
manzana), asi como de laconstruociónde equipamientoseinfraestrnctnras (comolaapertura decalles). Las superficiesmás
comunespadrianoscilarentre90y 1,600 rn2, si considernmoslasdimensiones legalesmínimasdelotesque debenrespetarlos
fraocionamientos babitacionalesuroanos. Loslolesen UIbanizacionesindustrialesson menosfrecuentes pero tienensuperficies
mayores, alrededorde 3,000 rn2 Yenocasiones hasta 10,000 m2.
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3. ili) Los intersticiosserían los terrenos rústicos que quedan rodeados por losfragmentos urbanos que sevan agregando ala
ciudad o la metrópoli y. que por diversos motivos -condicionantes naturales, cuestiones de propiedad, aspectos legales,
especulación...- han sido "saltados" en este proceso de expansión. En ocasiones son también terrenos que resultan de la
subdivisiónde un predio mayorquese piensa urbanizarparcialmente. Legalmente, muchos de ellos son no urbanizables, por
considerarsereservas ecológicas, agrícolas,servidumbresde infraestructuras, caucesde agua Porsosdimensiones, su10ca1ización
ydisporubilidad de infraestructura, a1grmos constituyenverdaderas reservas inmediatas de suelo parael crecimiento urbano.
Enanillos intermedios de la metrópoli de Guada1ajarasepuedenencontrarterrenos quevan de 1a50 hectáreas.
iv) Los intervolosse presentan como un espaciode interrupciónenlacontinuidad del tejido rubano, como ladistancia que,
separandodos trozos de urbanización, seencuentrabajopresiónparasertambiéuurbanizada En la mayoríade los casos, son
terrenos dedicados aún a actividadesagricolas, obieo predios rústicos en transición queya soncomercializadosenel mercado
iomobiliario urbano. Estos intelVl¡]osselocalizanenlaperiferiarubana y, enestricto sentido, noson todavia terrenos urbanos
cuya prolongadavacancia seconsiderecomo problemática. Podríanadquirir una configuraciónabierta, sellÚ-abieIta osellÚ-
cerrada. Los intervalos abiertos seencuentranentre la mancha urbanizadayotra porción mbana orural, ambosfragmentos
estánfísicamente separados-unidossólo porvías de comnnicación-peroguardan una estrechainteracciónfuncional. Es el
tipo de espaciosvacantesque existenantes dela absorción de poblados rurales porla expansiónmetropolitana. Los intervalos
semi-abiertos o semi-cerrados sefoonan porel contorno mismo de la mancha metropolitana, bajofonna de concavidades
donde subsisten terrenos no urbanos. Una uotraconfiguracióndepende dequé tan englobadosestén porla urbanización; en
uncasoextremo, si losintervalos fuesen cerrados, seconvertiríanentonces en intersticios.
Hasta aquí, sin embmgo, ya hemos traspasado
lo que parecería una simple y neutral descripción
geográfico-fisica de los espacios vacantes, pues hemos
empleado calificativos que introducenjuicios de valor,
como se verá en los siguíentes puntos. Los térruínos
que engloban los atributos más elementales de este
inciso pertenecerían, siguíendo a Dematteis (1995), al
uível enumerativo de la información contenida en las
representaciones geográficas; en los siguientes incisos
se trata de explorar críticamente los contenidos
semánticos y sintácticos (el segundo nivel de
información).'
b) las consideraciones de tipo técnico, legal,
económico, ambiental tienen que ver con el uso de
estos espacios y la jimción que cumplen (o podrían
cumplir) en la ciudad, referente espacial y conceptual
obligado. Asociados a esto encontramos palabras que
actúan como calificativo del elemento geográfico
representado y que se refieren a nociones como la
ausencia, la suspcnsión, el abandono.
Para comenzar, un terreno, un edificio, un área,
un espacio vacante siguífica que no tiene ocupantes,
que está libre (de construcciones o de actividades que
se desarrollen), que no está siendo usado. Al límite
este concepto podría sugerirque algo ahí ha cesado -en
este caso su utilización, las actividades o funcioues que
albergaba- y portanto, a laexpectativa de ser ocupado,
(re)utilizado. Es una noción bastante amplia, que no
anticipalas causas o razones porlas cuales los espacios
tengan esa condición, ni sugiere unaposición geográfica
de los mismos, tampoco implica una dimensión o uso
particular que los caracterice. Es un término
relativamente genérico y neutro que podría englobar
los demás que aqui se presentan.
Otros calificativos suponen también una cierta
neutralidadu objetividad por basarse enconsideraciones
técnicas, como en breña y níslico, que aluden a tierras
consideradas no urbanas por carecerde las condiciones
necesarias -accesibilidad, infraestructura básica,
parcelación o lotificación,...-. O bien, se refieren
mayormente a acepciones de planeación, como suelo
urbanizable o reserva urbana, que especifican las
tierras libres en donde está permitido -y por tanto,
previsto- su acondicionamiento técnico para albergar
usos urbanos.
Por su parte, el vocablo baldío es un calificativo
que también se aplica a la tierra: "se dice del terreno
sin cultivar", "vado, inútil".' Este término que
oríginalmente se aplicaba al ámbito rural, sirve ahora
21
4. enel lenguaje común para calificar los terrenos urbanos
que no son aprovechados comotales porque no albergan
actividades, no cumplen con una función o un uso
específico, o se consideran sub-utilizados, .los terrenos
baldíos. Lo mismo ocurre con el término francésfriches
urbaines, pues como menciona Chaline (1999: 13),
friche es en realidad una tierra agrícola no cultivada;
este autor interpreta estaadaptación como una muestra
de la reciente aparición de este fenómeno de vacancia
inmobiliaria en la escena urbana europea. En todo caso,
la adaptación conlleva una interpretación negativa que
considera estos espacios como improductivos, que no
necesariamente proviene de su acepción original, pues
una tierra podía dejarse voluntariamente en friche, en
descanso temporal, para que recuperara sus capacidades
agrícolas; así como los baldíos eran tierras no cultivadas
no por abandono, sino simplemente por no haber sido
aún concedidas u otorgadas para tal fin, quedando en
realidad como reserva.4
Sin embargo, mientras los baldíos urbanos se
refieren sólo a terrenos, losfriches urbaines -de acuerdo
a Chaline- son en la actualidad una noción y vocablo
polisémicos: pueden ser espacios abandonados
(délaissés) que cubren cientos de hectáreas con
infraestructuras obsoletas, manzanas de menor talla,
lotes baldíos (dents creZlses) en barrios antiguos,
edificios con distintos grados de abandono y
degradación. SegúnWood (1998: 52) "'algunos autores
lo usan para referirse a sitios industriales vacantes fuera
de la ciudad, y otros sólo para las construcciones
urbanas... Puede referirse a un uso histórico, a un
problema ambiental o a una oportunidad potencial. En
cierta manera, indica una falla en el sistema urbano; o
bien, un reconocimiento que la localización del sitio
ha cambiado, quedando ahoraen el interior de laciudad
debido a la expansión de ésta".
Aquí aparecen otras nociones en donde subyace
una elección o voluntad particular por la cual los
espacios se encuentran vacantes, como sería el caso de
los vocablos abandonado, en desuso, dé/aissé,
dismesso (italiano), derelict (inglés). Podríamos decir
que estos términos apelan a un sentido de regularidad
que se ha visto interrumpido más que de manera
voluntaria, obligadamente: la cesación de unaactividad
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que se desarrollaba de manera continua, es decir, el
uso que normalmente se hacía de estos espacios ya no
existe por decisión de sus propietarios, de sus usuarios
o de sus ocupantes,... lo cual nos conduce
automáticamente a interrogamos sobre las causas que
originaron esta decisión. Por lógica, el hecho de
abandonar una cosa, un objeto, implica que se ha
decidido prescindir de él o sustituirlo, sin duda porque
sus características o propiedades ya no corresponden al
interés, los deseos, las necesidades que en otro tiempo
lograba satisfacer; o porque la evolución de esas
características --o la apreciación de las misrnas- se
presenten ahora como un problema o incluso un riesgo.
Así por ejemplo, otros términos se asocian a los
problemas ambientales que los espacios abandonados
pueden presentar por la presencia de agentes
contaminantes. En Estados Unidos se denominan
brownfte/ds los complejos industriales o comerciales
abandonados, desocupados o sub-utilizados en donde
la expansión o redesarrollo se ve complicado por una
contaminación ambiental real o percibida (Wright,
1997: 2). En Inglaterra, la legislación define como
dere/ict land la "tierra tan dañada por la industria u
otros desarrollos, que resulta imposible de utilizar sin
previo tratamiento"; sin embargo, este término se ha
usado en una gran variedad de circunstancias (Wood,
1998: 22).
Al igual que con losfriches urbaines, en Italia
las aree dismesse son también una noción polisémica:
serían aquellos espacios urbanos (abiertos o construidos)
que ya no son utilizados para las funciones por fas que
habían sido pensados y realizados, y que por tanto
resultan potencialmente re-utilizables y transformables
para nuevas actividades (GiovaneIli, 1997: 15 ~
Gambino, 1996: 82). Spaziante (1996) subraya una
cierta ambigüedad e indefinición, pues se confrontan o
mezclan datos relacionados con diversos estados del
proceso de dismissione (áreas inutilizadas, sub-
utilizadas, otras ya disponibles o que pueden serlo,
algunas que cuentan con proyectos ejecutivos y
operaciones en curso). Sobretodo, la confusión puede
referirse a la diversa naturaleza del fenómeno por su
origen, evolución y destino futuro (usos industriales,
equipamientos, transportes...).
5. 3. Los contenidos simbólicos y culturales
Podemos identificar también otros atributos abstractos
que se encuentran en una dimensión imnaterial y de
hecho, mayormente subjetiva; características o
propiedades que seexplican por su contenido simbólico-
cultural, cuyo análisis deriva de ámbitos antropológicos
y sociológicos, como:
e) los que se asocian a la memoria colectiva, que
encierran hechos por lo geueral representativos de un
momento histórico, o que catalizan valores sociales
compartidos en el preseute, que a su vez se podrian
evidenciar por
d) las formas y el grado de apropiación de estos
espacios, lo cual estaria ligado a los gustos, prefurencias,
anhelos, deseos, miedos,. necesidades individuales o
colectivas (ya sean reales o creadas).
Es en este sentido que se puede interpretar el
término de vacío urbano, pues el calificativo de vacío
supone una falta, una carencia, una ausencia de
contenido, "sin el que habituahneute o por el contexto
se le supone a algo" nos dice el diccionario Grijalbo.
Interpretado en un plano fisico-espacial, para percibir
el vacío se reqniere algo que lo delimite, un contexto
de referencia, por lo geueral lo "sólido" o "lleno". Es
fácil percibir un terreno baldio como un área vacía si
está rodeado de terreuos construidos (o sea, llenos). Sin
embargo, no es sólo la ausencia de construcciones la
que define un espacio vacio, pues dificilmente se
consideraríacomo tal un parque, un áreajardinada, una
plaza: son tambiéu las actividades, el uso, lo que
interviene ensu identificación o no como espacio vacío.
Pero ni aún agregando esta apreciación funcional se
agota este significado; existen infinidad de espacios
abiertos destinados a un uso público que sin embargo,
se encuentran abandonados, nadie los frecuenta, están
descuidados por las autoridades pero también por los
supuestos usuaríos y beneficiarías,... en fin, que se
perciben como terreuos baldios, como "tierra de nadie".
Entonces, un espacio vacío podría también
caracterizarse (o existir) porlafulta de apropiación del
mismo.
Analizando diversos estudios,' se puede concluir
que si estos espacios se perciben como vacíos, es debido
a su fulta de identidad, a que no evocan ningún evento,
no participan de una realidad histórica urbana, no son
portadores de algún significado que sintetice
determinados valores colectivos, son espacios anónimos.
En esta lógica podriamos situar los terrenos vacantes
que, o nunca han sido construidos, o la cunstrucCÍón
pre-existente ha desaparecido por completo de la
memoria colectiva (tal vez porque ha transcurrido
demasiado tiempo desde su desaparíción, o porque no
era una conslrocción significativa).
Así, muchos terrenos baldíos resultantes de
operaciones inmobiliarias relativamente recientes
tendrian este sentido, eu la medida en que son terrenos
virgenes que aún no se integran al tejido y a la forma
urbana, no particípan de la vida de la ciudad, nunca
han tenido el rango de "lugar". TIenen por tanto una
acepción diferente de los espacios abandonados porque,
como señala llardi (1999: 98): "El vacío no se reutiliza,
no se habita, no hospeda, no existe como lugar
constituidodel abandono del podero de la producción...
Una fábrica en desuso, un terrGÍn vague· no definen
por sí mismos un espacio vacío". Es decir, no es tanto
la ausencia de edificaciones, de actividades o de uso
lo que identifica en este caso un espacio como vacío,
sino principalmente su falta de significado, de
identidad, de apropiación -individual o colectiva-, de
relaciones sociales que alú cristalicen.
En el mismo sentido, Béguin (1997) analiza las
mutaciones que se viven durante el siglo XX en la
periferia parisina, a través de una diferenciación
semántica basada en el contenido ideológico que
subyace a los términos vague y vide. A principios de
siglo los terrains vagues de la periferia acogían
múltiples actividades fumiliares, recreativas, incluso
agrícolas y gozaban de una imagen positiva, agradable,
simpática. Desde los años cincuenta, las viviendas
dispersas de la perifuriason paolatinamente sustituidas
por grandes bloques de edificios multifamiliares,
mientras los terrains vagues Se ven desvalorizados
funcional y económicamente, hasta que en los años
noventa, comienzan a serdescalificados con el término
vacío ya ser vistos como parciahnente responsables de
la crisis de las periferias. De ahí derivan muchos
proyectos que tratan de reutilizarlos, de integrarlos
como espacio público, pues "...escoger la palabra vide
y no vague permite justificar mejor el principio y la
necesidad de una intervención" (Béguin, 1997: 57).
En todo caso, este autor muestra las diferencias entre
una verdadera apropiación social de estos espacios y la
simple utilización prescrita (o prevista) por la
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6. planeación urbana, es decir, entre "vivir" o "habitar"
los lugares y simplemente ocuparlos o atravesarlos.
Porotra parte, un espaciovacío-libre- no implica'
inevitablemente una falta de identidad, al contrario,
puede ser un importante elemento estructurante,
organizativo, de comunicación, ya sea en un sentido
simbólico, funcional, ambiental, socia!. Así lo
demuestra el mismo I1ardi al analizar la relacíón entre
la arquitectura y el vacío con los ejemplos del Museo
Hebreo en Berlín, el Guggenbeim en Bilbao y el teatro
La Fenice en Venecia. Hay que recordar que la noción
de vacío en la fundación de las ciudades
hispanoamericanas hajugado un papel muy importante
desde el punto de vista simbólico y conceptual: era a
partir de la plaza (un espacio cuadmdo y vacío) que se
iba a trazar una nueva ciudad y a construir una nueva
sociedad (López Moreno, 1996). TambiénRusso (1998:
120), subraya la potencialidad del vacío como espacio
abierto, como pausa en la densidad urbana, como
oportunidad para la redefinición de los espacios
abiertos, si se invierte el significado de ausencia (de
reconocibílidad, de identidad y de calidad) que el
ténnino evoca inmediatamente.
Enunciado a laligera, sin una verdaderaatención
bacia el contexto en que se emplea, el ténnino vacíos
urbanos resulta sin duda reductor del fenómeno o de
los problemas subyacentes, pues lugares en donde si
existe una cierta identidad, que cuentan con un
significado dentro del entorno urbano, pueden ser así
traducidos en áreas anónimas evaluables sólo en
términos de superficie (Giovanelli, 1997: 16). Aún
tratándose de terrenos vírgenes -ya sean producto de
la especulación, terrenos residuales de grandes
operaciones, baldíos' dispersos-, el considerarlos
simplemente en un sentido fisico, como "buecos" en la
continuidad del tejido urbano, nos coloca
automáticamente frente a una lógica que indica que
deben ser llenados,7
a partir de lo cual la única
preocupación es encontrar los instrumentos y los
procedimientos más eficaces para conseguirlo -como
se mencionó al considerar los terrenos como vides y no
como vagues-o Por ello, Gambino (1996: 82) no duda
en considerar "VllO/i urbani" como un ténnino
instrumental, usado en Italia en los años setenta y
ocbenta para designar las aree dismesse como si fuera
sólo un dato -objetivo, exógeno y neutral- y no un
problema urbano.
24
4. Los espacios vacantes: consideraciones
conceptuales
Laevoluciónde la sociedad implicaunatransformación
de sus hábitos y necesidades, lo que deriva en una
progresiva mutación de los espacios construidos para
adecuarlos constantemente a las actividades bumanas.
Cuando se produce un importante desfase entre la
coherencia y la pertinencia que debe existir entre
espacios y actividades (continente y contenido),
aquellos se vuelven obsoletos, pierden valor y caen en
desuso. Laposiciónque se asume frente a estos espacios
que se ven liberados varía en el tiempo, según el
conteJ.10 -histórico, cultural, político, econórnico- que
predomine. Un mismo espacio vacante que, en un
momento pudo baber sido señalado como un problema
urbano, años después y en virtud de las mismas
características, puede ser concebido como una
oportnnidad de desarrollo. Así, la valorización o
desvalorización de los espacios podría no depender
tanto de datos internos sino de posiciones externas.
Esto nos ayuda a entender la dificultad de
condensar un significado único y compartido para los
ténninos que tratan de designar los espacios vacantes.
Concluiremos esta introducción conceptual
puntualizando algunas diferencias semánticas latentes
entre los ténninos más comunes:
El vocablo espacios vacantes -tanto terrenos
como edificaciones libres- sería una noción
genérica que puede englobar las descritas más
abajo, pues por un lado, el espacio puede
percibirseen una dimensión fisica, o entenderse
como una abstracción conceptual, inmaterial.
Por su parte, al calificarlos como vacantes,
empleamos un adjetivo hasta cierto punto
nentro, o mejor dicho que queda neutralizado
por el doble significado implícito: un espacio
podría encontrarse vacante por haber sido
abandonado (imagen negativa), o bien, puede
estar libre en espera de un óptimo o futuro
aprovechamiento, considerado como una
reserva (imagen positiva). Es decir, la vacancia
puede representar tanto una fulta o carencia
como una oportunidad, un potencial de uso.
Cuando se les califica como abandonados, en
desuso, desocupados, los terrenos, casas,
edificaciones, conjuntos urbanos (industriales,
7. portuarios, comerciales, habitacionales...}, en
principio refieren una connotación negativa,
pues esa condición seria consecuencia de una
decisión motivada en general por la
obsolescenciay/o desvalorización del inmueble
en cuestión. Ello independientemente de las
ulteriores actitudes que seasuman frente a estos
espacios, pues asi como se les puede juzgar
inútiles, enteramente substituibles, podrian
también considerarse como reutilizables y por
tanto, recuperables.
• Si se trata de inmuebles sub-utilizados, nos
encontramos frente a una doble apreciación con
respecto al grado de utilización: en un sentido
negativo, esa condición podría asociarse a un
proceso de abandono de un espacio, en vista
de la disminución de actividades que antes se
desarrollaban; en un sentido positivo, el proceso
en acto seria de ocupación o aprovechamiento,
entendido como un potencial inherente que aún
no ha sido explotado en su totalidad. En ese
sentido, el vocablo semi-utilizado tal vez
contribuya a equilibrar las dos vertientes
señaladas. Esta doble conceptualización tiene
el mismo origen que la del término vacante,
sólo que a diferencia de este, la sub-utilización
implica cierto dinamismo, pues refiere una
acción en curso, mientras la vacancia se
encuentra en un punto estático, donde laacción
ya concluyó (el abandono) o no ha comenzado
(el aprovechamiento). Hay que estar
conscientes de que la noción de sub-utilización
puede resultar arbitraria y hasta subjetiva si no
se precisan los criterios de rererencia que nos
permiten medir y valorar la intensidad, la
eficiencia o la eficacia de la utilización.
• Como ya mencionamos, un baldío hace alusión
a un terreno urbano no utilizado. Tratándose
de lotes baldíos, se refiere a la subdivisión de
terrenos rústicos en parcelas o fracciones
menores para usos urbanos (de
aprovechamiento individual o colectivo)." La
acepción de predios baldíos, que se maneja
para fines catastrales, se refiere a terrenos
urbanos o urbanizables no aprovechados, que
pueden tener construcciones incipientes o
provisionales'" Los baldíos pueden por tanto,
presentar dimensiones muy variables, por lo
general de acuerdo a las normas urbanas
vigentes; variación que se ve ampliada debido
a que en ocasiones se designan como baldios
aquellos que en realidad son terrenos rústicos
incmstados enáreas urbanizadas. De ahí se pasa
a ambigüedades mayores -como la utilización
indiscriminada del término baldíos urbanos-
que complican el trabajo analíticoIO
• Finalmente, la noción de vacío trasciende
interpretaciones meramente técnicas,
geográficas, funcionales (como las que
evocarían los términos anteriores), para situarse
en otras dimensiones culturales, simbólicas,
socio-políticas. Así, más que en un sentido
fisico, vacíos urbanos nos remitirla al conjunto
de espacios existentes en la ciudad que carecen
de valores sociales o de significados culturaIes,
cuya dificultad de aprehensión se traduce en
unafulta de apropiación individual o colectiva.
De la misma manera, espacios vacíos sería útil
para rererir en lo particular algunos sitios que
forman parte de ese conjunto, por ejemplo un
área destinada a uso público que se encuentra
abandonada, sucia, degradada, socialmente
desvalorizada.
Notas
I Que en un amplio sentido, tratándose de políticas llevadas a
cabo dentro de la ciudad existente, podría englobar otros
programas o políticas urbanas específicas como las de
rehabilitación, recunlificación, regeneración, reconstrucción. En
oíros idiomas, el mismo concepto presenta variantes que son
aún objelo de confusión y discusión, como en francés: réllDl'ation
y renollvellenrenl.
1 Según Demattcis (1995: 15), existen tres niveles de infonnacián
que trndicionalmente se utilizan en la Gcografia: cl primero es
enumerotivo, tiene que ver con el "dónde" de los hechos aislados,
cs un tipo de infonnación libre, cambiante, muy amplia,
indetenninada que viene scleccionada y ordenada por cl nivel
sucesivo. Este segundo nivel es sintáctico, cuya información
contiene relaciones entre categorías de objctos en el espacio fisico
y terrestre, y por tanto propiedades y estructuras relacionales
(espaciales) de ciertos objetos, configuraciones, patrones, tramas
y similares. El ten:cr nivel es simbólico-ideológico y til."flC que ver
con las "visiones del mundo" implícitas en el nivcl sintáctico: consiste
en hacer aparecer como objctivas las formas abstractas de la
representación geográfica, figurando el espacio como contenedor
de hechos reales que responden a un orden dado, real, natural.
25
8. 3 Diccionario Enciclopédico Grijalbo, 1995. Barcelona. Durante
la conquista de América, los conquistadores tomaban posesión
de los territorios indianos, considerándolos desde enlonces como
tierras realengas -del dominio de la corona Española.;
posteriormente, los monarcas las distribuyeron mediante títulos
u otros medios de concesión reconocidos: títulos de gracia o
merced, las encomiendas, los repartimientos. Salvo cstas tierras
y aquellas reservadas a los indígenas por derechos anteriores a
In conquista, las tierras restantes ernn baldíos, suelos y tierras
que no hablan sido concedidns, y por tanto, realengas. Ver Rivera,
Guadalupe, La propiedad territorial en México 1301-1810,
1983.
4 En México, la Ley Agraria en su Arl 157, rescata un poco esa
noción original, pues define los terrenas baldías como "los
terrenos de la nación que no han salido de su dominio por título
legalmente expedido y que no han sido deslindados ni medidos".
5 Ver por ejemplo Giovanelli, 1997; Russo, 1998; llarrli, 1999.
6 En francés, un terreno baldío, situado normalmente en la
periferia de la ciudad.
7 " .•. en el ámbito de la dialéctica dcllleno-vacío, quc nada explica
si no la monótona repctitividad de un proceso que se desarrolla
en el tiempo y en cuyos intersticios históricos cualquiera pucde
introducirse" (llardi, 1999: 98). Traducción propia.
R Esa subdivisión viene de hecho, denominada en ocasiones como
lotificaeión, parcelación o fraccionamiento. El nivel de
acondicionamiento técnico para usos urbnoos no influye en la
denominación de los baldíoS; aún en asentamientos populares -
considerados como irregulares o incluso ilegales- que no se
podrían calificar verdaderamente como urbanizados, los lotes
sin construcción en general se consideran como baldíos.
9 Pues esta definición podría designar ciertos espacios
combinados, por ejemplo, céntricos terrenos baldíos que son sub-
utilizados para estacionamientos; o bien, terrenos con menos del
25% de su superficie construida.
111 Un bald[o podría representar por ejemplo, un lote urbanizado
de 60 ml
o un terreno rústico de 15 hect:íreas.
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