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Enfoque
Las prácticas sociales del lenguaje en la
definición de los contenidos del programa
Hacer del lenguaje el contenido de una asigna-
tura preservando las funciones que tiene en la
vida social es siempre un desafío. El lenguaje es
complejo y dinámico, y no puede ser fragmen-
tado y secuenciado como tradicionalmente se
presenta en los programas educativos. Por un
lado, constituye un modo de concebir al mundo
y de interactuar con él y con las personas. Por
otro, todas las formas que caracterizan una len-
gua y sus diferentes usos se adquieren y educan
en la interacción social: conversaciones cotidia-
nas, intercambios formales y actos de lectura y
escritura, motivados por la necesidad de enten-
der, expresar o compartir aspectos y perspecti-
vas del mundo. La enseñanza del español en la
escuela no puede dejar de lado la complejidad
funcional del lenguaje ni las condiciones de su
adquisición, ya que es la necesidad de compren-
der e integrarse al entorno social lo que lleva a
ensanchar los horizontes lingüísticos y comuni-
cativos de los individuos.
La estructuración del programa de Español a
partir de las prácticas sociales del lenguaje cons-
tituye un avance en esta dirección, pues permite
reunir y secuenciar contenidos de diferente na-
turaleza en actividades socialmente relevantes
para los estudiantes.
Las prácticas sociales del lenguaje que in-
tegran el programa han sido seleccionadas y
analizadas. No toda interacción social mediada
por el lenguaje o a propósito de él debe o puede
llevarse a la escuela. No tiene sentido intentar
repetir en el aula las prácticas sociales propias
de los círculos cotidianos, aquellas en las que los
individuos aprenden a participar desde peque-
ños. Tampoco se esperaría que los estudiantes
de secundaria se apropien de las prácticas del
lenguaje de los círculos profesionales. Lo que se
requiere es que participen en aquellas que les
permitan ampliar su acción social y comunicati-
va y enriquecer su comprensión del mundo, de
los textos y del lenguaje.
En este sentido, preguntarse por lo que se
hace al leer el periódico o redactar una carta,
por los problemas que surgen al escribir y los
recursos para resolverlos, por lo que se dice para
convencer a los interlocutores, por los motivos
que llevan a participar en la interacción oral y a
leer o escribir, ayuda a entender las prácticas del
lenguaje más relevantes en nuestra sociedad y a
precisar las razones que justifiquen su presencia
en el aula.
Como parte del proceso de adaptación
que experimenta todo contenido curricular,
las prácticas también se han debido analizar
y ordenar en actividades. En el programa se
han incluido aquellas que se consideran indis-
pensables para que el aprendizaje resulte un
proceso significativo. Sin embargo, no son las
únicas actividades posibles; el maestro puede
enriquecer su trabajo agregando otras que con-
sidere pertinentes para la mejor comprensión
de las prácticas.