El documento discute cómo la identidad cultural ecuatoriana se está perdiendo debido a la influencia extranjera, la migración a las ciudades, y el abandono de las tradiciones y el trabajo de campo, aunque la tecnología ha mejorado la educación en algunas comunidades. También sugiere que los ecuatorianos deberían ser más nacionalistas y defender su país, en lugar de tratar a los indígenas como inferiores.