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PRINCIPIOS ~(c?.~t.
DE SEMIOLOGIA
PSIQUIATRICA
LUIS CARLOS TABORDA R.
Profesor titular de PsÍquiatr(a
Jefe del Depto, de Psiquiatrfa
.Facultad de Medicina,
Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario ;,".
Bogotá · ·
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CECILIA BURGOS DE TABORDA
JORGE TELLEZ V.
RAFAEL VASQUEZ R. r-:
('rofesores del Depto. de Psiquiatr(a [~
Facultad de Medicina, .. ti
Colegio Mayor de Nuestra Seíiora del Rosrin'o t
Bogotá /!·
Colaboraron en esta segunda edición:
HENRY GARCIA ESCOVAR
(Capítulo 5.)
GERMAN PUERTA B. y
ROBERTOCHASKEL
(Capítulo 6.)
-: . •.
Profesores del Depto. de Psiquíatr(a , .
Colégio Mayor de Niiestra Sei'iora del Rosario ~-·
Bogotá . '
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La edición de este libro
fue posible gracias a los auspicios
SPECIA de Colombia S.A.
© Copyright 2a. ed., 1985
Departamento de Psiquiatría
Facultad de Medicina, Colegio Mayor
de Nuestra Señora del Rosario,
Hospital de San José .
Bogotá, Colombia.
© Copyright, la. ed., 1978.
- -'·~ . · -) · . _ _. ,t:..·,; ..... ..- -~--- - -
PRESENTACJON
PRINCIPIOS DE SEMIOLOGIA PSIQUJATRICA 
Specia, Rhóne-Poulenc desde siempre ligada al descubrimiento y síntesis
de lo que hoy representa la más completa línea de psicofármacos que
van desde el Fenergan (M.R.) y ya en 1950 el Largactil (M.R.) principio
éste que marcó un hito en el hallazgo de nuevas perspectivas en la prác-
tica psiquiátrica, hasta llegar hoy a uno de los grandes avances en la
terapia psiquiátrica: los neuroléptlcos de acción prolongada (N.A.P.),
cuyo más relevante ejemplo lo constituyen las pipotiazinas.
Continuando con esta clara polftica de apoyo a la Psiquiatría, Specia ha
querido vincularse a la publicación de .la nueva edición, 1985, de los
Principios de Semiología Psiquiátrica.
Estamos seguros de que esta obra será un gran apoyo, tanto para el estu-
diante, como para el futuro psiquiatra.
P
s. A{erlvkarina A{orán í)wn
?.tÍcóloga C'lfoica
Ui'.f.{lJ - U/VTNOWi'./J
~r.P. 00918·-03 .
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SPECIA RHONE-POULENC
Depto Médico Científico
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ERRNVPHGLFRVRUJ
IN D ICE
PROLOGO A LA PRIMERA EDICION (1978).
PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION (1985)
lNTRODUCCION, , , . , , , , , .. , , , , ·; , , , . , , , , . , ,
J. LA HJSTORIA CLlNlCA PSIQUIATRICf. , , , , , , , . , ,
1. Idcntlflcnción , , , , , , , , , , , , ..
2. Motivo ele consulta u hospitalización,
3, Enfermedad actual .. . . , ...
4. Historia familiar , , . , , ,
5.Historia personal . , .. , , ..
6,Antecedentes , . .. , , , . , .
7.Personalidad premórbida. , ..
8.Exárnenes físico y neurológico
9.Examen mental ..... . . . . .
!O.Resumen-de los datos positivos .
11.Diagnósticos .. . .. .. .. .
12.Pronósticb . .... .... . . . .
13.Postulación del tratamiento .. .
2. EL EXAMEN MENTAL DEL PACIENTE.
2.1. El diálogo ... . .. . ... .
2.2. El test de K.irby . .. .. .
2.3 . Exploración del paciente .
3, SEMIOLOGIA PSIQUIATRICA
3.1. -Porte y actitud , . , , . .
3.2, Trastornos de la conciencia
Conciencia,. , .. , , . .
1. Obnubilación . , , .
2, Confusión mental ..
3, Delirium . . , , .. ,
4. Estados oniroides u onirismo . , .
5. Estados crepusculares,
6. Coma . .. .. .... .... . .. .
3.3 . Trastornos del sueño .. ... . . . . .
Sueño........ .
1. Insomnio .. .. .
2. ·Somnolencia.
3. Narcolepsia . . . . .. . .. .
4. Hipersomnia. . . . . .. . . . .
5. Trastornos clínicos de la fase NoREM . .. , . . ... .
6. Trastornos clínicos de la fase REM. . , ... , ..
3.4. Trastornos de la atención .. . . .. . .
Atención . . . ... .
l. Distractibilidad
2, Hipoprosexia .
3. Aprosexia .. .
4. Hiperprosexia . . , ..
3.5. Trastornos de la orientación , .
Orientación ....... .... .
1. Desorientación autopsíquica.
2. Desorientación alopsíquica .
3. Desorientación global. . .' ..
Pág.
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3.6.
3.7 .
3.8.
3.9.
3.10.
3.11.
Trastornos de la memoria
Memoria .....
1. Hipermneslas
2. Amnesias ...
3. Parnmnesins ,
4, Dismneslna, , , , , ,
Tr11stomo~de la sensopercopclón , ,
Sijnsopercepclón , . , , , , , , ,
1, TrnRtornos cuantt11tlvos ,
1,1. Hiperpercepclón, , ,
1,2, Hipopercopción , , ,
1.3, Agnosla, . , . , , , .
2, Trustomos 01rnUtatlvos , ,
:
u, Euorcle pgroepctón,
2.2. Ilusiones , . , , , , ,
2.3, Alucinaclo11es . , , . .
Trastornos del Pensamiento . . ,
Pensamiento ..... . . : , .. , . . , .
r. Alteración en la forma ... . ... .
2. Trastornos do! curso del pensamiento
2.1. Bloqueo .. .
2.2. Disgregación,
2.3. Fuga de ideas
2.4. Bradipsiquia .
2.5. Taqu.ipsiquia.
2.6. Retardo . . . . . . . . . .
2.7. Prolijidad o detallismo .
2.8. Perseveración .... .
3. Alteraciones del contenido.
3.l. Idea prevalente ..
3.2. Idea sobrevalorada
3.3. Idea obsesiva... .
3.4. Idea fóbica. . . . .
3.5. Idea hipocondríaca ..
3.6. Idea delirante .... .
Trastornos del lenguaje . . .. .
l. Trastornos del lenguaje oral.
Lenguaje... . . . . .. ·.. .
1. Trastornos del lenguaje oral
2. Trastornos de origen psicológico
II. Trastornos del lenguaje escrito . .
l. Agrafia . . . . .... . .. . . .
2. Disgrafia . . . . . . . . . . . . .
3. Alexia... . . .. . . . .. . . .
IlI. Trastorno~ del lenguaje mímico.
1. Trastornos cuantitativos ..
2. Trastornos cualitativos ...
Trastornos del afecto . . . . .
l. Trastornos cuantitativos . . . .
II. Trastornos·cualitativos . .. ... .
Afecto .. . .. . .. .... . ..... . . .
l. Trastornos cuantitativos del afecto . .. . . . ..•...
11. Trastornos cualitativos del afecto . . .. .. .. . ·; . . .. .
Trastornos de la conducta motora . . . . . . . ... . . .
l. Alteraciones de la conducta motora . . . . . . ... .
La conducta motora .... . • . ..
l. Acto instintivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..
2. Acto habitual . . . . . . . . . . . . . . .. •..... . .
3. Acto voluntario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
l. Alteración de la conducta voluntaria . . . . ... . . . . . .. . : . .•. .. . .
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l. Alteraciones qe la conación ..
2. Alteración en la ejecución . . .
3.12. Trastornos de la inteligencia . . .. .
Inteligencia . . .... . . . . . . .
3.13. Trastornos del juicio y raciocinio . .
4. LOS SINDROMES PSIQUIATRICOS . , .
4.1 . El Síndrome Maníaco .
1. Examen mental . , .. . . , .. . , , .
4.2. El Síndrome Depresivo, ...... . .. .
4,3. Síndrome Demencial . , .... . .... .
4.4. El Síndrome Cerebral Orgánico (S.C.O.).
4.5. El Síndrome Esquizofrénico ... ·, ....
4,6, Síndrome de Automatismo Mental. , , • , , ,
1. Automatismo Primado g de Clei:amlnult .
2. Antomutlsmo Sccunclo.i:Jo , . .. , , . , , .
5, EL YO, MECANISMO DE FORMACION DE SINTOMAS
Y SIGNOS DE PERTURBACION MENTAL
Mente. . . . ; ....... . . . ...... . . · . . · , · · ,
Conducta.. : . . . .. . . ......... .. . . . . . . . .
6. LA HISTORIA CLINICA PSIQUIATRICA INFANTIL .
Introducción: . . . .
GUIA PSIQUIATRJCA.
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PROLOGO
A LA PRIMERA EDICION (1978)
Escribir hoy sobre cualquier tema de Psiquiatría, exige del autor un
examen muy riguroso de conciencia profesional y científica, cuyos resul-
tados no siempre agradan ni convencen a todos los especialistas. La Psi-
quiatria, estancada en el presente en su evolución científica por· la
voracidad lucrativa ·o por las rimbombancias teóricas de las diversas
escuelas, atraviesa por una de las tan resonantes crisis que se abaten
sobre las ciencias .humanas como resultado lógico de su pubescencia y
como signo de sus en}usiasmos desorbitados. Algunos de los más reso-
nantes movimientos teóricos de la Psiquiatría moderna, como la Anti-
Psiquiatría y la Psiquiatría comunitaria que de aquella se origina, han
conocido una precoz desventura en algunos de sus más fundamentales
principios, a causa de una tendencia curiosamente autodestructlva de
los investigadores que, renegando de una.tradición clínica JJigorosa en
sus perímetros médicos, han buscado otras soluciones, otras orientacio-
nes, otras leyes, en ideologías extramédicas inconsistentes aunque es-
true,idosas.
El quehacer médico en el mundo moderno se ha diversificado en
tantos estilos como naciones hay en la tierra. Los médicos descalzos
de Mao, nada tendrían que hacer entre los Arabes, ni la lvledicina mo-
lecular podría ser estudiada correctamente en nuestro medio. Esa diJJer-
sificación geográfica del oficio médico, traduce una paralela dicotomía
de culturas y un semejan.te nacionalismo científico que confluyen en las
estructuras socio-económicas. Ya no se pueden importar conocimientos
tan alegremente como antaño, sin tener que expoi·tar enormes cuotas de
fi·acaso. En los países del Tercer Mundo, todos estos problemas conver-
gen dolorosamente en los diversos estratos de la Educación estatal o
priJJada,.por modo que en los niveles de la docencia superior universitaria,
el especialista ha de ser muy cauto y prudente para enseíiar lo justo
sin despreciar lo JJerdadero y para transmitir conocimientos modernos,
sin lesionar la sensibilidad y la índole de los problemas tradicionales.
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1 La Docencia PsiquúiMca en nudlms ámbitos en ,la de desanollo
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1
_ tiene tres compromisos fundamentales: -INFORJvIAR a las juventudes
i¡I m~dicas uni_versitarias sobre aquellos conocimientos básicos que los
1
1!¡ orienten me¡or en el conocimiento de la enfennedad humana: FORJvJAR
~ l ~
l!il e esp,rltu vocacional de aquellos estudiantes que se sienten inclinados
¡JI por la discipltna pstqutátrtca, y evitar DEFORMAR por medios de pro-
w
¡ cedtmlentos htperteórlcos o htper-prácti'cos prematuros y dogmáticos, el
lj criterio juvenil untversttario, aún Inepto para esa clase de coerciones.
¡~ Naturalmente esto no es f'áctl stno extremadamente dificil y obligan-
,, te. Y tampoco puede hacerlo cualquiera. Sólo un lento y prolongado
I,~ t l d
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:¡ r:isegai' por os mean ros Y penumbras de la pstcopatologta, la psicolo-
gz~ y la cl(nica puede darle al docente de psiquia.trz'a el suficiente equili-
brw conceptual, la suficiente autocrítica y sobretodo la suficiente mo-
~
¡ destia para no sentirse ni superior ni inferior a las circunstancias, sino al
l!Í[ ras con ellas Y con cada una de sus complejas implicaciones.
1
1¡ Por las razones antedichas, este prólogo-introducción a los Principios
_
¡
1
¡: de 'Semiolog(a Psiquiátrica que sus autores han sometido generosamente
''
l)
1
[
11
i·'. a mi consideración, sin necesidad de •ella para acreditarse por sí mismos
llegan a buena hora al campo de la docencia Pstqutátrtca Colombiana,
¡I· no solo para llenar un vacío, sino para colmar las inquietudes de no
¡l)i pocos es:udiantes y estudiosos. Aparentemente, parecería que de todos
¡ Los rama¡es de la Psiquiatría, este de la Semiología sería el más fácil de
I describir Y escribir. Nada más falso, sobretodo hoy, cuando sumidos
L como ~s~amos en el reinado de los Signos y de las imágenes, la Semiolo-
1
:[1: gía medica como la ciencia de la descripción de los signos de la enfer-
¡¡· med~~ .humana, se emparenta teóricamente con la Semasiología o la
¡ Semwtzca de las comunicaciones. Sensu Strictu, un síntoma es el
j signo por medio del cual se manifiesta una enfermedad y en este sentido
1
, es aquello que nos comunica con ella. Ya Michel Foucault ha hecho
1
. de este problema un magistral estudio en su Nacimiento de la Clínica
~¡ Per~ esta_ comunicación semiótica que hace el médico con su paclent~
ti. poi medzo de los stgnos padectentes, no sigue una trayectoria rectilfnea
l
-r¡·1' ,; como la de un semáforo a otro, sino que está plasmada en las mismas
~ h?nduras, somat~fsíqutcas que confieren a un sujeto su personalidad
11 bzológica Y tambzen su personalidad social. Lo que transmite y comu-
1,- nica un enfermo a su médico, es una especie de trayectoria semiótica
l
. e~ p~ofundidad, de su vida enferma que, como tal, y para emplear un :
·_
•¡
1
, tennzno de las comunicaciones, es algo así como una frecuencia modu-
.
!_ lada del padecimiento, sobre el vector rutilante de la existencia. :i
11
1 En varias publicaciones sobre este problema de la validez o invalidez -
J
l
. del síntoma en Psiquiatría, he insistido tozudamente sobre el hecho de :
¡
[ que el 'Sinlama es la man;Jestac;ón p,·áx;ca de toda dolen,;a y /a j
s
1 ·,
t ! J
nóstico. El menosprecio o el franco desprecio que de la diagnosis clínica
hacen algunos psicoanalistas, ciertos transaccionalistas, muchos con-
ductistas y casi todos los que aún comulgan con el agónico credo ele la
anti-psiquiatría,,no tiene ninguna defensa como no sea la ele desconocer
culposamente La Lógica ele la Vida, para emplear el término de Max
Jacob, en la que se inscribe la Lógica de la enfermedad. El rechazo, en
,ocasiones airado, de los valores ético-médicos que contiene el diagnósti-
co, no es sino una nueva forma de matricularse dentro de las corrientes
del trracionalismo moderno que, rechazando la Raclonaltclad libre Y res-
ponsable del ente humano, y desprestigiando los engarces de la Razón y
del juicio médicos., se acogen a la esclavitud de los postulados reflejoló-
gicos e instintivos y ven en ellos una nueva era en la antilógica de los
sofocos pulsionales. Mientras no s_
e demuestre, irrebatiblemente, que el
hombre no es un ente de razón, y.que por ello mismo su criterio ante su
Destino personal supera los arcos reflejos y los sacerdocios instintivos,
habrá que aceptar que el árbol genealógico del Diagnóstico hunde sus
raíces, quiérase o no, en todas y cada una de las premisas psicobiológicas
que estatuyen el concierto y las transiciones entre la salud y la enferme- _
dad. El diagnóstico no es una escuela, ni_
un dogma infalible, ni una
tests apodíctica, ni un capricho. Simplemente es el resultado NATURAL
del lenguaje de la enfermedad que ha de ser interpretado, analizado y
descifrado en virtud de la hermeneutica y de la exégesis que proponen
los signos de la enfermedad o síntomas. Esto y no otra cosa es la sernio-
logía. Lo demás, puede ser cualquier cosa.
Sobra decir que estos Principios de Semiología Psiquiátrica , han
sido concebidos para estudiantes de Medicina. Pero con una importante
advertencia. El Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Jvíedicina
del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, y concretamente los
autores de este texto, han estudiado muy concienzudamente el lenguaje
científico más apto para llevar a la comprensión del estudiantado lo
concemiente a temas cuya sola enunciación plantea complejas divagacio-
nes teóricas y discusiones, aún interminables. Se ha prescindido por
completo y muy hábilmente de toda confusión conceptual, de toda
disertación Inconsistente, de toda aglutinación y abigarramiento biblio-
gráftco, proponiendo al lector el estudio de aquellos principios fun-
damentales del saber Semtológico que solo tienen una significación médt..
ca-psiquiátrica y que dimanan de una rigurosa experiencia clfntca. Se
han compilado muy atentamente aquellas nociones y conceptos que,
descritos sin petulancias terininológicas ni exquisiteces metodológicas,
le dan al estudiante una visión clara, escueta, br1:ve, sintética, de -las nor-
mas semiológicas de la Psiquiatría, en un estilo e idioma comprensible,
accesible, concreto y '11eraz. En comparación con el talante repelente,
narcisista, egofilico, de muchos textos de Semiología Psiquiátrica que
nos llegan del exterior y en los que a la confusión de las ideas fundamen-
7
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I mdade,a ,la Regia haeia la columna do,·sal del acla méd;co: El D;ag- I
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tales y a la huera vanidad del estilo, se añade un léxtco premeditadamen-
te embrollado y aturdido, los aútores de estos Principios nos ofrecen
un modelo de trabajo sinóptico, un sumarlo ejemplar de los conocimien-
tos semiológlcos. Sin caer en la demasiado fácil tentación de atribuirle a
determinada enfermedad mental, un esquema semlológico infranquea-
ble e inmodificable que fue el gran error de la Psiquiatría finisecular, los
autores nos entregan un vocabulario semiótico genérico y no específico,
con lo cual esquivan sabiamente el te1rible canto de las Sirenas del saber
Nosográfico que no hay que corear a destiempo.
Un P!ólogo es un saludo,· una lntroducctón, un compromiso. En estas
bre))es llrléas me he aventurado a escribir un Pi'ólogo-lntroducción ,
es decir, a saludar y a comprometerme. Una y otra cosa las hago con su-
perior halago. Treinta años de docencia Universitaria y otros tantos de
ejercicio profesional, me han capacitado para conocer un poco los hom-
bres, los libros y las generaciones. Tres cosas al lado de las cuales he
aprendido a pasar con la cabeza inclinada. Mucho más en esta ocasión
cuando, frente a estos excelentes principios en los que veo el preludio
de nuevas empresas de igual aliento y perspectivas, me siento prufunda-
mente comprometido con un esfuerzo que, probablemente, de alguna
manera contribuí a estimular en la docencia. En forma tal vez intransi-
gente he defendido ante propios y extraños la primacía del criterio clí-
nico en Psiquiatría y de ello, lejos de arrepentirme, me ufano. Porque a
la vez qu_e he visto caer y desmoronarse muchas teorías, múltiples hipó-
tesis, vanas escuelas, que pretendieron hacer tolda aparte de la Psiquia-
tr(a que les dio vida en un principio, en cambio la sabiduría clínica el
arte diagnóstico, la gesta pronóstlca, se han mantenido Incólume~ e
Imbatibles. No pocos desertores han regresado a sus filas, a releer la
Semtolog(a, la Pslcopatolog(a y la Clínica. Porque sin ellas, todo estilo
de terapias está condenado al fracaso. O a la mentira.
Te~~o la plena seguridad de que estos Principios tendrán la acogida
Y el exzto que sus autores merecen. Y también de que el alma juvenil de
la _
Medicina Universitaria: ~l convencerse de que la Semiolog(a Psiquiá-
tnca no es un saber esotenco lleno de turbios enigmas, cambie su postu-
ra equívoca frente a las enfennedades mentales y logre encararlas con la
fé en el estudio y la arrogancia de la vocación.
LUIS JAJME SANCHEZ
8
PROLOGO
A LA SEGUNDA EDICION (1985)
El Profesor Luis Oirlos Taborda Ramfrez y sus colaboradores del
Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina del Colegio
Mayor de Nuestra Señora del Rosario, publican ahora para el Cuerpo
Médico y los estudiantes de Medicina esta segunda edición de su obra
Principios de Semiología Psiquiátrica.
Cuando hace seis míos se publi~ó la primera edición de este breve
texto, fue saludada justamente como una obra oportuna, didáctica y
bien ·encaminada a cubrir una laguna que se observaba entonces en los
estudios médicos. Efectivamente, no existían textos nacionales sencillos
y al alcance de los estudiantes de Medicina para cubrir las necesidades
de la docencia en la parte referente a la exploración y conocimiento de
los fenómenos mentales normales y patológicos, indispensables para la
historia clínica, el diagnóstico y el tratamiento. Los pocos textos extran-
jeros ·adólecfan de Inaccesibilidad, de demasiada prolijidad, lenguaje
complicado o profundizaciones teóricas y doctrinarlas, que los hadan
poco útiles o llamativos para la docencia.
Me parece que desde entonces las cosas han cambiado un poco: Ya
el estudiante de medicina suele manejar mejor el lenguaje psiquiátrico y
explorar más adecuadamente a su paciente. Esto se ha debido en buena
parte a mejores métodos de enseñanza, incluyendo la ·adopción, en va-
rias facultades, de textos-guías como el presente.
El secreto de una buena exploración psiquiátrica, de un adecuado
examen mental, de un perspicaz hallazgo, descripción e interpretación
de síntomas, se halla en la base misma del diagnóstico, entendido no
solamente como una etiqueta, sino como la expresión íntima de un co-
nocimiento integral del paciente como un ser bio-pslco-social, así como
la comprensión básica de su trastorno.
9
ERRNVPHGLFRVRUJ
·,'i.
Aunque la historia cUntca pslqutátrica -bien tratada en estos '?rinci-
ptos- no difiera mayormente de la historia clínica general que se enseí'ía
a los estudiantes de medicina, sl es más extensa, más prolija en algunos
aspectos (todos los que se refieren al desarrollo psico-socio-sexual del
paciente, a.sus relaciones interpersonales, su vida familiar, etc.} lo mismo
que en manejar un léxico propio, que aunque comparte parcialmente
con la neu.rolog(a, es en cierta manera novedoso y difícil para el princi-
piante que a él no está acostumbrado. Esto crea algunas dificultades que
textos como el presente, ceñido apropiadamente al modelo médico,
,i'ltmdenasubsmwr,
 El _
estudiante si-iele llégar con la 1wctón ele que la Pstquiatría as una
ciencza demasiado complicada, confusa y difusa, que sólo deben mane-
jar los especialistas. La tarea docente, entonces, deberá tender no sólo a
c:ambiarles ese pre-concepto sino a convencerles de lo contrario. La Psi-
quiatría está presente, quiérase o nó, en todo acto de la vida cotidiana
del médico. La actual tendencia de la Psiquiatría de enlace tiene en
cuenta realidades incuestionables como las de que aproximadamente un
60% de los pacteiites que acuden a la consulta general de un hospital,
padecen de algún disturbio emocional de importancia y la de que un
1O a 20% de pacientes atendidos en las salas médicas o quirúrgicas están
afectados también de depresión o angustia. La inmensa mayorfa de estos
casos tienen que ser atendidos por el médico general o el cirujano, quie-
nes, _
si no han tenido unas buenas bases psiquiátricas en su. formación,
se sienten desarmados y manejan estas situaciones a la topa tolondra,
citando las armas técnicas de la psiquiatría de hoy, incluyendo la psico-
terapia al alcance del médico general, les darfan un bagaje más sólido
para enfrentarlas.
Volviendo a la denominación de los fenómenos psicopatológicos, en
la cual hace énfasis este volumen, creemos que su dominio es fundamen-
tal para el médico y no es tan diffcil como a primera vista se presenta
para el estudiante. El todo está en aprenderlos, en buscar su presencia
en la realldad clínica y en familiarizarse con ellos.
Solo una persistente tarea de indagación y de demostración personal
hace fácil lo que antes parecfa difícil. En esto, la tarea sistemática de los
docentes, es fundamental. Este texto me parece muy bien logrado en
sus definiciones precisas y sencillas, Los médicos y aún los Psiquiatras
tenemos que aprender mucho de él para no hacer descripciones confu-
sas, largas y tediosas, sino limitarnos a lo esencial. Manejando un léxico
adecuado podemos hacernos entender mejor de los colegas, entender
a los pacientes y entendernos nosotros mismos.
La cuestión del examen mental propiamente dicho, plantea situacio-
nes interesantes para el docente y para el estudiante, lo mismo que para
el residente en fo1mación. Debe ser este un hecho médico  indepen-
10
diente de la historia rutinaria, o debe hacer parte de toda historia clíni-
ca común ? Requiere un mise en scéne especial, un tiempo extra, un
medio ad-hoc? O puede ser hecho a la cabecera del enfermo, en la sala
del hospital, en el cuarto de emergencias o en la consulta ex terna?
Aparentemente los Psiquiatras somos más complicados que el resto
de los especialistas o los médicos generales, para completar nuestro exa-
men. A veces esto es ineludible. Pero la práctica m édica corriente exige
que los asp~ctos psíquicos y emocionales del paciente sean valorados de
únned/ato y rnuchos casos 110 dan espera, El excesivo pe1feccton/smo Y
tÓs datos cornpletos de un exmnrm mental a veces desalientan y d_(Jn'O·
tan al estudiante o al médico de urgertcias para intentarlo, Y prefieren
entonces negar o escotomizar del todo tal examen. Creo que es un error.
Claro que pretender, en cada caso, aplicar sistemáticamente las cien o
más páginas de este volumen, orientado rnás que todo hacia el examen
del enfermo psicótico, sería tarea que desalentaría al más guapo. Pero
con las bases que aquí se delinean, habiéndolas practicado alguna vez,
cualquier médico estarfa en condiciones de identificar algún trastorno
psicológico o emocional ele su paciente.
En alguna ·época me sorprendió que tanto los estudiantes como los
residentes de Psiquiatrz'a profundizaran tan poco en el examen mental
del paciente. Seguían la técnica de la entrevista libre y se atenít:n ~
los datos que voluntariamente el paciente quisiera dictarles. Esta tecni-
ca, que es buena en una sesión psicoterapéutica, cuando uno ya tiene un
mapa definido del caso y sabe por donde va el agua al molino, me pare-
ce muy deficiente para el examen mental básico, que requiere completar
las lagunas con un interrogatorio inteligentemente dirigido, que de por
sí no tiene por qué perturbar la relación médico-paciente. ·
En particular se dejaban de percibir y anotar las fallas o trastornos en
el curso y el contenido del pensamiento que, a veces, son muy dif íciles
de detectar en una entrevista corriente. Esto hacía que se pasaran por
alto sutiles delirios, distorsiones, engaí'ios, alucinaciones, etc. Y que se
fomentara la idea de que dos Psiquiatras nunca están de acuerdo en un
diagnóstico y que lo que un.o opina el otro lo contradice, confundiendo
así no sólo la mentalidad médica sino hasta los tribunales de justicia. Si
todos hiciéramos un adecuado examen mental del. paciente, como el
que se recomienda en estas páginas, esas discrepancias se reducirían al
mfnimo )' harían más confiable, científica y respetable la disciplina
psiquiátrica.
Quiero destacar, en estos Principios, el concepto de la entrevista
psiquiátrica como diálogo y el valor psicoternpéutico que esto con-
lleva. Lo diferencia, en primer lugar, del acto mecánico de tomar datos
y anotaciones y destaca el acto humano de la aproximación entre el
11
ERRNVPHGLFRVRUJ
11
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médtco (o el estudtante) y el paciente, A veces los estudiantes se sienten
desccmcertados en su papel ante el enfermo mental, Qué hago yo aqu(
tomándole datos de su vtda íntima a este paciente? Se descarta que toda
aproximación humana, especialmente la aproximación médica, tiene
una connotación afectiva y emocional Importante. El acto medico en
sí mismo empieza desde la primera aproximación a un paciente. Toda
entrevista, as( sea exploratoria, termina con una intervención terapéuti-
ca, así sea involuntaria. La toma de la historia clínica, así sea neutral
significa una Intervención en la vida del otro, y esa intervención aú~
no técnica ni motivada, tiene efectos positivos o negativos sobre la exis-
tencia del paciente. El hecho de que el estudiante sepa, desde ahora, el
valor de su intervención es una motivación importante para su tarea y
aliento para sus estudios.
En esta nueva edición, los autores amplían varios de sus conceptos
anteriores y agregan nuevos capítulos. La semiología es apenas una par-
te de la enseñanza continua del estudiante de medicina en los aspectos
psicosociales de la enfermedad ffslca o mental. Va precedida de las no-
ciones de Psicología Médica y seguida de la Psiquiatría clínica y de la
Psiquiatría preventiva y social. Tiene la ventaja de que es la primera vez
que el estudiante de medicina se pone en contacto con el enfermo men-
tal y con los aspectos emocionales de la enfermedad somáti~a. De como
sea este primer encuentro deprmderá en elfuturo la Inclinación del médi-
co hacia los aspectos psiquiátricos de su. carrera.
' El texto actual está enriquecido con ejemplos de la realidad clínica
colombiana, se le han agregado capítulos sobre los principales síndromes
psiquiátricos y se ha enriquecido con la bibliografía adecuada a cada
capítulo. Me parece que cumple una función adecuada para estudiantes
Y residentes. Se entronca en la Pslcopatología, haciendo mención de los
mecanismos íntimos que trastornan las funciones mentales más suttles y
se abre hacia la Psiquiatría clínica, definiendo los grandes síndromes
mentales. Cumple pues su propósito de ubicar al estudiante, y al residen-
te, en el momento de su estudio en que pasa de lo teórico a lo práctico: ·
de contemplar los hechos desde una perspectiva a pasar a vivirlos en la
realidad clínica cotidiana.
Para finalizar, acojo integralmente las palabras con que el Profesor
Luis Jaime Sánchez saludó la primera edición de esta, obra: Tengo la
plena seguridad de que estos Principios tendrán la acogida y el éxito
que sus autores merecen. Y también de que el alma juvenil de la Medi-
cina Universitaria, al convencerse de que la Semiología Psiquiátrica no
es un saber esotérico lleno de turbios enigmas, cambie su postura equi-
voca frente a las enfermedades mentales y logre encararlas con la fe en
el estudio y la arrogancia de la vocación.
HUMBERTO ROSSELLI
12
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INTRODUCCION
Estamos convencidos que la Semiología Psiquiátrica es una rama
médica que nos permite un lenguaje técnico para llegar a un diagnóstico
dinámico de los trastornos mentales y no solamente a una descripción
fría y detallada de signos y síntomas. Esta concepción, y la falta en
nuestro medio colombiano, de un texto que se ajustara a este modo de
sentir la semiología y permitiera además al estudiante adquirir un con-
cepto adecuado de los síntomas y signos psicopatológicos, nos llevó a
escribir nuestra Semiología Psiquiátrica.
Después de seis años de publicado nuestro Principios de Semiología
Psiquiátrica y ele haber sido adoptado como texto en varias facultades
de medicina y psicología de nuestro país, creemos haber cumplido con
, el cometido de elaborar un texto sencillo y didáctico que nos permita
orientar al estudiante, en el aprendizaje de la psicopatología, indepen-
dientemente del marco referencial teórico y epistemológico de la cátedra.
Las manifestaciones del trastorno mental son múltiples y variadas,
con presentación ele diferentes grados de predominancia en cada una de
las distintas esferas del funcionamiento de la personalidad: La intelecti-
va o ele síntesis, la afectiva, la ele relación consigo mismo y con el entor-
no, la comportamental y la crítica. Cada una de estas esferas es afectada
en grado variable por la que origina el trastorno psicopatológico ; sin
embargo, una de ellas mostrará mayor número de síntomas y otras se
mostrarán indemnes o levemente trastornadas. Esto nos obliga a realizar
un examen detallado, minucioso, concienzudo y comprensivo de cada
una de las esferas de la personalidad para llegar a un diagnóstico adecua-
do y dinámico.
Por estas razones, para su estudio, hemos agrupado las diferentes áreas
de la personalidad susceptibles de presentar patología en la siguiente
13
i
í
r
ERRNVPHGLFRVRUJ
forma: en el grupo uno, hemos incluido el porte y actitud, la conciencia
y el sueño que correspondería a las funciones de relación. El grupo dos,
está conformado por las Ilamadas funciones intelectivas que involucran
la atención, la orientación, la memoria, la sensopercepción, el pensa-
miento, y el lenguaje; el afecto corresponde al grupo tres o esfera afecti-
va y en el grupo cuatro, hemos incluido la conducta, la inteligencia y el
juicio que englobarían las llamadas funciones sintéticas de la personali-
dad. Queremos aclarar que este agrupamiento es, en cierto modo, arbi-
trario porque la personalidad es un todo que bi1sca mantener suhomeos-
tasis, indiviehialidad e integridad, pero fieles a nuestro afán doc(lnü)
hemos intentado este tipo de dicotomia.
Hemos creído conveniente orientar al estudiante en la práctica del
examen mental y, para eIIo, hemos escrito el capítulo primero, donde
consignamos los elementos necesarios para realizar un adecuado examen
del funcionamiento de la personalidad del paciente o entrevistado.
En los capítulos siguientes se han consignado las alteraciones en cada
una de las áreas de acuerdo con la agrupación que hemos hecho de ellas.
Como se trata de un texto de Semiología eminentemente descriptivo
hemos conservado varios ténninos, que si bien no son aceptados por las
diferentes escuelas psíquiátricas, sí nos permiten, por su significado y
marco conceptual, una descripción adecuada del síntoma, así hayan sido
rechazados en las versiones actuales del DSM-III y de la clasificación de
las enfermedades mentales (Cl-9).
Queremos agradecer a nuestros colegas de cátedra y a nuestros resi-
dentes de psiquiatría su espíritu crítico permanente y su colaboración
desinteresada que nos ha animado a revisar, corregir y adecuar nuestros
Principios de Semiología para presentar esta segunda edición.
Los Autores
14
l a
LA HISTORIA
CLINICA
PSIQUIATRICA
15
ERRNVPHGLFRVRUJ
l. LA HISTORIA CLINICA PSIQUIATRICA
La historia clínica psiquiátrica goza de las mismas características ele
la historia que elaboramos en los servicios de medicina interna y de neu-
rología pero debe ser además dinámica para reflejar y sintetizar las
c_~racterísticas d~ la .12ersonalidad-dclp·acien
te, -
Su principal cualidad, el dinamismo, aflora desde el mismo momento
en que iniciamos la entrevista y damos comienzo a un diálogo que ade-
más de aportar los datos suficientes para elaborar nuestra historia debe
qrindar ai paciente seguridad, confia1ii~:iñ~§j mTSIT10 y: en eTm6ctTc_
Q
_
_
y ,
dejar al final, la sensación de que fue útil, que los datos aportados fue-
ron comprendidos y retribuidos en ayuda psicoterapéutica o en simple
·sensación de~yo por parte del entrevistador.
Exige, así mismo, por parte del entrevistadorJUOtivación, estado de
ánimo adecuado, gran capacidad de o)l.erY--ªción y de síntesis de _6BSO-
LUTA RESERVA de los datos suministrados, cualidades indispensables
para el buen éxito de la entrevista.
Desde el mismo momento en que el paciente ingresa al consultorio,
es necesario poner en juego nuestra capacidad de _g_l)ser~fÍÓ!l para
anotar las características de la marcha, la confianza con la cual nos salu-
da, el vestid'o que lleva, sus facies, su grado de seguridad en sí mismo,
las diferentes posiciones que adopta, su conducta, su mímica:, etc., ele-
mentos que vienen a constituir el componente PREVERBAL del lengua-
je del paciente y que nos brinda gran ayuda sobre su situación actual.
EL~illlogo con el paciente debe ser espontáneo, no estereotipado ni
frenado continuamente por el entrevistador en su afán de llevar un
orden riguroso y preguntar todos y cada uno de los parámetros que apa-
recen en el es.quema que previamente ha recibido. Si dejamos que el
paciente sea espontáneo y no dirigimos su discurso, lograremos que el
paciente coinunique toda su problemática y afloren situaciones deliran-.
17
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ERRNVPHGLFRVRUJ
tes Y alucinatorias que pasarían desapercibidas si hemos limitado su
discurso mediante preguntas continuas que exijan respuestas concisas.
. Y ~quí aparece, jugando un papel importante, nuestra caRacidad de
s111tes1s Yde 1:1emoriz~ción para lograr una buena historia-clínic-a~·pues
resulta 1mpos1ble copiar todos los datos suministrados y además el
tomar notas continuamente hace que el paciente experim~nte desc~n-
fianz_a y por lo t~nto, haga represión de algunas situaciones que no co-
municará al 11;-éd1co, En algunos casos, pacientes obsesivos o hipocon-
dríacos, por eJemplo, el tomar notas de lo que están diciendo no dismi·
uuit'tí su confümza, sino qi1e por el contrario querrán qi1e cada una de sus
palabras y de sus síntomas queden escritos como ellos lo han relatado,
La historia clínica psiquiátrica consta de las siguientes partes:
1. Identificación
2. Motivo de consulta u hospitalización
3. Enfermedad actual
4. Historia familiar
5. Historia personal
6. Antecedentes
7, Personalidad premórbida
8, Examen físico y neurológico
9. Examen mental
1O. Resumen de datos positivos
11. Diagnóstico
12. Pronóstico
13. Postulación de tratamiento
1. IDENTIFICACION
Con un ejemplo ilustraremos este aparte:
Nombre: Miguel Eduardo Arbeláez Romero
Edad: 22 años
Estado Civil:
Natural de:
Procedente de:
Profesión:
Religión:
Entidad:
Médico Tratante:
Fecha de Ingreso:
18
Soltero
Pitalito (Huila)
!bagué (Tolima)
Comerciante independiente
Católica
Particular
Dr. José Gregario Hernández
Febrero 14de 19½6
Informantes:
Persona Responsable:
Dirección:
Fecha de Elaboración de
la Historia:
• Elaporada por:
El paciente y su hermano
Su hermano Antonio José
Calle 4a. No. 3-85 !bagué
Febrero 20 de 1976
Luis Ec!uarclo Gómez
Como se notará los p1imeros datos (edad, sexo, religión, lugares ele
nacimiento y procedencia), sólo tienen interés puramente estadístico,
mientras que las restantes infon11aciones pueden tener ademas ele su
valor estadístico, un significado enla etiologín del síndromepsiquiátrlco .
Por ejemplo; la ocupación del paciente puede en determinados momen-
tos ser de ayuda en el diagnóstico ele un cuadro clínico mental; es el caso
de quienes laboran en fumigación presentan síntomas de confusión
mental producidos por la inhalación de los fumigantes.
Las fuentes de información son importantes en la elaboración de la
histo1ia clínica psiquiátrica. Solo en casos en que sea imposible encon-
trai' una fuente distinta del paciente con quien confrontar los datos
suministrados por él, se aceptará la versión dada por el paciente. Además
existen pacientes con gran inhibición psicomotora (catatónicos, por
ejemplo, autistas o pacientes con gran compromiso ele conciencia, coma ,
traumatismos craneoencefálicos) quienes no podrán suministrar dato
alguno que 110s oriente hacia un diagnóstico, mientras no entrevistemos
a sus familiares, amigos o compañeros de trabajo, etc.
2. MOTIVO DE CONSULTA U HOSPITALIZACION
Aquí describiremos brevemente y tratando de hacerlo con las pala-
bras del paciente o ele sus familiares, los principales síntomas que ameri-
taron la consulta psiquiátrica o la hospitalización.
Ejemplo 1:
Me trajeron aquí porque este viaje lo había pedido y quería conocer_,
la capital. ·
Ejemplo 2:
Dolor de cabeza, temor a estar con mucha gente, pesadillas y pérdi-
da del conocimiento por tomar muchas pepas....
Ejemplo 3:
Mi mamá me trajo porque dizque le doy mal trato a la familia y no
colaboro con el hogar.. ?¿.
19
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1
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Ejemplo 4:
Disgustos conyugales,,. Celos míos...,
3. ENFERMEDAD ACTUAL
Consiste en la descripción detallada ele los ;;íntomas y signos d_
~l (os)
brote(s) que obligan a la consulta o a la hospitalización, anotando su
.~poca de aparición,_§Ú~.Y.9J.1J-º.i.Q.1J,_pQ§LbJ~..IT.mlsió.n..d.e ello.s, Jas_causas
desencadenantes y el tratamiento recibido, Estos elatos suministrados
por el paciente se deberán confrontar con los obtenidos al interrogar a -
familiares y amigos. Aquí anotaremos el parentesco ele la persona entre-
vistada; su grado ele salud mental y el valor que nos merece la informa-
ción suministrada.
Ejemplo S:
La enfermedad se inició hace tres semanas cuando según relato del
paciente sentí un cambio trascendental, tuve una enfermedad -paperas-
y le ofrecí a Dios me q11itara la enfermedad y yo le serviría a El y a la
comunidad,
Después me empezaron a llegar mensajes, eran voces que decían: Tú
debes ser algo en la vida, y yo ahora lloro porque tengo 22 años y no
soy nada, no para sentirme orgulloso sino para servir a Dios, y yo le
escribí al Presidente de la República para que me diera billetes ele esos
que se le están pudriendo en los bolsillos y yo los necesito 11ara ser algo
y servir a mi pueblo, que ha sido ingrato conmigo...
La Psicóloga y los profesores me pusieron en reposo porque tengo
desgaste mental y ahora yo estoy en reposo y voy a reposar aquí o don-
de un hermano que me ofreció su casa en Bucaramanga.
Para el hermano que lo acompañó en el momento de la hospitalización
los datos que posee son escasos pues vive en Bucaramanga y coinciden-
cialmente se halla en Bogotá: según el profesor que lo trajo a Bogotá,
Moisés se empezó a poner enfermo desde el lunes cuando comenzó a
hablar mucho, a decir que iba a servir al pueblo, a hacer negocios: vendió
su bicicleta por la fabulosa suma de mil pesos... se llamaba el alumno-
maestro'', escribió cartas a la Cámara de Comercio para patentar sus
negocios. No había sido agresivo, pero en las últimas 48 horas se puso
agresivo porque no le traían a Bogotá, aunque se lo habían prometido, .',
El actual es el primer episodio de enfermeclap·rnental.
20
Ejemplo 6:
Según relato del paciente, desde hace más o menos dos a~os vie1;e su-
friendo ligero dolor de cabeza, de tipo difuso, que no le 1mpedia sus
labores cotidianas, hasta hace tres semanas cuando estando en_ clas_
e,,
presentó un súbito aumento en la intensidad de la cefalea que se irradio
hasta la región precordial, debiendo de abandonar el s~l~n de ?l~se. Des:
de entonces la cefalea ha siclo más intensa, de preclom11110 occipital, ca~1
permanente y que solo cedía con analgésicos tipo 292, pero este med1-
came~to se volvió ineficaz y además, no lo encontraba porqi~e lo sus-
pendieron-
, Por esta razón, consultó un vademecum y comenzo} auto-
recetarse calmantes analgésicos de cualquier clase, llegando a_
l Perco-
dan con el cual lograba calmar el dolor de cabeza, pero paulatmamente
hubo de incrementar la dosis diaria pues no me pasaba el dolor de ca-
beza.
La automedicación y la sobredosis ocasionaron tres epis_
odios de in--
toxicación así : la primera oportunidad a mediados de Enero del pre-
sente afio cuando aso.ció el Percodán a dos cervezas siendo trata.dos _en
Marly por urgencias; ocho d-ías después tuvo Jugar el segundo ep1so_d1~,
muy similar, y una tercera oportunidad en el día de ayer, cuando mg1-
rió veinte tabletas de Percodan y unas dos cervezas, preguntando por el
padre y la novia, que no se hallaban en Bogotá _Y n:ost~·,ancl o un franco
cuadro disociativo, por lo cual se ordenó su hospttalizac1on.
El paciente relata que hasta hace dos años era una pers~na sociablé,
de buen estado de ánimo, pero que desde entonces ha cambiado, que no
expresa lo que siente, con poca comunicación verbal. .._Poco a poco se
fue alejando del fútbol el cual practicaba con frecuencia, por el temor
que despertaba hallarse ante multitudes y dejó de asistir a cine porque,
me da miedo la oscuridad, Además se asoció un componente de angus-
tia de incremento paulatino, con ganas de gritar, de salir con-ienclo Y
no poder dormir con la luz apagada.
Al interrogar a la madre, ésta en su mayor parte confirma la versión
dada por el paciente y afirma que la enfermeda~ se inició hace_ cuatro
meses con aumento del dolor de cabeza y clespues ele ver la pehcula El
Exorcista, comenzó a despertarse con pesadillas y muy asustado Y ?º-
menzó a no domlir y a estar deprimido. ., Lo llevamos a donde vanos
médicos pero seguía igual; entonces decidimos llevarlo al P
1
siquia;ra Yle
dieron Mutabón D y Tryptanol en inyecciones con los cua es tema ratos
tranquilos pero el dolor de cabeza era permanente.
Si al describir la enfennedad mental incluimos partes textuales del
discurso del paciente podremos denotar en la historia clínica el grado ele
coherencia, ei origen y el contenido del pensamiento del paciente, así
como los 'trastornos sensoperceptivos y lograr que la persona que lea
21
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j'I ·.f?t·
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!! nuestra historia tome un juicio adecuado del cuadro clínico del paciente ·:W
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¡i: nuestro, En el ejemplo 5 ,encontramos un pensamiento ilógico, incohe- j
:Ir rente y con un síndrome.delirante-alucinatorio que corresponde ª un :,il
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cuadro esquizofrénico, que·contrasta con el ejemplo 6 donde el discurso . 
.1 es lógico, con elementos fóbicos e hipocon'dríacos que podrán corres- :, ·i
li ponder a una esquizofrenia larvada, 'r1f
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¡i 4,, HISTORIA FAMILIAR 1
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l¡i La familia ctimo níicleo pr!m11rio juega papel primordi~l en h1 forma· J
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i¡I
! ci611 de la personHlidad en la medida en que brinda seguridad emocional -,~
i! y afectiva y proporcione .figuras adecuadas para la identificación. Las ;~
!! relaciones entre los diversos miembros de la familia son fuerzas dinámi- 
¡
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!¡ cas que se desplazan continuamente acordes con los diferentes aconteci- 1
:mientas de la vida familiar. -
~
1
¡, Donald A. Bloch concibe la familia desde dos puntos de vista: estruc- :
J
i¡,· tural y funcionalmente. Estructuralmente el concepto de familia se refie- ,jf,
1r¡· re a la unidad de estructura familiar tomándola en las distintas instan- ~
;I cias que tienen interés psiquiátrico. Por e1·emp
· lo: las relaciones madre- :ti
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i·¡ l(liJb
·o, e
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1?. e)dípi
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co, el núcldeo familitar, la Dfamdilia
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trigeneracional %t
..·_·.
1
a ue o-pa re- uJo y os nexos e paren esco. es e e punto de vista ;,~
!I funcional estudia las situaciones de interacción familiar y los procesos :
1
¡ que pueden interesarse en un estudio psiquiátrico: la definición de rol, iJ
! la distribución de poder, la comunicación con los padres, la formación ,s:
1
1' · de la identid~d, las relaciones intergeneracionales, los elementos ansió- '
1
1
genos, las estrategias defensivas. Lógicamente que la estructura y la fun- 1
il ción, así planteadas, son aspectos interrelacionados del mismo fenómeno. ~
l
i Incluimos en el concepto de familia a todos los miembros del hogar }
¡1 porque consideramos que todos tienen significado en el trabajó tera- 1
ji péutico, de tal modo que no solamente tomamos el núcleo familiar y ,-i
sus situaciones sino que incluimos además, los miembros que tienen mi
significado especial y que regularmente están adscritos al núcleo familiar
primario (institutrices, sirvientes, .etc.).
'11 .
j¡ En el esquema para realizar la entrevista se tiene en cuenta:
11 a. Padres y hermanos.- Edad, ocupación, grado de instrucción antece- •
JI cténtesfísicos'yn1entales, características sobresalientes de ~ada uno
~- ..
:i,i de ellos, causa de muerte, relaciones con el paciente si aún permanece 'Í
:;1¡ en el núcleo familiar, etc. ~
:j,il b. /]§_tJ.f!f!: e 1!.Jios.- Evaluando los parámetros-anteriores y teniendo en .{
1
,!i,
1
, cuenta,-ac!emás, las características del paciente como esposo y padre, ·l
c. Atmósfera del hogar e tnfluen~ia.- Armonía familiar, rela_
ciones int~r-
perso~ct6sre1igÍOSCÍS y ·económicos, sucesos de importancia,
etc. aspectos que no describiremos únicamente sino que le daremos
su connotación dinámica.
Ejemplo 7:
El núcleo familiar está integrado por los padres y ocho hijos: los varo-
nes dedicados a las labores agrícolas en una finca fundada por mi papá
y ]as mujeres a desarrollar las labores del hogar. Ocasionalmente han
vivido en el pw~blo,
El pudre era la figuro de autoridad; muy autorital'io, a veces no dejaba
hablar, no permitía que uno cogiera las cosas sin su permiso o que no
las dejara en el mismo lugar, porque nos pegaba duro ... Actualmente
la figura de autoridad la encarna Angel María, uno de los hijos mayores
porque mi papá le dejó todo para que lo ordenara... La madre ha
sido pasiva le ha obedecido a mi papá en todo sentido y todavía a pesar
de estar anciano le obedece.. . Existen frecuentes altercados entre los
cónyuges pero ella siempre obedecía... Anota que '.'mi ~apá n~mca le
ha pegado a mi mamá pero yo sentía rabia cuando 1111 papa le gntaba...
es que él es muy dominante.. .
Económicamente describe .el paciente como i.m hogar más bien po-
bre porque hasta ahora empieza a producir la finquita. Se profesa la
religión católica pero sin que haya existido coacción o franca imposi-
ción en las prácticas religiosas.
Los hijos han tratado de lograr su independencia económica lo más
pronto posible, por culpa de mi papá... Actualmente sólo viven con los
padres los tres solteros llevando buenas relaciones porque el ambiente
es distinto ya que mi papá le dió el poder a Angel María Y él es más
noble yaccede...
Padre: Eleuterj.o, 75 años, agricultor, analfabeta, es como un canalla
porque todas las veces es a dominar por la edad y los conocimientos que
tiene. El paciente ha tenido bastantes problemas con él y nos hemos
agarrado de boca, pero yo siempre me retiro y le obedezco.
Madre: María Nohemí, ele 62 años, cursó hasta segundo de primaria
pero se le olvidó escribir, ella nos hace la comida, es muy noble,
muy buena, atiende mucho a los hijos... le obedece a los hijos' a mí
me tienen como el menor porque soy el único que no tiene hijos.. , La
madre ha sido sobreprotectora con el paciente hasta el punto de llegar a
pagar las deudas del paciente: siempre me ha solucionado mis proble-
mas y me ha defendido ele mi papá y ésto casi que conmigo no más por-
que yo soy el que más embarradas ha hecho en la casa...
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.el grado de comprensión conyugal, etc. . W
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l¡l Hermanos: . José Eluterio, 47 años, agricultor, viudo, padre de siete -j',
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q tenido disgustos frecuentes llegando incluso a enfrentarse a puño por- -·~
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! que ha querido quitarnos parte de la finca. De pequeño, lo respetaba l
~:! porque era mi hermano mayor. lf
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jll Maximiliano: Muerto en 1958, a los 25 años de edad pero no sabe- ij.
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¡i¡. mos por qué le pegaron el par de tiros, yo creo que porque era conserva- ·,¡¡.(
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1 sinti6... Era casado y dejó un hijo. í!li
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, Benjamín: Soltero, negociante tiene mujer y cuatro hijos, casi no -
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J nos vemos con él porque está en Venezuela. f
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1 Marina: 26 años, casada, tiene cuatro hijos. Con ella las relaciones :
¡
¡~· _ fueron bastante problemáticas porque mientras estuvo soltera era muy %
;' · dominante porque mi papá la quería por ser la única hija y ella era muy 1
¡'!¡'· caprichosa... después de casada cambió bastante... Í_· i
!1¡ Abuelita materna: Sólo vivió en el núcleo familiar los dos últimos ~~
i
1
años de su' vida, murió a los 70 años, hace 20 años, de cáncer. Era l
1
1
1 muy cansona por su edad; sin embargo el paciente guarda un buen re- ~
¡ cuerdo de ella porque cuándo tenía su casa yo llegaba y le quitaba los rt
!i dulces que ella hacia y no decía nada. -
,.
'¡
1 i
11 S. HISTORIA PERSONAL ,
,
,¡¡ Es el recuento cronológico de la vida del paciente, en el cual se debe l.
1
¡¡ hacer hincapié en la ~ria_JiQ.t~l, en el desarrollo de la ¡;ers.2lli!-li·. l
;
_
1
:l,1 dad de acuerdo con las experiencias introspectivas y con los factores '-it
1
'
1
li
1
,_ _
ambientales. Para su elaboración es útil seguir la cronología biológica· ·_
~
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i:_i_::
.
1
..•
como guía sin convertirla en un cuestionario de encuesta, ~
1
a. Embarazo y Parto .,
!
1
¡
1
1
:
,I Deseado o nó; edad de la madre, patología y estado emocional de la l·
madre, legitimidad. Duración del embarazo y del trabajo del parto, ~
¡1
1
¡ amenazas de aborto; parto atendido por quién, dónde; patología neo- t
1
¡1. natal, etc... 1
llj )
~
-
·
,11 b. Lactancia y Desarrollo Psicomotor ~
~I t
1
¡, Tipo de alimentación recibida, rechazo de la alimentación, destete, '
·¡
1
:
1
. edades a las cuales caminó, habló, hizo control de esfínteres, méto- '-~
dos usados para crear hábitos de limpieza, etc, ,.
t 1
' 24 ~
c. lilfancia
Educación en los primeros años, demand~s. excesiv~s, s~br~-prot~c-
ción castigos desmedidos, aclapt.ación familiar Y social, nvahclad.fra-
tern~, conducta asumida ante el nacimiento ele. nuevos herm;nitos,
juegos infantiles, cuidado del juguete y de los ammales, fantas1as, S.~-..
lecho, escena primaria, etc.
_,,;as;;s neuróticos infantiles: Aislamiento, berrinches, trist~zas, e_
s~as-
mos del sollozo, geofagia, onicofagia, pe~adillas, sonambulismo, teiro-
res nocturnos fobias em1resis, encoprex1s, etc.
. : ' l
d. Escolaridad
Edad de inicio, adaptación al ambiente estu~iantil, relaciones ~on
maestros y compañeros, rendimiento escolar, mtereses, apo~los, lide-
razgo,-. J-iazmerreir, pasividad, reprobaciones, fugas del colegio, grado
alcanzado, etc.
e. Adolescencia
Conflictos aceptación de las figuras de·autoridad, su relación con el
rendimiento. académico, pandillas, flirteos.
f. Educación Sexual
De quién recibe la información, primeras ~anifestacio~es sexu~l_es·,
actividades·ante el sexo opuesto, masturbac10n_
(frecu~ncia, clura_c~on,
conflictos fantasías masturbatorias, etc.), mamfestac1ones y act1v1cla-
des homo~exuales, menarquia, noviazgos, etc.
g, Edad Adulta .
Historia ocupacional, cambios, ascensos, d_ificul.t~des .de adap~ac1~n'.
relaciones con jefes y compañeros de trabaJo, efi~1enc1a e1: ~l. traba~o,
hábitos ante el dinero, adaptación social, distracc10nes, rc11g10n, otrns
intereses; el papel del padre y esposo, etc,
h: Historia Matrimonial
Actitud ante el sexo complementario, circunstancias del matrimonio,
características del cónyuge o compañero, infidelidad, cel?s, modo.Y
frecuencia de las relaciones matrimoniales, frigidez, 1111potencrn,
eyaculación precoz, número de hijos, abortos, control natal, etc.
i. Climaterio y Senilidad
Molestias físicas, estados depresivos asociados, adapta.ción a la situa-
ción de pensionado, chocheras, situación hacia los metos, etc.
25
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ERRNVPHGLFRVRUJ
.,.,..
1)_
Ejemplo 8: .
i Fruto del primer embarazo materno, deseado, con parto atendido en
c,línica por médico, duración del trabajo de parto de unas once horas,
sin anoxia neonatal, y con un bebé de buenas condiciones generales.
¡
 Recibió alimentación materna durante un año; posteriormente tetero
h,asta los tres años, cuando voluntariamente lo dejó,
1 Desarrollo psicomotor dentro de los parámetros normales, Ganó ·eJ
o
1
:mcmso del nifio sano. Colecho negativo,
! Rasgos n@
m-6tleos 11egntivos, Al ntlve.nimiento de su mwvo hermíl·
nfto no mostró cambios en su conducta.
' Control .esfinteriano a los 15 meses mediante castigos maternos no
severos.
No tenia dificultades para relacionarse con mnos de su edad era
muy despierto, sin complejos, con noviecitas y todo. Sus juegos infan-
tiles eran adecuados y con la participación de sus hermanos menores.
Regularmente tomaba el papel de líder en los mismos.
A los cuatro años sus padres debieron separarse debido a la farmaco-
dependencia del padre pero no se notó cambio en la actitud ·del paciente
' ni en su desarrollo adaptativo posterior.
Inicia escolaridad a los siete años ''siendo un excelente estudiante...
no hay un año en que no tenga diplomas y premios... No ha tenido
problemas disciplinarios y hay aceptación de las figuras de autoridad
adecuadamente. Cambios de colegios por problemas familiares con adap-
tación adecuada al nuevo ambiente. Este año cursaba su cuarto de bachi-
llerato debiendo abandonar sus estudios por su enfermedad actual.
Tiene muchos amigos es amable y tratable con todos, le gusta salir a
bailar e ir al cine con sus amigos. Sus relaciones son espontáneas y cálidas.
Infonnación sexual recibida en el colegio y por amigos. Actos mas-
turbatorios desde los 13 años, con· fantasías heterosexuales y carentes
de angustia; relaciones heterosexuales esporádicas, relatadas como satis-
factorias, aunque J.a primera vez tuve un poco de miedo. Niega rela-
ciones homosexuales.
6. ANTECEDENTES
Aquí complementaremos los datos suministrados en la historia fami-
liar y personal mediante la descripción de los antecedentes clínicos
_
quirúr~i_~os.L traumáticos, _tóxicos, _alérgicos del pacieñ·te
- yIappslbl;
26
patolo_gg_habida en la rama familiar para enfe1medade~ mentales, meta-
bólicas, retardo mental, problemas cardiovasculurcs, srndromes convul-
sivos, etc.
Es necesario en este aparte consignar tanto los datos negativos como
• los positivos pues ambos son de capital importancia.
Ejemplo 9:
a. Patológicos
Sarampión y parotiditis sin complicaciones,
b. En su vida ndulta
Paludismo tratado con cloroquina, autoformulada.
c. Quirúrgicos
Apendicectomía a la edad de 8 años, sin complicaciones.
d. Traumáticos
Relata que a la edad de cinco años cayó desde una altura de cinco
metros sufriendo pérdida de la conciencia y fractura del antebrazo
izquierdo. Duré inconsciente unos dos minutos. Posterior a la caída
solo experimentó cefalea que desapareció espontáneamente.
e. Tóxicos
1. Psicodislépticos: Una experiencia con marihuana muy desagrada-
ble, durante la cual se sintió muy inferior y hasta los perros eran
grandes y yo me sentía miserable. Una experiencia con LSD' en la
cual presentó logorrea y me fue muy mal en el examen que pre-
senté estando trabado.
2. Tranquilizantes menores: Durante los exámenes de quinto de ba-
chillerato, con dosis de diazeparn de 1Omgrs. diarios.
3. Alcohol: Poco lo ingiere porque me da tristeza y hablo mucho.
No presenta amnesias ni agresividad durante la embriaguez.
4. Anfetaminas: Las ingiere para estudiar en los exámenes con do-
sis de una tableta diaria de Ritalin -Metlfenidato- de 1O mgrs.
5. Analgésicos: Ha ingerido toda una amplia gama de analgésicos y
desde hace tres meses ingiere habitualmente y con incremento p au-
latino de la dosis Percodan (compuesto de oxidecaína, hometropi-
na, ·ácido ácetilsalicílico, fenacetina y cafeína).
6. Cigarrillo: Fuma demasiado porque me siento nervioso, comencé
a los 15 años y ahora fumo un paquete diario.
27
,J
1
i
¡
ERRNVPHGLFRVRUJ
f. Alérgico: Negativo
g. Familiares
1. Enfennedad mental: La madre estuvo hospitalizada por cuadro
melancólico reactivo. Su abuelita paterna sufrió demencia senil.
2. Neoplasias: Su hemano mayor falleció de cáncer gástrico.
3. Convulsivos: Niega.
4. Retardo mental: El hermano menor presentó retardo mental seve-
ro. Murió a la edad de 8 afios de fiebre amarilla. ·
5. Suicidios: Niega.
6. Cardiovasculares: Tía paterna es hipertensa.
7. Diabetes: Tía paterna.
h. Venéreos: Negativos
: 7. PERSONALIDAD PREMORBIDA
. 1La .personalidad co~stituye la síntesis_ d~ ~odos los elementos que
mterf1eren en la formación mental de un md1V1duo y le dan una fisono-
m'.ía propia. Esta configuración es el resultado de las innumerables parti-
cularidades de su constitución psicofisiológica, de sus componentes ins-
tiAto-afectivos alimentados por las afcrendas sensitivo-sensorial de sus
ro;rmas de reacción y de las impresiones dejadas por las experiencias
virdas, que han ido jalonando su historia individual.
¡sin embargo, con base en la simplicidad, nos referimos solamente al
ca,rácter del paciente entendido como la conducta general dentro de las .
relaciones sociales, una disposición sentimental predominante y la natu-
raleza de humor habitual con lo cual delinearemos un esbozo de diagnós-
tico para la personalidad esquizoide, ciclotímica, histérica, antisocial, etc.
Entrevistaremos al paciente y sus allegados sobre sus estados de hu-
mor habitual (alegre, triste, variable, pesimista, etc.) su reacción ante las
frustraciones, rasgos fóbicos, aficiones, hobbies, etc., tratando de con-
signar en la historia las propias palabras del paciente.
Damos a continuación una simple colección de sugerencias y no un
esquema:
1. Relacioifos sociales con la familia (atracción, dependencia), con ami-
gos (grupos, sociedades, clubes), en el trabajo y con los compañeros
28
de trabajo (cabecilla, seguidor, organizador, agresivo, sumiso, adapta-
ble).
2. Actividades e intereses intelectuales: Libros, obras de teatro, cuadros
preferidos, memoria, observación, juicio, facultad crítica.
3. Humor: Alegre, abatido, ansioso, preocupado, optimista, pesimista,
depreciación ele sf mismo, satisfecho, exceso ele confianza, estable,
fluctuante (con o sin ocasión) reservado, demostrativo,
4, Carácter: Tímido, sensible, suspicaz, resentido, quisquilloso, irritable,
ilnptilsivo, cel0so, egoísta, egocéntrico, reservado, vergonzoso, opaca-
do, estricto, meticuloso, rígido, etc.
5. Normas aceptadas: Moral religiosa, social, económica, práctica. Acti-
tud hacia sí mismo, hacia los otros, frente a la salud, hacia el propio
cuerpo, interés y ambiciones.
6. Energía: Iniciativa, energía sostenida o abrnpta, fatigabilidad, ritmo,
decisión.
7. Vida imaginativa: Ensueños diurnos, frecuencia, contenido.
8. Hábitos: En la comida (caprichos) en el sueño, en las funciones excre-
toras, etc.
Ejemplo 10:
''.Siempre me ha gustado tener buen físico y desde pequeño he vivido
preocupado por ello, ahora estoy un poco flaco pero en pantalón de
baño me veo bien...
Me autorretiré de la profesión y me autojubilé hace seis meses ·con
dos centavos para disfrutar un poco. Así lo hizo papá y vive como un
pachá. En eso el viejo era un sabio.. .
Siempre he siclo deportista. Me ha gustado el tenis y lo practico dia-
riamente con un Coronel Retirado en el Club Militar.. .
Las viejas me han gustado pilas; más que el tenis...
Leo poco, casi siempre historia y lo que se refiere a Napoleón que es
mi personaje favorito. Música poco, especialmente estilizada. ..
Mi aspiración actual es reconciliarme con mi mujer y mis hijos y si
no es posible entonces separamos amigablemente.. .
Siempre_· he siclo meticuloso, obsesivo, ordenado : Mis trajes son im-
pecables; me gusta estar elegantemente; me adapto fácilmente ·cuando
las cosas salen mal. . .
29
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1
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·- - - ----------------~,,_..-~--,,....,,,,,,.:::-,:-,,--,,,..,......,;,,.,,....;,-~~..,..,~~~-
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,~,...,.:.,,-,-----.-.-,.......,,....-----~--------~---- -·---------- ----·
ERRNVPHGLFRVRUJ
.'~.
Me gusta la media1¡ía porque ahí está la cosa buena. Mi filósofo de
cabecera es Horacio...
Con el dinero soy reservado, pienso que se debe ahorrar un poco pa-
ra cualquier situación posterior; sin embargo, nunca faltó algo en mi
casa...
Me gusta la buena comida, aunque no soy exigente...
8, EXAMENES FISICO Y NEUROLOGICO
Nasta ahora tenemos la información adecuada desde el punto de vista
psiquiátrico pero aún nos resta destacar organicidad en el cuadro clínico
que estamos evaluando. Sabemos que bajo un cuadro de manía bien
puede esconderse un tumor frontal o que el síndrome maníaco está de-
sencadenado por hipertiroidismo, o por la administración de corticoides
o de isoniazida.
En los cuadros confusionales, una posible etiología puede ser un he-
matoma subdural crónico, una arteriosclerosis cerebral o un traumatis-
mo creaneoencefálico que debemos destacar.
Un cuadro clínico que nos impresione como conversión histérica
por su presentación súbita, posterior a un disgusto, con pérdida de con-
ciencia y moderado grado de espasticidad mus0ular bien puede deberse
a un A.C.V. y sólo un examen neurológico cuidadoso nos descartará
esta posibilidad.
Desde otro punto de vista, el examen físico nos proporcionará el
estado_ de las condiciones orgánicas del paciente y nos marcará la pauta
a seguir en el tratamiento posterior. Es sabido que un paciente catató-
nico se irá deteriorando físicamente de un modo paulatino y que es
primordial tratar junto con el síndrome esquizofrénico su situación 'de
d~snutrición y deshidratación concomitantes. Además los exámenes car-
diovasculares nos marcarán el derrotero a seguir en los tratamientos bio-
lógicos (insulinoterapia, clonoterapia, etc., evitándonos así fatales acci-
dentes).
9. EXAMEN MENTAL
Los datos han sido obtenido a través de la entrevista realizada median-
te la 9bservación cuidadosa de la actiti1d del paciente y del análisis de si1
di~curso donde ha expresado sus sentimientos, creencias y situaciones
quíe lo han llevado a consultar. Aquí solamente_no:1 limitaremos a orde-
nar estos datos de acuerdo con las distintas áreas de la personalidad tra-
tando de hacerlo en forma dinámica y no exclusivamente descriptiva -
~, en
30
Jo posible, transcribiendo muestras del lenguaje del pacient.e, que ade-
más de complementar también proporciona mayor claridad a nuestra
historia. En el capítulo siguiente profundizaremos este tema, y hablare-
mos de las técnicas para evaluar los siguientes parámetros:
A. Funciones de Relación
l. Apariencia general: Porte y actitud
2. Conciencia
3. Sueño
B. Funciones Intelectivas
1. Atención
2. Orientación
3. Memoria.
4. Sensopercepción
5. Pensamiento
6. Lenguaje
C. Esfera Afectiva o del Humor
D. Funciones de Síntesis
1. Conducta
2. Inteligencia
3. Juicio y raciocinio
Ejemplo 11:
Paciente joven recientemente craneotomizaclo, bradipsíquico, arre-
glado adecuadamente, trata ele disimular su cabeza rasurada con una
boína; se muestra ten1eroso, entra por sus propios medios al consultorio
y saluda fríamente, permanece ele pie hasta tanto no se le ordene que se
siente. Una vez sentado sus posturas son adecuadas y varían normalmen-
te durante la entrevista. Paulatinamente comienza a desaparecer su
temor y u mostrarse más espontáneo en el diálogo. Se muestra conscien-
te con orientación conservada auto y alopsíquicamente. Su pensamiento
es lógico, con un curso lento pero coherente y en su contenido no se
detectan alteraciones delirantes. Se precisan elementos fóbicos a estar
solo y a jugar porque me da miedo la multitud. Corno sitlrnciones
contrafóbicas duermo con la luz encendida y con la cabecera de mi
cama mirando a_
la puerta de mi pieza.
31
j
'¡
i
1
¡
i
---~·-- ·
ERRNVPHGLFRVRUJ
Hay lentitud en su conducta motora ocasionada por su recie~te cra-
neotomía por lo cual muestra leve grado de apraxia ideomotriz. Obede-
dece las órdenes ciadas sin mostrar automatismo en ello.
En la esfera sensoperceptiva no se aprecian alucinaciones aunque los
pacl:es_ las relataron. Son patentes ilusio11es visuales del tipo falsos reco-
noc1m1entos.
La atención es fija, con lentitud al examen ele la atención dirigida. Su
memoria de fijación muestra moderado compromiso ; la de evocación
está conservada. Su inteligencia es promedio y su bagaje intelectual y
cultural como su j_
uicio crítico estttn acordes con su nivel ele instrucción.
Su afecto está mal modulado, con tendencia a ser plano, pues no
muestra mayor grado de modulación afectiva.
Su prospección es ilqgica, claramente influenciada por cierto grado
de proteccionismo de los padres y de quienes cuidaron al paciente en el
post-operatorio.
La noción de enfe1meclact mental no existe claramente. El paciente
relata estar hospitalizado ''por los nervios y porque sufrí una reacción
después de la operación de la cabeza.
10. RESUMEN DE LOS DATOS POSITIVOS
Se consignarán las situaciones desencadenantes y asociados con el
cuadro clínico que presenta nuestro paciente teniendo en cuenta los da-
tos obtenidos en enfem1edad actual, historias personales y familiares y
los elementos semiológicos positivos en los exámenes neurológicos, físi-
co y mental.
11. DIAGNOSTICOS
Estará basado en la información total obtenida y cobijará tanto al
cuadro clínico psiquiátrico como a las entidades de índole somático de-
tectadas o sospechadas al practicar el examen físico del paciente.
El diagnóstico psiquiátrico será el primero en escribirse, pero si existe
una presunción o se cree que está ocasionado por una entidad orgánica
colocaremos ésta en primer lugar. .
Desde el punto de vista de nomenclatura se tendní en cuenta la clasi-
ficación de las enfermedades mentales de la O.M.S. (1968).
32
,.-:
;,,
Ejemplo 12:
1. Esqtiizofrenia paranoide
2. T.B.C. pulmonar reactiva
3. Parasitismo intestinal
Ejemplo 13:
1. Síndrome_
manfaco por terapia con corticoides
2. Posoperatorio inmediato: Extirpación ele absceso cerebral frontopa-
rietal derecho.
Ejemplo 14:·
1. TraumaJismo craneoencefálico
2. Fractura fémur y tibia derechos
3. Síndrome de confusión mental
12. PRONOSTICO
Todo diagnóstico conlleva un pronóstico basado en las características
del cuadro clínico, la edad del paciente, las enfermedades asociadas, la
posibilidad de tratamiento, la respuesta clínica en los episodios anterio-
res y otras situaciones particulares que deben evaluarse a conciencia,
con el fin de proporcionar información exacta y adecuada a los familia-
res cuando ellos inquieran por el estado de salud del paciente y nos pre-
gunten qué piensa usted, doctor o qué esperanzas nos da situación
que se nos presenta continuamente en nuestra práctica médica.
13. POSTULACION DEL TRATAMIENTO
Una vez realizada la presunción diagnóstica y habiéndonos fijado un
pronóstico sobre el caso, debemos iniciar una conducta terapéutica, que
bien puede ser conservadora en un principio, especialmente si existen
dudas acerca de la organicidad del cuadro clínico, que serán descarta-
das paraclínicamente.
Si creemos que nuestro paciente presenta un síndrome psiquiátrico
puro iniciaremos nuestra terapia a base ele sedación, terapéutica far-
macológica, biológica, psicoterapéutica, e'tc., teniendo en cuenta las po-
sibles entidades asociadas al cuadro mental (infección urinaria, diabetes,
glaucoma, etc.)
33
i
'¡
¡
ERRNVPHGLFRVRUJ
BIBLIOGRAFIA
BUHLER, C. El 11/flo y su [ami/la, Ed. Paldoa, Buenos nires, 1964,
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11. RIPLEY, H. Diagnosis and Ps/chlatry; Examl11atio11 of the Psichlatrlc patient. En compro-
hesivc textbook ofpsychiatry. Editor: AlfredFreedman,et alBaltirnore, 2a. Edición, 1976.
12. VIAUD, G., La inte/lgencia, Ed. Paidos, Buenos Aires, 4a. Edición, 1973,
34
2.
EL EXAMEN
MENTAL
DEL PACIENTE
35
r
1
r
ERRNVPHGLFRVRUJ
2. EL EXAMEN MENTAL DEL PACIENTE
El examen mental del paciente requiere de parte del examinador las
siguientes cualidades: comprensión, atención, observación y análisis ele
todas y cada una ele las manifestaciones de la vida psíquica.
Hablamos de comprensión no en el sentido de aceptar o enten-
der la conducta como algo humano o como algo que a cualquiera
de nosotros nos puede pasar, sino en el sentido más amplio de la pala-
bra, como ayuda, como colaboración, como comunicación íntegra entre
el psiquismo del paciente y el del médico. En esta forma, sí podemos
•realmente entender al paciente y lograr captar el significado verd acle-
ro de sus alteraciones psíquicas.
La capacidad de comprensión depende, a su vez, del funcionamiento
psíquico adecuado del médico, de su integridad de criterio, de su hones-
tidad y de su experiencia vital y académica. No se trata de encontrar
justificacioúes a los síntomas del paciente sino ele analizar en toda su
intensidad el síntoma, con sus orígenes, su psicogénesis, su psicoclina-
mia, para revertir este conocimiento en ayuda y mensaje terapéutico.
Por eso, creemos que es inadecuado realizar un examen mental con el
solo propósito de ver qué tan enfermo, qué tan psicótico está nues-
tro paciente, sin haberle peimitido, al finalizar el examen mental, la
posibilidad de retornar a un funcionamiento psíquico adecuado.
La atención por parte del examinador debe ser activa y constante no
solamente para el lenguaje oral sino también para el pre-verbal. Los ma-
nierismos, los cambios en la entonación, las crisis de llanto, la autono-
mía en el diálogo, los estados de perplejidad, los bloqueos, sólo pueden
ser detectados si estamos atentos a lo que dice y hace el paciente. Esta
es la razón por la cual resulta inconveniente estar escribiendo todo lo
que dice el paciente, porque perdemos la posibilidad de atender su
conducta pre-verbal.
37
,·
í
i
ERRNVPHGLFRVRUJ
La observación de los fenómenos psíquicos del paciente no debe ser
sistemática o . como quien asiste de espectador en fonna pasiva. La
capacidad de observar el acontecer psíquico del enfermo debe ser activa
y fundamentada en el criterio médico holístico que le permita al exami-
nador detectar los elementos psicopatológicos, pero también avistar el
componente cultural que está involucrado u origina el sintoma.
No se trata de describir pormenorizadamente cuántas veces nuestro
paciente se succiona el pulgar o grita incoherencias, sino en qué circuns-
tancias aparecen estas conductas, qué factores las precipitan, las agravan,
las disminuyen; en otras palabras, es más importante el por qué exis-
ten, a el cómo y cuántas veces aparecen.
El análisis no se limita exclúsivamente al paciente, Es necesario estu-
diar la información recibida de los informantés distintos al enfenno para
llegar al diagnóstico del funcionamiento de él, de su familia y de su en-
torno; ésto quiere decir, que al igual que la concepción bio-psicosocial
de la enfermedad mental, el diagnóstico también es holístico, lo cual
permite un manejo integral del trastorno y un pronóstico más real, váli-
do y confiable.
2.1. EL DIALOGO
El instrumento, que en la mayoría de las veces, permite obtener la
información que requerimos para hacer el diagnóstico del acontecer
intrapsiquico de nuestro paciente, es el diálogo con él. Mediante la
comunicación verbal vamos a obtener los datos sobre los orígenes de su
padecimiento psíquico, sus experiencias vitales previas, sus aspiraciones
y metas futuras, sus fmstraciones y en fin, todo el bagaje ex periencia!
previo,
2.1.2. Jamás debemos constituirnos en censores de la conducta del
paciente, aunque sus concepciones religiosas, filosóficas Ópolíti-
cas, o sus vivencias estén en franco desacuerdo con nuestr as propias
ideas y maneras de vivir.
2.1.3. La entrevista no es un interrogatorio ni una encuesta en la que
hay que consignar el mayor número de datos. Por el contrario,
la entrevista debe ser un diálogo abierto, dinámico_
, que permita comu-
nicación dirigida por el entrevistador, pero no ceñida a una tabla de
síntomas y signos.
2.1.4~
. El entrevistador hablará poco y dejará que hable much o el enfer-
! mo. Se obtiene poca información cuando se limita la es pontanei-
dad del diálogo por parte del paciente, cuando se le con_
tradic e, cuando
se trá.ta de disuadirlo de sus errores, cuando se dan opiniones p ersonales
1
38
sobre las ideas expresadas por el paciente, etc. Por eso, las pregun~as que
se hagan deben ser en su mayoría abiertas, no sugestivas, para cleJaI' que
el explorado quede en libertad ele contestarnos lo que se le ocurra o
crea conveniente comunicarnos.
Para obtener datos como edad, estado civil y en general los elatos de
identificación, se utilizan las preguntas concisas.
Si preguntamos por ejemplo, ¿se sintió triste cuando murió su espo-
sa?, la respqesta del paciente, seguramente será que sí porque hemos
casi obligado al enfermo a que nos diera esa contestación. Pero si hace-
mos la pregunta, en la siguiente forma, ¿cómo se sintió cuando murió
su esposa?, estamos dando mayor amplitud a la asociación del paciente
y seguramente nos comunicará mayores detalles de esa vivencia.
2.1.5. La entrevista es confidencial, y como todo acto médico, está
signada por el sigilo profesional.
2.1.6. Es necesario utilizar un lenguaje claro, conciso, Y adecuado al
nivel cultural del paciente. No hay que dejar términos o concep-
ciones para interpretar posteriormente; por eso vale la pena aclarar qué
significan para el paciente sus obsesiones, mis delirios o el stress
porque para él pueden tener un significado totalmente opuesto a ~a con-
notación psicopatológica del término. Además, en otras oportumdacles,
el paciente ha creado neologismos y, lógicamente, su significado es sub-
jetivo.
2.1.7. · La entrevista debe actuar lo suficiente para obtener la informa-
ción ·para hacer un diagnóstico, elaborar un pronóstico e iniciar
un esquema terap,éutico.
2.2. EL TEST DE KIRBY
Algunos pacientes.por su estado de conciencia (coma, estupor) o por
sus a!teracior1es psicopatológicas (negativismo, estado catatónico) no
permiten entablar el diálogo. Para obtener la información necesaria que
nos permita cliagnostic'ar si el cuadro clínico corresponde a una altera-
ción neurológica (S.C.O.) o a una actividad clínica como la esquizofre-
nia, Kirby ideó en 1924, los siguientes items para explorar en este tipo
de pacientes.
2.2.1 . Reacción General y Postura
e Actitud voluntaria y pasiva.
GJ Posturas voluntarias, confortables, naturales, forzadas, raras, que hace
el paciente si se le coloca en una posición extraña·e incómoda.
39
- - - ~ - - ' - - - - - ' - - - - - - - - ' - - - - - -- - ~
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,. -. -~-----~-__¡~.;¡;:..,,.,,.,,--_~~~-_:__,-------------.,,.,----
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o Conducta para con el médico y las enfermeras: de oposición, evasión
irritable, apático, complaciente.
o Actos espontáneos: ¿Se muestra ocasionalmente juguetón, malinten-
cionado, agresivo? ¿Hace movimientos de defensa cuando se le moles-
ta o cuando se le pincha con un alfiler? Modo de comer y de vestir.
Atención a las funciones intestinales y vesicales, ¿Sus movimientos
muestran solamente un retardo inicial o son consecuentes en todo su
desarrollo?
• l,En c¡ué nrndida cambia la actitud? ¿La conducta, es constante ovaria,
ble de un día para otro? ¿Algún suceso especial influye en su estado?
2.2.2. Expresión Facial
Alerta, atento, plácido, indiferente, estólido, enfurruñado, perplejo,
desesperado, etc. ¿Hay alguna expresión facial o signos de emoción: lá-
grimas, sonrisas, rubor, sudoración? ¿En qué ocasiones?
2.2.3. Ojos
Abiertos o cerrados. Si cerrados, ¿resiste a dejarse levantar los párpa-
dos? Movimientos de los ojos, ¿Ausentes? ¿Presta atención y sigue los
movimientos del examinador o de los objetos? ¿Tiene la vista fija? ¿Su
mirada es evasiva? ¿Gira los ojos hacia arriba? ¿Pestañea? ¿Reacción de
defensa ante la aproximación súbita ele un alfiler o de la mano? ¿Reac-
ciones sensitivas de las pupilas (reflejo pupilar)?
2.2.4. Reacción a lo que se dice o se hace
Ordenes: Saque la lengua, mueva los brazos, etc. Movimientos lentos
o bruscos, reacción a los pinchazos. Obediencia automática: Dígase al
enfermo que saque la lengua para clavarle un alfiler,
2.2.5. Reacciones Musculares
Pruebas de rigidez: ¿Músculos en tensión o relajados cuando se mueven
los miembros del cuerpo? ¿Catalepsia, flexibilidad cérea? Negativismo
mostrado por movimientos en dirección opuesta a resistencia elástica; o
fenómeno ele rueda dentada, Compruébense los movimientos de la cabe-
za y del cuello.
Pruébense, también, los movimientos de la mandíbula, de los hom-
bros, del codo, de los dedos y de las extremidades inferiores.
¿La distracción o la orden influyen en las reacciones? ¿Hay signo de
trompa? ¿Hay retención de saliva, babeo, etc.?
40
2.2.6. Respuesta Emocional
,Demuestra sentimiento cuando se le habla de la familia o de los
niñ¿,os?; ¿o cuando se mencionan puntos sensibles de su historia o cuan-
do vienen visitantes?.
Nótese si existen o no aceleraciones de la respiración o el pulso.
Obsérvese, ~ambién, si hay rubor, sudor, lágrimas, etc. ¿Le hacen algún
efecto las bromas?
Efecto de los estímulos inesperados (golpear las manos: ofrecerle un
cigarrillo, etc.).

2.2.7. Lenguaje
.Hace esfuerzo aparente para hablar, movimientos de los labios, cu-
chi~heo, movimientos de la cabeza? Anótense_las_ frases e~act_as con la
reacción emocional que las acompaña (pueden md1car alucmac10nes).
2.2.8. Escritura
Ofrecerle papel y lápiz. Los pacientes indiferentes o parcialmente
;stuporosos escribirán a menudo, aunque no hablen.
2,3. EXPLORACION DEL PACIENTE
Teniendo en cuenta los elementos de comprensión, atención, obser-
vación y análisis adecuados por parte del inves~ig~dor y las reglas es?o-
zadas ante1iormente respecto al dülogo terapeuhco, pasemos ahoia a
explorar las distintas instancias del examen mental de un paciente. ·
3.1. Porte y actitud
El análisis del porte y la actitud, corresponde al a~t~ que e~ prope-
déutica médica es llamado inspección. Vamos a descnbir al pac1en~e en
su biotipo, su forma de presentarse, de vestir, de comportarse en el mte-
rrogatorio, su marcha, su lenguaje, su espontaneidad, etc.
Algunos elementos para tener en cuenta, son los siguientes:
~ La existencia de cicatrices correspondiente a heridas (en la lengua Y
en los labios en los pacientes epilépticos).
e En los toxicómanos se aprecian, de preferencia en muslos Y brazos
pero también en las regiones más inverosímiles, el puntead_o con:~s-
pondiente a los pinchazos, acompañados de signos de sobremfecc1on
e inclusive de formación de abscesos.
® Los tatuajes: En los marineros son múltiples y exagerados. En los
sociópatas no son infrecuentes.
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2.3.2.i La Atención
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:xamen de la atención implica dos formas: Una activa y una pasiva.
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En forma pasiva nos habremos dado cuenta de cómo ha respondido a
nuestx'·as preguntas, qué le ha interesado de los elementos que existen
en el :recinto donde estamos haciendo el examen, si ha permanecido
ensimismado, si se ha mostrado distraido, si ha presentado actitudes
de escucha (permanecer escuchando sus aluc:inaciones) si ha presenta-
do pararespuestas, etc.
La exploración activa de la atención, implica el uso de las pruebas
como enumerar los objetos de la habilitación y repetirlos de memoria
mientras mantiene los ojos cerrados. O la prueba de los dígitos (sumarle
o restarle a una cifra una cantidad fija). O decirle que cierre los ojos y
nos diga el colo'r de sus prendas de vestir o las del entrevistador.
2.3.3. Orientación
En forma pasiva nos habremos dado cuenta de la actitud del paciente.
Si lo hemos visto como perdido buscando objetos que no encuentra, si
lo 'hemos encontrado extraviado en la clínica u hospi~al, si nos ha pre-
guntado la fecha porque no la recuerda, etc. -
En forma activa trataremos de indagar lo siguiente:
• ¿ Qué fecha es hoy? Qué día de la semana?
• ¿ Cuánto tiempo lleva usted aquí?
•¿Dónde estaba hace un mes?
• ¿ Dónde pasó sus últimas vacaciones?
•¿Dónde ha vivido usted hasta ahora?
• ¿ Qué vía o qué camino ha seguido usted para llegar hasta aquí?
G ¿ Qué altura tiene este cuarto?
@¿Cuánto mide usted?
e¿ Puede señalarme dónde queda el Norte y el Oriente?
o ¿ Qué clase de casa es ésta?
e ¿ En qué ciudad estamos?
e ¿ En qué país vivimos?
• ¿Quién soy yo?
e ¿ Quién le ha traído aquí?
42
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2.3.4. La Memoria
Durante el diálogo y, al responder a nuestras preguntas sobre su pade-
cimiento o sobre su historia familiar o personal el paciente nos habrá
dado elementos suficientes para diagnosticar si existen alteraciones en
la memoria·de evocación (amnesias !acunares, globales, clismnesias, pa-
ramnesias)...
La memoria de fijación se explora mediante las pruebas conocidas
ampliamente de repetir cifras y objetos y preguntárselos al cabo de un
tiempo prndenciaL Además, algunos elementos de la memoria de fija-
ción ya fueron explorados al examinar la atención,
2,3.5 . El Sueño
En los pacientes neuróticos es frecuente que su primera queja al mé-
dico sean los trastornos del sueño, generalmente el insomnio. Hay que
precisar si aparece como una dificultad para conciliar. el sueño o como
despertar en la madrngada; si puede volver a quedarse dormido; si se
despierta frecuentemente en la noche; si existen pesadillas que lo des-
piertan; si se queda dormido inmediatamente o nó, después ·de las pesa-
dillas; qué sueña; si los sueños son repetitivos; si le da temor quedarse
dormido; qué hace para poder dormir (leer, acostarse cansado, contar
ovejas, etc.); si hay ideas de suicidio en los períodos de desvelo; si el
sueño es profundo o liviano; si descansa, realmente al dormir; si se des-
pierta cansado aunque haya dormido bien.
Durante el diálogo podemos ver si el paciente está somnoliento, si
tiene cara de no haber dormido, datos que se corroborarán inmediata-
mente en eLinterrogatorio.
2.3.6. La Conciencia
Desde el punto de vista neurológico la conciencia se entiende como el
estado de vÍgilia y alerta y es esencial para el funcionamiento integral ele
la personalidad. Es una función básica para que el individuo pueda reali-
zar las funciones de síntesis mental y sea capaz de fijar la atención, me-
morizar, permanecer orientado, etc.
De ahí que los trastornos de la conciencia impliquen también altera-
ciones en la sensopercepción, en la orientación, en la atención, en la
memoria; en el, pensamiento, etc. Por éstas razones, el examen de la
conciencia se hace indirectamente al analizar otras funciones. En el exa-
men de conciencia es perentorio describir la facies y el comportarnien-
.to del individuo; su respuesta a los estímulos reales o provocados (a la
luz; a los estímulos dolorosos, al tono de la voz del examinador); si la
respuesta es rápida o retardada o ausente; si permanece somnoliento,
qué maniobras hay que realizar para que nos preste atención (gritarlo,
sacudirlo, pincharlo, etc.); si sus respuestas verbales son adecuadas; si su
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atención está conservada; si está orientado; si no hay alteraciones en la
memoria de fijación; si se ha colocado adecuadamente las prendas de
vestir, etc. Es necesario preguntar si el paciente ha presentado alzas tér-
micas, y cuáles han sido las manifestaciones orgánicas de su padecimien-
to. Recuérdese que la fiebre es signo patognomónica de los estados de
delirium.
2.3.7. La Sensopercepción
Al estudiar la sensopercepción .debemos indagar sobre posibles altera-
ciones cua11ti y cualitativas. Las alteraciones cuantitativas corresponden
a la disminución del campo perceptivo, por ejemplo, dfam1inución de las
agudezas visual y acústica en los pacientes gerontes, alteraciones en la
visión en algunos tumores frontales, etc.
Las alteraciones cualitativas corresponden a fenómenos llamados
enor ele percepción, ilusiones y alucinaciones, que se pueden investigar
mediante el siguiente cuestionario, que sólo trata de ser una guia y no
un instrumento rígido ele evaluación. Debe tenerse en cuenta que el
entrevistaclor debe ampliar las preguntas de acuerdo con las respuestas
del pacierite conforme aparezcan los trastornos perceptivos.
e ¿ Dígame todo lo que vea en ésta habitación.
'H 1
e 1, a oído voces ele personas extrañas o desconocidas?
e ¿ Oye vJices sin saber de dónde vienen? ·
e ¿ Ha oído algo mientras habla conmigo?
o /, Oyen ),tras personas lo que usted piensa?
. I 1
@ 1, fa visto algo extraño o que le haya llamado la atención?
e ¿ Ha tenido visisones? ¿Ha visto fantasmas?
e ¿ Ha notado mal sabor u olor en la comida?
e ¿ Cree que lo quieren envenenar?
• ¿ Se siente extraño en su cuerpo?
o ¿ Cree que su cara ha cambiado?
* ¿ Ha•efectuado movimientos en contra de su voluntad?
@ ¿ Han cambiado de posición partes ele su cuerpo?
o ¿ Oscila el suelo?
6l ¿ Ha sentido corrientazos, calambres, hormigueos en su cuerpo?
44
• ¿Usted ve bien? ¿Usa anteojos?
e ¿Oye bien?
2.3 .8. El Pensamiento
La· actitud del individuo nos suministra indirectamente elatos sobre
qué piensa y cómo se relaciona con su entorno. Así, una actitud clesc_on-
fiacla, descortés, agresiva, nos puede indicar que estamos ante una posible
personalidad paranoide, Entonces, con tacto, y mediante pregunt~s que
permitan la abreacci6n y ·la asoclación libre procedemos a conhrmar
nuestra sospecha clínica,
Hay que tener en cuenta fl.UC existe un componente grande de pensa-
miento mágico, en nuestros pacientes; este componente mágico, a p~s,ar
de tener alteraciones ele la forma no se puede catalogar como alterac10n
psicopatológica pues corresponde a una fom,a ele pensar que busca ade-
cuarse a su entorno.
El tipo ele respuestas emitidas por el paciente tamb~én son l~na 1'.1u~s-
tra ele qué piensa: si las rehuye, si las ignora, si son tajantes, s1 se lumta
a responder con monosílabos, si se acompañan de altanería, etc.
Un r~odelo para evaluar el pensamiento podría ser el siguiente:
s ¿ Qué es el mal de ojo? ,
e ¿ Ha observado si en la calle o en la casa le sigue o le espía alguien?
@ ¿ Ha tenido pen~amien tos tristes?
@ i, Le reprochan algo las gentes?
o ¿ Tiene motivos para desconfiar ele alguien?
@ ¿ Cree en la mala suerte?
e¿ La gente habla de usted?
G» ¿Lees fiel su esposa? ¿Por qué?
u ¿ Tiene prnebas de que lo ha engañado?
o ¿ Cómo piensa defenderse de sus enemigos?
e ¿ Qué proyectos tiene ahora?
® l Es usted importan te?
e ¿ Quiénes son superiores a usted?
@ l Piensa continuar su profesión o tiene otras alternativas?
45
ERRNVPHGLFRVRUJ
•¿Qué es lo más importante que usted ha hecho?
111 ¿ Quiere suicidarse?
@¿Se siente enfermo?
•¿Le gusta sofiar despierto?
,$¿Sobre qué le gustaría escribir?
No es necesario insistir en _
que las respuestas a las anteriores pregun-
tas suponen la ampliación o la concatenación de nuevas preguntas que
nos permitirán evaluar pensamientos paranoides, persecutorios, minus-
valizados o megalomaníacos en nuestro examinado.
2.3.9. El Afecto
Las alteraciones del afecto se manifiestan frecuentemente con tras-
tornos en la actitud y el pensamiento. Por eso, un paciente deprimido
es visto con inhibición psicomotora, ensimismado en su tristeza, llorando
constantemente, quejándose de su culpa, con ideas de minusvalía, con .
una prospección influenciada por su sentimiento depresivo, descuidado
en el_
vestir, etc.
Una de las cualidades importantes de los sentimientos es su trasmisi-
bilidad o contagiosidad hacia quienes nos rodean, quienes pueden, a su
vez, compartirlos. Por ejemplo·, la euforia o la tristeza son contagiosas.
Pero, esta propiedad, se pierde en los pacientes con alteraciones cualita-
tivas del afecto; por ejemplo, en la disociación, el afecto inadecuado,
etc., como sucede en los pacientes esquizofrénicos.
Podemos entonces concluir que no solamente es necesario que nues-
tro examinado nos diga que está triste sino que nosotros debemos
sentirlo triste. En lenguaje psicoanalítico, debe despertar en nosotros
una contratrasferencia emotiva.
Las preguntas guías para valorar el afecto, serían las siguientes:
~¿Se siente triste?
o¿ Ha tenido ideas de suicidio?
el Le cuesta trabajo pensar?
• ~H~ ~erdido la memoria últimamente?
~ 1, Como se encuentra en la mañana al levantarse?
el caiJ
1bia su estado de ánimo constantemente, durante el día?
e¿ unb amente ha sentido angustia?
46
1
1
o ¿ Ha tenido corazonadas'' o la sensación de malos presentimientos?
@ ¿ Se irrita por cualquier motivo?
@ ¿ Llora con frecuencia?
@ ¿Leda desesperación?
0 ¿ Cómo sort sus rabias?
 ¿Ha querido morirse pronto?
e ¿ Se siente culpable?
i, ¿ Se siente estorbo?
• ¿ Cree que a usted lo quieren?
q¡ ¿ Es usted importante?
,~ ¿ Se siente ·enfermo?
@ ¿ Tiene motivos para estar contento?
2.3.1 O. El Lenguaje
El lenguaje hablado, escrito y el mímico forman el lenguaje expresivo,
por medio del cual manifestamos nuestros pensamientos; la lectura y la
audición conforman el lenguaje comprensivo, merced al cual entende-
mos el lenguaje de los demás.
Para comprender, quien escucha debe a su vez oír las palabras (etapa
sensorial); tener una idea (etapa intelectual), recordar las palabras que
corresponden a esa idea, evocarlas y reconocer que estas palabras son
adecuadas a la idea que se va a expresar (etapa mnésica), y pronunciar
las palabras (etapa motora).
Para comprender quien escucha debe a su vez oír las palabras (etapa
sensorial), identific~rlas con la idea que expresan (etapa mnésica) Y
comprender el sentido (etapa intelectual).
La voz y el Ienguaj~ son el reflejo de la cultura, del bagaje intelectual
y del estado dé salud mental y orgánica de quien habla. No en vano decía
Sócrates: Habla para que te conozca.
Durante el diálogo se ha analizado el lenguaje del examinado. Habre-
mos notado si hay disfonía, si existen alteraciones en la articulación de
·la palabra, si hay dislalia, la presencia de afasias, y de los trastornos lla-
mad.os psicológicos del lenguaje (taquilalia, logorrea, bradilalia, musita-
ción, neologismos, ensalada de palabras, estereotipias verbales, etc.).
47
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Recordemos que existen pruebas para descubrir si el paciente presenta
afasias (mostrarle un objeto pata que nos de el nombre del objeto, o
leerle un texto para que nos lo resuma), o si hay alteraciones en la articu-
lación (pedirle al paciente que diga anticonstitucional, desjerarqui-
zación, plenipotenciarios, Constantinopla, etc.).
El lenguaje escrito se explora mediante la escritura. Allí analizamos el
tamaí'lo de las letras, el contenido del pensamiento expresado en el escri-
to, la incapacidad para escribir, la rapidez o la dificultad con que escribe,
eta. Es necesario decirle al paciente qtie lea lo que escribió porque nos
permite descnrtnr alteraclones como !u iilexift o incomprensión de la lec-
tma, que casi siempre es de etiología orgánica. El lenguaje mímico ha
sido analizado durante toda la entrevista. Aquí solo falta consignar si la
mímica corresponde a los estados emocionales del paciente, o si es exa-
gerado o inadecuado, si el enfermo repite los gestos del examinador
(ecomimia), etc.
2.3.11. La Conducta Motora
El análisis de la conducta motora implica el estudio de los actos del
individuo, su lenguaje, su escritura, su capacidad de decisión y las mani-
festaciones ele su voluntad, elementos que nos permiten comprender su
comportamiento.
La exploración de la conación, o ele la energía psíquica capaz de pro-
ducir la acción, se exploran mediante el interrogatorio. Podemos pregun-
tarle al examinado.
• ¿ Toma usted fácilmente decisiones o le cuesta trabajo decidirse?
•. ¿ A veces siente la necesidad de hacer actos como tocar madera, no
pisar uniones de las baldosas y no puede evitarlo?
o ¿ Tiene usted compulsión por la bebida?
o ¿ Hay cosas que no puede evitar hacer?
• ¿ Usted maneja? Ha perdido últimamente la capacidad de hacerlo?
e ¿ Si usted desea salir a pasear qué hace?
$ ¿ Tiene hobbies?
• ¿ Tiene alguien a quien le consulta sus dudas?
• ¿ Duda frecuentemente?
• ¿ Es usted decidido?
• ¿ Se ha arrepentido de alguna decisión tomada apresuradamente?
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ei ¿Cuál? ¿Qué piensa usted ahora de ella?
e ¿ Tiene usted manias?
0 . Te dan iras con frecuencia?
/, -~ :
s. ¿ Es usted írnpulsivo?
tt , Es usted agresivo?
/, '
Por el cpntrario, el examen de la ejecución se hace r:iediante ~..l ;,ná¿í·
sis del comportamiento del enfermo durante ln entre:~sta Y n t1cn es -e
la ejecución ele una serie ele órdenes dacias por el exammaclor.
0 Prenda este fósforo.
@ Quítese.el sac~.
@ Santígüese o póngase firme y salude la bandera.
• Dibuje un rombo y un círculo.
e Haga los mismos gestos que yo estoy haciendo.
Mediante la observación del enfermo podemos darnos c~enta si pre-
senta miocloiüas, tics, manierismos, estereotipias Y ecopraxrn.
2.3.12. Inteligencia, Juicio y Raciocinio
Hemos incluido aquí la inteligencia junto al juicio y el raciocinio
porque resulta casi imposible valorarlas p_or aparte, a menos_que _se te1:1-
gan a la mano algunas prneba~ psicométncas para valorar la mtehgencia
(Test de Waiss, de Stanclford-Bmet, etc.).
En ausencia ele los test de inteligencia, ésta se mide como 1~ capaci-
dad de responder ante situaciones nuevas, mediante ~I maneJo ,de l?s
datos de la experiencia previa, de la ejecución de func1011es de smtes1s,
de cálculo, de criterio y de juicio.
El análisis de la historia personal -no sol~mente l_a !li.stori~ _académica
nos permite- ya un diagnóstico de su capacidad de JU1c10 cnt1~0 Y ~le su_
coeficiente iiltelectual. La manera como ha enfrentado las s1tuac1one~
difíciles, su rendimiento laboral, sus metas, sus pr~~ectos, deben estat
ajustados a una lógica, a una realidad y a una v~a?1hda? aclecuaclas, en
cuya adecuación juega papel primordial el coeficiente mtelectual Y las
aptitudes desarrolladas por el examinado.
Para corroborar estos datos se preguntará al examinado:
e Memorice las siguientes cifras que le voy a preguntar después. ·
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  • 1.
  • 2. . ..f ..,,.~· ,... . 1,1 e,iy kc::1~in~ ·,'-toran ~udn ·· V . 1 PRINCIPIOS ~(c?.~t. DE SEMIOLOGIA PSIQUIATRICA LUIS CARLOS TABORDA R. Profesor titular de PsÍquiatr(a Jefe del Depto, de Psiquiatrfa .Facultad de Medicina, Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario ;,". Bogotá · · ,. ---------------- CECILIA BURGOS DE TABORDA JORGE TELLEZ V. RAFAEL VASQUEZ R. r-: ('rofesores del Depto. de Psiquiatr(a [~ Facultad de Medicina, .. ti Colegio Mayor de Nuestra Seíiora del Rosrin'o t Bogotá /!· Colaboraron en esta segunda edición: HENRY GARCIA ESCOVAR (Capítulo 5.) GERMAN PUERTA B. y ROBERTOCHASKEL (Capítulo 6.) -: . •. Profesores del Depto. de Psiquíatr(a , . Colégio Mayor de Niiestra Sei'iora del Rosario ~-· Bogotá . ' ,f ,l ' 1 ·. ,...:. ·: :. . • ' ~ ·· -~=~~~~~ ;·~ -·~ ..~ ·~ -~~~~~--~~~ ~ ~~~ ;4~ ;~~~~~~4~ :,,L~ --~ ~ -:~ ¡·~~ -~~~~~~~~~~~~~ ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 3. :;-;· f; r t I,· r [ ¡,. 1 , ¡ , 1 1· ·:,; r .' :. ,·: ,. -~ , t i i n j ¡; t. ,,. La edición de este libro fue posible gracias a los auspicios SPECIA de Colombia S.A. © Copyright 2a. ed., 1985 Departamento de Psiquiatría Facultad de Medicina, Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, Hospital de San José . Bogotá, Colombia. © Copyright, la. ed., 1978. - -'·~ . · -) · . _ _. ,t:..·,; ..... ..- -~--- - - PRESENTACJON PRINCIPIOS DE SEMIOLOGIA PSIQUJATRICA Specia, Rhóne-Poulenc desde siempre ligada al descubrimiento y síntesis de lo que hoy representa la más completa línea de psicofármacos que van desde el Fenergan (M.R.) y ya en 1950 el Largactil (M.R.) principio éste que marcó un hito en el hallazgo de nuevas perspectivas en la prác- tica psiquiátrica, hasta llegar hoy a uno de los grandes avances en la terapia psiquiátrica: los neuroléptlcos de acción prolongada (N.A.P.), cuyo más relevante ejemplo lo constituyen las pipotiazinas. Continuando con esta clara polftica de apoyo a la Psiquiatría, Specia ha querido vincularse a la publicación de .la nueva edición, 1985, de los Principios de Semiología Psiquiátrica. Estamos seguros de que esta obra será un gran apoyo, tanto para el estu- diante, como para el futuro psiquiatra. P s. A{erlvkarina A{orán í)wn ?.tÍcóloga C'lfoica Ui'.f.{lJ - U/VTNOWi'./J ~r.P. 00918·-03 . ,· SPECIA RHONE-POULENC Depto Médico Científico ·+ ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 4. IN D ICE PROLOGO A LA PRIMERA EDICION (1978). PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION (1985) lNTRODUCCION, , , . , , , , , .. , , , , ·; , , , . , , , , . , , J. LA HJSTORIA CLlNlCA PSIQUIATRICf. , , , , , , , . , , 1. Idcntlflcnción , , , , , , , , , , , , .. 2. Motivo ele consulta u hospitalización, 3, Enfermedad actual .. . . , ... 4. Historia familiar , , . , , , 5.Historia personal . , .. , , .. 6,Antecedentes , . .. , , , . , . 7.Personalidad premórbida. , .. 8.Exárnenes físico y neurológico 9.Examen mental ..... . . . . . !O.Resumen-de los datos positivos . 11.Diagnósticos .. . .. .. .. . 12.Pronósticb . .... .... . . . . 13.Postulación del tratamiento .. . 2. EL EXAMEN MENTAL DEL PACIENTE. 2.1. El diálogo ... . .. . ... . 2.2. El test de K.irby . .. .. . 2.3 . Exploración del paciente . 3, SEMIOLOGIA PSIQUIATRICA 3.1. -Porte y actitud , . , , . . 3.2, Trastornos de la conciencia Conciencia,. , .. , , . . 1. Obnubilación . , , . 2, Confusión mental .. 3, Delirium . . , , .. , 4. Estados oniroides u onirismo . , . 5. Estados crepusculares, 6. Coma . .. .. .... .... . .. . 3.3 . Trastornos del sueño .. ... . . . . . Sueño........ . 1. Insomnio .. .. . 2. ·Somnolencia. 3. Narcolepsia . . . . .. . .. . 4. Hipersomnia. . . . . .. . . . . 5. Trastornos clínicos de la fase NoREM . .. , . . ... . 6. Trastornos clínicos de la fase REM. . , ... , .. 3.4. Trastornos de la atención .. . . .. . . Atención . . . ... . l. Distractibilidad 2, Hipoprosexia . 3. Aprosexia .. . 4. Hiperprosexia . . , .. 3.5. Trastornos de la orientación , . Orientación ....... .... . 1. Desorientación autopsíquica. 2. Desorientación alopsíquica . 3. Desorientación global. . .' .. Pág. 5 9 13 15 13 19 20 22 24 26 28 30 30 32 , 32 · 33 33 35 38 39 41 53 55 55 56 56 57 57 58 58 59 59 59 60 61 61 61 62 62 62 63 63 64 64 64 65 65 65 65 65 ,. ,t 1 '1 ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 5. 3.6. 3.7 . 3.8. 3.9. 3.10. 3.11. Trastornos de la memoria Memoria ..... 1. Hipermneslas 2. Amnesias ... 3. Parnmnesins , 4, Dismneslna, , , , , , Tr11stomo~de la sensopercopclón , , Sijnsopercepclón , . , , , , , , , 1, TrnRtornos cuantt11tlvos , 1,1. Hiperpercepclón, , , 1,2, Hipopercopción , , , 1.3, Agnosla, . , . , , , . 2, Trustomos 01rnUtatlvos , , : u, Euorcle pgroepctón, 2.2. Ilusiones , . , , , , , 2.3, Alucinaclo11es . , , . . Trastornos del Pensamiento . . , Pensamiento ..... . . : , .. , . . , . r. Alteración en la forma ... . ... . 2. Trastornos do! curso del pensamiento 2.1. Bloqueo .. . 2.2. Disgregación, 2.3. Fuga de ideas 2.4. Bradipsiquia . 2.5. Taqu.ipsiquia. 2.6. Retardo . . . . . . . . . . 2.7. Prolijidad o detallismo . 2.8. Perseveración .... . 3. Alteraciones del contenido. 3.l. Idea prevalente .. 3.2. Idea sobrevalorada 3.3. Idea obsesiva... . 3.4. Idea fóbica. . . . . 3.5. Idea hipocondríaca .. 3.6. Idea delirante .... . Trastornos del lenguaje . . .. . l. Trastornos del lenguaje oral. Lenguaje... . . . . .. ·.. . 1. Trastornos del lenguaje oral 2. Trastornos de origen psicológico II. Trastornos del lenguaje escrito . . l. Agrafia . . . . .... . .. . . . 2. Disgrafia . . . . . . . . . . . . . 3. Alexia... . . .. . . . .. . . . IlI. Trastorno~ del lenguaje mímico. 1. Trastornos cuantitativos .. 2. Trastornos cualitativos ... Trastornos del afecto . . . . . l. Trastornos cuantitativos . . . . II. Trastornos·cualitativos . .. ... . Afecto .. . .. . .. .... . ..... . . . l. Trastornos cuantitativos del afecto . .. . . . ..•... 11. Trastornos cualitativos del afecto . . .. .. .. . ·; . . .. . Trastornos de la conducta motora . . . . . . . ... . . . l. Alteraciones de la conducta motora . . . . . . ... . La conducta motora .... . • . .. l. Acto instintivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 2. Acto habitual . . . . . . . . . . . . . . .. •..... . . 3. Acto voluntario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l. Alteración de la conducta voluntaria . . . . ... . . . . . .. . : . .•. .. . . 66 66 67 67 68 70 70 70 70 70 70 70 71 7l 71 72 76 76 76 76 76 76 76 76 76 76 76 76 76 76 76 76 76 76 76 83 83 84 85 87 89 89 89 89 90 90 91 91 91 92 92 92 96 98 98 99 99 99 100 100 ' '-'~..... l. Alteraciones qe la conación .. 2. Alteración en la ejecución . . . 3.12. Trastornos de la inteligencia . . .. . Inteligencia . . .... . . . . . . . 3.13. Trastornos del juicio y raciocinio . . 4. LOS SINDROMES PSIQUIATRICOS . , . 4.1 . El Síndrome Maníaco . 1. Examen mental . , .. . . , .. . , , . 4.2. El Síndrome Depresivo, ...... . .. . 4,3. Síndrome Demencial . , .... . .... . 4.4. El Síndrome Cerebral Orgánico (S.C.O.). 4.5. El Síndrome Esquizofrénico ... ·, .... 4,6, Síndrome de Automatismo Mental. , , • , , , 1. Automatismo Primado g de Clei:amlnult . 2. Antomutlsmo Sccunclo.i:Jo , . .. , , . , , . 5, EL YO, MECANISMO DE FORMACION DE SINTOMAS Y SIGNOS DE PERTURBACION MENTAL Mente. . . . ; ....... . . . ...... . . · . . · , · · , Conducta.. : . . . .. . . ......... .. . . . . . . . . 6. LA HISTORIA CLINICA PSIQUIATRICA INFANTIL . Introducción: . . . . GUIA PSIQUIATRJCA. .. .. . .. 100 ,· 101 í 103 t 104 106 109 111 111 114 117 122 125 129 129 129 131 136 136 141 143 146 . - ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 6. ..,·.¡~_,: ....·.· PROLOGO A LA PRIMERA EDICION (1978) Escribir hoy sobre cualquier tema de Psiquiatría, exige del autor un examen muy riguroso de conciencia profesional y científica, cuyos resul- tados no siempre agradan ni convencen a todos los especialistas. La Psi- quiatria, estancada en el presente en su evolución científica por· la voracidad lucrativa ·o por las rimbombancias teóricas de las diversas escuelas, atraviesa por una de las tan resonantes crisis que se abaten sobre las ciencias .humanas como resultado lógico de su pubescencia y como signo de sus en}usiasmos desorbitados. Algunos de los más reso- nantes movimientos teóricos de la Psiquiatría moderna, como la Anti- Psiquiatría y la Psiquiatría comunitaria que de aquella se origina, han conocido una precoz desventura en algunos de sus más fundamentales principios, a causa de una tendencia curiosamente autodestructlva de los investigadores que, renegando de una.tradición clínica JJigorosa en sus perímetros médicos, han buscado otras soluciones, otras orientacio- nes, otras leyes, en ideologías extramédicas inconsistentes aunque es- true,idosas. El quehacer médico en el mundo moderno se ha diversificado en tantos estilos como naciones hay en la tierra. Los médicos descalzos de Mao, nada tendrían que hacer entre los Arabes, ni la lvledicina mo- lecular podría ser estudiada correctamente en nuestro medio. Esa diJJer- sificación geográfica del oficio médico, traduce una paralela dicotomía de culturas y un semejan.te nacionalismo científico que confluyen en las estructuras socio-económicas. Ya no se pueden importar conocimientos tan alegremente como antaño, sin tener que expoi·tar enormes cuotas de fi·acaso. En los países del Tercer Mundo, todos estos problemas conver- gen dolorosamente en los diversos estratos de la Educación estatal o priJJada,.por modo que en los niveles de la docencia superior universitaria, el especialista ha de ser muy cauto y prudente para enseíiar lo justo sin despreciar lo JJerdadero y para transmitir conocimientos modernos, sin lesionar la sensibilidad y la índole de los problemas tradicionales. 5 , ' t ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 7. fll ~ I 1 La Docencia PsiquúiMca en nudlms ámbitos en ,la de desanollo [i,N _ . 1 _ tiene tres compromisos fundamentales: -INFORJvIAR a las juventudes i¡I m~dicas uni_versitarias sobre aquellos conocimientos básicos que los 1 1!¡ orienten me¡or en el conocimiento de la enfennedad humana: FORJvJAR ~ l ~ l!il e esp,rltu vocacional de aquellos estudiantes que se sienten inclinados ¡JI por la discipltna pstqutátrtca, y evitar DEFORMAR por medios de pro- w ¡ cedtmlentos htperteórlcos o htper-prácti'cos prematuros y dogmáticos, el lj criterio juvenil untversttario, aún Inepto para esa clase de coerciones. ¡~ Naturalmente esto no es f'áctl stno extremadamente dificil y obligan- ,, te. Y tampoco puede hacerlo cualquiera. Sólo un lento y prolongado I,~ t l d - 1 - ,, , /l,l_ i :¡ r:isegai' por os mean ros Y penumbras de la pstcopatologta, la psicolo- gz~ y la cl(nica puede darle al docente de psiquia.trz'a el suficiente equili- brw conceptual, la suficiente autocrítica y sobretodo la suficiente mo- ~ ¡ destia para no sentirse ni superior ni inferior a las circunstancias, sino al l!Í[ ras con ellas Y con cada una de sus complejas implicaciones. 1 1¡ Por las razones antedichas, este prólogo-introducción a los Principios _ ¡ 1 ¡: de 'Semiolog(a Psiquiátrica que sus autores han sometido generosamente '' l) 1 [ 11 i·'. a mi consideración, sin necesidad de •ella para acreditarse por sí mismos llegan a buena hora al campo de la docencia Pstqutátrtca Colombiana, ¡I· no solo para llenar un vacío, sino para colmar las inquietudes de no ¡l)i pocos es:udiantes y estudiosos. Aparentemente, parecería que de todos ¡ Los rama¡es de la Psiquiatría, este de la Semiología sería el más fácil de I describir Y escribir. Nada más falso, sobretodo hoy, cuando sumidos L como ~s~amos en el reinado de los Signos y de las imágenes, la Semiolo- 1 :[1: gía medica como la ciencia de la descripción de los signos de la enfer- ¡¡· med~~ .humana, se emparenta teóricamente con la Semasiología o la ¡ Semwtzca de las comunicaciones. Sensu Strictu, un síntoma es el j signo por medio del cual se manifiesta una enfermedad y en este sentido 1 , es aquello que nos comunica con ella. Ya Michel Foucault ha hecho 1 . de este problema un magistral estudio en su Nacimiento de la Clínica ~¡ Per~ esta_ comunicación semiótica que hace el médico con su paclent~ ti. poi medzo de los stgnos padectentes, no sigue una trayectoria rectilfnea l -r¡·1' ,; como la de un semáforo a otro, sino que está plasmada en las mismas ~ h?nduras, somat~fsíqutcas que confieren a un sujeto su personalidad 11 bzológica Y tambzen su personalidad social. Lo que transmite y comu- 1,- nica un enfermo a su médico, es una especie de trayectoria semiótica l . e~ p~ofundidad, de su vida enferma que, como tal, y para emplear un : ·_ •¡ 1 , tennzno de las comunicaciones, es algo así como una frecuencia modu- . !_ lada del padecimiento, sobre el vector rutilante de la existencia. :i 11 1 En varias publicaciones sobre este problema de la validez o invalidez - J l . del síntoma en Psiquiatría, he insistido tozudamente sobre el hecho de : ¡ [ que el 'Sinlama es la man;Jestac;ón p,·áx;ca de toda dolen,;a y /a j s 1 ·, t ! J nóstico. El menosprecio o el franco desprecio que de la diagnosis clínica hacen algunos psicoanalistas, ciertos transaccionalistas, muchos con- ductistas y casi todos los que aún comulgan con el agónico credo ele la anti-psiquiatría,,no tiene ninguna defensa como no sea la ele desconocer culposamente La Lógica ele la Vida, para emplear el término de Max Jacob, en la que se inscribe la Lógica de la enfermedad. El rechazo, en ,ocasiones airado, de los valores ético-médicos que contiene el diagnósti- co, no es sino una nueva forma de matricularse dentro de las corrientes del trracionalismo moderno que, rechazando la Raclonaltclad libre Y res- ponsable del ente humano, y desprestigiando los engarces de la Razón y del juicio médicos., se acogen a la esclavitud de los postulados reflejoló- gicos e instintivos y ven en ellos una nueva era en la antilógica de los sofocos pulsionales. Mientras no s_ e demuestre, irrebatiblemente, que el hombre no es un ente de razón, y.que por ello mismo su criterio ante su Destino personal supera los arcos reflejos y los sacerdocios instintivos, habrá que aceptar que el árbol genealógico del Diagnóstico hunde sus raíces, quiérase o no, en todas y cada una de las premisas psicobiológicas que estatuyen el concierto y las transiciones entre la salud y la enferme- _ dad. El diagnóstico no es una escuela, ni_ un dogma infalible, ni una tests apodíctica, ni un capricho. Simplemente es el resultado NATURAL del lenguaje de la enfermedad que ha de ser interpretado, analizado y descifrado en virtud de la hermeneutica y de la exégesis que proponen los signos de la enfermedad o síntomas. Esto y no otra cosa es la sernio- logía. Lo demás, puede ser cualquier cosa. Sobra decir que estos Principios de Semiología Psiquiátrica , han sido concebidos para estudiantes de Medicina. Pero con una importante advertencia. El Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Jvíedicina del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, y concretamente los autores de este texto, han estudiado muy concienzudamente el lenguaje científico más apto para llevar a la comprensión del estudiantado lo concemiente a temas cuya sola enunciación plantea complejas divagacio- nes teóricas y discusiones, aún interminables. Se ha prescindido por completo y muy hábilmente de toda confusión conceptual, de toda disertación Inconsistente, de toda aglutinación y abigarramiento biblio- gráftco, proponiendo al lector el estudio de aquellos principios fun- damentales del saber Semtológico que solo tienen una significación médt.. ca-psiquiátrica y que dimanan de una rigurosa experiencia clfntca. Se han compilado muy atentamente aquellas nociones y conceptos que, descritos sin petulancias terininológicas ni exquisiteces metodológicas, le dan al estudiante una visión clara, escueta, br1:ve, sintética, de -las nor- mas semiológicas de la Psiquiatría, en un estilo e idioma comprensible, accesible, concreto y '11eraz. En comparación con el talante repelente, narcisista, egofilico, de muchos textos de Semiología Psiquiátrica que nos llegan del exterior y en los que a la confusión de las ideas fundamen- 7 , · í ¡ L I mdade,a ,la Regia haeia la columna do,·sal del acla méd;co: El D;ag- I 1 l 1 -- - ' .... . ' ~''· ------7: -· ~---=-=--------:~-,;:; --~?!;- ' ~ --:---'_,......,...~~ - - - - - - - - - _ _ , , , . - - - , - - - - - - -.,,..--_j ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 8. 1í !• i L tales y a la huera vanidad del estilo, se añade un léxtco premeditadamen- te embrollado y aturdido, los aútores de estos Principios nos ofrecen un modelo de trabajo sinóptico, un sumarlo ejemplar de los conocimien- tos semiológlcos. Sin caer en la demasiado fácil tentación de atribuirle a determinada enfermedad mental, un esquema semlológico infranquea- ble e inmodificable que fue el gran error de la Psiquiatría finisecular, los autores nos entregan un vocabulario semiótico genérico y no específico, con lo cual esquivan sabiamente el te1rible canto de las Sirenas del saber Nosográfico que no hay que corear a destiempo. Un P!ólogo es un saludo,· una lntroducctón, un compromiso. En estas bre))es llrléas me he aventurado a escribir un Pi'ólogo-lntroducción , es decir, a saludar y a comprometerme. Una y otra cosa las hago con su- perior halago. Treinta años de docencia Universitaria y otros tantos de ejercicio profesional, me han capacitado para conocer un poco los hom- bres, los libros y las generaciones. Tres cosas al lado de las cuales he aprendido a pasar con la cabeza inclinada. Mucho más en esta ocasión cuando, frente a estos excelentes principios en los que veo el preludio de nuevas empresas de igual aliento y perspectivas, me siento prufunda- mente comprometido con un esfuerzo que, probablemente, de alguna manera contribuí a estimular en la docencia. En forma tal vez intransi- gente he defendido ante propios y extraños la primacía del criterio clí- nico en Psiquiatría y de ello, lejos de arrepentirme, me ufano. Porque a la vez qu_e he visto caer y desmoronarse muchas teorías, múltiples hipó- tesis, vanas escuelas, que pretendieron hacer tolda aparte de la Psiquia- tr(a que les dio vida en un principio, en cambio la sabiduría clínica el arte diagnóstico, la gesta pronóstlca, se han mantenido Incólume~ e Imbatibles. No pocos desertores han regresado a sus filas, a releer la Semtolog(a, la Pslcopatolog(a y la Clínica. Porque sin ellas, todo estilo de terapias está condenado al fracaso. O a la mentira. Te~~o la plena seguridad de que estos Principios tendrán la acogida Y el exzto que sus autores merecen. Y también de que el alma juvenil de la _ Medicina Universitaria: ~l convencerse de que la Semiolog(a Psiquiá- tnca no es un saber esotenco lleno de turbios enigmas, cambie su postu- ra equívoca frente a las enfennedades mentales y logre encararlas con la fé en el estudio y la arrogancia de la vocación. LUIS JAJME SANCHEZ 8 PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION (1985) El Profesor Luis Oirlos Taborda Ramfrez y sus colaboradores del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, publican ahora para el Cuerpo Médico y los estudiantes de Medicina esta segunda edición de su obra Principios de Semiología Psiquiátrica. Cuando hace seis míos se publi~ó la primera edición de este breve texto, fue saludada justamente como una obra oportuna, didáctica y bien ·encaminada a cubrir una laguna que se observaba entonces en los estudios médicos. Efectivamente, no existían textos nacionales sencillos y al alcance de los estudiantes de Medicina para cubrir las necesidades de la docencia en la parte referente a la exploración y conocimiento de los fenómenos mentales normales y patológicos, indispensables para la historia clínica, el diagnóstico y el tratamiento. Los pocos textos extran- jeros ·adólecfan de Inaccesibilidad, de demasiada prolijidad, lenguaje complicado o profundizaciones teóricas y doctrinarlas, que los hadan poco útiles o llamativos para la docencia. Me parece que desde entonces las cosas han cambiado un poco: Ya el estudiante de medicina suele manejar mejor el lenguaje psiquiátrico y explorar más adecuadamente a su paciente. Esto se ha debido en buena parte a mejores métodos de enseñanza, incluyendo la ·adopción, en va- rias facultades, de textos-guías como el presente. El secreto de una buena exploración psiquiátrica, de un adecuado examen mental, de un perspicaz hallazgo, descripción e interpretación de síntomas, se halla en la base misma del diagnóstico, entendido no solamente como una etiqueta, sino como la expresión íntima de un co- nocimiento integral del paciente como un ser bio-pslco-social, así como la comprensión básica de su trastorno. 9 ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 9. ·,'i. Aunque la historia cUntca pslqutátrica -bien tratada en estos '?rinci- ptos- no difiera mayormente de la historia clínica general que se enseí'ía a los estudiantes de medicina, sl es más extensa, más prolija en algunos aspectos (todos los que se refieren al desarrollo psico-socio-sexual del paciente, a.sus relaciones interpersonales, su vida familiar, etc.} lo mismo que en manejar un léxico propio, que aunque comparte parcialmente con la neu.rolog(a, es en cierta manera novedoso y difícil para el princi- piante que a él no está acostumbrado. Esto crea algunas dificultades que textos como el presente, ceñido apropiadamente al modelo médico, ,i'ltmdenasubsmwr, El _ estudiante si-iele llégar con la 1wctón ele que la Pstquiatría as una ciencza demasiado complicada, confusa y difusa, que sólo deben mane- jar los especialistas. La tarea docente, entonces, deberá tender no sólo a c:ambiarles ese pre-concepto sino a convencerles de lo contrario. La Psi- quiatría está presente, quiérase o nó, en todo acto de la vida cotidiana del médico. La actual tendencia de la Psiquiatría de enlace tiene en cuenta realidades incuestionables como las de que aproximadamente un 60% de los pacteiites que acuden a la consulta general de un hospital, padecen de algún disturbio emocional de importancia y la de que un 1O a 20% de pacientes atendidos en las salas médicas o quirúrgicas están afectados también de depresión o angustia. La inmensa mayorfa de estos casos tienen que ser atendidos por el médico general o el cirujano, quie- nes, _ si no han tenido unas buenas bases psiquiátricas en su. formación, se sienten desarmados y manejan estas situaciones a la topa tolondra, citando las armas técnicas de la psiquiatría de hoy, incluyendo la psico- terapia al alcance del médico general, les darfan un bagaje más sólido para enfrentarlas. Volviendo a la denominación de los fenómenos psicopatológicos, en la cual hace énfasis este volumen, creemos que su dominio es fundamen- tal para el médico y no es tan diffcil como a primera vista se presenta para el estudiante. El todo está en aprenderlos, en buscar su presencia en la realldad clínica y en familiarizarse con ellos. Solo una persistente tarea de indagación y de demostración personal hace fácil lo que antes parecfa difícil. En esto, la tarea sistemática de los docentes, es fundamental. Este texto me parece muy bien logrado en sus definiciones precisas y sencillas, Los médicos y aún los Psiquiatras tenemos que aprender mucho de él para no hacer descripciones confu- sas, largas y tediosas, sino limitarnos a lo esencial. Manejando un léxico adecuado podemos hacernos entender mejor de los colegas, entender a los pacientes y entendernos nosotros mismos. La cuestión del examen mental propiamente dicho, plantea situacio- nes interesantes para el docente y para el estudiante, lo mismo que para el residente en fo1mación. Debe ser este un hecho médico indepen- 10 diente de la historia rutinaria, o debe hacer parte de toda historia clíni- ca común ? Requiere un mise en scéne especial, un tiempo extra, un medio ad-hoc? O puede ser hecho a la cabecera del enfermo, en la sala del hospital, en el cuarto de emergencias o en la consulta ex terna? Aparentemente los Psiquiatras somos más complicados que el resto de los especialistas o los médicos generales, para completar nuestro exa- men. A veces esto es ineludible. Pero la práctica m édica corriente exige que los asp~ctos psíquicos y emocionales del paciente sean valorados de únned/ato y rnuchos casos 110 dan espera, El excesivo pe1feccton/smo Y tÓs datos cornpletos de un exmnrm mental a veces desalientan y d_(Jn'O· tan al estudiante o al médico de urgertcias para intentarlo, Y prefieren entonces negar o escotomizar del todo tal examen. Creo que es un error. Claro que pretender, en cada caso, aplicar sistemáticamente las cien o más páginas de este volumen, orientado rnás que todo hacia el examen del enfermo psicótico, sería tarea que desalentaría al más guapo. Pero con las bases que aquí se delinean, habiéndolas practicado alguna vez, cualquier médico estarfa en condiciones de identificar algún trastorno psicológico o emocional ele su paciente. En alguna ·época me sorprendió que tanto los estudiantes como los residentes de Psiquiatrz'a profundizaran tan poco en el examen mental del paciente. Seguían la técnica de la entrevista libre y se atenít:n ~ los datos que voluntariamente el paciente quisiera dictarles. Esta tecni- ca, que es buena en una sesión psicoterapéutica, cuando uno ya tiene un mapa definido del caso y sabe por donde va el agua al molino, me pare- ce muy deficiente para el examen mental básico, que requiere completar las lagunas con un interrogatorio inteligentemente dirigido, que de por sí no tiene por qué perturbar la relación médico-paciente. · En particular se dejaban de percibir y anotar las fallas o trastornos en el curso y el contenido del pensamiento que, a veces, son muy dif íciles de detectar en una entrevista corriente. Esto hacía que se pasaran por alto sutiles delirios, distorsiones, engaí'ios, alucinaciones, etc. Y que se fomentara la idea de que dos Psiquiatras nunca están de acuerdo en un diagnóstico y que lo que un.o opina el otro lo contradice, confundiendo así no sólo la mentalidad médica sino hasta los tribunales de justicia. Si todos hiciéramos un adecuado examen mental del. paciente, como el que se recomienda en estas páginas, esas discrepancias se reducirían al mfnimo )' harían más confiable, científica y respetable la disciplina psiquiátrica. Quiero destacar, en estos Principios, el concepto de la entrevista psiquiátrica como diálogo y el valor psicoternpéutico que esto con- lleva. Lo diferencia, en primer lugar, del acto mecánico de tomar datos y anotaciones y destaca el acto humano de la aproximación entre el 11 ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 10. 11 1 1 J ¡ L. . ' médtco (o el estudtante) y el paciente, A veces los estudiantes se sienten desccmcertados en su papel ante el enfermo mental, Qué hago yo aqu( tomándole datos de su vtda íntima a este paciente? Se descarta que toda aproximación humana, especialmente la aproximación médica, tiene una connotación afectiva y emocional Importante. El acto medico en sí mismo empieza desde la primera aproximación a un paciente. Toda entrevista, as( sea exploratoria, termina con una intervención terapéuti- ca, así sea involuntaria. La toma de la historia clínica, así sea neutral significa una Intervención en la vida del otro, y esa intervención aú~ no técnica ni motivada, tiene efectos positivos o negativos sobre la exis- tencia del paciente. El hecho de que el estudiante sepa, desde ahora, el valor de su intervención es una motivación importante para su tarea y aliento para sus estudios. En esta nueva edición, los autores amplían varios de sus conceptos anteriores y agregan nuevos capítulos. La semiología es apenas una par- te de la enseñanza continua del estudiante de medicina en los aspectos psicosociales de la enfermedad ffslca o mental. Va precedida de las no- ciones de Psicología Médica y seguida de la Psiquiatría clínica y de la Psiquiatría preventiva y social. Tiene la ventaja de que es la primera vez que el estudiante de medicina se pone en contacto con el enfermo men- tal y con los aspectos emocionales de la enfermedad somáti~a. De como sea este primer encuentro deprmderá en elfuturo la Inclinación del médi- co hacia los aspectos psiquiátricos de su. carrera. ' El texto actual está enriquecido con ejemplos de la realidad clínica colombiana, se le han agregado capítulos sobre los principales síndromes psiquiátricos y se ha enriquecido con la bibliografía adecuada a cada capítulo. Me parece que cumple una función adecuada para estudiantes Y residentes. Se entronca en la Pslcopatología, haciendo mención de los mecanismos íntimos que trastornan las funciones mentales más suttles y se abre hacia la Psiquiatría clínica, definiendo los grandes síndromes mentales. Cumple pues su propósito de ubicar al estudiante, y al residen- te, en el momento de su estudio en que pasa de lo teórico a lo práctico: · de contemplar los hechos desde una perspectiva a pasar a vivirlos en la realidad clínica cotidiana. Para finalizar, acojo integralmente las palabras con que el Profesor Luis Jaime Sánchez saludó la primera edición de esta, obra: Tengo la plena seguridad de que estos Principios tendrán la acogida y el éxito que sus autores merecen. Y también de que el alma juvenil de la Medi- cina Universitaria, al convencerse de que la Semiología Psiquiátrica no es un saber esotérico lleno de turbios enigmas, cambie su postura equi- voca frente a las enfermedades mentales y logre encararlas con la fe en el estudio y la arrogancia de la vocación. HUMBERTO ROSSELLI 12 . ir· ; ,~=: : ¡r; ' ; i :I.Z, !! ·.1 .., l .fü, . , . .,. INTRODUCCION Estamos convencidos que la Semiología Psiquiátrica es una rama médica que nos permite un lenguaje técnico para llegar a un diagnóstico dinámico de los trastornos mentales y no solamente a una descripción fría y detallada de signos y síntomas. Esta concepción, y la falta en nuestro medio colombiano, de un texto que se ajustara a este modo de sentir la semiología y permitiera además al estudiante adquirir un con- cepto adecuado de los síntomas y signos psicopatológicos, nos llevó a escribir nuestra Semiología Psiquiátrica. Después de seis años de publicado nuestro Principios de Semiología Psiquiátrica y ele haber sido adoptado como texto en varias facultades de medicina y psicología de nuestro país, creemos haber cumplido con , el cometido de elaborar un texto sencillo y didáctico que nos permita orientar al estudiante, en el aprendizaje de la psicopatología, indepen- dientemente del marco referencial teórico y epistemológico de la cátedra. Las manifestaciones del trastorno mental son múltiples y variadas, con presentación ele diferentes grados de predominancia en cada una de las distintas esferas del funcionamiento de la personalidad: La intelecti- va o ele síntesis, la afectiva, la ele relación consigo mismo y con el entor- no, la comportamental y la crítica. Cada una de estas esferas es afectada en grado variable por la que origina el trastorno psicopatológico ; sin embargo, una de ellas mostrará mayor número de síntomas y otras se mostrarán indemnes o levemente trastornadas. Esto nos obliga a realizar un examen detallado, minucioso, concienzudo y comprensivo de cada una de las esferas de la personalidad para llegar a un diagnóstico adecua- do y dinámico. Por estas razones, para su estudio, hemos agrupado las diferentes áreas de la personalidad susceptibles de presentar patología en la siguiente 13 i í r ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 11. forma: en el grupo uno, hemos incluido el porte y actitud, la conciencia y el sueño que correspondería a las funciones de relación. El grupo dos, está conformado por las Ilamadas funciones intelectivas que involucran la atención, la orientación, la memoria, la sensopercepción, el pensa- miento, y el lenguaje; el afecto corresponde al grupo tres o esfera afecti- va y en el grupo cuatro, hemos incluido la conducta, la inteligencia y el juicio que englobarían las llamadas funciones sintéticas de la personali- dad. Queremos aclarar que este agrupamiento es, en cierto modo, arbi- trario porque la personalidad es un todo que bi1sca mantener suhomeos- tasis, indiviehialidad e integridad, pero fieles a nuestro afán doc(lnü) hemos intentado este tipo de dicotomia. Hemos creído conveniente orientar al estudiante en la práctica del examen mental y, para eIIo, hemos escrito el capítulo primero, donde consignamos los elementos necesarios para realizar un adecuado examen del funcionamiento de la personalidad del paciente o entrevistado. En los capítulos siguientes se han consignado las alteraciones en cada una de las áreas de acuerdo con la agrupación que hemos hecho de ellas. Como se trata de un texto de Semiología eminentemente descriptivo hemos conservado varios ténninos, que si bien no son aceptados por las diferentes escuelas psíquiátricas, sí nos permiten, por su significado y marco conceptual, una descripción adecuada del síntoma, así hayan sido rechazados en las versiones actuales del DSM-III y de la clasificación de las enfermedades mentales (Cl-9). Queremos agradecer a nuestros colegas de cátedra y a nuestros resi- dentes de psiquiatría su espíritu crítico permanente y su colaboración desinteresada que nos ha animado a revisar, corregir y adecuar nuestros Principios de Semiología para presentar esta segunda edición. Los Autores 14 l a LA HISTORIA CLINICA PSIQUIATRICA 15 ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 12. l. LA HISTORIA CLINICA PSIQUIATRICA La historia clínica psiquiátrica goza de las mismas características ele la historia que elaboramos en los servicios de medicina interna y de neu- rología pero debe ser además dinámica para reflejar y sintetizar las c_~racterísticas d~ la .12ersonalidad-dclp·acien te, - Su principal cualidad, el dinamismo, aflora desde el mismo momento en que iniciamos la entrevista y damos comienzo a un diálogo que ade- más de aportar los datos suficientes para elaborar nuestra historia debe qrindar ai paciente seguridad, confia1ii~:iñ~§j mTSIT10 y: en eTm6ctTc_ Q _ _ y , dejar al final, la sensación de que fue útil, que los datos aportados fue- ron comprendidos y retribuidos en ayuda psicoterapéutica o en simple ·sensación de~yo por parte del entrevistador. Exige, así mismo, por parte del entrevistadorJUOtivación, estado de ánimo adecuado, gran capacidad de o)l.erY--ªción y de síntesis de _6BSO- LUTA RESERVA de los datos suministrados, cualidades indispensables para el buen éxito de la entrevista. Desde el mismo momento en que el paciente ingresa al consultorio, es necesario poner en juego nuestra capacidad de _g_l)ser~fÍÓ!l para anotar las características de la marcha, la confianza con la cual nos salu- da, el vestid'o que lleva, sus facies, su grado de seguridad en sí mismo, las diferentes posiciones que adopta, su conducta, su mímica:, etc., ele- mentos que vienen a constituir el componente PREVERBAL del lengua- je del paciente y que nos brinda gran ayuda sobre su situación actual. EL~illlogo con el paciente debe ser espontáneo, no estereotipado ni frenado continuamente por el entrevistador en su afán de llevar un orden riguroso y preguntar todos y cada uno de los parámetros que apa- recen en el es.quema que previamente ha recibido. Si dejamos que el paciente sea espontáneo y no dirigimos su discurso, lograremos que el paciente coinunique toda su problemática y afloren situaciones deliran-. 17 ,· ! '¡ ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 13. tes Y alucinatorias que pasarían desapercibidas si hemos limitado su discurso mediante preguntas continuas que exijan respuestas concisas. . Y ~quí aparece, jugando un papel importante, nuestra caRacidad de s111tes1s Yde 1:1emoriz~ción para lograr una buena historia-clínic-a~·pues resulta 1mpos1ble copiar todos los datos suministrados y además el tomar notas continuamente hace que el paciente experim~nte desc~n- fianz_a y por lo t~nto, haga represión de algunas situaciones que no co- municará al 11;-éd1co, En algunos casos, pacientes obsesivos o hipocon- dríacos, por eJemplo, el tomar notas de lo que están diciendo no dismi· uuit'tí su confümza, sino qi1e por el contrario querrán qi1e cada una de sus palabras y de sus síntomas queden escritos como ellos lo han relatado, La historia clínica psiquiátrica consta de las siguientes partes: 1. Identificación 2. Motivo de consulta u hospitalización 3. Enfermedad actual 4. Historia familiar 5. Historia personal 6. Antecedentes 7, Personalidad premórbida 8, Examen físico y neurológico 9. Examen mental 1O. Resumen de datos positivos 11. Diagnóstico 12. Pronóstico 13. Postulación de tratamiento 1. IDENTIFICACION Con un ejemplo ilustraremos este aparte: Nombre: Miguel Eduardo Arbeláez Romero Edad: 22 años Estado Civil: Natural de: Procedente de: Profesión: Religión: Entidad: Médico Tratante: Fecha de Ingreso: 18 Soltero Pitalito (Huila) !bagué (Tolima) Comerciante independiente Católica Particular Dr. José Gregario Hernández Febrero 14de 19½6 Informantes: Persona Responsable: Dirección: Fecha de Elaboración de la Historia: • Elaporada por: El paciente y su hermano Su hermano Antonio José Calle 4a. No. 3-85 !bagué Febrero 20 de 1976 Luis Ec!uarclo Gómez Como se notará los p1imeros datos (edad, sexo, religión, lugares ele nacimiento y procedencia), sólo tienen interés puramente estadístico, mientras que las restantes infon11aciones pueden tener ademas ele su valor estadístico, un significado enla etiologín del síndromepsiquiátrlco . Por ejemplo; la ocupación del paciente puede en determinados momen- tos ser de ayuda en el diagnóstico ele un cuadro clínico mental; es el caso de quienes laboran en fumigación presentan síntomas de confusión mental producidos por la inhalación de los fumigantes. Las fuentes de información son importantes en la elaboración de la histo1ia clínica psiquiátrica. Solo en casos en que sea imposible encon- trai' una fuente distinta del paciente con quien confrontar los datos suministrados por él, se aceptará la versión dada por el paciente. Además existen pacientes con gran inhibición psicomotora (catatónicos, por ejemplo, autistas o pacientes con gran compromiso ele conciencia, coma , traumatismos craneoencefálicos) quienes no podrán suministrar dato alguno que 110s oriente hacia un diagnóstico, mientras no entrevistemos a sus familiares, amigos o compañeros de trabajo, etc. 2. MOTIVO DE CONSULTA U HOSPITALIZACION Aquí describiremos brevemente y tratando de hacerlo con las pala- bras del paciente o ele sus familiares, los principales síntomas que ameri- taron la consulta psiquiátrica o la hospitalización. Ejemplo 1: Me trajeron aquí porque este viaje lo había pedido y quería conocer_, la capital. · Ejemplo 2: Dolor de cabeza, temor a estar con mucha gente, pesadillas y pérdi- da del conocimiento por tomar muchas pepas.... Ejemplo 3: Mi mamá me trajo porque dizque le doy mal trato a la familia y no colaboro con el hogar.. ?¿. 19 ,! 1 ¡ ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 14. Ejemplo 4: Disgustos conyugales,,. Celos míos..., 3. ENFERMEDAD ACTUAL Consiste en la descripción detallada ele los ;;íntomas y signos d_ ~l (os) brote(s) que obligan a la consulta o a la hospitalización, anotando su .~poca de aparición,_§Ú~.Y.9J.1J-º.i.Q.1J,_pQ§LbJ~..IT.mlsió.n..d.e ello.s, Jas_causas desencadenantes y el tratamiento recibido, Estos elatos suministrados por el paciente se deberán confrontar con los obtenidos al interrogar a - familiares y amigos. Aquí anotaremos el parentesco ele la persona entre- vistada; su grado ele salud mental y el valor que nos merece la informa- ción suministrada. Ejemplo S: La enfermedad se inició hace tres semanas cuando según relato del paciente sentí un cambio trascendental, tuve una enfermedad -paperas- y le ofrecí a Dios me q11itara la enfermedad y yo le serviría a El y a la comunidad, Después me empezaron a llegar mensajes, eran voces que decían: Tú debes ser algo en la vida, y yo ahora lloro porque tengo 22 años y no soy nada, no para sentirme orgulloso sino para servir a Dios, y yo le escribí al Presidente de la República para que me diera billetes ele esos que se le están pudriendo en los bolsillos y yo los necesito 11ara ser algo y servir a mi pueblo, que ha sido ingrato conmigo... La Psicóloga y los profesores me pusieron en reposo porque tengo desgaste mental y ahora yo estoy en reposo y voy a reposar aquí o don- de un hermano que me ofreció su casa en Bucaramanga. Para el hermano que lo acompañó en el momento de la hospitalización los datos que posee son escasos pues vive en Bucaramanga y coinciden- cialmente se halla en Bogotá: según el profesor que lo trajo a Bogotá, Moisés se empezó a poner enfermo desde el lunes cuando comenzó a hablar mucho, a decir que iba a servir al pueblo, a hacer negocios: vendió su bicicleta por la fabulosa suma de mil pesos... se llamaba el alumno- maestro'', escribió cartas a la Cámara de Comercio para patentar sus negocios. No había sido agresivo, pero en las últimas 48 horas se puso agresivo porque no le traían a Bogotá, aunque se lo habían prometido, .', El actual es el primer episodio de enfermeclap·rnental. 20 Ejemplo 6: Según relato del paciente, desde hace más o menos dos a~os vie1;e su- friendo ligero dolor de cabeza, de tipo difuso, que no le 1mpedia sus labores cotidianas, hasta hace tres semanas cuando estando en_ clas_ e,, presentó un súbito aumento en la intensidad de la cefalea que se irradio hasta la región precordial, debiendo de abandonar el s~l~n de ?l~se. Des: de entonces la cefalea ha siclo más intensa, de preclom11110 occipital, ca~1 permanente y que solo cedía con analgésicos tipo 292, pero este med1- came~to se volvió ineficaz y además, no lo encontraba porqi~e lo sus- pendieron- , Por esta razón, consultó un vademecum y comenzo} auto- recetarse calmantes analgésicos de cualquier clase, llegando a_ l Perco- dan con el cual lograba calmar el dolor de cabeza, pero paulatmamente hubo de incrementar la dosis diaria pues no me pasaba el dolor de ca- beza. La automedicación y la sobredosis ocasionaron tres epis_ odios de in-- toxicación así : la primera oportunidad a mediados de Enero del pre- sente afio cuando aso.ció el Percodán a dos cervezas siendo trata.dos _en Marly por urgencias; ocho d-ías después tuvo Jugar el segundo ep1so_d1~, muy similar, y una tercera oportunidad en el día de ayer, cuando mg1- rió veinte tabletas de Percodan y unas dos cervezas, preguntando por el padre y la novia, que no se hallaban en Bogotá _Y n:ost~·,ancl o un franco cuadro disociativo, por lo cual se ordenó su hospttalizac1on. El paciente relata que hasta hace dos años era una pers~na sociablé, de buen estado de ánimo, pero que desde entonces ha cambiado, que no expresa lo que siente, con poca comunicación verbal. .._Poco a poco se fue alejando del fútbol el cual practicaba con frecuencia, por el temor que despertaba hallarse ante multitudes y dejó de asistir a cine porque, me da miedo la oscuridad, Además se asoció un componente de angus- tia de incremento paulatino, con ganas de gritar, de salir con-ienclo Y no poder dormir con la luz apagada. Al interrogar a la madre, ésta en su mayor parte confirma la versión dada por el paciente y afirma que la enfermeda~ se inició hace_ cuatro meses con aumento del dolor de cabeza y clespues ele ver la pehcula El Exorcista, comenzó a despertarse con pesadillas y muy asustado Y ?º- menzó a no domlir y a estar deprimido. ., Lo llevamos a donde vanos médicos pero seguía igual; entonces decidimos llevarlo al P 1 siquia;ra Yle dieron Mutabón D y Tryptanol en inyecciones con los cua es tema ratos tranquilos pero el dolor de cabeza era permanente. Si al describir la enfennedad mental incluimos partes textuales del discurso del paciente podremos denotar en la historia clínica el grado ele coherencia, ei origen y el contenido del pensamiento del paciente, así como los 'trastornos sensoperceptivos y lograr que la persona que lea 21 1 ,, 1 ¡ ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 15. j'I ·.f?t· 1 / 1 !! nuestra historia tome un juicio adecuado del cuadro clínico del paciente ·:W 1 ¡i: nuestro, En el ejemplo 5 ,encontramos un pensamiento ilógico, incohe- j :Ir rente y con un síndrome.delirante-alucinatorio que corresponde ª un :,il ..: ; 1 1 1 cuadro esquizofrénico, que·contrasta con el ejemplo 6 donde el discurso . .1 es lógico, con elementos fóbicos e hipocon'dríacos que podrán corres- :, ·i li ponder a una esquizofrenia larvada, 'r1f ! ,¡¡ 1' 1 1 :,~li :; cl - 1! i,, 1 ¡i 4,, HISTORIA FAMILIAR 1 ' ' l¡i La familia ctimo níicleo pr!m11rio juega papel primordi~l en h1 forma· J j i¡I ! ci611 de la personHlidad en la medida en que brinda seguridad emocional -,~ i! y afectiva y proporcione .figuras adecuadas para la identificación. Las ;~ !! relaciones entre los diversos miembros de la familia son fuerzas dinámi- ¡ ! !¡ cas que se desplazan continuamente acordes con los diferentes aconteci- 1 :mientas de la vida familiar. - ~ 1 ¡, Donald A. Bloch concibe la familia desde dos puntos de vista: estruc- : J i¡,· tural y funcionalmente. Estructuralmente el concepto de familia se refie- ,jf, 1r¡· re a la unidad de estructura familiar tomándola en las distintas instan- ~ ;I cias que tienen interés psiquiátrico. Por e1·emp · lo: las relaciones madre- :ti ¡ ' ¡¡ i·¡ l(liJb ·o, e 1 1triádngu 1 1?. e)dípi 1 co, el núcldeo familitar, la Dfamdilia 1 trigeneracional %t ..·_·. 1 a ue o-pa re- uJo y os nexos e paren esco. es e e punto de vista ;,~ !I funcional estudia las situaciones de interacción familiar y los procesos : 1 ¡ que pueden interesarse en un estudio psiquiátrico: la definición de rol, iJ ! la distribución de poder, la comunicación con los padres, la formación ,s: 1 1' · de la identid~d, las relaciones intergeneracionales, los elementos ansió- ' 1 1 genos, las estrategias defensivas. Lógicamente que la estructura y la fun- 1 il ción, así planteadas, son aspectos interrelacionados del mismo fenómeno. ~ l i Incluimos en el concepto de familia a todos los miembros del hogar } ¡1 porque consideramos que todos tienen significado en el trabajó tera- 1 ji péutico, de tal modo que no solamente tomamos el núcleo familiar y ,-i sus situaciones sino que incluimos además, los miembros que tienen mi significado especial y que regularmente están adscritos al núcleo familiar primario (institutrices, sirvientes, .etc.). '11 . j¡ En el esquema para realizar la entrevista se tiene en cuenta: 11 a. Padres y hermanos.- Edad, ocupación, grado de instrucción antece- • JI cténtesfísicos'yn1entales, características sobresalientes de ~ada uno ~- .. :i,i de ellos, causa de muerte, relaciones con el paciente si aún permanece 'Í :;1¡ en el núcleo familiar, etc. ~ :j,il b. /]§_tJ.f!f!: e 1!.Jios.- Evaluando los parámetros-anteriores y teniendo en .{ 1 ,!i, 1 , cuenta,-ac!emás, las características del paciente como esposo y padre, ·l c. Atmósfera del hogar e tnfluen~ia.- Armonía familiar, rela_ ciones int~r- perso~ct6sre1igÍOSCÍS y ·económicos, sucesos de importancia, etc. aspectos que no describiremos únicamente sino que le daremos su connotación dinámica. Ejemplo 7: El núcleo familiar está integrado por los padres y ocho hijos: los varo- nes dedicados a las labores agrícolas en una finca fundada por mi papá y ]as mujeres a desarrollar las labores del hogar. Ocasionalmente han vivido en el pw~blo, El pudre era la figuro de autoridad; muy autorital'io, a veces no dejaba hablar, no permitía que uno cogiera las cosas sin su permiso o que no las dejara en el mismo lugar, porque nos pegaba duro ... Actualmente la figura de autoridad la encarna Angel María, uno de los hijos mayores porque mi papá le dejó todo para que lo ordenara... La madre ha sido pasiva le ha obedecido a mi papá en todo sentido y todavía a pesar de estar anciano le obedece.. . Existen frecuentes altercados entre los cónyuges pero ella siempre obedecía... Anota que '.'mi ~apá n~mca le ha pegado a mi mamá pero yo sentía rabia cuando 1111 papa le gntaba... es que él es muy dominante.. . Económicamente describe .el paciente como i.m hogar más bien po- bre porque hasta ahora empieza a producir la finquita. Se profesa la religión católica pero sin que haya existido coacción o franca imposi- ción en las prácticas religiosas. Los hijos han tratado de lograr su independencia económica lo más pronto posible, por culpa de mi papá... Actualmente sólo viven con los padres los tres solteros llevando buenas relaciones porque el ambiente es distinto ya que mi papá le dió el poder a Angel María Y él es más noble yaccede... Padre: Eleuterj.o, 75 años, agricultor, analfabeta, es como un canalla porque todas las veces es a dominar por la edad y los conocimientos que tiene. El paciente ha tenido bastantes problemas con él y nos hemos agarrado de boca, pero yo siempre me retiro y le obedezco. Madre: María Nohemí, ele 62 años, cursó hasta segundo de primaria pero se le olvidó escribir, ella nos hace la comida, es muy noble, muy buena, atiende mucho a los hijos... le obedece a los hijos' a mí me tienen como el menor porque soy el único que no tiene hijos.. , La madre ha sido sobreprotectora con el paciente hasta el punto de llegar a pagar las deudas del paciente: siempre me ha solucionado mis proble- mas y me ha defendido ele mi papá y ésto casi que conmigo no más por- que yo soy el que más embarradas ha hecho en la casa... / ,1 , ; l .el grado de comprensión conyugal, etc. . W i 1 L ! ...- - : ...._ ·;;;...;,.;__,'-' .l _ ._ _ _ _ _ _ _ _~ - ~ - ~= ,_..,...-'~ º'..¡,;;; :,d·,,,:; , ;~ ¡;¡.;, ·.O:: ;;,.. -· . . _ _ ~__.,,.._..- ; t _ ..c; -'-,..-~-c---------~-----~-.,,.-------2 ... 3~--....... 1 ,-.,· ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 16. r_ 11tt ~ ~ - ¡ l i1 1 l¡l Hermanos: . José Eluterio, 47 años, agricultor, viudo, padre de siete -j', :,1 ,1 • t ¡ · ~¡¡ ;~~! ~~b!~º;a:~e~~ ;~:::~~~ rei:n~uea~~ :a~:.~.e~~~e~s~:~e!~:~; 1 1 q tenido disgustos frecuentes llegando incluso a enfrentarse a puño por- -·~ if ! que ha querido quitarnos parte de la finca. De pequeño, lo respetaba l ~:! porque era mi hermano mayor. lf ~ jll Maximiliano: Muerto en 1958, a los 25 años de edad pero no sabe- ij. ¡J ¡i¡. mos por qué le pegaron el par de tiros, yo creo que porque era conserva- ·,¡¡.( ~1 1:1 - ! ,1 1 1.1 ~r~;~! ;~~.i~1 ee e~~ 1;~~1~pb~e1~: I~~r:~ 1 !:1 ;~;~·m~ 0 n~~~~ 1 ~::~~~;eº~:ti; 1 1 1 sinti6... Era casado y dejó un hijo. í!li '. _ Ji.1 1 , Benjamín: Soltero, negociante tiene mujer y cuatro hijos, casi no - ~ _ :.~1 J nos vemos con él porque está en Venezuela. f ~ [ 1 Marina: 26 años, casada, tiene cuatro hijos. Con ella las relaciones : ¡ ¡~· _ fueron bastante problemáticas porque mientras estuvo soltera era muy % ;' · dominante porque mi papá la quería por ser la única hija y ella era muy 1 ¡'!¡'· caprichosa... después de casada cambió bastante... Í_· i !1¡ Abuelita materna: Sólo vivió en el núcleo familiar los dos últimos ~~ i 1 años de su' vida, murió a los 70 años, hace 20 años, de cáncer. Era l 1 1 1 muy cansona por su edad; sin embargo el paciente guarda un buen re- ~ ¡ cuerdo de ella porque cuándo tenía su casa yo llegaba y le quitaba los rt !i dulces que ella hacia y no decía nada. - ,. '¡ 1 i 11 S. HISTORIA PERSONAL , , ,¡¡ Es el recuento cronológico de la vida del paciente, en el cual se debe l. 1 ¡¡ hacer hincapié en la ~ria_JiQ.t~l, en el desarrollo de la ¡;ers.2lli!-li·. l ; _ 1 :l,1 dad de acuerdo con las experiencias introspectivas y con los factores '-it 1 ' 1 li 1 ,_ _ ambientales. Para su elaboración es útil seguir la cronología biológica· ·_ ~ -:._ i:_i_:: . 1 ..• como guía sin convertirla en un cuestionario de encuesta, ~ 1 a. Embarazo y Parto ., ! 1 ¡ 1 1 : ,I Deseado o nó; edad de la madre, patología y estado emocional de la l· madre, legitimidad. Duración del embarazo y del trabajo del parto, ~ ¡1 1 ¡ amenazas de aborto; parto atendido por quién, dónde; patología neo- t 1 ¡1. natal, etc... 1 llj ) ~ - · ,11 b. Lactancia y Desarrollo Psicomotor ~ ~I t 1 ¡, Tipo de alimentación recibida, rechazo de la alimentación, destete, ' ·¡ 1 : 1 . edades a las cuales caminó, habló, hizo control de esfínteres, méto- '-~ dos usados para crear hábitos de limpieza, etc, ,. t 1 ' 24 ~ c. lilfancia Educación en los primeros años, demand~s. excesiv~s, s~br~-prot~c- ción castigos desmedidos, aclapt.ación familiar Y social, nvahclad.fra- tern~, conducta asumida ante el nacimiento ele. nuevos herm;nitos, juegos infantiles, cuidado del juguete y de los ammales, fantas1as, S.~-.. lecho, escena primaria, etc. _,,;as;;s neuróticos infantiles: Aislamiento, berrinches, trist~zas, e_ s~as- mos del sollozo, geofagia, onicofagia, pe~adillas, sonambulismo, teiro- res nocturnos fobias em1resis, encoprex1s, etc. . : ' l d. Escolaridad Edad de inicio, adaptación al ambiente estu~iantil, relaciones ~on maestros y compañeros, rendimiento escolar, mtereses, apo~los, lide- razgo,-. J-iazmerreir, pasividad, reprobaciones, fugas del colegio, grado alcanzado, etc. e. Adolescencia Conflictos aceptación de las figuras de·autoridad, su relación con el rendimiento. académico, pandillas, flirteos. f. Educación Sexual De quién recibe la información, primeras ~anifestacio~es sexu~l_es·, actividades·ante el sexo opuesto, masturbac10n_ (frecu~ncia, clura_c~on, conflictos fantasías masturbatorias, etc.), mamfestac1ones y act1v1cla- des homo~exuales, menarquia, noviazgos, etc. g, Edad Adulta . Historia ocupacional, cambios, ascensos, d_ificul.t~des .de adap~ac1~n'. relaciones con jefes y compañeros de trabaJo, efi~1enc1a e1: ~l. traba~o, hábitos ante el dinero, adaptación social, distracc10nes, rc11g10n, otrns intereses; el papel del padre y esposo, etc, h: Historia Matrimonial Actitud ante el sexo complementario, circunstancias del matrimonio, características del cónyuge o compañero, infidelidad, cel?s, modo.Y frecuencia de las relaciones matrimoniales, frigidez, 1111potencrn, eyaculación precoz, número de hijos, abortos, control natal, etc. i. Climaterio y Senilidad Molestias físicas, estados depresivos asociados, adapta.ción a la situa- ción de pensionado, chocheras, situación hacia los metos, etc. 25 l '¡ í , _ ' ..... =-.....--'=-~-~--~-~¿~~ -_:¿.;;.. ·'-~,......,..~~--------------...,.,...,---;:-------------- !Slllll!ii!,..,..;....,;.~ - ' - - - - - - - - - - - - - , - ~ --~1:;,o- ~ ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 17. .,.,.. 1)_ Ejemplo 8: . i Fruto del primer embarazo materno, deseado, con parto atendido en c,línica por médico, duración del trabajo de parto de unas once horas, sin anoxia neonatal, y con un bebé de buenas condiciones generales. ¡ Recibió alimentación materna durante un año; posteriormente tetero h,asta los tres años, cuando voluntariamente lo dejó, 1 Desarrollo psicomotor dentro de los parámetros normales, Ganó ·eJ o 1 :mcmso del nifio sano. Colecho negativo, ! Rasgos n@ m-6tleos 11egntivos, Al ntlve.nimiento de su mwvo hermíl· nfto no mostró cambios en su conducta. ' Control .esfinteriano a los 15 meses mediante castigos maternos no severos. No tenia dificultades para relacionarse con mnos de su edad era muy despierto, sin complejos, con noviecitas y todo. Sus juegos infan- tiles eran adecuados y con la participación de sus hermanos menores. Regularmente tomaba el papel de líder en los mismos. A los cuatro años sus padres debieron separarse debido a la farmaco- dependencia del padre pero no se notó cambio en la actitud ·del paciente ' ni en su desarrollo adaptativo posterior. Inicia escolaridad a los siete años ''siendo un excelente estudiante... no hay un año en que no tenga diplomas y premios... No ha tenido problemas disciplinarios y hay aceptación de las figuras de autoridad adecuadamente. Cambios de colegios por problemas familiares con adap- tación adecuada al nuevo ambiente. Este año cursaba su cuarto de bachi- llerato debiendo abandonar sus estudios por su enfermedad actual. Tiene muchos amigos es amable y tratable con todos, le gusta salir a bailar e ir al cine con sus amigos. Sus relaciones son espontáneas y cálidas. Infonnación sexual recibida en el colegio y por amigos. Actos mas- turbatorios desde los 13 años, con· fantasías heterosexuales y carentes de angustia; relaciones heterosexuales esporádicas, relatadas como satis- factorias, aunque J.a primera vez tuve un poco de miedo. Niega rela- ciones homosexuales. 6. ANTECEDENTES Aquí complementaremos los datos suministrados en la historia fami- liar y personal mediante la descripción de los antecedentes clínicos _ quirúr~i_~os.L traumáticos, _tóxicos, _alérgicos del pacieñ·te - yIappslbl; 26 patolo_gg_habida en la rama familiar para enfe1medade~ mentales, meta- bólicas, retardo mental, problemas cardiovasculurcs, srndromes convul- sivos, etc. Es necesario en este aparte consignar tanto los datos negativos como • los positivos pues ambos son de capital importancia. Ejemplo 9: a. Patológicos Sarampión y parotiditis sin complicaciones, b. En su vida ndulta Paludismo tratado con cloroquina, autoformulada. c. Quirúrgicos Apendicectomía a la edad de 8 años, sin complicaciones. d. Traumáticos Relata que a la edad de cinco años cayó desde una altura de cinco metros sufriendo pérdida de la conciencia y fractura del antebrazo izquierdo. Duré inconsciente unos dos minutos. Posterior a la caída solo experimentó cefalea que desapareció espontáneamente. e. Tóxicos 1. Psicodislépticos: Una experiencia con marihuana muy desagrada- ble, durante la cual se sintió muy inferior y hasta los perros eran grandes y yo me sentía miserable. Una experiencia con LSD' en la cual presentó logorrea y me fue muy mal en el examen que pre- senté estando trabado. 2. Tranquilizantes menores: Durante los exámenes de quinto de ba- chillerato, con dosis de diazeparn de 1Omgrs. diarios. 3. Alcohol: Poco lo ingiere porque me da tristeza y hablo mucho. No presenta amnesias ni agresividad durante la embriaguez. 4. Anfetaminas: Las ingiere para estudiar en los exámenes con do- sis de una tableta diaria de Ritalin -Metlfenidato- de 1O mgrs. 5. Analgésicos: Ha ingerido toda una amplia gama de analgésicos y desde hace tres meses ingiere habitualmente y con incremento p au- latino de la dosis Percodan (compuesto de oxidecaína, hometropi- na, ·ácido ácetilsalicílico, fenacetina y cafeína). 6. Cigarrillo: Fuma demasiado porque me siento nervioso, comencé a los 15 años y ahora fumo un paquete diario. 27 ,J 1 i ¡ ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 18. f. Alérgico: Negativo g. Familiares 1. Enfennedad mental: La madre estuvo hospitalizada por cuadro melancólico reactivo. Su abuelita paterna sufrió demencia senil. 2. Neoplasias: Su hemano mayor falleció de cáncer gástrico. 3. Convulsivos: Niega. 4. Retardo mental: El hermano menor presentó retardo mental seve- ro. Murió a la edad de 8 afios de fiebre amarilla. · 5. Suicidios: Niega. 6. Cardiovasculares: Tía paterna es hipertensa. 7. Diabetes: Tía paterna. h. Venéreos: Negativos : 7. PERSONALIDAD PREMORBIDA . 1La .personalidad co~stituye la síntesis_ d~ ~odos los elementos que mterf1eren en la formación mental de un md1V1duo y le dan una fisono- m'.ía propia. Esta configuración es el resultado de las innumerables parti- cularidades de su constitución psicofisiológica, de sus componentes ins- tiAto-afectivos alimentados por las afcrendas sensitivo-sensorial de sus ro;rmas de reacción y de las impresiones dejadas por las experiencias virdas, que han ido jalonando su historia individual. ¡sin embargo, con base en la simplicidad, nos referimos solamente al ca,rácter del paciente entendido como la conducta general dentro de las . relaciones sociales, una disposición sentimental predominante y la natu- raleza de humor habitual con lo cual delinearemos un esbozo de diagnós- tico para la personalidad esquizoide, ciclotímica, histérica, antisocial, etc. Entrevistaremos al paciente y sus allegados sobre sus estados de hu- mor habitual (alegre, triste, variable, pesimista, etc.) su reacción ante las frustraciones, rasgos fóbicos, aficiones, hobbies, etc., tratando de con- signar en la historia las propias palabras del paciente. Damos a continuación una simple colección de sugerencias y no un esquema: 1. Relacioifos sociales con la familia (atracción, dependencia), con ami- gos (grupos, sociedades, clubes), en el trabajo y con los compañeros 28 de trabajo (cabecilla, seguidor, organizador, agresivo, sumiso, adapta- ble). 2. Actividades e intereses intelectuales: Libros, obras de teatro, cuadros preferidos, memoria, observación, juicio, facultad crítica. 3. Humor: Alegre, abatido, ansioso, preocupado, optimista, pesimista, depreciación ele sf mismo, satisfecho, exceso ele confianza, estable, fluctuante (con o sin ocasión) reservado, demostrativo, 4, Carácter: Tímido, sensible, suspicaz, resentido, quisquilloso, irritable, ilnptilsivo, cel0so, egoísta, egocéntrico, reservado, vergonzoso, opaca- do, estricto, meticuloso, rígido, etc. 5. Normas aceptadas: Moral religiosa, social, económica, práctica. Acti- tud hacia sí mismo, hacia los otros, frente a la salud, hacia el propio cuerpo, interés y ambiciones. 6. Energía: Iniciativa, energía sostenida o abrnpta, fatigabilidad, ritmo, decisión. 7. Vida imaginativa: Ensueños diurnos, frecuencia, contenido. 8. Hábitos: En la comida (caprichos) en el sueño, en las funciones excre- toras, etc. Ejemplo 10: ''.Siempre me ha gustado tener buen físico y desde pequeño he vivido preocupado por ello, ahora estoy un poco flaco pero en pantalón de baño me veo bien... Me autorretiré de la profesión y me autojubilé hace seis meses ·con dos centavos para disfrutar un poco. Así lo hizo papá y vive como un pachá. En eso el viejo era un sabio.. . Siempre he siclo deportista. Me ha gustado el tenis y lo practico dia- riamente con un Coronel Retirado en el Club Militar.. . Las viejas me han gustado pilas; más que el tenis... Leo poco, casi siempre historia y lo que se refiere a Napoleón que es mi personaje favorito. Música poco, especialmente estilizada. .. Mi aspiración actual es reconciliarme con mi mujer y mis hijos y si no es posible entonces separamos amigablemente.. . Siempre_· he siclo meticuloso, obsesivo, ordenado : Mis trajes son im- pecables; me gusta estar elegantemente; me adapto fácilmente ·cuando las cosas salen mal. . . 29 / 1 i ·- - - ----------------~,,_..-~--,,....,,,,,,.:::-,:-,,--,,,..,......,;,,.,,....;,-~~..,..,~~~- ,.,, ,~,...,.:.,,-,-----.-.-,.......,,....-----~--------~---- -·---------- ----· ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 19. .'~. Me gusta la media1¡ía porque ahí está la cosa buena. Mi filósofo de cabecera es Horacio... Con el dinero soy reservado, pienso que se debe ahorrar un poco pa- ra cualquier situación posterior; sin embargo, nunca faltó algo en mi casa... Me gusta la buena comida, aunque no soy exigente... 8, EXAMENES FISICO Y NEUROLOGICO Nasta ahora tenemos la información adecuada desde el punto de vista psiquiátrico pero aún nos resta destacar organicidad en el cuadro clínico que estamos evaluando. Sabemos que bajo un cuadro de manía bien puede esconderse un tumor frontal o que el síndrome maníaco está de- sencadenado por hipertiroidismo, o por la administración de corticoides o de isoniazida. En los cuadros confusionales, una posible etiología puede ser un he- matoma subdural crónico, una arteriosclerosis cerebral o un traumatis- mo creaneoencefálico que debemos destacar. Un cuadro clínico que nos impresione como conversión histérica por su presentación súbita, posterior a un disgusto, con pérdida de con- ciencia y moderado grado de espasticidad mus0ular bien puede deberse a un A.C.V. y sólo un examen neurológico cuidadoso nos descartará esta posibilidad. Desde otro punto de vista, el examen físico nos proporcionará el estado_ de las condiciones orgánicas del paciente y nos marcará la pauta a seguir en el tratamiento posterior. Es sabido que un paciente catató- nico se irá deteriorando físicamente de un modo paulatino y que es primordial tratar junto con el síndrome esquizofrénico su situación 'de d~snutrición y deshidratación concomitantes. Además los exámenes car- diovasculares nos marcarán el derrotero a seguir en los tratamientos bio- lógicos (insulinoterapia, clonoterapia, etc., evitándonos así fatales acci- dentes). 9. EXAMEN MENTAL Los datos han sido obtenido a través de la entrevista realizada median- te la 9bservación cuidadosa de la actiti1d del paciente y del análisis de si1 di~curso donde ha expresado sus sentimientos, creencias y situaciones quíe lo han llevado a consultar. Aquí solamente_no:1 limitaremos a orde- nar estos datos de acuerdo con las distintas áreas de la personalidad tra- tando de hacerlo en forma dinámica y no exclusivamente descriptiva - ~, en 30 Jo posible, transcribiendo muestras del lenguaje del pacient.e, que ade- más de complementar también proporciona mayor claridad a nuestra historia. En el capítulo siguiente profundizaremos este tema, y hablare- mos de las técnicas para evaluar los siguientes parámetros: A. Funciones de Relación l. Apariencia general: Porte y actitud 2. Conciencia 3. Sueño B. Funciones Intelectivas 1. Atención 2. Orientación 3. Memoria. 4. Sensopercepción 5. Pensamiento 6. Lenguaje C. Esfera Afectiva o del Humor D. Funciones de Síntesis 1. Conducta 2. Inteligencia 3. Juicio y raciocinio Ejemplo 11: Paciente joven recientemente craneotomizaclo, bradipsíquico, arre- glado adecuadamente, trata ele disimular su cabeza rasurada con una boína; se muestra ten1eroso, entra por sus propios medios al consultorio y saluda fríamente, permanece ele pie hasta tanto no se le ordene que se siente. Una vez sentado sus posturas son adecuadas y varían normalmen- te durante la entrevista. Paulatinamente comienza a desaparecer su temor y u mostrarse más espontáneo en el diálogo. Se muestra conscien- te con orientación conservada auto y alopsíquicamente. Su pensamiento es lógico, con un curso lento pero coherente y en su contenido no se detectan alteraciones delirantes. Se precisan elementos fóbicos a estar solo y a jugar porque me da miedo la multitud. Corno sitlrnciones contrafóbicas duermo con la luz encendida y con la cabecera de mi cama mirando a_ la puerta de mi pieza. 31 j '¡ i 1 ¡ i ---~·-- · ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 20. Hay lentitud en su conducta motora ocasionada por su recie~te cra- neotomía por lo cual muestra leve grado de apraxia ideomotriz. Obede- dece las órdenes ciadas sin mostrar automatismo en ello. En la esfera sensoperceptiva no se aprecian alucinaciones aunque los pacl:es_ las relataron. Son patentes ilusio11es visuales del tipo falsos reco- noc1m1entos. La atención es fija, con lentitud al examen ele la atención dirigida. Su memoria de fijación muestra moderado compromiso ; la de evocación está conservada. Su inteligencia es promedio y su bagaje intelectual y cultural como su j_ uicio crítico estttn acordes con su nivel ele instrucción. Su afecto está mal modulado, con tendencia a ser plano, pues no muestra mayor grado de modulación afectiva. Su prospección es ilqgica, claramente influenciada por cierto grado de proteccionismo de los padres y de quienes cuidaron al paciente en el post-operatorio. La noción de enfe1meclact mental no existe claramente. El paciente relata estar hospitalizado ''por los nervios y porque sufrí una reacción después de la operación de la cabeza. 10. RESUMEN DE LOS DATOS POSITIVOS Se consignarán las situaciones desencadenantes y asociados con el cuadro clínico que presenta nuestro paciente teniendo en cuenta los da- tos obtenidos en enfem1edad actual, historias personales y familiares y los elementos semiológicos positivos en los exámenes neurológicos, físi- co y mental. 11. DIAGNOSTICOS Estará basado en la información total obtenida y cobijará tanto al cuadro clínico psiquiátrico como a las entidades de índole somático de- tectadas o sospechadas al practicar el examen físico del paciente. El diagnóstico psiquiátrico será el primero en escribirse, pero si existe una presunción o se cree que está ocasionado por una entidad orgánica colocaremos ésta en primer lugar. . Desde el punto de vista de nomenclatura se tendní en cuenta la clasi- ficación de las enfermedades mentales de la O.M.S. (1968). 32 ,.-: ;,, Ejemplo 12: 1. Esqtiizofrenia paranoide 2. T.B.C. pulmonar reactiva 3. Parasitismo intestinal Ejemplo 13: 1. Síndrome_ manfaco por terapia con corticoides 2. Posoperatorio inmediato: Extirpación ele absceso cerebral frontopa- rietal derecho. Ejemplo 14:· 1. TraumaJismo craneoencefálico 2. Fractura fémur y tibia derechos 3. Síndrome de confusión mental 12. PRONOSTICO Todo diagnóstico conlleva un pronóstico basado en las características del cuadro clínico, la edad del paciente, las enfermedades asociadas, la posibilidad de tratamiento, la respuesta clínica en los episodios anterio- res y otras situaciones particulares que deben evaluarse a conciencia, con el fin de proporcionar información exacta y adecuada a los familia- res cuando ellos inquieran por el estado de salud del paciente y nos pre- gunten qué piensa usted, doctor o qué esperanzas nos da situación que se nos presenta continuamente en nuestra práctica médica. 13. POSTULACION DEL TRATAMIENTO Una vez realizada la presunción diagnóstica y habiéndonos fijado un pronóstico sobre el caso, debemos iniciar una conducta terapéutica, que bien puede ser conservadora en un principio, especialmente si existen dudas acerca de la organicidad del cuadro clínico, que serán descarta- das paraclínicamente. Si creemos que nuestro paciente presenta un síndrome psiquiátrico puro iniciaremos nuestra terapia a base ele sedación, terapéutica far- macológica, biológica, psicoterapéutica, e'tc., teniendo en cuenta las po- sibles entidades asociadas al cuadro mental (infección urinaria, diabetes, glaucoma, etc.) 33 i '¡ ¡ ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 21. BIBLIOGRAFIA BUHLER, C. El 11/flo y su [ami/la, Ed. Paldoa, Buenos nires, 1964, BEUTNER, I. Gu(a para la [ami/la del enfermo mental. Editorial Homé, Buenos Aires, 1964. CRUZ, J. Consideraciones geilerales sobre las clasificaciones psiquiátricas. Rcv, Col Psic¡. 6 (1) 18-21 Marzo 1977. EY, H. Tratado de Psiquiatrfa. Ed. Toray- Masson, Barcelona, 7a. Ed., 1975. ; s. GREGORY,I. Psiquiatrla Clfnica. Editorial Interarnericana, México, 2da. Ed., 1970. 6. KOLJ3, L. Psiqulatr(a CUnlca Moderna. La prensa Médica Mexicana, S_ a, Edición, 1976. 1 ,7. MAYER- GROS, W. Psiqulatrfa Cl(n/ca, Editorial Paidos, Buenos Aires, 1958. ! 8. MORALES, M. Pruebas l'slcológlcas en la consulta de medicina interna. En Tribuna Médi- ca Cap, II (2) 696-9, Jul. 1975. 9. PANCHERI, P. Manual de Pslquiatr(a Cll'nlca, Editorial Trillas México, 1979. 10. RESTREPO L.A. Flmdamentosde Medicina: Pslquiatrfa, Medellín, la. Edic,, 1982. 11. RIPLEY, H. Diagnosis and Ps/chlatry; Examl11atio11 of the Psichlatrlc patient. En compro- hesivc textbook ofpsychiatry. Editor: AlfredFreedman,et alBaltirnore, 2a. Edición, 1976. 12. VIAUD, G., La inte/lgencia, Ed. Paidos, Buenos Aires, 4a. Edición, 1973, 34 2. EL EXAMEN MENTAL DEL PACIENTE 35 r 1 r ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 22. 2. EL EXAMEN MENTAL DEL PACIENTE El examen mental del paciente requiere de parte del examinador las siguientes cualidades: comprensión, atención, observación y análisis ele todas y cada una ele las manifestaciones de la vida psíquica. Hablamos de comprensión no en el sentido de aceptar o enten- der la conducta como algo humano o como algo que a cualquiera de nosotros nos puede pasar, sino en el sentido más amplio de la pala- bra, como ayuda, como colaboración, como comunicación íntegra entre el psiquismo del paciente y el del médico. En esta forma, sí podemos •realmente entender al paciente y lograr captar el significado verd acle- ro de sus alteraciones psíquicas. La capacidad de comprensión depende, a su vez, del funcionamiento psíquico adecuado del médico, de su integridad de criterio, de su hones- tidad y de su experiencia vital y académica. No se trata de encontrar justificacioúes a los síntomas del paciente sino ele analizar en toda su intensidad el síntoma, con sus orígenes, su psicogénesis, su psicoclina- mia, para revertir este conocimiento en ayuda y mensaje terapéutico. Por eso, creemos que es inadecuado realizar un examen mental con el solo propósito de ver qué tan enfermo, qué tan psicótico está nues- tro paciente, sin haberle peimitido, al finalizar el examen mental, la posibilidad de retornar a un funcionamiento psíquico adecuado. La atención por parte del examinador debe ser activa y constante no solamente para el lenguaje oral sino también para el pre-verbal. Los ma- nierismos, los cambios en la entonación, las crisis de llanto, la autono- mía en el diálogo, los estados de perplejidad, los bloqueos, sólo pueden ser detectados si estamos atentos a lo que dice y hace el paciente. Esta es la razón por la cual resulta inconveniente estar escribiendo todo lo que dice el paciente, porque perdemos la posibilidad de atender su conducta pre-verbal. 37 ,· í i ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 23. La observación de los fenómenos psíquicos del paciente no debe ser sistemática o . como quien asiste de espectador en fonna pasiva. La capacidad de observar el acontecer psíquico del enfermo debe ser activa y fundamentada en el criterio médico holístico que le permita al exami- nador detectar los elementos psicopatológicos, pero también avistar el componente cultural que está involucrado u origina el sintoma. No se trata de describir pormenorizadamente cuántas veces nuestro paciente se succiona el pulgar o grita incoherencias, sino en qué circuns- tancias aparecen estas conductas, qué factores las precipitan, las agravan, las disminuyen; en otras palabras, es más importante el por qué exis- ten, a el cómo y cuántas veces aparecen. El análisis no se limita exclúsivamente al paciente, Es necesario estu- diar la información recibida de los informantés distintos al enfenno para llegar al diagnóstico del funcionamiento de él, de su familia y de su en- torno; ésto quiere decir, que al igual que la concepción bio-psicosocial de la enfermedad mental, el diagnóstico también es holístico, lo cual permite un manejo integral del trastorno y un pronóstico más real, váli- do y confiable. 2.1. EL DIALOGO El instrumento, que en la mayoría de las veces, permite obtener la información que requerimos para hacer el diagnóstico del acontecer intrapsiquico de nuestro paciente, es el diálogo con él. Mediante la comunicación verbal vamos a obtener los datos sobre los orígenes de su padecimiento psíquico, sus experiencias vitales previas, sus aspiraciones y metas futuras, sus fmstraciones y en fin, todo el bagaje ex periencia! previo, 2.1.2. Jamás debemos constituirnos en censores de la conducta del paciente, aunque sus concepciones religiosas, filosóficas Ópolíti- cas, o sus vivencias estén en franco desacuerdo con nuestr as propias ideas y maneras de vivir. 2.1.3. La entrevista no es un interrogatorio ni una encuesta en la que hay que consignar el mayor número de datos. Por el contrario, la entrevista debe ser un diálogo abierto, dinámico_ , que permita comu- nicación dirigida por el entrevistador, pero no ceñida a una tabla de síntomas y signos. 2.1.4~ . El entrevistador hablará poco y dejará que hable much o el enfer- ! mo. Se obtiene poca información cuando se limita la es pontanei- dad del diálogo por parte del paciente, cuando se le con_ tradic e, cuando se trá.ta de disuadirlo de sus errores, cuando se dan opiniones p ersonales 1 38 sobre las ideas expresadas por el paciente, etc. Por eso, las pregun~as que se hagan deben ser en su mayoría abiertas, no sugestivas, para cleJaI' que el explorado quede en libertad ele contestarnos lo que se le ocurra o crea conveniente comunicarnos. Para obtener datos como edad, estado civil y en general los elatos de identificación, se utilizan las preguntas concisas. Si preguntamos por ejemplo, ¿se sintió triste cuando murió su espo- sa?, la respqesta del paciente, seguramente será que sí porque hemos casi obligado al enfermo a que nos diera esa contestación. Pero si hace- mos la pregunta, en la siguiente forma, ¿cómo se sintió cuando murió su esposa?, estamos dando mayor amplitud a la asociación del paciente y seguramente nos comunicará mayores detalles de esa vivencia. 2.1.5. La entrevista es confidencial, y como todo acto médico, está signada por el sigilo profesional. 2.1.6. Es necesario utilizar un lenguaje claro, conciso, Y adecuado al nivel cultural del paciente. No hay que dejar términos o concep- ciones para interpretar posteriormente; por eso vale la pena aclarar qué significan para el paciente sus obsesiones, mis delirios o el stress porque para él pueden tener un significado totalmente opuesto a ~a con- notación psicopatológica del término. Además, en otras oportumdacles, el paciente ha creado neologismos y, lógicamente, su significado es sub- jetivo. 2.1.7. · La entrevista debe actuar lo suficiente para obtener la informa- ción ·para hacer un diagnóstico, elaborar un pronóstico e iniciar un esquema terap,éutico. 2.2. EL TEST DE KIRBY Algunos pacientes.por su estado de conciencia (coma, estupor) o por sus a!teracior1es psicopatológicas (negativismo, estado catatónico) no permiten entablar el diálogo. Para obtener la información necesaria que nos permita cliagnostic'ar si el cuadro clínico corresponde a una altera- ción neurológica (S.C.O.) o a una actividad clínica como la esquizofre- nia, Kirby ideó en 1924, los siguientes items para explorar en este tipo de pacientes. 2.2.1 . Reacción General y Postura e Actitud voluntaria y pasiva. GJ Posturas voluntarias, confortables, naturales, forzadas, raras, que hace el paciente si se le coloca en una posición extraña·e incómoda. 39 - - - ~ - - ' - - - - - ' - - - - - - - - ' - - - - - -- - ~ - :'- ,. -. -~-----~-__¡~.;¡;:..,,.,,.,,--_~~~-_:__,-------------.,,.,---- ,f l ? ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 24. o Conducta para con el médico y las enfermeras: de oposición, evasión irritable, apático, complaciente. o Actos espontáneos: ¿Se muestra ocasionalmente juguetón, malinten- cionado, agresivo? ¿Hace movimientos de defensa cuando se le moles- ta o cuando se le pincha con un alfiler? Modo de comer y de vestir. Atención a las funciones intestinales y vesicales, ¿Sus movimientos muestran solamente un retardo inicial o son consecuentes en todo su desarrollo? • l,En c¡ué nrndida cambia la actitud? ¿La conducta, es constante ovaria, ble de un día para otro? ¿Algún suceso especial influye en su estado? 2.2.2. Expresión Facial Alerta, atento, plácido, indiferente, estólido, enfurruñado, perplejo, desesperado, etc. ¿Hay alguna expresión facial o signos de emoción: lá- grimas, sonrisas, rubor, sudoración? ¿En qué ocasiones? 2.2.3. Ojos Abiertos o cerrados. Si cerrados, ¿resiste a dejarse levantar los párpa- dos? Movimientos de los ojos, ¿Ausentes? ¿Presta atención y sigue los movimientos del examinador o de los objetos? ¿Tiene la vista fija? ¿Su mirada es evasiva? ¿Gira los ojos hacia arriba? ¿Pestañea? ¿Reacción de defensa ante la aproximación súbita ele un alfiler o de la mano? ¿Reac- ciones sensitivas de las pupilas (reflejo pupilar)? 2.2.4. Reacción a lo que se dice o se hace Ordenes: Saque la lengua, mueva los brazos, etc. Movimientos lentos o bruscos, reacción a los pinchazos. Obediencia automática: Dígase al enfermo que saque la lengua para clavarle un alfiler, 2.2.5. Reacciones Musculares Pruebas de rigidez: ¿Músculos en tensión o relajados cuando se mueven los miembros del cuerpo? ¿Catalepsia, flexibilidad cérea? Negativismo mostrado por movimientos en dirección opuesta a resistencia elástica; o fenómeno ele rueda dentada, Compruébense los movimientos de la cabe- za y del cuello. Pruébense, también, los movimientos de la mandíbula, de los hom- bros, del codo, de los dedos y de las extremidades inferiores. ¿La distracción o la orden influyen en las reacciones? ¿Hay signo de trompa? ¿Hay retención de saliva, babeo, etc.? 40 2.2.6. Respuesta Emocional ,Demuestra sentimiento cuando se le habla de la familia o de los niñ¿,os?; ¿o cuando se mencionan puntos sensibles de su historia o cuan- do vienen visitantes?. Nótese si existen o no aceleraciones de la respiración o el pulso. Obsérvese, ~ambién, si hay rubor, sudor, lágrimas, etc. ¿Le hacen algún efecto las bromas? Efecto de los estímulos inesperados (golpear las manos: ofrecerle un cigarrillo, etc.). 2.2.7. Lenguaje .Hace esfuerzo aparente para hablar, movimientos de los labios, cu- chi~heo, movimientos de la cabeza? Anótense_las_ frases e~act_as con la reacción emocional que las acompaña (pueden md1car alucmac10nes). 2.2.8. Escritura Ofrecerle papel y lápiz. Los pacientes indiferentes o parcialmente ;stuporosos escribirán a menudo, aunque no hablen. 2,3. EXPLORACION DEL PACIENTE Teniendo en cuenta los elementos de comprensión, atención, obser- vación y análisis adecuados por parte del inves~ig~dor y las reglas es?o- zadas ante1iormente respecto al dülogo terapeuhco, pasemos ahoia a explorar las distintas instancias del examen mental de un paciente. · 3.1. Porte y actitud El análisis del porte y la actitud, corresponde al a~t~ que e~ prope- déutica médica es llamado inspección. Vamos a descnbir al pac1en~e en su biotipo, su forma de presentarse, de vestir, de comportarse en el mte- rrogatorio, su marcha, su lenguaje, su espontaneidad, etc. Algunos elementos para tener en cuenta, son los siguientes: ~ La existencia de cicatrices correspondiente a heridas (en la lengua Y en los labios en los pacientes epilépticos). e En los toxicómanos se aprecian, de preferencia en muslos Y brazos pero también en las regiones más inverosímiles, el puntead_o con:~s- pondiente a los pinchazos, acompañados de signos de sobremfecc1on e inclusive de formación de abscesos. ® Los tatuajes: En los marineros son múltiples y exagerados. En los sociópatas no son infrecuentes. 41 / 'í i .i ' ! ,¡ 1 ;j 1j ¡. '· '· ,!; }:, ¡: ¡. / , :: ,. ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 25. ¡ 1 2.3.2.i La Atención El 1 :xamen de la atención implica dos formas: Una activa y una pasiva. 1 '1 En forma pasiva nos habremos dado cuenta de cómo ha respondido a nuestx'·as preguntas, qué le ha interesado de los elementos que existen en el :recinto donde estamos haciendo el examen, si ha permanecido ensimismado, si se ha mostrado distraido, si ha presentado actitudes de escucha (permanecer escuchando sus aluc:inaciones) si ha presenta- do pararespuestas, etc. La exploración activa de la atención, implica el uso de las pruebas como enumerar los objetos de la habilitación y repetirlos de memoria mientras mantiene los ojos cerrados. O la prueba de los dígitos (sumarle o restarle a una cifra una cantidad fija). O decirle que cierre los ojos y nos diga el colo'r de sus prendas de vestir o las del entrevistador. 2.3.3. Orientación En forma pasiva nos habremos dado cuenta de la actitud del paciente. Si lo hemos visto como perdido buscando objetos que no encuentra, si lo 'hemos encontrado extraviado en la clínica u hospi~al, si nos ha pre- guntado la fecha porque no la recuerda, etc. - En forma activa trataremos de indagar lo siguiente: • ¿ Qué fecha es hoy? Qué día de la semana? • ¿ Cuánto tiempo lleva usted aquí? •¿Dónde estaba hace un mes? • ¿ Dónde pasó sus últimas vacaciones? •¿Dónde ha vivido usted hasta ahora? • ¿ Qué vía o qué camino ha seguido usted para llegar hasta aquí? G ¿ Qué altura tiene este cuarto? @¿Cuánto mide usted? e¿ Puede señalarme dónde queda el Norte y el Oriente? o ¿ Qué clase de casa es ésta? e ¿ En qué ciudad estamos? e ¿ En qué país vivimos? • ¿Quién soy yo? e ¿ Quién le ha traído aquí? 42 ..,,_:~,.· . ;. #Sji ·· ··· ·;;., -- --- - .:¿Jp 2.3.4. La Memoria Durante el diálogo y, al responder a nuestras preguntas sobre su pade- cimiento o sobre su historia familiar o personal el paciente nos habrá dado elementos suficientes para diagnosticar si existen alteraciones en la memoria·de evocación (amnesias !acunares, globales, clismnesias, pa- ramnesias)... La memoria de fijación se explora mediante las pruebas conocidas ampliamente de repetir cifras y objetos y preguntárselos al cabo de un tiempo prndenciaL Además, algunos elementos de la memoria de fija- ción ya fueron explorados al examinar la atención, 2,3.5 . El Sueño En los pacientes neuróticos es frecuente que su primera queja al mé- dico sean los trastornos del sueño, generalmente el insomnio. Hay que precisar si aparece como una dificultad para conciliar. el sueño o como despertar en la madrngada; si puede volver a quedarse dormido; si se despierta frecuentemente en la noche; si existen pesadillas que lo des- piertan; si se queda dormido inmediatamente o nó, después ·de las pesa- dillas; qué sueña; si los sueños son repetitivos; si le da temor quedarse dormido; qué hace para poder dormir (leer, acostarse cansado, contar ovejas, etc.); si hay ideas de suicidio en los períodos de desvelo; si el sueño es profundo o liviano; si descansa, realmente al dormir; si se des- pierta cansado aunque haya dormido bien. Durante el diálogo podemos ver si el paciente está somnoliento, si tiene cara de no haber dormido, datos que se corroborarán inmediata- mente en eLinterrogatorio. 2.3.6. La Conciencia Desde el punto de vista neurológico la conciencia se entiende como el estado de vÍgilia y alerta y es esencial para el funcionamiento integral ele la personalidad. Es una función básica para que el individuo pueda reali- zar las funciones de síntesis mental y sea capaz de fijar la atención, me- morizar, permanecer orientado, etc. De ahí que los trastornos de la conciencia impliquen también altera- ciones en la sensopercepción, en la orientación, en la atención, en la memoria; en el, pensamiento, etc. Por éstas razones, el examen de la conciencia se hace indirectamente al analizar otras funciones. En el exa- men de conciencia es perentorio describir la facies y el comportarnien- .to del individuo; su respuesta a los estímulos reales o provocados (a la luz; a los estímulos dolorosos, al tono de la voz del examinador); si la respuesta es rápida o retardada o ausente; si permanece somnoliento, qué maniobras hay que realizar para que nos preste atención (gritarlo, sacudirlo, pincharlo, etc.); si sus respuestas verbales son adecuadas; si su 43 ,· í ,, 1 - ---····' ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 26. atención está conservada; si está orientado; si no hay alteraciones en la memoria de fijación; si se ha colocado adecuadamente las prendas de vestir, etc. Es necesario preguntar si el paciente ha presentado alzas tér- micas, y cuáles han sido las manifestaciones orgánicas de su padecimien- to. Recuérdese que la fiebre es signo patognomónica de los estados de delirium. 2.3.7. La Sensopercepción Al estudiar la sensopercepción .debemos indagar sobre posibles altera- ciones cua11ti y cualitativas. Las alteraciones cuantitativas corresponden a la disminución del campo perceptivo, por ejemplo, dfam1inución de las agudezas visual y acústica en los pacientes gerontes, alteraciones en la visión en algunos tumores frontales, etc. Las alteraciones cualitativas corresponden a fenómenos llamados enor ele percepción, ilusiones y alucinaciones, que se pueden investigar mediante el siguiente cuestionario, que sólo trata de ser una guia y no un instrumento rígido ele evaluación. Debe tenerse en cuenta que el entrevistaclor debe ampliar las preguntas de acuerdo con las respuestas del pacierite conforme aparezcan los trastornos perceptivos. e ¿ Dígame todo lo que vea en ésta habitación. 'H 1 e 1, a oído voces ele personas extrañas o desconocidas? e ¿ Oye vJices sin saber de dónde vienen? · e ¿ Ha oído algo mientras habla conmigo? o /, Oyen ),tras personas lo que usted piensa? . I 1 @ 1, fa visto algo extraño o que le haya llamado la atención? e ¿ Ha tenido visisones? ¿Ha visto fantasmas? e ¿ Ha notado mal sabor u olor en la comida? e ¿ Cree que lo quieren envenenar? • ¿ Se siente extraño en su cuerpo? o ¿ Cree que su cara ha cambiado? * ¿ Ha•efectuado movimientos en contra de su voluntad? @ ¿ Han cambiado de posición partes ele su cuerpo? o ¿ Oscila el suelo? 6l ¿ Ha sentido corrientazos, calambres, hormigueos en su cuerpo? 44 • ¿Usted ve bien? ¿Usa anteojos? e ¿Oye bien? 2.3 .8. El Pensamiento La· actitud del individuo nos suministra indirectamente elatos sobre qué piensa y cómo se relaciona con su entorno. Así, una actitud clesc_on- fiacla, descortés, agresiva, nos puede indicar que estamos ante una posible personalidad paranoide, Entonces, con tacto, y mediante pregunt~s que permitan la abreacci6n y ·la asoclación libre procedemos a conhrmar nuestra sospecha clínica, Hay que tener en cuenta fl.UC existe un componente grande de pensa- miento mágico, en nuestros pacientes; este componente mágico, a p~s,ar de tener alteraciones ele la forma no se puede catalogar como alterac10n psicopatológica pues corresponde a una fom,a ele pensar que busca ade- cuarse a su entorno. El tipo ele respuestas emitidas por el paciente tamb~én son l~na 1'.1u~s- tra ele qué piensa: si las rehuye, si las ignora, si son tajantes, s1 se lumta a responder con monosílabos, si se acompañan de altanería, etc. Un r~odelo para evaluar el pensamiento podría ser el siguiente: s ¿ Qué es el mal de ojo? , e ¿ Ha observado si en la calle o en la casa le sigue o le espía alguien? @ ¿ Ha tenido pen~amien tos tristes? @ i, Le reprochan algo las gentes? o ¿ Tiene motivos para desconfiar ele alguien? @ ¿ Cree en la mala suerte? e¿ La gente habla de usted? G» ¿Lees fiel su esposa? ¿Por qué? u ¿ Tiene prnebas de que lo ha engañado? o ¿ Cómo piensa defenderse de sus enemigos? e ¿ Qué proyectos tiene ahora? ® l Es usted importan te? e ¿ Quiénes son superiores a usted? @ l Piensa continuar su profesión o tiene otras alternativas? 45 ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 27. •¿Qué es lo más importante que usted ha hecho? 111 ¿ Quiere suicidarse? @¿Se siente enfermo? •¿Le gusta sofiar despierto? ,$¿Sobre qué le gustaría escribir? No es necesario insistir en _ que las respuestas a las anteriores pregun- tas suponen la ampliación o la concatenación de nuevas preguntas que nos permitirán evaluar pensamientos paranoides, persecutorios, minus- valizados o megalomaníacos en nuestro examinado. 2.3.9. El Afecto Las alteraciones del afecto se manifiestan frecuentemente con tras- tornos en la actitud y el pensamiento. Por eso, un paciente deprimido es visto con inhibición psicomotora, ensimismado en su tristeza, llorando constantemente, quejándose de su culpa, con ideas de minusvalía, con . una prospección influenciada por su sentimiento depresivo, descuidado en el_ vestir, etc. Una de las cualidades importantes de los sentimientos es su trasmisi- bilidad o contagiosidad hacia quienes nos rodean, quienes pueden, a su vez, compartirlos. Por ejemplo·, la euforia o la tristeza son contagiosas. Pero, esta propiedad, se pierde en los pacientes con alteraciones cualita- tivas del afecto; por ejemplo, en la disociación, el afecto inadecuado, etc., como sucede en los pacientes esquizofrénicos. Podemos entonces concluir que no solamente es necesario que nues- tro examinado nos diga que está triste sino que nosotros debemos sentirlo triste. En lenguaje psicoanalítico, debe despertar en nosotros una contratrasferencia emotiva. Las preguntas guías para valorar el afecto, serían las siguientes: ~¿Se siente triste? o¿ Ha tenido ideas de suicidio? el Le cuesta trabajo pensar? • ~H~ ~erdido la memoria últimamente? ~ 1, Como se encuentra en la mañana al levantarse? el caiJ 1bia su estado de ánimo constantemente, durante el día? e¿ unb amente ha sentido angustia? 46 1 1 o ¿ Ha tenido corazonadas'' o la sensación de malos presentimientos? @ ¿ Se irrita por cualquier motivo? @ ¿ Llora con frecuencia? @ ¿Leda desesperación? 0 ¿ Cómo sort sus rabias? ¿Ha querido morirse pronto? e ¿ Se siente culpable? i, ¿ Se siente estorbo? • ¿ Cree que a usted lo quieren? q¡ ¿ Es usted importante? ,~ ¿ Se siente ·enfermo? @ ¿ Tiene motivos para estar contento? 2.3.1 O. El Lenguaje El lenguaje hablado, escrito y el mímico forman el lenguaje expresivo, por medio del cual manifestamos nuestros pensamientos; la lectura y la audición conforman el lenguaje comprensivo, merced al cual entende- mos el lenguaje de los demás. Para comprender, quien escucha debe a su vez oír las palabras (etapa sensorial); tener una idea (etapa intelectual), recordar las palabras que corresponden a esa idea, evocarlas y reconocer que estas palabras son adecuadas a la idea que se va a expresar (etapa mnésica), y pronunciar las palabras (etapa motora). Para comprender quien escucha debe a su vez oír las palabras (etapa sensorial), identific~rlas con la idea que expresan (etapa mnésica) Y comprender el sentido (etapa intelectual). La voz y el Ienguaj~ son el reflejo de la cultura, del bagaje intelectual y del estado dé salud mental y orgánica de quien habla. No en vano decía Sócrates: Habla para que te conozca. Durante el diálogo se ha analizado el lenguaje del examinado. Habre- mos notado si hay disfonía, si existen alteraciones en la articulación de ·la palabra, si hay dislalia, la presencia de afasias, y de los trastornos lla- mad.os psicológicos del lenguaje (taquilalia, logorrea, bradilalia, musita- ción, neologismos, ensalada de palabras, estereotipias verbales, etc.). 47 ·--~ i '¡ i ERRNVPHGLFRVRUJ
  • 28. Recordemos que existen pruebas para descubrir si el paciente presenta afasias (mostrarle un objeto pata que nos de el nombre del objeto, o leerle un texto para que nos lo resuma), o si hay alteraciones en la articu- lación (pedirle al paciente que diga anticonstitucional, desjerarqui- zación, plenipotenciarios, Constantinopla, etc.). El lenguaje escrito se explora mediante la escritura. Allí analizamos el tamaí'lo de las letras, el contenido del pensamiento expresado en el escri- to, la incapacidad para escribir, la rapidez o la dificultad con que escribe, eta. Es necesario decirle al paciente qtie lea lo que escribió porque nos permite descnrtnr alteraclones como !u iilexift o incomprensión de la lec- tma, que casi siempre es de etiología orgánica. El lenguaje mímico ha sido analizado durante toda la entrevista. Aquí solo falta consignar si la mímica corresponde a los estados emocionales del paciente, o si es exa- gerado o inadecuado, si el enfermo repite los gestos del examinador (ecomimia), etc. 2.3.11. La Conducta Motora El análisis de la conducta motora implica el estudio de los actos del individuo, su lenguaje, su escritura, su capacidad de decisión y las mani- festaciones ele su voluntad, elementos que nos permiten comprender su comportamiento. La exploración de la conación, o ele la energía psíquica capaz de pro- ducir la acción, se exploran mediante el interrogatorio. Podemos pregun- tarle al examinado. • ¿ Toma usted fácilmente decisiones o le cuesta trabajo decidirse? •. ¿ A veces siente la necesidad de hacer actos como tocar madera, no pisar uniones de las baldosas y no puede evitarlo? o ¿ Tiene usted compulsión por la bebida? o ¿ Hay cosas que no puede evitar hacer? • ¿ Usted maneja? Ha perdido últimamente la capacidad de hacerlo? e ¿ Si usted desea salir a pasear qué hace? $ ¿ Tiene hobbies? • ¿ Tiene alguien a quien le consulta sus dudas? • ¿ Duda frecuentemente? • ¿ Es usted decidido? • ¿ Se ha arrepentido de alguna decisión tomada apresuradamente? 48 - ' ? .. ;,¡r: ;für.:: ~~:. 1 ·.tJ- :~t l It: _::~j-: k:ir ;¾iz· ~ : ~t :f.1 t!í }t· .1i¡: ...¡ J:· W.t !f~;• :'.~'~ :f:' ei ¿Cuál? ¿Qué piensa usted ahora de ella? e ¿ Tiene usted manias? 0 . Te dan iras con frecuencia? /, -~ : s. ¿ Es usted írnpulsivo? tt , Es usted agresivo? /, ' Por el cpntrario, el examen de la ejecución se hace r:iediante ~..l ;,ná¿í· sis del comportamiento del enfermo durante ln entre:~sta Y n t1cn es -e la ejecución ele una serie ele órdenes dacias por el exammaclor. 0 Prenda este fósforo. @ Quítese.el sac~. @ Santígüese o póngase firme y salude la bandera. • Dibuje un rombo y un círculo. e Haga los mismos gestos que yo estoy haciendo. Mediante la observación del enfermo podemos darnos c~enta si pre- senta miocloiüas, tics, manierismos, estereotipias Y ecopraxrn. 2.3.12. Inteligencia, Juicio y Raciocinio Hemos incluido aquí la inteligencia junto al juicio y el raciocinio porque resulta casi imposible valorarlas p_or aparte, a menos_que _se te1:1- gan a la mano algunas prneba~ psicométncas para valorar la mtehgencia (Test de Waiss, de Stanclford-Bmet, etc.). En ausencia ele los test de inteligencia, ésta se mide como 1~ capaci- dad de responder ante situaciones nuevas, mediante ~I maneJo ,de l?s datos de la experiencia previa, de la ejecución de func1011es de smtes1s, de cálculo, de criterio y de juicio. El análisis de la historia personal -no sol~mente l_a !li.stori~ _académica nos permite- ya un diagnóstico de su capacidad de JU1c10 cnt1~0 Y ~le su_ coeficiente iiltelectual. La manera como ha enfrentado las s1tuac1one~ difíciles, su rendimiento laboral, sus metas, sus pr~~ectos, deben estat ajustados a una lógica, a una realidad y a una v~a?1hda? aclecuaclas, en cuya adecuación juega papel primordial el coeficiente mtelectual Y las aptitudes desarrolladas por el examinado. Para corroborar estos datos se preguntará al examinado: e Memorice las siguientes cifras que le voy a preguntar después. · 49 ...:;o ,' ,, ¡ ERRNVPHGLFRVRUJ